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El Estado y la cuestión social en el período oligárquico




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    1.
    Introducción

    2. Política implementada por
    el estado en 1880-1912

    3.
    Conclusión

    4.
    Bibliografía

    1. Introducción:

    El propósito de este trabajo, tomando como
    referencia a la hipótesis de Suriano, es analizar el
    papel que
    desarrolló el estado en
    los años 1880-1912. En 1890 comienzan a desarrollarse
    actividades políticas-sindicales, en esta década
    la cuestión social empieza a manifestarse, llegando a su
    punto máximo en 1902 con la huelga general
    que paralizó el país en este momento, el Estado al
    ver que las relaciones socioeconómicas se complicaban,
    respondió como explica Suriano con una política dual:
    represiva y preventiva, con el objetivo de
    integrar a la mayoría de los trabajadores y a marginar a
    una minoría. Para Falcón entre ese año y
    1910, donde se produjo otra huelga general
    la cual culminó con la derrota del movimiento
    obrero, fue la etapa de mayor agitación social en la
    Argentina.

    Desarrollaremos principalmente la política preventiva
    que aplicó el estado, para
    esto daremos cuenta de las diferentes leyes y proyectos
    propuestos que se fueron dando en este período, como
    también citaremos la labor desarrollada por el DNT
    (Departamento Nacional del Trabajo) en esta
    situación.

    En 1880 la Argentina se
    encontraba en una situación de crecimiento
    económico, debido a que el país contaba con
    grandes extensiones de tierras dotadas de recursos
    naturales interesantes para ser explotados. Este modelo
    agroexportador significó una gran demanda de
    mano de obra y de capital
    extranjero por lo cual se abrieron las puertas a los
    inmigrantes.

    Estos fueron los intereses perseguidos por "la
    generación del ‘80", un grupo de
    intelectuales formados en los mismos colegios y en las mismas
    universidades que participaron de la transformación de la
    Argentina Moderna, caracterizada por un impulso de progreso y de
    profundos cambios sociales. Estas personas ocuparon cargos
    públicos, cátedras universitarias, misiones
    diplomáticas y actividades parlamentarias, participando de
    manera activa en la vida política.

    La Argentina se insertó en el mundo del consumo y de
    la producción, explotando las tierras, el gran
    recurso que le permitió ingresar en el mercado
    mundial.

    Según Cornblit, Gallo y O’Connell, la ola
    de inmigración proveniente del noroeste de
    Europa se
    sucedió en Estados Unidos a
    partir de 1830, llegando a este país gente con actitudes
    favorables hacia el progreso del industrialismo. Cuando la
    Argentina aparece como país receptor de la inmigración en 1880 se produce en este
    período un cambio a favor
    de inmigrantes originarios del sudoeste de Europa, con un
    gran atraso cultural, provenientes de países de estructuras
    agraria y pastoril.

    La masiva inmigración que ingresó en
    nuestro país, ocasionó problemas de
    hacinamiento, de salud, falta de
    infraestructura, etc. Según Zimmermann el estado intervino
    en estos problemas
    mediante la construcción de obras de salubridad, de
    viviendas y la asistencia pública, brindando
    atención médica a aquellos que no tenían
    recursos.

    Con respecto a la cuestión obrera, que comienza a
    manifestarse en 1890, la cual se expresaba en malas condiciones
    de trabajo, salarios
    mínimos, el estado no se involucraba y por lo tanto los
    trabajadores reaccionaron en forma de huelgas,
    boicots.

    CAPITULO I:

    2. Política
    implementada por el estado en 1880-1912

    Puede decirse que la inmigración fue un factor de
    esperanza para la cultura y la
    educación
    argentina, ya desde presidencias anteriores a 1880 como la de
    Sarmiento, se la quería promover. Sarmiento al imaginar un
    país moderno, obró en consecuencia, apoyando
    decididamente a la educación con la
    fundación de numerosas escuelas, para educar alumnos y
    para formar maestros, y por lo tanto aumentó la población escolar. En 1870 se
    promulgó la ley de bibliotecas
    populares. También se apoyó a la ciencia
    divulgando la idea científico-técnica como
    herramienta para superar el atraso y promoviendo la
    inmigración extranjera con políticas
    de colonización de vastas regiones del
    interior.

    Para la generación del ’80, la
    atracción del inmigrante europeo y su capital
    constituirían los factores fundamentales de un proceso de
    explotación de las grandes extensiones de pradera
    cultivable.

