Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Trastornos de la Personalidad (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4

RELACIÓN CON LOS CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
DE INVESTIGACIÓN DE LA CIE-10

Los criterios diagnósticos de investigación de la CIE-10 recogen los
criterios diagnósticos del DSI-IV para el trastorno
narcisista de la
personalidad en el anexo 1, "criterio diagnósticos
provisionales para algunas trastornos.

  • CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO
    NARCISTA DE LA PERSONALIDAD

Un patrón general de grandiosidad (en la
imaginación o en el comportamiento), una necesidad de
admiración y una falta de empatía, que empiezan al
principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos
como lo indican cinco (o más) de los siguientes
ítems:

1.-Tiene un grandioso sentido de auto importancia (por
ejemplo, exagera los logros y capacidades, espera ser
reconocido como superior, sin unos logros
proporcionados)

2.-Está preocupado por fantasía de
éxito
ilimitado, poder,
brillantez, belleza o amor
imaginarios)

3.-Cree que es "especial" y único y que
sólo puede ser comprendido por, o sólo puede
relacionarse con otras personas(o instituciones) que son especiales o de alto
status

4.-Exige una admiración excesiva

5.-Es muy pretenciosos, por ejemplo, expectativas
irrazonables de recibir un trabajo de
favor especial o de que se cumplan automáticamente sus
expectativas

6.-Es interpersonalmente explotar, por ejemplo, saca
provecho de los demás para alcanzar sus propias
metas

7.-Carece de empatía: es reacio a reconocer o
identificarse con los sentimientos y necesidades de los
demás

8.-Frecuentemente envidia a los demás o cree
identificarse con los sentimientos y necesidades de los
demás

9.-Presenta comportamientos o actitudes
arrogantes o soberbios

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
DEL GRUPO
C

I. TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD POR
EVITACIÓN

La gente con una personalidad evitadora es hipersensible
al rechazo y teme comenzar relaciones o alguna otra cosa nueva
por la posibilidad de rechazo o de decepción. Estas
personas tienen un fuerte deseo de recibir afecto y de ser
aceptadas. Sufren abiertamente por su aislamiento y falta de
habilidad para relacionarse cómodamente con los otros. A
diferencia de aquellas con una personalidad límite, las
personas con una personalidad evitadora no responden con cólera
al rechazo; en vez de eso, se presentan tímidas y
retraídas. El trastorno de personalidad evitadora es
similar a la fobia social.

CARACTERÍSTICAS
DIAGNÓSTICAS

La característica esencial del trastorno de la
personalidad por evitación es un patrón general de
inhibición social, unos sentimientos de
inadecuación y una hipersensibilidad a la evaluación
negativa que comienzan al principio de la edad adulta que se dan
en diversos contextos.

Los sujetos con trastorno de la personalidad por
evitación evitan trabajos o actividades escolares
qué impliquen un contacto interpersonal importante, porque
tienen miedo de las críticas, la desaprobación o el
rechazo.

Pueden declinar las ofertas de promoción laboral debido a
que las nuevas responsabilidades ocasionarían
críticas de los compañeros. Estos individuos evitan
hacer nuevos amigos a no ser que estén seguros de que
van a ser apreciados y aceptados sin críticas.

Hasta que no superan pruebas muy
exigentes que demuestren lo contrario, se considera que los
demás son críticos y les rechazan. Las personas con
este trastorno no participan en actividades de grupo a no ser que
reciban ofertas repetidas y generosas de apoyo y
protección. La intimidad personal suele
ser difícil para ellos, aunque son capaces de establecer
relaciones íntimas cuando hay seguridad de una
aceptación acrítica. Pueden actuar con
represión, tener dificultades para hablar de sí
mismos y tener sentimientos íntimos de temor a ser
comprometidos, ridiculizados o avergonzado.

Los sujetos con este trastorno, puesto que les preocupa
la posibilidad de ser criticados o rechazados en las situaciones
sociales, tienen el umbral para detectar estas reacciones
exageradamente bajo.

Pueden sentirse extremadamente ofendidos si alguien se
muestra
crítico o incluso levemente en contra. Tienden a ser
tímidos, callados, inhibidos es "invisibles" por temor a
que la atención vaya a comportar la
humillación o el rechazo. Piensan que digan lo que digan
los demás l van encontrar "equivocado" y que, por tanto,
es mejor no decir nada. Reaccionan mal a las bromas sutiles que
con sugerentes de ridículo o burla. A pesar de sus ansias
d participación activa en la vida social, temen poner su
bienestar en manos de los demás. Los sujetos con trastorno
de la personalidad por evitación están inhibidos en
las situaciones interpersonales nuevas porque se sienten
inferiores y tienen una baja autoestima.

Las dudas respecto a su aptitud social y su interés
personal se hacen especialmente poco interesante o inferiores a
los demás.

Normalmente son reacios a asumir riesgos
personales o a involucrarse en nuevas actividades, ya que esto
puede ponerles en aprieto.

Son propensos a exagerar el peligro potencial de las
situaciones ordinarias, y de su necesidad de certeza y seguridad
puede surgir un estilo de vida restrictivo. Los sujeto con este
trastorno son capaces de anula una entrevista
laboral por temor a encontrarse en aprietos por no vestir
adecuadamente. Los síntomas somáticos secundarios u
otros problemas
pueden ser una razón suficiente para evitar nuevas
actividades.

SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS

Los individuos con trastorno de la personalidad por
evitación suelen evaluar atentamente los movimientos y
expresiones de aquellos con quienes tienen contacto. Sus temores
y su comportamiento tenso pueden provocar ridiculización y
la burla de los demás, lo que a su vez confirma sus dudas
sobre sí mismos. Tienen mucha ansiedad ante la posibilidad
de reaccionar a las críticas sonrojándose o
llorando. Los demás les describen como "vergonzosos",
"tímidos", "solitarios" y "aislados". Los mayores
problemas asociados a este trastorno se presentan en la actividad
social y laboral. La baja autoestima y la hipersensibilidad al
rechazo están asociadas a la restricción de
contactos interpersonales. Estos sujetos llegan a estar
relativamente aislados y normalmente no tienen una gran red de apoyo social que les
ayude en los momentos de crisis. Desean
afecto y aceptación y pueden tener fantasías sobre
relaciones idealizadas con otros. Los comportamientos de
evitación también afectan adversamente la actividad
laboral porque estas personas tratan de eludir los tipos de
situaciones que pueden ser importantes para alcanzar las demandas
básicas de trabajo para promocionarse.

Otros trastornos que normalmente se diagnostican
asociados al trastorno de la personalidad por evitación
son los trastornos del estado de
ánimo y de anidad (especialmente la fobia social de tipo
generalizado). El trastorno de la personalidad por
evitación se diagnostica a menudo junto con el trastorno
de la personalidad por dependencia, porque los sujetos con
trastorno de la personalidad por evitación acaban estando
muy ligados y siendo muy dependientes de las personas de quienes
son míos. El trastorno de la personalidad por
evitación también suele diagnosticarse asociado al
trastorno límite de la personalidad y a los trastorno de
personalidad del grupo A (por ejemplo, trastornos de la
personalidad paranoide, esquizoide o
esquizotípico).

SÍNTOMAS DEPENDIENTES DE LA CULTURA, LA
EDAD Y EL SEXO

Puede haber variaciones en l grado en que diferentes
grupos
étnicos y culturales contempla la timidez y la
evitación como adecuadas. Además, el comportamiento
de evitación puede se el resultado de los problemas de
educación
consecuencia de la inmigración. El diagnóstico debe usarse son mucha prudencia
en niños y
adolescente para quienes el comportamiento tímido y
evitado puede ser apropiado dentro del proceso de
desarrollo. El
trastorno de la personalidad por evitación parece ser tan
frecuente en varones como en mujeres.

PREVALENCIA

La prevalencia del trastorno ce la personalidad por
evitación en la población general está entre el 0,5
y el 1 %. El trastorno de la personalidad por evitación se
ha descrito en el 10% de los pacientes ambulatorios vistos en las
clínicas de salud
mental.

CURSO

El comportamiento de evitación suele comenzar n
la infancia o la
niñez con vergüenza en la niñez sea precursor
habitual del trastorno de la personalidad por evitación en
muchos sujetos tienden a desaparecer gradualmente a medida que se
mayores. Por el contrario, los individuos que se van a
desarrollar trastorno de la personalidad por evitación se
vuelven cada vez más vergonzosos y evitadores a lo largo
de la adolescencia y
el principio de la edad adulta, cuando las relaciones sociales
con gente nueva se hace especialmente importantes. Hay algunas
pruebas de que el trastorno de la personalidad por
evitación en los adultos tiende a hacerse menos evidente o
remitir con la edad.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Parece existir un notable solapamiento entre el
trastorno de la personalidad por evitación y la fobia
social, tipo generalizado
, hasta el punto de que
podrían ser conceptualizaciones alternativas del mismo
estado o de estados similares. La evitación también
es típica tanto del trastorno de la personalidad por
evitación como del trastorno de angustia con
agorafobia
, y ambos suelen ser simultáneos. La
evitación en el trastorno de angustia con agorafobia
empieza de forma característica después del inicio
de las crisis de angustia y puede variar en base a su frecuencia
e intensidad. Por el contrario, la evitación en el
trastorno de la personalidad por evitación tiende a tener
un inicio temprano, en ausencia de precipitantes claros, y un
curso estable.

Otros trastornos de la personalidad se pueden confundir
con el trastorno de la personalidad por evitación porque
tienen algunas características en común. Por tanto
es importante distinguir entre trastornos basándose en la
diferencias en sus rasgos característicos. Sin embargo, si
un sujeto presenta características de personalidad que
cumplen criterios para más de un trastorno de personalidad
además del trastorno de la personalidad por
evitación, pueden diagnosticarse todos estos trastornos.
Tanto el trastorno de la personalidad por evitación como
el trastorno de la personalidad por dependencia se
caracterizan por sentimientos de inferioridad, hipersensibilidad
a la crítica
y necesidad de reafirmación. Aunque la principal
preocupación en el trastorno de la personalidad por
evitación es la evitación de la humillación
y el rechazo, en el trastorno de la personalidad por dependencia
es el que se ocupen de uno. Sin embargo, es especialmente
frecuente que se asocien el trastorno de la personalidad por
evitación y el trastorno de la personalidad por
dependencia. Al igual que el trastorno de la personalidad por
evitación, el trastorno esquizoide de la
personalidad
y el trastorno esquizotípico de la
personalidad
se caracterizan por el aislamiento social. Sin
embargo, los sujeto con trastorno de la personalidad por
evitación desean tener relacione con otros y sufren
profundamente por su soledad, mientras que quienes presentan
trastorno esquizoide de la personalidad o trastorno
esquizotípico de la personalidad pueden estar satisfechos
con aquélla e incluso preferir el aislamiento social. El
trastorno paranoide de la personalidad y el trastorno de
la personalidad por evitación está caracterizado
por la renuncia a confiar en los demás. Sin embargo en el
trastorno de la personalidad por evitación esto se debe
más del miedo a encontrarse en un compromiso o a ser
considerado inferior que el miedo a las, malas intenciones del
prójimo.

