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Adolescencia



    Introducción
    Adolescencia
    Maduración
    sexual

    Efectos
    del crecimiento


    Bibliografía

    Introducción

    Desde hace mucho tiempo la
    adolescencia
    se ha venido considerando como un período del desarrollo
    más difícil que el de los años de la
    niñez media. Sin embargo, el concepto de
    adolescencia como etapa psicológicamente compleja, digna
    de estudio científico, no apareció sino a fines del
    siglo XIX y recibió nuevo impulso gracias a la obra
    precursora de Stanley Hall, a principios del
    siglo XX.

    Aun cuando la concepción de que la adolescencia
    es un estadio perturbado parece ser exagerada, la adolescencia es
    todavía un período de rápidos cambios
    físicos, sexuales, psicológicos, cognoscitivos y
    sociales a los que tiene que ajustarse el joven.

    Los cambios fisiológicos de la pubertad, entre
    los que cabe considerar a la maduración sexual y al
    crecimiento adolescente, dan comienzo gracias a un incremento en
    la producción de hormonas
    activadoras secretadas por la glándula pituitaria
    anterior.

    En la presente investigación se analiza la adolescencia, y
    todos los factores que ella conlleva para ambos sexos hasta
    la
    personalidad del individuo.

    A. Adolescencia

    La adolescencia comienza en la biología y termina en
    la cultura, en el
    occidente comienza de los 12 o 13 años y termina
    finalizando los 19 o comenzando los 20. Por una parte, los
    procesos de la
    maduración dan lugar a una rápida
    aceleración del crecimiento físico, al cambio de las
    dimensiones del cuerpo, a modificaciones hormonales y a unos
    impulsos sexuales más fuertes, al desarrollo de las
    características sexuales primarias y
    secundarias, así como a un nuevo crecimiento y
    diferenciación de las capacidades
    cognoscitivas.

    Estos desarrollos biológicos y la necesidad en
    que se ve el individuo de adaptarse a los mismos dan a la
    adolescencia algunas características universales y la
    separan de períodos anteriores al desarrollo. Por otra
    parte, la cultura determina si el período de la
    adolescencia será largo o corto; si sus demandas sociales
    representan un cambio brusco o tan sólo una
    transición gradual desde etapas anteriores al desarrollo;
    y, ciertamente, el que se la reconozca explícitamente o no
    como una etapa aparte; claramente perfilada, del desarrollo en el
    transcurso de la vida.

    1. La Pubertad

    La cultura puede facilitar o obstruir el ajuste del
    joven a los cambios físicos y fisiológicos de la
    pubertad, y puede influir de modo que estos cambios se conviertan
    en motivo de orgullo o en causa de ansiedad y confusión.
    Pero lo que no puede es alterar el hecho de que estos cambios se
    producirán y que, de alguna manera, el adolescente tiene
    que hacerles frente. El término pubertad proviene del
    latin pubertad (que significa edad viril) y designa la
    primera fase de la adolescencia, cuando se pone de manifiesto la
    maduración sexual.

    Estrictamente hablando, en la acepción
    científica moderna, la pubertad comienza con el
    crecimiento gradual de los ovarios (y de órganos
    relacionados con ellos, como es el útero) en las mujeres,
    y de la glándula prostática y las vesículas
    seminales en los hombres.

    Sin embargo, debido a que estos cambios no son
    fácilmente observables, en la práctica
    clínica y en la investigación se suele notar a la
    pubertad desde que comienzan a elevarse los senos en la mujeres y
    hace su aparición el pelo púbico pigmentado en los
    varones. El comienzo de la maduración sexual va
    acompañado de una aceleración brusca del
    crecimiento, tanto de altura como de peso, que dura unos 2
    años.

    2. Factores Hormonales del
    Desa-rrollo

    Los cambios físicos de la pubertad, sin exceptuar
    la maduración sexual y el crecimiento acelerado, son
    iniciados por una mayor producción de hormonas activadoras
    de la glándula pituitaria anterior, situada inmediatamente
    debajo de la base del encéfalo. La señal para este
    incremento de la producción hormonal, a su vez, proviene
    del hipotálamo, parte importante y compleja del
    encéfalo, pero sólo después de que el
    hipotálamo ha madurado lo suficiente, lo cual puede
    ocurrir a edades distintas en diferentes individuos.

