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Dios: el orbe central del Universo, su esencia y fin último (página 3)




Enviado por jesus gonzalez garcia



Partes: 1, 2, 3

  • La necesidad
    de un Educador Divino:

Cuando reflexionamos acerca de la existencia, vemos que
los reinos mineral,
vegetal, animal y humano requieren un educador.

La tierra inculta
se convierte en una selva donde crecen las malezas; pero si se
encuentra un agricultor que la cultive, produce cosechas con que
alimentar a las criaturas vivientes. Por tanto, es evidente que
el suelo requiere
la labranza del agricultor. Fíjate en los árboles: si no tienen quien los cultive no
llegan a fructificar, y sin fruto resultan inútiles. En
cambio, si
reciben el cuidado de un jardinero, los árboles antes
estériles dan frutos. Gracias al cultivo, los abonos y los
injertos, los árboles que sólo entregaban frutos
amargos los entregan dulces. Estos son argumentos racionales. Hoy
día los pueblos del mundo necesitan argumentos basados en
la razón.

Sucede lo mismo con respecto a los animales. Observa
el modo como el animal se vuelve dócil cuando se le
amaestra. Así también con el hombre: si
no recibe educación se vuelve
bestial. Es más, si permanece bajo el dominio de la
naturaleza,
llega a ser inferior al animal, mientras que si es educado, se
convierte en un ángel. La mayor parte de los animales no
devoran a los de su propia especie; pero los hombres del
Sudán, en África Central, se matan y devoran entre
sí.

Ahora bien, observa que es la educación la que
hace que Oriente y Occidente estén bajo la autoridad del
hombre; la que
produce industrias
maravillosas; la que difunde las gloriosas ciencias y
artes; la que hace que se manifiesten nuevos descubrimientos e
instituciones.
Si no existiera un educador, no habría humanidad,
civilización o comodidades. Un hombre abandonado en un
yermo donde no llegara a conocer a ninguno de sus semejantes, se
convertiría a no dudarlo en una simple bestia. Resulta
evidente, pues, que hace falta un educador.

Ahora bien, la educación es de tres clases:
material, humana y espiritual. La educación material se
ocupa del progreso y desarrollo del
cuerpo (mediante el alimento, comodidad y tranquilidad materiales).
Tal educación es común a hombres y
animales.

La educación humana comporta civilización
y progreso, o lo que es lo mismo, administración, obras benéficas,
comercio,
artes y oficios, ciencias, grandes inventos,
descubrimientos e instituciones especiales, actividades todas
propias del hombre y que lo distinguen del animal.

La educación divina es la que procede del Reino
de Dios. Se trata de la verdadera educación y consiste en
la adquisición de las perfecciones divinas. En efecto, en
ese estado el
hombre se convierte en el centro de las bendiciones divinas, en
la manifestación de las palabras "hagamos al hombre a
nuestra imagen y
semejanza".

Necesitamos un educador que sea al mismo tiempo
educador en los dominios material, humano y espiritual, cuya
autoridad sea eficaz en todas las condiciones. En este sentido,
si alguien adujese "yo poseo comprensión e inteligencia
perfectas; no necesito tal educador", negaría lo que es
claro y evidente. Sería como si un niño dijera "no
me hace falta la educación; voy a actuar de acuerdo con mi
entendimiento e inteligencia y así obtendré las
perfecciones de la existencia"; o como si un ciego afirmase "yo
no necesito los ojos pues hay ciegos que viven sin problemas".

A tenor de lo dicho, resulta evidente que el hombre
necesita un educador que sea incuestionable e indudablemente
perfecto en todo respecto, un educador que se distinga por sobre
todos los hombres. De no ser así, si fuese como el resto
de la humanidad, no sería su educador. Ello resulta tanto
más cierto si se tiene en cuenta que el educador lo es en
lo material, humano y espiritual. Es decir, el educador debe
enseñar a los hombres a conformar un orden social, a
organizar y conducir los asuntos materiales de modo y manera que
la solidaridad y la
ayuda mutua tomen cuerpo, y los asuntos materiales sean
organizados en previsión de cualquier eventualidad.
Análogamente, el educador ha de serlo en lo humano, en
otras palabras, debe educar la inteligencia y el pensamiento de
modo tal que alcancen un desarrollo completo, para que así
la ciencia y
el
conocimiento se ensanchen, y la realidad de las cosas, los
misterios de los seres y las propiedades de la existencia lleguen
a ser descubiertos; para que día a día la
educación, los inventos y las instituciones mejoren,
haciendo posible que partiendo de las cosas perceptibles puedan
extraerse conclusiones intelectuales.

Además, el educador, debe impartir la
educación espiritual, para que la inteligencia y la
comprensión lleguen a penetrar en el mundo
metafísico, y beneficiarse mediante la brisa santificadora
del Espíritu
Santo y establecer relación con el Concurso Supremo.
Debe educar de tal manera la realidad humana que ésta se
convierta en el centro de la aparición divina, en grado
tal que los atributos y nombres de Dios resplandezcan en el
espejo de la realidad del hombre, cumpliéndose así
el santo versículo "hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza".

Es evidente que el poder humano
no alcanza a cumplir una misión tan
elevada, y que la razón por sí sola no podrá
asumir una responsabilidad tan pesada. ¿Cómo es
posible que una persona
completamente sola, sin ayuda ni respaldo alguno, establezca los
cimientos de tan noble construcción? Para acometer esa tarea se
requiere alguien que dependa de la ayuda del poder espiritual y
divino. Una sola Alma Santa
confiere vida al mundo de la humanidad, muda el aspecto del globo
terrestre, hace que progrese la inteligencia, establece los
criterios de la vida nueva, establece nuevos cimientos, organiza
el mundo, reúne a las naciones y religiones bajo la sombra de
un mismo estandarte, libera al hombre del mundo de las
imperfecciones y vicios para inspirarlo con el deseo y la
necesidad de las perfecciones naturales y adquiridas. A decir
verdad, nada que no sea un poder divino podría realizar
tamaña empresa.
Deberíamos sopesar lo dicho con justicia, pues
tal es la función de
la justicia.

¡Sin ayuda ni concurso ajeno, una sola Alma Santa
puede promover una Causa que los gobiernos y pueblos del mundo se
hayan visto incapaces de difundir valiéndose de todas sus
fuerzas y ejércitos! ¿Hay acaso poder humano capaz
de conseguir esto? ¡No, en el nombre de Dios! Por ejemplo,
Cristo, solo y desasistido, enarboló el estandarte de la
paz y la equidad,
hazaña ésta que los gobiernos victoriosos, con
todas sus huestes, no habrían logrado realizar. Piensa en
el destino de tantos y tan diferentes imperios y pueblos: el
Imperio Romano,
Francia,
Alemania,
Rusia,
Inglaterra,
todos ellos fueron congregados bajo un mismo pabellón. Es
decir, la aparición de Cristo produjo una unión tal
entre esta diversidad de naciones como para que, bajo su influjo,
algunas llegasen a sacrificar sus vidas y posesiones en aras de
las otras. Después de la era de Constantino, responsable
de la exaltación del cristianismo,
surgieron divisiones en el seno de la cristiandad. Me explico, si
bien Cristo unió a estas naciones, poco después de
cierto tiempo, los gobiernos se convirtieron en fuente de
discordias. Dicho de otra manera, Cristo sostuvo una Causa que
los reyes todos de la Tierra no
lograron establecer: unió las distintas religiones,
cambió las costumbres ancestrales. Considera cuán
grandes eran las diferencias que existían entre los
romanos, griegos, sirios, egipcios, fenicios,
israelitas y otros pueblos de Europa. Cristo
eliminó tales diferencias transformándose en causa
de amor entre los
citados pueblos. Si bien pasado algún tiempo, los
gobiernos destruyeron la unión así lograda, la obra
de Cristo fue llevada a término.

Por consiguiente, el Educador Universal debe serlo al
mismo tiempo en lo material, humano y espiritual, y debe poseer
un poder sobrenatural para ocupar la posición del maestro
divino. Si no manifestase ese poder santificado, no podría
educar; pues si fuese imperfecto ¿cómo
habría de conferir una educación perfecta? Si fuese
ignorante ¿cómo podría conferir
sabiduría a los demás? Si fuese injusto
¿cómo podría conseguir que otros se
volvieran justos? Si fuese mundano ¿cómo
habría de hacer para que los demás se volvieran
celestiales?

Reflexionemos entonces con imparcialidad: ¿han
estado dotadas o no han estado dotadas las Manifestaciones
Divinas de los citados requisitos? Si no hubieran poseído
tales requisitos, no habrían sido verdaderos
Educadores.

Por tanto, ha de ser nuestra la tarea de demostrar a los
reflexivos, mediante argumentos racionales, la condición
profética de Moisés, de Cristo y de las
demás Manifestaciones Divinas. Las pruebas que
aportamos no se basan en argumentos tradicionales, sino en
argumentos racionales.

