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II taller nacional de ética, ciencia, conciencia y valores (página 2)



Partes: 1, 2

Desarrollo.

Para formar un estudiante que sea capaz de reflexionar
racional y consistentemente ante el reclamo de los demás,
de emitir juicios, de sensibilizarse con el compañero, de
tomar decisiones justas y acertadas hay que educarlo en una
cultura de
valores, para
que pueda poner en claro el sentido de su vida, para que
construya su marco referencial, más allá de lo
puramente material o inmediato, y configure la naturaleza
misma de su ser. En fin, para educar un estudiante con la
capacidad de situarse en una posición digna en el mundo
contemporáneo.

Debe ser propósito social, en los momentos
actuales, dar marcada prioridad a los aspectos educativos,
especialmente a la formación de valores, riqueza legada
por los pueblo, por sus mejor de sus tradiciones
patrióticas, culturales y familiares.

El carácter de los valores
morales como orientadores y reguladores internos, hace que
estos ocupen un lugar especial dentro del sistema, formando
parte del contenido movilizativo de los restantes valores al
estar presentes en la premisa, el fundamento y la finalidad del
acto de conducta humana
en cualquier esfera de la vida aspecto muy importante en la
actividad del estudiante.

Son muchas las definiciones que existen para explicar
este concepto. En
sentido amplio consideramos como valor todo
aquello que favorece la plena realización del hombre como
persona.

Los valores influyen decisivamente en la existencia, son
nuestra autodefinición como personas, ocupan el primer
lugar en nuestro orden de prioridades, y orientan nuestras
decisiones.

Los valores se adquieren y se configuran a lo largo de
toda la vida. La teoría
de los valores
como disciplina
filosófica relativamente autónoma surgió
solo con los trabajos de algunos filósofos de los siglos XIX y XX. Se
destacaron ante todo Lotze, Brentano y Lessing.

Podemos precisar el concepto moderno de valor; sin
embargo, no es fácil formular una definición
exacta. Citemos algunas definiciones entre muchas
otras:

Valor: es todo lo que favorece el desarrollo y
realización del hombre como persona, es algo deseable y
estimable para una persona o para un grupo de
personas, es una cualidad que percibimos en un objeto o en una
persona y que nos puede complementar y perfeccionar, es algo
digno de ser buscado por alguien, es una cualidad de las cosas o
personas, que corresponde a alguna necesidad del ser humano, es
el grado de excelencia de una persona o cosa.

La formación moral no puede
ser impuesta al hombre desde el exterior, requiere de cierto
sistema individual de valores, puntos de vista, ideales, los
cuales se exigen en el sujeto de forma determinada y que en la
misma medida que revelen sus relaciones con los que le rodean,
reflejen además un sistema individual de significados,
modelos a
seguir, los que consecuentemente deben ser la guía de la
actuación.

La moral, como forma de la conciencia
social, origina en el hombre
motivaciones decisivas que permiten orientar su conducta hacia
objetivos
concretos. Su particularidad específica, como forma de la
conciencia social, está dada en que refleja los
vínculos del ser social, sus relaciones con los
demás personas, la actitud del
individuo,
ante el trabajo, el
colectivo y todo lo que le rodea, es decir, hacia su entorno
natural y social.

No podemos empezar nuestro trabajo sin
dejar referencia conceptual a lo que entendemos como Ciencia y ver
la Ética como parte de la misma y del mismo modo conocer
lo que entendemos por Valores y establecer su relación y
la importancia de los mismos en la educación en esta
tercera Revolución
Educacional donde la era de la Internet marca sus
pautas.

Tenemos que partir que Ciencia (del latín
scientia, "conocimiento")
es un proceso de
adquisición y refinado de conocimiento objetivo,
así como, la
organización de dicho conocimiento. Es el
conocimiento producto de
una práctica humana con reglas establecidas, cuya
finalidad es obtener por diversos medios un
conjunto de reglas o leyes
universales, que dan cuenta del comportamiento
de un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema
en determinadas circunstancias.

Como desarrollo de este trabajo no podemos dejar de
hacer una pregunta.

¿Por que es la ética
una Ciencia?