    Una de las cosas que probablemente habrán de
    preocupar tanto a los adolescentes
    como a sus padres es la de la estatura final. En vista de los
    persistentes estereotipos masculino y femenino, esto habrá
    de ocurrirles especialmente a los chicos que son cortos de
    estatura y a las chicas que tienen miedo de llegar a ser
    demasiado altas.

    Gran parte de la preocupación de los adolescentes
    y de sus padres acerca de la estatura final es exagerada, sin
    embargo, puede ser resultado de una peculiar combinación
    de relaciones del desarrollo. Sin embargo, los individuos que ya
    son altos en la preadolescencia tienden a iniciar el crecimiento
    antes. De tal modo, durante en un tiempo pueden entrar en
    acción varias fuerzas combinadas engañosas y
    podrá ofrecerle a una chica que finalmente habrá de
    ser mucho más alta que sus compañeras. Sin embargo,
    una vez que tal chica y sus iguales de maduración
    más tardía hayan pasado el período de
    crecimiento rápido de la adolescencia, sus posiciones
    relativas en los tocante a la estatura muy probablemente
    volverán a ser las de la preadolescencia.

    B. Maduración
    sexual

    Tanto en estatura como en peso, hay notables diferencias
    individuales por lo que toca a la edad en que comienza la
    pubertad. Aún cuando hay alguna variación dentro de
    las series del desarrollo por ejemplo, los senos puede
    desarrollarse en las chicas antes o después de la
    aparición del pelo pubiano, el desarrollo físico
    durante la pubertad y la adolescencia sigue por lo general una
    progresión bastante ordenada.

    Por ejemplo, el chico crece pronto probablemente
    desarrollará también el pelo pubiano y otros
    aspectos de la maduración sexual; la chica que muestra un
    desarrollo precoz de los senos probablemente tendrá pronto
    su primera menstruación. Los preadolescentes que muestran
    un desarrollo avanzado del esqueleto (huesos)
    probablemente iniciarán el crecimiento y su
    maduración sexual será precoz
    también.

    1. El Desarrollo Sexual en los
    Varones

    La primera indicación externa de la inminente
    maduración sexual en los varones consiste por lo
    común en un aumento de la tasa de crecimiento de los
    testículos
    y del escroto (la estructura en
    forma de bolsa que contiene a los testículos).

    Puede observarse también el comienzo, aun cuando
    quizás sea lento, del crecimiento del pelo pubiano hacia
    las mismas fechas, o poco después. Aproximadamente un
    año más tarde, una aceleración en el
    crecimiento del pene acompaña al comienzo del
    tamaño de la estatura. El pelo axilar (corporal) y facial
    comúnmente hacen su primera aparición unos 2
    años después del comienzo del pelo pubiano, aun
    cuando la relación es lo suficientemente variable como
    para que, en algunos chicos, el pelo axilar aparezca realmente
    primero.

    La voz se hace patentemente más baja o grave,
    pero lo común, bastante avanzada de la pubertad. En
    algunos chicos este cambio de voz, es más bien brusco y
    dramático, en tanto que en otros ocurre tan gradualmente
    que casi no es perceptible. Durante este proceso, la
    laringe (o manzana de Adán) aumenta significativamente y
    las cuerdas vocales que contiene aplican aproximadamente su
    longitud, con lo cual el tono baja más o menos una
    octava.

    Así como el comienzo de la menstruación
    puede ser causa de preocupaciones para la muchacha, la
    erección incontrolada y la eyaculación inicial
    pueden sorprender y preocupar a algunos varones púberes.
    Aun cuando la estimulación genital, así como otras
    formas de estimulación corporal, es agradable para el
    niño, la erección y la estimulación genital
    comúnmente llevan consigo un mayor sentido de apremio
    sexual durante la pubertad.

