Aquí encontramos otro de los tantos
términos que abundan en el campo de las enfermedades del comer —
que todos categorizan como enfermedades de la alimentación — lo
que, ni remotamente, pueden ser.
Me refiero a la novedosa vigorexia, la que en seguida
definimos:
Este es un trastorno mental no estrictamente
alimentario, pero que sí comparte la patología de
la preocupación obsesiva por la figura y una
distorsión del esquema corporal.
Los signos
más frecuentes son:
- Mirarse constantemente en el espejo y aún
así sentirse enclenques - Invertir todas las horas posibles en hacer deportes para aumentar la
musculatura - Pesarse varias veces al día y hacer
comparaciones con otras personas que hacen
fisicoculturismo - La enfermedad deriva en un cuadro obsesivo
compulsivo, que hace que el vigoréxico se sienta
fracasado, abandone sus actividades y se encierre en un
gimnasio día y noche - También siguen dietas bajas en grasas y
ricas en hidratos de carbono y
proteínas para aumentar la masa muscular,
por lo que corren mayor riesgo de
abusar de sustancias como hormonas y
anabolizantes esteroides.
Esta es una definición, fundamentalmente
incorrecta, que, a pesar de serlo, nos da una idea general para
lograr un consenso para comunicarnos entre quien escribe y
quienes leen lo aquí presentado.
Para otros, la vigorexia consiste en un trastorno del
esquema corporal, o dismorfofobia (lo que la sitúa
estrictamente dentro del campo de la neurociencia) o como el
Complejo de Adonis (no de Edipo o de Narciso) — Adonis siendo
el ideal masculino de la belleza en la mitología
griega.
Pero, fueron los griegos seguidos por los romanos
quienes nos hicieran conscientes de la importancia de la
idoneidad física.
Venus y Adonis por
Tiziano
Desde la alborada de la jornada que señalara el
comienzo de nuestra historia, las aptitudes
físicas y mentales del individuo han
recibido mucha atención.
De los griegos heredamos los juegos
olímpicos, los cuales hoy se prolongan hasta dentro de
la vejez
avanzada. De los romanos nos llega el inmortal consejo: Mens
sana in corpore sano (Mente sana en un cuerpo
sano).
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