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Ensayo sobre los Impactos de La Ciencia en el desarrollo de Vacunas Terapéuticas contra el Cáncer (página 2)



Partes: 1, 2

Consideraciones Generales del
Cáncer.

En el interior de cualquier célula
humana, en cualquier tejido corporal puede comenzar a gestarse
el
cáncer, enfermedad que suele describirse como el
crecimiento anormal de esa unidad anatómica o de
génesis de la vida.

Su evolución lenta y progresiva puede pasar
inadvertida hasta determinado momento. Solo algunos cambios en el
funcionamiento del organismo pueden constituir el primer aviso de
la incipiente presencia del mal, en ocasiones resultantes de la
negativa influencia que sobre el cuerpo ejercen los llamados
factores ambientales y de la denominada predisposición
hereditaria a padecerlo.

Existen varios cientos de formas distintas, siendo tres
los principales subtipos: los sarcomas, que proceden del tejido
conectivo como huesos,
cartílagos, nervios, vasos sanguíneos,
músculos y tejido adiposo. Los carcinomas, que proceden de
tejidos
epiteliales como la piel o los
epitelios que tapizan las cavidades y órganos corporales,
y de los tejidos glandulares de la mama y la próstata. Los
carcinomas incluyen algunos de los cánceres más
frecuentes. Los carcinomas de estructura
similar a la piel se denominan carcinomas de células
escamosas. Los que tienen una estructura glandular se denominan
adenocarcinomas. En el tercer subtipo se encuentran las leucemias
y los linfomas, que incluyen los cánceres de los tejidos
formadores de las células sanguíneas. Producen
inflamación de los ganglios
linfáticos, invasión del bazo y médula
ósea, y sobreproducción de células blancas
inmaduras.

Desde hace dos décadas los oncólogos han
progresado dramáticamente en lo que a mejoras para
pacientes de cáncer se refiere. Se estima que las cifras
generales de curación en casos de cáncer son de un
60 por ciento. Esto representa un rápido aumento comparado
con los índices de hace apenas 20 años.

Los métodos de
detección temprana, así como la mejoría en
los regímenes de tratamientos son, en parte, la
razón para estos cambios. Los mamogramas, colonoscopias y
exámenes específicos de próstata han jugado
un papel esencial en este avance.

El cáncer ha sido desde siempre un reto para la
comunidad
médica, pues la enfermedad generalmente se las arregla
para vencer los medicamentos. Pero en la pasada década han
surgido nuevas terapias, en general menos tóxicas que sus
predecesoras.

El futuro promete oportunidades de cura dado que los
médicos se han concentrado más en entender los
secretos genéticos específicos del cáncer,
lo que les permite desarrollar mejores armas para
combatirlo.

En algunos tipos de cáncer las mejoras son ya
sorprendentemente positivas. Otros tan peligrosos como el
cáncer de pulmón, del que las cifras de
supervivencia en un período de cinco años son
sólo de un 15 por ciento, todavía evaden la cura.
Pero lo cierto es que en muchos casos el término
"cáncer" ha dejado de ser sinónimo de sentencia de
muerte.

La Oncología en Cuba

La integridad de un registro del
cáncer es fundamental para la interpretación de sus datos de
incidencia, y se define como la proporción de casos
registrados del total de incidentes de la población.

La cantidad de casos no reportados a un registro de
cáncer varía según el tipo de hospital, la
región y el país: así como del grado de
comunicación que exista entre el personal de
registro y el que realiza el reporte de los casos. Muchos
registros
utilizan la comparación de sus datos con una fuente de
información independiente o con los casos
esperados en una población similar para estimar la
integridad5. Las fuentes
primarias más mencionadas en estos estudios son: los
reportes de anatomía
patológica, las listas de egresos, la relación de
turnos a pacientes ambulatorios y las historias
clínicas.

Aunque este método es
el que proporciona la estimación de la integridad
más cercana a la realidad, tiene como inconveniente el
costoso y laborioso procedimiento y
la imposibilidad de su estimación continua en el tiempo.

Otro método importante para el chequeo de la
integridad de un registro está basado en los casos
reportados a través de los certificados de
defunción. En muchos países es un registro muy
completo y confiable. La proporción de casos reportados
sólo por certificado de defunción (SCD)
varía de un registro a otro, y también dentro de
éste y se reduce entre otras razones, en la medida que las
demás fuentes mejoren su integridad. Se admite que
globalmente la proporción de SCD no debe superar el
10-15%.

La estimación realizada mediante el uso de los
casos reportados SCD tiene como principales ventajas que los valores
usados para el cálculo
son suministrados por un registro continuo de datos, lo que no
requiere costo adicional y
sus cambios pueden ser monitoreados sin dificultad. Sin embargo,
esta estimación constituye una aproximación menos
exacta de lo que ocurre en la realidad, debido principalmente a
las limitaciones derivadas de la
calidad de los
certificados de defunción.

En Cuba el
Registro Nacional del Cáncer (RNC) es la base para los
estudios epidemiológicos de las neoplasias malignas. La
validación de tales investigaciones
depende del nivel de integridad de él. El análisis en el tiempo de la estabilidad de
las tasas de incidencia de cáncer en Cuba evidenció
una falta de integridad de los casos que debían reportarse
al sistema en fechas
anteriores a 1986. La mejoría en este aspecto a partir de
ese año se debió a la implantación de un
nuevo sistema de registro. Sin embargo, el por ciento de SCD es
un indicador deficiente. En el año 1990 se reportó
el 48,6 % para el sexo masculino
y el 36,2 % para el femenino. Hay evidencias
suficientes de la falta de integridad del RNC de Cuba, por este
motivo un grupo de
investigadores del Instituto Nacional de Oncología, en el
año 1996 realizaron un estudio que ayudó a detectar
las localizaciones de cáncer de mayor
incidencia.

