El Senador norteamericano Abraham A. Ribicoff
(1910-1998) dijo, refiriéndose a su pueblo: "Una nación
puede ser juzgada por el cuidado que consagra a sus niños…"
Nuestra nación,
la República Dominicana, si fuese juzgada por
estándares estrictos, y como modelo tallado
por tantos gobernantes sin miramientos éticos,
sería considerada una nación de conciencia
bancarrota…
Pero, no es la pobre nación. Los culpables han
sido sus gobernantes y algunos de sus
políticos-economistas-banqueros.
Robert H. Felix, primer Director del Instituto Nacional
de la Salud Mental
(NIMH) y, después como Cirujano General de los Estados Unidos,
en el año 1946 aceptó la comisión, a
él delegada, por el entonces Presidente Harry S. Truman
(Ley
Pública 79-487) que lo autorizara al uso de la investigación científica para
mejorar la salud mental
de esa nación.
Años transcurrieron…
Nuestros caminos cruzaron cuando el Presidente John F.
Kennedy lanzara, con Bob Felix, en el año 1992, el
programa
más ambicioso que alguna nación concibiera para el
suministro de servicios
psiquiátricos a ese país.
El nombre del programa: "El Movimiento
Comunal de la Salud Mental" (CMHM).
Felix lo llamó: "Un enfoque audaz y
visionario…" — "A bold new
approach…"
Nuestra misión, en
el año 1997, como participantes que fuéramos en
este programa, fue, la de desarrollar los centros requeridos para
niños, víctimas de enfermedades mentales, de
trastornos del comportamiento, del desarrollo, y
de la conducta, para
el estado de
Missouri.
Simultáneamente se estableció, en el mismo
estado, y en
la ciudad de Saint Louis, la primera facultad de Medicina
Comunal que existiera en los EEUU, de la que ambos, Bob y yo,
fuéramos docentes.
Max Pepper fue, la primera persona, que
asumiera entonces, en Saint Louis University, el primer
Profesorado de Medicina Comunal en la historia.
La filosofía de lo que aquí describo, no
difiere mucho de lo que ya he explicado en entregas previas,
cuando, a algunos en el gobierno,
informara, acerca de la creación de Grupos al
servicio de
ciertas comunidades dominicanas. Sólo, que el planeamiento de
estos últimos, requiere un poco más de
conocimientos que los que nuestros gobiernos han puesto en
acción
en los últimos veinte años.
No es porque sea esfuerzo muy complicado, es porque
demanda, tres
cosas: conocimientos, visión y trabajo.
Tres factores que han sido ausentes, en los criterios de
los burócratas y profesionales responsables, que, hasta
ahora, hemos tenido.
Página siguiente |