El trastorno d la personalidad por evitación
tiene que diferenciarse de un cambio de la personalidad debido
a una enfermedad médica
, en la que lo rasos aparecen
como un efecto directo de una enfermedad del sistema nervioso
central. También hay que distinguirlo de los
síntomas que se pueden presentar en asociación
con el consumo
crónico de sustancias
(por ejemplo, el trastorno
relacionado con la cocaína no
especificado).

Muchos sujetos muestran rasgos de personalidad
evitadores. Estos rasgos sólo constituyen trastorno de la
personalidad por evitación cuando son inflexible,
desadaptivos y persistentes, y ocasionan deterioro funcional
significativo o malestar subjetivo.

RELACIONES CON LOS DIAGNÓSTICOS DE
INVESTIGACIÓN DE LA CIE-10

Los criterios Diagnósticos de la
Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV para
el trastorno de la personalidad por evitación son
diferentes, pero definen en líneas generales el mismo
trastorno. En la CIE-10, este trastorno está recogido por
el nombre de trastorno ansioso (por evitación) de la
personalidad.

  • CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNOS
    DE LA PERSONALIDAD POR EVITACIÓN

Un patrón general de inhibición social,
unos sentimientos de inferioridad y una hipersensibilidad a la
evaluación negativa, que comienzan al principio de la edad
adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cuatro (o
más) de os siguientes ítems:

  1. Evita trabajos o actividades que impliquen un
    contacto interpersonal importante debió al miedo a las
    críticas, la desaprobación el rechazo
  2. Es reacio a implicarse con la gente si no está
    seguro de
    que va agradar
  3. Demuestra represión en las relaciones
    íntimas debido al miedo a ser avergonzado o
    ridiculizado
  4. Está preocupado por la posibilidad de ser
    criticado o rechazado en las situaciones sociales
  5. Está inhibido en las situaciones
    interpersonales nuevas a causa de sentimientos de
    inferioridad
  6. Se ve a sí mismo socialmente inepto,
    personalmente poco interesante o inferior a los
    demás
  7. Es extremadamente reacio a correr riesgos personales
    o a implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser
    comprometedoras.

II. TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD POR
DEPENDENCIA

Las personas con una personalidad dependiente
transfieren las decisiones importantes y las responsabilidades a
otros y permiten que las necesidades de aquellos de quienes
dependen se antepongan a las propias. No tienen confianza en
sí mismas y manifiestan una intensa inseguridad. A
menudo se quejan de que no pueden tomar decisiones y de que no
saben qué hacer o cómo hacerlo. Son reacias a
expresar opiniones, aunque las tengan, porque temen ofender a la
gente que necesitan. Las personas con otros trastornos de
personalidad frecuentemente presentan aspectos de la personalidad
dependiente, pero estos signos quedan
generalmente encubiertos por la predominancia del otro trastorno.
Algunos adultos con enfermedades prolongadas
desarrollan personalidades dependientes.

CARACTERÍSTICAS
DIAGNÓSTICOS

La característica esencial del trastorno de la
personalidad por dependencia es una necesidad general excesiva de
que se ocupen de uno que ocasiona un comportamiento de
sumisión y adhesión y temores de separación.
Este patrón empieza al principio de la edad adulta y se da
en diversos contextos. Los comportamientos dependientes y sumisos
están destinados a provocar atenciones y surgen de una
percepción de uno mismo como incapaz de
funcionar adecuadamente sin la ayuda de los
demás.

Los sujetos con trastorno de la personalidad por
dependencia tienen grandes dificultades para tomar las decisiones
cotidianas (por ejemplo, qué color de camisa
escoger para ir a trabajar o si llevar paraguas o no), si no
cuentan con un excesivo aconsejamiento y reafirmación por
parte de los demás.

Estos individuos tienden a ser pasivos y a permitir que
los demás (frecuentemente una única persona) tomen
las iniciativas y asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su
vida.

Es típico que los adultos con este trastorno
dependan de un progenitor o del cónyuge para decidir
dónde deben vivir, qué tipo de trabajo han de tener
y de quién tienen que ser amigos. Los adolescentes
con este trastorno permitirán que sus padres decidan
qué ropa ponerse, con quién tienen que ir,
cómo tienen que emplear su tiempo libre y
a qué escuela o colegio
han de ir. Esta necesidad de que los demás asuman las
responsabilidades vas más allá de o que es
apropiado para edad o para la situación en cuanto a pedir
ayuda a los demás (por ejemplo, la las necesidades
específicas de los niños, las personas mayores y
los minusválidos). El trastornos de la personalidad por
dependencia puede darse en un sujeto con una enfermedad
médica o una incapacidad grave pero en estos casos la
dificultad para asumir responsabilidades debe ir más lejos
de lo que normalmente se asocia a esa enfermedad o
incapacidad.

Los sujetos con trastorno de la personalidad por
dependencia suelen tener dificultades para expresar el desacuerdo
con los demás, sobre todo con aquellos de quienes
dependen, porque tienen miedo de perder su apoyo o su
aprobación.

Estos sujetos se sienten tan incapaces de funcionar
solos, que se mostrarán de acuerdo con cosas que piensan
que son erróneas antes de arriesgarse a perder la ayuda de
aquellos de quienes espera que les dirijan. No muestran el lado
que sería apropiado con ellos cuyo apoyo y
protección necesitan por temor a contrariarles. El
comportamiento no se debe considerar indicador de trastorno de la
personalidad por dependencia si las preocupaciones por las
consecuencias de expresar el desacuerdo son realistas (por
ejemplo, temores realistas de venganza por parte de un
cónyuge agresivo).

A los sujetos con este trastorno les es difícil
iniciar proyectos o hacer
las cosas con independencia.

