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Empresas con base tecnológica




Enviado por lumaga





    1.
    Introducción

    2.
    Una aproximación a la historia del desarrollo
    económico


    4. El perfil del nuevo tipo de
    empresa

    5. Tendencia a aumentar el contenido de
    información en los
    productos

    6. La situación industrial y la
    inversión en I & D en la
    región

    7. Experiencias de la
    región

    8. Aprendizaje de las experiencias en la
    región

    9. La asimilación de un
    modelo

    10. La
    financiación

    11.
    Definiendo
    objetivos

    12. Aprendiendo de las
    lecciones

    13 . El papel del
    Estado

    14. Resumen de las políticas a
    aplicar

    15. Recomendaciones prácticas para el
    SELA

     

    1.
    Introducción

    Con el nombre de empresas de
    base tecnológica se denomina en forma genérica un
    nuevo tipo de empresas de la etapa más reciente del
    desarrollo
    industrial en el mundo moderno. Esta denominación
    engloba múltiples interpretaciones. No se puede decir
    con propiedad
    que detrás de este concepto se
    defina algo homogéneo y con características particulares. Esta es una
    de las principales dificultades al aproximarse al estudio de
    este tema. En apariencia es un concepto novedoso, pero en el
    fondo no expresa una categoría que pudiéramos
    asir de manera precisa.

    La aproximación que se tendrá en este
    análisis, sobre la factibilidad
    del desarrollo de esta figura en Latinoamérica, se
    hará desde varios enfoques. El propósito es
    ubicarse en el contexto adecuado de aparición de esta
    modalidad empresarial. Intentemos, en primer lugar y a manera
    de introducción, una aproximación dentro del
    marco de la historia de la economía.

    2. Una aproximación
    a la historia del
    desarrollo
    económico

    A lo largo de su historia las sociedades
    humanas han desarrollado distintas formas de producción de bienes y
    servicios.
    Hoy, la denominación genérica de la forma
    dominante de producción es la de sistema
    capitalista. La génesis de este sistema data ya de
    varios siglos. Pero sus hitos más destacados comienzan a
    reseñarse a partir de la Revolución
    Industrial, durante la segunda mitad del siglo
    XVIII.

    La expansión y evolución de este sistema ha originado en
    cada uno de los entornos donde ha prosperado múltiples
    características. Los estudiosos del tema han propuesto
    diversas teorías. Desde el siglo XVIII, con la
    aparición de la Economía Política en
    Inglaterra y
    en Francia, se
    han abordado distintos tipos de análisis sobre el
    crecimiento de la riqueza de las naciones, para utilizar la
    preocupación central de uno de los primeros
    teóricos que se ocupa de estos temas: Adam Smith
    (1776). Desde esos tiempos y hasta el presente,
    múltiples han sido entonces las aproximaciones para
    comprender la dinámica de esta forma de producir bienes
    y servicios en la mayoría de los países del mundo
    entero.

    Sin embargo, lo que parece ser constante en casi todos
    los análisis es que este sistema vive en permanente
    crisis. Para
    unos, detrás de estas crisis se encuentran las razones
    que llevarán a su desaparición. Para otros, ellas
    son la expresión de los síntomas de la capacidad
    que tiene el sistema para renovarse de forma continua y de
    nutrirse de manera periódica.

    Estas crisis han sido caracterizadas, en cuanto a su
    duración, de distintas maneras. Unos autores han hablado
    de ciclos cortos (períodos de más o menos diez
    años) y otros de ondas largas
    (50 a 60 años). Uno de los autores que han desarrollado
    teorías sobre los ciclos largos se encuentra Kondratieff
    (1935). Este estadístico ruso de principios del
    siglo actual propuso una teoría bastante atractiva de
    explicación de los fenómenos que aparecían
    en el desarrollo del sistema.

    A pesar de su temprana y prematura desaparición,
    Kondratieff hizo un aporte fundamental para la
    comprensión de la dinámica del sistema. Aporte
    del que múltiples economistas occidentales son deudores.
    La presentación de los rasgos fundamentales y de manera
    esquemática de los principales aspectos del desarrollo
    de esta teoría pueden ser de mucha utilidad para
    enmarcar nuestro objeto de estudio.

    Kondratieff propone que el sistema desde la Revolución Industrial ha vivido varias
    crisis estructurales. Quienes han desarrollado esta
    teoría señalan que el primer ciclo u onda larga,
    denominado el primer Kondratieff, comienza con el desarrollo de
    la industria
    textil y la invención de la máquina de vapor,
    durante la segunda mitad del siglo XVIII. La aparición
    de la gran industria constituyó el paradigma
    económico de la época. El trabajo
    artesanal y la manufactura
    fue sustituido por la máquina. Esta nueva forma de
    producir para la época origina la existencia de mano de
    obra barata, uno de los factores claves del modelo
    instaurado. Esta onda culmina en las décadas 30 y 40 del
    siglo XIX con otra nueva crisis que se caracteriza por la
    aparición de carbón como fuente de energía
    económica y el ferrocarril como medio de transporte
    masivo. El sistema pasa de ser un modo de producción a
    nivel nacional (Inglaterra, Francia) para expandirse a otras
    regiones.

    La aparición del sistema de libre competencia
    marca el
    comienzo del segundo Kondratieff. Este ciclo se cierra con una
    nueva crisis en los años 80-90 del siglo pasado. Tenemos
    entonces el inicio del tercer Kondratieff con el acero como
    factor clave del paradigma tecno-económico del ciclo que
    se inaugura (Pérez, 1983). Los oligopolios
    tendrán un papel
    fundamental que jugar en la dinámica del sistema de
    producción de este período.

    A finales de los años veinte y comienzos de los
    treinta de la actual centuria una nueva crisis marca el fin de
    este tercer ciclo y el inicio del cuarto Kondratieff. Sus
    rasgos más resaltantes son: una nueva y más
    barata fuente de energía, la fósil (el
    petróleo) y materias primas baratas, el desarrollo
    de la industria petroquímica y química
    orgánica, la producción en masa, la
    aparición de economías de aglomeración y
    de escala. Se crea
    la moderna ciencia de
    la administración, con Fayol (en
    Francia) y Taylor (en
    EE.UU) como sus principales exponentes en la teoría y de
    Ford (en EE.UU) en la práctica. El tipo de empresa de este
    período es la empresa
    transnacional que aprovecha las ventajas a su alcance, como son
    las economías de escala, para desarrollar sus mercados.
    Aparece con mayor presencia la intervención del Estado
    central en la economía. El sistema se hace mundial y se
    disputa mercados en cualquier región del mundo. Es el
    ciclo del sistema que más conocemos en
    Latinoamérica y en el cual aún hoy vivimos en la
    región.

    Con la aparición de la microelectrónica y
    la informatización (del microprocesador en los EE.UU.) y de un nuevo
    modelo de organización de la empresa (en
    Japón), a mediados de la década de los setenta de
    este siglo, se inaugura el comienzo del fin del cuarto
    Kondratieff y la aparición de un nuevo patrón
    tecnológico mundial (Pérez, 1995). Con esta nueva
    etapa se inicia en la pasada década de los ochenta el
    quinto Kondratieff, el actual. La producción flexible,
    la información barata, la aparición
    de redes y las
    economías de especialización, son los rasgos
    fundamentales de esta transición. Lo que se ha dado por
    llamar globalización, la lucha por la
    liberación de los mercados, la redefinición del
    papel del Estado, son los aspectos socio-institucionales de
    esta nueva etapa.

    3. Una hipótesis sobre el desarrollo
    empresarial

    De esta breve y preliminar aproximación se puede
    desprender, en principio, la siguiente hipótesis: a
    cada onda o ciclo largo corresponde un tipo
    característico de empresa. Es claro que la
    afirmación anterior puede ser matizada al señalar
    que las distintas formas empresariales se van acumulando en el
    tiempo; es
    decir, coexisten aún empresas de los ciclos u ondas
    anteriores. Debe quedar claro, también, que todas ellas
    han tenido su área de dominio
    tecnológico, a lo largo de la historia ello se puede
    demostrar con más detalle. Es decir, siempre se ha
    dispuesto del saber cómo hacer las cosas (la tecnología) y cómo ir incorporando
    conocimiento
    a la producción. No en vano un polémico pensador
    del siglo pasado denominó la moderna "ciencia de la
    tecnología" al resultado de la actividad
    científica transferido a la producción de
    mercancías (Marx, 1867).
    Pero formulemos de otra manera la hipótesis: lo que
    subyace detrás de todos estos cambios es la
    evolución y dominio del hombre, a
    través del conocimiento, sobre la naturaleza
    (la ciencia)
    y de cómo utilizarlo en su provecho (la
    tecnología).

    La denominación de empresas de base
    tecnológica es un término que se refiere al nuevo
    tipo de empresas que se ha venido desarrollando en la
    transición al nuevo ciclo del sistema capitalista en el
    ámbito mundial. Son empresas inscritas en el nuevo
    modelo o paradigma tecno-económico. Nuevas empresas que
    aprovechan la microelectrónica barata y la informática como factor clave para
    desarrollar sus mercados. Nuevas empresas que se basan en el
    dominio intensivo del conocimiento
    científico y técnico para mantener su
    competitividad.

    Este fenómeno se expresa, incluso, en una forma
    física
    de aglomeración de estas nuevas empresas. Es lo que se
    ha dado por llamar los parques tecnológicos, las
    incubadoras de empresas, o para decirlo en otras palabras las
    ciudades de la ciencia o tecnópolis.

