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Fascismo y nacismo




Enviado por lu_17



Partes: 1, 2


    1.
    Introducción

    2. Definiciones
    3.
    Biografías


    5. Dictadura y Democracia entre dos
    Guerras

    6. La Revolución Fascista en
    Italia

    7. Las ideas contradictorias de Benito
    Mussolini

    8. Evolución
    Fascista

    9. El Estado
    Fascista

    10. El régimen a partir de
    1936

    11. La Segunda Guerra
    Mundial(1939-1941)

    12. El Fascismo y su dominio
    psicológico de las Masas

    13. La psicología de
    masas del fascismo

    14. La captación de las
    masas

    15. La violencia
    psíquica

    16. Goebbels y sus estrategias
    propagandísticas

    17. Nazismo en
    Alemania

    18. La revolución
    nazi

    19. Consecuencias de la
    Segunda Guerra Mundial

    20.
    Conclusión

    21. Bibliografía
    consultada

    1. Introducción

    En decisión grupal elegimos el tema de fascismo ya que
    al conversar sobre el tema comenzaron a surgirnos dudas y gran
    interés
    con respecto al tema. Uno de nuestros objetivos al
    realizar esta investigación fue entender por qué
    causa los países europeos llegaron al punto tal de
    crisis en todo
    punto de vista que decidieron votar y seguir la doctrina
    fascista, siendo ésta tan perjudicial para ellos a medida
    que se desarrolló.

    Tratamos de explicar en términos generales su
    surgimiento y desarrollo, y
    las consecuencias que trajo luego tanto para los países
    europeos como para el resto del mundo.

    A la vez, quisimos lograr adquirir un buen conocimiento
    del significado de la palabra "fascismo" y con esto descubrir la
    importancia de no olvidar.

    En este trabajo hablaremos del fascismo en
    relación a su contexto histórico, mencionando como
    referencia cronológica la Primer y Segunda Guerra
    Mundial, con sus causas, desarrollo y
    consecuencias.

    2.
    Definiciones

    Nacionalismo

    Ideología política y social que
    corresponde el concepto de
    nación con el de Estado. Aunque
    tradicionalmente se ha llamado nacionalismo
    al pensamiento
    político relativo a la consecución de la independencia
    nacional, para los pueblos y las etnias, el término
    también corresponde a la actividad e un Estado. En esta
    ocasión, el nacionalismo sería la cohesión
    de los ciudadanos de ese país en base a su procedencia,
    por encima de diferencias sociales de clase. Ernerst Gellner dio
    una definición que es la que habitualmente se utiliza:
    "Principio que afirma que la unidad política y nacional
    deben ser congruentes".

    El nacionalismo surgió con la Revolución
    Francesa y la formación de los Estados. Así
    decenas de comunidades europeas no ligadas a los Estados
    conformados, reivindicaron su derecho a la soberanía, en función de su identidad
    propia. Movimientos hasta entonces sin definición
    política, se apresuraron a defender su estatus.

    Con la descolonización y el sello que dejó
    Hitler al
    concepto de nacionalismo, surgió la expresión
    "nacionalismo revolucionario" para designar procesos de
    emancipación nacional de distintas clases.

    Nación

    Es la comunidad que se
    piensa a sí misma como sujeto de relaciones sociales,
    institucionales, históricas, políticas,
    culturales y, en general, para todas las manifestaciones de la
    convivencia humana.

    En la constitución de esta comunidad
    autoconsciente, intervienen procesos históricos,
    étnicos, de conflictividad social, de linealidad y de
    comunicación lingüística, de
    estabilidad territorial o, incluso otras variables de
    raza, religión y demás, sin que ninguno de
    ellos sea exclusivo o determinante. Es, en definitiva, un
    proyecto de
    soberanía, de legitimidad, de supervivencia, de
    autodefensa, de economía.

    La segunda de las interpretaciones, el
    Estado-Nación, corresponde a las renovaciones
    políticas surgidas de la Revolución
    Francesa y el triunfo de la ideología burguesa.

    Nazismo

    El nazismo es, en su
    origen, la ideología oficial del NSDAP (Partido
    Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes)
    comúnmente conocido como Partido Nazi. Su fundamento no
    tuvo excesiva elaboración teórica,
    apropiándose, en gran medida, de las ideas fascistas
    según las cuales el Estado, para reservar su
    cohesión y unidad, debía de ser totalitario. Para
    el nazismo, este argumento fue compaginado con la máxima
    racista de superioridad de la raza aria sobre el resto. La
    admiración por la fuerza bruta y
    el culto al jefe único fueron otras dos nuevas
    aportaciones del nazismo. La situación social y
    económica de Alemania
    después de la Primera Guerra
    Mundial y el oportunismo de Hitler hicieron el resto. Hitler
    y el Partido Nazi lograron un apoyo popular de gran magnitud como
    para animar a Alemania a lanzarse a la conquista de Europa, en lo que
    fue la Segunda Guerra
    Mundial.

    Desde sectores de izquierda el nazismo ha sido
    denunciado como un producto
    inevitable del capitalismo y,
    sobre todo, como fruto de las tendencias imperialistas de los
    Estados más fuertes. Según estas impresiones, el
    germen capitalista que impregna la sociedad hace
    posible expresiones de este tipo que cíclicamente atenazan
    a la humanidad…

    3.
    Biografías

    Benito Amílcare Andrea Mussolini:

    En el año 1883 nace el 29 de julio en Dovia,
    distrito de Predappio, localidad de la Romañia
    situada a dieciséis kilómetros de Forli, el primer
    hijo del cerrajero Alessandro Mussolini y de la maestra Rosa
    Maltoni.

    En 1892 es inscripto en el Colegio Salesiano de Faenza,
    de donde es expulsado dos años después por mala
    disciplina.

    El 8 de julio de 1901 obtiene la licencia de la Real
    Escuela Normal
    con diploma de honor y elogio solemne. Un año mas tarde,
    después de haber enseñado por algunos meses decide
    probar suerte trasladándose a Suiza. En Lausana entra en
    relación con los grupos
    socialistas italianos y colabora en el semanario
    "L´Avvenire del lavoratore". Al año siguiente es
    arrestado por motivos políticos, y encarcelado por doce
    días, luego se lo expulsa y entrega a la policía
    italiana, que poco después lo deja en libertad. Al
    cabo de pocos días vuelve a Suiza, donde
    permanecerá todavía por un año y
    medio.

    En 1904 realiza una gira de conferencias hablando contra
    la religión y sosteniendo debates públicos sobre la
    existencia de Dios. El éxito obtenido lo estimula a
    publicar su primer libro, un
    folleto de tosca propaganda
    atea: "El hombre y la
    divinidad". En mayo se escribe en la Universidad de
    Lausana, en el Instituto de Ciencias
    Naturales. A fin de año vuelve a Italia.

    En 1905 presta servicio en un
    regimiento de bersaglieri que tiene asiento en Verona. El 19 de
    febrero muere su madre.

    A los dos años vuelve a la enseñanza en un
    distrito de la comuna de Tolomezzo. Obtiene el diploma de
    habilitación para la enseñanza de
    francés.

    En 1908 retorna a su localidad natal donde comienza a
    dedicarse exclusivamente a la política, como militante del
    partido socialista. Un año después dirige la
    cámara del trabajo de Forli. Se traslada a Trento, como
    secretario de la cámara del trabajo y director del
    semanario socialista local, también colabora en el diario
    "Il popolo". En octubre se pone a la cabeza del partido
    socialista de Forli en cuyas filas permanecerá hasta
    1914.

    En 1910 muere su padre. Se convierte en redactor del
    periódico "¡Avanti!". Al año
    siguiente es condenado a siete meses de cárcel por haber
    participado en los motines contra la guerra de
    Libia. En marzo de 1912 recupera la libertad. En julio se
    traslada a Reggio Emilia para asistir al congreso nacional del
    partido socialista. Se convierte en uno de los lideres de la
    corriente socialista revolucionaria y hace expulsar del partido a
    los reformistas. Al año siguiente, en las primeras
    elecciones realizadas con sufragio universal, se presenta como
    candidato por el distrito de Forli, pero no es
    elegido.

    En 1914 en el congreso nacional del PSI realizado en
    Ancona, contribuye a la expulsión de los Masones. El 15 de
    noviembre sale el primer número del diario "Il popolo
    d´Italia", formado por él para poder realizar
    su campaña a favor de que Italia participara en la guerra,
    es sella la ruptura con el partido socialista, que se lo expulsa
    formalmente el 24 de noviembre. El 24 de mayo de 1915 Italia
    entra en guerra contra los Imperios Centrales. Mussolini es
    llamado a las armas y parta
    para el frente con los bersaglieri.