Debe ser un propósito fundamental para cualquier
registro de cáncer lograr el 100% de cobertura de casos,
ya que son imprescindibles para el monitoreo de las incidencias
de esta enfermedad, el control de los
programas de
prevención y control; y la realización exitosa de
cualquier trabajo de
investigación.

La cobertura insuficiente de un registro de casos
está muy relacionada con el comportamiento
de la cobertura de los certificados de defunción y con los
reportes hospitalarios, que son las principales fuentes de
información.

En países como el nuestro, donde la causa de
muerte está siempre certificada por personal
médico, por lo que los certificados de defunción
tienen buena calidad, es válido utilizarlos como fuente
adicional de información a los registros de cáncer.
Sin embargo, en nuestro caso si el RNC tiene un subregistro
importante en los casos reportados vivos, o sea, una baja
integridad, esta fuente adicional (Certificados de
defunción) no resuelve todo el problema, pues persiste el
subregistro en aquellas localizaciones de cáncer con baja
letalidad.

El conocimiento
de factores como sexo, provincia y grupo de edad propician hacer
un énfasis diferenciado en el trabajo de
recuperación de casos y elevación de la calidad de
la información del RNC. Las estimaciones obtenidas se
aplicarán en el análisis de las tasas de incidencia
pues permiten modificar este indicador, para hallar un valor
más cercano a la realidad, que puede ser usado en
posteriores investigaciones relacionadas con la distribución de los recursos, la
evaluación de programas y otros.

Problemas éticos y bioéticos en el
cuidado del paciente con Cáncer en Cuba.

La Constitución de la República de Cuba
consigna entre los derechos, deberes y
garantías fundamentales "El derecho de todos los
ciudadanos a que se atienda y proteja su salud"
. En estas
reflexiones se hace un análisis en torno a los
problemas
éticos y bioéticos en el cuidado del paciente con
cáncer en Cuba, teniendo como referencia el marco legal y
el concepto actual
de "Salud", donde cobran vigencia los tres principios
fundamentales que forman el triángulo bioético:
autonomía, justicia y
beneficencia; todos relevantes para la garantía de los
derechos ciudadanos tanto en el hombre sano
como en el enfermo.

Paralelamente al progreso de los últimos treinta
años en el tratamiento a los pacientes con una enfermedad
maligna, el sector de la oncología médica se ha ido
ampliando y perfeccionando, atemperándose con el actual
enfoque de promoción de salud, prevención y
diagnóstico precoz; así como con la
multimodalidad terapéutica, la rehabilitación y los
cuidados paliativos.

La iniciativa, el intercambio entre investigaciones
básicas e investigaciones clínicas y los
tratamientos controlados, han sido las características
principales del modelo de
desarrollo de
la oncología médica.

Todo o casi todo se ha ensayado para intentar
influenciar, con los medios
terapéuticos de que se dispone, en el curso y pronósticos de las neoplasias en fase
inoperables o metastásicas.

La mayor parte de los datos farmacológicos
obtenidos en animales de
experimentación que puedan significar una posible eficacia
terapéutica en el hombre, han
sido ensayados en la clínica mediante rigurosos modelos
experimentados. De este modo los objetivos del
tratamiento de los tumores se pueden resumir en:

  • Ofrecer al paciente el tratamiento adecuado para
    alcanzar la curación, control a largo plazo o por lo
    menos mejoría subjetiva y objetiva mediante tratamientos
    paliativos.
  • Ofrecer el tratamiento en estructura centralizada, es
    decir, en centros especializados, al menos en su fase
    inicial.
  • Garantizar el tratamiento gratuito y siempre que sea
    posible, su control ambulatorio por unidades especializadas, y
    preferiblemente, por el médico y enfermera de la familia,
    basándonos en la equidad y
    accesibilidad en los servicios de
    salud.

Dada la agresividad de los tumores malignos, su
rápida diseminación y su variado cuadro
clínico, las diferentes modalidades terapéuticas
también suelen ser agresivas para el paciente, pudiendo
provocar no solo la destrucción de los tejidos malignos,
sino también afectación en los tejidos adyacentes.
De este modo los pacientes con diagnóstico de
cáncer conducidos a tratamiento oncoespecífico no
solo deberán ser tratados con los
criterios científicos de la especialidad, sino
también aplicando todos los principios éticos y
legales que avalan la práctica médica
contemporánea.

En este sentido se hace necesario recordar algunos
conceptos que ponen de manifiesto nuestras regulaciones, vigentes
en la práctica de la medicina.

  • Ética Profesional: Se
    refiere a cómo se manifiestan los patrones morales de la
    sociedad en
    el ejercicio de las profesiones más connotadas desde el
    punto de vista social.
  • Ética Médica: Se
    refiere a las manifestaciones de los patrones morales de la
    sociedad en el ejercicio de la medicina.
  • Responsabilidad Profesional:
    Además de la responsabilidad de carácter moral que
    asume el médico en el ejercicio de su profesión,
    también puede asumir responsabilidad
    civil o penal por la práctica inadecuada de lo
    procederes médicos establecidos, o por la
    aplicación de otros no establecidos a sus pacientes, que
    se caracterizan, de hecho en actos ilícitos.

