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Feria de ciencias y tecnología "No te escondas"




Enviado por lata



Partes: 1, 2


    1.
    Resumen


    3.
    Objetivos

    4. Planteo del
    Problema

    5.
    Hipótesis

    6. Marco
    Teórico

    7. Fobias y adicción a
    drogas:

    8. Consecuencias De La Fobia
    Social

    9. Motivo De Consulta Y
    Evaluación

    10. Evaluación realizada por medio de
    cuestionarios

    11. Inventario de
    Asertividad

    12. Recursos disponibles y
    déficit

    13.
    Diagnóstico

    14.
    Tratamiento

    15.
    Resultados

    16.
    Seguimiento

    17. Recolección y
    elaboración de
    datos

    18.
    Conclusión

    19.
    Bibliografía

    20. Anexos

    1. Resumen

    Hubo desde los comienzos como un acuerdo en la
    elección del tema. Nos había llamado
    particularmente la atención cuando un integrante del
    grupo lo vio
    en un informe
    televisivo. Aparte elegimos este tema ya que para nosotros era
    uno de los menos difundidos.

    Dedicamos gran parte del tiempo que nos
    demandó el trabajo, a
    la búsqueda de la mayor cantidad posible de material
    bibliográfico. Para esto recurrimos a bibliotecas,
    profesores, psicólogas, psiquiatras.

    Lo ordenamos para poder
    estructurar el desarrollo,
    empezando por la definición del trastorno, sus causas,
    características y tratamientos, tanto de la
    víctima como de su entorno.

    Luego realizamos encuestas y
    entrevistas
    que nos ayudaron a cotejar y corroborar los conocimientos ya
    obtenidos.

    2.
    Introducción

    Qué puede haber mejor que charlar con otra
    persona,
    tomarse unas cañas con amigos, o salir al campo en
    compañía. Incluso preparar un examen puede resultar
    mejor si se hace con compañeros. Cualquier actividad
    realizada en grupo resulta gratificante y enriquecedora, no hay
    que perderse nunca la compañía de otras personas,
    cualquier motivo es bueno para organizar una fiesta o una
    celebración.

    Quizá tú estés pensando que
    no, que precisamente esas situaciones en las que hay mucha gente
    a la que saludar son insoportables, porque no sabes cómo
    comportarte. Que aún estando en compañía de
    amigos, te sientes tremendamente sólo. Cualquier cosa que
    puedas decir resultará ridícula y embarazosa.
    Piensas que los demás se desenvuelven con soltura y
    naturalidad en fiestas y reuniones sociales. Situaciones que
    tú acabas evitando con mil disculpas.
    Cuando no
    queda más remedio que acudir a uno de esos lugares, en los
    que hay más gente, conocida y desconocida, los
    síntomas psicofisiológicos más
    frecuentemente experimentados son: sudoración, temblores,
    taquicardia y rubor.

    Tiendes a centrar la atención excesivamente
    en tí mismo, con la creencia de que los demás
    están pendientes exclusivamente de lo que haces, de
    cómo te relacionas. Pensando, desde luego, que no lo haces
    bien, que los demás lo van a notar y lo
    criticarán.

    Estas personas, son excesivamente sensibles a las
    críticas ajenas, críticas que en ocasiones no
    llegan a existir pero uno las anticipa o las supone, pensando
    incluso que son reales y, por supuesto, consecuencia de fallos
    propios.

    Se empieza a evitar, por tanto, esas situaciones
    que tanta ansiedad provocan. Y cuando no es posible evitarlas,
    desde luego no se participa activamente, por ejemplo, empezando
    una conversación o sentándose al lado de un
    desconocido. Uno se evade mentalmente de la situación,
    apareciendo ante los demás como ausente.

    La fobia social es el segundo trastorno
    fóbico más frecuentemente visto en la
    clínica, sólo superado por la agorafobia. La forma
    de comienzo de este problema puede ser progresiva, con
    antecedentes de timidez en la infancia y de
    aislamiento en la adolescencia,
    o bien repentina, tras una experiencia
    traumática.

    Baja autoestima y
    sentimientos de inferioridad son rasgos característicos de
    las personas que presentan este problema. No siendo raro, que se
    recurra al consumo de
    alcohol como
    estrategia de
    afrontamiento ante las situaciones temidas.

    3.
    Objetivos

    En el transcurso del trabajo nos propusimos
    múltiples objetivos,
    pero el más importante fue el de ampliar nuestros
    conocimientos, así sea investigando, recolectando y
    elaborando información, y asimismo dar a
    conocer:

    las causas de la fobia social

    el comportamiento
    de las personas que padecen esta enfermedad

    sus tratamientos

    4. Planteo del
    problema

    Actualmente vivimos en una época caracterizada
    por una aceleración constante, donde no existe el lugar ni
    el tiempo para elaborar los duelos que acarrean las distintas
    pérdidas. Los mecanismos de la cultura exigen
    a los individuos una respuesta rápida, una sobre
    adaptación. Dichas características dan lugar a
    distintas patologías, entre tantas tomaremos a las fobias,
    particularmente la "fobia social".

