La sociología rural y sustentabilidad ambiental de las áreas protegidas (página 2)
DESARROLLO
En los tiempos actuales se impone la necesidad de buscar
una estrategia de
desarrollo que
articule el crecimiento
económico con la equidad social
y que no deteriore el potencial productivo de los recursos
naturales, base del sustento para las presentes y futuras
generaciones. Esta meta compromete a las ciencias
biológicas y las sociales a aunar esfuerzos con el
propósito de alcanzar el paradigma de
la sostenibilidad, donde hombre y
naturaleza
pueden convivir en perpetua y armónica unidad.
Entre las regiones naturales, las áreas
protegidas son las que de acuerdo a la legislación,
están especialmente consagrados a la protección de
los valores
originales de la diversidad biológica, los paisajes y el
patrimonio
cultural asociados a estos.
El concepto de
"comanejo" ha sido concebido de manera reciente para que las
comunidades locales, usuarios tradicionales de los recursos
naturales y otros actores, participen activa y responsablemente
en la gestión
y administración de los espacios protegidos.
Igualmente, para que puedan beneficiarse justa y equitativamente
de las ventajas que se derivan de la conservación de
dichos espacios (Borrhn, Getal 2004). En otras palabras, el
concepto de comanejo apela a la idea de la corresponsabilidad de
la gestión entre la sociedad civil
y el Estado
En el marco internacional asociado a los procesos
encaminados al desarrollo
sostenible de las áreas protegidas se encuentra "la
participación organizada y sistemática de la
población local, siendo no sólo un
requisito ineludible en los procesos de desarrollo local, sino
que es la única garantía de lograr una efectiva
política
de conservación y desarrollo de dichas áreas"
(Salas, A 2004). La población que vive en torno a dichas
áreas constituyen sus mejores custodios y es a ellos a
quienes hay que apostar y fortalecer, siendo preciso una forma de
gestión participativa, descentralizada y organizada, con
participación articulada del sector privado, estatal,
político y técnico local.
A partir del Cuarto Congreso Mundial de Parques
Nacionales celebrado en Caracas, Venezuela, en
1992, se comienza a revisar el concepto de áreas
protegidas y el sistema de
categorías de manejo utilizadas hasta ese momento. De esta
forma, la UICN (1994) define como áreas protegidas a: "Una
superficie de tierra y/o
mar, especialmente dedicada a la protección y mantenimiento
de la diversidad biológica y los recursos naturales y
culturales asociados, y manejada a través de medios legales
u otros medios efectivos".
En este sentido la efectiva gestión de las
Áreas Protegidas, permitirá delinear una estrategia
de desarrollo, basada en el ordenamiento del territorio de
acuerdo a su vocación natural, en la planificación participativa desde la
escala local, en
la promoción de sus valores
naturales y culturales como productos
turísticos, y en la innovación de un modelo de
gestión y desarrollo realizado a escala local, con una
perspectiva de impactar la economía
regional.
Por otra parte la puesta en funcionamiento de las
Áreas Naturales Protegidas, necesariamente implica una
apuesta educativa y concientizadora de la población local,
en cuanto a los derechos y obligaciones
que requiere gestionar el territorio en una perspectiva del
desarrollo sostenible. Esto permitirá fortalecer una
conciencia
ambiental local, pero también de conocimiento y
de valorización de su territorio, tendientes a generar un
compromiso colectivo de su gestión para beneficio de la
comunidad.
ASPECTOS MEDULARES DE
LA GESTIÓN DE LAS ÁREAS PROTEGIDAS Y DE DESARROLLO
A NIVEL MUNDIAL.
Los procesos de gestión de las áreas
protegidas están estrechamente vinculados a los procesos
sociales y económicos de los países; la
administración de las mismas se presenta
indistintamente a nivel internacional perteneciendo tanto a
privados como al estado,
independientemente de los cual los preceptos del manejo se
corresponderán con los requerimientos establecidos por las
estructuras de
gobierno de los
mismos.
