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La delincuencia juvenil (página 2)



Partes: 1, 2

Concepto

La delincuencia
es un conjunto de infracciones de fuerte incidencia social
cometidas contra el orden público (cuyo estudio, a partir
de una definición dada de legalidad,
considera la frecuencia y la naturaleza de
los delitos
cometidos) y criminología (que considera la
personalidad, las motivaciones y las capacidades de
reinserción del delincuente).

Como ya hemos podido observar la Delincuencia
Juvenil

es problema social que altera el orden público y
como tal tiene causas o factores que la
originan: 

  1. La
    violencia

Consiste en la presión
ejercida sobre la voluntad de una persona,
ya

sea por medio de fuerzas materiales, o
acudiendo a amenazas, sus víctimas sufren problemas
psicológicos para toda la vida.

La violencia es
un elemento que se encuentra comúnmente en la delincuencia
juvenil y es uno de los factores que influyen a los
jóvenes a cometer actos ilícitos

1.1 Causas Biológicas

Se ha mencionado al síndrome de déficit de
atención como causa de problemas de
conducta, que
sumados a la impulsividad característica del
síndrome, pueden producir violencia.

Los trastornos hormonales también pueden
relacionarse con la violencia: en las mujeres, el síndrome
disfórico de la fase luteínica se describió
a raíz de los problemas de violencia presentes alrededor
de la menstruación, específicamente en los
días 1 a 4 y 25 a 28 del ciclo
menstrual, pero el síndrome no se ha validado con
estudios bien controlados, aunque se ha reportado que hasta el 40
por ciento de las mujeres tienen algún rasgo del
síndrome y que entre el 2 y 10 por ciento cumplen con
todos los criterios descritos para éste. De 50 mujeres que
cometieron crímenes violentos, 44 por ciento lo hizo
durante los días cercanos a la menstruación,
mientras que casi no hubo delitos en las fases ovulatoria y
postovulatoria del ciclo menstrual.

1.2 Causas Psicológicas

La violencia se relaciona de manera consistente con un
trastorno mental.

El trastorno antisocial de la personalidad
se establece entre los 12 y los 15 años, aunque a veces
antes, y consiste en comportamiento
desviado en el que se violan todos los códigos de conducta
impuestos por
la familia, el
grupo, la
escuela, la
iglesia, etc.
El individuo
actúa bajo el impulso del momento y no muestra
arrepentimiento por sus actos. Inicialmente esta violación
persistente de las reglas se manifiesta como vandalismo; crueldad
con los animales; inicio
precoz de una vida sexual promiscua, sin cuidado respecto al
bienestar de la pareja; incorregibilidad; abuso de sustancias;
falta de dirección e incapacidad de conservar
trabajos; etc. Salvo que tengan una gran inteligencia o
que presenten formas menos graves del trastorno, fracasan en todo
tipo de actividades, incluyendo las criminales, ya que carecen de
disciplina,
lealtad para con sus cómplices, proyección a
futuro, y siempre están actuando en respuesta a sus
necesidades del momento presente.

El trastorno es cinco a diez veces más frecuente
en hombres que en mujeres. Como estos sujetos están
más representados en los estratos más pobres, hubo
alguna discusión sobre si la pobreza induce
o potencia estas
alteraciones. Esto se ha descartado: los individuos con trastorno
antisocial de la personalidad, por su incapacidad de lograr metas
y conservar empleos, tienden a asentarse naturalmente en los
estratos de menores ingresos.

1.3 Causas Sociales

La desigualdad económica es causa de que el
individuo desarrolle desesperanza. No se trata de la simple
pobreza. Hay
países o comunidades muy pobres, en los que desconocen el
robo y la violencia de otro tipo. Sin embargo, la gran diferencia
entre ricos y pobres y sobre todo la imposibilidad de progresar
sí causa violencia la frustración se suma a la
evidencia de que no hay otra alternativa para cambiar el destino
personal.

1.4 Entorno Familiar

En la familia, los dos
factores que con más frecuencia se asocian al desarrollo de
violencia es tener familiares directos que también sean
violentos o que abusen de sustancias tóxicas.

1.5 Características del individuo
Violento

 En los individuos violentos vemos la interacción de los trastornos descritos.
Por ejemplo, en los delincuentes se encuentran los siguientes
rasgos.

1. Socialización pobre como niños:
pocos amigos, no los conservaban, sin ligas afectivas profundas,
etc.

2. Poco supervisados o maltratados por sus padres: los
dejaban solos, a su libre albedrío, y cuando estaban
presentes, los maltrataban.

3. Buscan sensaciones en forma continua: desde chicos
son "niños problema," y los mecanismos de control social no
tienen gran influencia sobre ellos.

