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El proceso formativo del Historiador: una mirada desde lo Regional (página 2)



Partes: 1, 2

Desde la perspectiva antes referida, se pretende
desconocer la memoria
histórica de los pueblos, y por tanto, su identidad
nacional para enfrentar mejor un capitalismo
cuyas fronteras sean solo la de los intereses de las grandes
transnacionales. Teorías
neopositivistas, escépticas, expresan la concepción
del fin de la historia como partes
esenciales del neoliberalismo
con el objetivo de
destruir las esperanzas de sentir y de vivir en una sociedad donde
el hombre y su
naturaleza
constituyen los resortes esenciales del progreso.

Por su parte, la práctica y experiencia
acumuladas acerca del saber histórico demuestran, que la
historia ??la hacen los hombres inmersos en sus relaciones
económicas y sociales con sus ideas, anhelos,
sufrimientos, luchas; con sus valores, sus
virtudes, sus defectos, sus contribuciones, sus triunfos, sus
reveses, sus sueños. La historia es el registro de la
larga memoria de la
humanidad."

Un rastreo por la literatura acreditada acerca
de estos asuntos, permite corroborar cómo se reconoce la
necesidad de que en el contexto histórico que vive la
humanidad, para contrarrestar los efectos negativos que impone la
sociedad neoliberal y hegemónica a la que asistimos, se
precisa subrayar las influencias formativas de la sociedad toda y
en particular de la escuela, a quien
corresponde la misión de
organizar, dirigir y controlar el proceso
formativo más importante a través del cual
incidimos en el hombre como
sujeto social: el proceso docente educativo.

Una mirada al proceso formativo escolar desde el proceso
de enseñanza aprendizaje de la
Historia y su imprescindible contribución a la
formación integral del hombre debe partir de tomar en
cuenta además de lo que más arriba se ha apuntado,
que, somos identidad,
porque somos memoria, postulado este que ha sido ampliamente
tratado en las investigaciones
históricas contemporáneas. En tal sentido, ocupan
un lugar de privilegio los temas dedicados a los estudios
regionales y locales relacionados con la formación
moral,
patriótica, humana, por solo citar algunas aristas del
asunto, que desembocan en la búsqueda de propuestas que
permiten ir delineando acciones
encaminadas a concretar las aspiraciones apuntadas en la
Declaración Mundial sobre la Educación
Superior en el siglo XXI: Visión y
Acción
cuando se expresa:

Formar diplomados altamente cualificados y ciudadanos
responsables, capaces de atender a las necesidades de todos los
aspectos de la actividad humana, ofreciéndoles
cualificaciones que estén a la altura de los tiempos
modernos, en las que se combinen los conocimientos
teóricos y prácticos de alto nivel mediante
cursos y programas que
estén constantemente adaptados a las necesidades
presentes y futuras de la sociedad"

Nótese cómo queda subrayado en el cuerpo
de significaciones explícitas e implícitas de la
Declaración la necesidad de incidir en el proceso
formativo desde acciones docentes, esto
es, cursos y programas, lo cual no excluye la responsabilidad que la sociedad debe ejercer a
nivel familiar, barrial y todo el entramado institucional
extraescolar. Vale sin embargo, destacar, cómo en la misma
Declaración, en relación con la
formación del hombre, se añade en otro de sus
acápites "contribuir a proteger y consolidar los valores de
la sociedad, velando por inculcar en los jóvenes los
valores en que reposa la ciudadanía democrática y
proporcionando perspectivas críticas y objetivas a fin de
propiciar el debate sobre
las opciones estratégicas y el fortalecimiento de enfoques
humanistas".

Si por otro lado se tiene en cuenta que, por
definición, la Universidad es la
institución cultural más importante de una nación
y que en ella los profesionales de la Historia son los que desde
el objeto de su profesión deben calar más profundo
en la esencia per se de los procesos
identitarios, entonces, la formación cabal de estos
futuros egresados debe revertirse en garantía de sujetos
capaces de conducirnos a las transformaciones sociales que se
exigen hoy en busca de un mundo mejor, en lo cual queda subrayada
además, la responsabilidad impostergable que en ello
asumen los profesores de Historia.

La literatura acreditada y numerosas investigaciones
recientes, tanto en el terreno historiográfico como en el
pedagógico, concuerdan en que este sigue siendo un
fenómeno a estudiar, pues aún subsisten
insuficiencias en el proceso formativo del egresado de la
Licenciatura en Historia y particularmente en la
sistematización del saber histórico regional y
local -que por su inmediatez espacial y temporal con los
educandos- se le reconoce como tributo esencial para calar en lo
formativo socio identitario desde lo instructivo
histórico.

Sin embargo, aunque existe acuerdo entre los docentes e
investigadores de temas históricos en cuanto al peso que
tiene en la formación socio identitaria del futuro
historiador, los contenidos referidos a la historia regional y
local generada por hombres y mujeres, colectividades de
pertenencia más cercanos a la zona en la que reside el
educando y a la población con la que se comparte la vida
cotidiana-

  • no se dispone, en el presente, de una
    concepción teórica, ni de una metodología, que permita de manera
    coherente, identificar y poner en sintonía
    sistémica, los componentes del proceso formativo que
    intervendrían en la formación socio identitaria
    -desde las potencialidades objetivas del saber
    histórico regional y local- del egresado de la
    Licenciatura en Historia que hoy la sociedad demanda.
  • Los contenidos históricos -en todos los
    niveles de enseñanza, con particular énfasis en
    la
    Educación Superior, tanto en la Licenciatura como
    en las asignaturas para todas las carreras a las que se le
    ofrece estos contenidos dentro del ciclo de formación
    básica- han seguido la lógica de la Ciencia
    Historia en cuanto a privilegiar lo nacional al tratar la
    memoria colectiva, el pensamiento social, la sucesión
    generacional, el patriotismo, la identidad, la
    cubanídad, dejando muy poco o ningún espacio a
    los hechos, fenómenos y figuras que atesora la
    región, la localidad y que desde un punto de vista
    estrictamente temporo espacial se encuentran muy
    próximos a las vivencias del educando.
  • Los instrumentos del nivel empírico
    utilizados para la constatación del problema
    Diagnóstico sobre la calidad del
    proceso formativo-
    en el que básicamente se
    utilizó la
    entrevista a docentes, Jefe de Carrera, estudiantes de la
    Licenciatura en Historia, el análisis del Plan de
    Estudios vigente, las tormentas de ideas en el colectivo de
    profesores de la Disciplina
    Historia de Cuba, la
    experiencia de la autora y la observación y seguimiento del proceso
    formativo del Licenciado en Historia en el período
    comprendido de 2001 a 2006) ver Anexos 3 al 8) permiten
    corroborar la existencia de insuficiencias en el proceso
    formativo del futuro egresado.
  • Asimismo, se pudo corroborar la existencia de un
    vacío en cuanto al tratamiento de las potencialidades
    que ofrece la Historia Regional y Local en calidad de
    contenido histórico portador de valores identitarios
    que desembocan en acciones formativas enmarcadas en las
    exigencias que la sociedad le demanda.