Existen muchos casos en la región de
Centroamérica que muestran el aporte de las áreas
protegidas a las comunidades rurales. Algunos de las cuales se
pueden mencionar, son las concesiones forestales comunitarias en
la Reserva de Biosfera Maya,
o las áreas protegidas de Ostional y Cahuita en Costa Rica con
ingresos por
comercialización de huevos de tortugas
marinas y ecoturismo,
respectivamente
Entre los principales problemas de
las áreas protegidas podemos mencionar las
siguientes:
- Escasa capacidad institucional para una
gestión eficiente en el manejo del
área - Insuficiente equipamiento para la realización
de investigaciones
y monitoreo. - Insuficiente concienciación pública en
general y limitado alcance de los programas de
Educación
Ambiental dirigidos a los factores implicados en la
gestión del Parque. - Escaso conocimiento por los usuarios del Parque y los
pobladores en general de las especies de plantas y
animales
endémicos y con categoría de amenaza. - Ecosistemas forestales degradados como consecuencia
de actividades de manejo inadecuadas realizadas por personal con
mala preparación técnica y ambiental. - Riesgo de proliferación de especies invasoras
o no deseables de la flora. - Limitados mecanismos que posibiliten revertir en las
comunidades locales los beneficios que se derivan de los
servicios
ambientales en las áreas. - Presión permanente por parte de la
población sobre ecosistemas
y especies amenazadas generando actividades de pesca, caza
furtiva y colecta de especies de la flora y la fauna,
principalmente en la zona de amortiguamiento y de uso
público del Parque.
Es de destacar que los problemas identificados resultan
comunes para los países latinoamericanos según
Hernández A 2004.
Aún cuando los tratados y
acuerdos internacionales ambientales y sociales, y las Metas del
Milenio hayan reconocido que la pobreza y el
medio ambiente
están intrínsicamente relacionados, todavía
no se ha traducido en acciones
imaginativas y significativas que sitúen a la
conservación en el centro de la mitigación de la
pobreza.
No se puede atenuar la pobreza, a no ser que se pongan
más bienes
naturales a disposición de las personas
desposeídas. Si bien los programas de conservación
y uso sostenible de recursos a favor de ellas, por si solos, no
serán suficientes para sacar a las personas de la pobreza,
pueden contribuir en forma importante, inmediata y eficiente a
las estrategias
nacionales de combate a la pobreza, mientras los gobiernos van
desarrollando o fortaleciendo otros bienes de infraestructura
básica y servicios esenciales como educación y salud.
La UICN insta a gobiernos, agencias gubernamentales,
cooperantes bilaterales y multilaterales, inversionistas
públicos y privados y a los ambientalistas en general, a
que sean más osados en su visión y no se conformen
únicamente con generar políticas
que tocan sólo las necesidades mínimas de los
sectores vulnerables. Bajo el esquema tradicional de un
compromiso superficial de poner el medio ambiente como
eje de la lucha contra la pobreza, corremos el riesgo de fallar
por completo, lo cual nos llevaría a una "pobreza
sostenible" y a una permanente degradación ambiental. Sin
embargo, el reto no es sólo vincular la
conservación con el desarrollo y con el combate a la
pobreza.
El reto también tiene que ver con la gobernanza
de las áreas protegidas, como otro mecanismo para reducir
la pobreza.
Tanto Gobiernos como ONG, con el
fin de mejorar el impacto positivo de las áreas protegidas
en el combate a la pobreza deberían promover los principios de la
buena gobernanza Marquinez German 1996:
Legitimidad, por medio de la participación
y la búsqueda de consensos y la orientación del
trabajo en
áreas protegidas.
Dirección, para alcanzar una visión
estratégica de la relación entre comunidades y el
manejo de las áreas protegidas
Desempeño en función de
mejorar la eficiencia y
efectividad del manejo en las áreas protegidas
Rendición de cuentas y transparencia en el
manejo de las áreas protegidas y sus recursos
asociados.
Justicia e imparcialidad, por medio de la
distribución equitativa de costos y
beneficios.
Solo impulsando y poniendo en práctica los
principios anteriormente señalados y unidos a procesos de
descentralización y
desconcentración, podremos garantizar la viabilidad y el
cumplimiento de las funciones
ambientales, sociales y económicas de las áreas
protegidas.
La revisión de documentos varios
del tema denota los siguientes aspectos como significativos a
consideración de la autora:
• La estrecha vinculación entre los problemas
ambientales y las condiciones de pobreza que se presentan en
las comunidades locales en la mayoría de los países
centroaméricanos: En los procesos de gestión
ambiental aún cuando se divulga acerca de otorgarle
prioridad a la gente, reconociendo las necesidades primarias que
tienen que ver con la salud básica, la productividad y
la seguridad
alimentaria, la generación de ingresos, y la
reducción de la vulnerabilidad entre otros, no son
elementos aplicado en la practicas de gestión para los
países pobres, donde los ricos se hacen cada vez
más ricos .
• Insuficientes incentivos
eficientes y eficaces para la protección y gestión
ambiental: Se hace necesario un abordaje sistémico de las
políticas económicas y sectoriales a fin de
incorporar adecuadamente los costos ambientales y el valor real de
los recursos naturales.