    El 29 de febrero de 1916 se lo asciende a cabo. Es
    herido por un proyectil que explota mientras se ejercitaba con un
    lanzabombas. El 16 de noviembre se presenta en las elecciones en
    Milán, pero es derrotado.

    En 1921, transforma el movimiento
    fascista en partido. En Milán se lo elige
    diputado.

    En 1922, después de haber fijado en una
    reunión de la dirección fascista en Nápoles la
    fecha precisa de la marcha sobre Roma (28 de octubre), vuelve a
    Milán, donde reinicia las conversaciones para hallar una
    solución pacifica entre el gobierno y los
    fascistas.

    Nombrado por el Rey, después de la marcha, para
    presidir el Consejo, se traslada a Roma donde forma su primer
    gobierno de coalición. El 12 de enero de 1923 convoca al
    Gran Consejo del Fascismo y disuelve todos los grupos formados
    para armar la Milicia Voluntaria para la Seguridad
    Nacional.

    En las elecciones de abril de 1924, las listas fascistas
    obtienen el 60% de los votos. El diputado socialista
    Giácomo Matettoni denuncia en la prensa y en el
    Parlamento las intrigas electorales y los abusos de los
    fascistas. La impresión en el país es
    enorme.

    Mussolini ordena a algunos miembros del grupo de
    choque que castiguen severamente a Matettoni, quien es asesinado
    el 10 de junio. La ola de indignación que se levanta en
    todo el país por este grave delito, amenaza
    con echar a Mussolini abajo y con él al
    fascismo.

    En 1925, con el discurso
    pronunciado en la Cámara de Diputados, Mussolini recupera
    el dominio de la
    situación.

    Después de suprimir periódicos de
    oposición y partidos
    políticos, y de crear instituciones
    judiciales extraordinarias, el fascismo se convierte finalmente
    en una dictadura.

    El 11 de febrero firma el acuerdo del "Pacto de
    Letrán", que es rectificado en junio a pesar de los
    incidentes.

    En 1933 suscribe el Pacto de los Cuatro junto con los
    gobiernos de Francia,
    Inglaterra y
    Alemania, para asegurar la paz en Europa. Al año
    siguiente, un problema fronterizo en Ual-Ual le permite provocar
    la agresión de Abisinia.

    En 1935, obtiene del ministro francés Laval la
    promesa de desinteresarse de los territorios franceses sobre los
    cuales Italia aspira obtener el protectorado.

    El 9 de mayo, Mussolini proclama la constitución
    del Imperio. El 17 de julio firma un tratado de alianza con
    Franco, en el cual se compromete a ayudar a los franquistas en la
    guerra civil. También se alía con Hitler, y en la
    primera visita oficial a Alemania sella el acercamiento entre las
    dos dictaduras, el retiro de Italia de la sociedad de las
    naciones es su primer consecuencia política. En 1938
    Mussolini copia la política interna de Hitler, y lanza la
    campaña antisemita, de carácter discriminatorio y
    persecutorio con respecto a los judíos.

    En 1939 Mussolini estipula con Alemania el tratado de
    alianza militar llamado "Pacto de acero". Sin
    embargo, la agresión de Alemania contra Polonia y el
    estallido de la guerra mundial
    encuentran a Mussolini vacilante en cuanto a seguir a su aliado
    en esa aventura.

    Entre 1941 y 1943 la marcha progresivamente desastrosa
    de la guerra pone a Mussolini cada vez mas a remolque de la
    iniciativa política y militar de Hitler.

    En la tarde del 14 de julio de 1943 se reúne el
    Gran Consejo del Fascismo, después del desembarco aliado
    en Sicilia. Se aprueba por mayoría, durante la noche, una
    orden del día presentada por Grandi: es la derrota de
    Mussolini, quien, en la tarde del 25 de julio es arrestado por
    orden del rey a cuya sede se había trasladado para relatar
    los acontecimientos de la noche anterior. El 12 de septiembre un
    grupo de asalto alemán irrumpe en la villa de Gran Sasso,
    donde Mussolini se encuentra arrestado, y lo libera
    llevándolo a Alemania. El 18 de septiembre Mussolini
    anuncia por radio la
    constitución de la República Social Italiana, en
    los territorios de Italia septentrional, todavía ocupados
    por alemanes.

    El 10 de enero de 1944 el Tribunal de Verona condena a
    muerte a los
    miembros del Gran Consejo culpables por haber votado la orden del
    día de Grandi. Entre los condenados y fusilados se
    encuentra el yerno de Mussolini, Galeazzo Giano.

    En 1945, en los primeros días, Mussolini se
    traslada de Gargnano a Milán en un supremo intento de
    realizar negociaciones de rendición con los aliados. Se le
    responde que la rendición debe ser incondicional. El 27 de
    abril se une a una columna motorizada alemana que se dirige hacia
    el norte, pero en Dongo la columna es detenida por guerrilleros,
    revisada y Mussolini arrestado junto con otros
    italianos.

    A las quince horas del 28 de abril, frente a una villa
    cercana a Giulino di Mezzegra, Benito Mussolini es fusilado por
    los guerrilleros.

    Hitler, Adolf

    Nace el 20 de mayo de 1889 en Braunau, ciudad sobre el
    Inn en la frontera austro-bárbara.

    En 1918,después de 6 años de vagabundeo y
    miseria, Hitler se traslada en mayo a Munich.

    Entre 1914 y 1918 toma parte en la guerra, en el
    ejército bárbaro. Obtiene el grado de cabo y es
    condecorado con la cruz de hierro de
    primer grado.

    Como oficial instructor, en septiembre de 1919 participa
    en una reunión del Partido Obrero Alemán, del cual
    se convierte en propagandista.

    El 25 de febrero de 1920 presenta en una de las
    reuniones su programa de 25
    puntos del movimiento, rebautizado ‘Partido Nacional
    Socialista de los Obreros Alemanes’

    El 8 de noviembre de 1923, se produce un golpe de estado
    en Munich. Al día siguiente, en una manifestación,
    Hitler es arrestado y su partido fue puesto fuera de ley.

    En 1924 después de haber sido condenado a 5
    años e prisión, el Fuhrer es liberado el 2 de
    diciembre.

    Durante dicha reclusión escribió Mil
    Lucha

    En las elecciones del Reichstag, en mayo de 1928, el
    partido nazi obtiene 12 de las 491 bancas.

    El 4 de septiembre de 1930 el NSDAP obtiene 107 bancas
    en el parlamento.

    El 18 de septiembre de 1931 Geli Raubal.

    El primero de abril de 1932, en las elecciones
    electorales, Hitler obtiene 13,5 millones de votos. Hindenburg es
    reelecto.

    El 3 de enero de 1933 Hitler es nombrado canciller. El
    24 de marzo recibe plenos poderes por cuatro
    años.

    El 30 de junio de 1934 se produce una mascare de los
    jefes de la S.A., en ‘la noche de los cuchillos
    largos’ El 2 de agosto, muere Hindenburg, y Hitler se
    convierte en Fuhrer y Canciller del Reich.

    El 15 de septiembre, un año mas tarde, se les
    priva a los judíos de sus derechos y de la
    ciudadanía, mediante la Ley de Nuremberg.

    El 5 de noviembre de 1937, Hitler precisa sus fine
    políticos a los oficiales superiores.

    Una año mas tarde, el 4 de febrero, asume el
    mando del ejército.

    El primero de septiembre de 1939, se produce el ataque
    alemán a Polonia, lo que produce el estallido de la
    Segunda Guerra Mundial.

    El 9 de noviembre se produjo un intento de asesinar a
    Hitler, urgido por la Gestapo con fines de propaganda.

    El 24 de enero de 1942, se produjo la adopción
    de la ‘solución final’ para el problema
    judío.

    El 13 de marzo de 1943 fracasó el atentado
    preparado por los rusos.

    El 20 de julio de 1944 se produjo un atentado contra el
    cuartel general en Rasatenburg.

    El 30 de abril de 1945, el Fuhrer se suicidó,
    junto con Eva Braun, en el búnker de la
    cancillería.

    El 8 de mayo se produjo la capitulación
    incondicional de las fuerzas armadas del Reich.