Les falta confianza en sí mismo y creen que
necesitan ayuda para empezar y llevar a cabo las tareas.
Esperarán a que los demás empiecen a hacer las
cosas, porque piensan que, por regla general, lo hacen mejor que
ellos. Estas personas están convencidas de que son
incapaces de funcionar de forma independientes y se ven a si
mismos como ineptos y necesitados de ayuda constante. Sin
embargo, pueden funcionar adecuadamente si se les da seguridad de
que alguien mas les esta supervisando y les aprueba. Pueden tener
miedo a hacerse o a parecer más competentes, ya que
piensan que esto va a dar lugar a que les abandonen. Puesto que
confían en los demás para solucionar sus problemas,
frecuentemente no aprenden las habilidades necesarias para la
vida independientemente, lo que perpetúa la
independencia.

Los sujetos con trastorno de a personalidad por
dependencia pueden ir demasiado lejos llevados por su deseo de
lograr protección y apoyo de los demás, hasta el
punto de presentarse voluntarios para tareas desagradables si
estos comportamientos les van a proporcionar los cuidados que
necesitan.

Están dispuestos a someterse a lo que los
demás quieren, aunque las demandas sean irrazonables. Su
necesidad de mantener unos vínculos importantes suele
comportar unas relaciones desequilibrados y distorsionados.
Pueden hacer sacrificios extraordinarios o tolerar malos tratos
verbales, físicos o sexuales. (Deben tenerse en cuenta que
este comportamiento sólo debe considerarse indicador de
trastorno de la personalidad por dependencia cuando quede
claramente demostrado que el sujeto dispone de otras
posibilidades). Los sujetos con este trastorno se sienten
incómodos o desamparados cuando están solos debido
a sus temores exagerados a ser incapaces de cuidar de sí
mismo.

Pueden ir "plegados" a otros únicamente para
evitar estar solos, aun cuando no estén interesados o
involucrados en lo que está sucediendo.

Cuando termina una relación importante (por
ejemplo, la ruptura con un amante o la muerte de
alguien que se ocupaba en ellos), los individuos con trastorno de
la personalidad por dependencia buscan urgentemente otra
relación que les proporcione el cuidado y el apoyo que
necesitan.

Su creencia de que son incapaces de funcionar en
ausencia de una relación estrecha con alguien motiva el
que estos sujetos acaben, rápida e indiscriminadamente,
ligados otra persona. Los sujetos con este trastorno suelen estar
preocupados por el miedo de que les abandonen y tengan que cuidar
de sí mismo.

Se ven a sí mismos tan dependientes del consejo y
la ayuda de otra persona importante, que les preocupa ser
abandonados por dicha persona aunque no haya fundamento alguno
que justifique esos temores. Para ser considerados indicadores de
este criterio, los temores deben de ser excesivos y no realista.
Por ejemplo, un anciano con cáncer que se muda a casa de
su hijo para que le cuide estaría presentando un
comportamiento dependiente que se apropiado dadas las
circunstancias de esa persona.

SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS

Los sujetos con trastornos de la personalidad por
dependencia se caracterizan por el pesimismo y la seguridad en
sí mismos, tienden a minimizar sus capacidades y sus
valores y
pueden referirse constantemente a sí mismos como
"estúpidos". Toman las críticas y la
desaprobación como pruebas de su inutilidad y pierden la
fe en sí mismos. Buscan la sobreprotección y ser
dominados por los demás. La actividad laboral puede estar
deteriorada si se requiere una iniciativa independiente. Evitan
las posiciones de responsabilidad y experimenten ansiedad al
enfrentarse a las decisiones a tomar. Las relaciones sociales
tienden a limitarse a las pocas personas de quienes el sujeto es
dependiente. Puede haber un riesgo elevado de
trastornos del estado d la personalidad límite, por
evitación e histriónico. Puede predisponer a
desarrollar este trastorno el que el sujeto haya presentado una
enfermedad médica crónica o u trastorno de ansiedad
por separación en la infancia la adolescencia.

SÍNTOMAS DEPENDIENTES DE LA CULTURA, LA EDAD Y
EL SEXO.

El grado en que los comportamientos dependientes se
consideran adecuados varía sustancialmente según la
edad y lo grupos socioculturales. La edad y lo factores
culturales han de ser tenidos en cuenta para evaluar el umbral
diagnostico de cada criterio. El comportamiento dependiente
sólo debe considerarse característico del trastorno
cuando sea claramente excesivo para las normas culturales
del sujeto o refleje preocupaciones no realistas. En algunas
sociedades es
característico poner énfasis en la pasividad, la
cortesía y el trato respetuoso, lo que puede ser
malinterpretado como rasgos de trastornos de la personalidad por
dependencia. Del mismo modo, la sociedad puede
promover o desalentar el comportamiento dependiente de una forma
diferente en varones y mujeres. En los niños y
adolescentes este diagnóstico debe utilizarse con gran
precaución, i es que se utiliza ya que el comportamiento
dependiente puede ser apropiado en l proceso de
desarrollo.

En marco clínico, el trastorno se ha
diagnosticado con mayor frecuencia en mujeres, sin embargo la
proporción según el sexo de mujeres en el marco
clínico. Por otra parte, algunos que han utilizado
evaluaciones estructurales describen unas tasas de prevalencia
similares en varones y mujeres.

PREVALENCIA

El trastorno de la personalidad por dependencia
está entre los trastornos d la personalidad encontrados
con más frecuencia en las clínicas de salud mental.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El trastorno de la personalidad por dependencia debe
diferenciarse de la dependencia que surge como consecuencia de
trastornos del Eje I (por ejemplo, los trastornos del estado
de ánimo, el trastorno de la angustia
y la
agorafobia) y como resultado de enfermedades
médicas
. El trastorno de la personalidad por
dependencia tiene un inicio temprano, un curso crónico y
un patrón de comportamiento que no aparece exclusivamente
en el transcurso de un trastorno del Eje I o el Eje
III.