En el código
civil vigente, la Ley No. 59 norma
la responsabilidad civil por los hechos que causan daños o
prejuicios a otros y dispone el resarcimiento de la
responsabilidad civil, que comprende entre otros la
indemnización del perjuicio y la reformación del
daño
moral. El primero de ellos alcanza, en dependencia de su grado,
desde la prestación en dinero por
largo tiempo hasta la satisfacción de necesidades y
beneficios económicos dejados de percibir a causa del
perjuicio ocasionado. En el segundo caso la satisfacción
al ofendido mediante la retractación pública del
ofensor.

Si la perpetuación de un acto ilícito
llega a constituir una acción
u omisión, que entrañe peligro social, y que
además, esté prohibida por la ley bajo
conminación de una sanción, estamos en presencia de
un delito que puede
ser de dos formas: 1. Por intención. 2. Por
imprudencia.

Se considera un delito pro intención cuando el
agente comisor emprende la acción u omite aquella que
está obligado a realizar y ha querido el resultado
consciente y voluntariamente; o cuando aún sin querer el
resultado prevé la posibilidad de que se produzca y asume
el riesgo.

Se comete delito por imprudencia cuando el agente
comisor, previendo la posibilidad de que se produjeran las
consecuencias de su acción u omisión, esperaba con
ligereza evitarlas, o no previo lo que debió
prever.

La acción u omisión constitutiva de delito
además de la sanción penal correspondiente,
comprende además la indemnización de los perjuicios
a los que nos hemos referido, como derivado de la responsabilidad
penal; la que queda dispuesta por el órgano de justicia
penal que conoce y juzga éste.

De tal forma la negligencia, el daño, el
abandono. El descuido y la impericia del personal propio del
Sistema Nacional de Salud en la aplicación de procederes
médicos no establecidos o el inadecuado empleo de los
diseñados, pueden ser la causa de la determinación
de la responsabilidad civil correspondiente por acto
ilícito o por la aplicación de una sanción
penal por delito intencional o imprudente con la correspondiente
responsabilidad civil derivada de aquella.

Aunque los aspectos de la ética
médica continúan vigentes, en los
últimos años se ha prestado atención a una filosofía más
amplia en el sector de la medicina: la
Bioética.

El valor y la aplicación de este enfoque en la
medicina en general y en la oncología en particular, toman
fuerza en la
actualidad, al ponerse de manifiesto la vigencia de los tres
principios fundamentales que forman el triángulo
bioético.

La práctica de los principios bioéticos ha
sido regulada mediante la declaración de Helsinki (I y
II); esta última se refiere a las recomendaciones para la
investigación biomédica en humanos.

El Instituto Nacional de Oncología y
Radiología, como Instituto de Investigaciones y Centro de
Referencia para la práctica oncológica en Cuba, a
través de la resolución No. 11/95, resuelve crear
en dicha institución un Comité de Ética.
Este se constituye para que evalúe y dictamine sobre los
aspectos éticos de todas las investigaciones
clínicas que se realicen en esta institución: desde
la puesta en marcha hasta su conclusión, cumpliendo
cuidadosamente con todas las normas legales y
éticas que rigen el campo de la investigación
biomédica con seres humanos.

Por razones prácticas y teóricas se
valoran con respecto a este enfoque en el cuidado del paciente
con afectaciones oncológicas. Siempre en las tres fases
fundamentales del proceso de la
enfermedad:

  1. Diagnóstico.
  2. Tratamiento oncoespecífico.
  3. Tratamiento paliativo.

1. Diagnóstico

Las dificultades existentes en el cumplimiento de los
principios bioéticos en relación con el
diagnóstico están dadas por la omisión de
una parte de la información necesaria al paciente,
relacionada con su estado de
salud: es decir, la no comunicación explícita del
diagnóstico de cáncer, lo que priva al paciente de
ejercer plena autonomía e la toma de
decisiones presentes y futuras relacionadas con su
enfermedad, lo que viola el consentimiento informado que es tan
importante para la toma de decisiones en estos casos.

De hecho, el uso de la información es uno de los
retos que impone el cuidado adecuado de los pacientes con
enfermedad maligna; en este sentido lo que importa no es llevar
la información hacia dos polos opuestos, uno que aboga por
decir toda la información y otro que no dice nada; lo
importante es informar al enfermo estrictamente lo que él
quiere y debe saber y en el momento que quiere o sea
necesario.

Otro elemento a tener en cuenta es que los pacientes son
tratados por un equipo multidisciplinario y por ello todas las
decisiones deben ser tomadas en equipo, para evitar así la
dualidad de información.

Los principios de la justicia y la
beneficencia se ven menos afectados, ya que la Salud
Pública Cubana es en esencia justa y
benefactora, al no existir la discriminación ni por la raza, ni por el
Status social.

Las enfermedades crónicas
no transmisibles se han convertido en todo el mundo en un gran
problema de salud, al ocupar las primeras causas de muerte; sin
embargo, de ellas la más difícil de controlar es el
cáncer, en primer lugar por constituir un grupo de
más de 200 enfermedades, por haber incorporado arraigados
prejuicios en relación con su evolución y
pronóstico, por estar relacionada con diversos factores de
riesgo que involucran la conducta human;
todo ello ha condicionado social y culturalmente esta enfermedad,
lo que ha dificultado el éxito
de las acciones de
salud.

