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Pobreza y desigualdad en el Perú (página 2)



Partes: 1, 2

  1. ¿COMO
    ESTAMOS?

Podemos resumir la situación de la pobreza en
nuestro país de la siguiente manera: 1) la pobreza por
ingresos
afecta a la mayoría de la población, por lo que no puede pensarse que
las políticas
focalizadas puedan solucionarla; 2) ser pobre es vivir en una
situación económica de gran privación, con
apenas 160 soles mensuales por persona en
promedio para vivir en Lima y 105 en el área rural, montos
que incluyen el valor de la
comida donada por el gobierno y el
autoconsumo campesino; 3)
los pobres extremos, aquellos que aun dedicando todos sus
ingresos a alimentos no
podrían nutrirse adecuadamente (y no considera el agua ni el
combustible o la cocina para preparar sus alimentos), son un
impactante 15% de los peruanos, a pesar de que tres cuartas
partes de ellos reciben ayuda alimentaría por cerca del
10% de su ingreso total.

La pobreza por ingresos es mayor en las zonas rurales,
ascendiendo a 45% de la población en Lima (3.4 millones) y
al 66% de la población en el campo (4.7 millones). Las
diferencias son mayores si vemos la pobreza extrema, que solo
afecta al 5 % en Lima (0.4 millones) pero al 30% en el campo (2
millones).

Aunque en ambos caso la pobreza es mayor en el campo,
estos datos nos dan
imágenes muy diferentes: ¿es ahora
la pobreza principalmente urbana o no? Las diferencias tienen que
ver con la forma de medir la pobreza por ingresos: una persona
sola que dispone de determinada cantidad de soles mensuales,
puede ser pobre en Lima mas no en las zonas rurales; esa
diferencia se desvanece al medir la pobreza extrema. Una imagen más
acertada se encuentra en el medio de ambos extremos, y nos
diría que la pobreza es aun mayormente rural, aunque
más de dos quintas partes de los pobres deben ubicarse
actualmente en las ciudades.

En el siguiente cuadro observaremos que entre los
años 2001 y 2004, la pobreza en el Perú se redujo
de 54.3% a 51.6%, mientras que la pobreza extrema (hogares
incapaces de financiar la canasta básica de alimentos)de
24.1 % a 19.2%, lo cual es sin duda positivo. Sin embargo, lo
cierto es que, con pequeñas fluctuaciones, los niveles de
pobreza se mantienen en alrededor de la mitad de la
población desde hace al menos tres
décadas.

3. Evolución del
PBI per capita

La evolución del PBI per capita en el
Perú muestra una larga
etapa de ascendencia desde 1950 hasta mediados de la
década de 1970, y luego un a fase de crisis y de
prolongado estancamiento. La economía peruana
vivió un periodo de gran crecimiento al impulso de la
economía primaria de exportación, especialmente en el boom del
cobre y de la
harina del pescado a principios de la
década de 1960. No obstante, la última fase de
expansión se baso en el endeudamiento público
externo y en el crecimiento industrial. El PBI per capita
creció a una tasa media anual de 2.5%, y la
inflación, para los estándares peruanos, fue
relativamente baja con un promedio de 10% anual.

Si bien el PBI por habitante se ha recuperado
significativamente desde 1993, a fines del año 2005
todavía no recobramos los niveles de ingreso de
1975.

A pesar que en el año 2005 aun existía un
pequeño índice de inflación como se muestra
en el siguiente cuadro, nuestro PBI se recupero como se menciono
anteriormente.

De otro lado, en los últimos cinco años,
el gasto familiar aumento en los sectores mas necesitados de la
población, especialmente en las áreas rurales de la
sierra y la selva, lo que podría estar expresando una
mayor atención del Estado
así como una mejor gestión
económica de las unidades productivas familiares. Sin
embargo, el déficit para que la mitad menos favorecida de
la población pueda cubrir la canasta de consumo
completa es enorme: 47.000 millones de soles por año,
monto que equivale a todo el Presupuesto de la
Republica.

4.
Desigualdades persistentes

El balance de la pobreza revela que, que en estos cinco
años, los peruanos hemos realizado avances en la
creación de condiciones macroeconómicas y de
institucionalidad democrática más favorables para
la lucha contra la pobreza, y que las cifras muestran una
relativa reducción de la misma.

Pero también nos muestran que hay brechas
económicas que se incrementan, que los mecanismos de
redistribución son débiles y que las distancias
sociales no han sido modificadas sustancialmente. El Perú
es, lamentablemente, representativo de la situación de
América
Latina, que se ubica entre las regiones mas desiguales del
mundo.

En décadas pasadas, las ganancias empresariales
se elevaron más rápido que los salarios y los
ingresos independientes. Así, mientras en 1970 la utilidad de las
empresas
representaba 25%, en 1993 ya constituía 43% de todos los
ingresos, incluyendo los de asalariados e
independientes.

Similarmente, en años recientes las ganancias
recibidas por las empresas se han incrementado de manera
extraordinaria debido a la mejora de los precios
internacionales y a la reactivación interna de la
economía. En el caso de las empresas extranjeras, en el
periodo 2002 – 2004, las ganancias se incrementaron en 400%
y, en el caso específico de las mineras, en un 700%. Por
su parte, en ese mismo periodo, las remuneraciones en
el país permanecieron, en promedio, prácticamente
estancadas.

De otro lado, la distancia entre el nivel de las
remuneraciones de la elite poblacional de altos salarios y el de
la inmensa mayoría de los trabajadores se ha ampliado. Los
ingresos, por hora trabajada, han subido para el 20% de los
trabajadores que laboran en empresas de mayor tamaño, y ha
bajado para el 80% restante, que se emplea en empresas de menor
tamaño.

