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¿Trabajo o matrimonio? (página 2)



Partes: 1, 2

Fundamento
teórico

En estos días las mujeres profesionistas buscan un
lugar importante en su área laboral, cual quiera que sea su
profesión desean sobresalir en su trabajo, incluso seguir
estudiando una maestría o doctorado para aumentar su nivel
académico, brindándoles seguridad, estabilidad
económica, y lo más importante ofreciéndoles la
autonomía que están buscando, una independencia y libertad que se puede ver
limitada al formalizar una relación de pareja, por lo que
sería habitual que sus relaciones no fueran
duraderas.

"Durante siglos, lo que les otorgó seguridad fue el
matrimonio, hoy ya no,
probablemente se trate de la transformación social mas
importante de los últimos tiempos", señala Alfonso
Luco.

En el ámbito educativo las estadísticas muestran un
avance en la incorporación de las mujeres a la escuela. Hace treinta años
el porcentaje de las mujeres sin instrucción era de 35%,
para el año 2000 se redujo a 11.7%. Con respecto a la
educación superior, en
1969 las mujeres representaban el 17% de la matrícula, para
el año 2000 constituían el 50%. Esto significa que en
las últimas tres décadas del siglo XX se triplicó
la población femenina en
la educación
superior.

En cuanto a la participación de las mujeres en el
mercado laboral puede decirse que
en el transcurso de los años aumentó de manera
significativa el porcentaje de la población femenina
económicamente activa. Mientras que en los años
setenta, la tasa de participación de las mujeres de 12
años o más era de 16% y estaba comprendida sobre todo
por mujeres solteras que realizaban labores más relacionadas
con el sector terciario tales como: secretarias, enfermeras,
maestras, meseras y trabajadoras en servicios personales; para el
año 2004 el porcentaje de mujeres en el mercado representaba
el 37.5% y estaba formado por personas entre los 25 y 39
años que trabajan en el sector servicios y en el comercio.

Las mujeres de los estratos medios y altos, que rodean los
30 años, están cambiando. Creen que deben ser
enormemente competitivas, tener pocos hijos y renunciar en cierta
medida a lo privado y emocional. Las consecuencias de esta
postura están a la vista: "Este tipo de organización provoca un
deterioro en la pareja, donde la intimidad es muy poca y la vida
sexual, pobre. Pero no es el trabajo femenino el
responsable, sino la organización social que
las empuja a sobreexigirse al máximo para poder participar del mundo
laboral", señala Alfonso Luco, psicólogo clínico
especializado en temas de familia y pareja, y director de
la Escuela de Psicología de UNIACC.

Estudiar y ascender profesionalmente son los principales
proyectos de la gran
mayoría de las mujeres encuestadas por UNIACC, con un 72 por
ciento de las preferencias, mientras

que sólo el 27 por ciento menciona formar una
familia o tener una pareja estable. Es un cambio radical y así lo
reconocen los especialistas. "Estos datos son impresionantes porque
muestran con mucha claridad el cambio de mentalidad de las
mujeres. La época en que el centro de la vida de las mujeres
estaba en la familia, la pareja, los
hijos, ya quedó atrás", sentencia Alfonso
Luco.

La generación cercana a los 30 años de las
clases altas y medias altas es la más presionada por las
deudas y las exigencias económicas. Por motivos culturales,
además, tiene grandes expectativas de consumo. "Si bien la presión económica
afecta a la sociedad en su conjunto, se
radicaliza en las mujeres de 30, porque está la expectativa
de ser todo, de hacerlo

todo y de tenerlo todo. Quieren viajar, tener casa,
llevar a los niños a los mejores
colegios. Y ya no existe la idea de que vendrá un señor
que te va a mantener", comenta Teresa Valdés.

Se piensa que la motivación de logro surge
de la necesidad de alcanzar la excelencia, llegar a metas altas o
tener éxito en tareas
difíciles. Implica competencia con otros o contra
algún criterio externo o interno (Spence y Helmreich,
1983).

Parson,Turner, Todd-Mancillas (1993) revelan estudios
hechos en Estados Unidos donde se ha
verificado como tanto dentro de la familia como en las escuelas
se sigue estereotipando los roles sexuales de hombres y mujeres.
Exsiten variables en las familias si
la madre trabaja o no. En la escuela hay trato diferente para
niños y niñas dependiendo si es hombre o mujer la maestra, y también
si la escuela es más o menos tradicional.

Estos esteriotipos acerca del rol que debe jugar
la mujer en la sociedad hace
más difícil la situación para las mujeres
solteras, ya que genera conflictos entre sus deseos y
lo que se espera de ellas.