    Francisco, Franco

    Autoritario y paternalista, Franco "el caudillo"
    gobernó España
    durante casi cuatro decenios, en un periodo en el que
    sentó las bases de la moderna economía
    española, pero retrasó el desarrollo
    político del país y su integración a Europa y al sistema de las
    naciones desarrolladas de mercado
    libre.

    Francisco Franco Bahamonde nació el 4 de
    diciembre de 1892 en la ciudad gallega de El Ferrol,
    España. En 1907 ingresó en la academia de
    infantería de Toledo y en 1912 fue destinado a Marruecos,
    donde pronto mostró dotes de mando y obtuvo varios
    ascensos por antigüedad y por acciones de
    combate contras las tribus (cabilas) de la región del Rif.
    En 1920 fue elegido segundo en el mando del llamado tercio de
    extranjeros o tercio de la Legión, cuerpo a cuya jefatura
    accedió tres años mas tarde. Durante las
    campañas contra los rebeldes marroquíes, Franco se
    convirtió en héroe nacional y en 1926, a los 33
    años, fue ascendido a general, por lo que paso a ser el
    más joven militar de tal rango en los ejércitos de
    Europa. Posteriormente seria nombrado director de la Academia,
    General Militar de Zaragoza.

    Tras el derrocamiento de la monarquía en 1931,
    los gobernantes de la segunda república adoptaron una
    política de reducción de efectivos militares, con
    lo cual Franco quedó en una situación de disponible
    al disolverse la Academia. A pesar de su declarada
    ideología monárquica, Franco acepto el nuevo
    régimen con disciplina. Cuando las fuerzas conservadoras
    accedieron al gobierno de la república en 1933, el general
    volvió al mando activo y, en octubre de 1934, fue llamado
    por el ministro de la guerra, Diego Hidalgo, para sofocar la
    revolución promovida por los miembros asturianos. A
    raíz de tal acción fue nombrado jefe del estado
    mayor central como parte de una política encaminada a la
    reestructuración y al fortalecimiento del estamento
    militar.

    En las elecciones de febrero de 1936 salió
    victorioso el Frente Popular, coalición de partidos de
    izquierda. Franco fue destituido y enviado como gobernador
    militar a las islas Canarias. Durante un tiempo
    rehusó conspirar contra el gobierno, pero cuando el
    sistema político volvió a amenazar las condiciones
    del ejercito y se generalizaron los conflictos
    sociales decidió unirse a la prevista sublevación
    cuyo fin era derribar al gobierno republicano.

    El 18 de julio de 1936 comenzó el lanzamiento. Al
    día siguiente, Franco, voló desde el
    archipiélago hasta la ciudad de Tetuan, en Marruecos, para
    tomar el mando del ejercito de Africa.
    Después de desembocar en la península, las tropas
    marcharon hacia Madrid, sede del gobierno. La muerte del
    general que debía encabezar la rebelión,
    José Sanjurjo, ocasionó polémicas sobre la
    jefatura del alzamiento- otros generales como Emilio Mola y
    Gonzalo Quiepo de Llano aspiraban a dirigirlo -, hasta que, a
    través de la junta de defensa nacional, Franco se hizo
    cargo del mando supremo como generalísimo de los
    ejércitos y jefe del estado español. Después
    de tres años de guerra civil, la superioridad cualitativa
    del ejército sublevado y la ayuda de los regímenes
    fascistas italianos y nacionalistas alemán permitieron que
    las tropas de Franco obtuvieran la victoria el 1 de abril de
    1939.

    Al concluir el conflicto, el
    caudillo era el jefe de un estado exhausto, con una profunda
    división interna y sumamente empobrecido. Una de las
    frases críticas de su régimen surgieron al fin de
    la segunda guerra mundial, cuando el gobierno franquista
    quedó aislado en el ámbito político
    internacional al ser rechazada la petición de
    integración de España en las Naciones Unidas.
    A partir de 1948 comenzó a ceder el apartamiento y
    progresivamente fueron regularizándose las relaciones con
    otros países.

    La inclusión de España en los diversos
    foros internacionales y la, aunque lenta e irregular, efectiva
    evolución económica permitieron la
    consolidación de un régimen que, después de
    36 años en vigor, desaparecerían con el propio
    Franco. En 1969 éste designó oficialmente como
    sucesor al príncipe Juan Carlos de Borbón, nieto
    del rey Alfonso XIII, y pretendiente nominal al trono de
    España, al que accedió tras la muerte de Francisco
    Franco, acaecida en Madrid el 20 de noviembre
    de 1975.

    Salazar, Antonio de Oliveira:

    El primer ministro portugués Antonio de Oliveira
    Salazar impuso, con la creación del estado novo, un
    régimen autoritario que, al lo largo de 36 años,
    anuló todo intento de oposición a su
    gobierno.

    Salara nació en Vimieiro, Santa Comba Dao,
    Portugal, el 28 de abril de 1889. Se educó en el seminario de
    Viseu. Posteriormente acudió al la Universidad de Coimbra,
    donde en 1914 se graduó en derecho y desde 1819
    ocupó la cátedra de economía
    política. Elegido en 1921 diputado de Cortes por el Centro
    Católico Portugués, abandonó poco
    después su cargo parlamentario al estar en desacuerdo con
    dicha institución.

    En 1926, después del golpe de estado que depuso
    al presidente Bernardino Luis Machado Guimaraes, le fue ofrecido
    el Ministerio de Hacienda, puesto que solo ocuparía cinco
    días al no serle concedidos plenos poderes para llevar a
    cabo las medidas económicas proyectadas. En 1928, el
    presidente Antonio Oscar de Fragoso Carmona le confió
    nuevamente la cartera de finanzas. Esta
    vez con el control pleno de
    todos los gastos. Salara
    promovió entonces una austera política
    económica que consiguió detener los
    tradicionales déficit presupuestarios y estabilizar la
    moneda.

    El 5 de julio de 1932, Carmona lo nombró primer
    ministro y Salara, convertido en el hombre fuerte
    de Portugal, hizo promulgar en 1933 la constitución del
    estado novo que instauró un régimen inspirado en el
    fascismo italiano, de carácter "unitario y corporativo".
    La adopción del Estatuto do Travalho Nacional, por el que
    quedaban integrados en un mismo organismo, sometido al control
    del gobierno, todas las asociaciones sindicales; la
    creación de organizaciones
    paramilitares y de la PIDE (Política Internacional y
    Defensa del Estado), policía política de poderes
    casi ilimitados; y la fundación de la Unión
    Nacional, partido único, fueron las medidas adoptadas por
    Salara para consolidar el nuevo régimen, que si bien logro
    la estabilización de la economía y la construcción de obras publicas, fue incapaz
    de prevenir el deterioro progresivo del nivel de vida.

    Durante la guerra civil española (1936-1939) y la
    segunda guerra mundial (1939-1945), Salara se puso al frente de
    Ministerio de Asuntos Exteriores, desde donde dio su
    beneplácito, en 1937, al gobierno de España del
    general Francisco Franco, con el que cinco años mas tarde
    formaría el Pacto Ibérico, por el que Portugal y
    España se declaraban a favor de una política de
    estricta neutralidad. Tras la conflagración de europea,
    consiguió el ingreso de su país en la OTAN
    (Organización de Tratados del
    Atlántico Norte) en 1949 e intento mantener a toda costa
    las posesiones portuguesas del ultramar. Ante la adopción,
    por parte de los Estados Unidos y
    la Unión Soviética, de una política
    anticlonista, Salara asumió en 1916la dirección del
    Ministerio de Guerra, pero su gestión
    no consiguió detener el estallido de violentos disturbios
    en los dominios portugueses de Angola, Mozambique y
    Guinea.

    Incapacitado para desempeñar el cargo de primer
    ministro tras sufrir un ataque de trombosis en 1968, fue
    reemplazado por Marcelo Caetano. Salara murió en Lisboa el
    27 de julio de 1970. El régimen por él instituido
    apenas sobrevivió cuatro años, cuando fue abolido
    por el movimiento militar del 25 de abril.

    4. El mundo entre dos
    guerras

    Las consecuencias de la Primera Guerra
    Mundial

    En múltiples aspectos se vio afectada la
    economía mundial por las derivaciones de la Primera
    Guerra.

