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Análisis del Agua




Enviado por daniela_a




    1.
    Introducción


    3.
    Efectos de la contaminación del
    agua

    4.
    Fuentes y control

    5. Contaminación
    marina

    6.
    Depuración de
    Aguas

    7.
    Depuración de aguas
    residuales

    8. Estanque de estabilización o
    laguna

    9. Tratamiento avanzado de las aguas
    residuales

    10.
    Conclusión

    11.
    Anexos

    12. Resumen

    1.
    Introducción

    En el trabajo a
    continuación se encuentra la información acerca del análisis del agua,
    más específicamente, de los distintos procesos para
    determinar el tipo de contaminación que posee una muestra de
    agua.

    Para introducirnos en el tema, es necesario saber
    claramente que conocemos como agua y contaminación.

    El agua es el nombre común que se aplica al
    estado
    líquido del compuesto de hidrógeno y oxígeno
    H2O. Los antiguos filósofos consideraban el agua como
    un elemento básico que representaba a todas las sustancias
    líquidas. Los científicos no descartaron esta idea
    hasta la última mitad del siglo XVIII. En 1781 el
    químico británico Henry Cavendish sintetizó
    agua detonando una mezcla de hidrógeno y aire. Sin
    embargo, los resultados de este experimento no fueron
    interpretados claramente hasta dos años más tarde,
    cuando el químico francés Antoine Laurent de
    Lavoisier propuso que el agua no era
    un elemento sino un compuesto de oxígeno e
    hidrógeno. En un documento científico presentado en
    1804, el químico francés Joseph Louis Gay-Lussac y
    el naturalista alemán Alexander von Humboldt demostraron
    conjuntamente que el agua consistía en dos
    volúmenes de hidrógeno y uno de oxígeno, tal
    como se expresa en la fórmula actual H2O.

    La contaminación es la impregnación del
    aire, el agua o
    el suelo con
    productos que
    afectan a la salud del hombre, la
    calidad de
    vida o el funcionamiento natural de los ecosistemas.
    La contaminación del agua es la
    incorporación al agua de materias extrañas, como
    microorganismos, productos
    químicos, residuos industriales y de otros tipos, o aguas
    residuales. Estas materias deterioran la calidad del agua
    y la hacen inútil para los usos pretendidos.

    2. La Contaminación
    del Agua

    Los principales contaminantes del agua son los
    siguientes:

    Aguas residuales y otros residuos que demandan
    oxígeno (en su mayor parte materia
    orgánica, cuya descomposición produce la
    desoxigenación del agua).

    Agentes infecciosos.

    • Nutrientes vegetales que pueden estimular el
      crecimiento de las plantas
      acuáticas. Éstas, a su vez, interfieren con los
      usos a los que se destina el agua y, al descomponerse, agotan
      el oxígeno disuelto y producen olores
      desagradables.
    • Productos químicos, incluyendo los
      pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias
      tensioactivas contenidas en los detergentes, y los productos
      de la descomposición de otros compuestos
      orgánicos.
    • Petróleo, especialmente el procedente de los
      vertidos accidentales.
    • Minerales inorgánicos y compuestos
      químicos.
    • Sedimentos formados por partículas del
      suelo y
      minerales
      arrastrados por las tormentas y escorrentías desde las
      tierras de cultivo, los suelos sin
      protección, las explotaciones mineras, las carreteras
      y los derribos urbanos.
    • Sustancias radiactivas procedentes de los residuos
      producidos por la minería y el refinado del uranio y el
      torio, las centrales nucleares y el uso industrial,
      médico y científico de materiales
      radiactivos.
    • El calor
      también puede ser considerado un contaminante cuando
      el vertido del agua empleada para la refrigeración de las fábricas y
      las centrales energéticas hace subir la temperatura del agua de la que se
      abastecen.