    5.
    Hipótesis

    Al comenzar nuestro trabajo nos propusimos enunciar las
    siguientes hipótesis:

    1. Los fóbicos cuentan con personas e instituciones
    que se especializan en hacer que estos se enfrenten a su miedo,
    que es el de sentirse segregado frente a una situación
    social.

    2. La fobia social puede llevar a las personas a estados
    de pánico, los cuales pueden ser muy graves.

    3. Las personas que padecen este miedo consumen drogas y
    alcohol para enfrentar estas situación
    sociales.

    4. El fóbico vive condicionado por la fobia
    social, la cual lo limita, incapacita, impidiéndole
    realizar una vida normal.

    6. Marco
    teórico

    Entendemos por fobia social, un miedo intenso que
    caracteriza a las distintas personas que la padecen,
    incapacitándolos para enfrentar situaciones sociales.
    Estas últimas generan un alto grado de ansiedad que se
    traduce en un sentimiento de angustia y/o pánico.
    Así, estas personas comienzan a evitar compromisos
    sociales, sirviéndose de excusas que consigan este
    propósito: "…no puedo ir porque estoy
    enfermo…".

    Quien padece de fobia social tiene la idea de que las
    otras personas son muy competentes en público y que
    él o ella no lo son. Pequeños errores que cometa
    podrán parecerle mucho más exagerados de lo que en
    realidad son. Se sienten muy avergonzados por ruborizarse y
    piensan que todas las personas lo están mirando,
    también puede tener miedo de estar con personas que no
    sean las más allegadas. Su miedo puede ser más
    específico, como el sentir ansiedad si se tiene que dar un
    discurso,
    hablar con un jefe o alguna otra persona con autoridad, o
    bien aceptar una invitación. La fobia social más
    común es el miedo a hablar en público.

    Las situaciones sociales que tienden a ser evitadas
    son:

    * Hablar con personas desconocidas

    * Beber o comer en lugares públicos (temor a
    atragantarse)

    * Hablar por teléfono mientras se es
    observado

    * Orinar en un baño público

    * Ingresar a un ambiente
    (restaurante, salón de clases, etc.) cuando ya hay
    personas sentadas

    * Rendir exámenes orales

    * Resistir a vendedores insistentes

    * Hacer una conquista sexual

    * Mirar a los ojos a personas muy conocidas

    Se diagnostica fobia social cuando la conducta
    evitativa o la resistencia a
    enfrentar estas situaciones interfiere con la actividad laboral o
    educativa del afectado.

    Las personas que padecen fobia social les preocupa mucho
    el hacer el ridículo delante de los demás, y se
    sienten muy ansiosas antes de enfrentarse a la situación
    que temen. Se encontrarán con anterioridad revisando, con
    gran detalle, todas aquellas cosas que le pueden poner en un
    apuro. Cuando se encuentren con gente se sentirán
    aún más ansiosas, y pueden llegar a ser incapaces
    de decir o hacer lo que deseen. Una vez que todo acaba, se
    preocuparán sobre lo que ha pasado, de nuevo en gran
    detalle, y desearán haber hecho las cosas de forma
    diferente. De alguna forma es una profecía autocumplida.
    Se preocupan tanto de parecer preocupado, que realmente parecen
    preocupado. Su preocupación es su peor enemigo.

    Existen dos tipos de fobia social:

    Generalizada:

    Hace referencia a la preocupación que un
    fóbico social presenta ante la situación de
    convertirse en el centro de la atención de los
    demás en cualquier lugar en que se encuentre con otras
    personas. Se encontrará a sí mismo preocupado de
    que todo el mundo lo mire y se da cuenta de lo que hace. Puede
    tener miedo de que le presenten a otras personas y se
    preocupará incluso por el comer o beber en público.
    Probablemente se le hará difícil entrar en las
    tiendas o restaurantes. Puede sentirse tan avergonzado por tener
    que desvestirse en público, que no querrá ir a la
    playa. También es posible que le sea difícil
    enfrentarse a su jefe o a sus colegas o compañeros de
    trabajo, incluso cuando realmente debería
    hacerlo.

    Las fiestas suelen presentar problemas
    particulares. Muchos vacilaríamos ligeramente antes de
    entrar en una habitación abarrotada de gente, pero las
    personas que tienen fobia social puede resultarles casi imposible
    el entrar en la misma.

    Específica:

    Consiste en la fobia a situaciones sociales muy
    concretas, pero no a todas las situaciones. Es decir, puede
    sentirse incapacitado para comer en público, pero no para
    hablar delante de los demás, caminar por la calle,
    etc.