Los estudios realizados sobre este particular y el
diagnóstico efectuado al efecto permiten
determinar objetivo la: Demostrar la necesidad
de incorporar los estudios de historia regional para la
formación socio identitaria basada en una
concepción teórica que contribuya al
perfeccionamiento de la formación del profesional de la
carrera Licenciatura en Historia

Conviene señalar además que, en esta
investigación constituyen referentes
teóricos indispensables: el materialismo
dialéctico e histórico en calidad de eje
metodológico que atraviesa toda la investigación
como método que
aporta una concepción materialista dialéctica cabal
a la comprensión de la vida social; los aportes del
ideario martiano en relación con la formación
moral, la importancia de los factores subjetivos y la
preparación del hombre para la vida; el enfoque
histórico cultural de Vigotsky y sus
seguidores en cuanto a la concepción del sujeto del
aprendizaje como ser cultural, asimismo, se abrazan las ideas de
destacados investigadores cubanos como D.J. González en lo
relacionado con la concepción científica del
psiquismo como criterio central en el cual el sujeto consciente
es el reflejo de sus condiciones objetivas y a la vez es
transformador y creador de sí mismo y de la cultura,
también se abraza en esta tesis toda la
tradición pedagógica de E J Varona, F Varela, hasta
la obra de estudiosos actuales y promotores del saber
pedagógico y contemporáneo en Cuba como son Carlos
Álvarez de Zayas, Homero Fuentes, Pedro
Hurruitinier Silva, Fátima Addines, entre
otros.

  1. Desarrollo.

Principales etapas de la Licenciatura en Historia
después del Triunfo de la Revolución.

El triunfo de la Revolución
Cubana conlleva a cambios en las estructuras
educacionales especialmente la universitaria tan necesaria para
las trasformaciones que ha emprendido la nueva dirección del país.

En 1960 parte del profesorado desertó. Nuevos
docentes cubanos y extranjeros identificados con los principios
revolucionarios pasan a engrosar los claustros universitarios, es
el primer paso en el camino de la prerreforma .El 10 de enero de
1962, se promulga la Ley de la Reforma
de la Enseñanza de la Enseñanza Superior .Nace
desde el punto de vista jurídico la Universidad
Socialista.

En la Reforma Universitaria se aprueban 33 carreras.
Surge la Facultad de Humanidades y las Escuelas se multiplican:
Letras y Artes, Historia, Ciencias
Jurídicas, Ciencias
Políticas, Educación, Economía y
Filosofía en preparación.

Oficialmente, la Carrera de Licenciatura en Historia
abre con 4 años para formar profesionales capaces,
responsables, comprometidos con el desarrollo social
en todos los órdenes.

Sus referentes teóricos están en la
concepción materialista dialéctica e
histórico ? cultural del desarrollo
humano, que permite una nueva concepción del proceso de
enseñanza ? aprendizaje, del papel de los profesores y
estudiantes en relación con el proceso formativo del nuevo
profesional revolucionario.

Las Universidades de La Habana y de Oriente .acogen a la
nueva carrera ".A partir de las nuevas concepciones de la
enseñanza se aprobó el primer plan de estudio que
ponía el acento en la parte docente, aunque tenia como
propósito graduar a un historiador que pudiera ejercer
tanto en la docencia como
en la investigación"

En sus primeros planes de estudio las disciplinas
correspondían a la división tradicional de la
historia existía una carga muy superior de contenidos
imperaba más las horas dedicadas a la historia General y
Universal que a los contenidos de Historia de Cuba,
prácticamente no se contemplaban asignaturas
complementarias El concepto de
región que se aplicaba en este período esta
relacionado con la macro región con predominio de las
características de región geográfica y
política
,así bajo el titulo de estudios regionales se
referían a Asia,
África Y América
Latina.

La Historia Regional como micro historia no era tratada
ni dentro de la Historia Nacional ni en Cursos
Optativos.

En 1968 el Comandante Fidel Castro
había exhortado el estudio de nuestras raíces y la
socialización del conocimiento.

Con estas nuevas pautas las Escuelas de Historia
enfrentaron un nuevo reto. En la Universidad de La Habana,
José Antonio Tavarez del Real, eminente historiados fue
nombrado en 1969 director de la Escuela de Historia. Siguiendo la
línea orientada se orienta profundizar y divulgar la
historia de Cuba.

En el período de 1975 ? 1985 desaparece la
Escuela de Historia y se fusionó a la facultad de
Filosofía e Historia. Hay que destacar que entre 1971 ? 75
prácticamente estas escuelas tenían muy pocos
estudiantes En la Universidad de Oriente no incrementó
matricula en el período solo graduaba los que ya
estudiaban la misma. La Habana se mantenía con
matrícula. En 1976 abren las nuevas facultades y crece el
número de profesionales en el curso regular diurno, para
trabajadores y a distancia, indiscutiblemente comenzaba un
perfeccionamiento en la Educación Superior y los
historiadores saldrían mejor preparados.

En busca de un estudio de las raíces de la
juventud
cubana se crea una nueva asignatura en la que se desdibuja la
historia nacional, llevaba por título ??Historia del
Movimiento
Obrero y de la Revolución Socialista?" pensada para su
inserción en las Carreras Universitarias dentro de las
Ciencias
Sociales la cual procuraba incorporar conocimientos
históricos a los nuevos profesionales Tavarez del Real
acerca de la importancia de la Historia expresaba "en la cultura
nacional, la historia es un ingrediente de mucho mas peso de lo
que puede ser la sociología y la Filosofía". Estas
palabras demuestran cuán importante era ese vacío
que existía en los nuevos graduados para formar una
cultura integral e influir en la sociedad y en su
formación identitaria al desconocer lo mejor de nuestras
tradiciones revolucionarias, humanistas y
antiimperialistas.

A partir de 1976 creció la matrícula, la
importancia de la historia de Cuba aumentó, aunque hay que
destacar que en los diferentes planes A, B, C, no se hacía
alusión a la incorporación de contenidos regionales
y locales que redundará en un profesional más
identificado en su patria pequeña, defensor de su comunidad, con
una cultura histórica y humanista superior a la existente
la cual constituye una aspiración de la educación
del siglo XXI: formar profesionales capaces, cultos e
identificados con la tierra
donde naciera y crecieran.

En los inicios del siglo XXI los estudios de la historia
nacional han pasado a un primer plano. Nuevas facultades han
incorporado la carrera de Licenciatura en Historia. La carrera
existe en diferentes modalidades tales como: curso regular
diurno, modalidad semi presencial para la universalización
y enseñanza a distancia.