    3. Efectos de la
    contaminación del agua

    Los efectos de la contaminación del agua incluyen
    los que afectan a la salud humana. La presencia
    de nitratos (sales del ácido nítrico) en el agua
    potable puede producir una enfermedad infantil que en ocasiones
    es mortal. El cadmio presente en los fertilizantes derivados del
    cieno o lodo puede ser absorbido por las cosechas; de ser
    ingerido en cantidad suficiente, el metal puede producir un
    trastorno diarreico agudo, así como lesiones en el
    hígado y los riñones. Hace tiempo que se
    conoce o se sospecha de la peligrosidad de sustancias
    inorgánicas, como el mercurio, el arsénico y el
    plomo.

    Los lagos son especialmente vulnerables a la
    contaminación. Hay un problema, la eutrofización,
    que se produce cuando el agua se enriquece de modo artificial con
    nutrientes, lo que produce un crecimiento anormal de las plantas. Los
    fertilizantes químicos arrastrados por el agua desde los
    campos de cultivo pueden ser los responsables. El proceso de
    eutrofización puede ocasionar problemas
    estéticos, como mal sabor y olor, y un cúmulo de
    algas o verdín desagradable a la vista, así como un
    crecimiento denso de las plantas con raíces, el
    agotamiento del oxígeno en las aguas más profundas
    y la acumulación de sedimentos en el fondo de los lagos,
    así como otros cambios químicos, tales como la
    precipitación del carbonato de calcio en las aguas duras.
    Otro problema cada vez más preocupante es la lluvia
    ácida, que ha dejado muchos lagos del norte y el este
    de Europa y del
    noreste de Norteamérica totalmente desprovistos de
    vida.

    4. Fuentes y
    control

    Las principales fuentes de
    contaminación acuática pueden clasificarse como
    urbanas, industriales y agrícolas:

    La contaminación urbana está formada por
    las aguas residuales de los hogares y los establecimientos
    comerciales. Durante muchos años, el principal objetivo de la
    eliminación de residuos urbanos fue tan sólo
    reducir su contenido en materias que demandan oxígeno,
    sólidos en suspensión, compuestos
    inorgánicos disueltos (en especial compuestos de
    fósforo y nitrógeno) y bacterias
    dañinas. En los últimos años, por el
    contrario, se ha hecho más hincapié en mejorar los
    medios de
    eliminación de los residuos sólidos producidos por
    los procesos de
    depuración. Los principales métodos de
    tratamiento de las aguas residuales urbanas tienen tres fases: el
    tratamiento primario, que incluye la eliminación de
    arenillas, la filtración, el molido, la floculación
    (agregación de los sólidos) y la
    sedimentación; el tratamiento secundario, que implica la
    oxidación de la materia
    orgánica disuelta por medio de lodo biológicamente
    activo, que seguidamente es filtrado; y el tratamiento terciario,
    en el que se emplean métodos
    biológicos avanzados para la eliminación del
    nitrógeno, y métodos físicos y
    químicos, tales como la filtración granular y la
    adsorción por carbono
    activado. La manipulación y eliminación de los
    residuos sólidos representa entre un 25 y un 50% del
    capital y los
    costes operativos de una planta depuradora.

    Las características de las aguas residuales
    industriales pueden diferir mucho tanto dentro como entre las
    empresas. El
    impacto de los vertidos industriales depende no sólo de
    sus características comunes, como la demanda
    bioquímica
    de oxígeno, sino también de su contenido en
    sustancias orgánicas e inorgánicas
    específicas. Hay tres opciones (que no son mutuamente
    excluyentes) para controlar los vertidos industriales. El
    control puede
    tener lugar allí donde se generan dentro de la planta; las
    aguas pueden tratarse previamente y descargarse en el sistema de
    depuración urbana; o pueden depurarse por completo en la
    planta y ser reutilizadas o vertidas sin más en corrientes
    o masas de agua.