Se dice que casi todos los adultos establecen relaciones
a largo plazo basadas en afecto. Esto puede ocurrir en cualquier
etapa de la vida, pero se observa sobre todo en la etapa adulta
joven. Cuando no establece una relación intima con alguien,
el adulto puede sentirse terriblemente solo e
incompleto.

La mayoría de las personas se casan con alguien de
edad, raza, religión, escolaridad, y antecedentes
similares. Ello se debe a que es más probable que se
conozcan los que tienen características y antecedentes
parecidos y, una vez conocidos, tienden a descubrir intereses
comunes y compatibles.

Lo mismo parece ocurrir cuando se escoge un
compañero para cohabitar (vivir juntos). A menudo existe la
suposición de que si las cosas funcionan bien, nos
casaremos. Las parejas que conviven antes de casarse están
menos satisfechas con su matrimonio y más propensas a
divorciarse que las que se casan sin convivir antes. Una
razón puede ser que muchos de los que deciden cohabitar
primero dudan más de su relación que los que optan por
contraer matrimonio.

Winch propuso que la elección de un cónyuge
será aquellas personas cuyas necesidades sean
complementarias a las de uno y que proporcione una
gratificación máxima de las necesidades
personales.

Puede ser que los criterios de las mujeres para
enamorarse y elegir un compañero sean más elevados que
los de los hombres; es probable también que sean más
sensibles ante los posibles resultados positivos y negativos de
una relación matrimonial a largo plazo.

Conclusiones

La mayor prioridad de las mujeres de 26 a 34 años,
es su desarrollo profesional, su
vida laboral es para ellas más satisfactoria que tener una
relación de pareja. Su tiempo libre a la semana es
muy poco, por lo que pueden llegar ha dejar de lado su vida
sentimental. Al tener muy poco tiempo libre a la semana para
dedicárselo a su vida sentimental, por lo general sus
relaciones se vuelven informales y de muy corta duración
debido al ritmo de trabajo que llevan y al poco tiempo que tienen
para ellas.

Las mujeres a las que entrevistamos se enfocan más
en otras actividades que en sus relaciones personales y por lo
tanto no tienen pareja, y dato curioso el contraste que se da en
las mujeres que nos respondían que sus relaciones son
formales y duraderas pero no han logrado culminar esta
relación en matrimonio.

El hecho de dedicarle más tiempo al área
laboral no significa que las expectativas acerca del matrimonio
difieran a las de otras mujeres. Consideran al matrimonio como un
vínculo emocional, en donde debe existir el amor y respeto. Claro que también
existen mujeres, en este caso fue la minoría, que ven el
casarse como una etapa del desarrollo por la cual se debe pasar
para formar una familia. La mayoría está esperando a la
pareja indicada, aquella que cumpla con los requisitos indicados,
desean a una pareja con la misma estabilidad económica y
profesional que ellas.

La mayoría de las amistades de estas mujeres
están casadas, pero esta situación no les llega a
afectar en sus relaciones sociales ni sienten presión por
ello. Por otro lado, las relaciones que han tenido son la
mayoría con hombres conocidos en su escuela y trabajo, lo
que afirma que pasan la mayoría del tiempo en su
trabajo.

Para terminar, ellas no se sienten presionadas por los
comentarios que sus familiares o amistades pudieran hacer. Sin
embargo, no se puede dejar a un lado el hecho de que
algunas

mujeres (la minoría) son presionadas por su familia
y amigos recordándoles que ya están en edad de casarse,
lo que las hace sentir inseguras y estresadas por no tener
pareja.

La sociedad está cambiando y junto con ella el rol
femenino, la mujer se volverá más competitiva e
independiente, y aumentará la tasa de solteras entre los 26
y 34 años, las priori-

dades ya no son las mismas de hace 20 años. (Reyes,
2007).