A continuación se presenta un esquema que ilustra
los periodos fundamentales por los que ha atravesado la
formación del profesional de la historia en
Cuba.

Situación actual del proceso de
formación socio ? identitaria del estudiante de la
Licenciatura en Historia en la Universidad de
Camagüey

El diagnóstico de la situación en torno al proceso
de formación socio ? identitaria del estudiante de la
Licenciatura en Historia toma en cuenta a dicha carrera en la
Universidad de Camagüey. Debe saberse además, que
esta Licenciatura fue abierta en la Facultad de Ciencias Sociales
y Humanísticas de dicha Universidad en el curso 2001-2002
y contó con sus primeros graduados en el curso
2005-2006.

El análisis documental a nivel de Plan de Estudio
y documentos
normativos del proceso de formación del Licenciado en
Historia permitieron corroborar que:

  • El modelo del
    profesional al cual se aspira contiene de manera
    explícita las definiciones en cuanto a: la esfera
    académica, investigativa e ideo-política de este
    futuro egresado.
  • El sistema de
    objetivos de
    la Carrera Licenciatura en Historia, se expresa a partir de la
    definición del objeto de trabajo del
    historiador y del conjunto de habilidades que deben
    caracterizar al egresado de la Carrera de Historia en su
    aplicación a las tareas concretas del trabajo
    profesional. Por ello, puede entenderse que el sistema de
    objetivos que comprende el modelo del profesional ha sido
    derivado de los problemas
    particulares que el recién egresado debe contribuir a
    resolver con eficiencia.

En relación con los problemas
profesionales
que debe enfrentar el Licenciado en Historia
queda definido que:

  • El objeto de trabajo del historiador es el
    desarrollo, sujeto a leyes de la
    sociedad en sus múltiples variantes concretas. Ello
    abarca, sin exclusión, las diversas esferas
    económica, política, cultural, etc. de la
    actividad humana, en distintas épocas y espacios
    geográficos. En consecuencia, el hombre, como ser
    social, es el sujeto de la actividad histórica y el
    objeto central de la investigación de la
    historia.
  • Asimismo, se especifica que, el estudio de los hechos
    y procesos históricos permite el descubrimiento de las
    leyes del desarrollo social y de la forma en que estas
    actúan, de forma tal que a través del
    conocimiento del pasado, puede lograrse la comprensión
    del presente y valorar las tendencias posibles del futuro
    desarrollo social.

Lo que anteriormente se explica subraya el peso
ideológico y político de la Ciencia
Histórica, así como la complejidad de las esferas
de actuación del futuro egresado de la carrera objeto de
análisis, pues, es en ellas que el profesional de la
Historia debe realizar sus acciones básicas ?
transformadoras por demás- a nivel de lo social –
nacional.

Como el objetivo de esta investigación se enmarca
en la elaboración de una metodología para la
formación socio – identitaria basada en una
concepción teórica que contribuya al
perfeccionamiento de la formación del profesional de la
carrera Licenciatura en Historia, y en la respuesta anticipada al
problema se toma en cuenta las potencialidades de los estudios de
historia regional y local, en el diagnóstico que
aquí se presenta resulta imprescindible ofrecer los
datos acerca
del papel de dicha historia nacional y en especial la regional y
local en la Disciplina Historia de Cuba del Plan de Estudio de la
carrera.

Mención aparte merece la historia regional y
local. Del análisis del Plan de Estudio y en particular
del Programa de la
Disciplina y los Programas de Asignaturas se puede concluir que:
no se le declara su importancia, esto es, no se encuentra
incorporada al diseño
curricular dentro de las asignaturas de Cuba , a pesar de que la
mayoría de las posibles esferas de este egresado (vid.
supra.
. Caracterización de las esferas de
actuación) están relacionadas con lo regional, lo
que permite corroborar algunas de las insuficiencias que este
posee para poder
enfrentar los nuevos retos que la sociedad le impone una vez
graduados.

Dentro de los elementos que consideran inciden en las
insuficiencias de los egresados en torno a su formación
socio identitaria se encuentran:

  1. El plan de Estudio de la carrera no contiene lo
    regional.
  2. Falta de una cultura histórica sobre lo
    regional y local de los docentes.
  3. Pocos vínculos con Instituciones culturales e históricas
    en los territorios.
  4. Poca o ninguna indicación de trabajos
    independientes encaminados a investigar en estos
    temas.
  5. Se prioriza la historia en un plano
    factológico general de Cuba y no se profundiza en
    hechos locales en búsqueda de causas y efectos para la
    región.
  6. Falta de creatividad e iniciativa en el
    claustro
  7. Cuando se incluye lo regional es solo desde La
    Habana, reforzada la relación centro-
    periferia.
  8. Aunque existe acuerdo entre los profesores del
    valor de
    lo regional y lo local para la formación del futuro
    egresado no existe una metodología que sistematice la
    teoría y la práctica de este
    asunto en función de lo formativo socio
    identitario, ni a nivel departamental, ni a nivel
    ministerial.

Todo lo anteriormente expresado hace pensar en la
necesidad de la creación y puesta en práctica de
una concepción teórica y metodológica que
permita desarrollar resolver o minimizar los problemas que se
presentan en el proceso formativo de los estudiantes de
Historia.

Los estudios realizados también permitieron
revelar que el proceso de formación socio identitaria del
Licenciado en Historia se encuentra en el centro de los saberes
que este profesional debe tener incorporado a sus modos de
actuación como ente transformador de la sociedad, y que en
dicho proceso se manifiesta la contradicción entre el
carácter totalizador del reflejo
generalizado de la realidad histórica y el carácter
particular, consciente, de la necesidad de transformación
de la realidad objetiva.

En tal sentido, se precisa potenciar:

  • Lo local y regional como lo nacional.
  • Lo local y regional como reflejo de lo
    nacional.
  • Lo local y regional como peculiaridad de lo
    nacional
  • Lo local y regional como inserción de lo
    nacional.

Para poder verdaderamente demostrar la importancia que
tiene el sujeto en la historia desde su contexto

El Proceso Formativo

En cuanto a la palabra formación, de
origen latino, su contenido alude a la acción
y efecto de formar y formarse. Es un proceso histórico del
cual se sabe que desde la Antigua Grecia se
buscaba formar ciudadanos mejor preparados en las artes, la
filosofía, la historia que constituían aspectos
esenciales en la búsqueda de los componentes del proceso
más tarde denominado formativo . Sobre este
particular, también se desea apuntar cómo en el
presente el tema humano y su formación también
encuentra en los modernos complexólogos reflexiones
interesantes tales como la que aparece en Epistemología del Caos cuando se
señala que la formación esta conformada por una
triada compuesta por la dimensión (es la
proyección de un objeto o atributo en cierta
dirección, es un proceso en sí mismo)
naturaleza, administrativa y socio humanista que destaca
al hombre inmerso en el proceso, mediante sus organizaciones
propias y como consecuencia de su propia
individualidad.