    La agricultura,
    la ganadería comercial y las granjas avícolas, son
    la fuente de muchos contaminantes orgánicos e
    inorgánicos de las aguas superficiales y
    subterráneas. Estos contaminantes incluyen tanto
    sedimentos procedentes de la erosión de las tierras de
    cultivo como compuestos de fósforo y nitrógeno que,
    en parte, proceden de los residuos animales y los
    fertilizantes comerciales. Los residuos animales tienen
    un alto contenido en nitrógeno, fósforo y materia
    consumidora de oxígeno, y a menudo albergan organismos
    patógenos. Los residuos de los criaderos industriales se
    eliminan en tierra por
    contención, por lo que el principal peligro que
    representan es el de la filtración y las
    escorrentías. Las medidas de control pueden incluir el uso
    de depósitos de sedimentación para líquidos,
    el tratamiento biológico limitado en lagunas
    aeróbicas o anaeróbicas, y toda una serie de
    métodos adicionales.

    5. Contaminación
    marina

    Los vertidos que llegan directamente al mar contienen
    sustancias tóxicas que los organismos marinos absorben de
    forma inmediata. Además forman importantes
    depósitos en los ríos que suponen a su vez un
    desarrollo
    enorme de nuevos elementos contaminantes y un crecimiento
    excesivo de organismos indeseables. Estos depósitos
    proceden de las estaciones depuradoras, de los residuos de
    dragados (especialmente en los puertos y estuarios), de las
    graveras, de los áridos, así como de una gran
    variedad de sustancias tóxicas orgánicas y
    químicas.

    Vertidos de petróleo
    (mareas negras)

    Las descargas accidentales y a gran escala de
    petróleo líquido son una importante
    causa de contaminación de las costas. Los casos más
    espectaculares de contaminación por crudos suelen estar a
    cargo de los superpetroleros empleados para transportarlos, pero
    hay otros muchos barcos que vierten también
    petróleo, y la explotación de las plataformas
    petrolíferas marinas supone también una importante
    aportación de vertidos. Se estima que de cada
    millón de toneladas de crudo embarcadas se vierte una
    tonelada. Entre las mayores mareas negras registradas hasta el
    momento se encuentran la producida por el petrolero Amoco
    Cádiz
    frente a las costas francesas en 1978 (1,6
    millones de barriles de crudo) y la producida por el pozo
    petrolífero Ixtoc I en el golfo de México en
    1979 (3,3 millones de barriles). El vertido de 240.000 barriles
    por el petrolero Exxon Valdez en el Prince William Sound,
    en el golfo de Alaska, en marzo de 1989, produjo, en el plazo de
    una semana, una marea negra de 6.700 km2, que puso en
    peligro la vida silvestre y las pesquerías de toda el
    área. Por el contrario, los 680.000 barriles vertidos por
    el Braer frente a la costa de las islas Shetland en enero
    de 1993 se dispersaron en pocos días por acción de
    las olas propias de unas tormentas excepcionalmente
    fuertes.

    Los vertidos de petróleo acaecidos en el golfo
    Pérsico en 1983, durante el conflicto
    IránIrak, y en
    1991, durante la Guerra del
    Golfo, en los que se liberaron hasta 8 millones de barriles de
    crudo, produjeron enormes daños en toda la zona, sobre
    todo por lo que se refiere a la vida marina.

    6. Depuración de
    Aguas

    La depuración de aguas es el nombre que reciben
    los distintos procesos implicados en la extracción,
    tratamiento y control sanitario de los productos de desecho
    arrastrados por el agua y procedentes de viviendas e industrias. La
    depuración cobró importancia progresivamente desde
    principios de
    la década de 1970 como resultado de la preocupación
    general expresada en todo el mundo sobre el problema, cada vez
    mayor, de la contaminación humana del medio
    ambiente, desde el aire a los ríos, lagos,
    océanos y aguas subterráneas, por los desperdicios
    domésticos, industriales, municipales y agrícolas.
    El río no tiene espacios para autodepurarse y acaba
    convirtiéndose en una cloaca.

    Las aguas residuales

    El origen, composición y cantidad de los desechos
    están relacionados con los hábitos de vida
    vigentes. Cuando un producto de
    desecho se incorpora al agua, el líquido resultante recibe
    el nombre de agua residual.

    Las aguas residuales tienen un origen doméstico,
    industrial, subterráneo y meteorológico, y estos
    tipos de aguas residuales suelen llamarse respectivamente,
    domésticas, industriales, de infiltración y
    pluviales.