    Desde hace ya algunas décadas la figura es
    conocida en los países desarrollados. El Silicon Valley,
    en California, o la Ruta 128 en Boston, ambos en los EE.UU.,
    son antecedentes importantes de la expresión de las
    nuevas minas y nuevas fundiciones de la economía
    informacional. La imagen es por
    demás sugerente. Lo que en un inicio ha sido una
    manifestación espontánea de un nuevo tipo de
    industrialización, desde la última década
    se ha convertido en la nueva modalidad de intervención
    del Estado en la economía. A tal punto que para
    Japón, por ejemplo, el único asunto considerado
    de Estado para los primeros años del próximo
    siglo es el relativo a la innovación científica y
    tecnológica. Son de este país los esfuerzos
    más importantes en planificar este nuevo tipo de
    desarrollo industrial, como veremos más adelante al
    analizar este caso.

    A lo largo del presente documento se estudian las
    experiencias más resaltantes de estas nuevas expresiones
    de industrialización. O mejor dicho, de los procesos de
    reindustrialización sobre la base de la alta
    tecnología. Se ilustra lo que han sido las experiencias
    tanto en países industrializados de larga data como en
    los llamados países de más reciente
    industrialización. Visto de otra manera, se centra en el
    examen de aquellos países representativos del desarrollo
    industrial, así como en lo que se ha dado por llamar,
    países en vías de industrialización, es
    decir, principalmente los países de la región
    latinoamericana.

    El objetivo
    final es diseñar un programa de
    estímulos de creación de la base empresarial
    vía la creación de este nuevo tipo de empresas en
    la región. Se examinan para ello las condiciones
    necesarias para delinear una política para la
    creación de este nuevo tipo de conglomerados. Se
    examinan los objetivos de
    desarrollo de este tipo de empresas o conglomerados de
    empresas. Se analiza la conveniencia de utilizar esta modalidad
    empresarial como instrumento de reindustrialización de
    algunos países de la región. O para utilizarlo
    como instrumento de desarrollo de aquellas localidades
    más deprimidas en otros países. O, en fin, como
    instrumento para desarrollar ambientes o medios
    innovadores en otros países.

    Como lo han señalado Castells y Hall (1994) en su
    lúcido estudio sobre el tema, la creación de
    estos complejos industriales puede tener estos objetivos de
    acuerdo al nivel de desarrollo en que se encuentre determinado
    país. Pero lo que es condición sine qua
    non
    es que estos nuevos complejos deben cumplir con unas
    características muy particulares para lograr su adecuado
    funcionamiento.

    4. El perfil del nuevo
    tipo de empresa

    Pero antes de pasar a examinar las experiencias de los
    países industrializados dejemos claro, aunque sea de
    manera esquemática, cuál es el perfil de este
    nuevo tipo de empresa basada en el
    conocimiento. De acuerdo a como lo formula con
    precisión C. Pérez (1986), la empresa de nuevo
    tipo posee rasgos característicos del nuevo paradigma
    tecno-económico, ellos son:

    5. Tendencia a aumentar el
    contenido de información en los
    productos

    Mayor capacidad de incorporar nuevas trayectorias en la
    mejora de los productos tradicionales, generando nuevos
    desarrollos de forma incremental. En este sentido, el nuevo
    tipo de empresas tiene una mayor capacidad para introducir
    más rápidamente cambios en el diseño de productos y procesos, con
    nuevos rasgos en términos de tamaño,
    versatilidad, adaptabilidad y programabilidad. No existe la
    rigidez de la producción masiva. Se trata en el nuevo
    paradigma, de una inteligencia
    distribuida.

    Los requerimientos e insumos materiales
    del nuevo tipo de empresa, constituyen una fuente motora de
    innovaciones radicales. Este rasgo es característico en
    la industria de componentes microelectrónicos, en la que
    la difusión de sus aplicaciones impulsa múltiples
    innovaciones radicales en productos, generándose
    prácticamente una red de innovaciones
    sucesivas.

    En el nuevo tipo de empresa la flexibilidad constituye la
    óptima práctica productiva. El carácter
    programable de los equipos permite superar la rigidez de las
    viejas plantas
    reduciendo la importancia de las economías de escala
    basadas en técnicas intensivas en capital de
    producción en masa, ya que se independiza la escala de
    producción de la escala de mercado.

    La especialización de los equipos, permite
    modificaciones más rápidas en los planes de
    producción, altísimos niveles de eficiencia en
    la fabricación de productos distintos, diversos modelos y
    volúmenes variables.

    Es característico en este nuevo tipo de empresa,
    el ahorro de
    energía y materiales, el reciclaje y
    la diversificación. El modelo ideal lo constituye la
    planta de ciclo cerrado, multiproducto sin efluentes,
    resolviendo el problema del agotamiento de los recursos
    naturales del paradigma anterior.

    El nuevo tipo de empresa, tiene un mayor dinamismo
    tecnológico, pudiendo integrarse el diseño al
    proceso
    productivo. La ingeniería de diseño, es ahora una
    función integrada al proceso productivo y constituye un
    factor clave en la productividad y
    en la competitividad de la empresa. Ello implica una integración entre los centros de investigación, desarrollo e
    ingeniería de diseño, ahora asociados
    estrechamente al proceso productivo jugando un papel crucial en
    la gerencia
    estratégica de la empresa.

    Otro rasgo característico del perfil de la nueva
    empresa, es la adaptación de la producción a la
    demanda,
    desarrollándose las condiciones para que la diversidad
    de la propia demanda multiplique la oferta de
    productos, y la posibilidad de inversión "aguas abajo" abriendo nuevos
    mercados, y "aguas arriba" en el diseño de equipos,
    componentes y factores motrices de crecimiento.

    La empresa basada en conocimiento tiene también un
    nuevo esquema organizativo. La
    organización tiende a la red integrada de los
    procesos, con marcado énfasis en las conexiones y en los
    sistemas de
    interacción y orientada a la coordinación
    tecno-económica global. Esta integración se
    extiende hacia el mercado con una mayor flexibilidad en la
    producción. Se logra así una adaptación en
    línea de la producción al mercado.

    Una vez mencionados los rasgos fundamentales de la
    empresa de nuevo tipo es importante señalar algunas
    distinciones importantes. No se debe confundir empresa de base
    tecnológica con empresa modernizada. Esta última
    aunque puede hacer uso de los recursos de la
    microelectrónica y de las nuevas formas organizativas
    puede pertenecer a períodos anteriores (p.e., la
    siderúrgica o la petroquímica), con
    tecnología madura en la mayoría de los casos, y
    lo que la distingue del nuevo tipo de empresa es la intensidad
    del uso del conocimiento científico y
    tecnológico.

    La situación en la región
    latinoamericana

    Examinemos las condiciones y situación de los
    países de Latinoamérica. Se destacan,
    además, algunas de las iniciativas de este género
    y se extrae, también, el aprendizaje
    preliminar de estas iniciativas.

    6. La situación
    industrial y la inversión en I & D en la
    región.

    Los rasgos que definen el patrón de
    industrialización y desarrollo en Latinoamérica,
    como señaló Fajnzylber (1989) para la CEPAL y en
    nuestra opinión aún vigentes en términos
    generales, en lo fundamental han sido los siguientes:

    A) Participación en el mercado internacional casi
    exclusivamente en la exportación de recursos naturales, la
    agricultura,
    la energía y la minería,
    junto a un déficit comercial sistemático en el
    sector de la industria manufacturera;

    B) Estructura
    industrial diseñada para servir al mercado
    interno;

    C) Aspiración a reproducir el modo de vida de los
    países industrializados;

    D) Limitada valoración social de la función
    empresarial y precario liderazgo
    del empresariado nacional, público y privado, en los
    sectores cuyo dinamismo y contenido definen el perfil
    industrial de cada uno de los países;

    E) Escaso desarrollo de la base
    científico-tecnológica endógena (ver tabla
    Nº 2), combinada con una enseñanza superior
    centrada en las carreras blandas, de heterogénea
    calidad y
    orientada hacia funciones de
    integración cultural de masas.

    En consecuencia, las empresas nacionales, en particular,
    son un eslabón débil dentro de la estructura
    industrial de los países latinoamericanos, en tanto que
    las empresas más fuertes, las multinacionales que operan
    en la región a través de diversas formas, tienden
    a poner escaso énfasis en las labores de I & D,
    prefiriendo importar tecnología y conocimientos y
    resolver los problemas
    más interesantes que deben enfrentar con sus equipos
    matrices de
    investigación y desarrollo experimental fuera del
    país. Este es el marco general en cuanto al aspecto
    industrial en la región.

    Se pueden presentar sobre el aspecto de I & D algunas
    cifras que permiten ubicarnos, también, en la
    situación local y más reciente y compararla a
    grandes rasgos con la situación de los países
    industrializados.

    Al examinar la tabla Nº 2 podemos constatar
    cuál es la ubicación de la producción
    científica en algunos de los países de la
    región latinoamericana, tanto en relación a la
    inversión realizada en I & D, como en la
    participación de esta inversión en el PIB de cada
    uno de los países. Asimismo, en esta misma tabla se
    presenta el número de publicaciones por millón de
    habitantes como un dato importante para indicar la capacidad y
    productividad de la actividad científica de los
    países de la región.

    Un dato adicional: sí estos datos los
    contrastamos con los que aparecen en la tabla Nº 3 nos
    damos cuenta que los científicos latinoamericanos pueden
    llegar a ser más productivos que los de Europa y
    Estados
    Unidos a pesar de las condiciones de precariedad en que
    realizan sus actividades científicas.

    Toda esto permite llamar la atención sobre una de
    las fortalezas existentes para avanzar en un programa de
    industrialización basado en la capacidad de generar
    conocimiento en la Región. Sin embargo, la debilidad que
    se pone en evidencia en estos datos es la baja inversión
    relativa que se realiza en los países latinoamericanos
    en ciencia y
    tecnología, si ello lo contrastamos con las cifras
    que ya se vieron supra, en la tabla Nº 1.

