- Inicio del México
independiente - La joven República y las
primeras inquietudes educativas - La etapa
liberal - La
educación posrevolucionaria - La
educación socialista - Comentario
final - Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Este ensayo
presenta un recuento del problema social que aún es
candente en nuestra vida política del
país: la educación. Hoy que
nos encontramos a cerca de ciento ochenta años de vida
independiente, y aún cuando los propósitos no son
los mismos, la educación en nuestro
país continúa siendo tema de interés
por sus implicaciones económicas, sociales,
filosóficas, morales, pedagógicas y sobre todo
políticas. De ahí, que en cada
sexenio el presidente en turno, con su equipo, le impriman los
cambios que consideran pertinentes.
Así, en el pasado, desde los orígenes de
nuestra nación,
asistimos a innumerables cambios ajustándolos a los
vaivenes políticos e ideológicos en boga o a los
intereses de partidos políticos que pretendían
imponer su proyecto de
nación.
En el trabajo, se
trata de resaltar cómo el desarrollo
educativo de México
está determinado por amplios sectores sociales, que al
acceder al control
político de la nación imponen su proyecto de
nación, en la creencia de que se está respondiendo
a los intereses de la mayoría del pueblo mexicano.
INICIO DEL MÉXICO
INDEPENDIENTE
En los primeros años del México
Independiente nuestro país intenta romper con un sistema de
gobierno impuesto por el
dominio
español.
Las primeras décadas se distinguen por el enfrentamiento
entre dos grupos
políticos que tratan de imponer la forma de gobierno que
ellos creen que es la adecuada para el país. Este no
encuentra la forma apropiada de gobernar, se observa al ensayar
distintos tipos de gobierno (monarquía, república federal,
república central y nuevamente federal) mientras el
país es presa del imperialismo
agresivo del siglo pasado costándole tres invasiones, la
perdida de más de dos millones de kilómetros
cuadrados y varios levantamientos armados.
Las invasiones de Francia, las
pérdidas territoriales con Estados Unidos y
los constantes enfrentamientos entre liberales y conservadores
permitieron que una generación de mexicanos, que ubicamos
en las dos primeras décadas del siglo XIX, tomara conciencia de lo
mexicano, se sintiera orgullosamente nacionalista y se preparara
intelectualmente para enfrentar a las instituciones
retrógradas del país con el fin de destruirlas en
forma definitiva: el clero y el ejército.
LA
JOVEN REPÚBLICA Y LAS PRIMERAS INQUIETUDES
EDUCATIVAS
En los primeros años de vida independiente se
distinguen por sus inquietudes educativas Lorenzo de Zavala,
José María Luis Mora, Valentín Gómez
Farías y el conservador Lucas Alamán. Estos
pensadores a pesar de sus divergencias ideológicas y
concepción de la forma de gobierno que debería
adoptar nuestro país, coincidían en que la
instrucción "era uno de los más poderosos medios de
prosperidad" por tanto, la educación no debería
concretarse a enseñar a leer y escribir, sino que se
hacía necesario dotar a las ciudadanos de una
formación moral y
política acorde al sistema de gobierno que adoptara
nuestra nación. "Así pues, es inconcluso que el
sistema de gobierno debe estar en absoluta conformidad con los
principios de
la educación". (Vázquez 1979: 30)
Es a partir de 1833, que Valentín Gómez
Farías llega interinamente a la presidencia de la
república, cuando el grupo liberal
va a imponer su proyecto educativo concentrado en resolver tres
graves problemas para
la época: primero someter al clero y evitar su injerencia
en los asuntos de gobierno; segundo, disolver el ejército
conservador y sustituirlo por una Guardia Nacional, y tercero,
implantar una reforma educativa.
Podemos considerar que este intento de reforma,
aún con sus limitaciones en cuanto a sus alcances,
significó el primer intento serio, de darle a la
educación la responsabilidad de formar ciudadanos con una
ideología que respondiera al sistema
político nacional.
La Educación, para su mejor administración, sería dirigida por
una Dirección General de Instrucción
Pública para el Distrito y Territorios Federales y los
estados se encargarían de controlar la educación en
sus jurisdicciones respectivas quienes delegarían su
responsabilidad a los municipios.
Este periodo inmediato a la Independencia,
pretende que la educación forme ciudadanos aptos para el
ejercicio de la democracia, la
defensa del territorio nacional y se fortalezcan los sentimientos
nacionalista. Se descubre que se hace necesario que las escuelas
incluyan el llamado Catecismo Político y nociones de
historia patria;
así mismo, encontramos que en este periodo le dan al
país un símbolo: la Bandera, que nos identifique y
en consecuencia nos distinga de las demás naciones y al
final se agrega el Himno Nacional como fortalecimiento del
sentimiento patrio. La nación buscaba una identidad, la
educación sería la encargada de acentuarla,
transmitirla y perpetuarla.
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