    Las aguas residuales domésticas son el resultado
    de actividades cotidianas de las personas. La cantidad y naturaleza de los
    vertidos industriales es muy variada, dependiendo del tipo de
    industria, de
    la gestión
    de su consumo de
    agua y del grado de tratamiento que los vertidos reciben antes de
    su descarga. Una acería, por ejemplo, puede descargar
    entre 5.700 y 151.000 litros por tonelada de acero fabricado.
    Si se practica el reciclado, se necesita menos agua.

    La infiltración se produce cuando se
    sitúan conductos de alcantarillado por debajo del nivel
    freático o cuando el agua de lluvia se filtra hasta el
    nivel de la tubería. Esto no es deseable, ya que impone
    una mayor carga de trabajo al tendido general y a la planta
    depuradora. La cantidad de agua de lluvia que habrá que
    drenar dependerá de la pluviosidad así como de las
    escorrentías o rendimiento de la cuenca de
    drenaje.

    Un área metropolitana estándar vierte un
    volumen de
    aguas residuales entre el 60 y el 80% de sus requerimientos
    diarios totales, y el resto se usa para lavar coches y regar
    jardines, así como en procesos como el enlatado y
    embotellado de alimentos.

    Composición

    La composición de las aguas residuales se analiza
    con diversas mediciones físicas, químicas y
    biológicas. Las mediciones más comunes incluyen la
    determinación del contenido en sólidos, la demanda
    bioquímica
    de oxígeno (DBO5), la demanda química de
    oxígeno (DQO) y el pH.

    Los residuos sólidos comprenden los
    sólidos disueltos y en suspensión. Los
    sólidos disueltos son productos capaces de atravesar un
    papel de
    filtro, y los suspendidos los que no pueden hacerlo. Los
    sólidos en suspensión se dividen a su vez en
    depositables y no depositables, dependiendo del número de
    miligramos de sólido que se depositan a partir de 1 litro
    de agua residual en una hora. Todos estos sólidos pueden
    dividirse en volátiles y fijos, siendo los
    volátiles, por lo general, productos orgánicos y
    los fijos materia inorgánica o mineral.

    DBO (demanda biológica de oxígeno):
    cantidad de oxígeno requerida por los organismos
    descomponedores aeróbicos para descomponer la materia
    orgánica disuelta o en suspensión.

    La concentración de materia orgánica se
    mide con los análisis DBO5 y DQO. La DBO5 es la cantidad
    de oxígeno empleado por los microorganismos a lo largo de
    un periodo de cinco días para descomponer la materia
    orgánica de las aguas residuales a una temperatura de
    20 °C. De modo similar, la DQO es la cantidad de
    oxígeno necesario para oxidar la materia orgánica
    por medio de dicromato en una solución ácida y
    convertirla en dióxido de carbono y
    agua. El valor de la
    DQO es siempre superior al de la DBO5 porque muchas sustancias
    orgánicas pueden oxidarse químicamente, pero no
    biológicamente. La DBO5 suele emplearse para comprobar la
    carga orgánica de las aguas residuales municipales e
    industriales biodegradables, sin tratar y tratadas. La DQO se usa
    para comprobar la carga orgánica de aguas residuales que,
    o no son biodegradables o contienen compuestos que inhiben la
    actividad de los microorganismos. El pH mide la
    acidez de una muestra de aguas
    residuales. Los valores
    típicos para los residuos sólidos presentes en el
    agua y la DBO5 del agua residual doméstica aparecen en la
    tabla adjunta. El contenido típico en materia
    orgánica de estas aguas es un 50% de carbohidratos,
    un 40% de proteínas
    y un 10% de grasas; y entre 6,5 y 8,0, el pH puede
    variar.

    No es fácil caracterizar la composición de
    los residuos industriales con arreglo a un rango típico de
    valores dado
    según el proceso de
    fabricación. La concentración de un residuo
    industrial se pone de manifiesto enunciando el número de
    personas, o equivalente de población (PE), necesario para producir la
    misma cantidad de residuos. Este valor
    acostumbra a expresarse en términos de DBO5. Para la
    determinación del PE se emplea un valor medio de 0,077 kg,
    en 5 días, a 20 °C de DBO por persona y
    día. El equivalente de población de un matadero, por ejemplo,
    oscilará entre 5 y 25 PE por animal.