Otros trastornos de la personalidad se pueden confundir
con el trastorno de la personalidad por dependencia porque tiene
algunas características en común. Por tanto, es
importante distinguir entre estos trastornos basándose en
las diferencias en sus rasgos característicos. Sin
embargo, si un sujeto presenta características de
personalidad que cumple criterios para más de un trastorno
de la personalidad además del trastorno de la personalidad
por dependencia por dependencia, pueden diagnosticarse todos
estos trastornos. Aunque muchos trastornos de la personalidad se
caracterizan por los rasgos de dependencia, el trastorno de la
personalidad por dependencia puede distinguirse por el predominio
del comportamiento de sumisión, reactiva y de
adhesión. Tanto el trastorno de la personalidad por
dependencia como el trastorno límite de la personalidad se
caracterizan por el temor al abandono ;sin embargo, el individuo en
el trastorno límite de la personalidad reacciona al
abandono con sentimientos de vacío emocional, rabia y
demandas, mientras que el individuo con trastorno de la
personalidad por dependencia reacciona con un aumento de la
mansedumbre y la sumisión y busca urgentemente una
relación de reemplazo que proporcione cuidados y apoyo.
Además, el trastorno límite de la personalidad
puede distinguirse del trastorno de la personalidad por
dependencia por el típico patrón de relaciones
inestables e intensas. Los sujetos con trastorno
histriónico de la personalidad, al igual que los tienen
trastorno de la personalidad por dependencia, experimentan una
gran necesidad de reafirmación aprobación, y pueden
parecer infantiles y pegajosos. Sin embargo, a diferencia del
trastorno de la personalidad por dependencia que se caracteriza
por la anulación de uno mismo y un comportamiento
dócil, el trastorno histriónico de la personalidad
se caracteriza por la extravagancia gregaria con demandas activas
de atención.

Tanto el trastorno de la personalidad por dependencia
como el trastorno de la personalidad por evitación
están caracterizados por sentimientos de inferioridad,
hipersensibilidad a las críticas y necesidad de
reafirmación; sin embargo, los sujetos con trastorno de la
personalidad por evitación tienen un temor tan fuerte a la
humillación y al rechazo, que se aíslan hasta que
están seguros de ser aceptado. Por el contrario, los
sujetos con trastorno de la personalidad por dependencia tienen
más bien un patrón de búsqueda y mantenimiento
de los contactos con las personas importantes para ellos, que de
evitación y alejamiento de las relaciones.

El trastorno de la personalidad por dependencia tiene
que diferenciarse de un cambio de la
personalidad debido a una enfermedad médica, en la que los
rasgos aparecen como un efecto directo de una enfermedad del
sistema nervioso central. También se debe distinguir de
los síntomas que se pueden presentar en asociación
con el consumo crónico de sustancias (por ejemplo, el
trastorno relacionado con la cocaína no
especificado).

Muchos sujetos muestran rasgos de dependencia de la
personalidad. Estos rasgos sólo constituyen un trastorno
de la personalidad por dependencia cuando son inflexibles,
desadaptativos y persistentes, y ocasionan deterioro funcional
significativo o malestar subjetivo.

RELACIÓN CON LOS CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
DE INVESTIGACIÓN DE LA CIE-10

Los criterios diagnósticos de
investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV para
el trastorno de la personalidad por dependencia son diferentes,
pero definen en líneas generales el mismo
trastorno.

  • CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO
    D LA PERSONALIDAD POR DEPENDENCIA

Una necesidad general y excesiva de que ocupen de uno,
que ocasionan un comportamiento de sumisión y
adhesión y temores de separación, que empieza al
inicio de la edad adulta y se da en varios contextos, como lo
indican cinco (o más) de los siguientes
ítems:

1. Tiene dificultades para tomar las decisiones
cotidianas si no cuenta con un excesivo aconsejamiento y
reafirmación por parte de los demás.

2. Necesidad de que otros asuman la responsabilidad en
las principales parcelas de su vida.

3. Tiene dificultades para expresar el desacuerdo con
los demás debido al temor a la pérdida de apoyo o
aprobación. Nota: No se incluyen los temores o la
retribución realistas.

4. Tiene dificultades para iniciar proyectos o para
hacer las cosas a si manera (debido a la falta de confianza en
su propia juicio o en sus capacidades más que a una
falta de motivación o de
energía).

5. Va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr
protección y apoyo de los demás hasta el punto de
presentarse voluntario para realizar tareas
desagradables.

6. Se siente incómodo o desamparado cuando
está solo debido a sus temores exagerado a ser incapaz
de cuidar de sí mismo.

7. Cuando termina una relación importante,
busca urgentemente otra relación que le proporcione el
cuidado y el apoyo que necesita.

8. Está preocupado de forma no realista por el
miedo a que le abandonen y tenga que cuidar de sí
mismo.

III. TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO DE LA
PERSONALIDAD

Las personas con personalidad obsesivo-compulsiva son
formales, fiables, ordenadas y metódicas pero a menudo no
pueden adaptarse a los cambios. Son cautos y analizan todos los
aspectos de un problema, lo que dificulta la toma de
decisiones. Aunque estos signos están en consonancia
con los estándares culturales de occidente, los individuos
con una personalidad obsesivo-compulsiva toman sus
responsabilidades con tanta seriedad que no toleran los errores y
prestan tanta atención a los detalles que no pueden llegar
a completar sus tareas. Consecuentemente, estas personas pueden
entretenerse en los medios para
realizar una tarea y olvidar su objetivo. Sus
responsabilidades les crean ansiedad y raramente encuentran
satisfacción con sus logros.