• La poca inversión que se destina al fortalecimiento
del capital humano y
de los recursos naturales menoscaba la equidad social y dificulta
la eficiencia de los programas dirigidos a reducir la pobreza: Se
necesita que los gobiernos procuren una vinculación eficaz
entre las instituciones
y la sociedad civil,
para lo cual las políticas, los procedimientos,
las herramientas y
la información deben estar dirigidas a lograr
dicha vinculación. Debe llegarse a diseñar un
concepto amplio de "gestión descentralizada y
participativa de gobierno en materia
ambiental" a fin de permitir la participación de todos los
sectores, de manera tal que se manejen los conflictos,
que se busquen consensos, que se tomen decisiones fundamentadas y
que se asuma la responsabilidad de las acciones y
decisiones.
• No existe un esquema único para la
gestión de concesiones administrativas, co-manejo, manejo
colaborativo, y otros, sino diferentes posibilidades de integración de los sectores
no-gubernamentales.
- La gestión compartida es un proceso
complejo que incluye la planificación,
identificación y negociación de responsabilidades,
derechos y deberes de las partes involucradas. Se hace
necesario, por tanto, llegar a acuerdos con una base de valores
o códigos éticos.
LA SOCIOLOGÍA RURAL EN LAS ÁREAS
PROTEGIDAS.
Las ciencias
sociales tributan al conocimiento y potenciación de
los factores sociales que pueden impulsar el desarrollo
sostenible en las áreas protegidas.
Según Freyre (1996) al tratar este asunto se
basó en el planeamiento de
Marx y Engels
acerca del nexo entre la manera en que los hombres se relacionan
entre sí y el como se comportan respecto a la naturaleza.
Es decir, que las limitaciones en un sentido, pueden repercutir
sobre el otro y viceversa.
Entre los factores sociales, es necesario tratar las
necesidades, intereses y motivaciones de las comunidades en las
áreas protegidas, haciendo énfasis en los
beneficios que estas últimas pueden proporcionarles a
quienes viven en ellas y su incidencia en la mejora de la
calidad de
vida de las mismas.
SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL DE LAS ÁREAS
PROTEGIDAS.
En la gestión de las áreas protegidas
ocupa un lugar primordial la reflexión del hombre en las
actividades productivas, precisando de acciones de
formación y capacitación, la
motivación, la estimulación y la recompensa del
trabajo de sus integrantes.
Según Glez, M 2003 " el desarrollo debe basarse
en un modelo sustentable que permita mantener un balance entre
los tres procesos que lo integran (económico-social,
ecológico-educativo y comunitario-cultural), el cual
provee servicios ambientales, sociales y económicos
básicos para todos, sin amenazar la viabilidad de los
ecosistemas y sistemas sociales
de los que dichos servicios dependen. Él conduce a un
equilibrio
armónico entre todas las formas de capital o
patrimonio que participan en el esfuerzo global, nacional y
regional, comunitario, físico, financiero, institucional,
cultural y humano.
Cuba cuenta con una política
económica, socio- ambiental bien pensada que articula
con la sostenibilidad, cuenta con estructuras institucionales que
tienen definidas sus funciones en las áreas objeto de
análisis, cuenta con una legislación
ordenada y actualizada en materia ambiental con incidencia en la
economía, la formación de los recursos
humanos es un valuarte en nuestra sociedad sin embargo
reconociendo el papel de las comunidades locales en la
gestión de las áreas protegidas, mayoritariamente
los procesos participativo son pasivos e ineficientes.
ÁREAS PROTEGIDAS EN CUBA
El Sistema Nacional de Áreas Protegidas, es un
sistema territorial, que a partir de la protección y
manejo de sus unidades individuales (áreas protegidas),
contribuye al logro de determinados objetivos de
conservación de la naturaleza.
Teniendo en cuenta los criterios propuestos por la UICN
y de acuerdo a la legislación vigente, en Cuba se define
áreas protegidas como: "Partes determinadas del territorio
nacional declaradas con arreglo a la legislación vigente,
de relevancia ecológica, social e histórico –
cultural para la nación
y en algunos casos de relevancia internacional, especialmente
consagradas, mediante un manejo eficaz, a la protección y
mantenimiento de la diversidad biológica y los recursos
naturales, históricos y culturales asociados, a fin de
alcanzar objetivos específicos de conservación"
(CITMA, 1997).
En los años 60, con el objetivo de
proteger y profundizar en el
conocimiento de nuestros recursos naturales, se declaran
mediante la Resolución No. 412/1963, del presidente del
Instituto Nacional de Reforma
Agraria como Reservaciones Naturales a El Veral y Cabo
Corrientes en la Península de Guanahacabibes, Pinar del
Río, a Jaguaní y Cupeyal del Norte en las
provincias orientales y a Cayo Caguanes al norte de Sancti
Spiritus en 1966.