En esta investigación se asume
formación en relación directa con la
tradición pedagógica cubana, en tal sentido, se
considera apropiado concebir el concepto como un proceso
sistémico, consciente, esencial en el desarrollo
humano, que presupone la formación del profesional
desde las competencias
profesionales y sociales: conocimientos, habilidades y valores
profesionales y ciudadanos. (Homero:2000).lo que está
relacionado con la necesidad de preparar al hombre para que sea
capaz de trasformarse así y a la sociedad o sea preparar
al hombre para la vida .

Como ya fue declarado en la Introducción, al hablar de tradición
pedagógica cubana, ocupa lugar especial la figura de
José Martí
.Centro su interés
por las ciencias sociales y humanísticas ,sobre todo en la
historia cuya interrelación se establece mediante la
cultura como visión totalizadora de la sociedad El
humanismo
martiano recrea, la idea del papel totalizador del contexto
histórico y la vida social y económica sobre las
que el hombre alzará su grandeza y su sabiduría en
aras de una vida en la que él será el móvil,
sin distinción de razas y credos, dándoles un rol
primordial a las generaciones más jóvenes que
jamás debieran divorciarse de las tradiciones culturales
de su nación:
?"Creer es la palabra de pase de esta
generación?.

Los autores nacionales que tratan la formación
del hombre en general y su ser lo definen identificado con su
nación en particular, toman en cuenta la triada individuo-profesión-sociedad. Esta
relación implica elementos generales o universales pero
también incluyen componentes profesionales, asociados a
los modos de actuación de dichos
individuos.

El proceso formativo y lo
regional.

En un sentido estrictamente pedagógico, la
propuesta potencia el
proceso de enseñanza aprendizaje de la región donde
crece y se desarrolla el educando en tanto pautas fundamentales
para una concepción de un ser humano superior y toma en
cuenta que el problema "[?] no es recrear la memoria
histórica; antes al contrario [sic], es crearla. Solo
está en la memoria lo que se conoció alguna vez. El
historiador tiene que descubrir aquello que no se conoció
para convertirlo en memoria; es el hacedor de la
memoria".Ahí esta un aspecto central de esta
propuesta.

En principio, una concepción socio?identitaria
que potencie lo regional y lo local en el proceso de
formación del historiador, contribuye a su cultura general
integral, y también particular, en tanto profesional de la
historia, al tiempo que, le
prepara para resolver problemas profesionales básicos que
tienen un lugar de privilegio en el contexto en que vive el mundo
y la nación cubana hoy, esto es, tiene que ver, como ya se
dijo antes (vid. supra: fundamentación del problema
científico) con la responsabilidad de este futuro
profesional en relación con la creación de una
conciencia
histórica como vía para el desarrollo
ideológico de las masas, el rescate, preservación y
divulgación de la tradición histórica
nacional como parte del patrimonio
cultural de la nación, así como la
orientación del trabajo de indagación
histórica, en correspondencia con los intereses y
necesidades de la nación. Todo ello precisa según
ha hecho notar González Serra de una concepción
moral del mundo que aporte

una imagen
valorativa del mundo apoyada, no esencial, ni forzosamente, en
los hechos de la ciencia, ni en la práctica
transformadora, sino en la práctica moral – valorativa
de la humanidad que tiene como tarea suprema interpretar o
reflejar la realidad a fin de orientar al ser humano
hacia el cumplimiento con los valores a la vez que favorecer su
equilibrio
emocional"

Por estas razones, la formación socio ?
identitaria del profesional, encuentra en lo regional y local una
condición esencial, al tiempo que aporta cualidades
profesionales que conducen a la búsqueda de una
actuación más acorde con la realidad que le
corresponde estudiar y trasformar, en tanto le permite un
acercamiento a su raíz tanto lo cognitivo y lo afectivo,
motivo por el cual se afirma que incide en su concepción
moral del mundo..

Con esta propuesta se tratará de desarrollar en
el estudiante cualidades sociales e identitarias que se integren
a su personalidad
profesional. Una propuesta pedagógica de esta naturaleza
se orienta a la formación de un educando más humano
en lo individual y lo social, en el contexto de una
profesión específica, y en un contexto
histórico concreto; de
ahí que, el proceso de formación se ubica en una
delimitación espacio-tiempo: el historiador y el oficio
del historiador en Cuba, país del Tercer Mundo con un
proyecto
socialista que tiene como centro fundamental al
hombre.

De manera que, se investiga y se desea transformar un
objeto de estudio que puede ser interpretado, según Homero
Fuentes, como proceso de desarrollo social y humano, y en
dicho proceso se constituyen espacios de interrelación
entre los sujetos.

En tal sentido, se asume la formación como un
proceso totalizador cuyo objetivo es preparar al hombre como ser
social. Aunque la formación se asume también como
proceso que debe implicar, para que sea eficaz, la
autoformación, o sea que muestre efectivamente una
dinámica de desarrollo
personal donde el alumno esté involucrado de modo
consciente.

La historia como tal, incide directamente en el
desarrollo de la formación socio- identitaria de los
estudiantes en particular, y de la sociedad en general, de
ahí que el profesional de la especialidad tenga que
interactuar de manera transformadora en el contexto social donde
se desarrolla tanto en su ámbito comunitario como
profesional. Si en la formación académica no se le
dan todos los elementos necesarios para llevar a acabo la
transformación como seres humanos superiores,
indiscutiblemente no se logrará su influencia en una nueva
concepción científica del mundo que permita
predecir y trasformar la realidad, decirle al ser humano
cómo actuar para lograr sus metas. Hay que destacar que la
misión de la Educación Superior en los momentos
actuales esta dirigida a preservar, desarrollar y promover, a
través de sus procesos sustantivos y en estrecho
vínculo con la sociedad, la cultura de la
humanidad; contribuyendo así a su desarrollo
sostenible, por tanto, si no se logra una sólida
formación axiológica e identitaria regional y local
en el profesional de la historia, no es posible proyectar un
conocimiento objetivo de aquella en la perspectiva presente –
futuro.

En relación con lo explicado, se expresa una de
las contradicciones de este proceso formativo, esta es la que se
expresa entre la asimilación de la cultura esencial de la
profesión como objeto amplio, y el aprendizaje
para solucionar problemas de la sociedad a través de su
profesión como objeto específico, ambos
involucrados en una formación integral.

Desde el punto de vista filosófico es necesario
tener en cuenta la concepción materialista de la
historia
, en particular, lo referido al papel de los sujetos
de la historia dentro de un proceso dialéctico en el que
desde el punto de vista temporo espacial se toma en cuenta la
triada pasado ? presente ? futuro, que en su manifestación
didáctica se inscribe en la relación
Historia Nacional ?? Regional—-Local cuya interpretación se enfrenta desde las
categorías de lo general – lo particular y lo
singular.