    Especial atención merecen los esfuerzos que se
    deben realizar desde el mundo de la producción y del
    Estado para mejorar estos indicadores,
    ya que sin una base de esta naturaleza es muy difícil
    construir un programa de ampliación empresarial
    utilizando el modelo de empresa de base tecnológica como
    ya se ha visto en los casos de los países
    industrializados.

    Tabla Nº 2: Inversión en
    Ciencia y Tecnología y Publicaciones Científicas en
    los principales países de Latinoamérica
    (1994)

    PAÍS

    MILLONES (US$)

    P.I.B. (%)

    PUBLICACIONES |
    DOCUMENTOS POR
    MILLÓN DE HABITANTES

    Argentina

    Brasil

    Chile

    Colombia

    Costa Rica

    Cuba

    Ecuador

    México

    Perú

    Uruguay

    Venezuela

    466

    3.179

    148

    106

    43

    171

    11

    961

    106

    18

    200

    0.80

    0.89

    0.52

    0.60

    0.89

    0.85

    0.11

    0.35

    0.23

    0.20

    0.45

    62.1

    26.4

    92.0

    16.5

    38.5

    15.3

    6.1

    19.3

    8.5

    32.0

    27.1

    Tabla Nº 3: Cuadro comparativo de la
    inversión en investigación

    P.I.B

    INVERSIÓN

    %

    PUBLIC.

    EFECTIVIDAD

    América Latina

    715

    3.22

    0.45

    1.4

    43.5 %

    Estados Unidos

    5.362

    155.50

    2.9

    35.8

    23.0 %

    Europa

    4.862

    97.24

    2.0

    27.7

    28.5 %

    7. Experiencias de la
    región

    Desde la década de los ochenta, en
    Latinoamérica, han prosperado, en mayor o menor grado,
    algunas iniciativas para desarrollar conglomerados de empresas
    de alta tecnología o de base tecnológica. Se han
    seleccionado los casos de Brasil,
    Chile,
    México y Venezuela
    como una manera de presentar los distintos matices que en la
    región ha tomado el tema. Se tiene consciencia de la
    existencia de otras iniciativas también relevantes, pero
    el objeto no es la de presentar todas las experiencias, sino
    más bien mostrar las modalidades, todavía
    tímidas, de presencia de lo que se ha dado por llamar
    parques tecnológicos o incubadoras de empresas de base
    tecnológicas.

    Brasil

    El nacimiento de nuevas tecnologías ha estado
    ligado, en este caso brasileño, a la
    participación decisiva del gobierno, a
    través del financiamiento de proyectos
    movilizadores (relacionados con áreas consideradas
    estratégicas). Han sido proyectos espacialmente
    descentralizados que respaldan el poder
    militar, político y económico del Estado
    brasileño en los días actuales.

    Tanto en los polos con estructura
    organizacional informal (São Jose dos Campos y Santa
    Rita do Sipacaí, por ejemplo), como en los que poseen
    una entidad coordinadora formalmente constituida (Curitiba,
    Campina Grande, Florianopolis y São Carlos, para citar
    algunos casos), las nuevas tecnologías han estado
    siempre presentes. Los sectores abarcados han sido:
    aerospacial, bélico, nuevos materiales, electrónica, informática, telecomunicaciones, química fina,
    automatización industrial, mecánica de precisión, óptica e instrumentación.

    Los polos de modernización tecnológica y
    núcleos asociados, han agregado esfuerzos en el sentido
    de transferir el conocimiento disponible en las instituciones de enseñanza e
    investigación para el conjunto de la economía.
    Esto es, para los sectores llamados tradicionales, responsables
    de la producción en masa, como alimentación,
    textil, calzado, construcción y otros, áreas que
    hasta hoy no incorporan de forma significativa los avances
    tecnológicos internacionales.

    Se puede afirmar que los sectores tradicionales
    también se han beneficiado de la vinculación
    entre las universidades y las empresas, más de forma
    diferente a lo que ocurre en los polos científicos y
    tecnológicos. Las raíces del problema son otras,
    y en las industrias
    tradicionales, las relaciones entre las empresas y las
    instituciones de enseñanza e investigación se
    hacen más conflictivas y menos intensas. Estos sectores,
    no fueron clasificados como estratégicos y quedaron al
    margen de los desarrollos de ciencia y tecnología, por
    voluntad propia o por deficiencia del gobierno en
    priorizarlos.

    En un estudio realizado en el marco del Proyecto
    Universidad
    de São Paulo/COPPE/OEA:
    "Implementación de Parques Tecnológicos en
    América
    Latina", coordinado por el Programa de
    Administración en Ciencia y Tecnología (PACTo),
    fueron analizados los conglomerados de empresas de alta
    tecnología, entendiéndose por estos: "al
    nacimiento espontáneo, en una determinada área
    geográfica, de empresas que se caracterizan por el hecho
    de ser creadas por equipos de investigadores que, al participar
    en actividades de I & D, en universidades e institutos de
    investigación, absorben y dominan las nuevas
    tecnologías, así como también, perciben la
    existencia de mercados para nuevos productos o servicios que
    utilizarán aquellas tecnologías" (Dos Santos,
    1987).

    Los casos analizados en este estudio fueron:
    Región Metropolitana de São Paulo, Campinas,
    São Jose dos Campos y São Carlos. Los resultados
    del mismo permitieron desarrollar un modelo descriptivo de
    proceso de nacimiento y evolución del fenómeno
    estudiado. Dicho modelo está basado en cinco estadios de
    desarrollo por los cuales la formación de cada
    aglomerado recorre una trayectoria previsible.

    Estadio I: Capacitación de recursos
    humanos asociados a la investigación de alta
    calidad. Esta capacitación tiene como principal
    mecanismo de apoyo, las inversiones
    públicas en la formación de recursos humanos y el
    desarrollo de la investigación básica, en
    particular en las instituciones de educación superior como las
    universidades.

    Estadio II: Consolidación de áreas de
    investigación. Vencidas las turbulencias del primer
    estadio guiados por el liderazgo de un investigador,
    éste pasa a ser gerente de
    proyecto, se estructura así el área de
    investigación con el apoyo de inversiones
    públicas en investigación básica y
    aplicada. Normalmente este estadio se da, en los grupos que
    cuentan con el liderazgo del gerente de proyectos, el cual los
    llevará a vencer las barreras que los separan de la
    siguiente etapa.

    Estadio III: Competencia en I & D. Surge aquí
    la figura del 'project champion', que más que un gerente
    de proyectos, es un investigador que tiene competencia y
    sensibilidad para percibir y negociar con el mercado,
    descubriendo estrategias
    competitivas de transferencia de tecnología para el
    sector productivo.

    Estadio IV: Creación de nuevas empresas de base
    tecnológica. Con el liderazgo del 'project champion',
    surge una nueva empresa, la cual buscará competir en los
    nichos de mercado creados por las nuevas tecnologías
    emergentes que fueron desarrolladas en la fase anterior. Creada
    la empresa, surge el emprendedor que sustituye o se confunde
    con el 'project champion'. La empresa comienza a separarse
    paulatinamente de la institución de investigación
    hasta que deja de ser dependiente de la misma, tanto en
    términos tecnológicos como financieros.

    Estadio V: Formación del conglomerado de empresas
    de alta tecnología. A partir del proceso de
    creación de la empresa, el cual es individualizado a
    nivel de cada grupo de
    competencia, ocurre un proceso natural de aglomeración,
    el cual conduce a la identificación de problemas comunes
    a las empresas. Surge una nueva figura, la del 'líder
    político', a nivel de la micro región.

    Este esquema es útil para identificar cómo
    se da el proceso de maduración de la transferencia del
    conocimiento a la producción de bienes y servicios. Sin
    embargo, puede ser interpretado de una manera lineal cuando el
    proceso es mucho más complejo en cuanto lograr el efecto
    de construir un ambiente
    innovador en la sociedad.

    Por otro lado, según los resultados de un estudio
    realizado por el Núcleo de Innovación
    Tecnológica/COPPE/Universidad Federal de Río de
    Janeiro, donde fueron analizados trece proyectos de parques en
    Río de Janeiro, se concluye que los mismos se
    caracterizan por una razonable diversidad de concepción,
    tanto a nivel de los objetivos, como en la estructura
    organizacional montada para su ejecución. Se observa,
    además, que el concepto de parque tecnológico es
    aplicado al caso brasileño con flexibilidad en
    relación a los modelos tradicionales de países
    más desarrollados.

    Las experiencias en curso en Brasil son todas muy
    recientes. Los primeros proyectos comenzaron en 1984, a
    través del programa de implementación de Parques
    del Consejo Nacional de Pesquisas (CNPq). Se señala que
    a pesar del reducido monto de recursos destinados al programa y
    las críticas que se puedan hacer a los criterios
    empleados, el programa del CNPq tuvo el gran mérito de
    difundir el concepto de parques, creando espacio para el
    nacimiento de proyectos espontáneos en diversas
    localidades.

    La distribución geográfica de los
    parques en este país, indica una preferencia a ciudades
    de porte medio (ya que las mismas presentan ventajas
    comparativas en relación a las grandes ciudades) para su
    localización, debiendo existir en la región una
    infraestructura de ciencia y tecnología compatible con
    las aspiraciones del proyecto.

    Otros factores que han incidido en el nacimiento de
    iniciativas de parques en Brasil son: el interés
    de los segmentos de la sociedad en buscar un espacio en el
    panorama industrial del país, las facilidades de
    comunicación y de locomoción y la
    mayor viabilidad de obtención de áreas bien
    localizadas para el proyecto.

    Chile

    Chile ha pasado en pocos años de una
    economía protegida y dependiente del Estado, a una
    economía abierta a la competencia internacional y donde
    el Estado se
    reserva un rol subsidiario en las actividades económicas
    y un rol solidario con los sectores más pobres de la
    población.