El carácter científico que da fundamentado
en que la ética es una ciencia, pero ¿por
qué una ciencia?, Bueno pues para aclarar esta duda
tenemos que definir lo que es una ciencia; la ciencia es
un paradigma
fundamentado, paradigma porque establece un modelo
universal o patrón de comportamiento de la realidad y nos
puede decir como se va a comportar dicha realidad, o sea que la
ciencia puede predecir el comportamiento de un objeto debido a
que proporciona el modelo bajo el cual actúa, así
pues la ciencia no nos "indica" como se comporta un objeto sino
como "debe" actuar un objeto. Es fundamentado ya que utiliza el
método
científico, que es el encargado de corroborar por
todos los medios posibles la adecuación del modelo con la
realidad. Recordemos que el modelo inicial que propone la ciencia
es una hipótesis y que gracias al método
científico, la hipótesis puede
comprobarse y en ese momento se trata ya de un modelo
fundamentado. En fin el carácter científico de la
ética queda fundamentado en virtud de que esta disciplina
presenta un paradigma de conducta valiosa que el hombre debe
realizar.

La ética estudia la moral y
determina qué es lo bueno y, desde este punto de vista,
cómo se debe actuar. Es decir, es la teoría o la
ciencia del comportamiento moral de los hombres.

Pero lo que en realidad le interesa a la ética es
estudiar la bondad o maldad de los actos humano, sin interesarse
en otros aspectos o enfoques. Por lo tanto podemos determinar que
su objeto material de estudio son los actos humanos y su objeto
formal es la bondad o maldad de dichos actos. Con esto podemos da
una definición real de la ética como la Ciencia que
estudia la bondad o maldad de los actos humanos. Con esta
definición tenemos que la Ética posee dos aspectos,
uno de carácter científico y otro de
carácter racional.

Ética, según Schweitzer, es el nombre que
le damos a nuestro interés
por la buena conducta. Sentimos la obligación de
considerar no solamente nuestro bienestar propio, sino
también el de los demás y el de toda la sociedad
humana como un todo.

En resumidas cuentas estudiar
Ética es filosofar sobre los actos humanos, es investigar
las causas supremas de los actos humanos, escudriñar en lo
más íntimo de la conducta del hombre, en la esencia
de las operaciones
humanas para así, vislumbrar allí los aspectos de
bondad, perfección o valor, que pueden encerrar en su
misma naturaleza y en su calidad de
creaciones humanas.

Cuando decimos ética decimos educación porque todo
acto educativo encierra un comportamiento ético, toda
educación es ética y toda educación es un
acto político, no solo por el ejercicio formativo en
sí mismo, sino por sus consecuencias.

El propósito fundamental de toda educación
es preparar para el mundo de la vida. Ello implica abarcar dos
dimensiones de acción
o de comportamiento: el mundo de la vida desde el cuidado y la
atención de uno mismo, y el mundo de la
vida desde el cuidado y la atención a los demás o
lo que genéricamente llamamos, desde la antigua Grecia: el
cuidado de la ciudad.

Toda educación significa para el educador como
para el educando la recepción o transmisión de un
saber social previamente existente, que más allá de
su especificidad técnica o de su utilidad
práctica, viene cargado de un sentido contextual. Todo
saber responde a representaciones colectivas que, en mayor o
menor grado, incorporan pulsiones valorativas sobre el mundo
objetivo y subjetivo. Por ello, para el educando, todo acto
educativo implica una relación de universal heteronimia.
Es un ejercicio de socialización en el que nos incorporamos al
torrente de un mundo ya existente, cargado de contenidos, de
jerarquías, de escalas valorativas y de evidentes y
apreciables núcleos morales, normativos, unas veces
represivos, otras, permisivos.

La actividad educativa no es solo un acto unilateral de
transmisión o de incorporación pasiva de saberes y
conocimientos. La educación es también un proceso
mediante el cual el propio sujeto crea y recrea los sentidos del
conocimiento.

Si esto acontece con los conocimientos de las llamadas
ciencias
naturales y exactas, donde es posible una mayor
formalización de los métodos y
los objetos de conocimiento, mayor es el juego de
reinterpretación y si se quiere de libertad en
relación con saberes que condensan representaciones
sociales, tradiciones culturales, referencias éticas,
morales y normativas, donde el estatuto de legalidad
científica y objetiva es de suyo más
problemático y falible , puesto que cae en el campo de la
comprensión de los sentidos.