    La composición de las infiltraciones depende de
    la naturaleza de
    las aguas subterráneas que penetran en la
    canalización. El agua de lluvia residual contiene
    concentraciones significativas de bacterias,
    elementos traza, petróleo y productos químicos
    orgánicos.

    7. Depuración de
    aguas residuales

    Los procesos empleados en las plantas depuradoras
    municipales suelen clasificarse como parte del tratamiento
    primario, secundario o terciario.

    Tratamiento primario : Las aguas residuales que entran
    en una depuradora contienen materiales que
    podrían atascar o dañar las bombas y la
    maquinaria. Estos materiales se eliminan por medio de enrejados o
    barras verticales, y se queman o se entierran tras ser recogidos
    manual o
    mecánicamente. El agua residual pasa a continuación
    a través de una trituradora, donde las hojas y otros
    materiales orgánicos son triturados para facilitar su
    posterior procesamiento y eliminación.

    Cámara de arena

    En el pasado, se usaban tanques de deposición,
    largos y estrechos, en forma de canales, para eliminar materia
    inorgánica o mineral como arena, sedimentos y grava. Estas
    cámaras estaban diseñadas de modo que permitieran
    que las partículas inorgánicas de 0,2 mm o
    más se depositaran en el fondo, mientras que las
    partículas más pequeñas y la mayoría
    de los sólidos orgánicos que permanecen en
    suspensión continuaban su recorrido. Hoy en día las
    más usadas son las cámaras aireadas de flujo en
    espiral con fondo en tolva, o clarificadores, provistos de brazos
    mecánicos encargados de raspar. Se elimina el residuo
    mineral y se vierte en vertederos sanitarios. La
    acumulación de estos residuos puede ir de los 0,08 a los
    0,23 m3 por cada 3,8 millones de litros de aguas
    residuales.

    Sedimentación

    Una vez eliminada la fracción mineral
    sólida, el agua pasa a un depósito de
    sedimentación donde se depositan los materiales
    orgánicos, que son retirados para su eliminación.
    El proceso de sedimentación puede reducir de un 20 a un
    40% la DBO5 y de un 40 a un 60% los sólidos en
    suspensión.

    La tasa de sedimentación se incrementa en algunas
    plantas de tratamiento industrial incorporando procesos llamados
    coagulación y floculación químicas al tanque
    de sedimentación. La coagulación es un proceso que
    consiste en añadir productos químicos como el
    sulfato de aluminio, el
    cloruro férrico o polielectrolitos a las aguas residuales;
    esto altera las características superficiales de los
    sólidos en suspensión de modo que se adhieren los
    unos a los otros y precipitan. La floculación provoca la
    aglutinación de los sólidos en suspensión.
    Ambos procesos eliminan más del 80% de los sólidos
    en suspensión.

    Flotación

    Una alternativa a la sedimentación, utilizada en
    el tratamiento de algunas aguas residuales, es la
    flotación, en la que se fuerza la
    entrada de aire en las mismas, a presiones de entre 1,75 y 3,5 kg
    por cm2. El agua residual, supersaturada de aire, se descarga a
    continuación en un depósito abierto. En él,
    la ascensión de las burbujas de aire hace que los
    sólidos en suspensión suban a la superficie, de
    donde son retirados. La flotación puede eliminar
    más de un 75% de los sólidos en
    suspensión.

    Digestión

    La digestión es un proceso microbiológico
    que convierte el lodo, orgánicamente complejo, en metano,
    dióxido de carbono y un material inofensivo similar al
    humus. Las reacciones se producen en un tanque cerrado o
    digestor, y son anaerobias, esto es, se producen en ausencia de
    oxígeno. La conversión se produce mediante una
    serie de reacciones. En primer lugar, la materia sólida se
    hace soluble por la acción de enzimas. La
    sustancia resultante fermenta por la acción de un grupo de
    bacterias productoras de ácidos, que la reducen a
    ácidos orgánicos sencillos, como el ácido
    acético. Entonces los ácidos orgánicos son
    convertidos en metano y dióxido de carbono por bacterias.
    Se añade lodo espesado y calentado al digestor tan
    frecuentemente como sea posible, donde permanece entre 10 y 30
    días hasta que se descompone. La digestión reduce
    el contenido en materia orgánica entre un 45 y un 60 por
    ciento.