Resultados
estadísticos

  • El 81.69% de las mujeres le dan mayor prioridad a
    su desarrollo profesional, el otro 15.49% de ellas le dedican
    mayor esfuerzo al cuidado de su familia, y sólo el 2.82%
    le da prioridad a su relación de pareja.
  • El 52.11% de las mujeres encuestadas dijeron que
    trabajan más de 8 horas diarias, el 45% de 6 a 8 horas
    diarias. Con esto podemos notar que las mujeres dedican
    muchas horas a su área laboral.
  • La mayoría de las mujeres el 52.11% tiene
    solamente de 3 a 6 horas libres, incluso el 5% acepta no
    tener tiempo libre durante el día, el 28.17% menos de 3
    horas, y sólo un 14% posee de 6 a 8 horas
    libres.
  • El 74.95% de las mujeres le dedican menos de 6
    horas a la semana a su pareja o a salir con alguien, lo que
    significa que aproximadamente le dedican unos 50 minutos
    diarios, el cual no es un tiempo suficiente para formalizar
    una relación.
  • Un 50% de las mujeres no tienen pareja en la
    actualidad, un 8% sale con personas pero no lo consideran
    como pareja, el resto 42% si tiene pareja.
  • La mayoría de las mujeres que actualmente
    tienen pareja, el 60.56% del 42% de la muestra, llevan una
    relación de mas de 4 años de noviazgo, considerando
    la mayoría que es una relación formal.
  • El 84.51% de las mujeres ven al matrimonio como un
    vínculo emocional. El 15.49% como una etapa del
    desarrollo que se debe cumplir.
  • 50.7% de las encuestadas se sienten comprendidas y
    apoyadas por parte de su familia, el 29.58% aceptaron
    sentirse presionadas en algunas ocasiones de parte de su
    familia por no haber contraído matrimonio aún. El
    resto mencionó que la familia no tenía opinión
    al respecto (19.72%).
  • Un 59.15% de las mujeres dijeron sentirse seguras
    ante las opiniones de su circulo social, el 26.76% se ha
    visto afecta por las opiniones de su medio, el 14.08% dijo no
    haber pasad por una situación en donde su medio la
    presionara por el hecho no de estar casada.
  • La mayoría de las amistades de estas mujeres
    ya están casadas, el 56.34%. Sin embargo, el 92.96% de
    las encuestadas dijeron no sentirse afectas por ese
    motivo.
  • 88.73% de las mujeres han entablado relaciones de
    pareja en su trabajo o escuela, y comparándolo con los
    porcentajes anteriores, es indiscutible esa situación
    debido a que la mayoría del tiempo lo pasan en su
    trabajo. El 11.27% ha entablado relaciones en antros o por
    medio de Internet.
  • 33.8% está esperando a que llegue la persona indicada para
    contraer matrimonio, 32.39% cree necesario tener una
    estabilidad en su vida para considerar casarse, el 25.35%
    cuando ellas se sientan preparadas y tengan la madurez
    suficiente como para vivir en pareja, el 8.45% comenta que
    hasta llegar a una edad determinada (la edad varió por
    sujeto).
  • Un 59.15% se casaría principalmente por
    amor, un 23.94% por formar
    una familia, y el 16.9% por tener
    compañía.
  • Para terminar, el 61.97% considera la mejor edad
    para contraer matrimonio entre los 30 y 34 años, el
    23.94% ente los 25 y 29 años, y el 14.08% de los 35 a
    los 39 años.

Metodología
(Breve)

Se realizó un estudio descriptivo a un grupo de mujeres solteras
profesionistas sin hijos entre 26 y 34 años, este mismo
constó de diferentes preguntas diseñadas con escala likert y encuesta, aplicadas por medio
de entrevista para darle mayor
validez a los resultados. Nos dirigimos al Sistema Educativo Estatal (SEE)
en Mexicali.

Nuestro universo fue cautivo, las mujeres
solteras profesionistas entre 26 y 34 años del SEE. Tomamos
una muestra de 70 mujeres de los tres edificios del SEE que
existen en Mexicali. Fue un muestreo aleatorio.

Referencias

Davidoff, L. (2003). Introducción a la
psicología.
México. McGrawHill.
362,364.

Philip, G. (2002). Psicología y vida.
México. Trillas.
483

Morris, C. (2000). Psicología.
México. Pearson Educación. 422 –
423.

Bibliografías

Papalia, D. (2002). Desarrollo Humano.
México. McGrawHill.

Ruiz, J. Cómo son las chilenas de 30 (estudio
Uniacc).
Recuperado el 14 de junio de 2007, de http://www.puntomujer.emol.com/solteras/noticia/detallenoticia.asp?id=%7BC1C17A6-4019-47A6-A1C1-598B9A527E7C%7D

 

Datos de los autores:

Estela Reyes Ruiz Palacios – 20
años

Mariana Valenzuela Puga – 21
años

Melisa Adame López – 23
años

Susana Navarro Lamarque – 23
años

Estudiantes de Licenciatura en Psicología de la
Universidad UNIVER, cursando el
6to cuatrimestre, en Mexicali, Baja California,
México.

Para mayores informes acerca del
estudio:

Estudio Terminado el 4 de agosto del 2007 en
Mexicali, BC, México.

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