    En este período el pene queda tumescente con gran
    facilidad, ya sea espontáneamente o en respuesta a toda
    una variedad de estímulos psicosexuales; "visiones
    provocativas, sonidos, olores, frases o cualquier cosa que sea;
    el adolescente varón (de menor edad) habita un espacio
    vital libindinizado, en el que casi todo puede adquirir un
    significado sexual.

    Aun cuando los varones pueden sentirse orgullosos de su
    capacidad de erección como símbolo de su naciente
    virilidad, también pueden sentirse preocupados o molestos
    por una aparente incapacidad de controlar esta respuesta.
    Quizás les apene bailar con una muchacha o inclusive el
    ponerse de pie en un aula para dar una lección. A menudo
    se preguntan si a los demás muchachos les sucede esa falta
    de control
    semejante.

    La eyaculación inicial del fluido seminal puede
    ser también motivo de preocupación. La primera
    eyaculación del chico adolescente probablemente
    ocurrirá al cabo de un año de iniciado el
    crecimiento en cuanto a la estatura, alrededor de los 14
    años, aunque puede ocurrir desde los 11 o demorarse hasta
    los 16. La primera eyaculación puede producirse a
    consecuencia de una masturbación o de una emisión
    nocturna. Un chico que previamente se ha masturbado, con
    sensaciones acompañantes agradables pero sin
    eyaculación, podrá pensar que la eyaculación
    del fluido seminal es nociva o indicativa de que algo anda
    físicamente mal en él.

    Al parecer, los adolescentes contemporáneos
    están mejor desarrollados y es menos probable que les
    preocupen tales sucesos del desarrollo como son las
    menstruación o las emisiones nocturnas que a los
    jóvenes de generaciones anteriores. No obstante, muchos
    jóvenes, de cualquiera de los sexos, especialmente en los
    primeros años de la adolescencia, no reciben
    instrucción adecuada de parte de sus padres, las escuelas
    o sus iguales y se torturan a sí mismos con miedos
    innecesarios.

    2. El Desarrollo Sexual en las
    Muchachas

    En la mujeres, el comienzo de la elevación del
    seno (el llamado período del botón en el desarrollo
    del pecho) suele ser la primera señal de madurez sexual,
    aun cuando en cerca de una tercera parte de las niñas
    puede antecederla la aparición de pelo en el
    pubis.

    El crecimiento del útero y de la vagina ocurre
    simultáneamente con el desarrollo del seno y
    también se agranda, los labios y el clítoris. La
    menarquía (es decir, la edad a que comienza la
    menstruación) se produce relativamente tarde en la serie
    de desarrollo, y caso invariable después de que el
    crecimiento en cuanto a estatura ha comenzado a
    frenarse.

    Frecuentemente hay un período que puede durar de
    un año a un año y medio después del comienzo
    de la menstruación, durante el cual la chica adolescente
    no es capaz aún fisiológicamente de concebir. De
    manera semejante, los chicos son capaces de tener relaciones
    sexuales mucho antes de la aparición de espermatozoides
    vivos.

    Para la muchacha adolescente, la menstruación es
    mucho más que un simple reajuste fisiológico. Es un
    símbolo de madurez sexual, de su estatus futuro como
    mujer. Porque las
    reacciones de una chica a la menstruación pueden
    generalizarse ampliamente, tiene importancia capital que su
    experiencia inicial sea lo más buena posible.

    Muchas chichas esperan serenamente el comienzo de la
    menstruación y algunas lo interpretan orgullosamente, como
    señal de un ascenso de rango. Por desgracia, sin embargo,
    muchas otras toman negativamente este fenómeno normal de
    su desarrollo. En varios estudios una clara mayoría de
    muchachas que todavía no menstruaban, o que ya lo
    hacían, interpretaron los efectos de la
    menstruación como negativos o, en el mejor de los casos,
    como neutrales.

    C. Efectos del
    crecimiento mental durante la adolescencia

    Las capacidades cognoscitivas del joven o de la joven
    siguen desarrollándose también, lo mismo
    cuantitativa que cualitativamente, durante los años de la
    adolescencia. La importancia de los cambios que tienen lugar
    durante este período, sobre todo la aparición de la
    etapa de las operaciones
    formales, mal podría sobreestimarse.

