Eliminación de todo tipo de prejuicios para conseguir la unidad orgánica de toda la Humanidad
- Definición de
prejuicio - Prejuicios un obstáculo
para la paz en el mundo - La
búsqueda independiente de la verdad - Prejuicios
religiosos, de credo - Prejuicios de
sexo - Educación
universal para la eliminación de los
prejuicios - El
Gran anuncio a la Humanidad
Definición
de prejuicio:
Juicio u opinión que se forma inmotivadamente de
antemano y sin el
conocimiento necesario.
Un prejuicio es
una creencia, una forma de saber o conocer en algo que no es
cierto. Es una atracción emocional o adhesión a una
falsedad o error. En un nivel personal, el
prejuicio representa un determinado bloqueo en la
exteriorización del potencial humano, porque la capacidad
de amar ha sido utilizada para impedir y bloquear la capacidad de
conocer.
A menudo el ser humano ignora tener prejuicios. De la
misma razón el fanatismo ignora que es
ignorante.
Prejuicios un
obstáculo para la paz en el mundo:
Parece sumamente pertinente: «Como las guerras
comienzan en la mente de los hombres, es en la mente de los
hombres que han de construirse las defensas de la paz». Por
lo tanto, parecería que ninguno de nosotros puede evadir
la responsabilidad de por lo
menos«desarmar» nuestros prejuicios, que suelen
hallarse en la raíz de nuestra incapacidad de llevarnos
bien los unos con los otros en las familias, las comunidades o en
los planos nacional e internacional. La otra cara de la moneda,
desde luego, está constituida por las medidas que los
gobiernos pueden adoptar para promover el desarme general y
completo y lograr una paz duradera en este planeta.
(Comunidad
Internacional Baha'i, El Desarme y la Paz)
Asimismo a medida que los prejuicios de sexo,
así como los de credo, raza, clase y
nacionalidad,
sean abandonados en un espíritu de dedicación a la
unidad de la humanidad, podrá producirse en ambos, hombres
y mujeres, la
motivación necesaria para el establecimiento de la
paz.
Entre las enseñanzas de Bahá'u'lláh
está la que dice que los prejuicios religiosos, raciales,
políticos, económicos y patrióticos
destruyen el edificio de la humanidad. Mientras prevalezcan estos
prejuicios, el mundo de la humanidad no tendrá descanso.
Durante un período de seis mil años la historia nos informa acerca
del mundo de la humanidad. Durante estos seis mil años el
mundo de la humanidad no ha estado libre
de guerras, de luchas, de homicidios y
sed de sangre. En toda
época se ha hecho la guerra en un
país o en otro, y esa guerra se ha debido ya sea al
prejuicio religioso, al prejuicio racial, al prejuicio
político, o al prejuicio patriótico. Por tanto, se
ha determinado y probado que todos los prejuicios son
destructivos para el edificio humano. Mientras estos prejuicios
persistan, la lucha por la existencia debe permanecer dominante,
y debe continuar la sed de venganza y rapacidad. Por
consiguiente, lo mismo que en el pasado, el mundo de la humanidad
no puede ser salvado de la oscuridad de la naturaleza, y
no puede alcanzar la iluminación si no es por medio del abandono
de los prejuicios y la adquisición de la conducta del
Reino.
Si este prejuicio y esta enemistad son por cuenta de la
religión,
considerad que la religión debe ser la causa de
camaradería, de lo contrario es infructuosa. Y si este
prejuicio es el prejuicio de la nacionalidad,
considerad que todo el género
humano es de una única nación;
todos han brotado del árbol de Adán, y Adán
es la raíz del árbol. Ese árbol es tan solo
uno, y todas estas naciones son como las ramas, en tanto que los
individuos de la humanidad son como hojas, como flores y frutos
del mismo. Luego, el establecimiento de las diferentes naciones y
el consecuente derramamiento de sangre y destrucción del
edificio de la humanidad, son el resultado de la ignorancia
humana y de los motivos egoístas.
En cuanto al prejuicio patriótico, esto
también es debido a la absoluta ignorancia, pues la
superficie de la tierra es
un solo país natal. Todos pueden vivir en cualquier punto
del globo terráqueo. Por tanto, todo el mundo es el lugar
de nacimiento del hombre. Estas
fronteras y sus pasos han sido ideados por el hombre. En
la creación no han sido asignados tales límites y
pasos fronterizos. Europa es un solo
continente, Asia es un solo
continente, África es un solo continente, Australia es un
solo continente, pero algunas almas, por motivos personales e
intereses egoístas, han dividido a cada uno de estos
continentes y han considerado a cierta parte como su propio
país. Dios no ha establecido frontera entre
Francia y
Alemania;
ellas son continuas. En efecto, en las primeras centurias, almas
egoístas, por la promoción de sus propios intereses, han
señalado límites y pasos y, día a
día, han asignado más importancia a los mismos,
hasta que ello condujo a intensa enemistad, derramamiento de
sangre y rapacidad en los siguientes siglos. De la misma manera,
esto continuará indefinidamente, y si esta
concepción del patriotismo permanece limitada dentro de un
cierto círculo, ello será la causa principal de la
destrucción del mundo. Ninguna persona sabia y
justa reconoce estas distinciones imaginarias. Cada área
limitada a la cual llamamos nuestro país natal la
consideramos como nuestra patria, mientras que el globo
terráqueo es la patria de todos, y no algún
área restringida. En resumen, vivimos en esta tierra durante
unos pocos días, y finalmente somos sepultados en ella,
ella, nuestro sepulcro eterno. ¿Vale la pena que nos
preocupemos en derramar sangre y en hacernos pedazos unos a otros
por este sepulcro eterno? No, nada de eso, ni Dios es complacido
por tal conducta, ni ningún hombre en su sano juicio lo
aprobaría.
Considerad: los animales benditos
no se ocupan en disputas patrióticas. Están en la
mayor camaradería unos con otros y viven juntos en
armonía. Por ejemplo, si una paloma del este y una paloma
del oeste, una paloma del norte y una del sur llegan al mismo
tiempo a un
mismo lugar, inmediatamente se asocian en armonía.
Así ocurre con todos los animales y las aves benditas.
Pero los animales feroces, tan pronto como se encuentran, se
atacan y luchan unos con otros, se despedazan mutuamente y les es
imposible vivir en forma pacífica en un mismo sitio. Son
todos huraños y fieros, salvajes y combativos
luchadores.
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