    La destrucción afectó la producción en los países tocados por
    la Guerra. Esto, a su vez, tuvo consecuencias:

    • Los países desabastecidos debieron proveerse
      de lo necesario en el exterior, estimulando ello el comercio y
      la producción de los países proveedores,
      no tocados por la guerra y beneficiados con la consiguiente
      alza de precios.
    • Los países afectados debieron emprender un
      gran esfuerzo de reconstrucción, echando a mano de todos
      sus recursos
      internos y al crédito externo. Las dificultades se
      hicieron notar en la inestabilidad monetaria.
    • Una vez lograda la reconstrucción, y al
      disminuir la necesidad de abastecimiento externo,
      aconteció una baja de los precios que fue sentida por
      los proveedores que se habían beneficiado
      inicialmente.

    La situación social de entreguerra

    Durante este período, la población mundial continuó en
    constante ascenso aunque se produjo una pausa en el ritmo de
    crecimiento. Como factores entorpecedores de éste, podemos
    citar los millones de muertos en la "Gran Guerra", la
    disminución de los nacimientos por ella provocados y la
    declinación de las tasas de natalidad en los países
    más desarrollados.

    Cambios en las corrientes migratorias

    Ante todo, una reducción de la inmigración relacionada con el desarrollo
    de un nacionalismo agresivo que, de parte de los países
    que recibían inmigrantes, se traduce en recelos con
    respecto al extranjero, y de parte de los países de
    migración en una tendencia restrictiva de
    las salidas.

    Estados Unidos comienza a obstaculizar la
    inmigración en 1921 y refuerza estas restricciones en
    1924. se procura desalentar particularmente la inmigración
    esclava y latina.

    Italia, a partir de 1928, restringe la salida de
    emigrantes y propicia el retorno de aquellos que habían
    partido para el extranjero en años anteriores.

    Se produce en cambio, otro
    tipo de migraciones, las migraciones forzadas: armenios, griegos
    y otras nacionalidades balcánicas, a raíz e la
    reconstrucción del mapa europeo; judíos, por las
    persecuciones de que fueron objeto en Europa Central;
    españoles republicanos, después de la guerra
    civil.

    Se hacen sentir las tendencias nacionalistas

    Primero, como consecuencia de la guerra y, luego como
    expresión de la crisis.

    En el punto extremo del nacionalismo se desarrolla en
    nazismo con su forma más aguda en el antisemitismo,
    particularmente el alemán, en la acción antinegra
    del Ku-Klux-Klan en los Estados Unidos.

    La crisis de 1929 trastorna a la sociedad.

    En primer lugar, a los obreros y campesinos que sufren o
    la desocupación o la rebaja de sus ingresos, pero
    también a las clases medias que experimentan la
    inestabilidad generada por la crisis; esto es particularmente
    grave para todos aquellos cuya ocupación o ganancias
    dependían de la capacidad del poder de compra de las masas
    populares, o cuyas rentas fijas se veían de hecho
    disminuidas por las devaluaciones. Las inquietudes, los temores y
    la búsqueda de seguridad de la clase media habrían
    de relacionarse con el proceso de
    surgimiento y desarrollo del fascismo.

    Los nuevos regímenes

    El desenlace de la Gran Guerra apareció como un
    triunfo de los regímenes democráticos, tanto en su
    forma de monarquía parlamentaria (Gran Bretaña,
    Bélgica, Holanda, Países Escandinavos), como en la
    forma republicana. Desaparecieron las grandes monarquías
    autoritarias (Alemania, Austriahungría, Rusia,
    Turquía), siendo sustituidaspor regímenes
    republicanos; otro tanto ocurrió con gran parte de los
    nuevos estados (Checoslovaquia, Polonia, Finlandia).

    • Un régimen político distinto de todos
      los anteriores apareció en la URSS.
    • Las luchas de partidos experimentaron un cambio:
      hasta entonces se trataba de luchas entre conservadores y
      liberales; ahora se pone en discusión la propia estructura
      de la sociedad y los partidos de origen marxista aumentan su
      actividad y su electorado, comenzando a pesar en las
      decisiones.
    • Aparece otra tendencia ideológica, el
      FASCISMO, que asume la dirección de dos países
      tan importantes como Italia y Alemania, influyendo fuertemente
      en otros estados europeos y extraeuropeos.
    • Las oposiciones políticas e ideológicas
      tienden a radicalizarse; en la terminología
      política se hace cada vez más corriente el
      calificativo de izquierda o derecha, que no suele ser
      suficientemente preciso. Los derechistas acusan a los
      izquierdistas de comunista, y los izquierdistas acusan a los
      derechistas de fascistas; lo cierto es que por temor hubo
      oposición al comunismo,
      mucha gente aceptó con benevolencia la novedad del
      fascismo, y más tarde, por temor u oposición al
      fascismo, mucha gente se aproximó al
      comunismo.

    5. Dictadura y
    Democracia
    entre dos Guerras

    Efectos de la guerra sobre la democracia y el liberalismo.

    Una de las consecuencias trágicas de la primera
    Guerra Mundial fue la degradación de los ideales liberales
    y democráticos. Los pueblos fueron arteramente inducidos
    por un tiempo a creer que la verdad estaba al reverso de la
    medalla. Ardientes defensores de la causa de la Entente
    proclamaban que la guerra santa en defensa de los derechos de
    humanidad y para aplastar definitivamente el militarismo y el
    "gobierno irresponsable". La guerra misma parecía haber
    alcanzado a cumplir algunos de estos algunos de estos grandes
    fines. No sólo el militarismo había sido
    prácticamente destruido en las naciones vencidas, sino que
    la lista de repúblicas europeas creció
    significativamente con el agregado de naciones como Austria,
    Alemania, Polonia, Finlandia, Turquía y Checoslovaquia,
    transformadas en repúblicas; y hasta la absolutista Rusia
    pareció por un tiempo haberse plegado a la forma de
    gobierno liberal. No pasó mucho tiempo, sin embargo, antes
    de que estas grandes visiones de progreso democrático se
    revelaran como lo que eran en realidad: meras ilusiones. Las
    naciones vencidas comenzaron a desesperar del valor de la
    libertad y acabaron por sucumbir al mentido esplendor del
    gobierno fuerte en el que creyeron hallar una salida para escapar
    a lo que consideraban su esclavitud. Pero
    la democracia y la libertad no estaban demasiado seguras ni
    siquiera en las naciones victoriosas. Los horribles años
    de trágica lucha trastocaron de tal modo el orden
    económico de las naciones, que los gobiernos de Gran
    Bretaña y Francia se vieron conmovidos hasta sus cimientos
    por las consecuencias. Además, el caos y las penurias
    resultantes de la guerra desembocaron rápidamente en el
    derrumbe del régimen liberal en Rusia y allanaron el
    camino para el triunfo del fascismo en Italia y el nazismo en
    Alemania.

    6. La Revolución
    Fascista en Italia

    Causas de la revolución fascista: nacionalismo
    frustrado.

    La primera de las naciones de Europa Occidental que
    repudió los ideales liberales y democráticos fue
    Italia. Esto puede parecer extraño vista de que los
    italianos habían combatido en la Gran Guerra del lado de
    los vencedores. Pero debe recordarse que Italia había sido
    víctima durante años de un nacionalismo frustrado.
    Una y otra vez sus ambiciones imperiales y de poder nacional
    habían sido rudamente desbaratadas. En 1981, su esperanza
    de anexar Túnez fue repentinamente burlada por la
    ocupación francesa. Sus esfuerzos realizados en 1896 por
    conquistar a Abisinia, habían desembocado en una
    aplastante derrota a manos de los abisinios en la batalla de
    Adua. En efecto estos reveses en el ánimo de los italianos
    fue una sensación de humillación y vergüenza,
    especialmente las generaciones más jóvenes, que se
    volvieron llenas de desprecio contra el régimen
    político vigente, descargando sobre él antes que
    sobre las naciones extranjeras toda la responsabilidad del fracaso. Los miembros de la
    clase gobernante eran públicamente ridiculizados y
    escarnecidos, se los calificaba de viejos reblandecidos y
    cínicos, vacilantes, cobardes, derrotistas y corrompidos.
    Mucho antes de estallar la primera Guerra Mundial se hablaba ya
    en Italia de revolución, de la necesidad de una limpieza a
    fondo que librara al país de la peste de sus gobernantes
    incompetentes y corruptos.

    Efectos desmoralizadores y humillantes de la
    guerra.

    El establecimiento de una dictadura en Italia
    jamás habría sido posible sin la
    desmoralización y los humillantes efectos de la primera
    Guerra Mundial. La ocupación principal de los
    ejércitos italianos había sido mantener ocupados a
    los austríacos en el frente meridional mientras
    británicos, norteamericanos y franceses obligaban a
    Alemania a ceder terreno a todo lo largo del frente de batalla de
    Flandes.

