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La hipnohistoria (página 3)




Enviado por latiniando



Partes: 1, 2, 3, 4

Y soñó: y he aquí una
escalera

que estaba apoyada en la tierra,

y su extremo tocaban el cielo;

y he aquí ángeles de Dios

que subían y descendían por
ella.

Génesis 28:12

El Libro de Job

Los libros
sapienciales y proféticos de la Biblia están
escritos en un lenguaje
alegórico, con el uso abundante de metáforas
(metáfora = empleo de una
palabra con un sentido diferente al suyo y que identifican dos
objetos distintos que guardan una relación de semejanza).
Así, en el Libro de Job vemos la alegoría del
árbol cortado (muerto) que es renovado, y que el escritor
bíblico usa para cuestionarse si ésto mismo no
sucederá con el hombre. Nótese que cuando menciona
"como planta nueva", la alegoría es mucho más
cercana al concepto de reencarnación (en un cuerpo nuevo)
que la resurrección como muchos la entienden (en el mismo
cuerpo).

Porque si el árbol fuere cortado,

aún queda de él esperanza;

Retoñará aún, y sus renuevos
no

faltarán.

Si se envejeciere en la tierra su
raíz,

y su tronco fuere muerto en el polvo,

al percibir el agua
reverdecerá

y hará copa como planta nueva.

Job 14:7-9

Si el hombre muriere, ¿volverá
a

vivir?

Todos los días de mi edad
esperaré

hasta que venga mi liberación.

Entonces llamarás y yo te
responderé;

tendrás afecto a lo que hiciste con
tus

manos.

Job 14:14,15

El Libro de Salmos

Este libro atribuido a David, rey de Israel, contiene
ciertos pasajes que se refieren a la vida después de la
muerte y a la esperanza de que ésta sea derrotada. La
numeración de los salmos corresponde a la versión
bíblica de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera; las
biblias católicas difieren en numeración aunque los
textos son similares.

Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni
permitirás

que tu santo vea corrupción.

Me mostrarás la senda de la vida; En tu
presencia

hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra

para siempre.

Salmo 16:10,11

OH Jehová, hiciste subir mi alma del
Seol;

Me diste vida, para que no descendiese a la

sepultura.

Salmo 30:3,4

A ti, OH Jehová, clamaré, y al
Señor suplicaré.

¿Qué provecho hay en mi muerte
cuando

descienda a la sepultura? ¿Te alabará el
polvo?

¿Anunciará tu verdad?

Salmo 30:8

He aquí el ojo de Jehová sobre los que le
temen,

sobre los que esperan en su misericordia,

para librar sus almas de la muerte,

y para darles vida en tiempo de hambre.

Salmo 33:18,19

Pero Dios redimirá mi vida del poder del
Seol,

porque él me tomará consigo.

Salmo 49:15

Mas en este siguiente pasaje, el rey-profeta va
más allá de la esperanza en una vida después
de la muerte. Al referirse a un espíritu renovado,
concuerda con Job 14:7-9 y con Job 14:14,15 y claramente habla de
la reencarnación del espíritu.

Crea en mí, OH Dios, un corazón
limpio,

y renueva un espíritu recto dentro de
mí.

No me eches de delante de tí,

y no quites de mí tu santo
Espíritu,

Vuélveme el gozo de tu
salvación,

y espíritu noble me sustente.

Salmo 51:10,12

Más adelante, el salmista le pregunta a Dios si
podrá dar éste vida de nuevo.

Así no nos apartaremos de ti; vida nos
darás,

e invocaremos tu nombre.

!OH Jehová. Dios de los ejércitos,
restáuranos!

Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

Salmo 80:18,19

¿No volverás a darnos vida, para que tu
pueblo

se regocije en ti?

Muéstranos, OH Jehová, tu
misericordia,

y danos tu salvación.

Salmo 85:6,7

El uso de la noción del cuerpo humano
como vestimenta del espíritu se encuentra claramente en la
siguiente metáfora:

Y todos ellos como una vestidura

se envejecerán;

Como un vestido los mudarás

y serán mudados

Salmo 102:26

En el siguiente versículo, la referencia al valle
espiritual en tinieblas es muy clara y aquí habría
que concordarlo con 1 Pedro 3:18 al 20, donde se habla de lo
mismo, aunque David habla aquí de la reencarnación
en el pasado.

Algunos moraban en tinieblas y sombra de
muerte,

aprisionados en aflicción y en
hierros.

Los sacó de las tinieblas y de la sombra de
muerte,

y rompió sus prisiones.

Salmo 107:10,14

El Libro de Eclesiastés

En la siguiente alegoría que se encuentra a
través de diversos versículos del Libro de
Eclesiastés, también llamado El Predicador y cuya
autoría se le atribuye al rey Salomón, hijo de
David, se puede descubrir una clara referencia a la continua
reencarnación de los espíritus, al incesante ir y
venir de la vida humana. Incluso se refiere al velo que hace que
no recordemos vidas anteriores. Y una vez más, se refiere
a la reencarnación llamándole
restauración.