    Desecación

    El lodo digerido se extiende sobre lechos de arena para
    que se seque al aire. La absorción por la arena y la
    evaporación son los principales procesos responsables de
    la desecación. El secado al aire requiere un clima seco y
    relativamente cálido para que su eficacia sea
    óptima, y algunas depuradoras tienen una estructura
    tipo invernadero para proteger los lechos de arena. El lodo
    desecado se usa sobre todo como acondicionador del suelo; en
    ocasiones se usa como fertilizante, debido a que contiene un 2%
    de nitrógeno y un 1% de fósforo.

    Tratamiento secundario: Una vez eliminados de un 40 a un
    60% de los sólidos en suspensión y reducida de un
    20 a un 40% la DBO5 por medios
    físicos en el tratamiento primario, el tratamiento
    secundario reduce la cantidad de materia orgánica en el
    agua. Por lo general, los procesos microbianos empleados son
    aeróbicos, es decir, los microorganismos actúan en
    presencia de oxígeno disuelto. El tratamiento secundario
    supone, de hecho, emplear y acelerar los procesos naturales de
    eliminación de los residuos. En presencia de
    oxígeno, las bacterias aeróbicas convierten la
    materia orgánica en formas estables, como dióxido
    de carbono, agua, nitratos y fosfatos, así como otros
    materiales orgánicos. La producción de materia orgánica nueva
    es un resultado indirecto de los procesos de tratamiento
    biológico, y debe eliminarse antes de descargar el agua en
    el cauce receptor.

    Hay diversos procesos alternativos para el tratamiento
    secundario, incluyendo el filtro de goteo, el lodo activado y las
    lagunas.

    Filtro de goteo

    En este proceso, una corriente de aguas residuales se
    distribuye intermitentemente sobre un lecho o columna de
    algún medio poroso revestido con una película
    gelatinosa de microorganismos que actúan como agentes
    destructores. La materia orgánica de la corriente de agua
    residual es absorbida por la película microbiana y
    transformada en dióxido de carbono y agua. El proceso de
    goteo, cuando va precedido de sedimentación, puede reducir
    cerca de un 85% la DBO5.

    Fango activado

    Se trata de un proceso aeróbico en el que
    partículas gelatinosas de lodo quedan suspendidas en un
    tanque de aireación y reciben oxígeno. Las
    partículas de lodo activado, llamadas floc,
    están compuestas por millones de bacterias en crecimiento
    activo aglutinadas por una sustancia gelatinosa. El floc
    absorbe la materia orgánica y la convierte en productos
    aeróbicos. La reducción de la DBO5 fluctúa
    entre el 60 y el 85 por ciento.

    Un importante acompañante en toda planta que use
    lodo activado o un filtro de goteo es el clarificador secundario,
    que elimina las bacterias del agua antes de su
    descarga.

    8. Estanque de estabilización o
    laguna

    Otra forma de tratamiento biológico es el
    estanque de estabilización o laguna, que requiere una
    extensión de terreno considerable y, por tanto, suelen
    construirse en zonas rurales. Las lagunas opcionales, que
    funcionan en condiciones mixtas, son las más comunes, con
    una profundidad de 0,6 a 1,5 m y una extensión
    superior a una hectárea. En la zona del fondo, donde se
    descomponen los sólidos, las condiciones son anaerobias;
    la zona próxima a la superficie es aeróbica,
    permitiendo la oxidación de la materia orgánica
    disuelta y coloidal. Puede lograrse una reducción de la
    DBO5 de un 75 a un 85 por ciento.