Más que el carácter específico que
hemos señalado al conocimiento social y a la auto
representación del mundo moral que elaboran los grupos humanos,
el conocimiento de un sentido ético y moral del mundo
pasa, en mayor o menor medida, por un grado de
apropiación, validación, adecuación, rechazo
y construcción heterodoxa de sentidos propios
y personales del comportamiento moral y ético: de alguna
manera pactamos con las creencias de nuestros mayores.

Por muy pasiva y repetitiva que parezca una conducta
moral, su fortaleza está más dada por la
interiorización, por el reconocimiento íntimo de su
validez, justeza o pertinencia, antes que por la mera
repetición mecánica. Por mucho que nos imaginemos el
comportamiento más heterónomo posible de un joven o
de un adulto, habrá momentos en el que frente a
situaciones cambiantes, el sujeto en cuestión,
tendrá que tomar una decisión con un grado
mínimo pero existente de elección voluntaria, de
convencimiento y de pasión, es decir, en otras palabras,
con un grado rudimentario de conciencia subjetiva del trance en
el que se halla. Trance en el que tiene que elegir entre los
comportamientos posibles y las consecuencias
esperadas.

Somos una especie ética por dos razones muy
elementales:

Una, por que nos movemos en un mundo con un grado de
libertad, infinitamente mayor que cualquiera de las otras
especies. No somos esclavos de los determinismos físicos o
bióticos, tenemos capacidad de respuesta ante situaciones
inesperadas, nos adaptamos e innovamos. Somos la especie menos
acabada de hacer y por lo mismo más abierta a muy variadas
posibilidades de desarrollarse, de completarse o intentar hacerlo
mediante la libertad de escoger y de rectificar.

Dos, somos la única especie que tiene que dar
cuenta de sus actos y justificar su conducta.

La ética y la moral, son inherentes a nuestras
vidas como personas y como miembro constitutivos de una
sociedad.

A la Ética también le interesa el estudio
de la esencia de los valores y, en especial del valor moral,
tratar de ver en qué consiste un valor, sus propiedades y
lo propio de un valor moral.

La educación ética y
moral debe ser colocada en su sitio. No se le pueden pedir
milagros o que salte por encima de su propia sombra. Se le debe
pedir que afronte el problema de ser y estar en el mundo, que no
eluda responsabilidades, que se fije metas y objetivos, pero que
sobre todo, reconozca el carácter humano, demasiado humano
que la comporta.

La educación ética y moral desde luego no
es responsabilidad exclusiva ni de los maestros, de
alguna área curricular específica, ni del resto de
la escuela, de
la familia.
Sin embargo, la educación moral debe tener claramente
definido el lugar que ocupa en el seno de las prácticas
formativas y educativas de la sociedad. La educación en
valores éticos y morales atañe directamente tanto a
la educación formal, como a la informal y a lo no
formal.

En relación con la educación formal, la
formación en valores éticos y morales, de suyo debe
ocupar un lugar central en el mundo de la escuela. No obstante,
por su naturaleza, en la medida que se ocupa de los
comportamientos de la vida, ella no se debe limitar a un simple
lugar en el currículo.

Tanto en el currículo explícito como en el
oculto, como en cualquier otro lugar o tiempo donde
se tenga vida individual o colectiva, se presentan las
situaciones, moral y éticamente significativas. En todo
lugar donde se viva en contextos éticos y morales,
ahí debe estar la educación ética y
moral.

La educación en valores éticos y morales
tiene otra implicación pedagógica. En ella,
progresivamente van adquiriendo responsabilidad los propios
estudiantes. Miquel Martínez y José María
Puig, bellamente definen el oficio del docente en la
artesanía de la educación moral:

"¿Y los profesores cómo lo hacemos? Es
decir, cómo nos situamos en eso. La mejor metáfora
es la del aprendiz. Es decir, los profesores ni van a llenar el
sujeto ni van a esperar sentados la maduración de este
sujeto, ni lo van a poner en las condiciones experimentales del
laboratorio.
La idea de trabajo supone que hay unas personas- y aprendices
está en plural – que van a aprender a construirse, que se
van a construir así mismos, pero se van a construir a
sí mismos construyéndose ellos, pero es verdad que
con la ayuda de tutores y a propósito de un trabajo, de
una tarea, y esto ha de funcionar a la vez. Entonces el tutor,
ciertamente que es alguien que da guía, pero que no
elimina el trabajo imprescindible que debe realizar el aprendiz.
Y el aprendiz hará piezas malas, y hará piezas cada
vez mejores, y en este sentido entendemos que podríamos
recoger, pues, una mejor idea de lo que puede hacer un educador
en el ámbito de la educación moral."