Los ríos todos van al mar, y el mar no se
llena;

al lugar de donde los ríos vinieron, allí
vuelven

para correr de nuevo.

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que
será.

¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que
se hará;

y nada hay nuevo debajo del sol.

¿Hay algo de que se puede decir: He aquí
esto es nuevo?

Ya fue en los siglos que nos han precedido.

No hay memoria de lo que
precedió,

ni tampoco de lo que sucederá habrá
memoria

en los que serán después.

Eclesiastés 1:7,9,11

Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue
ya;

y Dios restaura lo que pasó.

Eclesiastés 3:15

El Libro de Isaías

Este libro, el cual para algunos teólogos es
realmente obra de dos o quizás tres diferentes escritores
escribiendo en diferentes épocas, contiene conceptos muy
profundos acerca de la vida, la muerte…y la
reencarnación. La primera referencia habla de que la
muerte es evitable.

Destruirá a la muerte para siempre;

y enjugará Jehová el Señor toda
lágrima

de todos los rostros; y quitará la
afrenta

de su pueblo de toda la tierra;

porque Jehová lo ha dicho.

Isaías 25:8

Tus muertos vivirán; sus cadáveres
resucitarán.

!Despertad y cantad, moradores del polvo!

porque tu rocío es cual rocío de
hortalizas,

y la tierra dará sus muertos.

Isaías 26:19

El versículo que sigue pone muy en claro que la
muerte no es creación divina sino humana; lo interesante
es que niega la inexorabilidad de la muerte.

Y será anulado vuestro pacto con la
muerte,

y vuestro convenio con el Seol no será
firme;

cuando pase el turbión del azote, seréis
de él pisoteados.

Isaías 28:1

Después, el escritor bíblico aclara que la
"resurrección" será a través del nacimiento,
cosa que Jesús reafirma en Juan 3.

Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer?
dijo Jehová.

Yo que hago engendrar, ¿impediré
el

nacimiento? dice tu Dios…

…Y veréis, y se alegrará vuestro
corazón,

y vuestros huesos
reverdecerán como la hierba;

y la mano de Jehová para con sus siervos
será conocida,

y se enojará contra sus enemigos.

Isaías 66:,9,14

El Libro de Jeremías

Este libro que unos atribuyen a Baruc, el escriba y
otros al mismo Jeremías -de quien trata el libro- contiene
el concepto básico, la razón fundamental de la ley
de reencarnación espiritual: el perfeccionamiento del
espíritu. A través del uso de la metáfora de
la vasija del alfarero, que representa las vidas humanas, se nos
dice que éstas serán tantas como sean necesarias
para lograr su objetivo: contener el espíritu en su
jornada hacia la perfección.

Palabra de Jehová que vino a Jeremías,
diciendo:

Levántate y vete a casa del alfarero,

y allí te haré oír mis
palabras.

Y descendí a casa del alfarero,

y he aquí que él trabajaba sobre la
rueda.

Y la vasija de barro que él hacía se
echó

a perder en su mano; y volvió y la hizo otra
vasija,

según le pareció mejor hacerla.

Entonces vino a mí palabra de Jehová,
diciendo:

¿No podré yo hacer de vosotros como
este

alfarero, OH casa de Israel? dice
Jehová.

He aquí que como el barro en la mano del
alfarero,

así sois vosotros en mi mano, OH casa de
Israel.

Jeremías 18:1,6

Y el versículo siguiente es contundente para
aquellos que dudan del poder divino, capaz de dotar de
múltiples vestiduras al espíritu.

He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda
carne;

¿habrá algo que sea difícil para
mí?

Jeremías 32:27

El Libro de las Lamentaciones

En esta continuación de las ideas anteriores, el
escritor destruye la idea de la condenación eterna,
obstáculo, según algunos, para que sea posible la
reencarnación.

Porque el Señor no desecha para
siempre;

Lamentaciones 3:31

Y al igual que en Eclesiastés, la idea de la
renovación parece ser continua y
cíclica.

Vuélvenos, OH Jehová, a ti, y nos
volveremos;

renueva nuestros días como al
principio.

Lamentaciones 5:21

El Libro de Ezequiel

Este libro profético que ha sido objeto de
detallados estudios y análisis por muchas razones,
contiene detallados los elementos que son necesarias para la
reencarnación del espíritu. Es importante hacer
notar que, hasta Aristóteles, los antiguos creían que
las funciones
mentales se efectuaban en el corazón; el conocimiento de
que éstas se llevan a cabo en el cerebro es
relativamente moderna. Por ello, cuando el profeta se refiere al
corazón, de lo que está realmente hablando es de la
mente. Así vemos que al darse una nueva vida, viene con
ella no sólo un nuevo espíritu sino una nueva
mente. Esto va a ser de capital
importancia cuando se analicen los pasajes acerca de la
reencarnación de Elías en Juan el Bautista que
viene descrita en el Nuevo Evangelio.