    9. Tratamiento avanzado de
    las aguas residuales

    Si el agua que ha de recibir el vertido requiere un
    grado de tratamiento mayor que el que puede aportar el proceso
    secundario, o si el efluente va a reutilizarse, es necesario un
    tratamiento avanzado de las aguas residuales. A menudo se usa el
    término tratamiento terciario como sinónimo
    de tratamiento avanzado, pero no son exactamente lo mismo. El
    tratamiento terciario, o de tercera fase, suele emplearse para
    eliminar el fósforo, mientras que el tratamiento avanzado
    podría incluir pasos adicionales para mejorar la calidad del
    efluente eliminando los contaminantes recalcitrantes. Hay
    procesos que permiten eliminar más de un 99% de los
    sólidos en suspensión y reducir la DBO5 en similar
    medida. Los sólidos disueltos se reducen por medio de
    procesos como la ósmosis inversa y la
    electrodiálisis. La eliminación del
    amoníaco, la desnitrificación y la
    precipitación de los fosfatos pueden reducir el contenido
    en nutrientes. Si se pretende la reutilización del agua
    residual, la desinfección por tratamiento con ozono es
    considerada el método
    más fiable, excepción hecha de la cloración
    extrema. Es probable que en el futuro se generalice el uso de
    estos y otros métodos de tratamiento de los residuos a la
    vista de los esfuerzos que se están haciendo para
    conservar el agua mediante su reutilización.

    Vertido del líquido

    El vertido final del agua tratada se realiza de varias
    formas. La más habitual es el vertido directo a un
    río o lago receptor. En aquellas partes del mundo que se
    enfrentan a una creciente escasez de agua, tanto de uso
    doméstico como industrial, las autoridades empiezan a
    recurrir a la reutilización de las aguas tratadas para
    rellenar los acuíferos, regar cultivos no comestibles,
    procesos industriales, recreo y otros usos. En un proyecto de este
    tipo, en la Potable Reuse Demonstration Plant de Denver,
    Colorado, el proceso de tratamiento comprende los tratamientos
    convencionales primario y secundario, seguidos de una limpieza
    por cal para eliminar los compuestos orgánicos en
    suspensión. Durante este proceso, se crea un medio
    alcalino (pH elevado) para potenciar el proceso. En el paso
    siguiente se emplea la recarbonatación para volver a un pH
    neutro. A continuación se filtra el agua a través
    de múltiples capas de arena y carbón vegetal, y el
    amoníaco es eliminado por ionización. Los
    pesticidas y demás compuestos orgánicos aún
    en suspensión son absorbidos por un filtro granular de
    carbón activado. Los virus y bacterias
    se eliminan por ozonización. En esta fase el agua
    debería estar libre de todo contaminante pero, para mayor
    seguridad, se
    emplean la segunda fase de absorción sobre carbón y
    la ósmosis inversa y, finalmente, se añade
    dióxido de cloro para obtener un agua de calidad
    máxima.

    Fosa séptica

    Un proceso de tratamiento de las aguas residuales que
    suele usarse para los residuos domésticos es la fosa
    séptica: una fosa de cemento,
    bloques de ladrillo o metal en la que sedimentan los
    sólidos y asciende la materia flotante. El líquido
    aclarado en parte fluye por una salida sumergida hasta zanjas
    subterráneas llenas de rocas a
    través de las cuales puede fluir y filtrarse en la tierra,
    donde se oxida aeróbicamente. La materia flotante y los
    sólidos depositados pueden conservarse entre seis meses y
    varios años, durante los cuales se descomponen
    anaeróbicamente.

    10.
    Conclusión

    A través de este trabajo, aprendimos que el agua
    es el compuesto más abundante en la naturaleza. Cada
    molécula está formada por un átomo de
    oxigeno y dos
    de hidrógeno, unidos por enlaces covalentes polares que
    forman entre sí un ángulo de 105º.

    El agua constituye un 70% de nuestro cuerpo.
    Además es insípida, incolora e inodora y es un
    recurso renovable en peligro por culpa de la actividad humana, ya
    que toda agua pura procede de la lluvia.