Si la escuela en su conjunto educa, los profesores con
sus actuaciones también lo hacen. Muchos de ellos se
convierten en modelos para los estudiantes, otros al contrario
despiertan un claro rechazo. Esta selección
que hacen los alumnos de sus profesores es una de las razones que
debe llevar a reflexionar al docente sobre su papel como
educador. Se educa no solo con el discurso,
también con la forma en que este se exprese, con el tono,
con la vitalidad o el desgano, con los énfasis y las
declinaciones, con los ademanes y gestos, en fin con todo lo que
se hace y se deja de hacer.

El Profesional de la Docencia no
puede esquivar o eludir su responsabilidad ante una sociedad en
plena transformación. Hay una responsabilidad directa en
la gestión
de los asuntos públicos, que debe complementarse con un
Código
de Etica de obligada observancia, dado que toda amenaza al mismo
es una amenaza al espíritu de la organización, y en particular a la
Organización Educativa donde se desenvuelve
profesionalmente.

La relación del profesor con
su entorno social resulta determinante en la valoración
del desempeño del profesor en sus relaciones
con el medio circundante. Para responder a ese entorno, la tarea
principal del profesor es proyectar su imagen espejo, es
decir, cumplir con los roles que la sociedad y las propias
demandas de su aula les imponen. Se parte del criterio de que la
imagen espejo del profesor estará dada no solo
el estado real
de sus competencias
profesionales, en lo fundamental por sus competencias
metodológica y comunicativa, sino también por su
proyección como modelo ideal en la transmisión de
conocimientos y cultura, y por constituir un patrón de
conducta a seguir en la formación de las nuevas
generaciones.

Los estudiantes se convierten así en los primeros
jueces de sus profesores, cuestionando su coherencia entre la
teoría y la práctica y entre sus diferentes formas
de expresión. Un profesor que en su discurso hable de
compromiso cuando nunca tiene tiempo para sus alumnos, o que
constantemente llame la atención sobre la importancia de
obrar con criterio propio cuando siempre se le ve doblegado
frente al rector, pondrá a tambalear cualquier propuesta
de educación moral por más cuidado que se halla
tenido en su elaboración.

Esta realidad deberá llevar al docente a
reflexionar sobre su propia formación moral, sobre sus
actitudes,
comportamientos y prácticas que afectan directamente la
labor educativa, participando de ese modo en el mismo proceso de
formación moral de los alumnos, haciéndose
consciente de la necesidad de ser cada día una mejor
persona, digna de credibilidad y en quien sus alumnos puedan
depositar su confianza.

Es tarea del profesor que sus estudiantes sean capaces
de:

– Comprender los fenómenos y procesos que
tienen lugar en el territorio como consecuencia de la compleja
interacción entre los agentes humanos y la
naturaleza; analizar su localización y distribución; entender las diferencias y
contrastes entre sociedades y
grupos en función de
factores naturales y humanos, en particular económicos;
tomar conciencia de la fragilidad de los equilibrios
ecológicos y de la creciente responsabilidad humana en el
mantenimiento
de los mismos, y, en suma, entender la vida de los grupos humanos
sobre la superficie terrestre y sus principales
condicionantes.

– Conocer el funcionamiento y los mecanismos de las
sociedades, analizar y comprender los hechos y fenómenos
sociales en el contexto global en que se producen y analizar los
procesos de cambio
histórico en la sociedad preguntándose por el
sentido del progreso en la evolución de las sociedades.