    Estos cambios desempeñan un papel decisivo
    en lo que respecta a ayudar al adolescente a encarar las demandas
    creciente complejas, en materia de
    educación
    y de vocación, que se le hacen. Sería virtualmente
    imposible dominar temas académicos tales como el cálculo o
    el uso de metáforas en poesía,
    sin un elevado nivel de pensamiento
    abstracto; sin poseer la capacidad que Piaget ha
    llamado de las operaciones de segundo grado, o capacidad de
    pensar acerca de aseveraciones que no guardan relación con
    objetos reales del mundo.

    Nuevas reflexiones, sin embargo, nos harán ver
    que muchos otros aspectos del desarrollo adolescente dependen
    también de los adelantos cognoscitivos realizados durante
    este período. Estos cambios cognoscitivos influyen
    fuertemente en la modificaciones del carácter de las
    relaciones padres-hijos, en las nacientes características
    de la personalidad y
    en los mecanismos de defensa psicológica, en la planeación
    de las futuras metas educativas y vocacionales, en las crecientes
    preocupaciones por los valores
    sociales, políticos y personales, e incluso en el sentido
    que se va desarrollando de la identidad
    personal.

    Uno de los aspectos más importantes de la
    aparición del pensamiento operacional formal es la
    capacidad de tomar en consideración hipótesis o proposiciones teóricas
    que se apartan de los acontecimientos inmediatamente
    observables.

    La personalidad de un individuo se ve afectada por la
    conducta que no
    es mas que las manifestaciones visibles del comportamiento, juzgadas según el grado en
    que dichas actuaciones se conforman a las normas y
    costumbres del grupo social.
    Así se habla de buena conducta" o "mala conducta",
    según el nivel de adecuación del comportamiento de
    los individuos a los mencionados parámetros.

    Sin embargo, los padres, los educadores y todas las
    personas que tienen a su cargo la tarea de formar y guiar a las
    jóvenes generaciones, deben profundizar más en
    el
    conocimiento de estos aspectos para tener una mejor
    comprensión del complejo mecanismo del comportamiento
    humano. Una definición bastante amplia de la conducta la
    describe como: "Todo aquello que hacemos, sentimos y pensamos".
    Esta definición, a pesar de su aparente sencillez, abarca
    tres campos básicos: actividades motrices, actividades
    intelectuales y reacciones emocionales.

    Los aspectos motrices incluyen: el comportamiento
    relativo al desarrollo físico, las reacciones posturales,
    la coordinación neuromuscular y ciertas aptitudes
    específicas como: prensión, locomoción y
    manipulación. Esta categoría comprende
    también adaptaciones de carácter perceptual
    manual, verbal
    y de orientación.

    La actividad intelectual se refiere a la capacidad del
    individuo para acomodarse a nuevas situaciones, servirse de las
    experiencias pasadas para trazarse nuevos esquemas conceptuales y
    realizar abstracciones.

    La conducta social concierne a las relaciones con los
    demás individuos y las reacciones ante los
    estímulos culturales. Abarca el lenguaje,
    la vida doméstica, la interacción social y la
    adaptación a los convencionalismos de la comunidad.

    Karl y William Smith citados por Sánchez Hidalgo
    ofrecen otra definición de conducta, en la forma
    siguiente: "respuestas de un organismo vivo a su medio;
    adaptaciones que realiza un individuo a las condiciones y cambios
    del mundo que le rodea"

    El individuo reacciona ante tres clases de
    estímulos: los que provienen del medio externo
    (frío, luz, calor,
    sonido,
    presión y otros); los que se originan en su medio interno
    (indispensables para mantener la homeostasis, o
    sea

    la tendencia del organismo o mantener un estado interno
    constante) y las exigencias del medio social (presiones
    familiares, influencias culturales y raciales, grupos
    nacionales, actividades de recreación, de trabajo y
    otros).

    Las personas, en su vivir cotidiano, responden
    constantemente a los estímulos de los medios
    externo, interno y social. Como el individuo tiene la capacidad
    de recordar y de aprender, los acontecimientos pasados y las
    experiencias actuales afectan sus respuestas. La conducta es,
    pues, la adaptación al medio, ya sea modificando las
    actuaciones, cambiando las condiciones del estímulo o
    transformando el ambiente.