Durante la década del 70, se crean las bases para
la conformación de un sistema de áreas protegidas,
tanto en el aspecto teórico como en el práctico;
comienza un proceso de fortalecimiento de la política
ambiental cubana, creándose la COMARNA y se aprueba la
Constitución de la República, en
cuyo Artículo 27 , modificado apenas concluida la Conferencia de
las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), expresa: "El Estado
protege al Medio Ambiente y los recursos naturales del
país. Reconoce su estrecha vinculación con el
desarrollo
económico y social sostenible para hacer más
racional la vida humana y asegurar la supervivencia, el bienestar
y la seguridad de las generaciones actuales y futuras.
Corresponde a los órganos competentes aplicar ésta
política. Es deber de los ciudadanos contribuir a la
protección del agua, la
atmósfera,
la conservación del suelo, la flora,
la fauna y de todo el uso potencial de la naturaleza".
En los años 80 se aprueba la ley 33 de
Protección del Ambiente y del Uso Racional de los Recursos
Naturales y en 1981 el Consejo de Ministros reconoce la Red Nacional de Áreas
Protegidas en sus diversas categorías de manejo. La
década del 90 fue un momento relevante en la
política ambiental cubana y consolidación
Institucional para el Sistema Nacional de Áreas
Protegidas, se produce la reorganización de los Organismos
de la Administración Central del Estado, proceso
que propició el impulso final a la constitución del
SNAP.
Con la creación del Ministerio de Ciencia
Tecnología
y Medio Ambiente en 1994 y su Centro Nacional de Áreas
Protegidas en 1995, se toma el liderazgo del
sistema por estas entidades, creándose una nueva
legislación para el cumplimiento de nuevas funciones
estatales que han dado como principales resultados relevantes la
creación del Decreto Ley 201/99 de Áreas
Protegidas
LAS
COMUNIDADES LOCALES Y LAS ÁREAS PROTEGIDAS EN
CUBA
El proyecto social
cubano, definido esencialmente por su carácter humanista, se trazó desde
un inicio, como principal objetivo el elevar el nivel y calidad de vida
del pueblo en su concepto más amplio, principios sobre los
cuales se argumenta en la actualidad la sostenibilidad del
desarrollo. Entre los logros más relevantes alcanzados
durante los primeros años de construcción de la nueva sociedad, en las
esferas económica, educacional y de la salud, y que de
hecho tuvieron una incidencia directa sobre el medio ambiente,
cabe destacar la erradicación de la pobreza extrema, la
transformación total de la estructura
agraria, basada anteriormente en la existencia de grandes
latifundios, la alfabetización, la escolarización
obligatoria hasta el noveno. grado, y la creación de las
bases para el desarrollo de una capacidad
científico-técnica autóctona, la
disminución notable de la tasa de mortalidad infantil y el
incremento de la esperanza de vida, la instrumentación de serios programas de
salud contra enfermedades infecciosas, la
prestación de servicios de salud que permiten disponer en
la actualidad de un médico por cada 203 habitantes, el
incremento de la cobertura de población con agua potable y
saneamiento y de población con servicios de electricidad,
entre otros.
Otro elemento a destacar fue el desarrollo de un proceso
de ordenamiento territorial que ha incluido una valoración
ambiental en la mayoría de las inversiones de
carácter socioeconómicas desarrolladas.
En 1997, como fruto de un intenso proceso de
análisis y coordinación, se elaboró y
aprobó la Estrategia Ambiental Nacional, cuyos objetivos
son indicar las vías idóneas para preservar y
desarrollar los logros ambientales alcanzados por la Revolución, superar los errores e
insuficiencias detectadas e identificar los principales problemas
del medio ambiente en el país que requieren de una mayor
atención en las condiciones actuales, y
sentar las bases para un trabajo más efectivo, en aras de
alcanzar las metas de un desarrollo económico y social
sostenible.
El elemento base del contenido de la Estrategia es la
identificación de los principales problemas
ambientales del país, a saber, degradación de
los suelos, deterioro
del saneamiento y las condiciones ambientales en asentamientos
humanos, contaminación de las aguas interiores y
marinas, deforestación y pérdida de la
diversidad biológica. La identificación de estos
problemas se hizo tomando como criterios esenciales, la
afectación significativa que los mismos producen sobre: la
salud y calidad de vida de nuestra población, las
actividades económicas priorizadas, las extensiones
considerables del territorio nacional y los ecosistemas de alta
fragilidad e importancia económica y social.