    Llegó al país entonces un tipo de
    inmigración que no fue la deseada por el gobierno
    argentino, pero aportó mano de obra barata. En este
    sentido la política de inmigración llevada a cabo
    fue amplia e indiscriminada.

    En Buenos Aires se
    establecieron la mayor cantidad de inmigrantes, ya que esta
    provincia era el centro del país y además en ella
    se encontraban los ingresos de
    capital, y estaba muy ligada a la ganadería, agricultura,
    comercio,
    etc.. Por lo tanto, constituía un gran atractivo a la
    masiva ola de inmigrantes. También, casi todas las
    decisiones políticas de la nación, estaban en manos
    de Buenos Aires y
    el poder de
    decisión de las demás provincias comenzó a
    decrecer.

    La gran cantidad de población en Buenos Aires trajo aparejada
    problemas de vivienda, salud, hacinamiento y en
    consecuencia altos índices de prostitución, criminalidad, mendicidad,
    alcoholismo,
    etc., constituyendo la "cuestión social". También
    se iba estableciendo la protesta obrera que se convirtió
    en el tema central de la llamada "cuestión
    social".

    Comenzaron importantes conflictos en
    las relaciones obrero-patronales, que encontró su primera
    manifestación cuando la municipalidad de Buenos Aires
    decretó el descanso dominical, solicitado por la Sociedad de
    Dependientes de Comercio, el
    mismo encontró oposición en los comerciantes e
    industriales que exigieron la derogación de la medida, la
    cual terminó prohibiendo el trabajo
    dominical sólo a los menores de 14 años.

    Durante las décadas de 1880 y 1890, el estado
    tuvo una actitud
    negativa frente a los conflictos
    laborales, los mismos no eran atendidos por el poder
    legislativo, pero luego los legisladores comenzaron a
    interesarse en aplacar la situación, ya que éstos
    problemas
    sociales podían impedir el ingreso de los inmigrantes
    al país y que en ese momento se encontraba vacío en
    cuanto a su población.

    En 1902 el conflicto
    social donde los obreros conformaban sus propias instituciones
    oponiéndose a la de los grupos
    dirigentes, llega a su punto máximo con la primera huelga
    general, que según Suriano "paralizó por primera
    vez la economía del país, afectando
    directamente los intereses de la burguesía
    agroexportadora".

    El estado comenzó a intervenir primeramente con
    la Ley de Residencia
    y otras medidas represivas y preventivas: "represiva cuyo
    objetivo era
    aislar y erradicar a los elementos contestatarios del movimiento
    obrero y preventiva e integradora porque trataba de asimilar al
    conjunto de los trabajadores al sistema",
    según Suriano.

    A principios del
    siglo XX, más precisamente en la primera década se
    presentaron diferentes propuestas para dar solución a la
    cuestión social.

    Luego de la Ley de Residencia, la cual hacía
    más hincapié en la represión de los
    extranjeros que en paliar la situación de la
    cuestión obrera, Carlos Pellegrini reflexionaba sobre la
    situación, considerando que la solución para esta
    era cambiar la relación trabajador-capitalista,
    relación de conflicto,
    causante del problema, "…es necesario colocarlos en
    idénticas condiciones, en iguales categorías y
    organizarlos bajo las mismas bases…", de esta manera
    Pellegrini, da por entendida su propuesta para la
    abolición de la explotación del obrero y culmina
    diciendo "…habrá así desaparecido todo
    antagonismo entre el capital y el
    trabajo…porque no habrá ya relación de
    sumisión y dependencia sino simple relación de
    socios en que cada uno cumple su misión en
    la sociedad…".

    Durante los primeros años del período hubo
    proyectos que
    no tuvieron éxito como pasó con el de Carlos
    Pellegrini, también incluyendo el importante proyecto que
    llevó a cabo Joaquín V. González,
    perteneciente al liberalismo
    reformista.

    Eduardo Zimmermann en su obra "Los liberales
    reformistas", da cuenta como se fue desarrollando la
    política preventiva del estado argentino y con respecto al
    proyecto de
    Ley Nacional del Trabajo presentado por González, el autor
    destaca que éste fue un ambicioso proyecto que contaba con
    465 artículos, divididos en 14 títulos el cual
    trataba distintos temas como:

    • extranjeros
    • contrato de trabajo
    • agentes intermediarios
    • accidentes de trabajo
    • duración de jornadas
    • trabajo a domicilio
    • trabajo de menores y mujeres
    • contrato de aprendizaje
    • trabajo de los indios
    • condiciones de seguridad e
      higiene en las industrias
    • asociaciones industriales y obreras
    • autoridades administrativas
    • tribunales de conciliación y arbitraje.