Ya se ha demostrado con argumentos racionales que el
mundo de la existencia precisa extremadamente de un educador, y
que su educación debe llevarse a cabo por medio del poder
divino. No existe duda de que este poder sagrado es la
revelación, y que el mundo ha de ser educado por medio de
ese poder, un poder que se encuentra muy por encima del poder
humano. (Contestaciones a unas preguntas, Abdu´ l
Bahá).

  • DIOS se dirige a
    Baháulláh como Su Manifestación
    Divina:

"Aquél que es Tu Recuerdo y quien ha apareado en
el manto de tu muy pura y augusta Belleza" y para Quien DIOS
"levantó el velo de gloria y descubrió el semblante
de la Belleza", Aquél a Quien Él designa como "Mi
Belleza". "La Manifestación de Tu belleza y el Revelador
de Tus signos".
"Aquél Quien es Tu Belleza ha sido establecido sobre el
Trono de Tu Causa". "El Sol de Tu
Belleza".

Te hemos escogido para que seas nuestra
poderosísima Trompeta cuyo toque ha de señalar la
resurrección de toda la humanidad.

Y cuando ocurrió Tu promesa y se hubo cumplido el
tiempo fijado, Aquel que es el Poseedor de todos los Nombres y
Atributos fue hecho manifiesto a los hombres.

Tu ser.

Tu Luz.

Tu Lámpara.

Aquél que habla en tu Nombre.

Aquél que es el Soberano Supremo.

Aquél que es el Revelador de los NOMBRES DE
dios.

La Manifestación de Tus nombres.

El Portador de Tu nombre más sublime y
exaltado.

El Manantial de Tu inspiración.

El Depositario de Tu sabiduría.

El Río que es en verdad la vida.

El Árbol de Tu unicidad.

Tu Prueba infalible para todos los hombres.

El Sol que brilla en el cielo de Tu voluntad.

Aquél a Quien has escogido por Tu
mandato.

Aquél que es Tu exaltado y Supremo
Recuerdo.

El Lugar del Amanecer de Tu inspiración y de Tu
revelación.

El Lugar del Amanecer de Tus muy resplandecientes
signos.

El Sol de Tu creación.

El Sol de Tu gloria.

El Sol de Tu justicia.

El Sol de Tu palabra.

El sol de la luz de Tu unidad.

La Aurora de Tu Esencia.

La Aurora de Tu Causa.

La Aurora de Tus títulos más
excelentes.

La Aurora de Tu poder.

La Aurora de las luces de Tu rostro.

La imagen del Más Misericordioso.

Aquél… mediante Quien DIOS ha separado a
los piadosos de los impíos. (Baháulláh(La
Gloria de DIOS).

Baháulláh es "El Organizador del planeta
entero" y "La fuente de la Más Grande Justicia."(Shoghi
Effendi, bisnieto de Baháulláh).

Títulos de Baháulláh: algunos de
entre unos 63.

El Misericordioso. El Más Compasivo. El
Perdonador. El Gran Dador. El Horizonte de la Revelación.
El Más Antiguo Nombre. El Más Grande Nombre. El
Más Grande Misterio.

La Más Exaltada pluma. La Más Exaltada
Palabra. El Educador de todos los seres. El Secreto manifiesto y
oculto. El Mejor Informado. La pluma de la Revelación. La
Voz Divina. La Lengua del
Antiguo de los Días. El Vivificador del mundo. El Amado
del mundo. El Divino Árbol del Loto. La Paloma
Mística. El objeto de la adoración del mundo. El
Tabernáculo de la Inmortalidad. La Más Grande Luz.
La Más Grande Ley. El Que Ayuda
en el peligro. La Bendita Belleza…( todos estos
títulos describen Su propio misterio, Su ternura, Su
belleza y lo que significa su nombre , Baháullá :
La Gloria de DIOS.

La Bendita Belleza sufrió durante 40 años
destierros y encarcelaciones, para poder darnos el Mensaje de
DIOS. ¿Qué mayor amor que éste: amor a DIOS
y amor a nosotros, a toda la humanidad.

La Antigua Belleza ha consentido ser encadenado para que
la humanidad sea liberada de su cautiverio, y ha aceptado ser
prisionero de esta poderosa fortaleza para que todo el mundo
logre la verdadera libertad. Ha
bebido hasta los pozos de la copa del dolor, para que todos los
pueblos de la tierra alcancen felicidad perdurable y sean
colmados de alegría. (Baháulláh). El primer
deber prescrito por Dios a Sus siervos es el reconocimiento de
Aquel que es la Aurora de Su Revelación y la Fuente de Sus
leyes, Quien
representa a la Deidad tanto en el Reino de Su Causa como en el
mundo de la creación. El que haya cumplido este deber ha
logrado todo bien; y el que esté privado de él se
ha extraviado, aunque fuese autor de toda obra justa. Incumbe
a

Todo el que alcance esta muy sublime estación,
esta cumbre de trascendente gloria, observar cada uno de los
preceptos de Aquel que es el Deseo del mundo. Estos dos deberes
son inseparables. Ninguno es aceptable sin el otro. Así lo
ha decretado Quien es la Fuente de inspiración divina.
Aquellos a quienes DIOS ha dotado de perspicacia
reconocerán fácilmente que los preceptos
establecidos por Dios constituyen el medio supremo para el
mantenimiento
del orden en el mundo y la seguridad de sus
pueblos. Quien se aparta de ellos se cuenta entre los seres
malignos y necios. En verdad, os hemosordenado rechazar los
dictados de vuestras malas pasiones y deseos corruptos, y no
transgredir los límites
que ha fijado la Pluma del Altísimo, pues son éstos
el hálito de vida para todas las cosas creadas. Los mares
de la sabiduría divina y la

divina expresión se han agitado por el soplo de
la brisa del Todo misericordioso: ¡apresuraos y bebed a
plenitud, hombres de entendimiento! Quienes han violado el
Convenio de Dios quebrantando Sus mandamientos, y se han vuelto
atrás, ésos han cometido un lamentable error a los
ojos de Dios, el Poseedor, el Altísimo. ¡Pueblos del
mundo! Tened por cierto que Mis mandamientos son las
lámparas de Mi amorosa providencia entre Mis siervos y las
llaves de Mi misericordia para con Mis criaturas. Así ha
sido enviado desde el cielo de la Voluntad de vuestro
Señor, el Señor de la Revelación. Si
algún hombre probara la dulzura de las palabras que han
querido proferir los labios del Todo misericordioso, aunque
poseyera los tesoros de la tierra, renunciaría a todos y a
cada uno de ellos para poder vindicar la verdad de siquiera uno
solo de Sus

mandamientos, los cuales brillan sobre la Aurora de Su
generoso cuidado y ternura. Di: De Mis leyes se desprende el
fragante aroma de Mi vestidura, y con su ayuda serán
plantados sobre las cumbres más altas los estandartes de
la Victoria. La Lengua de Mi poder, desde el cielo de Mi
omnipotente gloria, ha dirigido a Mi creación estas
palabras: "Observa Mis mandamientos por amor a Mi belleza". Feliz
el amante que ha percibido la divina fragancia de su bienamado en
estas palabras, impregnadas del perfume de una gracia que ninguna
lengua puede describir. ¡Por mi vida! Quien haya bebido el
vino selecto de la equidad de manos de Mi generoso favor,
circulará alrededor de Mis mandamientos que brillan sobre
la Aurora de Mi creación.

No penséis que os hemos revelado un mero código
de leyes. Antes bien, hemos roto el sello del Vino selecto con
los dedos de la fuerza y del
poder. De ello da testimonio lo que ha sido revelado por la Pluma
de la Revelación. ¡Meditad sobre esto, hombres de
discernimiento.

(pasaje de los escritos de
Baháulláh).

Es realmente sabio aquel a quien el mundo y todo lo que
en él existe no ha impedido reconocer la Luz de este
Día, quien no ha permitido que la vana palabrería
de los hombres lo desvíen del sendero de la rectitud. Es
realmente como un muerto, aquel que en el maravilloso amanecer de
esta Revelación no ha sido revivido por su brisa
conmovedora. Es en verdad un cautivo aquel que no ha reconocido
al Supremo Redentor, pero que ha aceptado que su alma este
trabada, afligida y desamparada en las cadenas de sus deseos.
(Baháulláh).