Estas personas son frecuentemente grandes
personalidades, en especial en las ciencias y
otros campos intelectuales
en donde el orden y la atención a los detalles son
fundamentales. Sin embargo, pueden sentirse desligadas de sus
sentimientos e incómodas con sus relaciones u otras
situaciones que no controlan, con eventos
impredecibles o cuando deben confiar en otros.

CARACTERÍSTICAS
DIAGNÓSTICAS

La característica esencial del trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad es una preocupación
por el orden, el perfeccionismo y el control mental e
interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y
la eficiencia. Este
patrón empieza al principio de la edad adulta y se da en
diversos contextos.

Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad intentan mantener la sensación de control
mediante una atención esmerada a las reglas, los detalles
triviales, los protocolos, las
listas, los horarios o las formalidades hasta el punto de perder
de vista el objetivo principal de la actividad.

Son excesivamente cuidadosos y propensos a las
repeticiones, a prestar una atención extraordinaria a los
detalles y a comprobar repetidamente los posibles errores, no son
conscientes que derivan de ese comportamiento.

Por ejemplo, cuando estos individuos pierden una lista
de las cosas que hay que hacer, son capaces de invertir una gran
cantidad de tiempo buscándola, en lugar de emplear unos
minutos en volver a confeccionarla de memoria y ponerse
a hacer las tareas de que se trate. El tiempo se distribuye mal y
las tareas más importantes se dejan para el último
momento. El perfeccionismo y los altos niveles de rendimiento que
se auto imponen causan a estos sujetos una difusión y un
malestar significativos. Pueden estar tan interesados en llevar a
cabo con absoluta perfección cualquier detalle de un
proyecto, que
este no se acaben nunca.

Por ejemplo, se retrasa la finalización de un
informe escrito
debido al tiempo, que se pierde en rescribirlo repetidas veces
hasta que todo quede prácticamente "perfectos". Los
objetivos se
pierden y los aspectos que no constituyen el objetivo actual de
la actividad pueden caer en el desorden.

Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad muestran una dedicación excesiva al trabajo y
a la productividad,
con exclusión de las actividades de ocio y las
amistades.

Este comportamiento no está motivado por
necesidades económicas. Piensan muy a menudo que no tienen
tiempo para tomarse una tarde o un fin de semana para salir o
simplemente te relajarse. Van posponiendo una actividad
placentera, como son unas vacaciones, de manera que nunca la
llegan a realizar. Cuando dedican algún tiempo a las
actividades de ocio o a las vacaciones, se sienten muy
incómodos, a no ser que hayan llevado consigo algo de
trabajo, de forma que no estén "perdiendo el tiempo".
Puede haber una gran concentración en el trabajo
doméstico (por ejemplo, haciendo limpieza repetidamente,
de manera que "hasta se podría comer en el suelo"). Si pasan
un tiempo con amigos, es probable que sea en algún tipo de
actividad organizada (por ejemplo. deportes). Se toman las aficiones
o las actividades recreativas como tareas serias que exigen una
cuidadosa organización y un duro esfuerzo para
hacerlas bien. Los que importa es que la ejecución sea
perfecta. Estos sujetos convierten el juego en una
tarea estructurada (por ejemplo, corrigiendo a un niño por
no ensartar los aros en los postes en el orden correcto,
convirtiendo un partido de pelota en una pesada
"lección").

Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad pueden ser demasiado tercos, escrupulosos e
inflexibles en temas de moral,
ética o
valores.

Pueden forzarse a sí mismos y a los demás
a seguir unos principios
morales rígidos y unas normas de comportamiento muy
estrictas. También son críticos despiadados de sus
propios errores. Los sujetos con este trastorno son
rígidamente respetuosos con autoridad y
las normas, e insisten es su cumplimiento al pie de la letra, sin
saltarse ninguna norma por circunstancias atenuantes.

Por ejemplo, el sujeto no dejaría dinero para
llamar por teléfono a un amigo, porque "nadie tiene
que pedir ni tomar nada prestado" o porque "sería
perjudicial para el carácter de esa persona". Estas
características no deben se explicables por
identificación cultural o religiosa de la
persona.

Los sujetos con trastorno son incapaces de tirar los
objetos gastados o inútiles incluso cuando no tienen un
valor
sentimental.

Admiten que son como esos animalitos que todo lo
guardan. Piensan que el tirar cosas es un despilfarro, porque
"nunca se sabe cuando va a necesitar uno alguna cosa" y les
molesta mucho que alguien trate de desprenderse de algo que ellos
han guardado. Sus esposas y compañeros de
habitación pueden quejarse de la cantidad de espacios
ocupado por ropa vieja, revistas, utensilios rotos y cosas
parecidas.

Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad son reacios a delegar tareas o trabajos en
otros.

Insisten obstinadas e irrazonables en que todo se haga a
su manera y en que la gente se adapte a su forma de hacer las
cosas. Con frecuencia, dan instrucciones muy detalladas sobre
cómo se tienen que hacer todo (por ejemplo, hay una
única forma de segar el césped, de lavar los platos
o de hacer una caseta para el perro) y se sorprenden e irritan si
los demás forma programada, porque piensan que nadie
más lo puede hacer bien.

Los individuos con este trastorno pueden ser
tacaños y avaros, y llevar un nivel de vida muy inferior
al que pueden permitirse debido a su creencia de que gastos tienen que
controlarse mucho para prevenir catástrofes
futuras.

Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad se caracterizan por la rigidez y la
obstinación.

Están tan preocupados por hacer las cosas de la
única forma correcta, que les cuesta dar estar de acuerdo
con las ideas de nadie más. Estas personas planifican
meticulosamente cualquier detalle y son recios a considerar la
posibilidad de un cambio. Puesto que están inmersos en su
propia perspectiva, tienen dificultades para acusar recibo de los
puntos de vista de los demás. Los sujetos con trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad, aunque reconozcan que el
hecho de transigir puede ir en beneficio propio, se
negarán a ello obstinadamente, argumentando que se
mantienen "por principios".