    El emprendimiento tecnológico chileno tuvo su
    origen vía 'tiraje del mercado'. Esto es la demanda por
    requerimientos tecnológicos que surge de la
    dinámica empresarial. Este proceso se inició en
    1984, cuando la opción de abrir la economía y
    exportar se hizo definitiva. En el mercado internacional los
    empresarios chilenos han aprendido a competir no sólo
    con los productos tradicionales, sino fundamentalmente con
    productos y servicios nuevos para el país.

    Las exigencias de competitividad se han traducido en
    requerimientos tecnológicos a ritmos crecientes que los
    empresarios han resuelto en buena medida, aún cuando la
    mayoría de las respuestas a dichos requerimientos no
    hayan sido encontradas en su país, sino por
    importación de tecnología.

    Por otra parte, las instituciones de ciencia y
    tecnología que han sido utilizadas por el sector privado
    han generado muy poca respuesta, ya que ella, parece ser, no
    han considerado apropiadamente sus requerimientos. El gobierno
    de Chile, como respuesta a esta situación, ha creado en
    los últimos años, mecanismos para fomentar el
    vínculo e interacción entre oferentes y
    demandantes de I & D, y articular, coordinar y financiar
    emprendimientos tecnológicos que produzcan innovaciones
    útiles para las empresas.

    Diversas universidades chilenas han elaborado proyectos
    en relación a los temas de incubadoras de empresas y a
    parques tecnológicos. La Universidad de Chile y la
    Universidad de Santiago tienen proyectos en estudio. Las
    universidades porteñas (Universidad de
    Valparaíso, Universidad Católica de
    Valparaíso, Universidad Técnica Federico de Santa
    María) llevan a cabo negociaciones con la idea de
    implementar conjuntamente un parque tecnológico en la
    localidad.

    Sin embargo, hay algunas experiencias. Entre ellas una
    experiencia importante de creación de empresas de base
    tecnológica en Chile, que merece ser destacada, la
    constituye la creación de una pequeña empresa por
    parte de la Universidad de Concepción, destinada a
    producir y comercializar hidroxilapatita macroporosa (producto
    usado en odontología). Se trata de un producto
    conocido sobre el cual esta Universidad tiene clara ventajas de
    costos y
    calidad. No obstante, los resultados después de dos
    años en el mercado internacional, no han sido del todo
    alentadores.

    La experiencia de la Fundación Chile, merece una
    atención especial en este punto. La Fundación
    Chile, creada a mediados de la década de los años
    setenta, es una entidad privada sin fines de lucro,
    especializada en la transferencia de tecnologías ya
    probadas en otros países. La misma, ha evolucionado
    significativamente desde que inició sus operaciones en
    1976, adaptándose a las oportunidades que ha ido
    identificando. En la actualidad trabajan en ella 250 personas a
    tiempo completo y un número mayor de consultores y
    expertos chilenos y extranjeros que ejecutan trabajos
    específicos por períodos limitados.

    La Fundación dispone de un patrimonio
    importante aportado por sus fundadores (cincuenta millones de
    dólares americanos), lo cual le confiere una
    autonomía que ha sido decisiva para su desarrollo,
    contando además con el apoyo del gobierno para resolver
    problemas propios de su operación.

    Una de las características del modelo
    institucional de Fundación Chile, ha sido su fuerte
    especialización en los sectores de la economía
    seleccionados durante sus primeros años de
    operación, sobre la base de sus ventajas comparativas y
    competitivas, tanto de la institución como del
    país. Fundación Chile, aporta tecnologías
    y servicios a tres de los sectores de mayor dinamismo y
    potencial de crecimiento de la economía chilena:
    Agroindustrial, Forestal y Recursos Marinos.

    La Fundación ha desarrollado y empleado con
    éxito un mecanismo que consiste en la creación de
    empresas comerciales demostrativas de las ventajas
    técnicas y económicas de una tecnología
    nueva, en un medio determinado, aún cuando ésta
    ya ha sido utilizada en otro país; lo cual resulta
    atractivo, por cuanto disminuye el riesgo al
    permitir al empresario observar la tecnología operando
    en su medio, antes de decidir invertir en ella (Cordúa,
    1994).

    Pero se trata aquí de una experiencia más
    bien de importación de tecnología que de promoción de empresas de base
    tecnológica. De esta manera se infiere que Chile a pesar
    de su alto desarrollo científico y empresarial tiene muy
    poca experiencia en materia de
    conglomerados de alta tecnología.

    México

    En México, la colaboración entre
    instituciones de I & D y empresas se encuentra en un
    estadio intermedio. Se están acumulando experiencias
    sobre educación continua, prestación de servicios
    y en mucho menor grado, licenciamiento y realización de
    proyectos bajo contratos. Por
    otra parte, existen experiencias exitosas de formas
    "superiores" de cooperación, pero éstas
    aún son bastante aisladas y se encuentran en etapas
    tempranas de desarrollo. Señalemos algunas de
    ellas.

    El Centro para la Innovación Tecnológica
    (CIT), de la Universidad Nacional Autónoma de
    México (UNAM), creado en 1983, es la iniciativa
    más completa de interacción universitaria con el
    sector productivo de México. Entre sus actividades
    fundamentales se destacan aquellas referidas a: creación
    de la red de núcleos de innovación
    tecnológica y a la promoción de nuevas estructuras
    para la vinculación.

    El CIT promovió un proyecto de descentralización de las actividades de
    apoyo a la transferencia de tecnología, desde 1984, el
    cual consistió en crear una serie de pequeñas
    oficinas que comenzaron a operar directamente en dependencias
    universitarias con actividades de investigación
    tecnológica muy intensas. Así, fueron creados en
    ese mismo año, los núcleos de innovación
    tecnológica de las facultades de medicina y
    química, y de los institutos de investigaciones
    biomédicas e investigaciones de materiales. Con
    posterioridad se incorporaron a la red el Instituto de Biotecnología, la Escuela
    Nacional de Estudios Profesionales de Zaragoza y la Unidad
    Académica de Diseño Industrial. Estos
    núcleos son autónomos y han contribuido de manera
    importante a la cuota de tecnologías transferidas por la
    UNAM hacia el sector empresarial.

    En relación a la promoción de nuevas
    estructuras de vinculación, el CIT ha promovido la
    creación de: Centro de Tecnología
    Electrónica e Informática (CETEI) conjuntamente
    con la Cámara Nacional de la Industria
    Electrónica y de Comunicaciones Eléctricas; y el Parque
    Tecnológico de Morelos e Incubadora de Empresas con Base
    Tecnológica: IEBT-CICESE y SIECYT-UNAM.

    La historia del Parque Tecnológico Morelos ha
    mostrado que es muy difícil concertar un proyecto de
    esta envergadura sin cumplir antes ciertos pre-requisitos.
    Entre ellos: que exista interés de las empresas por
    participar; que se cuente con un compromiso de largo plazo para
    realizar un proyecto de esta naturaleza; que haya liderazgo
    asumido al máximo nivel político; y que se
    disponga de fuentes de
    financiamiento que aporten capital de riesgo abundante y
    oportuno, que permita aplicar una visión
    estratégica sobre el desarrollo regional y las
    industrias de alta tecnología (Solleiro, 1993).

    En México, existe apenas una incipiente
    experiencia en la creación de incubadoras, y sus
    resultados aún son muy limitados. La Incubadora de
    Empresas con Base Tecnológica, Centro de Investigación Científica y de
    Educación Superior de Ensenada, Baja California
    (IEBT-CICESE), corresponde al programa formal de
    incubación de empresas que tiene mayor tiempo operando
    en México (desde 1990). La orientación de los
    proyectos de la IEBT debe ser en preferencia para empresas en
    algunas de las siguientes áreas: electrónica,
    telecomunicaciones, óptica, opto-electrónica,
    biotecnología y alimentos,
    diseño mecánico, diseño asistido por
    computadora
    (CAD) y mecánica de precisión y servicios
    tecnológicos en geofísica, sismología y
    oceanografía. Hay en la incubadora siete empresas de
    base tecnológica, pero tiene capacidad para albergar de
    25 a 30 empresas.

    Por otra parte, en el seno del CIT, ha surgido el Sistema
    Incubador de Empresas Científicas y Tecnológicas
    de la Universidad Nacional Autónoma de México
    (SIECYT-UNAM), creado en 1992, en instalaciones provisionales y
    que ha dado origen a cuatro empresas de base
    tecnológica. Entre los objetivos específicos de
    este programa se contemplan: la creación de un sistema
    nacional de estímulo orientado al empleo de la
    tecnología y de otros resultados de la
    investigación aplicables a la producción de
    bienes y servicios dentro de un marco institucional
    explícito; el proporcionar un nuevo instrumento para
    efectuar la transferencia de tecnología generada en la
    UNAM; y el convertirse en un medio que a la vez que exalte la
    excelencia académica y permita incorporar a la ciencia,
    a la tecnología y a las actividades emprendedoras dentro
    del conjunto de valores
    culturales de la sociedad. El sistema incubador prevé
    una orientación multisectorial, aunque en general las
    áreas más favorecidas para los servicios de
    incubación incluyen: electrónica,
    informática, mecánica de precisión,
    química fina, telecomunicaciones, robótica, biotecnología, salud y nuevos
    materiales.

    Venezuela

    La experiencia de este país en esta materia tiene
    dos aspectos importantes que destacar. En primer lugar, se
    encuentran las iniciativas de modalidades empresariales y de
    vinculación con el entorno promovidas desde las
    universidades. Y, en segundo lugar, las decisiones y acciones del
    gobierno central en la promoción de conglomerados de
    empresas de base tecnológicas, a través de la
    figura de parques tecnológicos.