Se sustenta la propuesta en lo psicológico
básicamente en la concepción histórico ?
cultural de
Vygotsky y sus seguidores,
específicamente la relación entre educación
y desarrollo, donde la orientación de los objetivos
está dirigida hacia el mañana de los estudiantes.
Por lo que la propuesta que se fundamenta asume el modelo del
profesional como en calidad de instrumento dirigido a resolver
las necesidades de desarrollo social de la sociedad.

Asimismo, uno de los principios fundamentales en que
descansa la concepción psicológica del enfoque
histórico-cultural,
que aquí se trabaja, es
el principio del reflejo activo, según el cual, el
hombre, en el proceso de su desarrollo llega a autodeterminarse,
en la medida que asume una posición activa en el propio
proceso de su formación, manteniendo una relativa
autonomía con respecto al mundo que lo rodea,. La
tendencia general del desarrollo consiste en que el alumno se
transforma paulatinamente de un ser sometido a las influencias
externas, en un sujeto capaz de actuar de forma independiente
sobre la base de objetivos conscientemente planteados.
.

En cuanto a los referentes pedagógicos se
parte de los estudios realizados por Horruitiner (2006),
Álvarez de Zayas, (1999); Fuentes, (2000); Cruz, (2002)
sobre el desarrollo y el modelo de actuación profesional y
sus principios fundamentalmente, los estudios de Bermúdez,
(1996) sobre los niveles de actuación. Se retoman los
estudios de Portuondo, y Fernández, (1990), sobre la
integración docencia producción investigación, así
como los estudios del currículo realizados por Álvarez de
Zayas, R. (1996); Álvarez de Zayas, C. (1999); Portuondo,
(2003); García, (2001); Addine, (2000), sobre el
currículo. En la presente tesis se adoptan además,
los fundamentos de la enseñanza en la escuela superior
expuestos en las obras de Horruitiner (2006), Álvarez de
Zayas, (1999) y Vecino, (1997).

En el plano ideológico, se asume como
plataforma de pensamiento la ideología del humanismo, como síntesis
lógica que se ha conformado en el devenir

histórico, y de la cual es abanderada la
Revolución Cubana, y lo mejor de la tradición de
lucha que dio lugar a ella, por tanto, en la concepción
que se defiende se deberá incorporar todo lo más
valioso que ayude al crecimiento del hombre, a su
humanización como aporte al acervo humanista
universal.

En la concepción metodológica propuesta se
plantea desarrollar en los estudiantes sentimientos ,ideales
.,cultura de la resistencia
,valores que queda resumido en una pedagogía que oriente a la formación
humana en lo individual y social, integrándolo en su
personalidad profesional ,.llevando a la practica el concepto
martiano :"Educar es sembrar valores, es desarrollar una ética, una
actitud ante
la vida. Educar es sembrar sentimientos?es buscar todo lo bueno
que pueda estar en el alma de un ser
humano"

En relación con los fundamentos asumidos en esta
investigación se desea destacar además, los
criterios de C. Álvarez acerca de la formación de
un profesional de excelencia en el terreno histórico Esta
autora considera que el historiador se define como: "ser
competente en su profesión, con una cultura general
integral, preparado social y culturalmente para vivir en su
época y contribuir a su trasformación, comprometido
con la defensa de los valores
morales, la identidad nacional, con una conciencia
patriótica, revolucionaria y
antiimperialista".

Por tanto, la formación socio – identitaria del
historiador deberá tener en cuenta su realización
personal en
función del progreso de la humanidad mediante la
educación en valores, fomentar sus potencialidades reales
de trasformación personal y trasformar a la sociedad
mediante el desarrollo del sentimiento de amor a la
Patria y especialmente al lugar donde nació y
creció.

Análisis sistémico estructural
de la concepción teórica que se
propone
.

En la concepción teórico
-metodológica que se propone, el proceso formativo
constituye el aspecto, objeto, donde se va a incidir
directamente, de ahí que se tome en cuenta que,
formación " [?] se emplea para caracterizar el proceso
sustantivo desarrollado en las Universidades con el objetivo de
preparar íntegramente al estudiante en una determinada
carrera universitaria [?]" , en su acepción más
amplia, significa la preparación de ciudadanos para la
vida, para su actuación en la sociedad. La autora asume
esta concepción a partir de que la finalidad de esta
investigación radica en el perfeccionamiento de la
formación de esos profesionales a través de las
potencialidades de transformación hacia lo personal y lo
social que favorece la historia regional y local, en calidad de
cultura asociada a los sentimientos de pertenencia a una
región o comunidad y a la identidad desde la historia y la
cultura.

El proceso formativo se identifica con tres dimensiones
esenciales, que en su integración expresan la nueva
cualidad a formar: preparar al profesional para su desempeño exitoso en la sociedad. Ellas
son:

  • La dimensión instructiva. Esta relacionada con
    los conocimientos y las habilidades de la profesión,
    para que pueda desempeñar eficientemente en su
    trabajo.
  • La dimensión desarrolladora. Su
    concepción esta determinada por la necesidad del nexo
    entre el objeto de la profesión y los modos de
    actuación, o sea la relación entre el estudio y
    el
    trabajo.
  • La dimensión educativa .Constituye una
    dimensión integradora dada a que actúa
    directamente sobre la labor educativa, y el papel social que
    tiene que desempeñar en la sociedad en que vive ,y se
    desarrolla el nuevo profesional y es allí donde va a
    influir para trasformar esta realidad social.

El proceso de elaboración teórica se ha
realizado a partir de la modelación de la formación
socio ? identitaria del historiador desde un enfoque
sistémico estructural en el que se definen dos dimensiones
caracterizadas por su unidad dialéctica: dimensión
culturológica hacia el desarrollo intelectual de la
formación socio-identitaria del historiador, y,
dimensión, formativa-educativa del historiador en
función de la solución y transformación de
problemas
sociales, las cuales se encuentran dinamizadas por la
contradicción que se establece entre el carácter
totalizador del reflejo generalizado de la realidad
histórica y el carácter particular, consciente, de
la necesidad de transformación de la realidad
objetiva

Subsistema 1: Dimensión culturológica
hacia el desarrollo intelectual de la formación
socio-identitaria del historiador.

Hacia el interior de los elementos que componen esta
dimensión se precisa destacar la contradicción
interna que establecen y dinamizan las relaciones historia
nacional, historia regional, historia local. Esta
contradicción se explica a partir de que: la historia
nacional -que en su acepción más amplia- generaliza
la realidad histórica, debe tener en cuenta las
particularidades objetivas de cada territorio. No se trata de
escribir y enseñar una historia nacional desde una
sumatoria de historias regionales y locales, sino de recorrer esa
dialéctica imprescindible que va de la historia general a
la regional y local, y viceversa, en una dinámica que
involucra pasado-presente-futuro y toma en cuenta el espacio
concreto de cada comunidad.