SÍNTOMAS Y TRASTORNOS
ASOCIADOS.

Cuando las normas y los protocolos establecidos no
dictan la respuesta correcta, la toma de decisiones se convierte
en un proceso de larga duración y a menudo doloroso. Los
sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
tienen tantas dificultades para decidir qué tareas son
prioritarias o cuál es la mejor forma de hacer alguna cosa
concreta, que puede ser que nunca empiecen a hacer nada. Tiene
tendencia a trastornarse o enfadarse en las situaciones en las
que no son capaces de mantener el control de su entorno
físico o interpersonal, si bien es típico que la
ira no se exprese de manea abierta. Por ejemplo, una persona
puede enfadarse si el servicio de un
restaurante es malo, pero, en lugar de quejarse a la dirección, meditará sobre
cuánto va a deja de propina. En otras ocasiones, la ira
puede expresarse con una indignación justiciera por lo que
aparenta ser una cuestión secundaria. Las personas con
este trastorno están especialmente atentas a su
status respecto a las relaciones de
ominoso-sumisión y muestran una deferencia exagerada a una
autoridad a la que respetan y una resistencia
exagerada afecto de forma muy controlada o muy ampulosa y se
sienten muy incómodas en presencia de otras personas
emocionalmente expresivas. Sus relaciones cotidianas son serias y
formales, y pueden estar serios en situaciones en que los
demás se ríen y están contentos (por
ejemplo, al dar la bienvenida a la novia en el aeropuerto). Se
contienen cautelosamente hasta estar seguros de que van a decir
es perfecto. Pueden estar preocupados por lo lógico y lo
intelectual y ser tolerantes con el comportamiento afectivo de
los demás. Es frecuente que les cueste expresar
sentimientos de ternura y es raro que hagan halagos.

Los sujetos con este trastorno pueden experimentar
dificultades y malestar laborales, especialmente al enfrentarse a
situaciones nuevas que exijan flexibilidad y
transigencia.

Aunque algunos estudios sugieren una asociación
con el trastorno obsesivo-compulsivo (incluido en la
sección "trastornos de ansiedad"), parece que la
mayoría de las personas con un trastorno
obsesivo-compulsivo no tienen un patrón de comportamiento
que cumpla los criterios para el trastorno obsesivo-compulsivo de
la personalidad. Muchos de los rasgos del trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad se solapan con las
características de la personalidad "tipo A" (por ejemplo,
hostilidad, competitividad
y sensación de urgencia), y estas características
pueden darse en la gente con riesgo de sufrir un infarto de
miocardio. Pude haber una asociación entre el trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad y postrastornos del estado
de ánimo y de ansiedad.

SÍNTOMAS DEPENDIENTES DE LA CULTURA Y EL
SEXO

Al evaluar a un sujeto con trastorno obsesivo-compulsivo
de la personalidad, el clínico no debe incluir los
comportamientos que reflejan los hábitos, las costumbres o
los estilos interpersonales que están culturalmente
admitidos por el grupo de referencia del sujeto. Algunas culturas
ponen un énfasis especial en el trabajo y la
productividad, y los comportamientos resultantes en los miembros
de estas sociedades no han de considerarse indicadores de un
trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. En los estudios
sistemáticos parece que se diagnostica el trastorno unas
dos veces más en los varones.

PREVALENCIA

Los estudios que han utilizado evaluaciones
sistemáticas sugieren una prevalencia estimada del
trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad aproximadamente
del 1% en las muestras de población general y el 3-10% en
los individuos que acuden a clínicas de salud
mental.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

A pesar de la similitud de los hombres, el trastorno
obsesivo-compulsivo
se suele distinguir del trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad por la presencia de
verdaderas obsesiones y compulsiones. Hay que tener en cuenta el
diagnostico de trastorno obsesivo- compulsivo especialmente
cuando la tendencia a acumular objetos sea importante (por
ejemplo, si la acumulación de objetos inútiles
representa un peligro de incendio y llega a dificultar a los
demás la de ambulación por la casa). Si se cumplen
los criterios para ambos trastornos, hay que diagnosticar los
dos.

Otros trastornos de la personalidad se pueden confundir
con el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad porque
tienen algunas características en común. Por tanto,
es importante distinguir entre estos trastornos basándose
en las diferencias en sus rasgos característicos. Sin
embargo, si un sujeto presenta características de
personalidad que cumplen criterios para más de un
trastorno de l personalidad además del trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad, pueden diagnosticarse
todos estos trastornos. Los sujetos con trastorno narcista de
la personalidad
también presentan una
inclinación al perfeccionismo y creen que los demás
no pueden hacer la cosas tan bien como ellos, pero son más
propensos a creer que han alcanzado la perfección,
mientras que quienes tienen un trastorno obsesivo-compulsivo de
la personalidad suelen ser egocéntricos. Los sujetos con
trastorno narcista o antisocial de la personalidad carecen
de generosidad pero se miman a sí mismo., mientras que los
que tienen un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
adoptan un estilo avaro en los rasgos tanto para ellos mismos
como para los demás. Tanto el trastorno esquizoide de
la personalidad
como el trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad pueden caracterizarse por su aparente formalidad y
distanciamiento social, en el trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad esto se sustenta en el malestar emocional y la
excesiva dedicación al trabajo, mientras que en el
trastorno esquizoide de la personalidad existe fundamentalmente
una falta de capacidad para la intimidad.

El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad debe
distinguirse de un cambio de la personalidad debido a una
enfermedad médica
, en la que los rasgos surgen como un
efecto directo de una enfermedad del sistema nervioso central.
También se debe distinguir de los síntomas que
se pueden presentar en asociación con el consumo
crónico de sustancias
(por ejemplo, el trastorno
relacionado con la cocaína no especificado).