    En lo que se refiere a las experiencias de
    creación de empresas de base tecnológica desde
    las universidades están data de principios de los
    años ochenta. La Universidad Central de Venezuela UCV
    fue pionera en este aspecto. En 1984 se fundó la primera
    empresa de esta naturaleza en este país: Tecnidec,
    promovida por la Fundación UCV y la propia UCV (Marcano,
    1985). Es importante señalar que años antes se
    habían creado empresas en las universidades venezolanas
    (en particular, en la Universidad de los Andes), pero ellas
    tenían carácter de empresas rentales y no de base
    tecnológica. En la actualidad, la UCV posee una docena
    de empresas de esta naturaleza y han aparecido otras
    modalidades empresariales con participación de los
    investigadores en la estructura accionaria. A la empresa
    universitaria le toca aún un largo camino por recorrer y
    múltiples obstáculos que sortear, sobre todo en
    los campos financieros y culturales dentro y fuera de la
    universidad.

    Otras universidades han seguido el ejemplo de la UCV,
    pero utilizando otras modalidades. Los casos más
    resaltantes son los de la Universidad Simón
    Bolívar (USB) y de la
    Universidad de los Andes (ULA). La primera ha creado una
    fundación para promover la prestación de
    servicios y la realización de proyectos de I & D
    para el entorno social y económico y, además, ha
    promovido con respaldo del Estado la fundación de un
    parque tecnológico en el área de Sartenejas,
    aledaña a la capital del país. Por su parte, la
    ULA ha desarrollado iniciativas de empresas y parque en la zona
    occidental del país, en particular en Mérida.
    Destaca en esta última la existencia del CITEC que,
    funcionando desde hace pocos años (1991), ha logrado
    penetrar lentamente el mercado de equipamiento médico
    quirúrgico para intervenciones de
    traumatología.

    Las universidades del Zulia (LUZ) y Nacional
    Experimental Politécnica (núcleo de
    Barquisimento, Edo. Lara), conjuntamente con las autoridades
    locales y nacionales han promovido iniciativas de parques
    tecnológicos en cada una de sus localidades al occidente
    del país. Ambas experiencias son aún incipientes
    a pesar del apoyo financiero recibido. Se debe esperar
    más tiempo para medir en forma adecuada sus
    resultados.

    Las necesidades de recursos frente a la crisis
    económica, ha obligado a otras universidades del
    país, en particular a las públicas, a generar
    modalidades más o menos similares de búsqueda de
    mecanismos para la generación de ingresos
    adicionales al presupuesto
    asignado por el Estado para su funcionamiento. Sin embargo,
    estas iniciativas no han sido promovidas, en forma consciente,
    para la constitución de empresas destinadas a
    explotar los resultados de I & D. Más bien han
    aparecido como un camino para utilizar la capacidad ociosa en
    la prestación de servicios utilizando el personal
    disponible (de alto nivel y con experticia), pero con poca
    consciencia de su potencialidad para generar empresas de base
    tecnológica. La dirigencia universitaria y los
    potenciales actores (los investigadores) no han prestado
    suficiente atención a esta realidad de desarrollo del
    sistema empresarial moderno.

    En cuanto a las decisiones del gobierno en la
    promoción de parques tecnológicos, la iniciativa
    data de 1989. El Consejo Nacional de Investigaciones
    Científicas y Tecnológicas (CONICIT) viene
    promoviendo y dando respaldo institucional a la creación
    de esta modalidad de conglomerados empresariales. El CONICIT,
    ha utilizado la capacidad e iniciativa de las universidades
    para promover esta figura en el país, pero con poca y
    desigual intensidad. La participación empresarial ha
    sido escasa y sólo se ha logrado interesar a las
    autoridades locales y estatales de las áreas
    geográficas donde han aparecido los parques. La
    experiencia es, también, todavía incipiente y la
    evaluación realizada sobre el particular
    no es concluyente (Seaton y Pittaluga, 1995).

    La dificultad a corto plazo, que tienen todas estas
    iniciativas es la no existencia de la figura institucional de
    capital de riesgo. Desde la desaparición del Fondo para
    la Innovación Tecnológica (FINTEC), en apariencia
    por la falta de demanda de los créditos que éste
    ofrecía, no se dispone de ninguna modalidad formal para
    la financiación de empresas de base tecnológica.
    Sólo el propio CONICIT, a través de su Dirección de Fomento Tecnológico,
    ofrece financiación limitada a estas iniciativas. Pero,
    además, con poca compresión conceptual sobre el
    tema.

    El otro aspecto que se debe destacar de la experiencia de
    este país es el poco ambiente que existe para valorar
    estas iniciativas. Esto sucede más bien por
    desconocimiento social del potencial del conocimiento
    científico y tecnológico en la generación
    de empresas innovadoras y de beneficios económicos.
    Situación ésta común en todos los casos
    estudiados de la región.

    8. Aprendizaje de
    las experiencias en la región

    De la situación y experiencias de
    Latinoamérica podemos extraer algunas enseñanzas
    importantes. Ellas pueden ser presentadas en cuanto a la
    asimilación del modelo, al papel del Estado, de las
    universidades, de la financiación, de la
    organización social y del tiempo transcurrido. En todos
    estos aspectos hay un aprendizaje importante, a pesar de lo
    limitado de las experiencias existentes.

    9. La
    asimilación de un modelo

    El primer aprendizaje que se debe poner de relevancia es
    el relativo a la asimilación precaria, del sentido y
    concepto de la empresa de base tecnológica y de los
    conglomerados que las agrupan (parques, tecnópolis,
    etc.). Como sucede con frecuencia el traslado de las
    experiencias de los países industrializados a los
    nuestros ha sido incompleta y en cierto sentido deformada. Un
    indicador ha sido que, con la excepción de Brasil, pocas
    son las reflexiones teóricas en esta materia. Otro
    indicador es el poco peso que han tomado a nivel social este
    tipo de iniciativas. Parece que el tema es sólo
    preocupación de algunos entendidos. El aprendizaje es,
    con frecuencia, lento, pero es posible que en un futuro mediato
    la comprensión sobre esta materia pueda ser más
    amplio que el actual.

    El rol del Estado.

    En lo que se refiere al papel del Estado, la
    situación descrita muestra que la
    voluntad política para emprender este tipo de
    desarrollo, a pesar de estar presente en algunos casos, es
    aún limitada. Las ideas dominantes sobre
    industrialización que tienen los gobiernos de la
    región, tanto a nivel central como local, corresponden a
    modelos de etapas anteriores y superadas del desarrollo del
    sistema capitalista. La promoción de inversiones, sobre
    todo de origen extranjero, en industrias tradicionales es el
    denominador común de casi todos los discursos y
    deseos de los dirigentes de la región . Se requiere, en
    este aspecto, un cambio
    importante de mentalidad de esta dirigencia política y
    económica. Como se ha visto en todos los casos de los
    países industrializados la intervención del
    Estado en diferentes formas ha sido constante. Bien por la
    vía de la demanda, como en los EE.UU., o directamente
    como en el caso japonés. Sin embargo, en lo que se
    refiere al respaldo del Estado a la I & D, este se ha
    mantenido a través del tiempo pero con poca intensidad
    (situación que se repite en todos los países de
    la región). Se requiere, entonces mayor presencia del
    Estado (tanto central como local) en la promoción de
    iniciativas empresariales de nuevo tipo en
    Latinoamérica.

    La actuación de las universidades.

    La universidades han asumido un papel activo, pero
    aún tímido, sobre la promoción de
    iniciativas empresariales de nuevo tipo. Se puede afirmar que
    han sido las únicas instituciones en instruir el
    valor y el
    potencial del conocimiento disponible. Pero lo que es
    importante es poseer este conocimiento acumulado. Sin él
    no se puede promover iniciativas exitosas en esta área.
    El crecimiento de las actividades de investigación y
    desarrollo es aún limitado en la región. Como
    vimos más arriba la inversión en I & D es
    limitada y sí a ello se suma la casi ausencia de
    inversión en estas tareas de parte de las empresas
    privadas, el panorama es peor aún. No puede descansar
    sólo en las universidades esta responsabilidad. Aisladas es muy poco lo que
    pueden hacer, como lo ha demostrado la práctica hasta
    ahora en la mayoría de los casos analizados.

    10. La
    financiación.

    La totalidad de la financiación de las escasas
    iniciativas han provenido del Estado. La figura del capital de
    riesgo ha estado ausente de forma institucional. Por tanto, las
    pocas empresas innovadoras no han sido alimentadas con capital.
    La situación también es precaria en este sentido.
    Son pocas las cosas que se pueden hacer ya que las limitaciones
    impuestas por las deudas nacionales y las crisis
    económicas que viven los países de la
    región dejan muy pocas posibilidades de destinar
    importantes recursos propios a estas actividades. Una salida
    puede ser echar mano a préstamos de los organismos
    multilaterales para financiar estas actividades y, en
    particular, las referidas al fortalecimiento de la capacidad de
    investigación científica y tecnológica
    local.

    El ambiente social.

    En esta área la situación es nula en casi
    todos los casos. Los actores sociales son escasos y poco
    preparados para la innovación. En particular, los
    empresarios son pocos dados, en general, a correr riesgos
    alrededor de las actividades innovadoras. El nivel cultural y
    educativo de la población es aún bajo en los
    países de la región. Esfuerzos por elevar estos
    niveles deben ser hechos lo más pronto posible. De lo
    contrario la brecha entre los países industrializados y
    los latinoamericanos será cada día más
    amplia y con muy pocas posibilidades de salvarla ni siquiera a
    largo plazo.

    El tiempo.

    El último factor a considerar es el tiempo. En
    realidad todas las experiencias de la región son de
    reciente data. Sí a ello se añade el relativo
    poco respaldo que han tenido, es prematuro concluir sobre el
    éxito o fracaso de las mismas. Lo importante es que
    ellas se han iniciado y sí se impulsan podrán dar
    sus frutos a mediano y largo plazo. Es bueno recordar que
    cualquiera que sea el resultado de estas iniciativas siempre
    dejarán algo positivo para el país que las
    inicie.