    Estos sacrificios, no fueron por supuesto, superiores a
    los realizados por franceses y británicos, pero Italia era
    una nación de escasos recursos. Además, en la
    división del botín, los italianos recibieron mucho
    menos de lo que esperaban. No sólo fueron privados de
    Filme por la terca insistencia de Wilson al sostener que
    Yugoslavia debía disponer de un puerto moderno sobre el
    Adriático sino que ni siquiera se le permitió
    participar en la distribución de las colonias alemana en
    África. Aunque Italia recibió la mayoría de
    los territorios austríacos que le habían sido
    prometidos en los tratados secretos, sostenía que era una
    recompensa mezquina para tantos sacrificios y por su valiosa
    contribución a la victoria aliada. Al principio, los
    nacionalistas dieron rienda suelta a su indignación por la
    "humillación de Versalles" haciendo blando en su
    cólera al presidente Wilson, pero no tardaron en volver a
    su inveterada costumbre de descargar toda la responsabilidad
    sobre las espaldas de los gobernantes italianos.

    Este súbito recrudecimiento del crónico
    desprecio por la vieja generación gobernante, cuyos
    miembros eran repudiados como "asquerosos parásitos que se
    alimentaban de la mejor sangre de la
    nación", tuvo mucho que ver con el auge de los
    sentimientos revolucionarios.

    La inflación, el radicalismo y el caos
    económico.

    La guerra contribuyó de otras muchas maneras a
    preparar la revolución. Uno de estos fenómenos fue
    la inflación del circulante, con la consiguiente alza de
    precios, usura y especulación. Los salarios
    deberían haber registrado un aumento correlativo, pero el
    mercado de trabajo estaba prácticamente ahogado por la
    oferta como
    consecuencia del regreso del frente de millones de soldados
    canalizados de golpe hacia la vida civil. Además, el
    comercio se había convertido en una actividad expuesta,
    difícil y desmoralizadora debido a las huelgas cada vez
    más vastas y frecuentes, y al cierre de los mercados
    extranjeros.

    La consecuencia más grave de la guerra, al menos
    en lo que se refiere a las clases media y alta, fue el incremento
    del radicalismo económico.

    Pero hacia 1921, el peligro de que Italia se
    bolchevizara había pasado prácticamente a la
    historia. El
    extremismo revolucionario comenzó a mermar
    significativamente después del regreso de una
    delegación socialista italiana que había viajado a
    Rusia para estudiar las condiciones imperantes en la capital del
    socialismo
    mundial y como consecuencia del fracaso de las organizaciones
    obreras en el manejo de las fábricas. Pero las clases
    propietarias habían sido suficientemente atemorizadas por
    ese conato de rebelión y estaban por lo tanto dispuestas a
    apoyar la instauración del fascismo, con la esperanza de
    que pudiera salvar de la confiscación, al menos, una parte
    de sus propiedades.

    El derrumbe del sistema parlamentario de
    gobierno.

    La causa inmediata de la revolución fascista fue
    el derrumbe del sistema parlamentario de gobierno. La
    paralización de las finanzas y el estado de una casi total
    anarquía que prevalecía en muchas regiones de
    Italia, habían hecho prácticamente imposible la
    recaudación ordenada de las rentas públicas. Como
    consecuencia de ello, los déficit presupuestario se
    hicieron cada vez más elevados. A ello vino a sumarse el
    estancamiento en las actividades parlamentarias. Por sobre el
    orden institucional, pesaban las organizaciones del Partido
    Fascista. El Parlamento estaba integrado por dos cámaras:
    un Senado vitalicio, más bien de carácter
    honorífico, y la cámara de los fascios y
    corporaciones, creada en 1938. Mayor importancia tenía el
    Consejo Supremo del Fascismo que asesoraba en las tareas
    gubernativas, cumplía funciones
    electorales y, en caso de vacancia de la jefatura del gobierno,
    tenía el derecho de proponer sucesor. La
    intervención del pueblo se reducía a plebiscitos,
    especialmente preparados. Las milicias fascistas
    constituían una fuerza armada que aseguraba el orden
    interno con la misma técnica de violencia que
    había permitido la conquista del poder.

    En las elecciones de 1921, cuatro partidos
    políticos compartieron la mayoría en la
    Cámara de Diputados, pero ninguno de ellos
    consiguió un número suficiente de bancas como para
    privar sobre los tres restantes. Los dos partidos más
    poderosos de Italia, el Socialista y el Popular Católica,
    libraban un constante duelo y ni uno ni otro estaba dispuesto a
    apoyar un ministerio encabezado por un representante del partido
    rival. Todo esto hacía casi imposible gobernar.

    El aparato legislativo estaba prácticamente
    paralizado. A medida que transcurría el tiempo, la
    situación se hacía cada vez más
    insostenible, agravada por el disgusto general frente a la
    interminable y estéril lucha de los partidos. En 1922, el
    Parlamento estaba totalmente desprestigiado en todo el
    país. Los periódicos denunciaban no sólo el
    estancamiento de los partidos políticos sino la ineficacia
    de todo el sistema de gobierno de mayorías.

    EL fenómeno no era cosa nueva en Italia, pues
    muchos habían ya sostenido en los años de preguerra
    que el régimen parlamentario era un artículo de
    importación, inadecuado para las condiciones italianas.
    Pero fue la propagación de la idea en gran escala la que
    habría de estimular definitivamente a los militares que
    sostenían la necesidad de implantar un sistema de gobierno
    regido por un solo hombre.

    7. Las ideas
    contradictorias de Benito Mussolini

    Probablemente, lo más acertado sea considerar que
    el radicalismo de Mussolini nunca tuvo su origen en una
    convicción sincera y reflexiva sino en la necesitada vital
    de su personalidad
    de dar cauce a sus inclinaciones rebeldes.

    Nadie que sustentara una filosofía definida
    podría haber cambiado de opinión tan a menudo. No
    sólo execró el imperialismo
    sino que, una y otra vez, antes de la guerra, difamó a la
    Iglesia,
    vilipendió al Rey y llamó a la bandera italiana "un
    harapo digno de ser plantado en un estercolero".

    En 1914, al estallar la primera Guerra Mundial,
    Mussolini sostuvo la necesidad de que Italia permaneciera
    neutral. Pero apenas acababa de adoptar esta posición al
    parecer terminante, cuando comenzó a propugnar la
    participación italiana del lado de los aliados. En 1914,
    se había trasladado todo su equipaje al campo
    intervencionista. Privado de su cargo de director del Avanti,
    fundó un nuevo periódico, Il Popolo d´Italia,
    cuyas columnas dedicó de lleno a exaltar y azuzar el ardor
    bélico de Italia.

    La decisión del gobierno italiano en la primavera
    siguiente, de entrar en la contienda del lado de los aliados de
    la Entente, fue considerada como una victoria personal por
    Mussolini, que se incorporó a las filas como soldado raso
    en 1915, conquistando las jinetas de cabo.

    En 1917, fue herido en acción de guerra por la
    explosión de un obús y se le permitió
    reincorporarse a la vida civil para que reasumiera la
    dirección de Il Popolo d´Italia, con la esperanza de
    que pudiera estimular con su prédica el escaso entusiasmo
    bélico del pueblo italiano. Desde entonces, Mussolini
    luchó afanosamente desde las páginas de su diario a
    favor de una revolución fascista.