Dentro de las estrategias del
Programa
Nacional Cubano de Control del Cáncer, se presta mucha
atención al establecimiento de una política de salud que
consolide los derechos ciudadanos legislados por nuestra
Constitución; y la Ley de Salud, cuando se refiere a
fomentar la promoción de esta para implicar en este
enfoque no sólo a la salud pública, sino
también a otros sectores, dando a la población
pleno derecho al disfrute de la salud y los conocimientos
necesarios para fortalecer el cambio de
conductas, valores y
creencias en relación con el cáncer. Todo esto
ofrece además armas para la prevención y el
diagnóstico temprano de la enfermedad, lo que
propiciará la participación activa del ciudadano en
todo el proceso salud- enfermedad, por lo que favorece el
cumplimiento de los principios bioéticos en
relación con ejercer la autonomía mediante el
consentimiento informado.

Estas reflexiones apuntan al valor bioético que
tiene el paciente de manifestar su autonomía sin necesidad
de ocasionar sufrimientos innecesarios al dar información
que el enfermo no desea saber y que le ocasione preocupaciones y
temores por no tener las armas necesarias para la toma de
decisiones futuras.

El Consejo Directivo de la OPS promulgó la
resolución XIV; que no es más que la importancia de
trabajar en la promoción de la salud e instar a los
gobiernos a que formulasen políticas
públicas destinadas a fortalecer dichas
actividades.

El Gobierno de Cuba
pone en práctica esos lineamientos al iniciar el "Movimiento de
Municipios Saludables" garantizando la preservación de la
salud ciudadana con una participación intersectorial
multidisciplinaria.

2. Tratamiento Oncoespecífico

Constituye uno de los momentos más importantes
para el paciente, la familia y el
equipo de salud, ya que la selección
adecuada de los tratamientos dependerá e la
evaluación integral que se haya hecho, incluyendo algunos
indicadores
importantes en oncología.

El análisis de las principales armas
terapéuticas en oncología revela las
características específicas de los tratamientos;
poniéndose de manifiesto la alta toxicidad y la
agresividad de éstos. Ello hace necesario que el paciente
manifiesta su voluntad mediante el consentimiento informado, para
ejercer así la plena autonomía en relación
con su estado de salud. Para ello se impone que se explore con el
sujeto todas las posibilidades terapéuticas de que se
dispone para favorecer además la adherencia
terapéutica.

En relación con el tratamiento el paciente
deberá conocer cual o cuales son las posibles limitaciones
físicas y estéticas que pueden derivarse del acto
quirúrgico u otro proceder antes de ser sometido a
éste.

Es importante recordar que la información al
paciente no cumple solo el objetivo de
buscar cooperación, sino también permitirle la
posibilidad de decidir sobre las alternativas.

3. Tratamiento paliativo

Los principios que rigen la actuación ética con
el paciente que recibe cuidados paliativos (que calman sin curar)
no difieren de los principios rectores de cualquier otro acto
relacionado con la atención médica, ya que toda
acción debe estar dirigida al beneficio del ser human sin
provocar daños.

El cuidado de los pacientes en fase terminal necesita
una base filosófica y ética sin la cual pueden
desarrollarse patrones inadecuados en la práctica. Los
principales problemas en el proceder de estos casos están
dados por la
comunicación inadecuada o inexperta de la
información, así como por el pobre cuidado. El
tratamiento paliativo se basa en el reconocimiento del valor
inherente y la dignidad de
cada persona; y toma
lugar en el marco de los tres principios éticos:
autonomía, justicia y beneficencia. El primero y
más importante de estos es la necesidad de considerar a
los pacientes como seres únicos con derecho a obtener la
verdad amablemente, a decidir por ellos y a recibir excelencia en
el cuidado físico y psicoespiritual.

La beneficencia nos obliga no solo a aliviar el
sufrimiento, sino también a mejorar dentro de lo posible
la calidad de
vida del paciente. La justicia requiere la asignación
de recursos para el cuidado de la salud12, por esto la
clave es concentrarse en el enfermo como un individuo.
Esto reclama la creación de un clima donde los
casos en fase terminal puedan esforzarse por realizar sus
esperanzas y sueños; para restaurar su sentido de
sí mismos como individuos y aceptar su inevitable muerte
tanto como sean capaces y deseen hacerlo.

Existe considerable confusión y controversia en
cuanto a la ética del cuidado terminal; particularmente en
las áreas más polémicas de
resucitación, inicio y cese de tratamientos, alimentación y
eutanasia15. Una comprensión más clara
de la ética y la filosofía que debe subrayar el
cuidado paliativo puede servir como fundamento en el cual se base
la práctica. Tal filosofía no es simplemente una
relación con el área médica o de salud; en
cambio refleja un aspecto moral más profundo, o sea, es la
manera en que la sociedad considera a sus miembros más
débiles y moribundos.

Los problemas actuales en relación con los
cuidados paliativos en Cuba serán resueltos, en medida
comprensible, mediante la implementación gradual del
Programa Nacional al Dolor y Cuidados Paliativos al Paciente
Oncológico; que incorpora todos los aspectos éticos
y legales que rigen la atención paliativa
contemporánea.

Ética del cuidado de los pacientes cercanos a
la muerte

Cuando le brindamos cuidados a un paciente en fase
terminal debemos recordar que la muerte es
un hecho natural, cuya llegada no se debe posponer o acelerar,
por lo tanto no podemos considerarla un fracaso de la
atención médica brindada.