La contradicción arriba referida permite un
crecimiento, desarrollo, hacia la aprensión de lo
identitario nacional, pues se da respuesta a cómo debe
concatenarse la historia nacional, regional y local y su reflejo
consciente en el profesional, despojada aquella de regionalismos
dañinos y visión deformada de la
realidad.

Desde una perspectiva estrictamente sistémica
funcional es necesario considerar, aunque no se inscribe en el
objetivo específico de esta
investigación,

las relaciones entre (a).El estudiante, (b).Los
factores extraescolares como la familia, la
comunidad y el contexto social donde convive el educando, y
(c)-Los factores escolares como la formación
filosófica, estética, política, moral del
profesional
.

El modelo teórico de formación que se
propone toma en cuenta la integración de estos tres
aspectos que, en su relación, constituyen la
dialéctica de la formación general del historiador,
válida también para otros profesionales.

De manera que, esta autora determina que la
concepción teórica se articula o se configura sobre
la relación de la identidad en general y lo
profesional en específico
. En esa relación
está dada una problemática que toda
educación universitaria actual debe plantearse como
preocupación a resolver satisfactoriamente, y se formula
como la contradicción entre la formación de
identitario y el desarrollo de la profesionalidad.

La dialéctica de estos elementos está en
la base del análisis realizado, la clave de la
formación del profesional de estos tiempos en el contexto
de esta investigación.

Como el Subsistema 1 del modelo que se
fundamenta contiene una serie de componentes de cuyas relaciones
emerge la dimensión culturológica hacia el
desarrollo intelectual de la formación socio-identitaria
del historiador se considera imprescindible penetrar en la
cualidad que más perentoriamente de él emerge. A
saber:

La Identidad:

En la formación social la identidad constituye un
aspecto indispensable para enfrentar la
globalización neoliberal que busca aniquilar la
memoria histórica por lo que la noción de identidad
nacional es una constante en estos tiempos si se busca un
desarrollo cultural y humano que conlleva a la
reafirmación de la dignidad
nacional. En la comprensión de identidad que emerge de
este subsistema se asume como sigue:

La categoría identidad nacional designa el
sistema de rasgos comunes que definen un grupo
social, comunidad o pueblo devenido determinación
fundamental de su ser esencial y fuente autentica de
creación social .Es una unidad que, fijando la comunidad
presupone la diversidad la diferencia y sus vínculos
recíprocos, como modo dinámico de constante
enriquecimiento y proyección hacia la
universalidad

[?] integra en su expresión sintética la
comunidad de aspectos socioculturales, étnicos
-lingüísticos, económicos, territoriales.
etc., así como la conciencia histórica en que se
piensa su ser social, en tanto tal, incluyendo su autentica
realización humana y las posibilidades de originalidad y
creación"

En esta concepción de identidad se ha considerado
en primer término a uno de los grupos
sociales más inmediatos al educando: la comunidad, de
ahí que constituye un elemento vital de la propuesta,
desde el punto de vista de lo instructivo, proponer la
inclusión de los estudios regionales y locales en la
formación del historiador y potenciar la misma desde las
influencias formativas que se pueden generar en él tomando
en consideración el contexto donde se desarrolla como ser
social.

La profesionalidad:

En la actualidad, la nueva universidad que promulga el
siglo XXI, tiene que ser científica, tecnológica y
humanista, que se comprometa con el desarrollo cultural,
económico y social del país, y que esté
estrechamente vinculada con la sociedad, por lo que precisa de la
profesionalidad relacionada con la capacidad y la competencia de
sus egresados, esto impacta directamente con su encargo
social

En el proceso formativo, según declaran las voces
autorizadas, la noción de competencia ha venido a ubicarse
en un primer plano de la discusión. Sobre este particular
se han introducido elementos importantes destinados a definir la
competencia profesional, sobre la que no se intenta teorizar en
esta tesis, pero sí destacar el papel que en ella se le
reconoce a la instrucción. Si esto es así, una
propuesta en la se sistematicé la teoría para que
el estudiante se apropie de conocimientos regionales
pondrá al historiador en mejores condiciones de competitividad
que las generaciones de profesionales que le
precedieron.

De ahí que, en el modelo teórico
metodológico propuesto tiene como reto pedagógico:
formar un profesional competente profesionalmente pero, a la vez,
que responda a al identidad nacional y regional, que esté
comprometido con su país y capacitado para trasformar e
influir positivamente en la sociedad donde vive.

Como parte de la concreción teórica de la
propuesta se determina que las principales rasgos de la
formación socio identitaria son:

  • Competente profesionalmente para convertirse en el
    hacedor de la memoria histórica de los hombres en sus
    relaciones económicas, políticas, sociales y
    culturales de manera creadora
  • Comprometido con el estudio preservación y
    mejoramiento social, en el ámbito universal americano
    nacional regional y local.
  • Capaz de fomentar una cultura de masas comprometida
    con el desarrollo de la sociedad.
  • Portador de una cultura general integral, acorde con
    el desarrollo humano que reclama el mundo actual. .
  • Portador de un sólido dominio
    historiográfico
  • Dialéctico, capaz de evolucionar
    constantemente como ser humano superior

Lo anterior enuncia, de modo sintético, los
rasgos que deben emerger de las relaciones sistémicas que
se establecen entre los componentes de la dimensión
culturológica hacia el desarrollo intelectual de la
formación socio-identitaria del historiador, por lo que
entonces, la formación socio identitaria desde los
conocimientos históricos regionales del estudiante de
historia,
según esta autora debe ser entendida
como: El desarrollo de lo identitario nacional desde el
desarrollo de la identidad regional y local en el estudiante de
historia, la cual toma en cuenta un proceso de desarrollo social
y humano, consciente y dinámico, que involucra a
estudiantes y docentes así como a la comunidad, y
región en cuya transformación va a
influir.

La educación es un proceso de desarrollo humano
que se caracteriza por :l

  • Consciente: se asume con los medios
    propios y esta presente en toda la carrera
  • Sistémico: La interrelación de todos
    sus componentes es una necesidad dialéctica para obtener
    una óptima calidad.
  • Dinámico y Flexible: con el objetivo de
    adaptarlo a las particularidades de cada proceso formativo de
    acuerdo a las características territoriales e
    individuales.
  • Centrado en el estudiante y en las particularidades
    territoriales, e individuales.

En la manera que se ha definido la formación del
historiador, se entiende que: estudiantes, docentes y otros
sujetos están involucrados en procesos de actividad, que
se integran en un proceso globalizador: la socialización.
En el contexto de la formación socio identitaria el
proceso de socialización se considera como un proceso
necesario y positivo, que persigue la cohesión social y la
inserción del estudiante en la historia en su comunidad
para que participe activamente en la transformación socio
económico del lugar e influya en la identidad regional y
local como componentes fundamentales de la identidad social y
nacional, ello le permite a su vez la auto trasformación.
La función socializadora se convierte pues, en una
invariante de la concepción propuesta.