    8. Evolución
    Fascista

    El término fascismo tiene un doble origen.
    Proviene en parte de la expresión latina fasces, el hacha
    rodeada de un manojo de cuerdas que simbolizaba la autoridad del
    estado romano y, del italiano fascino, o sea, grupo o bando. Los
    fasci fueron organizados ya en octubre de 1914 como células de
    agitación cuya misión era
    propiciar y difundir la necesidad de que Italia se volcara a la
    causa de la Entente. Estos grupos políticos estaban
    formados por jóvenes idealistas, futuristas, nacionalistas
    fanáticos, aburridos oficinistas e inadaptados de todo
    género y especia. Mussolini se constituyó en el
    jefe máximo del fascino milanés. Una vez que Italia
    entró en la guerra, los bandos fascistas se consagraron de
    lleno a combatir el derrotismo. Luego vino el período del
    escuadrismo (1919-1921). Las actividades escuadristas
    comprendían una campaña terrorista contra los
    "enemigos del pueblo". Los métodos
    consistían en tácticas brutales de la peor espacie,
    como apalear a la víctima hasta dejarla inconsciente,
    extraerle los dientes o administrarle grandes dosis de aceite de
    ricino. El rapto y el asesinato eran dos de las armas preferidas
    de las células terroristas. La mayoría de estos
    ataques fueron perpetrados contra los radicales, pero en algunos
    casos las víctimas eran usureros o terratenientes que se
    negaban a reducir el monto de sus arriendos. En Florencia,
    algunos tenderos tercos fueron apaleados y sus negocios
    clausurados con candados, exhibiéndose en su frente
    grandes carteles con leyendas que
    decían: "Cerrado por robo reiterado". Mussolini mismo
    declaró en una ocasión que: "Unos cuantos cerdos
    colgados de los pies en postes del alambrado,
    representarían un buen ejemplo". Pero todos estos intentos
    de atraer a las clases más pobres no hallaron una
    respuesta muy vehemente por parte del proletariado, pues en la
    mayoría de las regiones de Italia los hijos de
    industriales acaudalados o de hacendados eran hartos conocidos
    como fervientes discípulos de Mussolini.

    La Plataforma Fascista de 1919

    La Plataforma primitiva del movimiento fascista fue
    redactada por Mussolini en 1919. Se trataba de un documento
    asombrosamente radical que imponía, entre otras demandas,
    la necesidad del sufragio universal, la abolición del
    senado, el establecimiento por ley de la jornada laboral de 8
    horas, fuertes gravámenes al capital, un alto impuesto a la
    herencia, la
    confiscación del 85% de los beneficios de guerra, el
    ingreso de Italia en la Sociedad de las Naciones, la
    "oposición a toda clase de imperialismos" y la
    anexión de Filme y Dalmacia. Esta Plataforma se mantuvo
    más o menos oficialmente en vigencia hasta el mes de Mayo
    de 1920, en que fue reemplazada por una nueva, mucho más
    conservadora. En realidad, el nuevo programa omitía toda
    referencia a las reformas económicas y se reducía
    meramente a condenar el "socialismo de los políticos" y a
    introducir algunas vagas afirmaciones acerca de la
    "reivindicación" de los principios por
    los cuales había sido librada de la guerra. Con ninguna de
    éstas plataformas consiguieron el éxito
    político. Aún después de las elecciones de
    1921, el número de sus representantes en la Cámara
    de Diputados no pasaba de treinta y cinco.

    La "Marcha sobre Roma"

    Pero lo cierto es que los fascistas compensaban con
    creces su escaso número con una agresividad disciplinada y
    una notable decisión. Y cuando la decadencia del viejo
    régimen hizo crisis al punto de abdicar
    prácticamente de sus funciones, se aprestaron a tomar el
    poder. En septiembre de 1922, Mussolini comenzó a hablar
    francamente de revolución al grito de "Sobre Roma". En
    octubre de ese año presentó al gobierno un
    ultimátum, exigiendo la convocatoria a nuevas elecciones,
    una política exterior enérgica y cinco carteras del
    ministerio para él y sus partidarios. Como el primer
    ministro y el Parlamento ignoraron estas exigencias, Mussolini
    organizó la "Marcha sobre Roma". El 28 de octubre el
    ejército de unos 50.000 militantes fascistas ocupó
    la capital. El primer ministro presentó la renuncia a su
    cargo, y al día siguiente Víctor Manuel III
    invitaba a Mussolini a formar un ministerio. Así, sin
    disparar un tiro, las legiones de "Camisas Negras", tomaron el
    poder. La explicación del fenómeno debe hallarse no
    en la fuerza del fascismo, sino en el caos creado por la guerra y
    en la carencia absoluta de una firme devoción del pueblo
    italiano hacia el gobierno constitucional.

    Entre 1929 y 1939 el Estado fascista quedó
    consolidado en Italia. Permanecía en el trono el Rey
    Víctor Manuel III, pero su presencia era puramente
    nominal. A la cabeza del estado se hallaba "El duce"(caudillo).
    Existía un verdadero culto al jefe, Mussolini, rodeado
    siempre de una espectacular escenografía.

    La Revolución Fascista

    Ésta habría de ser sólo la primera
    etapa de la Revolución Fascista, puesto que el fascismo
    implicaba no sólo el control personal del aparato
    político del Estado, sino una serie de arrolladores
    cambios, que sacudirían hasta los cimientos la estructura
    política y económica. En 1923, en julio, Mussolini
    hizo que el Parlamento distara una nueva Ley electoral que
    estipulaba que el partido que reuniera la mayoría de los
    sufragios nacionales tendría automáticamente
    derecho a disponer de las dos terceras partes de la cámara
    de diputados.

    En la primera elección convocada después
    de haber entregado con vigor la nueva ley, los fascistas
    obtuvieron no sólo más sufragios que ningún
    otro partido concurrente sino alrededor del 66% del total general
    de los votos emitidos. Cuando el nuevo Parlamento abrió en
    Mayo de 1924 el período de sesiones, el dirigente
    socialista Mateotti acusó a los dirigentes fascistas de
    haber apelado al fraude y la
    violencia para ganar las elecciones. En Junio, una pandilla de
    "Camisas Negras" cumpliendo órdenes de miembros del
    ministerio fascista raptaron y asesinaron al dirigente
    socialista. EL crimen produjo una violenta reacción
    acompañada de enérgicas demandas de que los
    fascistas dejaran el poder, pero a la larga la tormenta
    amainó y Mussolini pudo seguir adelante con su plan de
    reestructuración radical del sistema política. En
    1925 retiró a todos los abogados antifascistas la
    matrícula para ejercer su profesión y abolió
    el gobierno autónomo en las ciudades y pueblos. Al
    año siguiente las reformas culminaron con una
    disposición por la cual se declaraba la ilegalidad de
    todos los partidos políticos con la sola y natural
    excepción de aquel del cual era jefe, y que abolía
    formalmente el régimen ministerial. A partir de ese
    momento al primer ministro sería responsable sólo
    ante el Rey, en tato que la labor del parlamento quedaría
    restringida a la mera ratificación de decretos.

    La política exterior fue la clásica de
    esos Estados que buscaban descargar en el exterior todas las
    reales o posibles tensiones internas. El propósito fue
    hacer crecer el Imperio Colonial. En Libia se llevó a cabo
    una intensa política de colonización, se la
    presentó como una experiencia piloto de la eficacia
    colonizadora. La política agresiva se inició el 3
    de octubre de 1935 con el ataque a Abisinia. La diferencia de
    equipo y de adiestramiento
    dio una abrumadora superioridad sobre los primitivos contingentes
    abisinios. El 5 de Mayo de 1936 las fuerzas comandadas por el
    mariscal Badoglio se apoderaron de la capital Addis Abbeba; el
    emperador (Negus) Haile Selassie perdió su trono y se
    procedió a la proclamación del Rey de Italia,
    Victor Manuel III, como Emperador de Abisinia. La censura de la
    Sociedad de las Naciones así como las sanciones resultaron
    totalmente inefectivas.

    El Estado corporativo

    El sistema político y económico del estado
    fascista recibía oficialmente el nombre de Estado
    Corporativo, lo cual significaba en primer lugar, que el gobierno
    estaba asentado sobre una base económica. El pueblo estaba
    representado en el gobierno no en su calidad de
    ciudadanos que habitaban distritos definidos, sino en su
    condición de productores. Pero el Estado Corporativo
    incluía a sí mismo la idea de que los intereses
    individuales y de clase debían estar supeditados a los
    intereses primordiales del estado. Proscribíase la lucha
    de clases entre el capital y el trabajo y
    huelgas y paros eran considerados ilegales. En caso de conflicto
    entre los trabajadores y la empresa el
    estado gozaba de atribuciones para intervenir en carácter
    de tribunal de última instancia e imponer la
    solución que considerara más
    conveniente.

    La educación basada en
    la disciplina y la obediencia era uno de los pilares de mantenimiento
    del régimen.

    La preocupación nacionalista se manifestaba en la
    tendencia a aumentar la población italiana. Se
    estimuló la natalidad concediendo primas a las familias
    numerosas, se prohibió la inmigración y se hizo
    propaganda para obtener el regreso de los emigrantes.