Los mayores avances en la reducción de la pobreza
se registraron en las zonas rurales, donde la pobreza cayo de
77.1% a 72.5% y la pobreza extrema, de 49.8% a 40.3% de la
población.

No obstante, el rezago de las regiones más
pobres, particularmente de la sierra, se ha acentuado. Los
departamentos que más disminuyeron su pobreza fueron
aquellos de mayor desarrollo
agro exportador, como ICA (de 46.7% a 29.2%) y Lambayeque (de
64.8% a 46.7%)

En cambio, los
dos departamentos con mayores niveles de pobreza en el 2001,
Huancavelica y Cajamarca, apenas la redujeron en 1.6% 3.4%,
mientras que los dos que les seguían, Puno y Huanuco,
incrementaron su pobreza en 1.9% 1.0% respectivamente.

5. La
situación del desempleo en el
Perú

En la década del 70 se tuvieron los mayores
niveles de empleo
adecuado (con salarios mayores al mínimo y con todos los
beneficios sociales y derechos laborales
reconocidos por las leyes vigentes en
el momento), fluctuando entre el 45 y 55 % del total de la
población económicamente Activa (PEA). El
subempleo, (tanto por horas como por ingreso) era la segunda
categoría en importancia, con variaciones del 35 y 45%, y
la tercera categoría era el desempleo abierto, que se
ubicaba entre el 5 y 10%.

En la siguiente década, la del 80, sobre todo en
la segunda mitad, a partir del proceso
hiperinflacionario, el empleo adecuado se derrumbo a niveles de
20 y 25% (en Lima Metropolitana llego 15.6%2), y el
subempleo paso a ser la categoría principal de la
situación laboral en el
Perú, llegando a niveles del 60 y 70%. El desempleo
abierto de mantuvo entre el 5 y 10% a nivel nacional, aunque en
Lima y en algunas ciudades supero en algunos momentos esa cifra.
A pesar de los avances en materia de
crecimiento (sobre todo entre los años 92 y 97) y las
reformas introducidas en el mercado laboral,
esta situación no pudo ser modificada en la década
de los 90.

Llegamos al presente siglo con una situación
laboral con altos niveles de subempleo (63.4% en el 2004,
vinculados también al aumento de la informalidad), bajos
niveles de empleo adecuado (28.3% en el 2004) y relativamente
bajos niveles de desempleo abierto (4.4% en el 2004). A pesar del
crecimiento sostenido de la economía en los últimos
cuatro años, los niveles de desempleo y subempleo casi no
se han modificado, como nos lo muestra el siguiente
grafico:

6.
¿Se puede prevenir la pobreza?

El crecimiento
económico alcanzado por nuestro país en los
últimos años, no ha podido reducir la pobreza de
manera significativa; generando numerosas preguntas entre los
ciudadanos. Algunos estudios, fundamentalmente oficiales, han
señalado que el crecimiento observado ha tenido impactos
sobre la población, es decir se trataría de un
crecimiento pro pobre, en tanto que otros estudios independientes
señalan que la reducción de la pobreza
habría sido poco significativa o casi nula.

Lo cierto es que el crecimiento que se ha alcanzado en
los últimos años, parece haber sido insuficiente
para reducir la pobreza en el país de manera importante.
Como se sabe, además de esperar que el crecimiento
beneficie a la población, el estado
tiene un conjunto de programas y
políticas sociales que deberían ayudar en el
objetivo de
reducir la pobreza. Al respecto se ha discutido bastante sobre
las mejores formas de ejecutar la política
social, se ha incrementado el gasto social, incluso se han
generado programas piloto, con diseños nuevos o con
mecanismos de nacionalización del gasto sobre la base de
mejores métodos de
focalización. Sin embargo la pobreza no ha cedido de
manera importante.

Las causas de la pobreza crónica tienen que ver
más con la acumulación de activos
productivos, en tanto que en la pobreza transitoria influyen
shocks o eventos que
reducen el bienestar de los hogares, lo cual pone al tema de la
prevención social como un elemento clave en la agenda de
la lucha contra la pobreza y por tanto se plantea que la estrategia de
lucha contra la pobreza en el Perú debe incluir la
acumulación y protección de los activos productivos
de los pobres.

7.
Conclusiones

Una de las primeras conclusiones es que:

Si el empleo aumenta y al mismo tiempo se
constata un aumento en la pobreza, entonces la calidad de los
empleos creados no seria la mejor, puesto que se trataría
de empleos de baja calificación con niveles de productividad
reducidos y por lo tanto débilmente
remunerados.

Otro problema existente en nuestra sociedad es el
desempleo y los bajos ingresos salariales.

A pesar de la mejora en las cifras de pobreza en nuestro
país, aun mas de la mitad de la población es pobre,
situación que se refleja en la marcada diferencia de los
ingresos entre los niveles socioeconómicos: en promedio,
el 10% mas rico recibe cerca de 12 veces el ingreso del 50% mas
pobre, lo cual se ha mantenido en los últimos
años.

El Perú necesita de un pacto social de
"productividad, equidad y
sostenibilidad", para que quienes paguen impuestos reciban
los beneficios públicos básicos como seguridad
ciudadana, justicia y
respeto a la
dignidad
personal

8. Fuentes
bibliográficas:

www.oitandina.org.pe

www.care.org.com.pe

Libro: "Protección social para la equidad y el
crecimiento"

Banco Interamericano de Desarrollo

Alarcón Silva Milagros Giovanna

UNIVERSIDAD SAN MARTIN DE PORRES

Escuela: Administración de empresas

Curso: Macroeconomía

Ciclo: IV

Profesor: Jorge Córdova Egocheaga

Partes: 1, 2
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