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Sistema de evaluación y acreditación de las Universidades Nacionales (SEA) (página 2)



Partes: 1, 2

Esta política en educación
superior y como hemos visto, tiene un sustento constitucional
y persigue como sus principales objetivos los
siguientes:

  • Lograr una mayor pertinencia social
  • Mejorar la equidad en
    el acceso y en el desempeño de los estudiantes.
  • Elevar la calidad de
    la
    educación superior
  • Optimizar la eficiencia en
    el manejo de los recursos
  • Reorganizar el sistema de
    educación superior
  • Estimular la cooperación
    internacional

Para el desarrollo de
estos objetivos y específicamente para el desarrollo de
los componentes de calidad en la educación superior se
proponen dos instancias que se concretan en diseñar por un
lado, un sistema de evaluación
institucional de las universidades y por el otro, el diseño
e implantación de un sistema de acreditación
institucional. Es SEA representa esa política en sus dos
vertientes.

Desde del punto de vista normativo, se puede afirmar que
los procesos de
evaluación institucional para el sector de la
educación superior, tienen un estamento legal que incide
de manera positiva para que estos se pudiesen llevar a cabo. El
reconocimiento constitucional de la obligatoriedad del Estado de
ofrecer una educación gratuita pero además con
equidad, integralidad y de calidad, es un reconocimiento
indirecto a la necesidad de evaluar el sistema de
educación superior.

Se observa en los documentos
legales revisados, que la coincidencia de las
características de la educación superior en lo
referentes a la calidad y pertinencia entre los organismos
internacionales y las propuestas legales nacionales son
totalmente coincidentes, en ambas se conciben como un binomio
indisoluble. No hay calidad sin pertinencia. Por otro lado el
concepto de
equidad, aunque mencionado e incluso trabajado por los organismos
internacionales, se percibe como de mayor importancia para los
estamentos legales nacionales.

PROPÓSITOS

El SEA, tienen los siguientes
propósitos:

  • Concebir e instrumentar una cultura
    evaluativa en y de las universidades venezolanas y garantizar
    estándares de calidad en todas ellas.
  • Estimular en las universidades venezolanas la
    búsqueda de la excelencia, reconocerla y certificarla en
    sus diferentes carreras o programa.

OBJETIVOS

  • Diagnosticar los niveles de calidad de la universidad
    venezolana
  • Crear un mecanismo evaluativo que permita a las
    universidades informar de manera confiable, valida y oportuna
    acerca de sus niveles de calidad
  • Incrementar la pertinencia social de las
    universidades y sus programas
  • Asegurar un nivel de calidad básica en todas
    las universidades
  • Identificar y reconocer los programas
    universitarios de excelencia
  • Exigir a las universidades la rendición de
    cuentas
    acerca del cumplimiento de sus compromisos educacionales con la
    sociedad y
    el Estado
  • Asegurar en las universidades venezolanas los
    procesos de autoevaluación y
    autorregulación.

El SEA, pretende organizar e instrumentar el marco legal
y técnico en el que se puedan superar las deficiencias
evaluativas del sistema nacional.

Este sistema de evaluación pretende ser un
compromiso de responsabilidad compartida, es decir, debe dar
lugar al ejercicio del principio de corresponsabilidad entre las
universidades y el Estado y en
este sentido, debe ser obligante para ambos.

CONCEPTUALIZACIÓN

CARACTERÍSTICAS DE LA EVALUACIÓN
INSTITUCIONAL

  • Asegurar la calidad
  • Cobertura total
  • Institucionalizada y permanente
  • Obligatoria
  • Que permita la competitividad académica
  • Evaluación de la pertinencia, eficiencia y
    eficacia

Dentro de los fundamentos básicos del SEA, se
asume primero que la calidad no es algo etéreo como
algunos autores tratan de establecer, se deja claro, que el
concepto de calidad que se aborda y el cual sirve de sustento es
el definido por la UNESCO en 1997, y que establece que se
entiende por calidad "la adecuación del Ser y Quehacer de
la educación superior a su Deber ser". (Cuadernos de la
OPSU 2001).

A partir de esta definición se establece en el
caso del Deber Ser lo concerniente a la misión de
la institución, su visión y valores. El
Que Hacer determina el funcionamiento, y es precisamente
aquí donde se determina la calidad de la
institución, esta es la instancia en la cual se verifica
la pertinencia, eficiencia y eficacia de la
misma. Y por último el Ser, éste se refiere a los
resultados y logros que la institución está
consiguiendo.

Queda claro que el SEA, establece las instancias
correspondientes y responsabilidades hacia la construcción de sistema compartido para la
evaluación de la calidad de las instituciones
de educación superior.

Se insiste a través de la propuesta, que no tiene
sentido optar como en el pasado a la acreditación si
previamente las instituciones no han pasado por todo un proceso de
aseguración de la calidad. Para garantizar la calidad hay
que pasar por un proceso de supervisión y seguimiento, en cuya
instancia se determina la pertinencia, eficiencia, y se establece
la rendición de cuentas. Sólo a través de
este proceso se puede garantizar estándares de calidad
mínimos para todo el sector universitario. Una vez
cumplido este proceso, para optar a la acreditación se
podrá hacer a través de áreas de
especialización como ciencias
económicas, salud, ciencias, etc. Lo que
en este nivel se acreditaría, sería la excelencia
de los programas o carreras universitaria.

Estos objetivos, están en sintonía total
con el Plan de Acción
de la UNESCO, para la educación superior del nuevo
milenio. Y es que aparentemente, la mayoría de las
instituciones de educación superior que se encuentran en
este momento desarrollando este tipo de actividad, coinciden con
las líneas estratégicas pautadas por la UNESCO.
Esto es de vital importancia debido a que por lo menos en el
discurso,
existe un común acuerdo entre el Estado Venezolano y las
instituciones de educación superior, en que los objetivos
de pertinencia, calidad, equidad, rendición de cuentas e
internacionalización, para la educación superior
son los mismos. Esto se puede considerar una fortaleza en el
sentido de realmente a corto plazo, poder contar
en el país con un verdadero sistema de educación
superior estructurado.

Según la UNESCO, en el documento para la
Transformación de la Educación Superior Latino
Americana y del Caribe se establecen tres características
fundamentales, estas son:

  • Pertinencia
  • Equidad
  • Calidad

Estos conceptos asumidos por el Estado Venezolano y
plasmados como ejes rectores de la educación superior
venezolana, han sido caracterizados en nuestro caso dependiendo
de las necesidades específicas de sistema nacional es
así como se definen de la siguiente manera:

Pertinencia

Aquí se pueden sostener dos acepciones

  • Correspondencia entre el proyecto
    institucional y las exigencias y demandas de su contexto.
    Demanda de
    formación
  • Adecuación del proyecto institucional con las
    estrategias y
    recursos que se
    arbitren para su consecución. Pertinencia
    interna

Equidad

En los lineamientos generales del Plan de Desarrollo del
Plan de Desarrollo
Económico y Social de la Nación
2001-2007, se concibe el problema de la equidad educativa como
uno de derecho y no de compensación en consecuencia no se
trata de crear condiciones si no que el Estado garantice a los
estudiantes de todos los niveles educacionales una
educación de calidad.

Calidad

En el SEA se han establecido dos subsistamos, uno de
garantía de la calidad y otro de garantía de la
excelencia. Para ambos casos se corresponden dos procesos de
evaluación distintos pero complementarios y a su vez
dependientes. Es así, como a través de un proceso
evaluación institucional se garantizaría en primera
instancia la calidad de las instituciones, para luego proceder a
entablar un proceso de garantía de la excelencia a
través de procesos de acreditación.

Existe coherencia entre las políticas
nacionales expresadas constitucionalmente y las propuestas de
gestión
ofrecidas por los entes llamados a implantarlas. Ambos estratos
coincide con las propuestas hechas desde la UNESCO en 1998, para
la mejora de la educación superior
latinoamericana.

NIVELES
OPERATIVOS PARA LA EVALUACIÓN

NIVELES EVALUATIVOS

El sistema de Evaluación y Acreditación
consta de cuatro niveles evaluativos, que interactúan con
diferentes grados de responsabilidad e
involucramiento.

  • El nivel estatal.

Es la evaluación que desde el Estado se
aplicará a todas las universidades nacionales
públicas y privadas. Esta evaluación tiene carácter obligatorio y se
desarrollará desde la fase de creación de las
universidades hasta la fase de rendición de cuentas,
pasando por una fase de supervisión y
seguimiento.

  • El nivel de las universidades.

Aquí se desarrolla el proceso de
autorregulación. Básicamente consistirá de
un tipo de autoevaluación de cada universidad de
carácter permanente y que abarca a toda la universidad. No
es obligatoria pero se considera moralmente
obligatoria.

  • El nivel intrauniversitario.

Corresponde a las autoevaluaciones que de forma
autónoma realizarán las dependencias de las
universidades que se encuentran por debajo del nivel de facultad
o su equivalente. Se propone que sea una evaluación con
características mixtas, (evaluación interna y
externa). Es de carácter voluntaria y
ocasional.

  • El nivel de acreditación.

La acreditación será la evaluación
que permita reconocer y certificar la excelencia de los programas
o carreras de las universidades. Es totalmente voluntaria,
ocasional y limitada en cuanto a la validez de la
certificación.

En síntesis,
se establece que los diferentes niveles para la evaluación
y acreditación comienzan por una rendición de
cuentas que es de carácter obligatorio y está
coordinada desde los organismos responsables por parte del
Estado. Luego está la evaluación institucional, la
cual se realiza a través de procesos de
autorregulación, esta evaluación es de
carácter opcional, aunque se considera moralmente
obligatoria para las instituciones de educación superior.
En este aspecto que tiene que ver con la obligatoriedad o no de
los procesos de autorregulación, se presentan algunas
diferencias entre algunos actores corresponsales de la
implantación de las políticas, en el sentido que
dejar a la libre elección de las universidades llevar a
cabo o no los procesos institucionales de autorregulación
no es garantía suficiente para desarrollar la
política. Se piensa que la obligatoriedad en este nivel
debería ser explicita y no solamente moralmente obligante.
Otra instancia se da a nivel intrainstitucional, a través
de la autoevaluación igualmente voluntaria. En este nivel
se realizan las evaluaciones de los diferentes entes que componen
la estructura
académica administrativa de nuestras instituciones
léase facultades, escuelas, institutos, etc.

En última instancia se encuentra la
acreditación, a nivel de carreras o programas y en este
caso, si es totalmente voluntaria. Este nivel certificaría
puntualmente la excelencia de dichos programas considerando a
esta como aquello que: " Excede la calidad ". (Ver anexo 1y
3)

SITUACIÓN
ACTUAL.

En los momentos actuales el proceso de
implantación del SEA, se ha conseguido con varias
dificultades que han impedido su desarrollo previsto.

Estos elementos tienen que ver entre otras cosas
con:

  • Inestabilidad política nacional

Este aspecto de orden general ha influido de manera
directa en el desarrollo del sistema. No solo por las razones de
suspensiones de actividades que de hecho han sucedido, sino
también desde el punto de vista de la beligerancia propia
de la política nacional, que ha producido posiciones
radicales de tipo político que desvían el foco de
atención de los objetivos centrales de la
propuesta y logra un clima de poca
colaboración entre personas o instituciones con posiciones
alrededor de este aspecto divergentes.

  • Diferencias internas en cuanto a las prioridades en
    la implantación de las diferentes políticas
    nacionales de educación superior.

Se desprende de las conversaciones establecidas con
personeros encargados de la implantación de la
política en cuestión, que existen diferencias
internas a nivel de las personas involucradas, en lo referente a
cual de las políticas que se quieren llevar a cabo son las
de mayor prioridad. De igual manera la estructura organizativa
del ministerio, presenta graves problemas
entre oficinas técnicas
desde el punto de vista del establecimiento de responsabilidades
y de falta de información y colaboración entre las
mismas.

  • Falta de políticas
    comunicacionales

Otro aspecto importante es la aparente falta de
políticas de comunicación e información desde el
ministerio y hacia las universidades. Según la
información recogida existen inclusive algunas
universidades que ni siquiera saben de que se trata la
política.

  • Resistencia de las universidades a la
    evaluación institucional. Falta de cultura de
    evaluación.

La resistencia
interna en las universidades hacia los procesos de
evaluación es característica en la mayoría
de las universidades, sobre todo en las universidades nacionales.
Todavía se percibe a los procesos de evaluación
institucional como procesos valorativos con carácter
punitivo, en una extrapolación de la experiencia de
evaluación del rendimiento académico estudiantil
hacia los procesos de evaluación institucional.

  • Inconsistencia interna en lo referente a la
    información requerida.

Ha aparecido como un hecho concreto la
situación de falta de confiabilidad de la
información que se maneja en cuanto al funcionamiento de
las universidades. Es así como la información
requerida para los procesos de evaluación varía a
lo interno de las misma universidades según esta sea
obtenida o suministrada por entes descentralizados como escuelas,
facultades, institutos etc, y la información ofrecida por
entes centrales de la misma universidad.

  • Banco de datos
    inexistentes

Ahora, no solo la información es diferente entre
los entes centralizados y descentralizados de la estructura
universitaria, sino que muchas veces la información ni
siquiera existe. Aparece como fundamental, el desarrollo de una
política nacional de información paralela, que
apuntale la política de evaluación.

  • Se necesita desarrollar los
    estándares.

subdesarrollo
al proceso de elaboración de estándares. No se
tienen indicadores ni
estándares propios de nuestro sistema de educación
superior y los que se han intentado utilizar algunas veces no se
corresponden con las realidades nacionales que evalúan.
Hace falta el desarrollo de los mismos con criterios que se
ajusten a la realidad y necesidades nacionales.

  • Falta de liderazgo
    universitario. CNU- Rectores.

Aparentemente el compromiso que se observa de parte de
los rectores de las universidades que conforman el directorio del
CNU, es ambiguo. Se reconoce abiertamente la necesidad de la
política de evaluación pero a lo interno de cada
una de las universidades el discurso no tiene un asidero real que
la impulse.

  • Renuncia de su coordinador

En la actualidad, la renuncia del coordinado Prof. Cesar
Villarroel deja algunas incertidumbres alrededor de las
posibilidades de continuidad del proyecto.

  • Falta de gerentes

Se cree que otra dificultad es la de falta de
preparación gerencial de los estratos medios de la
OPSU, para poder llevar a cabo con éxito
la política.

  • Cambios conceptuales en el desarrollo
    curricular

Los basamentos curriculares sobre los cuales descansan
la mayoría de los planes de estudios de las carreras
universitarias nacionales, tienen que ver con objetivos de
formación pre establecidos como necesarios. En la
actualidad el desarrollo de currículos y planes de
estudios se basan en el concepto de las competencias. De
esta manera, las políticas de evaluación de la
calidad y de la excelencia deben partir de principios
diferentes ya que evaluarían competencias adquiridas y no
objetivos cumplidos.

RECOMENDACIONES

  • El aporte más importante que aparentemente ha
    hecho el SEA, es uno de tipo conceptual. Es así como el
    proceso de planificación, organización y ejecución de la
    política de evaluación, ha contribuido de manera
    clara al desarrollo del cuerpo teórico de la
    evaluación institucional en nuestro país. Este
    impulso logrado a través de innumerables publicaciones,
    foros, talleres, etc, no debe abandonarse aunque las
    repercusiones prácticas de la política en la
    mejora de la calidad no sean evidentes.
  • Se
    deben seguir haciendo esfuerzos por instaurar en el subsistema
    de educación superior, un sistema de evaluación y
    acreditación de las instituciones que pertenecen a
    él.
    Venezuela
    tiene en relación con los países de la
    región, una agenda pendiente de transformaciones en el
    sector, que pasa necesariamente por el establecimiento de
    procesos nacionales de evaluación institucional y de
    acreditación como pilar fundamental para el logro de
    otras transformaciones también necesarias, pero
    dependientes de la creación del sistema nacional de
    evaluación.
  • Luce de importancia la necesidad de conjuntamente con
    una política de evaluación, desarrollar de manera
    prioritaria una política de manejo de información
    a través del desarrollo de un banco de datos
    confiable que pueda brindarle viabilidad a los procesos de
    transformación. Se recomienda inclusive, que en función
    de la sostenibilidad de las políticas en el tiempo,
    ambas sean concebidas como políticas de
    Estado.
  • Con la aparición del nuevo ministerio de
    Educación Superior, aparentemente se han agravado los
    problemas ya existentes en relación a las competencias
    que cada una de las oficinas técnicas que estructuran el
    ministerio tienen. Por ejemplo, se pude observar que en la
    nueva estructura organizacional del ministerio la Oficina de
    Planificación del Sector Universitario OPSU, se
    encuentra como un apéndice poco relacionado con el resto
    de la estructura y con funciones que
    se repiten o compiten con otras dependencias. La
    reestructuración organizativa del ministerio luce como
    indispensable, para el adecuado desarrollo de las
    políticas nacionales de educación superior. (Ver
    Anexo 2).
  • El desarrollo de una cultura de evaluación en
    las instituciones de educación superior es otro elemento
    que coadyuvaría en la instauración de procesos
    nacionales de evaluación institucional. El desarrollo de
    esta cultura pasa en primera instancia por la necesidad de que
    los actores principales de los pocos procesos de
    evaluación realizados en el país, no conciban su
    trabajo como
    una preciada joya que solo puede ser vista desde lo lejos. Esto
    impide que el necesario estudio de sus aciertos y desaciertos,
    sirvan de aprendizaje
    para otros procesos de evaluación institucional que se
    intenten realizar. En otras palabras, el esfuerzo realizados
    por las personas involucradas con estos procesos a nivel
    nacional, debe ser divulgado y puesto a la disposición
    del colectivo interesado en estos asuntos y no por el contrario
    escondido por un falso temor a ser juzgados.
  • Se percibe como necesario el desarrollo de cuadros
    gerenciales en la
    administración pública y en las instituciones
    de educación superior comprometidos con la
    evaluación. En el ministerio, específicamente en
    las oficinas encargadas de estas políticas. En las
    instituciones de educación superior, con la
    creación de organismos ad hoc, como un medio fundamental
    para entablar lazos fructíferos entre ambas
    instituciones.
  • La estructura de toma de
    decisiones a lo interno de las universidades debe ser
    modificada. Es altamente inconveniente para la
    implantación de esta y de cualquier otra política
    nacional de educación superior, que la
    conformación de por ejemplo, el equipo de autoridades
    universitarias en las universidades autónomas, sean
    escogidas por planchas. De esta manera, se obtiene usualmente
    un grupo de
    autoridades que con frecuencia provienen de grupos
    diferentes políticamente hablando. Esto impide muchas
    veces, el acuerdo mínimo necesario para impulsar una
    eficiente y coherente política
    institucional.
  • La reestructuración del sistema nacional de
    educación superior y la aprobación de una nueva
    ley para el
    subsistema, son dos de las acciones
    fundamentales que darían viabilidad a los proceso de
    evaluación institucional.

ANEXOS

Anexo 1

Anexo 2

Anexo 3

BIBLIOGRAFÍA

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Institucional de la Universidad Central de Venezuela. Su
fundamentación teórica y procedimental, alcances,
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Agenda Académica.
Universidad Central de Venezuela.

 

Elaborado por.

Lermit Rosell Puche

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

Caracas, 10 de Marzo 2007.

Partes: 1, 2
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