    En las definiciones planteadas, se observa que la
    conducta tiene una fase objetiva y una fase subjetiva, lo que
    complica considerablemente cualquier estudio que se trate de
    efectuar en relación con un caso específico. La
    fase objetiva es aquella que se percibe fácilmente, debido
    a que presenta manifestaciones exteriores. La fase subjetiva es
    el móvil interior o subyacente que, muchas veces, ni
    siquiera la persona afectada
    puede definir con claridad.

    Los móviles interiores o impulsos subyacentes son
    los que hacen que el tratamiento de la conducta que se aparta de
    las normas que la sociedad
    considera deseables; se torne difícil en múltiples
    ocasiones.

    El hombre ha
    intentado, a través de los tiempos, descubrir, en primer
    lugar, la explicación del mundo físico; y en
    segundo lugar, una explicación de sí mismo. Ambas
    investigaciones han sido llevadas hacia adelante,
    en virtud de dos tipos de esfuerzos que se han realizado en el
    tiempo y que corresponden a dos grandes etapas del conocimiento
    humano: la primera, caracterizada por la intuición y las
    explicaciones racionales; y la segunda, determinada por el
    advenimiento del método
    científico, una aplicación sistemática de
    observaciones y experimentos, que
    establecen las explicaciones sobre la base de hechos
    comprobables.

    Sin embargo, a pesar del desarrollo de la ciencia,
    muchas consideraciones sobre la naturaleza de la
    conducta humana
    constituyen todavía motivo de especulación. Hasta
    las últimas décadas del pasado siglo se impuso la
    tendencia de explicar la delincuencia,
    o cualquier otra forma de desajuste social, como resultado de una
    perversión innata del ser humano. En los primeros
    años de este siglo la conducta humana se atribuía a
    los instintos, es decir, a patrones no aprendidos de la
    conducta.

    Los modernos aportes de la Psicología y de la
    Sociología han permitido llegar a la
    conclusión de que toda personalidad está regida por
    la conducta humana. No hay conducta sin causa y, por lo tanto,
    existe una explicación para cada forma de conducirse. Hay
    actos cuya explicación salta a la vista, pero no siempre
    el individuo es capaz de explicar su conducta. En esos casos, la
    persona ignora cuáles son las presiones que determinan su
    manera de proceder.

    Los móviles que establecen las necesidades,
    impulsos, tendencias, valores,
    intereses apreciaciones y actuaciones de los individuos, son el
    resultado de la interacción de diversos elementos entre
    los que se cuentan: los factores físicos,
    fisiológicos y psíquicos que componen la herencia
    biológica; y factores mesológicos, que proceden de
    la influencia del ambiente en que el individuo crece y se
    educa.

    1. Factores que Inciden en la
    Per-sonalidad

    Toda personalidad tiene factores que la ocasionan, por
    lo tanto es importante conocerlos para poder orientar
    al adolescente, ya que a esta edad lo que más le preocupa
    es su apariencia física.

    Los cambios que observamos actualmente en el ambiente
    socioeconómico afectan considerablemente el desarrollo, el
    comportamiento del hombre de su
    familia y de
    todo grupo social.

    En la escuela, algunas
    situaciones desconciertan al educador que debe enfrentar y
    manejar educandos que evidencian trastornos de personalidad.
    Estos adolescentes poco a poco se van convirtiendo en seres
    apáticos, descontentos, agresivos, tímidos,
    exhibicionistas, nerviosos; y hasta llegan a sufrir ciertos
    defectos físicos (visuales, auditivos) y desajustes
    emocionales con limitadas posibilidades de aprendizaje
    presentando en el aula problemas de
    conducta.

    Debemos ser muy cautelosos al formular juicios valorati-
    vos sobre el comportamiento del ser humano procurando que los
    mismos no posean valoraciones prejuiciadas desde distintas
    perspectivas:

    El enfoque biofísico se refiere al trastorno
    orgánico; el enfoque psicoanalítico se presenta
    cuando hay problemas psíquicos dentro del individuo
    (disturbios emocionales); el enfoque conductual pone
    énfasis en las normas de conducta que se aprenden. Dentro
    del enfoque educativo podemos decir que el desajuste de una
    conducta es el trastorno en el desarrollo emocional manifestando
    sentimientos de hostilidad, inadaptación, desconfianza y
    otros.