    Causas de la fobia social

    La Organización Mundial de la Salud (OMS), identifica
    algunos factores que podrían ser la causa del
    desorden.

    Algunas investigaciones
    apuntan a una pequeña estructura
    cerebral llamada la amígdala, que puede estar relacionada
    con los síntomas de la fobia social. Se cree que la
    amígdala es uno de los centros cerebrales que controla la
    respuesta al miedo.

    Estudios en animales sugieren
    que la fobia social podría ser heredada. De hecho, los
    investigadores identificaron recientemente un gen en los ratones
    que afecta el aprendizaje
    del miedo.

    Una línea de investigación está explorando la
    base bioquímica
    que pudiera tener el desorden.

    Otros especialistas exploran la idea de que una alta
    sensibilidad a la desaprobación puede estar basada en
    causas hormonales o tener raíces
    psicológicas

    También se hacen pruebas sobre
    la influencia del ambiente en el desarrollo de la fobia social.
    La gente que la padece puede adquirir el miedo al observar el
    comportamiento y las consecuencias de las acciones de
    otros, un proceso
    llamado aprendizaje por
    observación o modelado social.

    Síntomas:

    Las personas que padecen estos tipos de fobia social,
    suelen compartir una serie de síntomas físicos,
    como son: tener la boca muy seca, sudar en gran cantidad, sufrir
    palpitaciones (sensación de que el corazón le
    late muy rápido, o irregularmente), y tener ganas de
    orinar o defecar. Otras personas experimentan síntomas
    más evidentes para los demás como: ruborizarse o
    enrojecer, tartamudear, o experimentar sacudidas y temblores. En
    ocasiones respira demasiado rápido, lo cual da la
    sensación de endormecimiento y hormigueo de los dedos de
    las manos y de los pies. Estas molestias, en sí mismas,
    pueden llegar a ser bastante alarmantes haciendo que la ansiedad
    incluso empeore.

    Ataques de pánico:

    Muchas personas con fobia social pueden desarrollar
    otros desórdenes de ansiedad, en particular ataques de
    pánico (de forma intensa o con estallidos de terror
    acompañados de síntomas físicos), en
    situaciones sociales comprometedoras.

    Las crisis de
    pánico son la respuesta de alarma de nuestro organismo
    ante el peligro. Si reaccionásemos con miedo, temblor,
    taquicardia, etc. , porque alguien nos ataca con una navaja,
    consideraríamos nuestra respuesta de terror y las
    sensaciones internas que lo acompañan, como algo normal.
    Si alguien nos gastase una broma pesada amenazándonos con
    una pistola y nosotros creemos equivocadamente que va a disparar
    y matarnos, reaccionaríamos con la misma respuesta de
    miedo; se pondría en marcha nuestro sistema de alarma
    y, en este caso, se trataría de una falsa
    alarma.

    Nuestro cuerpo y nuestra mente responden con miedo, con
    las sensaciones internas típicas del pánico y con
    el impulso de huir; cuando estamos ante un peligro, sea este real
    o imaginario. Es algo parecido a lo que ocurre con la alarma de
    un coche cuya misión es
    ponerse en marcha cuando hay peligro de que lo roben; pero que,
    en ocasiones, se activa sin que exista ningún peligro de
    robo. Del mismo modo, a veces, en algunas personas se pone en
    marcha el sistema de "alarma ante el peligro" y reaccione como
    si, en ese momento, estuviesen a punto de morir, volverse locos o
    perder el control.

    Esto puede ocurrirles sin que se hallen ante
    ningún peligro real. Y ¿por qué ocurre?.
    Pues, por una serie de circunstancias, han llegado a creer que
    ciertas sensaciones internas, que todos notamos cuando estamos
    nerviosos significan que están en peligro. Por lo tanto,
    al notar esas sensaciones creen que es la señal de que
    algo terrible está a punto de ocurrirles. Esto hace que se
    ponga en marcha el sistema de alarma que, supone un aumento del
    miedo y de las sensaciones internas. Ese aumento de miedo y de
    sensaciones, se interpreta como prueba de que algo malo
    está ocurriendo, dando lugar al círculo vicioso del
    pánico.

    Es decir, el problema consiste en que se hace una
    interpretación catastrófica de unas sensaciones
    "normales" y al hacer esa interpretación
    catastrófica y creer que se está en peligro, el
    cuerpo reacciona como si estuviese en peligro real.

    ¿Cómo empezó todo
    esto?

    El día en que se experimenta el primer ataque de
    pánico, pudo ocurrir algo que influya en que se noten
    sensaciones internas más fuertes de lo habitual (por estar
    nervioso, por haber tomado algún tóxico, etc.).
    También pudieron darse circunstancias que influyan en que
    hagas una primera interpretación catastrófica de
    las primeras sensaciones internas que se noten, y en que dicha
    interpretación se mantuviese en el tiempo.