    La contaminación puntualmente es la que procede
    de fuentes localizadas y es controlada mediante plantas
    depuradoras. Pero ninguna medida de control será efectiva,
    sino va acompañada de disposiciones destinadas a reducir
    la cantidad de residuos y a reciclar todo lo que se pueda. Por
    esto es importante concientizar a la población para que
    cuide nuestro recurso, ya que existe desde tiempos
    prehistóricos y el hombre
    siempre se ha establecido cerca de lugares de fácil
    abastecimiento de agua, porque esta es una necesidad
    básica para el desarrollo de
    la vida y hay que mantenerla incolora, insípida e inodora
    De lo contrario (si el agua estuviera contaminada y no presentara
    las características anteriormente mencionadas)
    provocaría enfermedades como diarrea
    aguda, lesiones en el hígado y en los riñones, etc.
    Y no solamente a los humanos, sino que también a los
    animales al ingerirla y a las planta al absorberla.

    11.
    Anexos

    Un análisis del agua del Riachuelo

    El ecólogo David Kuczynski, especialista en
    contaminación hídrica, realizo un estudio tomando
    muestras en cuatro puntos del Riachuelo: la Boca y los puentes La
    Noria, Victorino de la Plaza y Pueyrredon. El resultado del
    análisis es el siguiente:

    Oxigeno disuelto: Indica la ¨salud¨ del agua. Un
    río sano supera los 8 mg por litro y los peces mueren
    cuando hay menos de 4,5. Las cuatro muestras analizadas rozan la
    anoxia (falta total de oxigeno).
    Fluctúan entre 0,3 (en Abellaneda, donde hay más
    fabricas) y 1. Se detectaron microorganismos que no consumen
    oxigeno y que suelen metabolizar el sulfuro de hidrógeno,
    causante del típico olor a ¨ huevo podrido
    ¨.

    Bacterias coliformes: su hábitat natural es el
    intestino humano y su presencia en el río indica
    contaminación cloacal. Para que el agua sea potable no
    debe tener más de 2/100 ml (dos bacterias cada 100
    mililitros) y para que un rió sea factible de potabilizar
    no puede superar los 5.000/ml En el riachuelo fluctúan
    entre 2.400.000 y 7.900.000 ml. Este ultimo índice tomado
    en puente La Noria señalaría una mayor descarga de
    desechos cloacales.

    Cromo: el agua dulce virgen tiene menos de un microgramo
    por litro. La ley permite
    arrojar cromo por los desagües hasta un máximo de 2
    por litro. En el riachuelo se detectaron de 20 a 45 por litro.
    Las curtiembres y los talleres de cromado son los que más
    aportan. La alta concentración de cromo irrita las mucosas
    y produce graves daños e intoxicaciones.

    Fenoles: la ley establece un
    limite de 1 microgramo por litro para la protección de la
    vida acuática. Las muestras oscilan entre 27 y 52 por
    litro, registrándose el máximo a la altura de
    Avellaneda. Los fenoles, altamente tóxicos, provienen de
    desechos que arrojan químicas, petroleras, papeleras,
    textiles, plásticas y fabricas de pintura.
    Además de matar a la fauna provocan
    sabor y olor desagradable.

    PH (índice de acidez): Los valores
    hallados son aceptables. Las muestras están entre 7 y 8
    unidades de p. Pero, en realidad, la cantidad y variedad de
    compuestos del agua es tan grande que las sustancias que elevan
    los índices de ph. podrían estar
    neutralizándose entre sí.

    12.
    Resumen

    En este trabajo se pueden encontrar factores que
    contaminan el agua, provocando un deterioro de este recursos
    renovable, el cual es más que indispensable en la vida de
    todo ser.

    Para detener este desastre, existen diversos
    procesos de depuración y potabilización del agua,
    los cuales requieren de cierta concientización de la
    población y una fuerte campaña de educación, para
    comprender su uso y efecto.

    En conclusión, en la monografía
    encontramos las herramientas
    que nos indican cómo utilizar este recurso sin devastarlo
    (desarrollo
    sustentable).

     

     

    Autor:

    Daniela A. Bujan

    Ins. Juan Mantovani
    Materia Recursos
    Naturales
    16 años

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