    Como ya se ha señalado la región
    latinoamericana no ha sido ajena a las iniciativas en torno a la
    creación de figuras innovadoras del tipo parque
    tecnológico, de ciencia o incubadoras de empresas de
    base tecnológica. Aparte de las experiencias de los
    países descritas en el punto anterior, se conocen,
    además, acciones para instalar y desarrollar esta nueva
    modalidad de conglomerado industrial en otros países de
    la región. Casos como los de Cuba o
    Costa Rica,
    entre otros, se podrán agregar a un estudio más
    amplio sobre el particular. No se ha querido ser exhaustivos en
    la presentación de los casos de Latinoamérica, ya
    que no es el propósito del presente informe. Lo
    que interesa más bien es el examinar cuáles son
    las posibilidades de opciones y acciones para los países
    que integran el Sistema Económico
    Latinoamericano.

    Hacia el diseño de un programa de estímulos
    de ampliación de la base empresarial vía la
    creación de empresas de base tecnológica

    Antes de exponer el conjunto de recomendaciones que en el
    plano de políticas se pueden avanzar, es necesario
    hacer algunas acotaciones de interés general.

    En primer lugar, debe quedar claro que no existe una
    fórmula general para el éxito de un proyecto
    basado en la alta tecnología. Sobre todo tomando en
    cuenta que bajo la imagen de conceptos como parque
    tecnológico o ciudad de la ciencia se esconden
    realidades muy diversas. Lo que no cabe duda es que este tipo
    de conglomerado industrial será el indicador decisivo de
    la organización territorial que sostendrá los
    cimientos de la estructura industrial de las economías
    de los próximos años basadas en la
    información.

    Por otro lado, es importante señalar que la casi
    totalidad de los países de la región se
    encuentran apenas en lo que podemos llamar el primer nivel de
    desarrollo tecnológico. Es el nivel cuyo rasgo
    más destacado es la de una situación dominada por
    el hecho de atraer la inversión de empresas
    transnacionales, conjuntamente con la tecnología
    existente. Por tanto, la construcción de parques
    tecnológicos, incubadoras de empresas o ciudades de la
    ciencia, en estos casos, puede jugar un papel importante en la
    atracción de inversiones extranjeras. Más
    adelante se avanza en detalle acerca de las
    características de los diferentes niveles de
    desarrollo.

    11. Definiendo
    objetivos

    Se debe tener en cuenta que esta es la situación
    dominante en la región, pero no quiere decir que no se
    pueda avanzar rápidamente en el desarrollo
    tecnológico. Como hemos visto, el ejemplo de los
    llamados países de reciente industrialización es
    revelador de una voluntad de querer superar esta
    situación. El caso de España
    es muy importante en este sentido. Este país ante al
    reto de enfrentarse a una competencia feroz de sus vecinos a
    partir de 1992, cuando entraba en funcionamiento la Comunidad
    Económica Europea se vio obligado a desarrollar una
    capacidad tecnológica endógena para proteger su
    aparato industrial. En pocas palabras, saltó de la etapa
    de desarrollo tecnológico en que se encontraba hace
    apenas algunos años, a una etapa donde el
    fortalecimiento de su sistema
    científico-tecnológico ha sido condición
    necesaria para competir. De una manera similar han actuado los
    países asiáticos. Esto demuestra que es posible
    alcanzar rápidamente niveles de desarrollo
    tecnológico, si se tiene claro los objetivos que se
    persiguen. Examinemos los dos principales.

    1. En algunos casos (y tal vez sea el de la
    mayoría de los países latinoamericanos) el
    objetivo que se persigue es el de la
    reindustrialización; es decir, la creación de
    nuevos empleos en nuevas industrias que reemplacen a los
    antiguos empleos de antiguas industrias en decadencia. En
    algunos países de la región, se trata de empleos
    en sectores agrícolas o mineros básicos como
    resultado del desplazamiento de la población rural a las
    ciudades por el aumento de la productividad en el campo o en
    las minas. En otros países, también se trata de
    la sustitución de antiguas industrias básicas,
    extractivas y de manufactura, que han sido el resultado de
    antiguas formas de industrialización, de los ciclos
    económicos anteriores. Más adelante examinaremos
    las etapas de desarrollo que les toca seguir a los
    países que intentan su industrialización.

    2. El otro de los objetivos que se persigue, tal vez en
    menor grado en la Región, es el desarrollo local,
    entendido como el desarrollo de una localidad específica
    de un país determinado. Esto es, que producto de la
    situación de desplazamiento de establecimientos
    industriales de un área a otra se han creado diferencias
    regionales importantes que pueden ser resueltas mediante la
    utilización del expediente de la instalación de
    los parques o conglomerados tecnológicos. Por supuesto,
    esto significa llevar el crecimiento de estas nuevas industrias
    desde la región central hacia aquellas menos
    desarrolladas.

    Lo importante de estos objetivos es lo que se persigue en
    última instancia: la creación de sinergias y de
    un medio innovador en las sociedades que impulsan estos
    procesos. Por supuesto que hablar de sinergia no
    es fácil en el medio latinoamericano, pero asumamos que
    la mejor forma de considerarla es como la generación de
    nueva información de alto valor a través de la
    interacción humana. La sinergia en sí se puede
    convertir en objetivo, pero lo que se pretende es crear las
    condiciones para que una economía determinada entre en
    un constante ciclo innovador. El asunto es complejo. Sin
    embargo, es importante comprenderlo, ya que de ello depende el
    éxito de las iniciativas que se pueden emprender. El
    papel innovador de una sociedad va a depender de
    múltiples factores y su existencia histórica
    concreta de diferentes condiciones. Pero lo que se quiere poner
    de relieve es
    la búsqueda de la construcción de un ambiente
    innovador, por lo menos capaz de mejorar las condiciones de la
    producción de bienes y servicios en una región o
    país determinado.

    12. Aprendiendo de las
    lecciones

    Del examen de las lecciones de los países
    industrializados y de la iniciativas de la región, se
    pueden sacar algunos aprendizajes. Estas lecciones,
    también, son válidas para el diseño de
    cualquier política en esta materia. Es aprender de la
    experiencia ajena. Es lo que se ha hecho en el pasado, se hace
    en el presente y se hará con seguridad en
    el futuro. Pero también hay que aprender de cómo
    se ha aprendido. En muchos casos se ha copiado la forma y no lo
    esencial de los procesos. Se han reproducido más bien
    caricaturas de los procesos de otras latitudes. De igual manera
    puede suceder con esta modalidad innovadora de
    industrialización.

    Al iniciar un programa de creación de
    conglomerados de empresas de base tecnológica, el primer
    aspecto esencial a tomar en cuenta es, como ya se ha
    señalado, determinar cuál es su objetivo
    básico. En este sentido, la elección de
    prioridades es decisiva. Debe haber una transacción
    entre las prioridades nacionales y locales y entre los
    objetivos a corto y largo plazo. La elección
    tendrá, por tanto, implicaciones en las estrategias del
    desarrollo económico global de un país
    determinado.

    De acuerdo a la teoría económica un
    país puede pasar por tres etapas de desarrollo global y
    a los cuales corresponden características particulares
    en cuanto a las opciones a desarrollar en los aspectos
    referidos a la promoción de los nuevos conglomerados
    industriales de nuevo tipo. Veamos esquemáticamente
    cuales son estas etapas:

    Primera etapa: Los países que se encuentran
    en una primera etapa de desarrollo, asumen una estrategia que
    les permita atraer la inversión de empresas
    transnacionales, lo cual provoca la importación de
    tecnologías existentes y maduras. Es evidente que cuando
    se ha llegado a un cierto grado de desarrollo, comienza un
    proceso de competencia con otros países por la fuente de
    inversión, razón por la cual el país debe
    mantenerse perceptiblemente atractivo con respecto a la
    misma.

    En esta fase, la construcción de parques
    tecnológicos, de la ciencia o incubadoras de empresas de
    base tecnológica, puede jugar un papel importante en la
    atracción de inversiones extranjeras. Se debe hacer
    énfasis en la construcción de buenas
    edificaciones o buenos emplazamientos para construir un entorno
    atractivo; excelentes accesos por autopista y cercanos a un
    aeropuerto internacional; viviendas de calidad para los
    directivos y, principalmente, fácil acceso a mano de
    obra bien formada y motivada. Se da por descontado la
    existencia cercana de una universidad con tradición de
    investigación. O en su defecto, la existencia de
    vínculos con una institución de estas
    características.

    Segunda etapa: Cuando el país alcanza un
    nivel de desarrollo más elevado y la
    industrialización resulta general, define como
    estrategia el desarrollo de una capacidad que le permita
    mejorar la tecnología importada mediante
    combinación de innovación de productos y de
    innovación de procesos en cascada. Los países que
    se encuentran en esta etapa implementan un proceso de apoyo de
    mejora a la competitividad de las industrias existentes. En lo
    que respecta a la promoción a los parques
    científicos o tecnológicos, en esta etapa, debe
    hacerse énfasis en el acceso a una mano de obra con un
    alto nivel de formación universitaria y el Estado debe
    fomentar la investigación en áreas relacionadas
    con sectores objetivos de la economía nacional, como por
    ejemplo, agricultura, la energía u otra área de
    la actividad industrial donde se tengan algunas ventajas
    comparativas que puedan con seguridad convertirse en ventajas
    competitivas dinámicas.