…mi guía se detuvo por un momento mientras
yo me quitaba los zapatos. Entonces; con un rápido
movimiento de
la mano, retiró la cortina, cuando yo hube pasado, la puso
nuevamente en su sitio; y me encontré en una gran
habitación, a lo largo de cuyo lado de fondo había
un diván bajo, mientras que en la pared frente a la puerta
estaban colocadas dos o tres sillas. Aunque yo tenía una
vaga idea del lugar adonde iba y a Quién había de
contemplar (pues no me había sido proporcionada ninguna
información precisa), pasaron unos segundos
antes de que, estremecido de asombro y reverente temor, tuviera
conciencia de que
la habitación no estaba vacía. En el ángulo
donde el diván se apoyaba en la pared, distinguí
una extraordinaria y venerable figura, coronada con un tocado de
fieltro, parecido a los llamados táj por los derviches,
pero diferente en la hechura y mucho más alto, y en cuya
base estaba arrollado un pequeño turbante. El rostro de
Aquel a Quien contemplé nunca lo podré olvidar y,
no obstante, no puedo describirlo. Esos ojos penetrantes
parecían leer en mi propia alma; en Su amplia frente
había poder y autoridad, mientras que las profundas
arrugas de Su ceño y Su faz denotaban una edad que
parecía negar el negro azabache de Su cabello y Su barba
que descendía exuberante casi hasta la cintura. ¡No
necesitaba preguntar en presencia de Quién me encontraba
al inclinarme ante Aquel Que es objeto de una devoción y
un amor que los reyes podrían envidiar y no por los cuales
los emperadores suspiran en vano! Una voz digna y suave me
pidió que me sentara y continuó: "¡Alabado
sea DIOS por haber llegado hasta Mí!… Has venido a ver a
un prisionero y un desterrado… Nosotros sólo
deseamos el bien del mundo y la felicidad de las naciones; sin
embargo, nos consideran causantes de sedición y de
rivalidades, merecedores de la prisión y del
destierro…Que todas las naciones tengan una fe
común y todos los hombres sean hermanos; que se
fortalezcan los lazos de afecto y unidad entre los hijos de los
hombres; que desaparezca la diversidad de religiones y se anulen
las diferencias de raza. ¿Qué mal hay en esto?…
pero esto se cumplirá, estas luchas sin objeto, estas
guerras
desastrosas desaparecerán y la "Paz Más Grande"
reinará… Vosotros en Europa, ¿no
necesitáis también esto? ¿No fue esto mismo
lo que anunció Cristo?… Sin embargo, vemos a vuestros
reyes y gobernantes disipando sus tesoros más en medios de
destrucción de la raza humana que en aquello que
proporcionaría felicidad a la humanidad… Estas
luchas, este derramamiento de sangre y esta
discordia cesarán y todos los hombres serán como
miembros de una sola familia
Que ningún hombre se gloríe de que ama a su patria;
que más bien se gloríe de que ama a sus
semejantes…"

Éstas son, más o menos, las palabras que
puedo recordar y que, además de muchas otras, yo
escuché de labios de Bahá u lláh. Que
aquellos que las lean consideren por sí mismos si tales
doctrinas merecen muerte y
prisión, y si el mundo más probablemente gane o
pierda por su difusión. (Entrevista ,
visita realizada por Edgard Granville Browne miembro del Pembroke
collage, cambridge, y eminente orientalista en años
futuros. A Baháulláh en la primavera de 1890 en
Akká(Haifa, Irrael).

El mensaje central que Bahá'u'lláh ofrece
en este Día a la humanidad es el de la unidad y la
justicia. Dos citas a menudo empleadas por los
bahá'ís lo resumen: "Lo más amado de todo
ante Mi vista es la justicia'. "La Tierra es un solo país,
y la humanidad sus ciudadanos'. También afirmó: "El
bienestar de la humanidad, su paz y seguridad, son inalcanzables
a menos que su unidad sea firmemente establecida'.(unidad en
diversidad). Esta es la recomendación de Dios, el divino y
omnisciente Médico, para nuestro desfalleciente mundo.
Pronto el viejo orden será enrollado y uno nuevo
será desplegado en su lugar. (Baháulláh(La
Gloria de DIOS.

"¡OH Señor! Haz que se manifiesten en tus
países almas humildes y sumisas con sus rostros iluminados
por los rayos de guía, desprendidas del mundo, que alaben
tu Nombre, proclamen tu alabanza y difundan la fragancia de tu
santidad entre la humanidad."
"¡OH Dios, mi Dios! Ayuda a tus siervos leales a tener
corazones afectuosos y sensibles. Asísteles para que
difundan, entre todas las naciones de la tierra, la luz de
guía que proviene del concurso de lo
Alto."(Baháulláh).

  • El convenio
    de DIOS:

El convenio de DIOS: El contrato
espiritual que vincula a Dios y la humanidad. La Fe
Bahá'í reconoce dos convenios: primero, el convenio
mayor, entre Dios, representado por la Manifestación de
Dios por una parte, y humanidad en la otra, en el cual Dios
promete continuar enviando la guía a la humanidad,
mientras la humanidad, por su parte, promete obedecer y seguir
estas enseñanzas cuando ellas vienen. Parte de este
convenio mayor es la obligación que cada
Manifestación de Dios tiene de indicar a sus seguidores,
la avenida y aceptación de la siguiente
Manifestación. Segundo, el convenio menor, que obliga a
los individuos Bahá'ís a aceptar la jefatura de los
designados sucesores de Bahá'u'lláh y las
instituciones administrativas de la Fe. La firmeza en el convenio
es una de las principales virtudes religiosas
Bahá'ís y no incluye sólo aceptación
de la legitimidad de la institución Bahá'í
sino mucho más generales actitudes de
lealtad y compromiso sincero con la Fe Bahá'í y la
comunidad
Bahá'í. Desafiar la autoridad del centro de la Fe
Bahá'í es la ofensa espiritual más seria que
un Bahá'í puede cometer. Es llamado rompimiento del
Convenio y se considera que es una enfermedad espiritual y se
castiga con la expulsión de la comunidad.

Por Amor de DIOS a la humanidad, Dios hizo un pacto, una
alianza con Abraham, prometiéndole que nunca
dejaría de Mandar profetas, Educadores Divinos a la
humanidad.

De las tres esposas de Abraham, Sara, Agar y cetura
descendieron tres líneas distintas de mensajeros de DIOS,
de Isaac, el hijo de Sara, descendieron: Moisés y
Jesucristo, de Ismael, el hijo de Agar, descendieron: Muhammad y
El Báb y de su esposa cetura , descendió :
Bahá ´ u ´ u lláh. Este fue el pacto
perpetuo, el gran convenio que DIOS hizo con Abraham,
prometiéndole que por su linaje descendieran grandes
Reveladores.

El propósito de DIOS al crear al hombre ha sido y
siempre será el de capacitarlo para que pueda reconocer a
su creador y alcance su presencia. Todos los libros
sagrados y las más importantes escrituras divinamente
reveladas dan testimonio inequívoco de este más
excelente
objetivo, de esta meta suprema.
(Bahá ´ u ´ lláh).

El aspecto más distintivo de la comunidad mundial
bahá'í es su unidad. A diferencia de
prácticamente todos los movimientos sociales y religiosos
importantes, la Fe Bahá'í ha resistido la
división en facciones y sectas. Esta unidad esencial ha
sido conseguida en gran parte debido a que en las escrituras
Bahá'ís se han hecho detalladas provisiones sobre
su interpretación, sucesión y liderazgo.

Los Bahá'ís creen que
Bahá'u'lláh estableció un nuevo Convenio
entre Dios y la humanidad acorde con la madurez actual de la raza
humana. La evidencia más tangible de este Convenio es la
forma de sucesión en el liderazgo delineada por
Bahá'u'lláh, un sistema que es
único en la historia religiosa y que
asegura la protección de la unidad de la comunidad
bahá'í.

Antes de su fallecimiento, Bahá'u'lláh
escribió su voluntad y testamento y nombró a su
hijo mayor, 'Abdu'l- Bahá (1844-1921), como lider de la Fe
Bahá'í. Los escritos de 'Abdu'l-Bahá
también son reconocidos como fuente autorizada de las
enseñanzas. Hacia el final de su vida realizó
diversos viajes por
Europa y Norteamérica para proclamar el mensaje de
Bahá'u'lláh; en dichos viajes pronunció
innumerables conferencias en universidades, iglesias, sinagogas,
colegios, centros culturales y reuniones de gentes de alto rango.
Sus declaraciones atrajeron la atención de muchas personas sobresalientes,
como Khalil Gibrán.

'Abdu'l-Bahá, a su vez, nombró a su nieto
mayor, Shoghi Effendi (1896-1957), el "Guardián de la Fe"
y su sucesor. Él guió a la comunidad
bahá'í desde 1921 hasta 1957. Con el fallecimiento
de Shoghi Effendi, la línea de guías hereditarios
finalizó. En 1963, siguiendo instrucciones escritas de
Bahá'u'lláh, 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi,
se celebró una convención internacional en el
Centro Mundial bahá'í en Haifa para elegir la
primera Casa Universal de Justicia.

Elegida cada cinco años por los miembros de las
Asambleas Espirituales Nacionales, la Casa Universal de Justicia
dirige los asuntos espirituales y administrativos de la comunidad
mundial bahá'í. Dotada por
Bahá'u'lláh con autoridad para legislar sobre los
asuntos no mencionados en las escrituras Bahá'ís,
la Casa Universal de Justicia es la institución que
mantiene unificada y flexible a la comunidad, capaz de responder
a las necesidades y condiciones de un mundo siempre
cambiante.