A continuación se procede al análisis y
argumentación más detallada de los componentes y
relaciones del subsistema que nos ocupa tomando en cuenta las
premisas anteriormente declaradas.

Modelación del sistema de formación
socio-identitaria desde los conocimientos históricos
regionales

La palabra modelo proviene del latín
modulus: que significa medida, ritmo, magnitud, y
está relacionada con la palabra modus: que
significa copia, imagen.. El modelo, por
definición, puede anteceder a la teoría
científica como germen posible de la nueva teoría
y, por tanto, en este caso, el modelo realiza una
función constructiva o puede aparecer como la
realización de una teoría ya existente y cumple una
función realizadora. De cualquier modo, el modelo
se comporta como la capacidad de entrelazar lo precedente con las
nuevas concepciones, con el potencial intelectual
presente.

Este entrelazamiento entre los conocimientos precedentes
y los nuevos, constituyen una condición necesaria para el
desarrollo de la teoría científica y, por tanto,
continuidad infinita del conocimiento, condicionado
histórica y socialmente.

El modelo debe superar el simple sistema descriptivo,
que fija la información sobre el objeto; debe servir de
instrumento para la predicción de acontecimientos que no
han sido observados aún. De ahí que el modelo de
partida para la concepción teórico
metodológica que se defiende "constituye una reproducción ideal o material de procesos
posibles y reales, relaciones y funciones, por un
sujeto del conocimiento, mediante analogías en el sentido
más amplio o la utilización de tales
analogías en otros sistemas ideales
o materiales
para el
conocimiento más profundo o el mejor dominio del
original modelado" [en tal sentido, se le concibe como] una
representación ideal, teórica ,subjetiva del objeto
a investigar, donde el sujeto abstrae todos aquellos elementos y
relaciones que él considera esenciales y los sistematiza
"

En lo teórico, un modelo para la formación
socio identitaria en el que se potencie lo culturológico
reescrito como desarrollo intelectual de la formación
socio-identitaria del historiador potenciado desde los
conocimientos históricos regionales, se puede conformar
como un sistema de componentes interrelacionados, y de cada uno
de ellos, en su dinámica interna, se determina una
cualidad rectora que resume o sintetiza un subconjunto de otras
cualidades subordinadas de similar naturaleza.

El modelo propuesto, como ya se ha dicho, está
conformado por dos subsistemas que se relacionan con las
dimensiones del proceso formativo y dan respuesta a un principio
prioritario dentro de la unidad instrucción
?educación, el cual consiste en educar desde el contenido
de las propias materias de estudio, con el objetivo de lograr una
integración dialéctica de los aspectos cognitivos
con los significativos, conscientes. .

La dimensión culturológica corresponde
más directamente a lo instructivo, debido a que esta
relacionada directamente con los contenidos, habilidades y
valores que adquiere el estudiante en su formación a
través del contenido de las asignaturas, que como parte de
la cultura son indispensables para el logro de los objetivos. De
ahí la relevancia de tomar en cuenta en las condiciones
actuales de nuestro país los objetivos de la nueva
universidad cubana al calor de la
Batalla de Ideas: educar desde los propias materias

La triada historia nacional ? regional ? local que
dinamiza el primer subsistema, constituye el peso fundamental de
la concepción que se propone. Para revelar su
interrelación dialéctica es necesario primero
determinar los conceptos de región. Sobre este asunto se
precisa apuntar una cuestión muy importante: en Cuba,
primero surgió la patria local, lo regional antes que lo
nacional, los primeros historiadores como Arrate no hablaron de
la nación sino del territorio donde se desarrollaron, en
este caso La Habana

La autora de esta investigación asume como
concepto de región el que señala I García
cuando apunta "la región histórica como totalidad,
como espacio geográfico social en el cual confluyen una
serie de características económicas,
políticas sociales e ideológicas que en un tiempo
largo produce una identidad que perdura en su trayectoria".
Partiendo de la delimitación del concepto asumido
entendemos por historia regional el estudio de una región
delimitada, en determinada comarca geográfica,[?] "cuya
jerarquía como tal surge del propio desarrollo y
explotación de sus potencialidades, y que se manifiesta en
la aparición y posterior consolidación de intereses
clasistas definidos, o de otro tipo, que sin ser excluyentes con
intereses nacionales, marcan con su sello propio la vida
regional. Esta a su vez, enriquece con sus peculiaridades y
contribuye a las regularidades que conforman el corpus
nacional…" (16).

Se trata de lograr una historia mas contributiva que
vaya a la búsqueda de la solución de los problemas
estructurales de la región histórica y las naciones
actuales, que contribuya sobre todo a la unidad nacional que
tanto se requiere para construir proyectos
alternativos para el desarrollo social humano.

Entendemos por historia local la ciencia de lo
particular, la cual precede en el tiempo a la regional y su
objeto de estudio esta definido como espacios menores puede
corresponder a un barrio, un pueblo .

La historia regional y local constituyen medios
pedagógicos que facilitan al estudiante la
apropiación del hecho o fenómeno que contribuya a
despertar en ellos una relación afectiva con el pasado y
el presente, que permite la investigación y junto con ello
desarrolla las habilidades de análisis, comparación
y valoración del material histórico.

La incorporación de estos contenidos es de suma
importancia para la formación de sentimientos
patrióticos, de identidad pero, se convierte en realidad
solo cuando se imparte en estrecho vínculo con lo
nacional, lo cual permite a los alumnos ver cómo
influyeron los grandes acontecimientos nacionales en su
región y localidad, qué papel juega su patria chica
en los hechos y fenómenos fundamentales, cómo cada
parte del país contribuye a su desarrollo en general,
aquí está uno de los aspectos fundamentales de la
propuesta: la necesidad de establecer esta triada con doble
carácter desde los contenidos y desde el tiempo
histórico

El estudio de la historia regional y local no puede ser
incidental, debe hacerse de tal manera que mantenga un enfoque
sistémico y el alumno paralelamente a la
asimilación de los conocimientos de historia nacional se
forme el sistema de conocimientos específicos que le
permite comprender la historia en interrelación
dialéctica.

La transformación del estudiante de historia
desde la dimensión culturológica exige un amplio
desarrollo político ideológico, una sólida
formación humanista, una elevada competencia profesional
que lo ponga en condiciones de aprehender lo social, hacerlo suyo
y entonces, ponerlo en condiciones de ser capaz de defender la
Revolución en el campo de las ideas, lo que significa
también, estar dispuesto a cumplir cualquier misión
de la Revolución, entonces, tal formación desde los
tributos que
hacen los contenidos históricos a la formación,
tiene que producirse en concatenación con la
dimensión formativa educativa del historiador en
función de la solución y transformación de
problemas sociales. Esta relación entre dichos subsistemas
debe resolver la contradicción que se presenta entre el
carácter totalizador del reflejo generalizado de la
realidad histórica y el carácter particular,
consciente, de la necesidad de transformación de la
realidad objetiva

  • Subsistema 2: Dimensión formativo educativa
    del historiador en función de la solución y
    trasformaciones de problemas sociales
    .