También en 1997 fue aprobada por el Parlamento
Cubano la Ley 81 del Medio Ambiente, que es el marco que sienta
las bases de un sistema jurídico, integrador y coherente,
que propicia la incorporación de la dimensión
ambiental en las políticas, planes y programas de
desarrollo del país, así como que frena el
deterioro del medio ambiente, propiciando y coadyuvando al
desarrollo de la inversión y cooperación de otros
países con Cuba. En ella se reafirma el patrimonio de la
nación
sobre los recursos naturales y el medio ambiente en general y se
formulan los principios en que se basa su gestión, se
define el marco institucional, especificándose las
obligaciones atribuciones y funciones de las personas naturales y
jurídicas en la protección y uso racional del medio
ambiente, se regulan los instrumentos de la política y la
gestión ambiental y se establecen las esferas
específicas de protección del medio ambiente e
identifican las acciones pertinentes en cada caso.
PARTICIPACIÓN DE LOS ORGANISMOS
PÚBLICOS, EL SECTOR PRIVADO Y LA SOCIEDAD CIVIL EN LA
ADOPCIÓN Y APLICACIÓN DE POLÍTICAS
AMBIENTALES
La participación pública y ciudadana en la
gestión ambiental, está garantizada en Cuba a
escala constitucional el Artículo 27 de la
Constitución
Los Comités de Defensa de la Revolución
(CDR), organización de masas que agrupa a la casi
totalidad de la población, realiza importantes actividades
en beneficio de la comunidad, priorizando proyectos de
desarrollo sostenible, se realiza un importante trabajo en la
comunidad, incorporando conceptos y temas ambientales a las
actividades en el ámbito local, como han sido las
campañas ¨Caimán Verde¨ y ¨
Caimán Limpio, dirigidas a la higienización,
recogida de materiales
reciclables en las cuadras y la reforestación. Asimismo,
se intencionan el desarrollo programas de capacitación,
participación ciudadana y de
divulgación de la política ambiental del
país, aún cuando este aspecto aún no es una
realidad.
Papel destacado ha jugado y juega la mujer,
agrupada en la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), con un
importante papel en el trabajo
social y a nivel comunitario, con énfasis en la educación
ambiental y en el papel de la mujer y la familia
para contrarrestar los problemas ambientales de la comunidad; la
presencia de los programas para el trabajo social es
un logro por si solo que se ve mutilado en el proceso de
implementación en la medida que estos procesos sean
llevado a la comunidad
En el trabajo de la juventud se
prioriza la creación de una cultura
ambiental. Niños y
jóvenes se encuentran agrupados en diversas asociaciones
como los Amigos de la Naturaleza, ECOJOVEN y el movimiento de
exploradores, que mantienen un fuerte apoyo a la
protección del medio ambiente y la divulgación de
los valores de la naturaleza.
Los Ministerios
que tienen que ver con la educación, incorporan en sus
planes y programas la dimensión ambiental, e impulsan la
formación de círculos de interés
con los estudiantes en temáticas vinculadas al medio
ambiente y programas como el ¨Programa para la
Vida, que constituyen instrumentos muy importantes para el
desarrollo de la educación ambiental comunitaria. Es en
esta linia donde los procesos educativos manifiestan un mayor
avance
Los más importantes procesos de política –
Estrategia Ambiental Nacional – y legislativos – Ley del Medio
Ambiente – involucran a importantes sectores de la sociedad,
cuyos criterios son recogidos y considerados.
Un momento de vital importancia en el logro de una
amplia participación territorial, lo constituye la
elaboración en cada una de las provincias del país
de la Estrategia Territorial de Medio Ambiente. La misma, en su
instancia, concreta los objetivos ambientales a ese nivel y
precisa los roles que deben jugar cada uno de los actores
incluyendo las organizaciones
sociales y las sociedades
científicas y de profesionales. De esta manera las
Estrategias Territoriales cierran el circulo comenzado por la
Estrategia Nacional Ambiental y las respectivas de cada sector de
la Economía dándole coherencia vertical y
horizontal a la Política Ambiental del
país.
Adicionalmente las legislaciones por sectores, entre las
que son identificables la Ley de la Inversión
Extranjera, la Ley de Minas y la más reciente Ley
Forestal, todas ellas conformadas en un amplio proceso
participativo, tienen claras y expresas previsiones ambientales
que favorecen el desarrollo sostenible de las actividades que
regulan y viabilizan su seguimiento y tutela por el
sector
público, el sector privado y la ciudadanía en general.