    El principio corporativista implicaba asimismo el
    repudio definitivo del laissez faire. Aunque la propiedad
    privada seguí manteniéndose estructuralmente y los
    capitalistas eran reconocidos en su carácter de "clase
    socialmente productora", los principios tradicionales de una
    economía clásica fueron desterrados
    definitivamente. Toda actividad económica de ciudadano
    estaba sujeta a control del Estado que podía incautarse de
    cualquier empresa comercial
    o industrial si así lo demandaban los intereses de la
    nación.

    La filosofía del fascismo.

    Antes de analizar la filosofía de este
    fenómeno, deberíamos primero explicar sus características en líneas
    generales.

    Se ha dicho repetidamente que el fascismo no constituye
    una doctrina, y se citan las propias palabras de Mussolini:
    "nuestra doctrina es el hecho", o "los fascistas tenemos el valor
    de rechazar todas las teorías
    políticas tradicionales; somos aristócratas y
    demócratas, revolucionarios y reaccionarios, proletariados
    y antiproletarios, pacifistas y anitpacifistas. Nos basta con
    tener un solo punto de referencia: la Nación."

    • La desigualdad de clases es natural y
      provechosa.
    • La democracia igualitaria y el sufragio universal
      suponen la ley del número prevaleciendo sobre la
      calidad. Son las elites dirigentes las que deben
      gobernar.
    • El Estado tiene absoluta e indiscutible
      primacía sobre el individuo. Los principios de
      disciplina, autoridad y jerarquía deben dominar en
      la
      organización del Estado. "La nación- dice
      Mussolini- es creada por el Estado, que da al pueblo,
      consciente de su propia unidad moral, una
      voluntad y, por consiguiente, una existencia
      efectiva".
    • La lucha es fundamental para la supervivencia. Se
      debe vivir peligrosamente para probar la
      superioridad.
    • Las libertades individuales no son derechos, sino
      concesiones que hace el Estado, siempre y cuando no sean
      perjudiciales.
    • La guerra no es un azote, ni una maldición,
      sino un ideal; el pacifismo no es sino una muestra de
      debilidad.
    • La teoría marxista de la lucha de clases es
      falsa; es necesaria la creación de un orden social
      jerárquico.
    • Los principios liberales y democráticos deben
      ser sustituidos por la exaltación del Estado
      totalitario, fundado en el sentimiento colectivo y en la
      mística del jefe.
    • Italia debe tener un lugar de primer plano en el
      mundo, como continuadora de la grandeza romana.

    La idea del Estado Corporativo fue uno de los elementos
    fundamentales de la doctrina fascista, pero de ninguna manera el
    único. Los restantes pueden ser brevemente definidos
    así:

    • Totalitarismo. El Estado demanda la
      suma de interés y de la lealtad de sus miembros. No debe
      existir "nada por encima del Estado, nada contra el Estado".
      Debido a que el Estado no puede orientarse hacia sus altos
      fines sino en la medida en que sus miembros estén
      identificados con un objetivo
      común, sólo puede haber un Partido Fascista, una
      prensa fascista y una educación fascista.
    • Nacionalismo. La nación es la forma de
      sociedad más elevada que la raza humana haya elaborado
      jamás. Tiene una vida y un alma propia, aparte de las
      vidas y almas de los individuos que la componen. No puede haber
      jamás armonía de intereses entre dos o más
      pueblos distintos. El internacionalismo es, por lo tanto,
      sólo una burda perversión del progreso humano. La
      nación debe ser conducida hacia la cima de su fuerza si
      su grandeza mediante el autoabastecimiento, la creación
      de un ejército poderoso y la consecución de un
      índice de natalidad de rápido
      crecimiento.
    • Idealismo. La filosofía del fascismo puede ser
      calificada de idealista en el sentido de que renunciaba a una
      interpretación materialista de la historia. Según
      Mussolini, la nación podía convertirse en lo que
      se propusiera, ya que su destino no estaba de ningún
      modo sellado fatalmente por su posición
      geográfica o por el volumen de sus
      recursos
      naturales. El idealismo se
      desarrolla principalmente como una protesta contra el pesimismo
      característico de los anteriores gobernadores de Italia
      que argumentaban que el país estaba irremediablemente
      condenado, por la falta de recursos carboníferos, a
      seguir siendo una potencia de
      tercer orden.
    • Romanticismo. La razón no puede ser
      jamás el instrumento más adecuado para la
      solución de los grandes problemas
      nacionales. El intelecto humano necesita el complemento
      indispensable de la fe mística, del autosacrificio y del
      culto de heroísmo y de la fuerza. "El espíritu
      fascista es voluntad, no intelecto".
    • Autoritarismo. La soberanía del estado es
      absoluta. El ciudadano no tiene derechos, sino deberes. Lo que
      las naciones necesitan no es libertad, sino trabajo, orden,
      prosperidad. La libertad es un "cadáver de
      putrefacción", un gastado dogma heredado de la
      Revolución Francesa. El Estado debe ser gobernado por
      una elite que haya demostrado su derecho a gobernar mediante su
      fuerza y su superior comprensión de los ideales
      nacionales.
    • Militarismo. La lucha está en el origen de
      todas las cosas. Las naciones que no se expanden, acaban por
      marchitarse y morir. La guerra exalta y ennoblece al hombre y
      regenera a los pueblos perezosos y decadentes.

    9. El Estado
    Fascista

    En la Estructura del Estado Fascista Italiano es
    característico el mantenimiento de ciertas formas
    institucionales tradicionales y al mismo tiempo la existencia de
    instituciones paralelas que, sin suprimir a aquellas, las
    vacían de contenido.

    Continúan el Rey, el Parlamento y el
    Ejército, pero el poder está en el jefe del Estado,
    en el Gran Consejo, en el Partido Fascista y en las
    Milicias.

    Existía un verdadero culto al jefe, muy visible
    en las grandes manifestaciones a las que Mussolini aportaba sus
    naturales actitudes para
    dirigirse de modo efectista a las multitudes y provocar en
    éstas verdaderas explosiones de entusiasmo. La prensa,
    la radio y el
    cine se
    encargaban de mantener este estado de pasión colectiva. La
    fórmula "Mussolini siempre tiene razón",
    artículo octavo de los diez mandamientos de las milicias
    fascistas, es altamente representativa.

    La Ley Electoral de 1928 también es ilustrativa.
    Establecía las "listas de confianza", o sea, un proceso
    previo de selección de candidatos, a cambio del Gran
    Consejos y a propuestas de las confederaciones nacionales de
    corporaciones, lo que significaba que el electorado no
    tenía opciones entre listas sino que debería
    simplemente aceptar o rechazar así elaborada.

    El partido fascista decidido por la consigna "creer,
    obedecer, combatir", constituyó la elite dirigente del
    gobierno y de la sociedad. En 1932 recibió nuevo estatuto
    que determinaron su estructura jerárquica. Su base eran
    los "fascios", que se agrupaban en cada provincia en una
    Federación.

    En cuanto a la acción fascista de encuadramiento
    de la población, ella se manifestaba muy claramente en las
    manifestaciones juveniles, en la prensa, en la enseñanza y
    en la política cultural.

    • La Opera Nazionale Balilla controlaba los movimientos
      juveniles, organizándolos con base en la
      preparación física y militar,
      así como en la fanática obediencia al jefe. De
      los cuatro a los ocho años, los niños
      permanecían a los "hijos de la loba"; a los ocho
      años pasaban a las "Balilla"; a los catorce años
      eran "Avanguardisti"; finalmente a los dieciocho años
      pasaban a las "Juventudes Fascistas".
    • Los adultos eran organizados en asociaciones
      profesionales y sindicatos.
      También fue destacada la organización dependiente
      del Partido, la Opera Nazionale Dopolavoro, encargada de
      organizar vacaciones viajes, y
      diversiones colectivas de los obreros.
    • El Ministerio de Prensa y Propaganda tenía el
      control total de la prensa.
    • La enseñanza estaba sujeta a normas
      estrictas: "El gobierno exige que toda la escuela en todos sus
      grados, en toda su enseñanza eduque a la juventud
      italiana a comprender el fascismo y a vivir en el clima
      histórico creado por la revolución fascista". Los
      profesores de la Universidad estaban sometidos a la
      obligación de prestar juramento de fidelidad al
      régimen.
    • En 1925 fue fundado el Instituto Nacional Fascista de
      Cultura,
      destinado a impulsar la política cultural del
      régimen y desplazar la cultura tradicional.

    10. El régimen a
    partir de 1936

    A partir de 1936 se produjo un mayor endurecimiento del
    régimen, que algunos autores atribuyen a dificultades
    internas y a imitación del régimen
    alemán.