Esta dimensión se relaciona directamente con las
dimensiones reconocidas por la didáctica y la pedagogía para el
proceso formativo escolar pero, en particular, con una de ellas:
la desarrolladora, tómese en cuenta que apunta hacia el
papel del historiador en la sociedad y su actuación en
ella, la cual es asumida en la modelación de la
concepción que se propone sobre la base de tres
componentes básicos que intervienen en la formación
del historiados y que están directamente correlacionados
con sus modos de actuación.:

Analista:

  • De la actividad humana en distintas épocas y
    espacios geográficos.
  • De las regularidades del desarrollo social de forma
    tal que a través del conocimiento del pasado puede
    valorar el presente y proyectarse hacia el futuro del
    desarrollo social.
  • De las producciones historiográficas con un
    sentido critico y constructivo.

Portavoz de la ideología de la
Revolución:

  • Promotor del patriotismo histórico nacional
    ,
  • Difusor, politólogo, divulgador de la
    tradición histórico ? nacional como parte del
    patrimonio cultural de la región, la nación y de
    las tradiciones revolucionarias, antiimperialista e
    internacionalista.

Ideólogo de las masas desde el proceso
formativo
.

  • Sujeto capaz de enseñar a reflexionar sobre el
    pasado para contribuir a asumir el presente con voluntad
    trasformadora.
  • Sujeto capaz de desarrollar la función de
    orientador ciudadana.
  • Comunicador capaz de propiciar la cultura del
    dialogo.

Se asume en la propuesta que el proporcionarle al
educando, desde el punto de vista instructivo, contenidos
históricos regionales y locales al lado de lo cual se debe
trabajar la acción directa de otros factores escolares
como la formación filosófica -que le permite el
conocimiento de las leyes fundamentales de la dialéctica y
su aparato conceptual-, la formación estética,
política y moral que recibe en el plan de estudio; el
profesional formado estará en condiciones superiores de:
preservar, desarrollar y difundir la cultura histórica,
los valores
humanos morales e identitarios que conforman la cubanidad
.

Los sujetos implicados en la concepción que se
propone: el docente y el estudiante, juegan un papel fundamental
en tanto el primero asume que su función no jerarquiza o
exalta la individualidad, con la única finalidad de lograr
el bien del estudiante de modo paternalista, por el contrario, su
papel de conductor del proceso, se refuerza porque de su cultura
histórica y la forma de conducir el proceso docente,
depende en gran medida el éxito
de la propuesta, de ahí su responsabilidad en la
motivación del estudiante para contribuir de manera
eficiente a su formación humana y social así como
en su calidad profesional

El alumno, por su parte, como el otro sujeto directo
implicado en el proceso formativo, necesita de respeto a su
dignidad y el interés por su crecimiento humano, o sea,
que el educando se reconoce en el centro de la propuesta.
Según la autora de esta tesis es preciso, para alcanzar
los objetivos propuestos, potenciar y fortalecer la
formación hacia lo interno en interacción con lo externo, y esto
significa, desarrollar el potencial individual en aspectos
intelectuales
y afectivos que conducen a la motivación, actitudes
responsables, disposición hacia el aprendizaje de
elementos nuevos que dinamizan su desarrollo social y
profesional.

Entre los fundamentos psico-pedagógicos que
sustentan la modelación de la concepción
teórico metodológica para la formación socio
identitaria del historiador se toma en cuenta el concepto de
actividad entendido como un el accionar sujeto ? objeto mediado
por las particularidades de la carrera, en cuya pedagogía
se ha insertado la actividad investigativa como una necesidad de
búsqueda de nuevos conocimientos en todas las materias,
dentro de las que proliferan seminarios talleres , trabajos de
curso y extra clases , que tienen como finalidad el desarrollo de
habilidades instructivas e investigativas .

Lo argumentado sobre actividad como categoría, se
extiende hacia el proceso de enseñanza aprendizaje, y se
debe tener en cuenta para instrumentar las actividades del
estudiante, por tanto, se concreta en habilidades que en el plano
didáctico debemos desarrollar y que también
intervienen en la formación socio identitaria.

Las regularidades derivadas del
modelo que sustenta la concepción teórico ?
metodológica para la formación socio identitaria
del historiador son las siguientes:

  • Existe una relación dialéctica entre la
    formación culturológica hacia el desarrollo
    intelectual de la formación socio-identitaria del
    historiador y la formación educativa del historiador en
    función de la solución y transformación de
    problemas sociales.
  • La formación socio identitaria, como cualidad
    superior del educando, emerge como síntesis de la
    relación dialéctica que establece la
    dimensión culturológica hacia el desarrollo
    intelectual de la formación socio-identitaria del
    historiador y la dimensión, formativo-educativa del
    historiador en función de la solución y
    transformación de problemas sociales.
  • Las relaciones dialécticas entre las
    dimensiones arriba mencionadas se asumen como subsistemas y se
    encuentran dinamizadas por la contradicción que se
    establece entre el carácter totalizador del reflejo
    generalizado de la realidad histórica y el
    carácter particular, consciente, de la necesidad de
    transformación de la realidad objetiva.
  • La solución de la contradicción permite
    el perfeccionamiento de la formación del historiador y
    en particular su formación socio ?
    identitaria

CONCLUSIONES

  • Con esta investigación se puede demostrar que
    la formación socio identitaria del historiador, a pesar
    de su importancia, como ente transformador de la sociedad en
    que vivimos, es insuficiente.
  • El análisis del problema desde las
    perspectivas filosófica, ideológica,
    psicopedagógica, culturológica y propiamente
    histórica, permite corroborar que el potencial existente
    en los saberes que aportan la historia regional y local no
    cuentan con una sistematización ni tampoco con una
    metodología para ser implementada como resortes
    culturológicos imprescindibles en la formación
    socio identitaria del historiador.
  • La concepción teórico ?
    metodológica que se propone, integra de manera
    sistémica, dos dimensiones: una dimensión
    culturológica hacia el desarrollo intelectual de la
    formación socio-identitaria del historiador y una
    dimensión, formativa-educativa del historiador en
    función de la solución y transformación de
    problemas sociales.

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AUTORA:

Lic. María del Carmen Véliz
Torres

Profesora de Historia de Historiografía de Cuba y
de Historia Regional

Universidad de Camaguey

UNIVERSIDAD DE CAMAGUEY
CUBA

Camagüey

2007-

 

Partes: 1, 2
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