El Convenio Mayor (también llamado "el Convenio
Eterno") concierne a la promesa por parte de Dios, dado a
través de una de las Manifestaciones de Dios que Él
no dejará a la humanidad sin guía y enviará
por consiguiente una próxima Manifestación de Dios.
La parte de la humanidad en el acuerdo es que obedecerá la
ley de Dios tal como es dispensada por la presente
Manifestación y reconocerá y obedecerá a la
próxima Manifestación cuando ella llegue. Este
convenio se resume más sucintamente por el Báb en
el Bayán Persa: El Señor del universo
jamás ha designado a un profeta ni ha enviado un Libro sin
haber establecido su convenio con todos los hombres, apelando su
aceptación de la próxima Revelación y del
Libro siguiente; pues las efusiones de su bondad son incesantes e
ilimitadas." (Bayán Persa 6:16; SWB 87)'Abdu'l-Bahá
describe la sucesión de los convenios establecidos por las
sucesivas manifestaciones sucesivas: "Su Santidad Abraham… hizo
un convenio referente a Su Santidad Moisés y dio las
buenas nuevas de Su venida. Su Santidad Moisés hizo a un
convenio acerca del Prometido, es decir Su Santidad Cristo, y
anunció las felices nuevas de Su Manifestación al
mundo. Su Santidad Cristo hizo un convenio acerca del
Paráclito y dio la noticia de Su venida. Su Santidad el
Profeta que Muhammad hizo un convenio en relación a Su
Santidad el Báb y el Báb era el prometido de
Muhammad, para quien Muhammad dio la noticias de Su
venida. El Báb hizo un Convenio acerca de la Belleza
Bendita Bahá'u'lláh y dio las felices nuevas de la
venida de la Belleza Bendita quien era el prometido por Su
Santidad el Báb. Bahá'u'lláh hizo un
convenio acerca de un prometido que se pondrá de
manifiesto no antes de mil años, (después de mil o
miles de años, depuse de Su Revelación).
Bahá'u'lláh demanda ser el
realizador del convenio establecido por todos los profetas del
pasado acerca de un gran día en el futuro cuando todas las
promesas de Dios serán cumplidas. "La Revelación
que desde tiempo inmemorial ha sido aclamada como el
Propósito y Promesa de todos los profetas de Dios y como
el más caro deseo de sus mensajeros, ha sido ahora
manifestada a los hombres por virtud de la penetrante Voluntad
del Todopoderoso y de su irresistible mandato. El advenimiento de
tal Revelación ha sido anunciado en todas las Sagradas
Escrituras."
La parte de la humanidad del arreglo convenial desde el punto de
vista de las enseñanzas bahá'ís puede
resumirse mejor en la frase de apertura del
Kitáb-i-Aqdas:
"El primer deber prescrito por Dios a Sus siervos es el
reconocimiento de Aquel que es la Aurora de Su Revelación
y la Fuente de Sus leyes, Quien representa a la Deidad tanto en
el Reino de Su Causa como en el mundo de la creación. El
que haya cumplido este deber ha logrado todo bien; y el que
esté privado de él se ha extraviado, aunque fuese
autor de toda obra justa. Incumbe a todo el que alcance esta muy
sublime estación, esta cumbre de trascendente gloria,
observar cada uno de los preceptos de Aquel que es el Deseo del
mundo. Estos dos deberes son inseparables. Ninguno es aceptable
sin el otro. Así lo ha decretado Quien es la Fuente de
inspiración divina."
Bahá'u'lláh mantuvo la continuación del
convenio mayor en el futuro declarando que a su debido tiempo
otra Manifestación de Dios se levantaría pero que
esto no ocurriría durante por lo menos unos mil
años: "Quienquiera que sostenga la pretensión de
ser una Revelación directa de Dios, antes de la
expiración de un lapso de mil años, tal hombre es,
con seguridad, un impostor mentiroso."

El Convenio Menor:
El
Convenio Menor se refiere al acuerdo entre una
Manifestación de Dios y sus seguidores con respecto a la
continuación de la autoridad en su religión. Aunque se
considera haber existido precedentes de esto en las religiones
anteriores . Shoghi Effendi afirma que ninguna religión
anterior tiene el asunto de la sucesión como importante ni
el nombramiento del sucesor ha sido claro. El hecho de que la
sucesión de la autoridad y las instituciones centrales de
la Fe de Bahá'í se haya establecido por documentos
escritos para que ellos no pudieran cuestionarse después
se enfatiza por Shoghi Effendi como un "rasgo distintivo de la
religión de Bahá'u'lláh".
El convenio menor fue ampliado por 'Abdu'l-Bahá en su
'Voluntad y Testamento' ; por el nombramiento de Shoghi Effendi
como Guardián de la Fe de Bahá'í. En este
documento, 'Abdu'l-Bahá también afirma la autoridad
de la Casa Universal de Justicia, confirmando así como la
otra institución en que la dirección se ha conferido por los procesos del
Convenio Bahá'í. Shoghi Effendi escribe del
'Voluntad y Testamento' es el resultado de la "mística
unión" entre Bahá'u'lláh y
'Abdu'l-Bahá. "Las energías creadoras liberadas por
la Ley de Bahá'u'lláh al penetrar y desarrollarse
en la mente de 'Abdu'l-Bahá, dieron lugar por su propio
impacto y estrecha acción
mutua, al nacimiento de un Instrumento que puede considerarse
como la Carta Magna
del Nuevo orden Mundial…" Además de las funciones para la
dirección de la comunidad bahá'í, conferidos
a 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi, el Convenio confiere en
'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi la posición de ser
los únicos intérpretes autorizados de la escritura
bahá'í. En el Kitáb-i-Aqdas,
Bahá'u'lláh establece: "Remitid lo que no
entendáis del Libro" a 'Abdu'l-Bahá (KA 174). De la
misma forma 'Abdu'l-Bahá declara que Shoghi Effendi es "el
expositor de las palabras de Dios"
También se deriva la autoridad de la Casa Universal de
Justicia de la evolución del convenio. Lo siguiente es
tomado de su Constitución:
"La procedencia, la autoridad, los deberes, la esfera de
acción de la Casa Universal de Justicia derivan todas de
la Palabra revelada de Bahá'u'lláh la que, junto
con las interpretaciones y exposiciones del Centro del Convenio y
del Guardián de la Causa -quien, después de
'Abdu'l-Bahá, es la única autoridad en la
interpretación de las Escrituras Bahá'ís-
constituyen los términos de referencia obligatorios de la
Casa Universal de Justicia y son el lecho de roca de sus
cimientos. La autoridad de estos Textos es absoluta e inmutable
hasta el momento en que Dios Todopoderoso revele Su nueva
Manifestación, a Quien pertenecerá toda autoridad y
poder"
El propósito del
Convenio:

El propósito del convenio
se explica en varios pasajes de las escrituras
bahá'ís. Siendo que el propósito de la
religión es afirmar el establecimiento de la unidad y
concordia entre la humanidad. Bahá'u'lláh advierte,
en su 'Libro del Convenio': ¡Oh siervos! Que los medios
para lograr el orden no se conviertan en motivo de
confusión, y que el instrumento de la unión no
dé ocasión para la discordia." El convenio
establecido en este libro fue específicamente para
anticipar tal desarrollo. 'Abdu'l-Bahá confirma que el
propósito central del convenio fue impedir cisma y
disensión:
"Ya que grandes diferencias y divergencias de creencia sectaria
se habían levantado a lo largo del pasado, cada hombre con
una nueva idea atribuyéndola a Dios,
Bahá'u'lláh deseó que no hubiese cimiento o
razón para la discordia entre los Bahá'ís.
Por consiguiente, con Su propia pluma Él escribió
el Libro de Su Convenio, dirigiéndose a todas las gentes
del mundo, diciendo, "verdaderamente, yo he señalado a Uno
Quien es el Centro de Mi Convenio. Todos deben obedecerlo; todos
deben volverse a Él; Él es el Expositor de Mi
Libro, y Él está informado de Mi propósito.
Todos deben volverse a Él. Todo lo que Él dice es
correcto, pues, verdaderamente, Él conoce los textos de Mi
Libro. Como Él, nadie conoce Mi Libro." El
propósito de esta declaración es que nunca debe
haber discordia ni divergencia entre los Bahá'ís
sino que ellos siempre deben estar unidos y deben estar de
acuerdo."
La misión específica de Bahá'u'lláh
se relaciona con la unidad mundial. El papel del convenio como el
garante de la unidad de la comunidad bahá'í se une
indisolublemente con la meta de unidad
mundial: "Es evidente que el eje de la unidad del mundo de
humanidad es el poder del Convenio y nada más."
Shoghi Effendi también se refiere al convenio como el
medio para dirigir y controlar el poder espiritual liberado por
la venida de Bahá'u'lláh: "Para dirigir y canalizar
estas fuerzas" y "para garantizar su operación armoniosa y
continua después de Su ascensión." Él se
refiere a su propósito para "perpetuar la influencia de
esa Fe, asegurar su integridad, protegerla del cisma, y estimular
su expansión mundial…"
El Poder del
Convenio
:
Puesto que es
el punto focal de unidad tanto para la comunidad de
bahá'í como finalmente para el mundo y
también es el cauce para el energías espirituales
liberadas por Bahá'u'lláh, el Convenio se describe
en las escrituras bahá'ís como dotado de poder. De
hecho se ve como la fuerza motivadora detrás de todas las
fuerzas positivas que trabajan en el mundo: "El poder del
Convenio es como el calor del sol,
que vivifica y promueve el desarrollo de todas las cosas creadas
sobre la tierra. La luz del Convenio, en forma similar, es la
educadora de las mentes, los espíritus, los corazones y
las almas de los hombres."
La Firmeza en el
Convenio:

Siendo la institución del
convenio un componente tan central y vital de la Fe
Bahá'í, la firmeza en el convenio es considerada en
los textos Bahá'í como una de las virtudes
religiosas principales. En su sentido más general, esto
significa ejemplificar las leyes y enseñanzas de la Fe de
Bahá'í:
"Debéis comportaros en tal forma que os permita destacar,
marcada y brillantemente como el sol, entre otras almas. Si
alguno de vosotros llegara a entrar a una ciudad, deberá
convertirse en el centro de atracción, por razones de
sinceridad, su integridad y su devoción, su honestidad y
fidelidad, su veracidad y su benevolencia hacia todas las gentes
del mundo…Hasta que no alcancéis esta
posición, no podréis decir que habéis sido
fieles al Convenio y Testamento de Dios. Pues Él, mediante
irrefutables Textos, ha establecido con todos nosotros un
Convenio obligatorio, que nos exige actuar de acuerdo con sus
sagradas instrucciones y consejos."
En un sentido más específico, la firmeza en el
convenio se refiere a la convicción interna del
bahá'í individual de que la guía del centro
de la Fe Bahá'í (sea esta la de 'Abdu'l-Bahá
o Shoghi Effendi en el pasado o de la Casa Universal de Justicia
en la actualidad) representa la voluntad de Dios: "Cualquier cosa
que ellos decidan es de Dios." Shoghi Effendi relaciona el
éxito y
progreso de la Fe Bahá'í a esto:
"Ni la
administración, ni el trabajo
general de enseñanza de la Causa , progresarán,
ni se podrá lograr nada, a menos que los creyentes sean
verdaderamente bahá'ís firmes, profunda y
espiritualmente convencidos…Pero una vez que un
bahá'í tiene la convicción profunda de la
autoridad de Dios, investida en el Profeta, conferida al Maestro
y por Él a los Guardianes, la que fluye a través de
las Asambleas y crea un orden basado en la obediencia, una vez
que un bahá'í tiene eso, nada lo puede hacer
vacilar."

  • Tabla escrita
    por Baha´u´llah , para todos los cristianos del
    mundo:

Esta es la Tabla Más Sagrada enviada desde el
santo reino para quien ha fijado su rostro en el Objeto de la
adoración del mundo, Aquel quien descendió del
cielo de la eternidad investido con trascendente gloria.
En nombre del Señor, el Señor de gran gloria.
Ésta es una Epístola que proviene de nuestra
presencia, para aquel a quien los velos de los nombres no
pudieron apartarle de Dios, creador de cielo y tierra, para que
sus ojos puedan regocijarse en los días de su
Señor, el que Ayuda en el Peligro, Quien Subsiste por
Sí Mismo.
Di: ¡Oh seguidores del Hijo! (Jesucristo) ¿Os
habéis apartado de Mí debido a mi Nombre?
¿Por ello no lo habéis pesado en vuestros
corazones? Día y noche habéis estado llamando a
vuestro Señor, el Omnipotente, pero cuando Él hubo
descendido en su gran gloria desde el cielo de la eternidad, os
habéis apartado de Él y permanecisteis sumidos en
la negligencia.
Reflexionad sobre aquellos que rechazaron al Espíritu
(Jesucristo) cuando vino a ellos con manifiesto dominio.
Cuán numerosos los fariseos que en su nombre se han
recluido en las sinagogas, lamentándose por su
separación de Él, y aún así, cuando
los portales de la reunión fueron abiertos de par en par y
la luminaria
divina brilló resplandeciente desde el Manantial de la
Belleza, no creyeron en Dios, el Exaltado, el Poderoso.
No lograron alcanzar su presencia a pesar de que su advenimiento
había sido prometido en el Libro de Isaías al igual
que en los
Libros de los Profetas y Mensajeros. Ninguno de ellos
volvió su rostro hacia el Manantial de divina
misericordia, a excepción de aquellos desprovistos de todo
poder entre los hombres. Y aún así, hoy, todo
hombre dotado de poder e investido de soberanía se enorgullece en su Nombre.
Por otra parte, acuérdate del que sentenció a
muerte a Jesús. Era el más erudito de su
época en su país, mientras que aquel que era solo
un pecador, creyó en Él. Tenlo en cuenta y
sé de los que
observan la advertencia.
Igualmente, reflexiona acerca de cuán numerosos son en
este momento los monjes que se han recluido en sus iglesias,
llamando al Espíritu, pero cuando Éste
apareció a través del poder de la verdad, no
lograron acercarse a Él y son contados entre los
descarriados. Felices son quienes las han abandonado y han vuelto
su rostro hacia Aquél Quien es el Deseo de todo lo que hay
en los cielos
y en la tierra.
Leen el Evangelio y aún así rehúsan
reconocer al señor Todo Glorioso, a pesar de que ha venido
mediante la potencia de su
exaltado, su poderoso y bondadoso dominio. Nos, en verdad, hemos
venido por amor a vosotros, y hemos soportado los infortunios del
mundo para vuestra salvación. ¿Huís de
Aquél que ha sacrificado su vida para que seáis
vivificados? Temed a Dios, OH seguidores del Espíritu y no
sigáis los pasos de cada teólogo que se ha
extraviado lejos.
¿Os imagináis que Él ha buscado sus propios
intereses, cuando en todo momento ha estado amenazado por las
espadas de los enemigos, o que ha buscado las vanidades del mundo
después que ha sido confiado en la más desolada de
las ciudades?
Sed justos en vuestro juicio y no sigáis las huellas de
los injustos.
Abrid las puertas de vuestros corazones. Aquel Quien es el
Espíritu
verdaderamente está ante ellas. ¿Por qué os
mantenéis apartados de Quien ha querido acercaros a un
Lugar Resplandeciente? Di: Nos, en verdad, os hemos abierto las
puertas del Reino. ¿Atrancaréis las puertas de
vuestras casas ante mi rostro? Ello, en verdad, no es otra cosa
que grave error. Él nuevamente ha descendido del Cielo tal
como lo hizo la primera vez.

Cuidado, no sea que discutáis lo que El proclama,
tal como la gente anterior a vosotros disputara sus expresiones.
Así os instruye el verdadero, si tan solo pudieseis
percibirlo.
El Río Jordán se une al Más Grande
Océano, y el Hijo en el santo valle, exclama:
"¡Aquí estoy, aquí estoy, OH Señor, mi
Dios!", mientras el Sinaí circunda al derredor de la Casa,
y la Zarza Ardiente llama en alta voz: "Aquel Quien es el Deseado
ha venido en su trascendente majestad". Di: ¡He
aquí! ¡El Padre ha venido, y todo lo que se os ha
prometido en el Reino se ha cumplido!
Esta es la Palabra que el Hijo ocultó cuando dijo a los
que Le rodeaban: "No lo podéis soportar ahora". Y cuando
se cumplió el tiempo anunciado y la Hora hubo sonado,
brilló la Palabra sobre el horizonte de la Voluntad de
Dios. Cuidado, OH seguidores del Hijo, no sea que la
arrojéis tras de vosotros. Asíos firmemente a ella.
Es mejor para vosotros que todo lo que poseéis.
Verdaderamente, Él está cerca de aquellos que hacen
el bien. La Hora que hemos ocultado al conocimiento
de los pueblos de la tierra y al de los ángeles
favorecidos, ha acaecido.