El enfermo debe ser autónomo en todo el proceso
de su enfermedad hasta el momento de su muerte, este principio se
cumple cuando la familia y el equipo de salud cumplen los deseos
del paciente moribundo, los cuales pueden ser expresados mediante
diferentes documentos que
expresan "esta es mi voluntad". Si no existen estos documentos
las decisiones serán tomadas por el representante legal,
de existir tal designación, y en su defecto por la familia
en consenso con el equipo de salud que se ha encargado del
cuidado en la última etapa de su vida.

El paciente moribundo requiere de la ayuda de una
persona reposada, sensata, confiable, que apoya y comprende lo
que ocurre y tiene la fuerza y el valor de estar ahí, con
él, con la esperanza de que habrá un final para su
dolor.

El tener piedad con el moribundo es asistirlo en su
morir y en su muerte, es procurarse la posibilidad de morir con
dignidad, con su sufrimiento aliviado y en el máximo
ejercicio posible de sus potencialidades.

De esta manera, el enfoque ético de los pacientes
con cáncer es un proceso dinámico, que requiere
discusión, reflexión continua y cambios. Muchos
dilemas éticos emergen en estos tres momentos de las
acciones de la salud en oncología (diagnóstico,
tratamiento oncoespecífico y atención paliativa) y
otras actividades que no escapan a la consideración de
complejas implicaciones morales. Los principios de la bioética
ayudan a resolver tales dilemas.

La vía más segura para una práctica
ética en oncología es la consideración del
paciente como persona y de la dolencia o padecimiento, más
que la enfermedad. Se hace necesario recordar que la dolencia es
un asunto esencialmente personal y depende de las creencias, los
valores, las expectativas y atribuciones, las actitudes y
emociones del
enfermo. Las Ciencias
Médicas, enriquecidas desde hace mucho por las Ciencias
Sociales, han pregonado que los médicos no tratan
enfermedades, sino que tratan personas que padecen y tienen
enfermedades. Tal posición declarativa no siempre ha
devenido práctica cotidiana. En nuestro tiempo los
profesionales de la salud deben sortear la trampa de aceptar la
dicotomía psicosomática que divide artificialmente
lo psíquico de lo somático. Esta práctica no
debe ser eludida. Dicen que Esculapio, el dios griego de la
medicina, escribió a su propio hijo que aspiraba a ser
médico: "Vivirás como a la sombra de la muerte,
entre los dolores del cuerpo y los del alma…"
¿Es que podemos escapar los profesionales de hoy a esta
certera realidad? ¿Acaso hay justificación para que
huyamos de la queja, el lamento y el llanto de nuestros pacientes
y familiares?

No siempre hay un verdadero ajuste entre lo que paciente
necesita y pide y lo que le ofrecemos o podemos proveer. Este
desajuste ha sido un infortunado, pero no inevitable, debido al
desarrollo desmesurado del conocimiento de las bases
biomédicas de la medicina. Como dice un apasionado
defensor de la consideración personal en el cuidado del
enfermo: "Olvidar la enfermedad, descuidarla a favor del
tratamiento exclusivo o predominante del cortejo de
manifestaciones psicológicas y sociales que la
acompaña, es insensato y tan absurdo como descuidar estas
y tratar la enfermedad".

La forma más honorable de poner en
práctica estas reflexiones de orden ético con el
paciente oncológico, es mantener una comunicación y
un diálogo
tan abierto como sea posible con los enfermos y sus familiares y
con todos los colegas y profesionales relacionados con el cuidado
de su salud o con el alivio ante su enfermedad. Es importante que
el profesional de la salud esté dispuesto a negociar con
su enfermo, a respetar sus puntos de vista, a aceptarlo como
socio, como un colaborador en la empresa de
buscar curación o alivio. Para que podamos inspirar
"amor a la
vida" y "respeto a las
decisiones de los demás" es necesario, en primer lugar,
que los propios profesionales de la salud sean capaces de
cultivar ese amor y ese respeto. Es necesario, en segundo lugar,
una comunicación libre de barreras, que no quiere decir
una transmisión de toda la verdad, sino una
comunicación entre humanos, permeada por la verdadera
empatía y la transmisión honesta del mensaje: "…
no estás solo, estamos contigo, te aceptamos tal cual
eres"17.

Existe una tercera vía: tener fe en su paciente,
confiar en él. Fe en que aún exista, que
esté el instinto de vivir. Confianza en sus cualidades
ocultas, en su potencialidad creativa, en su capacidad de
conocerse y aceptarse a sí mismo, en la posibilidad de
enriquecer aún su propia existencia y de desarrollar su
propia esencia.

El paciente oncológico que frecuentemente tiende
a perder el ansia de vivir es, como todos los seres humanos, un
ser que ha vivido en gran medida en función de
valores externos, de opiniones ajenas, de deseos y de
sacrificios. Su meta ha sido el "éxito", entendido como la
consecución de esos valores y de esas opiniones. Como
cualquier ser humano, ha entrado a veces en contradicción
con su propio yo, sufriendo ansiedad, frustración,
desesperanza y depresión.
Más aún cuando está enfermo, hay que
transmitirle la necesidad de ocuparse de su propio desarrollo, de
seguir su propia vereda, de cultivar su propio jardín
interior, de tocar su propia melodía… También es
nuestra tarea que el paciente vuelva a escuchar las voces de su
propio Yo, esas voces que le dicen: "Esto me gusta… esto no…
como quisiera hacer esto otro…" Fue ese el mensaje que Sócrates
clavó en la puerta de su casa: "Hombre, conócete a
ti mismo". Hay que recordarle al enfermo que la vida no es nunca
estática, sino que es un proceso
dinámico de continua búsqueda y crecimiento. Vivir
el ahora no está reñido con la necesidad de
acariciar metas e ideales ni con la relevante y perentoria
disciplina y
seguimiento de las prescripciones que conllevan a la adherencia
terapéutica. Se trata de que, si bien hay que escoger una
vereda determinada, importa vivir y disfrutar cada paso de
ésta.