    • Se agrabó una situación de
      tensión contra el rey, cada vez más dejado de
      lado.
    • La Cámara de Diputados fue sustituida por la
      Cámara de los Fascios y de las Corporaciones, integradas
      por el Consejo Nacional del Partido y el Consejo Nacional de
      las Corporaciones.
    • El Partido Fascista, asume una mayor
      intervención en la vida social. Se habla entonces de un
      estilo de vida fascista caracterizado por la rapidez, por el
      dinamismo y la decisión. Los ejercicios físicos y
      las pruebas
      deportivas son considerados impresindibles. Se impone el uso de
      uniformes para los funcionarios. Se acentúan la
      preparación militar de la juventud, y sus organizaciones
      quedan directamente sometidas al Partido.
    • Un nuevo ministerios, el de Cultura Popular, controla
      la prensa, las editoriales y la producción
      cinematográfica. Queda prohibida la venta de
      obras consideradas antifascistas, las de escritores
      judíos y de escritores rusos. Aumenta la
      exaltación del pasado romano.
    • Comienza una política de discriminación racial con la
      publicación oficial del "Manifiesto de defensa de la
      raza". Los judíos italianos, considerados ciudadanos de
      segunda clase, son excluidos de la enseñanza, de las
      asociaciones, del ejército y de la administración. Con los judíos
      extranjeros las disposiciones son más restrictivas
      aún. De todos modos, en su aplicación
      práctica, ésta política discriminatoria no
      tuvo ni de lejos los alcances a que llegó en
      Alemania.

    Las Relaciones con la Iglesia

    El anticlericalismo de los primeros tiempos de Mussolini
    ya había desaparecido antes de su acceso al poder. Una vez
    en él, no olvidó la importancia que tenía el
    catolicismo en la sociedad italiana y Roma en todo el mundo
    católico. Su propósito de llegar a un arreglo en el
    conflicto que enfrentaba al Estado con la Iglesia en momento de
    la unidad italiana coincidió con igual propósito
    del Papa Pío XI, quien desde su acenso al trono
    pontificio, había mostrado una actitud
    favorable hacia Mussolini, quizá influido por su
    antiliberalismo y anticomunismo.

    Después de largas y reservadas negociaciones se
    llegó finalmente a la firma del Acuerdo de Letrán,
    el 11 de febrero de 1929.

    Poco después de la firma del Acuerdo, ya
    comenzaron a plantearse problemas, pues Mussolini lo interpretaba
    en un sentido restrictivo de los poderes de la Iglesia. Al
    presentarlo a la ratificación del Parlamento, declaraba,
    entre otros conceptos: El Estado Fascista reivindica totalmente
    el derecho de fijar normas morales. Es católico pero es
    fascista ante todo, exclusivamente, esencialmente
    fascista".

    La Economía

    El régimen fascista no cambió su
    estructura de la economía italiana. El capital privado
    continuó gozando de todas sus prerrogativas. Las empresas fueron
    respaldadas a cambio de subordinarse a las directivas
    políticas del régimen.

    Son destacables en los primeros años los
    esfuerzos para impulsar la producción y para creas
    más fuentes de
    trabajo. La "Batalla del Trigo", tendiente a emancipar el
    país de los abastecimientos extranjeros, culminó
    con gran aumento en las cifras de la producción, aunque
    con elevados costos y a
    expensas de otros rubros más rentables como frutas y
    legumbres.

    La hora del Régimen fascista.

    Nadie que esté libre de prejuicios podría
    negar la hora del régimen fascista en Italia. En junio de
    1940, cuando Italia resolvió finalmente intervenir en la
    Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Mussolini, había
    conseguido reducir notablemente los índices nacionales de
    analfabetismo
    y había arribado a lo que parecía ser una
    solución satisfactoria de la antigua querella con el
    Papado, había prácticamente liquidado a la mafia o
    "mano negra" en Sicilia, e introducido grandes mejoras en la
    esfera económica.

    Los "débitos" del fascismo.

    Pero el "libro mayor" del fascismo tiene también
    su hoja del "debe". El movimiento oficial en pro del
    autoabastecimiento nacional había redundado en un alto
    porcentaje de encarecimiento en ciertos renglones de la industria.
    Aunque la marcha de los negocios y el nivel de la
    ocupación eran indudablemente mucho más estables
    que en los años inmediatamente posteriores a la Primera
    Guerra Mundial, no existían indicios de que los
    trabajadores hubieran mejorado sus condiciones de vida. Los
    salarios habían subido, pero debido a la alza de precios y
    a la campaña de fomento del trabajo caben realmente serias
    dudas sobre la existencia de un aumento real del nivel de
    salarios. Además, los italianos habían sido
    obligados por el régimen a comprar la estabilidad y el
    orden al precio de una
    mortal uniformidad de pensamiento y acción, estado que el
    mismo Mussolini había descrito en 1914 como de
    "aburrimiento e imbecilidad".

    Agreguemos aquí que el gobierno fascista se
    lanzó durante su régimen a dos costosas aventuras:
    la conquista de Etiopía en 1935- 1936 y la
    intervención en la Guerra Civil Española 1936-
    1939.

    Síntesis. Etapas de consolidación del
    poder de Mussolini

    • Mussolini se reservó la presidencia del
      Consejo de Ministros y las carteras del Interior y de
      Relaciones Exteriores.
    • En su primera presentación ante la
      Cámara, anunció un programa y
      amenazó… "Yo podría hacer de esta sala
      gris un campamento de soldados". Obtuvo que el poder
      legislativo le otorgara plenos poderes.
    • En diciembre de 1922 se crea el Gran Consejo del
      Fascismo, integrado por ministros, subsecretarios, miembros de
      la dirección del partido y altos funcionarios; este
      órgano tomaba las decisiones políticas,
      convirtiendo al gobierno en mero ejecutante.
    • Acto seguido fue creada la milicia voluntaria para la
      Seguridad Nacional, guardia fascista que reemplazó a la
      disuelta guardia real.
    • En 1923 se dispuso la disolución de varias
      disoluciones obreras; al mismo tiempo se hicieron concesiones a
      la Iglesia Católica y se buscó que el Partido
      Popular perdiera su apoyo.
    • En abril de 1924, mientras Italia continuaba sacudida
      por la violencia de los "squadristi", se celebraron las
      elecciones parlamentarias. Las listas fascistas obtuvieron el
      65% de los votos.
    • Al anunciarse el nuevo período legislativo, el
      diputado socialista Mateotti fue asesinado por los
      "squadristi". Esto provocó un sentimiento general de
      repulsa, y el propio Mussolini precipitó algunas
      renuncias de dirigentes comprometidos e inclusive algunas
      detenciones. Una parte de los diputados de la oposición
      decidió boicotear las sesiones de la Cámara hasta
      tanto fueran disueltas las milicias fascistas.
    • En enero de 1925 Mussolini ya había superado
      la crisis, puesto que la reacción opositora no tuvo
      suficiente fuerza como para conmoverlo. El 3 de enero
      dirigió a la Cámara un discurso en el que
      declaró asumir "la responsabilidad política,
      moral e histórica por todo lo que ha pasado", y
      anunció a estar dispuesto a un enfrentamiento definitivo
      con la oposición.
    • A partir de ese momento la prensa de oposición
      es perseguida y se procede a la disolución de
      asociaciones consideradas subversivas. La violencia de las
      milicias recrudece, y es puesto al frente del partido fascista
      su dirigente más intransigente: Roberto
      Firanacci.
    • En octubre de 1925, el llamado "Acuerdo del Palacio
      Vidoni" establece que la representación obrera, en sus
      tratativas con las patronales, será monopolizada por los
      sindicatos fascistas.
    • La ley del 24 de diciembre de 1925 creó para
      Mussolini el cargo de "Jefe de Gobierno" con la totalidad del
      Poder
      Ejecutivo, siendo sólo responsable ante el rey;
      también suprimió la iniciativa parlamentaria. Un
      mes más tarde, otra ley atribuye poderes legislativos al
      "Jefe de Gobierno".
    • El 4 de noviembre de 1926 fueron aprobadas las
      llamadas "leyes de
      defensa del Estado", conocidas como "leyes
      fascistísimas", con lo que concluye todo resto de
      libertad. Los partidos políticos son
      disueltos.

    A partir de ese momento, puede considerarse que la
    fascistización del Estado ha quedado
    completada.

    Partes: 1, 2

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