Di: verdaderamente, Él Me ha testificado, y Yo Le
testifico. En verdad, Él no ha propuesto a otro más
que a Mí. De ello es testigo toda alma comprensiva y
justa.
Aunque acosado por incontables aflicciones, emplazamos al pueblo
a volverse a Dios, el Señor de los nombres. Di: esforzaos
para lograr aquello que os ha sido prometido en los Libros de
Dios, y no transitéis por la senda del ignorante, Mi
cuerpo ha soportado encarcelamiento para que podáis
libraros de la esclavitud del
ego. Fijad entonces, vuestros rostros en su semblante, y no
sigáis las huellas de cada hostil opresor. Verdaderamente,
Él ha consentido ser
amargamente degradado para que vosotros pudieseis alcanzar la
gloria, y aún así, os estáis divirtiendo en
el valle de la negligencia, Él, en verdad, vive en la
más desolada de las moradas por amor a vosotros, mientras
vosotros moráis en vuestros palacios.
Di: ¿No oís la voz del Pregonero, llamando en alta
voz en el desierto del Bayán, trayéndos las buenas
nuevas del advenimiento de vuestro Señor, el Todo
Misericordioso? ¡Mirad! Él ha venido a la sombra
protectora del Testimonio, investido con pruebas y evidencias
concluyentes, y aquellos que verdaderamente creen en Él,
consideran su presencia como la encarnación del Reino de
Dios.
Bendito es el hombre que se ha vuelto hacia Él, y
desgraciados aquellos que Le niegan o dudan de Él.
Anúnciales a los sacerdotes: ¡He aquí! Aquel
Quien es el Soberano ha llegado, Salid de tras el velo en nombre
del Señor, Quien hace bajar la cerviz a todos los hombres.
Proclamad, entonces, a toda la humanidad las buenas nuevas de
esta poderosa, de esta gloriosa Revelación,
verdaderamente, Aquel Quien es el Espíritu de verdad, ha
venido para guiaros a toda verdad. Él no habla impulsado
por su propio ser, sino por orden de Aquel Quien es el
omnisciente, el Sapientísimo.
Di: Él es Quien ha glorificado al Hijo y ha exaltado su
Causa. Abandonad, OH pueblos de la tierra, aquello que
tenéis, y asíos firmemente a lo que os ha ordenado
el Todopoderoso, Quien es el Portador de la Confianza de Dios.
Depurad vuestros oídos y volved vuestros corazones hacia
Él, para que podáis oír la más
maravillosa llamada que ha surgido del Sinaí, la
habitación de vuestro Señor, el
Más Glorioso. En verdad, os acercará al Lugar donde
percibiréis el esplendor de la luz de su semblante que
resplandece sobre este luminoso Horizonte.
¡OH concurso de sacerdotes! Abandonad las campanas, y luego
salid de vuestras iglesias, os incumbe, en este día,
proclamar en alta voz el Más Grande Nombre entre las
naciones. ¿Preferís guardar silencio, en tanto toda
piedra y todo árbol proclama: "¡El Señor ha
venido en su gran gloria!"? Bienaventurado el hombre que se ha
apresurado hacia Él. Verdaderamente, él es contado
entre aquellos cuyos nombres serán registrados eternamente
y quienes serán mencionados por el concurso en lo Alto.
Así ha sido decretado por el Espíritu en esta
maravillosa Tabla. Aquel quien emplaza a los hombres en mi
nombre, es verdaderamente mío, y habrá de demostrar
lo que está más allá del poder de todos los
que están en la tierra. Seguid la Senda del Señor y
no los pasos de aquellos que están sumidos en la
negligencia.
Bienaventurado sea el adormecido quien animado por la Brisa de
Dios se levantó entre los muertos dirigiendo sus pasos
hacia el sendero del Señor. Ciertamente, tal hombre es
considerado, a la vista
de Dios, el Verdadero, como una joya entre los hombres y es
contado entre los dichosos.
Di: La Luz de su Revelación ha despuntado en el oriente;
los signos de su dominio han aparecido en el occidente. Ponderad
esto en vuestros corazones, OH pueblo, y no seáis de los
que han errado penosamente cuando mi Recuerdo vino hasta ellos
por mandato del omnipotente, el Todo Alabado. Que la Brisa de
Dios os despierte. En verdad, ella ha soplado sobre el mundo.
Bienaventurado aquel
que ha descubierto su fragancia y ha sido contado entre los bien
seguros.
¡OH concurso de obispos! Sois las estrellas del cielo de mi
conocimiento. Mi misericordia no desea que os precipitéis
a tierra. Sin embargo, mi justicia declara: "Esto es lo que el
Hijo ha decretado". Y todo cuanto ha procedido de su
irreprochable, su veraz y confiable boca, no podrá ser
alterado jamás. Las campanas, ciertamente, repican en mi
Nombre, y se lamentan por Mí, pero mi
espíritu se regocija con manifiesta alegría. El
cuerpo del Amado anhela la cruz, y su cabeza ansía la
lanza, en el sendero del Todo Misericordioso. La superioridad del
opresor no puede en modo alguno disuadirlo de su
propósito.
Hemos emplazado a todas las cosas creadas a alcanzar la presencia
de tu Señor, el Rey de todos los nombres. Bendito es el
hombre que ha fijado su rostro en Dios, el Señor del
Día del Juicio Final.
¡OH concurso de monjes! Si optáis por seguirme, os
haré herederos de mi Reino, y si transgredís contra
Mí, soportaré pacientemente mi sufrimiento, y Yo,
en verdad, soy el Que Siempre Perdona, el Misericordioso.
¡OH tierra de Siria! ¿Qué ha sido de tu
rectitud? Tú eres, ciertamente, ennoblecida por las
pisadas de tu Señor. ¿Has percibido la fragancia de
la reunión celestial, o eres contada entre los
negligentes?
Belén se ha puesto en movimiento con la Brisa de Dios.
Escuchamos su voz que dice: "¡OH generosísimo
Señor! ¿Dónde se ha establecido tu gran
gloria? Los fragantes aromas de tu presencia me han vivificado,
luego de haberme desvanecido por la separación de Ti.
Alabado seas por cuanto has quitado los velos y has venido con
poder en evidente gloria." La llamamos desde tras el
Tabernáculo de
Majestad y Grandeza, diciendo: "¡OH Belén! Esta luz
ha aparecido en el oriente y ha viajado hacia el occidente, hasta
que llegó a ti en el atardecer de su vida.
Dime pues: ¿Reconocen los hijos al Padre y Le aceptan, o
Le niegan, así como el pueblo de otro tiempo Le
negó (Jesús)?" Entonces ella exclamó
diciendo: "Tú eres en verdad, el Omnisciente, el Bien
Informado."
Verdaderamente, contemplamos a todas las cosas creadas inclinadas
a ser nuestro testigo. Algunos Nos conocen y son testigos,
mientras que la mayoría son testigos pero no Nos
conocen.
El Monte Sinaí está agitado con la alegría
de contemplar nuestro semblante. Ha elevado su dominante voz en
la glorificación de su señor, diciendo: "¡OH
Señor! Siento la fragancia de tu vestidura. Me parece que
estás cerca, investido con los signos de Dios. Tú
has ennoblecido a estas regiones con tus pisadas.
Grande es la bienaventuranza de tu pueblo, si solo pudieran
conocerte e inhalar tus suaves aromas; y desdichados son los que
están profundamente dormidos."
Dichoso eres tú, por haber vuelto tu rostro hacia mi
semblante, por cuanto has rasgado los velos, destrozado los
ídolos y reconocido a tu eterno Señor. El pueblo
del Qur’án se ha levantado en contra nuestra sin una
prueba clara o evidencia, atormentándonos en todo momento
con una nueva tortura. Ociosamente se imaginan que las
tribulaciones pueden frustrar nuestro propósito. Vano es
en
verdad lo que han imaginado. Verdaderamente, tu Señor es
Quien ordena todo cuanto Le place.
Nunca he pasado junto a un árbol sin que mi corazón se
dirigiese a él, diciendo: "¡OH! Si fueses cortado en
mi nombre, y mi cuerpo fuese crucificado sobre ti". Hemos
revelado este pasaje en la Epístola al Sháh para
que sirviese como una advertencia a los seguidores de las
religiones. Verdaderamente, tu Señor es el Omnisciente, el
Omnisapiente.
No te apenen las cosas que han perpetrado. Ciertamente son como
muertos, y no viven. Déjalos a los muertos; luego vuelve
tu rostro hacia Él, Quien es el Dador de Vida del mundo.
Cuidado, no sea que los dichos de los negligentes te
entristezcan. Sé firme en la Causa, y enseña a la
gente con consumada sabiduría, Así te lo ordena el
soberano de la tierra y del cielo. Él es, en verdad,
el
Todopoderoso, el Más Generoso.
Dentro de poco, Dios exaltará tu recuerdo y
escribirá con la Pluma de Gloria aquello que expresaste
por su amor. Él es, en verdad, el Protector de los que
hacen el bien.
Concédele mi recuerdo a uno llamado Murád, y dile:
"Bendito eres tú, OH Murád, por cuanto has
desechado tu propio deseo y has seguido a Quien es el Deseo de
toda la humanidad."
Di: Bendito sea el adormecido que es despertado por mi Brisa.
Bendito el desfallecido que es reanimado con mis revivificadores
hálitos. Bendito el ojo que se solaza en la
contemplación de mi belleza. Bendito el caminante que
dirige sus pasos hacia el Tabernáculo de mi gloria y
majestad. Bendito el angustiado que busca refugio bajo la sombra
de mi dosel. Bendito el sediento que se precipita a las fluyentes
aguas de mi amorosa bondad. Bendita el alma insaciable que ha
desechado sus deseos egoístas por amor a Mí, y ha
tomado su lugar en la mesa del banquete que he enviado para mis
elegidos desde el cielo de la misericordia divina. Bendito el
humillado que se aferra al cordón de mi gloria; y el
necesitado que entra bajo la sombra del Tabernáculo de mi
riqueza. Bendito el ignorante que busca la fuente de mi
conocimiento; y el negligente que se adhiere al cordón de
mi recuerdo. Bendita el alma que ha surgido a la vida por medio
de mi hálito vivificador y ha ganado su admisión en
mi Reino celestial. Bendito el hombre a quien los suaves aromas
de la reunión conmigo le han agitado, y le han hecho
acercarse a la Aurora de mi Revelación. Bendito el
oído
que ha escuchado, y la lengua que ha sido testigo, y el ojo que
ha visto y reconoce al Señor, en su gran gloria y
majestad, investido con grandeza y dominio. Benditos quienes han
alcanzado su presencia. Bendito el hombre que ha buscado la
iluminación del Sol de mi Palabra. Bendito
aquel que ha adornado su cabeza con la diadema de mi amor.
Bendito quien ha oído mi dolor y se ha levantado entre mi
pueblo para ayudarme. Bendito aquel que ha dado su vida en mi
sendero y ha soportado múltiples padecimientos por amor a
mi Nombre. Bendito el hombre que, seguro de mi
Palabra, se ha levantado de entre los muertos para celebrar mi
alabanza. Bendito aquel que se ha extasiado con mis maravillosas
melodías y ha rasgado los velos mediante la potencia de mi
poder. Bendito aquel que se ha mantenido fiel a mi Convenio, y a
quien las cosas de este mundo no le han impedido alcanzar mi
Corte de santidad. Bendito el hombre que se haya desprendido de
todo salvo de Mí, que se haya remontado en la atmósfera de mi amor,
ganado la admisión en mi Reino, contemplado mis dominios
de gloria, que haya bebido a grandes tragos de las aguas
vivientes de mi generosidad, y su porción del río
celestial de mi amorosa providencia, enterado de mi Causa,
comprendido aquello que he ocultado dentro del tesoro de mis
Palabras, y brillado desde el horizonte del conocimiento divino,
ocupado en mi alabanza y glorificación. Él
verdaderamente, es de los míos. Desciendan sobre él
mi misericordia, mi amorosa bondad, mi munificencia y mi
gloria.
Baha´u´llah.