    Tercera etapa: Los países que han llegado a
    esta etapa, aplican estrategias diferentes. En primer lugar,
    fomentan y fortalecen sus sistemas nacionales de I & D a
    fin de incentivar la generación de tecnologías
    propias y comenzar un proceso de identificación de
    tecnologías futuras que le sirven de plataforma a las
    nuevas concentraciones industriales. Aquí el papel del
    Estado se vuelve más complejo y sutil, promoviendo la
    investigación básica y sus aplicaciones en
    áreas prioritarias. Esto implica la expansión y
    mejora de universidades ya existentes y la creación de
    nuevas. Quizá una de las fases más difícil
    del proceso, sea la creación de vínculos entre
    los investigadores y la industria. Este factor puede ser
    determinante del éxito de los parques de la ciencia o
    tecnológicos y depende fundamentalmente, de la cultura
    académica e industrial predominante en el país
    que se considere.

    Las naciones industrializadas, han tenido que pasar de
    una manera u otra por estas etapas, en muchos casos durante
    largos períodos. Sin embargo, existen experiencias
    concretas, como ya se indicó, de saltos desde la primera
    etapa a la tercera en apenas una generación.

    13 . El papel del
    Estado

    A partir del análisis de la experiencia de los
    países que han alcanzado el éxito industrial, se
    desprende que el Estado juega un papel decisivo en el proceso
    de industrialización, aportando el entorno adecuado y
    las bases apropiadas para el desarrollo de empresas privadas
    competitivas. Para ello, el país debe tener claridad en
    relación a la posición que ocupa en la curva de
    aprendizaje y a los objetivos y estrategias a seguir a fin de
    pasar a un nivel más avanzado de desarrollo y de ser
    posible, saltar etapas dentro del proceso.

    La intervención del Estado resulta decisiva. El
    Estado debe aportar el entorno apropiado y la base apropiada
    para el desarrollo de empresas privadas vigorosas y
    competitivas. Asimismo, el estado debe fomentar la
    formación de personal de alto nivel (licenciatura y
    hasta doctorado). Además, el Estado debe incentivar
    deliberadamente la I & D en ciertos campos
    específicos relacionados con sectores objetivos de la
    economía. Para poder hacer esto hay que desarrollar la
    investigación básica académica
    (universitaria). Nunca es demasiado pronto para que un
    país comience a construir al menos un importante centro
    universitario dedicado a la investigación. Si lo hace en
    los primeros niveles de desarrollo industrial, mejor; las
    tradiciones de buena investigación no se construyen de
    un día para otro, esta tarea puede llevar varias
    décadas y debe estar preparada para el momento que el
    país necesite desarrollar su potencial innovador. Como
    vimos más arriba, alcance otras etapas de desarrollo
    distinta a la que se encuentra.

    En las distintas etapas de desarrollo es importante la
    elección de las industrias fundamentales para que
    actúen a manera de detonante. Ello también tiene
    que ver con la elección de la tecnología;
    más concretamente con el énfasis que se haga en I
    & D a nivel local. El criterio más recomendable es
    el de escoger aquella área en la cual un determinado
    país posee ventajas comparativas. Estas ventajas se
    pueden y deben convertir, por supuesto, en ventajas
    competitivas dinámicas. En el caso de los países
    industrializados, que se han analizado (en particular, Estados
    Unidos, Reino Unido y Francia), la demanda del sector militar
    actuó como detonante del desarrollo del nuevo tipo de
    empresa. Esto fue así hasta el punto de llegar a
    modificar, en el caso americano, el mapa industrial.

    Los países de la región poseen muy variados
    detonantes. Se puede mencionar a manera de ilustración: la extensa zona
    amazónica, común a nueve países
    sudamericanos. Esta zona dispone de un acervo de recursos y
    posibilidades que en si misma es suficiente para desarrollar
    múltiples posibilidades industriales de nuevo tipo.
    Entre ellas la biotecnología o la farmacología
    molecular, se pueden indicar sólo a título de
    ejemplo. De igual manera, cada país en concreto
    sabe cuales son sus potencialidades y en tal sentido puede,
    debe y tiene que actuar.

    El último aspecto a considerar es la
    cuestión del tiempo. Ya en las lecciones de los
    países industrializados, se ha señalado la
    importancia de la perspectiva a largo plazo. La
    construcción de conglomerados de empresas de base
    tecnológica no es una política cuyos resultados
    se puedan medir tras un corto lapso. Si se alcanza el
    éxito será algo que habrá que medir
    después de varias décadas. Se necesita un
    compromiso a largo plazo por parte de los gobiernos. Esta
    acción debe ser considerada de la misma forma que lo son
    otros elementos de una estrategia de desarrollo como la
    educación y la investigación científica
    con las cuales está íntimamente ligadas. Esto
    debe ser comprendido tanto por el sector público como
    por el sector privado.

    Debe quedar también claro que no se considera al
    Estado como una entidad monolítica. De ninguna manera lo
    es. Dentro de esta denominación se encuentran diferentes
    niveles que pueden comportarse de forma diferente. Esto debe
    ser considerado en el momento de establecer una política
    que pretenda estimular la creación de parques
    industriales de este tipo. Por ello debe tomarse en
    consideración las distintas instancias del Estado
    incluyendo en ellas a las universidades y a los institutos de
    investigación.

    Propuestas de opciones y acciones para
    Latinoamérica y el Caribe

    Se han señalado ya cuáles son las
    condiciones necesarias para disponer de una capacidad
    empresarial innovadora. En este sentido, se ha insistido en la
    necesidad de disponer de tres factores fundamentales:

    A) La materia
    prima necesaria: la información; es decir,
    conocimiento sistematizado llevado a la producción y con
    posibilidades de expanderse constantemente. Ya se dijo
    más arriba que el desarrollo del sistema capitalista
    tiene una línea común con el desarrollo de la
    investigación científica y tecnológica. A
    más conocimiento mayor avance en el dominio de la
    naturaleza y por lo tanto mayores posibilidades de aumentar la
    productividad de bienes y servicios.

    B) Un nuevo tipo de empresario, innovador a la manera
    como lo señala Drucker (1985), acompañado por
    personal de alto nivel, sobre todo en los campos de I & D y
    de las disciplinas profesionales vinculadas al nuevo paradigma
    tecno-económico (la computación, la ingeniería, entre
    otras); y

    C) Capital de riesgo para respaldar las iniciativas que
    muchas veces, con muy poca probabilidad
    tendrán éxito. En relación a esto
    último se debe señalar que en promedio de cada
    cien ideas, en apariencia novedosas, sólo una con
    seguridad podrá llegar al mercado con relativo
    éxito. Y cosa importante: esto se logra en la
    mayoría de los casos en lapsos de ocho a diez
    años.

    Ahora bien, en casi todos los países de la
    región la situación real es de carencia de todos
    estos factores necesarios para emprender una acción
    decisiva de esta naturaleza.

    Se sabe, además, que para que las economías
    sean competitivas hace falta capital, personal y capacidad de
    negociación. Por una parte el capital es
    escaso, basta ver el monto de la deuda externa
    que tiene acumulado los países latinoamericanos. Por
    otra parte, el personal calificado de alto nivel es
    también escaso y con tendencia a moverse hacia fuentes de
    mayor remuneración, de mejores condiciones de trabajo y
    de valoración social de sus actividades, en particular
    hacia los países industrializados. Por último, la
    capacidad de negociación ha sido a lo largo de la
    historia regional limitada; pero es esto lo que se puede en
    realidad desarrollar más rápidamente.

    Estas consideraciones resumen, en forma por demás
    esquemática, el ambiente y las condiciones, en
    apariencia no favorables para el diseño de una
    política hacia el fortalecimiento del parque industrial,
    a través de la figura de la empresa de base
    tecnológica. Sin embargo, es posible avanzar en esta
    dirección si se comprende cuál es el proceso,
    cuáles los detonantes y cuáles son las decisiones
    que se deben tomar. Además, de identificar los actores
    adecuados que tendrán roles importantes en el proceso.
    Se intentará a continuación, entonces, avanzar
    algunas propuestas que son sólo indicaciones generales
    sobre las políticas a seguir por los países de la
    Región.

    14. Resumen de las
    políticas a aplicar

    1. Se debe poseer una estrategia de desarrollo clara.
    Esto quiere decir que cada uno de los países debe
    evaluar cuál es su situación y en qué
    nivel de desarrollo se encuentra y a partir del resultado
    obtenido en la evaluación construir una estrategia de
    desarrollo a largo plazo. A cada nivel de desarrollo
    corresponde una acción determinada. Se pueden saltar las
    etapas, pero en cada una de ellas se deben usar los
    instrumentos adecuados. Esto parece en principio sencillo, pero
    en realidad no es fácil de abordar. Sobre todo por el
    cúmulo de ideas y preconcepciones que se tienen en torno
    al desarrollo económico, en general, o industrial, en
    particular. La ideologización del tema es abundante y
    las posiciones son en extremo maniqueas. Se debe, por tanto,
    hacer un esfuerzo por colocar la discusión en su justo
    término y en este sentido el camino más seguro es el de
    identificar cuáles son las ventajas comparativas que se
    poseen.

    2. Se debe invertir en las ventajas comparativas; cada
    país las posee y sobre ellas debe centrar sus esfuerzos
    en la creación del parque industrial. Al principio
    importando la tecnología necesaria, para desarrollar una
    infraestructura industrial que permita aprender cómo se
    hace para luego obtener un cierto grado de competencia propia.
    Ello se logra a través de la capacitación y
    calificación de la fuerza de
    trabajo. No se puede olvidar que la fuerza motriz de las
    empresas del nuevo paradigma es el conocimiento y este se
    encuentra en las personas. Las personas son las que conforman
    en definitiva el ambiente innovador, con el cual se genera la
    sinergia necesaria de las etapas superiores del desarrollo de
    las capacidades industriales en una localidad o país
    determinado.