Y finalmente, hay que proteger al paciente de la
soledad. La enfermedad y el dolor tienden a aislarlo. Las fuerzas
exteriores que los sostenían antes, prestigio,
posición social, realización ocupacional se
debilitan y se pierden cuando se enferma. Debemos ayudarle a
perderle el miedo a hallarse consigo mismo, y a encontrar sus
propios recursos internos, a veces injustamente
avaluados.

Descubrir, a través del contacto humano con los
pacientes, la fuerza y la dignidad que tienen en su interior, su
riqueza espiritual, las cualidades positivas y valiosas que
encierran, no solo constituye el camino principal para que
transiten las consideraciones éticas, sino la más
sabia lección que puede recibir el profesional de la salud
y su más rica gratificación.

Nuevas armas terapéuticas contra el
Cáncer. Papel de la Ciencia
Cubana.

Investigadores cubanos desarrollan nuevos
fármacos para el tratamiento de algunos tipos de
cáncer, con resultados favorables en las pruebas de
laboratorio
realizadas hasta el momento.

Los trabajos se centran en ocho vacunas
terapéuticas, de las cuales cuatro están en fase de
ensayo
clínico, y ya alcanzan resultados promisorios, como los de
mama, cabello, cuello y pulmón.

Directivos del Instituto Finlay de Ciudad Habana
señalan que esos medicamentos no son preventivos, pues en
el caso de los antitumorales se diagnostica la persona, se opera
y se comienza a aplicar varias dosis de la vacuna
terapéutica para evitar que el mal se reactive o
reaparezca.

El cáncer fue la segunda causa de muerte en el
país en 2001 con más de 16 800 decesos, superado
sólo por las afecciones cardíacas.

Autoridades del sector de la salud en Cuba destacan la
importancia del combate contra el cáncer, pues estiman que
un 30% de los tumores pueden prevenirse y similar cifra
beneficiarse de la cura. Se fortalece la detección precoz,
en lo fundamental, en el de mama, con el auto examen,
responsabilidad individual de cada paciente y médico de
familia. Además se mejoran los mamógrafo a fin de
hacer el pesquisaje en los casos de mayor riesgo.

Otros de mayor incidencia son los del pulmón y de
próstata, para lo cual se enfrascan en modificar modos y
estilos de vida en los grupos de riesgo
y brindar mayor relevancia a su detección
precoz.

Constituye un logro para nuestra Industria
Farmacéutica el funcionamiento de la Planta Cubana de
Citostáticos. El país ya comienza a disponer de
estos medicamentos para enfermos de cáncer, que son
similares a los que s e emplean en otros
países.

El hecho de que Cuba pueda contar ya con una
fábrica de Citostáticos líquidos y
liofilizados significa mucho más que la posibilidad de
llegar a autoabastecerse de estos costosos
medicamentos.

Tal perspectiva asegura, sobre todo, que el enfermo de
cáncer no sea afectado para recibir su terapéutica
por los imponderables, ni por las inestabilidades comerciales que
provocan el bloqueo económico contra nuestro
país.

La nueva instalación es parte de los 7
laboratorios que conforman el Centro de Investigación y
Desarrollo de Medicamentos (CIDEM) y llegará a elaborar
hasta 3 de estos fármacos. Sus producciones pondrán
fin a la escasez de
citostáticos que en los últimos años ha
afectado la aplicación de la quimioterapia contra el
cáncer en los hospitales cubanos.

Otros centros como el Centro de Inmunología Molecular desarrollaron un
nuevo producto
antitumoral que amplía las posibilidades de tratamiento de
diferentes tipos de cáncer de origen epitelial.

Se trata de un anticuerpo monoclonal humanizado
denominado CIMAHER, capaz de inhibir la multiplicación de
células cancerosas al bloquear el receptor EGF (Factor de
crecimiento epidérmico), uno de los antígenos más sobre expresados en
este tipo de patología y asociado a la
proliferación de células malignas,
metástasis e invasividad de tejidos sanos.

CIMAHER ya está registrado en Cuba para su uso en
tumores de cabeza y cuello tras validarse los correspondientes
ensayos
clínicos realizados en el Instituto Nacional de
Oncología y Radiología. En pacientes con
localizaciones tumorales en esas estructuras se
logró una remisión total o parcial de la
lesión entre un 70 y un 90%, mediante el uso combinado de
CIMAHER con radioterapia.

En todos los casos su empleo reportó mejoras en
la calidad de vida de los enfermos, con mínimos efectos
adversos al tratarse de una versión humanizada de un
anticuerpo monoclonal de origen murino (de
ratón).

FIGURA DEL ANTICUERPO MONOCLONAL CIMAHER

CIMAHER es el primer producto de la biotecnología cubana registrado contra el
cáncer y tiene patente de invención en 17
países, incluidos Estados Unidos y
Canadá, nación
donde también se han realizado ensayos
clínicos.

Por sus características puede aplicarse en otros
tumores de origen epitelial, como son los de mama,
próstata, cuello del útero, colo-rectal,
pulmón y otros.