• Profecía de Daniel (Dn.8:13/14) y
Cristo: sobre la 1 y 2 venida de Jesucristo.
Dijo
Daniel:"Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los
santos pregunto a aquel que hablaba: ¿Hasta cuando durara
la visión del continuo sacrificio, y la
prevaricación asoladora entregando el santuario y el
ejercito para ser pisoteados? Y el dijo: Hasta dos mil
trescientas tardes y mañanas; luego el santuario
será purificado" (Dn.8:13/14). Más tarde, en
tiempos de Cristo, al preguntarle los discípulos sobre su
segundo advenimiento y el día final. El les contesto que
recordaran la profecía de Daniel: "Y estando el sentado en
el monte de los olivos, los discípulos se le acercaron
aparte, diciendo; Dinos ¿Cuándo serán estas
cosas, y que señal habrá de tu venida, y del fin de
siglo? Residiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os
engañe… Por tanto, cuando veáis en el lugar
santo la abominación desoladora de que hablo el profeta
Daniel (el que lee, entienda)…"(Mt.24:3/4 y 15).Con ello
afirmaba Jesús que la profecía de Daniel
había de cumplirse en su segunda venida.
Daniel, en los capítulos 8 y 9 de su libro, hace dos
profecías sobre la fecha de la revelación de
Jesús y otra sobre la revelación Bahai, Mencionare
primero la de Jesucristo, la cual se cumplió a su debido
tiempo. Dice DANIEL:"Aun estaba hablando en oración,
cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la
visión al principio, volando con presteza, vino a mi como
a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender, y hablo
conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte
sabiduría y entendimiento. Al principio de tus ruegos
salio la orden, y yo he venido para enseñártela,
porque tú eres muy amado. En tiende, pues la orden y
entiende la visión. Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para
terminar la prevaricación, y poner fin al pecado y expiar
la iniquidad, para traer la justicia perdurable y sellar la
visión y la profecía y ungir al Santo de los
santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden
para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el
Mesías príncipe, habrá siete semanas, y
sesenta y dos semanas; se volverá a…"
A partir de que fecha se calcula esa profecía y, por otra
parte, que significan esas semanas, pues se observa cierta
contradicción ya que una vez habla de setenta semanas, y
mas tarde de sesenta y dos semanas y siete semanas.
Considero que no es fácil de entender, pues si lo fuera no
se trataría de palabras selladas y cerradas. A pesar de
ello, veamos primeramente el significado de las semanas: Las
setenta semanas corresponden a cuatrocientos noventa días;
pero como, según la Biblia, el día equivale a un
año, tendremos que estos cuatrocientos noventa días
significan cuatrocientos noventa años.
En cuanto a la fecha de partida para añadir tales
años, se menciona en la misma profecía cuando
dice:"…desde la salida de la orden para restaurar y
edificar a Jerusalén ". El problema estriba en que la
orden para tal restauración se repitió en cuatro
ocasiones: la primera la dio Ciro en el año 536 a.c.
según menciona el libro de Esdras; la segunda,
Darío de Persia en 519 a.c.; según consta en el
mencionado libro de Esdras; el tercer edicto fue lanzado por
Artajerjes en 457 a.c.; recogido asimismo por Esdras; y el cuarto
también por Artajerjes; según menciona Nehemias, y
publicado en 444 a.c. De estas cuatro fechas, Daniel se refiere a
la tercera, es decir el año 457ª.c. Ahora bien, la
vida y revelación terrenas de Jesús duraron treinta
y tres años ; pues esa edad tenia cuando lo crucificaron.
Si añadimos treinta y tres a 457, obtendremos los
cuatrocientos noventa años que profetizo Daniel y , por
ende (por consecuencia), el cumplimiento de la profecía
primera .
Y ahora, hablemos de las sesenta y dos semanas y siete semanas,
mencionadas separadamente. Esto se debe a que la
restauración del Templo duro siete semanas, es decir,
cuarenta y nueve días o años. A partir de entonces
empiezan las sesenta y dos semanas (que unidas a las siete hace
sesenta y nueve) y, en la ultima, es decir la 69/70
sucedió la ascensión de Cristo.
Ahora, partiendo de la fecha del tercer edicto, al igual que
hicimos para la primera avenida de Jesús (profetizada, por
Daniel), llegaremos a los albores de la revelación Bahai .
En efecto; ya sabemos que desde la promulgación del edicto
al nacimiento de Jesús pasaron 457 años; de
entonces hasta la víspera de la revelación
Bahái pasaron 1843años, puesto que a partir de 1844
empieza la Era Bahai(con la declaración del EL BAB(LA
PUERTA),Precursor de Baha u llah .
EL BAB, se refirió en sus escritos al orden de Baha u
llah, titulo que le dio El BAB, Y significa: LA GLORIA DE DIOS.
EL BAB fue martirizado por el clero musulmán, el 9 de
julio de 1850, a los 31 años de edad, en 1844 se declara
Enviado de DIOS, Y dijo Bienaventurado aquel que sigue a Baha u
llah y su promesa fue cumplida 19 años después de
la declaración de su misión,: Mirza Husayn-Ali(Baha
u llah), abiertamente en 1863, declaro que EL era El prometido
cuya venida había sido profetizada por todas las
manifestaciones de DIOS de las edades anteriores).
Su mando estas dos cifras: 457 mas 1843, obtendremos 2300 que es
el numero fijado por Daniel. El año 1844 era una fecha en
la cual, en varias partes del mundo, había quienes
esperaban la avenida del Señor, entre ellos el caso mas
trágico fue el de William Millar, quien fundo la secta
Cristiana de nominada "Los Adventistas del Séptimo
Día", pues después de un profundo estudio de
Daniel, saco la fecha de 1844 para dicho evento y, estaba tan
seguro, que comenzó a anunciarla con una vehemencia sin
igual y sus seguidores lo esperaban sin lugar a duda. Su
equivocación fue que esperaban el descenso de Cristo
literalmente del Cielo y por ello cuando apareció, EL
Báb no se había producido, a si pues, llego la
fecha sin que descendiera el Señor desde el cielo
(literalmente) y el desdichado predicador murió en el
año 1849 con la mayor desilusión y
desesperanza.
Otras sectas cristianas por esas fechas se alojaron en tiendas de
campaña alrededor del Monte Carmelo, en Haifa, Isrrael(
lugar donde hoy esta La Tumba del Báb Y Abdu
l-Bahá. Y La Casa universal de Justicia).
Isaías: "Acomtencera los postrero de los tiempos, que
será confirmado el monte de la casa de Jehová como
cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados,
y correrán a el todas las naciones. Y vendrán
muchos pueblos, y dirán…"(Is.2:2/3).El Monte de
Jehová es el Monte Carmelo.
Bahá u lláh , dirigiéndose al Carmelo, dice
: "Da gracias a tu Señor, OH Carmelo; el fuego de tu
separación de mi iba consumiéndote, cuando el
océano de mi presencia surgió ante tu cara,
alegrando tus osos y los ojos de toda la creación…
llama a Sion, OH Carmelo y anuncia las jubilosas nuevas: El que
estaba oculto a los ojos de los mortales, ha venido".
Ezequiel dice, "…Y he aquí la Gloria del DIOS de
Israel, que venia
del oriente; y su sonido era como
el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a
causa de su gloria (Ez. 43:2).Bahá’u'lláh
enseña que Dios ha ido educando a la humanidad a lo largo
de la historia, mediante el envío de Mensajeros o Profetas
a distintos pueblos y naciones. Cada uno de estos Mensajeros o
Manifestaciones de Dios ha traído las enseñanzas de
Dios adecuadas a la mentalidad o coyuntura histórica del
pueblo para el que fueron reveladas. Cuando la
civilización evoluciona y requiere nuevos conocimientos y
leyes, un nuevo Mensajero surge entre los seres humanos para
revelar nuevas enseñanzas. Por esta razón no hay
motivo para la discordia religiosa, pues todos los grandes
Mensajeros provienen de un único Dios y obedecen a un
mismo propósito. Bahá’u'lláh, el
Mensajero de Dios para nuestra época, declara: "No puede
haber duda alguna de que los pueblos del mundo, de cualquier raza
o religión, derivan su inspiración de una
única Fuente celestial y son los súbditos de un
solo Dios. La diferencia entre las ordenanzas a las que
están sometidos debe ser atribuida a los requisitos y
exigencias variables de
la época en la que fueron reveladas."
(Baháulláh).

