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Casos patológicos




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

    1. La evolución y
      génesis de los complejos de Edipo y
      Electra
    2. La
      tragedia de Sófocles
    3. La
      leyenda de Electra
    4. El caso de
      Dánica
    5. El
      caso de Federico
    6. Discusión
    7. Proyecto
      para una psicología
      científica…
    8. Ahora,
      nos ocuparemos del aborto y de sus secuelas
    9. La
      anorexia post-aborto. El caso de Michele
    10. Temas
      actualizados
    11. Referencias

    Lección 22

    Donde se aprende del caso de Electra,
    del caso de Federico, del aborto, del caso
    de Michele y del poder
    profiláctico de la leche
    para la prevención de la obesidad
    infantil…

    Esta lección provocará una
    disrupción del estilo informal característico de
    nuestras actividades pedagógicas, entrando al tema sin
    preámbulos, describiendo el Complejo de Electra, o cuando
    algunas mujeres traicionan a sus madres, para alcanzar fines
    egoístas.

    Comenzaremos con el Complejo de Edipo que fuera
    precursor del equivalente femenino, el Complejo de Electra,
    término éste caído en desuso.

    Al descubrimiento de estos complejos Freud lo hizo en
    sí mismo, por medio de su auto-análisis. A este hallazgo él
    atribuyó aspecto universal, tan seguro estuvo de
    su función
    central y esencial para el estudio del desarrollo
    emocional del ser humano.

    La
    evolución y génesis de los complejos
    de Edipo y Electra

    Durante su juventud y,
    por el resto de su vida, Freud vivió en una sociedad que
    expresaba sin reservas sus sentimientos y hostilidades
    antisemitas. Para él, su papá, hombre
    retraído y apacible, simbolizaría al
    antihéroe, porque nunca asumió una postura valiente
    cuando en público lo acosaran por ser
    judío.

    El hogar donde Freud creciera fue como sigue: Un padre
    de más de cuarenta años, y ya abuelo, cuando
    él naciera. Amalie, segunda esposa, y madre de
    veintiún años. Edad que a ella la colocaba en un
    lugar intermedio entre la del marido y la de su hijo.

    Jacob, el papá de Freud, persona
    impaciente. Alguien que demostrara muy poco talento en el trato
    del niño, a quien ocasionalmente mortificara
    llamándolo persona inservible, quien nunca llegaría
    a ser nada. Lo que el pequeño, sin duda, resentiría
    y temiera.

    Freud, por supuesto, sobrepasó a su padre en
    todos los aspectos de la vida. Lo que lo atemorizaría y lo
    que lo llevaría a concluir que sobrepasar al padre es uno
    de los mayores riesgos para
    todo hijo varón. Ya que sobrepasar al padre puede ser
    construido por éste como un acto de hostilidad
    filial.

    Acerca del padre, Freud más tarde
    escribió, detallando para sí, el dolor especial y
    único que los varones sufren cuando confrontan la muerte del
    papá. Decidiendo que ésta constituiría una
    de las experiencias más dolorosas en la vida de cada
    hombre.

    En su teoría
    del psicoanálisis Freud propone que los hijos
    varones temen (y a la vez anhelan) poder superar al padre, a
    quien aman y temen a la vez.

    De esa circunstancia deriva el Complejo de
    Edipo.

    Para explicar esta situación, Freud usaría
    la parábola psicoanalista del "Romance de la Familia".
    En esta elaboración simbolizada, el niño pretende
    que sus padres no son reales, y que vive en casa de impostores.
    Pero que, algún día, los padres verdaderos,
    personas exaltadas, vendrán a rescatarlo de su
    cautiverio.

    De esa manera, siendo para sus padres "forastero", sus
    pasiones infantiles y sus impulsos libidinosos lo harían
    sentir menos culpable.

    Esta parte de la teoría todavía constituye
    pieza fundamental del psicoanálisis y del desarrollo
    psicosexual del ser humano.

    Freud murió convencido de la universalidad de su
    descubrimiento, al que nombrara el "Complejo de Edipo" — el
    auge actual de la neurociencia en cierta manera lo
    justifica.

    Pero, ¿quién era este "Edipo"?

    Edipo y la Esfinge.
    Jean-Auguste-Dominique Ingres (1808) Museo del
    Louvre.

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