4. Manejan prejuicios como base de su repertorio: "todos
los blancos negros, mujeres, hombres son así"

5. Abusan del alcohol.

6. Nunca han estado
seriamente involucrados en una religión
principal.

7. Carecen de remordimientos, o aprenden a elaborar la
culpa y así evitarlos.

8. Evitan asumir la responsabilidad de sus actos: construyendo casi
siempre una pantalla o justificación que suele ser exitosa
para librarlos.

2. La
Frustración

 Es el sentimiento de insatisfacción que
existe en el ser o el individuo

Cuando no llega a cumplir un objetivo o
meta trazada que en este caso sería la superación y
el progreso.

-Es creado emocionalmente

-Distorsiona la personalidad

-Conduce a la introversión

3. La
delincuencia juvenil y entorno social.

El estudio de la criminalidad juvenil constituye un tema
de actualidad, no sólo del derecho penal,
sino también de la criminología y de las ciencias
conexas. El constante aumento de los conflictos
sociales, y con ellos el de la delincuencia, ha incrementado el
interés
por el tema, tanto en los países industrializados o
centrales, como también en los llamados países
periféricos, como son los de América
Latina.

Para comprender el interés por el análisis y la búsqueda de soluciones
para la delincuencia juvenil, es necesario ubicar este
fenómeno dentro de la problemática de la sociedad
actual. La estructura
social en que les ha tocado vivir a los niños y
jóvenes de hoy, está caracterizada por una
complejidad cada vez mayor, donde la búsqueda de
soluciones no depende ni de fórmulas tradicionales, ni de
líderes carismáticos.

La delincuencia juvenil se ubica, por lo menos en
América
Latina, dentro de un contexto social caracterizado por
grupos de
niños y adolescentes
ubicados dentro de niveles de miseria o pobreza, desempleo,
narcotráfico, concentración urbana,
baja escolaridad o analfabetismo,
agresiones sexuales y desintegración familiar. A estos
grupos
sociales se les ha negado todos los derechos humanos,
tales como el derecho a la vida, la salud, la educación, la
vivienda, en fin, el derecho al desarrollo. 

Por último, se puede manifestar que la
delincuencia juvenil es el resultado de la combinación de
diversos factores de riesgo y
respuesta social. Se presenta en toda sociedad, en donde los
antivalores de violencia, agresividad, competencia
salvaje, consumo, se
imponen a los valores
supremos de la sociedad, como la tolerancia, la
solidaridad y la
justicia
  

4. Manifestaciones de
la delincuencia juvenil:

4.1 Las Pandillas

Es la reunión habitual, ocasional o transitoria,
de tres o más personas que sin estar organizadas con fines
delictuosos cometen en común algún
ilícito.

Una pandilla es un grupo de adolescentes o
jóvenes que se juntan para participar en actividades
violentas y delictivas. Las pandillas están constituidas
comúnmente entre niños o jóvenes de 13 a 20
años.

A través del tiempo este
fenómeno social ha ido evolucionando y creciendo cada
día más, las pandillas hoy en día
están constituidas por la mayoría de jóvenes
que llegan a delinquir en algún momento, la pandilla puede
ser un causante para que los jóvenes delinquen y vallan
contra las buenas costumbres establecidas y aceptadas por la
sociedad. A continuación analizaremos el concepto de
pandilla y la diferencia con la delincuencia
organizada.

Los problemas del pandillismo o pandillerismo juvenil
urbano dieron lugar a la reforma del Código
Penal que introdujo dicha figura como agravante en la
comisión de cualquier delito: hasta una
mitad más de la pena aplicable a este. Por pandilla se
entiende "la reunión habitual, ocasional o transitoria de
tres o más persona
que sin estar organizadas como fines delictuosos, cometen
en común algún delito"

5.
Reflexiones

 ¿Un niño o adolescente que comete
un acto de ilícito debe de quedar impune?

De ninguna manera. Incluso es posible señalar que
en ninguno de los tratados
internacionales sobre adolescentes y jóvenes en
conflicto con
la ley existe
pretensión alguna de promover la impunidad o la
indulgencia. Todo lo contrario el derecho
internacional en esta materia
establece una figura superior: hacer responsables a los
adolescentes de la reparación del daño.

Sin embargo, existe un aspecto en el cual se pone
particular insistencia: la rehabilitación. Este es un tema
fundamental en cualquier sistema penal,
pero cobra mayor fuerza para el
caso de niños y adolescentes, porque se considera que
existen aún más posibilidades de re-educación al
encontrarse éstos en un período en el que
aún no se han configurado completamente los procesos de
pensamiento y socialización, como muestran la mayor
parte de los estudios.

Todo indica que entre menos edad se tiene, mayores
posibilidades existen de modificar determinados comportamientos
que ponen a un niño o a un adolescente en conflicto con la
ley. Pero esto sólo es posible si existe un sistema
apropiado que debe de ser diferente al de los adultos.