Otro de los resultados de impacto del Centro de
Inmunología Molecular es el LeukoCIM, dirigido a la
terapia de determinados trastornos del sistema
inmunológico producidos por quimioterapia, sobre todo en
niños
con leucemias y linfomas.

Trabajar para prevenir la aparición del
cáncer es el arma más eficaz con que cuenta la
medicina contemporánea en el tratamiento de esta
enfermedad. Y precisamente con este enfoque se desarrolla una de
las principales líneas investigativas del Instituto
Nacional de Oncología y Radiología (INOR), donde
durante décadas se ha estudiado la epidemiología de
diferentes tipos de tumores malignos, a fin de promover la
autoprotección o detección temprana de estas
patologías.

En tal sentido se desarrolló recientemente un
estudio conjunto con participación del INOR y una
institución médica internacional, sobre los
factores de riesgo para sufrir cáncer bucal, el cual ha
posibilitado accionar de un modo más certero sobre la
población, de manera que pueda disminuirse la incidencia
de esta enfermedad y su mortalidad.

¿Como se inserta el Centro de Estudio de
Antígenos Sintéticos en esta humana
lucha?

El Centro de Estudio de Antígenos
Sintéticos forma parte de un área de
investigación y desarrollo adjunto a la Facultad de
Química de
la Universidad de La
Habana. Surge en 1984 bajo el nombre de Laboratorio de Carbohidratos
y se desgaja del Departamento de Química Orgánica
de la Facultad.

El objetivo del pequeño grupo de
investigación formado ha sido desde sus inicios utilizar
los conocimientos y especialización alcanzada, para
obtener por medio de la síntesis
orgánica, sustancias que pudieran emplearse para
satisfacer las necesidades en el campo de la salud, en tanto que
pudieran brindar soluciones a
problemas vinculados con el diagnóstico y
prevención de diferentes enfermedades y así
coadyuvar al nivel que en el campo de la salud pretende ubicarse
Cuba; y también, ¿por qué no?, tratar de
colocar sus resultados en el mercado
internacional y colaborar en el orden
económico.

Por ello ha sido un complemento ideal para los centros
del Polo Científico del Oeste en algunos de sus proyectos. Todo
ello ha contribuido a integrarse de manera decisiva con otros
centros del Polo Científico del Oeste como el Instituto
Finlay, el Centro de Inmunoensayo, el Centro de
Inmunología Molecular y el Centro Ingeniería
Genética y Biotecnología. Esta integración ha permitido mantener nuestra
fortaleza en la fase de investigación y desarrollo de
proyectos con fines prácticos.

El vínculo con el Polo nos asegura que cada uno
de los proyectos esté relacionado con los temas de
importancia para la biotecnología cubana y a la vez
garantiza la salida productiva del resultado, sin tener que
convertirnos en productores, lo que significaría una
pérdida de nuestra capacidad de realizar investigaciones
de excelencia.

La estrategia actual
y futura ha estado definida por estos elementos y puede resumirse
en:

  • Seleccionar aquellos proyectos que nos permitan
    desarrollar al mismo tiempo ciencia de
    avanzada y que son de particular importancia para la
    biotecnología cubana.
  • Desarrollar los proyectos hasta el punto donde
    pueda ser efectiva la transferencia a Centros del Polo, que
    por su interés fungen como contrapartida y
    productor.

Teniendo en cuenta estos elementos se puede definir como
nuestra misión:

Desarrollar investigaciones a ciclo completo que
impliquen la investigación, desarrollo y puesta a punto de
la producción de Antígenos
Sintéticos de naturaleza
oligosacarídica y su aplicación en la
obtención de Preparados Vacunales y Medios
Diagnosticadores.

Desde sus inicios, el Centro siempre ha tenido entre sus
múltiples líneas de investigación la
obtención de antígenos de naturaleza
oligosacarídica, con el fin e sintetizar reactivos
diagnosticadores o vacunas terapéuticas contra el
cáncer. Sus proyectos en todo este tiempo, con respecto a
esta terrible enfermedad han estado encaminados en:

  • Obtención de Marcadores Tumorales:
    Desarrollo de un método para el diagnóstico y
    seguimiento del cáncer con un anticuerpo monoclonal
    específico del antígeno Tumor Asociado
    Sialil-Lea.
  • Obtención de un anticuerpo monoclonal
    anti-Ley para el diagnóstico de
    cáncer gastrointestinal.
  • Síntesis total de GM3 y
    derivados para la elucidación de las
    características moleculares de la expresión
    denominada de alta densidad de
    GM3 en melanomas humanos.

Desde hace ya varios años un grupo de
investigadores se dedica a la síntesis de moléculas
denominadas Gangliósidos, específicamente el
GM3. Los gangliósidos están presentes en
todos los tipos de células y son considerados
antígenos melanoma-asociados. Estas estructuras son
blancos para las terapias basadas en anticuerpos y la posibilidad
de obtener una vacuna eficaz contra el cáncer de piel o
melanoma, que es la forma de cáncer de piel más
dañina que existe.

El desarrollo de vacunas contra el melanoma se
está produciendo a gran velocidad, y
resulta de interés para el dermatólogo por varios
motivos. El tratamiento del melanoma avanzado suele implicar a
varios médicos. El dermatólogo es habitualmente,
uno de los primeros consultados y puede iniciar y coordinar el
tratamiento posterior, aunque no sea el más directamente
implicado en su administración. Cuando los pacientes
consultan sobre las opciones terapéuticas, el
dermatólogo debe tener conocimientos suficientes para
discutirlas.