PRINCIPALES PROBLEMAS
SOCIALES. MANIFESTACIONES
Como en todos los procesos de desarrollo, es el
componente social uno de los de mayor incidencia, aún
cuando el proyecto social cubano con incidencia en las
comunidades locales de las áreas protegidas merece un
reconocimiento dado sus aportes, sin embargo presenta sus
limitaciones asociado no solo a su concepción, sino a su
práctica manifestándose un grupo de
factores sociales que consideramos obstaculizan la introducción de los procesos participativos
en la gestión de las áreas protegidas como son los
siguientes:
- Las limitaciones de recursos obliga a apelar a
prácticas no sostenibles: Las limitaciones de recursos
humanos, financieros y económicos obliga a uso de
prácticas no sostenibles transitando desde temas del
conocimiento de la ciencia
hasta la adquisición de tecnología que
armonizan con los temas ambientales. - Los mecanismos de autogestión y
participación comunitaria aún no se han
desarrollado a fondo, el interés de conservar el medio
entra en conflicto
con las limitaciones económicas y de acceso a recursos
de las comunidades. - Falta de divulgación y carente socialización de los resultados
obtenidos de los proyectos en espacios de reflexión
que propicia la repetición de errores en las
proyecciones de trabajo. - Las comunidades locales no siempre forman parte de
los procesos de planificación de las áreas
protegidas, siendo reconocido como participación la
presencia de algún representante local con una
participación formal limitándose
mayoritariamente a la presencia física. - En la formación de profesionales aun sigue
primando el cientificismo, asociados a naturaleza y limitados
a los procesos sociales. - Falta de incentivos económico para promover
la gestión eficiente del área. - Escaso conocimiento de las ideas y practicas de los
procesos participativos y los proyectos de desarrollo que
existe en la comunidades rurales - Las Áreas protegidas no siempre son fuente
de empleo de
las comunidades locales dado los requerimientos
técnicos solicitadas para las plazas habilitadas
(Guias, Especialistas ambientales,
Guardaparques). - Insuficiente sentido de pertenencia y compromiso
por parte de los empleados de las áreas protegidas
vinculados a la investigación y la vigilancia influido
por los limitados beneficios recibidos denotados en la
calidad de vida en los individual. - No existencia de mecanismos económicos que
permitan revertir los ingresos del uso público de las
áreas protegidas en comunidades locales,
circunscribiendo solo a los beneficios de la
colaboración internacional como fenómeno
probabilística que representa una oportunidad para las
áreas protegidas.
Todo lo anterior demuestra que las estrategias a adoptar
requieren necesariamente de concepciones que permitan plasticidad
en su aplicación en contraposición al modo de hacer
que ha caracterizado el desarrollo en todos estos años en
las áreas protegidas.
Por último coincido con quienes plantean que las
áreas protegidas cubanas tienen grandes posibilidades para
transitar a prácticas de gestión sostenible
soportadas por la acción
participativa de las comunidades locales a lo cual tributa el
modelo social cubano, depende solo del "ser", es hacer ciencia
para cambiar conciencias.
METODOLOGÍA DE TRABAJO. SOLUCIONES O
PROBLEMAS
El modelo participativo cubano se ha caracterizado por
la dirección de un grupo gestor – ya sea a
nivel nacional, provincial o municipal – que identifica los
problemas, determina los objetivos de la campaña y
planifica la forma en que se llevará a cabo.
La población se moviliza, usualmente a
través de sus centros de trabajo o sus organizaciones
políticas y de masas, y participa en función de
objetivos determinados.
Aunque este es el modelo que ha prevalecido durante
años en el espectro sociopolítico del país,
a partir de la emergencia de diversos proyectos comunitarios,
realizados sobre todo a partir de la década de los 90, han
surgido otros tipos de prácticas participativas que
añaden otros ingredientes.
Los Consejos Populares, por ejemplo, promueven la
participación de la población a nivel de base, en
espacios geográficos más pequeños y con una
retroalimentación más directa por
parte de la población, la implantación de los
médicos de familia a nivel
de comunidad (120 personas por médico), también ha
introducido diversas experiencias comunitarias en la
participación sobre la gestión de salud; así
también las estructuras escolares a niveles de base poseen
características participativas que involucran no solo a
los beneficiarios directos (niños en edad escolar), sino
también a sus familiares.
Las metodologías no son la esencia del
éxito,
en ocasiones pueden tender a complejizar los procesos, cada
proceso es particular de un espacio, un momento y un tiempo, la
replica de modelos
idénticos precisa de estudios que propicien que esta es la
alternativa más oportuna y con seguridad del éxito;
la esencia esta en los procesos, en enseñar a construir
desde el proceso y no des fuera, para el diseño
de una estrategia de participación comunitaria es
determinante aspectos vinculados a la calidad de vida, los
problemas económicos, sociales, ambientales e
institucionales que representan obstáculos a su
desarrollo; y la identificación de los recursos naturales,
tecnológicos y humanos que sustentan el potencial de
desarrollo futuro.