    Lo más común es que alguien conocido
    hubiese experimentado alguna enfermedad grave, cuyos
    síntomas sean similares a las sensaciones que se notan al
    inicio del primer ataque.

    El caso es que, por esas u otras razones, ese día
    al notar ciertas sensaciones internas dan por creer que eran
    señal de peligro inminente, de que iba a ocurrir alguna
    "catástrofe" física o mental. Esa
    creencia, es la que puso en marcha el sistema de alarma del
    organismo; es decir, se activó una parte del sistema nervioso,
    principalmente el llamado sistema nervioso simpático y
    esto hizo que se produzcan cambios en la respiración, en las hormonas,
    etc.

    Así, en forma instantánea, las sensaciones
    internas iniciales se hacen mucho más fuertes y se
    añaden otras nuevas. Esto se interpreta como
    confirmación, de que algo terrible está pasando y,
    por lo tanto, el miedo y la ansiedad subieron más y
    más. Es lo que llamamos el circuito vicioso del
    pánico.

    Después del primer ataque, que suele suponer una
    experiencia aterradora, la persona que lo sufre puede quedar
    convencida de que tiene una enfermedad, física o mental,
    muy grave, cuyos síntomas pueden reaparecer en cualquier
    momento.

    Por eso, quienes padecen este problema, empiezan a
    autoobservarse continuamente en busca de cualquier señal
    interna. Esta auto observación hace más
    fácil que se note alguna sensación, y cuando la
    persona con pánico la nota, se activa su creencia de que
    esta en peligro, y así se pone en marcha el círculo
    vicioso que puede llevar a un nuevo ataque de
    pánico.

    Al activarse el círculo vicioso de pánico,
    la persona suele hacer ciertas cosas que cree que la ayudan a
    "conjurar el peligro", como distraerse, tomar medicación,
    rezar o huir del lugar donde esta. Al mismo tiempo, puede empezar
    a evitar las actividades o las situaciones, en que cree que es
    más fácil que aparezcan las sensaciones
    tímidas.

    7. Fobias y
    adicción a drogas:

    La Asociación Americana de la Salud Mental dice
    que la fobia social puede causar baja autoestima, depresión
    y en situaciones extremas hasta intentos de suicidio. Para
    tratar de aliviar la ansiedad que produce y la depresión,
    la gente con fobia social podría comenzar a tomar alcohol
    o usar otras drogas como la marihuana, la
    cocaína o ansiolíticos potentes, pero lo curioso es
    que muchas veces ni siquiera necesitan consumirlas. Solo
    necesitan la seguridad de
    tenerlas a su disposición. Algunos sin saberlo, cuando las
    consumen caen en los efectos adictivos de su ingestión.
    Cuando en su afán de independencia
    las suspenden bruscamente, producen reacciones aún
    más angustiantes, estas se deben a un "rebote" del
    consumo, llamado "síndrome de abstinencia".

    8. Consecuencias De La
    Fobia Social

    ¿Tiene tratamiento la fobia social?

    Si, como cualquier otra patología, esta
    también tiene tratamientos específicos, estos
    son:

    Psicológicos Y Farmacólogicos

    Tratamiento psicológico:

    Debemos ponernos en contacto con un psicólogo que
    nos ayude a seguir un tratamiento personalizado, en cualquier
    caso la mejor terapia de este tipo a seguir es la llamada
    cognitiva-conductual. Esta terapia consiste en la
    exposición controlada a aquellas situaciones que causan
    ansiedad y demás síntomas descritos. Con esto se
    consigue que la ansiedad causada por las distintas situaciones,
    vaya disminuyendo paulatinamente hasta llegar a un nivel
    controlable por el paciente. El psicólogo enseña al
    paciente unas técnicas basadas en habilidades sociales
    para que este pueda controlar la ansiedad sin que lleguen a
    aparecer los síntomas fisiológicos, una vez
    conseguido esto a través de un proceso de meses de
    tratamiento, el paciente podrá enfrentarse a aquellas
    situaciones que antes creía no poder afrontar. Otras
    terapias muy comunes y eficaces son la terapia de
    exposición y cognitiva.

    Terapia de exposición.

    Esta técnica consiste en ayudar a una persona a
    relajarse cuando se encuentra en la situación que
    considera como amenazadora. Una de las terapias de
    exposición existentes es la conocida como
    "inundación". Al paciente se le enseña primero como
    relajarse en una situación amenazadora y a
    continuación se le sitúa en una situación
    que normalmente le preocuparía, como una habitación
    abarrotada de gente. Entonces se le ayuda a relajarse y a que
    espere a que su ansiedad desaparezca, lo cual ocurre al cabo de
    un rato.

    Terapia cognitiva.

    Las cosas que pensamos condicionan nuestro estado de
    ánimo. Con frecuencia nos ponemos nerviosos como
    consecuencia del modo en que pensamos. Este tipo de tratamiento
    ayuda a las personas a cambiar la forma en que piensan de
    sí mismos y de los demás. Así, por ejemplo,
    cuando surge un silencio en una conversación, un paciente
    con una fobia social tenderá a pensar que es por su culpa,
    y empezará a sentirse ansioso. En la terapia cognitiva, el
    terapeuta le recordará que lo más probable es que
    la otra persona se haya quedado sin cosas que decir, una forma
    mucho más realista y menos preocupante de pensar sobre la
    situación.

    En cualquier caso, el tratamiento psicológico no
    siempre da buenos resultados por si sólo, ya que a veces
    este trastorno lleva demasiado tiempo arraigado en la vida del
    paciente, hasta el punto de hacerle creer que forma parte de su
    personalidad y
    no de un simple comportamiento aprendido basado en patrones
    inconscientes erróneos, como en realidad es.

    Tratamiento farmacológico:

    Betabloqueantes.

    Aunque estos fármacos suelen usarse para tratar
    la hipertensión arterial, en dosis bajas controlan las
    repercusiones físicas de la ansiedad y pueden ser tomados
    inmediatamente antes de encontrarse con la gente o de hablar en
    público.

    Antidepresivos.

    Existe un tipo particular de antidepresivos, los
    llamados "Inhibidores de la Mono Amino Oxidasa" (IMAO) que han
    demostrado que reducen o incluso hacen desaparecer la ansiedad y
    el pánico, aunque suele ser necesario que transcurran
    varias semanas antes de que el tratamiento funcione. Sin embargo,
    este tipo de fármacos presenta inconvenientes que pueden
    llegar a ser importantes. Los IMAOs tienden a bajar la
    presión arterial lo cual puede hacer que el que los toma
    se sienta débil. Además, algunos alimentos como
    algunos quesos, algunas cervezas y vinos tintos, productos de
    la levadura, chocolate, habas y escabeches pueden dar lugar a
    peligrosas reacciones hipertensivas, de forma que los pacientes
    que tomen este tipo de fármacos deben llevar a cabo
    estrictas dietas en las que no figuren estos
    alimentos.

    Existen en la actualidad algunas mejoras en los
    inhibidores, llamados RIMAs (Inhibidores Reversibles de la Mono
    Amino Oxidasa tipo A) que parecen no causar estas reacciones
    adversas. Los antidepresivos clásicos no parecen funcionar
    bien en la fobia social.

    Sin embargo, los antidepresivos más recientes
    (conocidos como ISRS – Inhibidores Selectivos de la
    Recaptación de la Serotonina) han demostrado ser
    útiles en el tratamiento de la fobia social, aunque pueden
    dar lugar a dolores de cabeza y vértigo en las primeras
    semanas de tratamiento. Con este tipo de antidepresivos usted
    podrá comer lo que desee.

    Tranquilizantes.

    Los fármacos como el valium fueron usados
    en el pasado para el tratamiento de cualquier tipo de ansiedad.
    Hoy en día sabemos que son adictivos y que no ayudan a
    largo plazo y que por tanto no deberían ser empleados en
    el tratamiento de la fobia social

    Existen actualmente muchos fármacos de la familia de
    los ansiolíticos que se han demostrado eficaces para el
    tratamiento de la fobia social, aunque muchos de ellos cuentan
    con un gran inconveniente que son los efectos secundarios que
    tienen. Nombraremos aquí, tres de los más
    utilizados y cuyos efectos secundarios no revisten demasiada
    importancia:

    Prozac: es el fármaco más popular
    de la historia
    moderna, popularizado en estados unidos
    como la "píldora de la felicidad", está indicado
    para el tratamiento de las depresiones graves, así como
    para el de la fobia social.

    Hace cuatro años, el prozac, causó un
    fuerte impacto en estados unidos. Diseñado originalmente
    para tratar la depresión, los médicos vieron que
    alteraba algunos rasgos de la
    personalidad, como las actitudes
    depresivas, la agresividad, la irritabilidad, y desde luego, la
    timidez. La clave de tal "revolución" estribaba en la acción
    específica de este medicamento sobre dos neurotransmisores
    del cerebro, la
    serotonina y la norepirefrina.

    Estas sustancias las producen las neuronas para
    transmitir los impulsos nerviosos, y forman parte de una gran
    familia
    química
    dentro del cerebro en la que se han catalogado decenas de
    neurotransmisores que circulan dentro de nuestra
    cabeza.

    Hipérico: se trata de una especie de
    "prozac" pero en versión natural y que por lo tanto cuenta
    con menos efectos secundarios. Está de moda en
    alemania y ya
    se ha convertido en un símbolo para la cultura naturista
    germana. Se trata de un extracto de una planta milenaria, la
    hierva de san juan. Al igual que el prozac está indicado
    para problemas depresivos y fobias.

    Seroxat: este medicamento ha sido muy comentado
    en todos los medios
    informativos durante la segunda mitad de 1998, siendo catalogado
    en muchas ocasiones casi como una "Píldora milagrosa
    contra la fobia". Su fórmula química original se
    denomina "PAROXETINA" y es un inhibidor de recaptación de
    serotonina (ISRS). Está indicado para combatir las
    depresiones y timidez patológica o fobias
    sociales.

    Lo cierto es que se trata de un medicamento
    comercializado en todo el mundo para tratar la depresión,
    pero los psiquiatras del Reino unido han descubierto que es
    efectivo para combatir la ansiedad y las fobias
    sociales.

    Los estudios realizados en 861 pacientes en todo el
    mundo durante 40 semanas indicaban que aquellos que
    ingerían 20 miligramos de paroxetina mejoraban
    ostensiblemente de sus fobias sociales. El hecho de que la
    paroxetina o seroxat se presentara como una solución para
    la esta enfermedad mental, radica simplemente en que las personas
    afectadas por fobia social, son tímidas por naturaleza, por
    eso a veces se hace difícil distinguir dónde se
    encuentra la línea que separa la timidez de la fobia
    social.

    Otros fármacos eficaces en el tratamiento de
    fobias sociales son: TRANKIMAZIN – RIVOTRIL –
    LEXATIN – TENORMIN… etc.

    Los tratamientos farmacológicos que acabamos de
    exponer, deben ser administrados bajo supervisión médica y nunca por
    propia iniciativa y en consecuencia sin control.

    9. Motivo De Consulta Y
    Evaluación

    Información obtenida de entrevista

    Para dar cuenta de teoría
    anteriormente detallada, tomamos el caso de una chica de 17
    años llamada María.

    El motivo de la consulta es porque "estoy muy nerviosa,
    no sé cómo actuar, cómo hablar con los
    demás y decir mi opinión", "mi nerviosismo ante los
    demás, el miedo a ciertas personas, miedo a ser yo misma y
    a la falta de organización que tengo, me agobio por todo".
    Cuenta que tiene miedo a hablar en público y a decir lo
    que piensa con cualquier tipo de persona, y que siempre aparenta
    que no le ocurre nada, aunque "por dentro esté muy
    nerviosa". Comenta que "desde que era pequeña nunca me he
    sentido importante, la gente se reía de mí, y ahora
    me da miedo ser yo, podría pasar lo mismo que en el
    pasado". María señala que el "miedo a hablar en
    público" le afecta más intensamente en los
    exámenes orales y en las exposiciones en clase. Lo que
    más le preocupa es la evaluación
    del profesor. La última vez que tuvo que exponer en clase
    reaccionó con mucha sudoración, mareos e incluso
    llegó a llorar, no podía articular palabra y tuvo
    que desistir. El profesor, en aquella ocasión,
    permitió que no realizara la exposición dado su
    estado. Posteriormente, continuó permitiendo que
    María no realizara exposiciones orales evaluándola
    únicamente por su rendimiento en trabajos por
    escrito.

    Este miedo no le afecta en el mismo grado en otras
    situaciones. María por iniciativa propia se apuntó
    al grupo de teatro del
    instituto para intentar vencer su miedo, "me pongo muy nerviosa,
    pero al meterme en un personaje que no soy yo me cuesta menos
    expresarme".

    También comenta que padece fuertes tics en el
    labio inferior y en un párpado, y que por más que
    intenta eliminarlos, o por lo menos disimularlos no puede
    detenerlos, sobre todo el del labio "al hablar se me nota
    más", y esto le pone aún más nerviosa por lo
    que se produce una acentuación de los tics.

    Al preguntarle cómo afectan en su vida estos
    problemas dice sentirse indefensa, pequeña, "tengo miedo,
    no sé por dónde pillar las cosas", "me da miedo
    decir mi opinión, no sé cómo se lo van a
    tomar los demás, me pongo triste y a veces me enfurezco
    hasta que se me pasa".

    En casa se siente desplazada. Tiene un hermano mayor
    independizado y otro hermano tres años menor que ella. Su
    padre es propietario de un bar y su madre es ama de casa.
    María refiere que su padre le infunde mucho respeto e incluso
    miedo y lo define como autoritario y machista. Según
    María con su madre tiene más comunicación y se siente mejor.

    Así mismo, María manifiesta que en su
    infancia padeció terrores nocturnos, se orinaba en
    la cama, se comía las uñas, tenía temores y,
    en suma, define su infancia como infeliz. María relata
    que, además, durante su periodo escolar fue objeto de
    numerosos insultos por parte de otros que le hacían mucho
    daño.

    En la actualidad dice padecer los siguientes
    síntomas: dolores de cabeza, mareos, palpitaciones,
    dolores de estómago, insomnio, tensión,
    pánico, temblores, sentimientos de soledad, sentimientos
    de inferioridad, depresión, dificultad para relajarse,
    dificultad para concentrarse, incapacidad para pasar un rato
    agradable, timidez ante otras personas y malas condiciones
    hogareñas. Además, tiene dificultades para entablar
    y mantener amistades. En la actualidad tiene novio, pero dice
    sentirse insegura con él.

    María teme hablar en público porque cree
    que los demás se van a dar cuenta de que su voz o sus
    manos están temblando, también piensa que su
    ansiedad va a ser tal que no va a poder articular bien las
    palabras; incluso cuando ha estudiado bien la lección y se
    ha preparado su examen o exposición con días de
    antelación, al subir a la tarima se ve totalmente "fuera
    de sí" y no puede enfrentarse a la situación.
    También, en los ensayos de
    teatro experimenta gran ansiedad tanto cuando se encuentra
    únicamente con sus compañeros actores como cuando
    hay público desconocido, siendo en este caso mucho mayores
    los niveles de ansiedad. Teme también los exámenes
    escritos, a obtener malos resultados y a participar oralmente en
    clase, por este motivo ha sido incluida en el Programa para la
    Reducción de la Ansiedad ante Exámenes mencionado
    anteriormente.

    Además adolece de habilidades sociales,
    especialmente de asertividad en
    su relación con los otros. Esto incrementa notablemente su
    ansiedad interpersonal, ansiedad que "resuelve" con conductas de
    evitación, por ejemplo, no sabe como pedir una prenda que
    ha prestado a una amiga, se dispara su ansiedad ante esta
    situación y finalmente la evita y da por perdida la
    prenda.

    Así mismo padece ansiedad anticipatoria mucho
    antes de afrontar la situación social temida o la
    actuación en público, que se manifiesta
    principalmente con autoverbalizaciones negativas acerca de
    sí misma y de su rendimiento. Llega a constituirse un
    círculo vicioso formado por la ansiedad anticipatoria que,
    le provoca ideas de carácter negativo y los
    síntomas de ansiedad antes y frente a la situación
    temida, que le lleva a un rendimiento insatisfactorio real
    (obteniendo malas notas) y subjetivo ("me ha salido mal", "voy a
    suspender), generándose mayores niveles de tensión
    y malestar que incrementan su ansiedad anticipatoria ante
    situaciones posteriores.

    Sus temores se relacionan con la mayor parte de las
    situaciones sociales como, por ejemplo, tener citas, hablar con
    figuras de autoridad, decir un por qué cuando quiere una
    explicación, pedir favores y resolver conflictos.
    María es susceptible a la crítica, a la
    valoración negativa de los demás y al rechazo,
    posee una baja autoestima y tiene sentimientos de inferioridad.
    Piensa que los demás no le quieren cuando le conocen con
    más profundidad, que los demás le ven como una
    persona "rara, que llora fácilmente, mentirosa, mimada y
    en sus días malos intratable". De ella misma piensa que es
    "sensible y se preocupa por la gente, pero también que es
    cabezota, indecisa, a veces torpe".

    10. Evaluación
    realizada por medio de cuestionarios

    Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad
    -ISRA

    Este inventario
    posibilita mediante la valoración de respuestas
    específicas ante situaciones concretas una
    evaluación de la reactividad de los tres sistemas de
    respuesta (cognitivo, fisiológico y motor) así
    como una medida de cuatro áreas situacionales ligadas a
    diferencias individuales (ansiedad ante la evaluación,
    ansiedad interpersonal, ansiedad fóbica y ansiedad ante
    situaciones de la vida cotidiana). En suma, este cuestionario
    está basado en el modelo
    interactivo de Lang (1968) y en el modelo interactivo de Endler
    (Endler y Okada, 1975).

    Consta de 22 situaciones y 24 respuestas de ansiedad. El
    sujeto debe evaluar la frecuencia con que se manifiestan una
    serie de respuestas de ansiedad, ante cada una de las 22
    situaciones que se presentan. En total el sujeto debe responder a
    224 ítems (interacción situación x
    respuesta). Así, por medio del ISRA obtendremos en total
    puntuaciones en ocho escalas. Las tres primeras corresponden a
    los tres componentes de la respuesta de ansiedad ante distintas
    situaciones: reactividad cognitiva, fisiológica y motora.
    En cuarto lugar nos proporciona la medida del Rasgo o nivel
    general de ansiedad. Y finalmente las cuatro últimas
    corresponden a áreas situacionales que reflejan los
    niveles de ansiedad ante diferentes categorías de
    situaciones: ansiedad ante la evaluación, ansiedad
    interpersonal, ansiedad fóbica y ansiedad ante situaciones
    habituales o de la vida cotidiana.

    A continuación se presentan los datos obtenidos
    por María en estas ocho escalas del ISRA (ver tablas 1 y
    2).

    Tabla 1. Sistemas de Respuesta y Ansiedad de
    rasgo – ISRA.

    SISTEMAS DE RESPUESTA

    Puntuación Directa

    Puntuación Centil
    Muestra Normal

    Puntuación Centil
    Muestra Clínica

    Cognitivo

    153

    99 +

    82

    Fisiológico

    132.5

    99 +

    90

    Motor

    155

    99 +

    97

    Rasgo

    440.5

    99 +

    94

    Tabla 2. Factores específicos
    -ISRA.

    FACTORES ESPECÍFICOS

    Puntuación Directa

    Puntuación Centil
    Muestra Normal

    Puntuación Centil
    Muestra Clínica

    F-I Ansiedad de
    Evaluación

    184

    99 +

    93

    F-II Ansiedad
    Interpersonal

    75

    97

    80

    F-III Ansiedad
    Fóbica

    46

    87

    65

    F-III Ansiedad de la vida
    cotidiana

    70

    99 +

    93

    Como se puede apreciar en la Tabla 1,
    María muestra alta reactividad tanto a nivel cognitivo,
    como fisiológico y motor, y un elevado rasgo de ansiedad,
    sobrepasando la puntuación centil 99 en todos los casos.
    Como muestran los datos, respecto a los rasgos específicos
    (ver Tabla 2) María presenta altas puntuaciones en las
    cuatro áreas situacionales, destacando su elevada ansiedad
    ante situaciones de evaluación y ansiedad ante situaciones
    de la vida cotidiana.

    11. Inventario de
    Asertividad
    (Gambrill y Richey, 1975; Adaptación al
    castellano de
    Carrobles, Costa y del Ser, 1975)

    Este inventario consta de 40 situaciones sociales e
    interpersonales que de alguna manera exigen una respuesta de
    asertividad por parte del individuo. Tiene dos escalas: una se
    refiere al grado de malestar o ansiedad ante cada una de esas
    situaciones y otra a la probabilidad por
    parte del sujeto de responder asertivamente ante ellas. De esta
    forma se podrán conocer cuáles son las situaciones
    en las que el individuo siente un mayor malestar y cómo
    responde ante ellas. Al finalizar el inventario se le pide a
    María que indique las situaciones en las que le
    gustaría comportarse más asertivamente. Los
    ítems que se muestran en la tabla 3 son aquellos sobre los
    que refiere sentir un alto grado de malestar y una baja
    probabilidad de respuesta, además de ser los que
    más le preocupan.

    Tabla 3. Ítems más
    significativos para María del Inventario de
    Asertividad

    Ítem 8. "Llamar la atención a una
    persona que nos dice o hace algo que te molesta
    íntimamente"

    Ítem 10. "Admitir ignorancia sobre
    algún tema"

    Ítem 13. "Hacer callar a un amigo
    demasiado charlatán"

    Ítem 24. "Discutir abiertamente con la
    persona que critica tu forma de comportarte"

    Ítem 28. "Decirle a una persona lo que
    sientes cuando ha hecho algo que te ha
    disgustado"

    Ítem 32. "Oponerse a las exigencias
    injustas de una persona significativa"

    Ítem 36. "Solicitar la devolución
    de objetos prestados"

    Ítem 40. "Decirle a una persona que se
    calle cuando está diciendo en público algo
    que molesta"

    12.
    Recursos
    disponibles y déficit

    María tiene una alta motivación
    para solucionar su problema. Su alto grado de motivación
    se refleja en que por sí misma ha buscado situaciones de
    exposición para poder superar el problema, como por
    ejemplo apuntarse a teatro en el instituto. Es una persona con
    capacidad de afrontamiento, es decir posee un cierto grado de
    autocontrol porque conoce y planifica actividades que pueden
    cambiar la intensidad de su conducta problema, pero manifiesta un
    gran déficit en habilidades sociales. Le gusta mucho
    cantar, es lo único que le hace sentirse muy bien consigo
    misma y con los demás.

    Por otro lado, conviene destacar que para María
    su padre es una importante fuente generadora de ansiedad debido a
    su carácter autoritario, provocando muchas respuestas de
    temor en la paciente, que se siente muy indefensa ante él.
    Su madre es algo más cercana a ella. Su hermano mayor le
    comprende en lo que respecta a su padre, pero no le ayuda o abre
    el camino porque opina que María no lo va a tener
    más fácil que él. Tiene pocas amistades y
    las que tiene se reducen a tres o cuatro amigas del instituto, a
    las que consultó sobre cómo solucionar su problema.
    Tiene novio y se refiere a él como una persona tranquila
    pero también muy obstinada en sus decisiones. No sabe
    decir en qué cosas son compatibles pero enumera varias en
    que son totalmente incompatibles, entre ellas "la forma de ser y
    de decir las cosas". Cuando discuten ella termina
    callándose, no expresa su opinión y cuando lo
    hace es gritando.

    Partes: 1, 2

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