    3. Para ello es necesario poseer una visión a
    largo plazo. Se ha insistido que los programas de
    conglomerados de empresas de base tecnológica (bien sean
    parques o incubadoras) son emprendimientos de largo alcance.
    Por tanto, la planificación de estas iniciativas debe
    considerar muy seriamente esta condición. No se pueden
    esperar resultados a corto plazo, sería un error de
    partida pensar en ello con visión de corto alcance. Ello
    conlleva a la necesidad de evaluar correctamente de
    dónde pueden surgir las innovaciones.

    4. Hay que identificar de dónde viene la
    innovación, para lo cual resulta decisiva la existencia
    de una relación investigación-industria, en ambos
    sentidos. Las universidades son claves en este proceso, pero no
    siempre. Ya se dijo que las universidades son buenos
    aceleradores del proceso, pero sólo cuando se trata del
    tipo adecuado de institución universitaria; es decir,
    aquella donde se ha desarrollado la investigación de
    excelencia. Las universidades pueden desempeñar su papel
    innovador si continúan siendo instituciones
    fundamentalmente autónomas, fijando sus propios
    intereses de investigación y estableciendo sus propios
    criterios de calidad científica. Los servicios a
    ultranza y la dependencia de fuentes de financiación
    externa hacen en extremo vulnerables a estas instituciones y a
    la larga minan la calidad de sus conocimientos y saberes. Por
    su parte, la industria es el locus por excelencia de la
    tecnología y por lo tanto actúa como demandante
    del conocimiento necesario para la resolución de sus
    problemas. Un empresariado que considere que la ciencia y la
    tecnología se pueden convertir en capital, es el actor
    principal de los conglomerados de empresas de base
    tecnológica. En su defecto, algunos investigadores
    pueden y deben convertirse en empresarios como efecto de
    demostración. La creación de unidades de
    transferencia de resultados de investigación, creadas en
    las universidades, puede ser un mecanismo idóneo en las
    primeras etapas de desarrollo de los programas de empresas de
    base tecnológica. Pero para que esto sea posible es
    importante poder comunicarse; es decir, recibir y trasmitir
    información.

    5. En tal sentido, se necesita construir las redes de
    información desde el principio, cuando se toma la
    decisión de crear el conglomerado de empresas de nuevo
    tipo. La información es la materia prima más
    importante y debe haber adecuados caminos para que ella pueda
    fluir. Al respecto, no hay modelo a seguir. Deben tomarse en
    cuenta las condiciones culturales de cada país o
    región. La forma más efectiva de
    transmisión de la información puede variar de un
    país a otro y los medios a utilizar variarán, en
    consecuencia, de caso a caso. No se debe perder de vista que lo
    buscado es la construcción de un ambiente
    sinérgico en una sociedad particular.

    6. En los países de poco desarrollo y gran
    concentración de recursos (materiales y humanos) en sus
    zonas metropolitanas, las estrategias de
    descentralización a corta distancia pueden facilitar el
    proceso. Por ejemplo, la construcción de parques
    tecnológicos o incubadoras de empresas en la periferia
    de la capital, donde casi siempre se concentran la
    mayoría de las condiciones para su desarrollo, pueden
    ser más efectivos que la de desarrollarlos lejos de las
    condiciones necesarias para estas actividades. Si por el
    contrario, se opta por una estrategia de larga distancia en el
    territorio nacional es necesario ser mucho más
    selectivo, concentrándose en una o dos áreas
    objetivo que puedan ofrecer las mejores perspectivas en
    términos de instalaciones; como son: la existencia de
    universidades con tradición de investigación,
    capacidad empresarial, tradición industrial y un cierto
    liderazgo político. Sin embargo, una política de
    dispersión tiene el riesgo de no conseguir el impulso
    buscado. Para ello hay que encontrar alicientes de
    carácter nacional.

    Como se ha señalado, en las experiencias de larga
    data en los países industrializados, los impulsos al
    nuevo tipo de empresa vinieron, en lo fundamental, del sector
    militar. La defensa nacional, o la competencia espacial en unos
    casos, ha jugado un papel muy importante en el desarrollo de
    muchas innovaciones en el pasado reciente. No obstante, no se
    puede pretender que este se convierta en el aliciente en los
    países de la región. Al menos no es un caso
    generalizable, aunque este factor juegue un papel importante en
    algún país en concreto. Los alicientes pueden
    provenir del interés nacional en cada caso. Así,
    los países que participan en el mercado mundial
    suministrando energía (fósil, como el petróleo) y cuyas economías se
    basan en esta capacidad deben desarrollar sus capacidades
    industriales, por ejemplo, en dos vertientes: una, aguas abajo
    en términos del desarrollo industrial pasando a la
    petroquímica y a la industria química
    orgánica; y dos, en el desarrollo de capacidades en el
    campo de las energías alternas, desarrollando
    actividades de I & D, con el fin de mantenerse
    competitivos. Esto es sólo un ejemplo de las
    posibilidades que tienen algunos países de la
    región; con igual lógica se puede afrontar la
    situación de otras naciones. Esta política puede
    permitir el desarrollo de nuevos nichos en el mercado
    concentrándose en las verdaderas capacidades disponibles
    en el país determinado. Sin embargo, esto último
    exige un examen detenido de las potencialidades disponibles
    tanto en el plano material como intelectual.

    8. Se necesita mucho tiempo para que un conglomerado de
    empresas de base tecnológica alcance un relativo
    éxito. Se alude a períodos mucho más
    largos de los que se está acostumbrado a considerar
    tanto en el plano empresarial como en el político. Hay
    que proceder con estos proyectos como cuando se cuida a un
    recién nacido en estado delicado. Por ello el
    término incubadora no es del todo desacertado.
    Señala el cuidado que por un largo lapso hay que tener
    con este tipo de programa. Es por ello que la tentación
    inmobiliaria es uno de los peligros que afrontan este tipo de
    desarrollo. Se debe, por tanto, preservar los objetivos del
    programa a como dé lugar a lo largo de su
    ejecución.

    9. Por último, pero no por ello menos importante,
    se debe evitar caer en el pesimismo ante el eventual fracaso de
    un proyecto en particular. Se puede afirmar que en ellos no
    puede estar presente semejante situación. Cualquiera sea
    el resultado siempre será mejor que la parálisis
    o no tener nada. Este tipo de emprendimiento siempre deja un
    fruto, tanto en lo material (unas instalaciones o unas empresas
    que sí prosperaron) como en lo intelectual (una
    capacidad fortalecida de pensar en problemas desde una
    universidad).

    Finalmente, y a manera de conclusión, la actividad
    de investigación se ha hecho cada día más
    presente en la vida moderna. Por ello como lo señalan
    Callon et al. (1994) esta actividad se ha convertido en el
    centro de todas las instituciones, bien sean empresas,
    universidades u organismos de gobierno. Ya no sólo se
    investiga para conocer lo desconocido y obtener conocimientos
    certificados. Se investiga, además, para resolver
    problemas de orden colectivo de un país en concreto como
    pueden ser la salud de su población, el ambiente, el
    prestigio de la nación, etc. Se hace
    investigación, también, para hacer competitivas
    las economías nacionales, para formar cada vez
    más y mejor personal de alto nivel, y en fin, para
    expandir el conocimientos a la población. La modalidad
    de empresa de base tecnológica es, entonces, una
    expresión más de esta realidad del fin de
    siglo.

    15. Recomendaciones
    prácticas para el SELA

    Con el fin de profundizar en las acciones posibles en la
    Región se propone al Sistema Económico
    Latinoamericano -SELA- tres acciones concretas para avanzar en
    el diseño e instrumentación de una
    política de estímulo de ampliación de la
    base empresarial, en particular la industrial, sobre la figura
    de la empresa de nuevo tipo o empresa de base
    tecnológica. En tal sentido, se propone:

    1. Generar un intercambio inicial entre especialistas y
    distintos niveles gubernamentales sobre la materia. Esta
    reunión podría tener un carácter de
    reunión exploratoria sobre el tema de
    industrialización y del uso de la figura de empresa de
    base tecnológica para estimular la ampliación de
    la base industrial en la región.

    2. Con posterioridad, promover la realización de
    un seminario
    internacional sobre el tema "Posibilidades de la empresa de
    base tecnológica para la ampliación de la base
    empresarial en la región latinoamericana". En
    este seminario participarían responsables
    gubernamentales en las áreas de planificación
    industrial, política
    económica y ciencia y tecnología.
    Además, de representantes empresariales y representantes
    del mundo de la investigación científica y
    tecnológica. El objetivo de esta reunión
    sería el de examinar el potencial regional para avanzar
    en la instalación de conglomerados de empresas de nuevo
    tipo en Latinoamérica. Se propone invitar también
    algunos representantes de los países desarrollados para
    que expongan los resultados obtenidos en sus experiencias y
    estudios.

    3. La promoción de un proyecto de
    investigación sobre las experiencias existentes,
    promoción de nuevo tipo de empresas o empresas de base
    tecnológica en la región, que permita conocer en
    mayor profundidad la dinámica de estos procesos. La
    finalidad de esta propuesta es la de profundizar en el estudio
    del tema por la vía de la medición de los efectos
    en los casos concretos ya funcionando y cuyos resultados puedan
    servir de termómetro para medir las posibilidades y
    particularidades en cada país. Un estudio de esta
    naturaleza podría recibir el apoyo de la ONUDI o de la
    Comunidad Económica Europea.

    4. Por último, se debe prestar atención y
    asistir, con representantes de alto nivel, a las reuniones que
    sobre el tema se realicen en la región y fuera de ella,
    cuando el tema así lo amerite. En tal sentido, es
    recomendable asistir a la V WORLD CONFERENCE ON SCIENCE PARKS,
    que se realizará en Río de Janeiro, Brasil, el
    próximo mes de octubre ( 29 al 31).

     

     

    Autor:

    Luis Martinez

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