– Consolidar y desarrollar en los alumnos las actitudes
y hábitos característicos del humanismo y de
la democracia,
adquiriendo independencia
de criterio y juicio crítico para valorar con rigor y
ponderación hechos, acciones y
opiniones, desarrollando actitudes de tolerancia y
valoración de otras culturas y de solidaridad con
los individuos y grupos desfavorecidos, marginados y oprimidos, y
asumiendo una posición crítica
ante los valores y actitudes de nuestra cultura.

– Adquirir capacidades relacionadas con el manejo
crítico de la información y de los medios que la
canalizan y procesan, en especial de las nuevas
tecnologías de la información y de la
comunicación.

En la era de la Internet creo que estos aspectos no
deben pasar por alto y es papel del profesor que esto no suceda
siendo consecuente aunque no reiterativo en cada una de sus
clases y no solo en el aula sino n cada actividad extractases que
este realice o de cierta manera se encuentre
involucrado.

Entra a jugar junto al profesor un papel rector
también las relaciones interdisciplinarias ya que esta no
trata solamente las relación entre las asignaturas, entre
contenidos y objetivos, las relaciones interdisciplinarias a mi
entender son todo el sistema de valores, convicciones y
relaciones hacia el mundo real.

La posibilidad de utilizar las nuevas
tecnologías, mas allá de cambiar las formas de la
enseña tradicional, nos ayuda a fomentar cada una de
nuestras clases a través de la explotación al
máximo de todas sus aristas, no consiste solo en preparar
las actividades y montarlas en un Power Point o
usar un televisor, sino de enriquecerlo a través de
orientaciones de actividades que le permitan al estudiante hacer
búsquedas, descargar tareas y recursos desde la
Web de la
propia asignatura, utilizar materiales de
apoyo como( películas, documentales, entrevistas, y
otros programas), todos
con un fin educativo e instructivo, que luego de atormentar y
desmotivar al estudiante, lo conlleve a un determinado foro de debate y
reflexiones acerca del tema, este foro puede hacerse
también a través del correo electrónico o
del Chat. Esto nos
permite mejorar e innovar la enseñanza de las asignaturas
convencionales, ofrecer material didáctico al alumno para
que trabaje autónomamente, ofrece la posibilidad de
incrementar el desarrollo de la actividad científico –
investigativa, tanto en el estudiante como en el
profesor.

Esto conlleva a que el profesor requiera de una
preparación intensiva sobre como utilizar las nuevas
tecnologías, así como las herramientas
fundamentales para crear sitios Web, realizar búsquedas de
información en Internet, entre otras actividades que son
necesarias para enriquecer el proceso docente.

CONCLUSIONES

El problema de la formación en valores
humanos ocupa un lugar esencial en las discusiones actuales
en todos los ámbitos, no sólo se valora la
necesidad de trabajar en esta dirección en los centros educacionales sino
también en los diferentes centros laborales de la producción y los servicios. A
partir de aquí se comprende la necesidad de trabajarlo
durante toda la carrera.

La Misión del
profesional de la docencia está enmarcada en trabajar con
sus estudiantes la formación de valores bajo los principios
éticos. Bajo estos principios éticos en esta
tercera revolución educacional no pueden dejar de regir
valores como: Honestidad
Amistad,
Responsabilidad Solidaridad, Productividad
Tolerancia.

Es importante la utilización de diferentes
procedimientos, técnicas y
métodos para reconocer los valores humanos esenciales
propios de su esfera de actuación, tales como: Talleres de
autorreflexión, técnicas acerca de cómo soy
y cómo quiero que nos vean los demás
etc.

La crisis crea la
oportunidad de ir hasta las raíces de la ética y
bajar hasta aquella instancia donde continuamente se gestan
valores. La ética debe nacer de la base última de
la existencia humana.. Es entrar en comunión, sin
distancia, con todo lo que nos rodea. Por la pasión
captamos el valor de las cosas, valor que es el carácter
precioso de los seres, lo que los hace dignos de ser y los hace
apetecibles. Sólo cuando nos apasionamos vivimos valores y
es por valores por lo que nos movemos y somos hombres de
bien.

Bibliografía.

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    p.
  • Wiki pedía enciclopedia libre.

 

Ponente:

Dialina Luis García.

Universidad de las Ciencias
Informáticas.

La Habana, enero de 2007.

"Año 49 de la Revolución

 

Partes: 1, 2
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