Se precisa en todo el proceso de una
participación activa interactiva desde el diagnóstico, la evaluación
y sistematización de las experiencias con la comunidad, el
desenvolvimiento y los resultados finales obtenidos en la
estrategia de desarrollo llevada a cabo.
Considerando como eje del diagnóstico ambiental
participativo, la recogida de información sobre los
elementos sociales, demográficos, económicos y
ecológicos, necesarios para, conjuntamente con el
ordenamiento territorial, para evaluar la propuesta de
gestión ambiental ecoproductiva para el área en
cuestión en la cual se toma a la población local
como objeto y sujeto de la elevación de la calidad de la
vida y de la protección ambiental en las comunidades
beneficiadas.
Como punto de partida para cualquier análisis
participativo se tiene en cuenta la característica del
involucramiento de determinados segmentos de la población,
dado que la participación puede poseer significados y
formas muy diferentes. Es importante entender que la
práctica de la participación debe ser concebida
sobre la base de un trasfondo histórico – social del cual
emerge y que le otorga su legitimidad simbólica y real,
como por los objetivos que se persiguen de ella y los mecanismos
mediante de los cuales fueron aplicados
Para lograr una efectiva y eficiente gestión de
las áreas protegidas, y la generación de beneficios
económicos para la comunidad local, se precisa de
planificar y ordenar un funcionamiento que asegure:
- una efectiva gestión del área en
forma descentralizada - la participación organizada y
comprometida de los vecinos del área - el asesoramiento de un equipo técnico
que garantice con fundamentos técnicos la gestión
del área, y fortalezca las competencias
institucionales. - la educación y capacitación, en
el propio proceso de gestión, así como la
difusión en los centros educativos e instituciones y
organizaciones del entorno.
PERTINENCIA DE LA ESTRATEGIA DE
DESARROLLO.
Demostrar la articulación y compatibilidad
armónica entre Ios términos y procesos de
Desarrollo y Medio Ambiente a través de la
materialización efectiva de un programa de desarrollo
local sostenible teniendo como objetivo final la mejora de la
calidad de vida de las comunidades obedece a las estrategias de
desarrollo local.
Proceso de planificación y
participación
EI punto de partida es sentir y tener cuenta a la
población como gestora de proyectos, incorpora el
liderazgo local informal a los procesos de planificación
iniciales y a la obtención de los objetivos propuestos,
por ello uno de los aspectos al que se le debe prestar particular
atención ha sido al rol jugado por este liderazgo local y
su interacción con los líderes
políticos formales de la comunidad (delegados del Poder Popular,
Consejos Populares, etc.) y con los espacios políticos que
estos representan en función del desarrollo del proyecto
en su conjunto.
De significativa importancia es valorar de un enfoque
holística lo social, lo político lo cultural y lo
económico, resultando necesario otro tipo de
intervenciones como puede ser la aplicación de leyes y
reglamentos para la elevación de la calidad de vida de la
población local como parte de la protección del
medio ambiente en un área protegida.
Una invariante en el accionar lo constituye lograr el
acercamiento integral asumiendo la necesidad de la
participación, ya que aunque en forma pasiva en algunas
ocasiones se contribuye a comunicar conocimientos y cambiar
algunas actitudes. El
cambio de
actitud de
forma efectiva se traduce en acción y precisa de una
empatia entre Ios participantes . En estos casos, la
participación no es un evento aislado, sino un proceso
continuo donde los participantes actúan consistentemente
sobre su medio para entenderlo y protegerlo
En otras palabras, se contribuye a la compresión
entre los distintos actores sociales del territorio que primero
hay que comprender para resolver, eso es, conocer a fondo la
realidad a fin de encontrar la solución más eficaz
y apropiada al medio.
Por último, hay que reconocer que las acciones en
la base son precisas pero no suficientes para reparar el daño
ecológico u ofrecerle una cobertura de protección
eficiente al medio ambiente. La participación popular es
más efectiva cuando forma parte de una estrategia amplia
que articula con los factores del territorio, en la que se
involucran todos los actores con incidencia en el mismo y que
engendren acciones coordinadas para la protección, y el
mejoramiento de la calidad de vida en un ambiente
protegido.