Esa noción ha dado paso a lo que se conoce
internacionalmente como "sistema de justicia juvenil".

Un sistema de justicia juvenil trata de responder a la
necesidad de justicia demandada por una sociedad pero sin violar
los derechos del
niño.

Quienes proponen crear un sistema de justicia juvenil
sostienen que los menores de 18 años deben de ser
penalmente inimputables es decir, no ser sometidos a un proceso penal
como los adultos, pero aquellos que se ubican entre los 16 y los
18 años deben de ser legalmente responsables, es decir,
incorporarse a un sistema en el que afronten la responsabilidad
de sus actos pero gozando de las garantías que incluso los
adultos gozan hasta en los casos más severos (como la
posibilidad de contar con una defensa, de ser informado de los
cargos, de que se presuma su inocencia hasta que se demuestre lo
contrario, etc.)

Un sistema de este tipo destaca la importancia de que el
encarcelamiento sea considerada una medida de último
recurso, es decir, que se destine para los casos más
extremos que por otro lado siguen siendo los menos comunes.
Además se busca que el personal dedicado a centros
de

rehabilitación o re-educación cuente con
la capacitación apropiada para desarrollar
programas que
lejos de alienar, verdaderamente rehabiliten.

La reducción de la edad penal sirve como una
cortina de humo para que los gobiernos no se sientan obligados a
fortalecer las medidas para prevenir la incidencia de conflictos
de adolescentes con la ley.

En otras palabras las propuestas para reducir la edad
penal parecen una medida barata ante el hecho innegable de que la
reducción real de la criminalidad sólo es posible
en la medida de que se garanticen plenamente el acceso a servicios de
salud y de educación de calidad; de que
se amplíe la oportunidad de acceder a espacios de recreación, esparcimiento o
formación para el trabajo; de
que el Estado
cumpla con la obligación que le marca la
Convención de los Derechos del Niño, de
desarrollar programas para apoyar a la familia y la comunidad en el
cumplimiento de sus funciones
referidas a criar y educar a sus hijos en un ambiente de
confianza y comprensión.

Un sistema de justicia tanto juvenil como penal,
así como medidas de prevención apropiadas
sólo son posibles si los gobiernos asignan mayores
recursos para
que los programas sean realmente eficientes.

Aunque en el corto plazo pareciera que es más
barata la reclusión que la prevención, estudios
recientes de criminólogos en los Estados Unidos muestran
que en el largo plazo los costos que tiene
el dejar de invertir en el cumplimiento de los derechos
tendrán un mayor impacto económico, además
del social y político.

Por ello las propuestas de reducción a la edad
penal son violatorias de una gran cantidad de tratados
internacionales establecidos para proteger los derechos del
niño en la medida de que ocurren en un marco en el que no
se plantea la reforma del sistema penal para que cumpla con la
función
de rehabilitar, alimenta los deseos de venganza frente a los de
justicia y esconde la responsabilidad de las políticas
económicas y sociales en la formación de la
criminalidad.

De ahí que es necesario aprovechar el debate que se
ha generado en torno a la
reducción de la edad penal, para insistir en:

  • Realizar una profunda reforma a los sistemas
    penales para que cumplan con la función de
    rehabilitar.
  • Crear un sistema de justicia juvenil que haga
    verdaderamente responsables a los adolescentes de sus actos,
    pero que no los condene a la marginación.
  • Fortalecer las leyes vigentes
    a fin de garantizar el cumplimiento de los derechos por parte
    de niños(a) y adolescentes excluidos del
    desarrollo.

Metodología

 1. Elección del tema
específico: Delincuencia Juvenil

2. Recolección
de datos mediante fichas de
trabajo: donde
se especifican:

-Concepto

-Características

-Causas

-Consecuencias

-Conclusiones

Recomendaciones

 -La prevención antes que la
represión:

Esta parece ser la regla básica en materia de
menores, a la que debiéramos dedicarle mayores esfuerzos
institucionales. La mejor manera de prevenirse contra la
delincuencia juvenil es la de impedir que surjan delincuentes
juveniles, para lo cual se requieren adecuados programas de
asistencia social, económica, educacional y laboral.

Mientras respecto de otros sectores de la criminalidad
el Estado realiza importantes esfuerzos para prevenirla, en
materia de menores observamos una actitud
bastante más pasiva. En efecto, vemos que las instituciones
públicas y privadas dedican gran parte de su tiempo para
prevenir delitos forestales, con adecuados mecanismos y programas
de control que alerte sobre la deforestación; apreciamos también
preocupaciones respecto a los delitos ecológicos en
general, donde se discute de los mejores y más eficaces
métodos
para producir sin contaminar; observamos que en materia
económica la comunidad busca prevenirse de los abusos de
poder de las
empresas; que
existen programas para prevenir accidentes de
tránsito y evitar los delitos en la circulación de
vehículos, etc.