El melanoma es, y debe seguir siendo, una enfermedad
dermatológica. Cuanto menos, estos pacientes requieren
revisiones periódicas por el dermatólogo para
detectar la posible aparición de nuevos tumores. Deben
realizarse también esfuerzos para la prevención de
nuevas lesiones, tanto en el paciente como en la
familia.

Las vacunas contra el melanoma aumentarán
nuestra capacidad para intervenir en el futuro, y debemos
mantenernos al corriente de las novedades en este
campo.

Las vacunas contra el melanoma que se emplean
actualmente no tienen como finalidad la prevención del
tumor, sino potenciar las respuestas inmunes frente a tumores
existentes. A diferencia de la quimioterapia convencional o los
modificadores de la respuesta inmune, las vacunas contra el
melanoma son poco tóxicas y, potencialmente, muy eficaces.
Por estos motivos es probable que se adopten como terapias
complementarias en los pacientes con enfermedad local y elevado
riesgo de recurrencia. Los dermatólogos son los
médicos que probablemente administrarán estas
vacunas, ya que son los que diagnostican y tratan a estos
pacientes con mayor frecuencia.

La inmunoterapia incluye técnicas
que potencian la respuesta inmune natural frente a tumores, por
medio de vacunas o modificadores de la respuesta
biológica, fundamentalmente citoquinas inmunomoduladoras.
Las observaciones ocasionales de una rápida
desaparición de metástasis diseminadas, bien de
forma espontánea, o más frecuentemente tras un
tratamiento paliativo con dacarbacina, se ha atribuido a una
respuesta inmunológica intensa. También se
interpretan como una prueba de la eficacia de la respuesta inmune
del huésped los pacientes ocasionales que sobreviven
más de una década sufriendo la enfermedad
diseminada.

Estos ejemplos ilustran la capacidad del sistema inmune
para detener o incluso curar lo que parecen ser casos
incurables.

Nuestra meta sería reproducir este resultado
en todos los pacientes con melanoma. La clave para obtener
respuestas inmunes predecibles y significativas en los pacientes
con cáncer está en una mayor comprensión de
los fenómenos de inmunidad frente a
tumores.

Conclusiones

Es imperioso que la política científica
sea ejecutada de la manera más profesional posible por
investigadores que tengan conciencia de las
exigencias éticas y no cedan a la tentación de los
intereses extracientíficos.

Investigar es una actividad tremendamente costosa que la
comunidad considera lo suficientemente importante para destinarle
medios, porque espera resultados que puedan contribuir a
satisfacer necesidades humanas; lo ético es cómo
optar entre destinar fonos a investigar temas que sean relevantes
para responder a las preocupaciones del hombre común, o
sea, necesidades sociales o estudiar las cuestiones que interesan
a la comunidad académica, que encuadrarían mejor en
los criterios de evaluación.

La posibilidad de obtener una vacuna sintética
contra el cáncer, para nuestro Centro, forjado en las
aulas universitarias, así como para nuestro país y
para el mundo, tendría un gran impacto tanto social, como
técnico, económico y científico.

El impacto social estará dado porque toda la
población podrá ser vacunada, previniendo esta
terrible enfermedad y que a largo plazo lograría
eliminarla de nuestro país.

En cuanto al impacto económico, Cuba
dejaría de ser dependiente de los medicamentos y
tratamientos importados, que se necesitan para curar y evitar la
progresión de tumores y abriría las puertas a los
países del Tercer Mundo la posibilidad de
tenerla.

Su impacto técnico y científico se
expresará en que abre un nuevo camino al uso de vacunas
y/o reactivos diagnosticadores por vía totalmente
sintética en el mundo, lo que constituye una innovación y una experiencia en el trabajo
conjunto con otros centros del Polo Científico, que se
dedican a la obtención de vacunas por vía natural.
La ventaja de obtener una vacuna sintética es precisamente
que al no usarse procesos de
fermentación ni hidrólisis de una
mezcla de productos,
sino síntesis orgánica, la molécula del
polisacárido y, por consiguiente, el diseño
de la vacuna sería estructuralmente más simple y
presumiblemente más potente. De esta forma se
podría tener un conocimiento exacto de cual evento
estructural es el que interviene directamente en la respuesta
inmune.

Estas perspectivas motivan y constituyen un reto para
formarnos, conducirnos y actuar como profesionales
técnico-científicos de reconocida capacidad y
ética comprometida, de credibilidad
internacional.

 

 

 

Freya González
Núñez

Ciudad de Nacimiento: Ciudad
Habana

País: Cuba

Ciudad: Ciudad Habana

Autobiografía

Freya González Núñez, nací
el 16 de enero de 1977. En el año 1999 me gradué de
la carrera de Licenciatura en Química, de La Facultad de
Química, Universidad de la Habana, y desde entonces
trabajo en el Centro de Estudio de Antígenos
Sintéticos, que pertenece a dicha facultad en el cual
laboro como investigadora. En el mismo me he mantenido vinculada
a la síntesis e investigación de diferentes
antígenos relacionados con la línea de tumores para
la obtención de vacunas terapéuticas y reactivos
diagnosticadores, en beneficio de la salud humana. Soy autora de
una publicación realizada sobre el tema y he participado
en diversos eventos
científicos nacionales e internacionales especializados en
el tema

Fecha correspondiente al trabajo: septiembre
2006.

Centro de Estudio de Antígenos
Sintéticos

Facultad de Química

Universidad de La Habana

La Habana 2006

Partes: 1, 2
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