    Este proyecto recibió numerosas críticas
    negativas por parte de la prensa y
    también algunas críticas positivas por parte de
    dirigentes socialistas como Juan B. Justo quien consideraba al
    proyecto como un paso importante para los problemas de la
    cuestión social, pero a la propuesta de accidentes de
    trabajo le atribuyó calificativos como insuficientes y
    mezquinas". Nicolás Repetto pensaba que era inadecuado
    imponer un código en lugar de conquistas parciales y
    Manuel Ugarte elogiaba las intensiones del proyecto, pero las
    consideraba insuficientes. José Ingenieros destacó
    el carácter científico de la obra. El
    cuestionamiento de fondo era que el proyecto también
    refería ciertas categorías de inmigrantes que no
    eran mas que la reproducción de la ley de
    residencia.

    A pesar de las buenas críticas que se obtuvieron,
    éstas no pudieron contra la fuerte oposición que
    levantaron las asociaciones obreras y empresarias, dice
    Zimmermann. Esto se comprueba cuando en junio de 1905 la (UIA)
    Unión Industrial Argentina, dio a conocer un memorandum donde
    se proponía la formación de una comisión de
    industriales y obreros para debatir los distintos puntos del
    proyecto y también en ese memorandum
    expresaban la falta de consideración de la opinión
    de los gremios interesados cuando elaboraron el proyecto. La UIA
    principalmente destacó que lo ambicioso del proyecto
    hacía desaconsejable su sanción.

    El autor aclara las intensiones de la UIA diciendo:
    "…La UIA proponía en cambio la
    introducción gradual de legislación elaborada
    conjuntamente por los poderes públicos, industriales y
    obreros, principalmente en materias como seguros contra
    accidentes de
    trabajo, reglamentación del trabajo de mujeres y
    niños, condiciones de higiene y
    seguridad en lugares de trabajo, y una legislación
    especial sobre las organizaciones
    obreras, que fuera un primer paso hacia el establecimiento de
    tribunales de arbitraje…"
    .

    En realidad la oposición por parte de los
    grupos
    industriales consistía en que el proyecto
    establecía "la jornada máxima de trabajo de 8
    horas", en consecuencia, dice Zimmermann "el resultado de su
    sanción el dejar a las industrias
    locales en inferioridad de condiciones respecto a las
    extranjeras".

    Los grupos obreros también se opusieron ya que a
    pesar de todos los beneficios que se les otorgaba, el proyecto
    asignaba restricciones a las prácticas de los sindicatos.

    Según Falcón "entre los socialistas
    surgirían dos grandes tendencias frente al proyecto: una
    que lo rechazaba frontalmente y otra que consideraba que
    debía apoyarse sus aspectos positivos y rechazar los
    negativos", también hubo un rechazo hacia el proyecto por
    parte de los anarquistas, el proyecto trataba en su trasfondo
    aislar a los mismos por parte de la elite. La fracción
    interna del socialismo que
    negaba totalmente el proyecto se convertiría en la
    corriente sindicalismo
    revolucionario.

    Tanto los anarquistas como los sindicalistas
    revolucionarios, tenían una posición antiestatista
    que influiría en las iniciativas de autoreforma como lo
    era el proyecto de González.

    Zimmermann sobre el proyecto de Joaquín V.
    González concluye explicando que: "…el proyecto era
    demasiado ambicioso en cuanto al número y complejidad de
    asuntos que trataba, y en términos prácticos
    resultó más fácil proponer reformas
    parciales y específicas en forma gradual que el aprobar
    ese enorme cuerpo de artículos de una sola vez…durante
    los años siguientes, casi toda la legislación
    sancionada en la materia
    tenía su antecedente en el proyecto de Joaquín V.
    González…

    En 1905 se sancionó la Ley de descanso dominical,
    en 1907 un proyecto de regulación del trabajo de mujeres y
    niños fue presentado por Palacios, el cual fue rechazado
    por la UIA y finalmente fue sancionado al llegar a un acuerdo, en
    que menores de 16 años no trabajarían mas de 8
    horas por día ni mas de 48 horas semanales.

    Estas diferentes leyes sancionadas
    a medida que transcurrían los años no eran mas que
    partes y objetivos
    propuestos en el proyecto de Joaquín V. González
    que se estaban concretando.