  • Cercanía a
    DIOS:

¡OH Hijo del Hombre! No te aflijas a menos que
estés lejos de Nosotros. Y no te regocijes a menos que te
acerques y vuelvas a Nosotros.
Bahá'u'lláh.
Es la rebeldía del corazón que lo aparta de Dios y
lo condena a estar lejos de Él… aquellos corazones que
son conscientes de su Presencia, están cerca de Él
y deben considerarse como que se han aproximado a su trono.
Bahá'u'lláh.
¡El Dios único y verdadero es mi testigo! Este muy
grande, este insondable y ondeante océano está
cerca, asombrosamente cerca de vosotros. ¡Ved, está
más próximo a vosotros que vuestra vena vital!
Bahá'u'lláh.
Mi amor está en ti; conócelo, para que Me
encuentres junto a ti.
Bahá'u'lláh.
Ten por cierto que en el Bayán la purificación
está considerada como el medio más aceptable para
lograr el acercamiento a Dios y la más meritoria de las
acciones.
El Báb.
Cuanto más puro y santificado llegue a ser el
corazón del hombre, más cerca se aproxima a Dios y
va revelándose en él la luz del Sol de la
Realidad.
‘Abdu'l-Bahá.
Quienquiera que se acerque a Dios, es el más favorecido,
ya sea hombre o mujer.
‘Abdu'l-Bahá.
La cercanía es, en verdad, del alma, no del cuerpo; y la
ayuda que se implora, y la ayuda que llega, no es material sino
del espíritu; no obstante, es mi esperanza que llegues a
obtener la cercanía en todo sentido. Las dádivas de
Dios abrazarán verdaderamente a un alma santificada, como
la luz del sol lo hace con la luna y las estrellas; ten seguridad
de ello.
‘Abdu'l-Bahá.
Mientras más nos acerquemos a Dios, más cerca
Él está de nosotros…
‘Abdu'l-Bahá.
…La cercanía a Dios es posible a través de la
devoción a Él, a través de la entrada al
Reino, y el servicio a la
humanidad; ella se obtiene por medio de la unión con la
humanidad y por el amor
benevolente hacia todos…
‘Abdu'l-Bahá.
En una palabra, acercarse a Dios exige el sacrificio de sí
mismo, el renunciamiento y el perderlo todo por Él.
Cercanía es semejanza.
‘Abdu'l-Bahá.
Debemos olvidamos del yo totalmente y dedicamos enteramente a
Dios para que cada día y en cada momento deseemos hacer
solamente lo que Dios quiere que hagamos y ello de la manera que
Él desee.
Shoghi Effendi.

  • Confianza en
    DIOS:

Aquel que se entrega por completo a Dios, ciertamente,
Dios estará con él y aquel que pone toda su
confianza en Dios, verdaderamente, Él le protegerá
de todo lo que pueda dañarle y le escudará de la
iniquidad de todo tramador de mal.
Bahá'u'lláh.
La fuente de todo bien es la confianza en Dios, sumisión a
sus mandatos, y complacencia con su santa voluntad y agrado.
Bahá'u'lláh.
¡OH Móvil Forma de Polvo! Deseo comunión
contigo, pero tú no quieres confiar en Mí. La
espada de tu rebelión ha derribado el árbol de tu
esperanza. Estoy en todo momento cerca de ti, pero tú
estás siempre lejos de Mí. He escogido gloria
imperecedera para ti; sin embargo, tú has elegido para ti
mismo vergüenza sin límite. Mientras aún haya
tiempo, vuelve y no pierdas tu oportunidad.
Bahá'u'lláh.
Sé como una llama de fuego para mis enemigos y un
río de vida eterna para mis amados y no seas de los que
dudan.
Y si te sobreviniese aflicción en mi sendero, o
degradación por mi causa, no te preocupes por ello.
Confía en Dios, tu Dios y Señor de tus
padres…
Bahá'u'lláh.

En todos tus asuntos pon tu confianza en Dios, y
déjalos a su cuidado. El te retribuirá con una
recompensa que el Libro ha ordenado ser grande.
Bahá'u'lláh.
No toméis en cuenta vuestras limitaciones y debilidad;
fijad vuestra mirada en el poder invencible del Señor,
vuestro Dios, el Todopoderoso….Levantaos en Su nombre, poned
toda vuestra confianza en El y estad seguros de la victoria
final.
El Báb.
Sé dependiente de Dios. Abandona tu propia voluntad y
aférrate a la suya, desecha tus propios deseos y
arráigate a los de Él…
‘Abdu'l-Bahá.
Cuenta con Dios; confía en Él. Alábale y
recuérdale continuamente. Él en verdad, troca la
dificultad en tranquilidad, y la desgracia en consuelo, y el
tráfago en completa paz.
‘Abdu'l-Bahá.
Nunca pierdas tu confianza en Dios. Ten siempre esperanzas, pues
las dádivas de Dios nunca cesan de fluir sobre el
hombre.
‘Abdu'l-Bahá.
El camino está lleno de piedras y hay muchas pruebas;
pero, como usted dice, si los amigos tratan de aprender a vivir
de acuerdo con las enseñanzas de
Bahá'u'lláh, descubrirán que éstas,
por cierto, operan misteriosa y poderosamente y que la ayuda
siempre está cerca, que los obstáculos son
superados y que el éxito al fin está asegurado.
Shoghi Efendi.
La confianza en Dios es, en verdad, el arma más segura y
poderosa que un maestro bahá'í puede portar. Pues
por su intermedio, no hay poder terrenal que pueda permanecer in
conquistado, y ningún obstáculo que llegue a ser
insuperable.
Shoghi Efendi.
La historia de nuestra Fe está llena de testimonios de los
hechos sobresalientes llevados a cabo por individuos realmente
simples e insignificantes, quienes se convirtieron en verdaderos
faros de luz y en torres de fortaleza, debido a su confianza en
Dios, habiéndose levantado para proclamar su Mensaje.
Shoghi Efendi.
…cuando ponemos nuestra confianza en Él,
Bahá'u'lláh soluciona nuestros problemas y abre el
camino.
Shoghi Efendi.

 

Trabajo
realizado por:

Jesús Rafael González
García.

(Miembro de la comunidad internacional Bahái ) FE
Bahái.

Libros consultados: Contestación a unas
preguntas, de Abdu´ l Bahá. Pasaje de los escritos;
Las palabras ocultas; La Proclamación (de
Baháulláh). El Deseo del mundo,( de Rúhiyyih
Rabbani). Administración bahái. El
advenimiento de la justicia Divina, La Dispensación de
Baháulláh, Llamado a la naciones (de Shoghi
Effendi). La fuente de Todo bien.

 

Partes: 1, 2, 3
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