    Es importante que el educador, ante los problemas de
    conducta realice un diagnóstico de las posibles causas de
    dichos problemas, para poder aplicar cualquier procedimiento que
    influyan sobre los mismos de una manera racional y aceptable. De
    esta forma orienta al estudiante y nunca reprime ni
    prohíbe ni castiga ya que no sería la mejor
    actitud
    ejecutada por el educador.

    El alumno es un ser en pleno desarrollo evolutivo por lo
    cual las normas de conducta que se establezcan tienen importancia
    vital, ya que de ello dependerá lo que el individuo
    habrá de ser en el futuro.

    En el aprendizaje
    del niño influyen factores exógenos o sea lo que le
    rodea exteriormente y los factores endógenos, es decir lo
    que el individuo internaliza. De la intensidad en que intervengan
    estos factores se determinarán los problemas de
    aprendizaje que presentará el estudiante en diversas
    etapas de su vida.

    Los nuevos ideales de la educación y el
    desarrollo de una filosofía de la vida que reconoce la
    importancia de los derechos individuales se han
    cambiado para transformar básicamente el significado de la
    disciplina
    como una fase de proceso educativo.

    Lo esencial de la disciplina, como aspecto educativo, es
    que los educandos adquieran formas de actuación adecuadas
    a la convivencia social y a la
    organización conveniente para el
    trabajo.

    El aprendizaje será efectivo y continuo
    sólo cuando la actividad educativa esté de acuerdo
    con las capacidades, necesidades e intereses de los educandos
    para ello el maestro tendrá que graduar; clasificar y
    adecuar el contenido y las experiencias de
    aprendizaje.

    Les enseñará a los niños
    cómo profundizar y ampliar sus intereses; cuando les
    dé la oportunidad de compartir su propio aprendizaje, no
    sólo se sentirán orgullosos de las satisfacciones
    logradas, que recordarán y aplicarán lo aprendido
    sino que disminuirán los problemas
    disciplinarios.

    La calidad de la
    disciplina en el aula dependerá por lo regular de lo que
    el maestro hace o deja de hacer mientras imparte y comparte su
    enseñanza en la clase. Lo que haga el maestro con una
    clase entera, o aun con un solo estudiante delante de la clase
    afectará a menudo la disciplina del grupo
    entero.

      Conclusiones

    1. La adolescencia es un período difícil
    tanto para los padres como para el hijo que la vive, pues la gran
    mayoría de las veces se siente incomprendido y
    rechazado.

    2. La adolescencia es un período idealista. Ello
    lleva la joven a juzgar con severidad los comportamientos
    individuales , sobre todo los del adulto.

    3. La inteligencia
    del adolescentes es muy similar a la del adulto.

    4. El adolescentes continúa recibiendo el
    cariño familiar, pero poco a poco ese cariño
    comienza a encontrar sustituto fuera del hogar.

    5. A partir de los 14 años los chicos dejan de
    ser niños. Han alcanzado prácticamente su
    desarrollo físico.

    6. A medida que madura el proceso de pensamiento
    adolescente, los jóvenes son más capaces de
    reflexionar sobre su propia identidad.

     

    Bibliografía

     DAVIS, Robert. Psicología
    educativa. Nueva York, Editorial McGraw-Hill,
    1988.

     MOUSSEN, Paul y otros. Desarrollo de la
    Personalidad del Niño. México,
    Editorial Trillas, 1991.

     SÁNCHEZ, Hidalgo. La Conducta en el
    Hombre. Buenos Aires,
    Editorial Eudeba, 1982.

     Autor: Olga
    Profesor Fernando Uzaiz
    David, Chiriqui
    1997

     

     

    Autor:

    Rita
    Romero

    Universidad
    autónoma de chiriqui
    Facultad ciencias de la
    educacion
    Escuela de formación diversificada
    Curso: crecimiento y desarrollo

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