    Mas tarde en 1907 se creó (DNT) Departamento
    Nacional del Trabajo, el mismo fue propuesto e impulsado por el
    diputado Julio A. Roca, también aquí se ve
    reflejado como antecedentes en la Junta Nacional del Trabajo del
    proyecto Joaquín V. González.

    El DNT, también tuvo sus idas y venidas, fue
    rechazado dos veces hasta su aprobación el 28 de enero de
    1907, el mismo tenía como presidente a José N.
    Matienzo y un personal
    compuesto por Alejandro Ruso y Alejandro Unsain.

    El presidente del DNT presentó varios proyectos
    que trataban temas como: arbitraje y conciliación en
    conflictos laborales, accidentes de trabajo, pensiones de
    ancianidad.

    En 1909 luego de una reorganización que
    sufrió el mismo Matienzo presento su renuncia por razones
    de salud. Asumió entonces como presidente del DNT Marco M.
    Avellaneda, quien fue nombrado por el P.E, en su ausencia por
    tener que viajar a Europa fue designado como presidente Alejandro
    Ruzo.

    Avellaneda tuvo un protagonismo importante en el DNT ya
    que presento un proyecto de Ley Orgánica, que
    introducía poderes de inspección y vigilancia que
    otorgaba a los inspectores el derecho de ingresar a los lugares
    de trabajo y labrar un acta de infracción si este
    comprobaba que no se cumplían las leyes laborales
    vigentes. Este trabajo que realizaban los inspectores reemplazaba
    la labor de la Policía, aparato represivo encargado de
    mantener un conocimiento
    de las actividades realizadas por los grupos socialistas o
    anarquistas especialmente, lo cual había adoptado ,
    según Suriano posiciones autoritarias y sugería al
    Poder
    Ejecutivo profundizar y generalizar la represión,
    también Avellaneda propuso -"…la creación de
    sociedades de
    participación obreras que transforman progresivamente el
    trabajo asalariado en asociado y convierten al obrero en
    copropietario de la empresa. No
    solamente la participación de los beneficios, que es el
    primer escalón, sino participación en el
    capital…", propuso para la prevención de la huelgas. En
    1911 tras la designación del jefe de policía para
    mediar en los conflictos laborales, Avellaneda presenta su
    renuncia y se nombra a Julio B. Lezana como nuevo
    presidente.

    En 1912 el DNT pasó a denominarse Dirección General del Trabajo y se
    reorganizó el personal
    dividiéndolo en tres secciones de la siguiente
    manera:

    1. Secretaría, dependiente del director general,
      Julio Lezana.
    2. Estudios Legales y Estadísticos, a cargo de
      Alejandro Ruzo.
    3. La nueva sección de inspección, a cargo
      de Unsain, Storni y Figueroa

    Se producen en ese momento cambios, primero con la
    intervención del ministro Gómez como mediador en
    conflictos laborales, reduciendo el área de influencia del
    DNT y tras la reorganización del personal, surgió
    la necesidad de una ley que organizara definitivamente el DNT, la
    cual fue sancionada en octubre de ese año.

    Luego del dictado de la Ley se estableció el
    antiguo nombre de Departamento Nacional del Trabajo. La ley
    sancionó la creación de tres secciones:
    Legislación, Estadística e Inspección y
    vigilancia además de la creación del Registro Nacional
    de Colocaciones, con el objeto de coordinar la oferta y la
    demanda del
    trabajo, al igual que vigilar las agencias particulares de
    colocación.

    Zimmermann también da cuenta que el DNT se vio
    implicado en resolver complicados problemas que se sucedieron
    luego de la disminución de los ingresos de
    capitales en 1913, las malas cosechas de 1914 y el estallido de
    la primera guerra
    mundial, esto trajo como consecuencia un gran desempleo en todo
    el país. Para paliar esta situación se presentaron
    numerosas leyes que proponían la creación de
    agencias gratuitas, la selección restrictiva de la
    inmigración, se formó una comisión de
    socorros coordinando la acción de distintas instituciones
    de obras de caridad, orientada a la ayuda del desempleado, se
    establecieron cocinas populares, implementaron programas de
    empleo a
    través de pavimentación de calles y muelles del
    puerto, y planes de construcción de casa para
    obreros.

    También el DNT sufrió en él la
    incorporación de católicos como Alejandro Bunge,
    Cafferata, Arturo Bas que se encargaron de varios temas donde sus
    presencias jugaron un papel
    preponderante.