Los rasgos obsesivo-compulsivos de la personalidad en un
grado moderado pueden ser especialmente adoptivos, en particular
en las situaciones que recompensan el rendimiento elevado. Estos
rasgos sólo constituyen un trastorno obsesivo-compulsivo
de la personalidad cuando son inflexibles, desadaptivos y
persistentes, ocasionan deterioro funcional significativo o
malestar subjetivo.

RELACIÓN CON LOS CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
DE INVESTIGACIÓN DE LA CIE-10

Los Criterios diagnósticos de
Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV son
diferentes, pero definen en líneas generales el mismo
trastorno. En la CIE-10, esta entidad está recogida con el
nombre de trastorno anancástico de la
personalidad.

  • CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO
    OBSESIVO-COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD

Un patrón general de preocupación por el
orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a
expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia,
que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos
contextos, como lo indican cuatro (o más) de los
siguientes ítems:

  1. preocupación por los detalles, las normas, las
    listas, el orden, la
    organización o los horarios, hasta el punto de
    perder de vista el objeto principal de la actividad
  2. perfeccionismo que infiere con la finalización
    de las tareas (por ejemplo, es incapaz de acabar un proyecto
    porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado
    estrictas)
  3. dedicación excesiva al trabajo y a la
    productividad con excusión de las actividades de ocio y
    las amistades (no atribuible a necesidades económicas
    evidentes)
  4. excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexible en
    temas de moral, ética o valores (no atribuible a la
    identificación con la cultura o la religión)
  5. incapacidad para tirar los objetos gastados o
    inútiles, incluso cuando no tienen un valor
    sentimental
  6. es recio a delegar tareas o trabajo en otros, a no
    ser que éstos se sometan exactamente a su manea de hacer
    las cosas
  7. adopta un estilo avaro en los gastos para él y
    para los demás, el dinero se
    considera algo que hay que acumular con vistas a
    catástrofes futuras
  8. muestra rigidez y obstinación.

IV. TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD NO
ESPECIFICADO

Esta categoría se reserva para los trastornos de
la personalidad que no cumplen los criterios para un trastorno
específico de la personalidad. Un ejemplo es la presencia
de características más de un trastorno
específico de la personalidad que no cumplen los criterios
completos para ningún trastorno de la personalidad
("personalidad mixta"), pero que, en conjunto, provoca malestar
clínicamente significativo o deterioro en una o más
áreas importantes de la actividad del individuo (por
ejemplo, social o laboral). Esta categoría también
puede utilizarse y el trastorno pasivo agresivo de la
personalidad

ANEXOS.

  • TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD:

Dentro de los porcentajes de la población que
sufren de trastornos de la personalidad encontramos las
siguientes estadísticas:

CONCLUSIONES

Con respecto a los trastornos de la personalidad
encontramos que estos son mas frecuentes en la población
de lo que se creen, ya que estos se presentan sin mostrar
demasiado evidencia como en los demás casos de problemas
psicológicos.

A lo largo de muchas décadas, aquellos
involucrados en el terreno de la salud mental han tratado de dar
respuesta a preguntas tan sencillas como, donde se traza la
línea imaginaria entre una personalidad sana o funcional o
una personalidad enferma o disfuncional.

La personalidad en términos utilizados
ampliamente no solo por médicos y psiquiatras si no por el
común de la gente, cada uno utilizando según la
convivencia de lo que quiere expresar; En este sentido la
definición que cuenta con la mayor aceptación es
aquella que determina a la personalidad como un "patrón
persistente de las experiencias internas y del comportamiento que
dictan las respuestas de un individuo.

La observación de la estimación de la
frecuencia de estos trastornos en nuestra comunidad indica
un grave problema de salud en términos absolutos,
probablemente mayor del que se creía, pero de magnitud
similar al descrito en otras poblaciones de
características parecidas.

Las estimaciones de la incidencia en 1999 (23,5 casos
por cada 100.000 habitantes en población general y 37,8
por cada 100.000 habitantes si se considera la población
atendida por los equipos de salud mental mas joven), parece
indicar que la posible prevalecía de estos trastornos esta
por encima de las cifras que se han venido manejando (entre 0,1%
y 1% para AN y entre el 1% y el 3% para la BN). No obstante la
variabilidad en métodos de
trabajo y poblaciones estudiadas no permite concluir nada a cerca
del lugar q ocupa castilla y león en relación con
otras comunidades autónomas u otros países
occidentales de nuestro entorno.

Mejores conclusiones se obtienen al analizar los
datos
relativos a causas, factores condicionantes,
características asociadas al riesgo,
etcétera.

BIBLIOGRAFÍA

  • DSM-IV

Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales

 

 

Autor:

  • Psicopatología CIE-10

OMS.

Profesor: F. Lannacone

  • Balotario de Letras

Sistema Pre U

PANEL DE
INFORMACIÓN

DEDICATORIA

Este trabajo esta dedicado a todos las personas que me
apoyaron, brindándome todo su comprensión y
colaboración como en el caso de compañeros del aula
1F de la facultad de Estomatología de la Universidad Inca
Garcilaso de la Vega.

Espero que sea de su agrado y de su total
comprensión

AGRADECIMIENTO

Se agradece a todos trabajadores y en
especial a los encargados de la biblioteca
de la Facultad de Psicología de la
Universidad Inca Garcilaso de la Vega, por brindarnos todo su
apoyo.

Y en especial agradecerle a mi familia por su
colaboración en este trabajo.

Gracias.

 

Ruiz Quilcat, Cristina

2007

Partes: 1, 2, 3, 4
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter