- La clonación humana
"terapéutica" - Concepto
general - Consideraciones
éticas - Clonación
humana en el Perú - Bibliografía
INTRODUCCIÓN
La Clonación desde hoy es delito en
Perú.
Partiendo de la base esencial de la prohibición
de la clonación mencionada genéricamente por el
Código
de los niños y
adolescentes
que "…garantiza la vida del concebido, protegiéndolo de
experimentos o
manipulaciones genéticas contrarias a su integridad …"
(art.1), de la Ley general de
salud, se tiene
una norma especial (art.7) "prohíbe la fecundación de óvulos humanos con
fines distintos a la procreación, así como la
clonación de seres humanos". Estas prohibiciones a la
clonación tienen desde hoy una sanción expresa,
como delitos, a
través de la Ley 27636 (DOEP, 16/1/2002) que ha
incorporado dentro al Código penal, en su Título
XIV-A Delitos contra la Humanidad, el Capítulo V
Manipulación genética,
en los términos siguientes: "Artículo 324.- Toda
persona que
haga uso de cualquier técnica de manipulación
genética con la finalidad de clonar seres humanos,
será reprimido con pena privativa de la libertad no
menor de seis ni mayor de ocho años e
inhabilitación conforme al artículo 36, incisos 4 y
8". La solución legal no es solo restringir, prohibir o
penalizar la clonación sino dar salidas al avance
científico siempre que se respete la vida humana. Por
ejemplo debería fomentarse la investigación sobre tejidos con
células
madre no embrionarias que pueden ser obtenidas de la piel,
médula espinal, cerebro,
hígado o tejido adiposo y limitar la obtenida de fetos y
de embriones.
Enrique Varsi Rospigliosi
Representante del Perú ante el
Comité de Bioética
de la UNESCO
LA
CLONACIÓN HUMANA "TERAPÉUTICA".
Documento del Centro de Bioética de la Universidad del
Sagrado Corazón de
Roma, 12-1-99,
(texto
íntegro).
El siglo que está a punto de concluir ha sido
definido "el siglo biotecnológico". En efecto, las
noticias de la
invención de nuevas técnicas
de intervención sobre la vida vegetal, animal y humana
invaden casi a diario la opinión
pública, suscitando reacciones a menudo apasionadas y
valoraciones opuestas.
Se corre el riesgo de hacer
juicios fragmentarios y emotivos, fundados a veces en noticias
incompletas y no bien comprendidas, o de acostumbrarse a anuncios
sensacionales, sin tratar de formarse una idea precisa del
alcance humano y cultural de lo que acontece.
Así pues, es necesario hacer una reflexión
documentada, serena y objetiva, y ofrecerla como una debida
contribución para información sobre todo de los que no tienen
familiaridad con el tema, con el fin de ayudarles a tomar mayor
conciencia con
respecto a los eventos
científicos y biotecnológicos que caracterizan a
nuestro tiempo.
- Lo que se ha hecho
Después del anuncio de la clonación de la
oveja Dolly, en los primeros meses de 1997 (como se
recordará, se trató precisamente de la
clonación por fusión de
un ovocito desnucleado con una célula
somática extraída de la ubre de una oveja adulta de
seis años y cultivado en un laboratorio),
la alarma se concentró inmediatamente en la posibilidad de
transladar ese procedimiento al
hombre. Las
condenas morales de esta posibilidad fueron numerosas: desde
diversas partes, remitiendo a una valoración prudente y
competente el juicio sobre el empleo de este
procedimiento sobre los animales, se
solicitaron normas de ley
claras y definitivas en lo referente a la clonación
humana.
Ya desde el primer momento, en los diversos comunicados
de los organismos internacionales (Unesco, Parlamento europeo,
Consejo de Europa, Organización Mundial de la Salud.), se
notaban expresiones y matices diversos, que en cualquier caso
ponían el énfasis en una condena general de la
clonación humana, condena que unas veces era fruto de un
acuerdo entre diferentes concepciones antropológicas y
éticas, y otras se basaba sólo en posibles
consecuencias de dichos procedimientos.
A este respecto se difundían en la opinión
pública hipótesis y expresiones que
pretendían configurar procedimientos particulares
encaminados a la producción de células y
tejidos para sucesivos empleos de medicina
experimental y clínica, sobre todo en la línea de
los trasplantes terapeúticos. Se habló de la
producción de líneas celulares multipotentes a
partir de células estaminales de origen embrional
(precisamente células de la masa celular interna del
blastocito), procedentes de embriones humanos producidos mediante
clonación.
La opinión pública, por motivos de
comunicación y por el deseo de ganar
fácilmente consenso, fue inducida a creer que se
podían producir células y tejidos por
clonación de otras células y tejidos, sin
considerar por el contrario, que ese procedimiento
implicaría necesariamente la generación de
embriones humanos, aunque sólo sea en la fase de
blastocitos, no destinados a ser trasladados al cuerpo de una
madre para su sucesivo desarrollo,
sino solamente con la finalidad de usar sus células y
así destruirlos. Este "malentendido" indujo a muchos a
considerar que esos procedimientos debían considerarse
lícitos, dado que tenían una finalidad
terapeútica de gran valor para la
curación de determinadas enfermedades y no
dañarían la integridad del individuo
humano.
Entretanto, llegaba el anuncio de que el mismo centro de
Escocia que había clonado a Dolly estaba dispuesto a
colaborar con una industria
estadounidense en la producción de células y
tejidos humanos mediante procedimientos de clonación y la
formación de bancos de este
precioso material.
En el caso se pidió la opinión de la
Licensing Authority del Reino Unido, que respondió de
forma afirmativa: en los primeros días del mes de
diciembre de 1998 dio el visto bueno para ese procedimiento, es
decir, se mostró favorable a una clonación con
finalidad terapéutica considerada una especie de fruto de
la biotecnología "de rostro
humano".
Así, como a menudo acontece en estas situaciones,
se planteó un dilema: o dar el visto bueno a esa
producción, "benéfica", o impedir el avance de
la ciencia
hacia la victoria sobre enfermedades degenerativas (como la de
Parkinson),
metabólicas (como la diabetes mellitus
con dependencia de la insulina) u oncológicas (como la
leucemia).
En esta situación resulta urgente aclarar los
términos de la cuestión y examinar de cerca la
pertinencia de ese dilema.
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