Pero cuando llevamos este discurso al
tema de los menores de edad parece que la situación es
distinta, porque se piensa más en la represión y en
la necesidad de someter a castigo a los potenciales
delincuentes.

Es obvio que debemos prevenir la delincuencia juvenil, y
en esto no creo que haya disidentes. El problema está en
ver si estamos dispuestos a intentarlo, y más aún,
a transformar ese deseo en una verdadera política de gobierno en todas
sus implicaciones, pues requiere de la participación de
una gran cantidad de sectores, tanto públicos como
privados. La prevención verdadera implica el desarrollo de
políticas y programas que permitan una mayor distribución de la riqueza, más
adecuados programas de asistencia social, el fortalecimiento de
la educación en todos los niveles como una prioridad,
oportunidad de trabajo, en fin mejores oportunidades de vida en
todos los sentidos y
para todos.

El tema de la prevención aparece claramente
recomendado en las (Directrices de Naciones Unidas
para la prevención de la delincuencia juvenil):

a) Suministro de oportunidades, en particular
educativas, para tender las diversas necesidades de los
jóvenes y servir de marco de apoyo para velar por el
desarrollo
personal de todos los jóvenes, en particular de
aquellos que están latentemente en peligro o en
situación de riesgo social y necesitan un cuidado y una
protección especial.

b) Doctrinas y criterios especializados para la
prevención de la delincuencia, basados en las leyes, los
procesos, las
instituciones, las instalaciones y una red de servicios, cuya
finalidad sea reducir los motivos, la necesidad y las
oportunidades de comisión de las infracciones o los
factores que las propicien.

c) Una intervención oficial cuya principal
finalidad sea velar por el interés general del joven y se
inspire en la justicia y la equidad.

d) Políticas, estrategias y
programas basados en estudios de pronósticos que sean objeto de vigilancia
permanente y evaluación
cuidadosa en el curso de su aplicación;

e) Métodos para disminuir eficazmente las
oportunidades de cometer actos de delincuencia
juvenil.

f) Participación de la comunidad a través
de una amplia serie de servicios y programas de ayuda.

g) Estrecha cooperación entre los gobiernos
nacionales, estatales, provinciales y locales, con la
participación del sector privado, de ciudadanos
representativos de la comunidad interesada y de organismos
laborales, de cuidado del niño, de educación
sanitaria, sociales, judiciales y de los servicios de
represión, en la adopción
de medidas coordinadas para prevenir la delincuencia juvenil y
los delitos de los jóvenes.

-Minimizar la intervención estatal

En primer término implica la necesidad de reducir
la intervención de todos los subsectores del sistema
represivo del Estado, tales como la policía, el Ministerio
Público, los Jueces y el sistema penitenciario, así
como de otros sectores del Estado, dándole mayor
intervención a otros grupos de la vida social en la
solución del conflicto y en la búsqueda de
alternativas viables, como la familia, la escuela, la comunidad,
las asociaciones, etc.

Conclusiones

1. La delincuencia juvenil es uno de los problemas
criminológicos que crece cada día más, no
solo en nuestro país, sino también en el mundo
entero

2. Es a principios de
este siglo en que se ubica la preocupación por la
infancia

3. La delincuencia juvenil ha aumentado de forma
alarmante en los últimos tiempos, pasando a ser un
problema que cada vez genera mayor preocupación social,
tanto por su incremento cuantitativo, como por su progresiva
peligrosidad cualitativa

4. La delincuencia juvenil es además una
característica de sociedades
que han alcanzado un cierto nivel de prosperidad

5. En las grandes ciudades latinoamericanas, la
delincuencia juvenil está ligada a la obtención
delictiva de bienes
suntuarios de consumo y por lo general no practican la
violencia por la violencia misma sino como medio de obtener sus
objetivos
materiales.

6. La delincuencia es un problema social que logra
entornos exorbitantes en nuestra época, se podría
decir que las causas son dos:

  • Factor económico
  • Desadaptación en le medio en el que se
    desenvuelve el individuo

Bibliografía

Microsoft®
Encarta 2001. © 1993-2000 Microsoft Corporation.
 -García Ramírez
Sergio "Delincuencia Organizada" Editorial Porrúa,
México.2002
-VELA.TREVIÑO. Sergio. "Culpabilidad e
Inculpabilidad"
Editorial: Trillas, México
  
  Este trabajo lo dedico a mi familia.

Por apoyarme, incentivando la continuidad, perseverancia
para el logro de mis objetivos.

 

AUTOR :

Yennifer Dafne Ríos Cano

UNIVERSIDAD: INCA GARCILASO DE LA VEGA
FACULTAD : ESTOMATOLOGÍA
DOCENTE : ROSARIO ZARATE 
FECHA : LIMA-2007

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