POSIBLES ESTRATEGIAS REPLICABLES
De los resultados expresados consideramos como aspectos
a incluir en las estrategias de las áreas protegidas las
siguientes:
- Procesos desarrollo integral en zona de
amortiguamiento del área protegida: Se refiere al empleo
de procesos en las que se logre un desarrollo sostenible de los
recursos productivos, ambientales y sociales, en la que los
métodos
de trabajo y conservación no afecten el desarrollo tanto
de las comunidades como del Área Protegida
(AP). - Programa de Educación Ambiental: Es una
herramienta que permite la concientización y
conocimiento de las comunidades y empresas
productoras de la importancia que significa la
conservación y preservación de los ecosistemas
naturales. - Espacios de Incidencia política: Con el fin de
que los encargados de dirigir y tomar las decisiones del
país hasta e nivel IocaI hasta su mas mínima
expresión conozcan la importancia de conservar un
Área Protegida, con el fin de reorientar las
políticas de conservación de una manera integral
en todos los ámbitos. - Monitoreo de sustancias químicas e
investigación: Es la base para la toma de
decisiones técnicas
que permitan solventar y actuar a tiempo en caso de detectar
fuentes que
afecten los procesos ecológicos del Área
Protegida. - Prevención de incendios
forestales: Ejecutar el Plan de
Control de
Incendios
existente, involucrando a las comunidades y al mismo tiempo
haciendo partícipes a las empresas aledañas, con
el fin de realizar un manejo de conjunto de los recursos
disponibles con el fin de prevenir y al mismo tiempo controlar
efectivamente un incendio forestal.
Buscar espacios de acuerdos y coordinación entre
los diferentes actores resulta una MEDIDA DE ÉXITO
para así lograr la
comunicación efectiva entre los diversos actores y
tomar decisiones acordes a los intereses de todas las partes con
el objetivo de alcanzar la conservación adecuada del medio
ambiente.
La participación comunitaria ha propiciado al
empoderamiento de la población local y sus órganos
de gobierno, ejemplifican cómo la dinámica social esta estrechamente
relacionada con la ambiental, desafiando la vieja
distinción entre "ciencias del hombre" y "ciencias de la
naturaleza"; reconociendo el respeto a la
diversidad biológica , a la transformación de un
presente que indique la búsqueda y la necesidad de un
futuro de armonía entre la sociedad y la naturaleza como
precepto de trabajo en Cuba y política de trabajo de su
gobierno .
CONCLUSIONES
- La ciencia social en base de los procesos de
planificación de la gestión de las áreas
protegidas, pudiendo realizar importantes aporte para lograr la
sustentabilidad de las mismas asociada a los procesos
económicos, sociales y culturales. - Conocer los factores sociales que intervienen en las
áreas protegidas y sus comunidades locales, permite
orientar la acción social para construir procesos desde
la participación que armonice lo económico,
ecológico y social. - El cambio hacia la gestión de las áreas
protegidas soportadas en el desarrollo participativo rural
sustentable no es un proceso rápido, pero si alcanzable
en el modelo social cubano utilizando como pilares de base el
conocimiento social. - La participación comunitaria resulta ser un
elemento imprescindible en la implementación de los
sistemas de gestión de las áreas protegidas,
resultando Ia investigación sociológica una
herramienta que permite evaluar las dinámicas de los
procesos y efectuar correcciones durante el trabajo en eI
manejo de Ias áreas protegidas . - Las transformaciones de que demanda la
gestión de las áreas protegidas en nuestro
país, precisan de un proceso educativo e investigativo
de participación acción desde una mirada
diferente donde de forma coherente la actividad social
aposté al desarrollo
sustentable. - Las estrategias de desarrollo no precisan de
enseñar metodologías sino procesos que
posibiliten concepciones flexibles, que se adecuen a las
realidades actuales.
RECOMENDACIONES
- Socializar el resultado de la aplicación de
proyectos de desarrollo local en áreas protegidas de
Cuba que permita conocer y divulgar los resultados de los
procesos participativos en las mismas. - Profundizar en los estudios sobre el proceso de
participación de las comunidades locales en la
gestión de las Áreas Protegidas de Cuba a partir
del año 1995, que permitan favorecer el desarrollo rural
sustentable de las mismas. - Propiciar espacios de intercambio que ponga a la
luz las
principales limitaciones que presentan las comunidades locales
para favorecer desde la participación activa la
gestión de las áreas protegidas.
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23. Glez G, Martín
2003:_____________________________________________________________
Tesis en Opción del Titulo de Dr en Ciencias de la
Educación. Universidad de La Habana. MES
Autor:
MsC. Maria Elizabeth Alfonso
Martínez
MsC. Jesús Alfonso
Martínez
Lic. Ileana Martínez Villar
PINAR DEL RIO
2007
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