    El funcionamiento del DNT fue evolucionando de acuerdo a
    los distintos presidentes que pasaron por el mismo. Con su primer
    presidente José Nicolás Matienzo, el departamento
    tuvo un rol pasivo, cuyo objetivo era preparar la
    legislación del trabajo por medio de la observación, experimentación,
    comparación de los diferentes datos recopilados
    referidos a las relaciones del trabajo con el capital,
    según Suriano debido a numerosas condiciones, ya sea falta
    de capacidad de inspección y control, ausencia
    de una ley orgánica reglamentando su función, etc.,
    el DNT no alcanza a formar su propio perfil, desde el estado en
    la sociedad.

    Luego con Marco Avellaneda en la conducción de la
    institución se producen cambios en su papel, por ejemplo:
    la presentación de un proyecto de ley orgánica en
    1910. Más tarde con la gestión
    de Julio Lezama se profundizó el papel intervencionista
    del DNT, en ese momento se produjo un cambio no solo con la
    incorporación de diputados católicos en 1912, sino
    también un cambio en la escena política con Saenz
    Peña y la sanción de la ley de reforma del sistema electoral
    (ley Saenz Peña) éste clima
    favoreció a la sanción de la ley orgánica
    propuesta en 1910 por Avellaneda.

    A pesar de todos estos avances el DNT estaba limitado
    por su dependencia política directa con el Ministerio del
    Interior y la asignación de fondos por parte del Congreso
    mediante la ley de presupuesto.
    Suriano señala que "…a partir de aquí, el DNT sin
    desarrollar una política dependiente del Poder
    Ejecutivo, comenzó a marcarse una
    diferenciación orientada a convertirlo en un activo
    participante del conflicto social…"

    En este período comienza a diferenciarse dentro
    de la elite, un sector reformista, haciendo hincapié
    más en los cambios sociales que en los cambios
    económicos.

    3.
    Conclusión
    :

    A lo largo del trabajo desarrollamos las diferentes
    políticas implementadas por el estado para paliar la
    situación que se había suscitado en cuanto a la
    cuestión obrera, debido a los anarquistas y a los
    sindicalistas revolucionarios que creaban un clima de
    agitación social. Específicamente dimos cuenta de
    la política preventiva asumida por el estado que para
    Isuani eran regulaciones protectoras que tenían existencia
    simbólica en el plano de lo jurídico-formal y su
    grado de efectividad era bajo, por lo tanto se está
    hablando de un estado cuya intervención estaba dotada de
    una "racionalidad negativa": respondía con iniciativas a
    reducir o eliminar los conflictos, pero lo que demandaba el
    movimiento obrero eran beneficios en cuanto a salarios y
    condiciones de trabajo, desarrollamos también el papel
    fundamental que tuvo la generación del ’80 en la
    creación de los distintos proyectos que se sucedieron en
    esta época en materia
    laboral.

    Durante los años de 1880-1912, principalmente a
    principios de
    siglo, hubieron numerosos proyectos sin éxito como el de
    Joaquín V González, que el mismo sirvió como
    base para el DNT, y que en su lugar se fueron sancionando
    gradualmente diferentes leyes.

    Podría decirse como expresa Suriano que el DNT,
    actuó como mediador entre la sociedad civil y
    el Poder
    Ejecutivo y por lo tanto como una instancia conciliadora de
    intereses conflictivos.

    A pesar de sus éxitos y sus fracasos, hay que
    destacar el papel importante que cumplió el DNT y los
    objetivos
    perseguidos por las personas que lo integraron a lo largo de esos
    años.

    4.
    Bibliografía
    :

    -Suriano, Juan: "El estado argentino frente a los
    trabajadores urbanos"

    -Zimmermann, Eduardo: "Los liberales reformistas".
    Introducción, cap VIII y cap IX.

    -Cornblit, Oscar; Gallo, Ezequiel; O’Conell,
    Alfredo: "La generación del 80 y su proyecto: antecedentes
    y consecuencias". Cap II.

    -Isuani, Ernesto; Tenti Emilio: "Estado
    democrático y Política

    -Veiravé, Alfredo: "Literatura Hispanoamericana
    y Argentina". Cap IV "La generación del ’80.
    Naturalismo y realismo".

    -Falcón, Ricardo: "Izquierdas, régimen
    político, cuestión étnica y cuestión
    social en Argentina (1890-1912).

    Autoras: Olivera, Nerina
    Peroni, Carla

     

     

    Autor:

    Olivera, Nerina

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