Y les daré un corazón, y un
espíritu nuevo pondré

dentro de ellos; y quitaré el corazón de
piedra

de en medio de su carne, y les daré un
corazón de carne.

Ezequiel 11:19

Echad de vosotros todas vuestras
transgresiones

con que habéis pecado, y haceos un
corazón

nuevo y un espíritu nuevo.

¿Por qué moriréis, casa de
Israel?.

Una vez más, vemos que la muerte del hombre no es
creación divina.

Porque no quiero la muerte del que muere,

dice Jehová el Señor; convertios, pues, y
viviréis.

Ezequiel 18:31,32

Os daré un corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo

dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra

carne el corazón de piedra, y os daré un
corazón de carne.

Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y
haré

que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis

preceptos, y los pongáis por obra.

Ezequiel 36: 26,27

A continuación, viene transcrito el pasaje del
valle de los huesos secos, el que ha sido tomado por algunos
teólogos en su sentido más literal. La clave del
asunto está en la expresión "huesos secos", la cual
se repite para no dejar duda de lo que se quiso significar con
ello: el polvo de la tierra. Cuando el profeta, siguiendo las
órdenes de Dios, le habla a los "huesos secos" les dice
precisamente que de ahí brotará de nuevo la carne
para finalmente, ser dotada de espíritu; los antiguos
ignoraban lo que ahora conocemos como "la cadena de la vida",
expresión moderna que describe el ciclo de
recuperación de la materia
orgánica para dar vida a nueva vida material. Nada se
desperdicia y todo, finalmente, vuelve a la vida; la materia a la
materia, y el espíritu a animar cuerpos.

La mano de Jehová vino sobre mí, y me
llevó

en el Espíritu de Jehová, y me puso en
medio de

un valle que estaba lleno de huesos.

Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en
derredor;

y he aquí que eran muchísimos sobra la faz
del campo,

y por cierto secos en gran manera.

Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos
huesos?

Y dije: Señor Jehová, tú lo
sabes

Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y
diles:

Huesos secos, oíd palabra de
Jehová.

Así ha dicho Jehová el Señor a
estos huesos:

He aquí, yo hago entrar espíritu en
vosotros y viviréis.

Y pondré tendones sobre vosotros,

y haré subir sobre vosotros carne,

y os cubriré de piel, y
pondré en vosotros espíritu,

y viviréis; y sabréis que yo soy
Jehová.

Profeticé, pues, como me fue mandado;

y hubo un ruido mientras
yo profetizaba,

y he aquí un temblor; y los huesos se
juntaron

cada hueso con su hueso.

Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y
la carne subió,

y la piel cubrió por encima de ellos; pero no
había en ellos

espíritu.

Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo
de hombre,

y dí al espíritu: Así ha dicho
Jehová el Señor:

Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla
sobre estos

muertos, y vivirán.

Y profeticé como me había mandado, y
entró espíritu en ellos,

y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un
ejército grande

en extremo. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos
huesos

son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen:
Nuestros huesos

se secaron, y pareció nuestra esperanza, y
somos

del todo destruidos.

Por tanto, profetiza y diles: Así ha dicho
Jehová el Señor:

He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo
mío,

y os haré subir de vuestras
sepulturas,

y os traeré a la tierra de Israel.

Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra
vuestros sepulcros,

y os saque de vuestras sepulturas, pueblo
mío.

Y pondré mi Espíritu en vosotros, y
viviréis y

os haré reposar sobre vuestra tierra; y
sabréis que

yo Jehová hablé, y lo hice, dice
Jehová.

Ezequiel 37:1,14

El Libro de Daniel

Este libro, incompleto en las versiones no
católicas -en el canon católico se incluye el Libro
II de Daniel- contiene la profecía del regreso de Daniel
al final de los tiempos.

Y tú irás hasta el fin, y
reposarás, y te levantarás

para recibir tu heredad al fin de los
días.

Daniel 12:13

El Libro de Oseas

En Oseas viene reafirmado el concepto de que Dios es
enemigo de la muerte. Esto lo toma Pablo más
adelante.

De la mano del Seol los redimiré, los
libraré de la muerte.

OH muerte, yo seré tu muerte; y seré tu
destrucción,

OH Seol; la compasión será escondida de mi
vista.

Oseas 13:14

El Libro de Amós

En esta profecía, se encuentra la contundente
afirmación de que tanto los espíritus confundidos
-los de abajo, en el Seol, el "infierno" hebreo- como los
espíritus de los obedientes -los que subieron al valle
espiritual- están sujetos a la ley de reencarnación
del espíritu.

Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los
tomará mi mano;

y aunque subieren hasta el cielo, de allá los
haré descender.

Amos 9:2

El Libro de Jonás

Una vez más encontramos en este libro el concepto
del regreso a la vida. Nótese cómo el significado
simbólico de "para siempre", al ser refutado en su forma
literal en la línea siguiente, echa por tierra muchas
interpretaciones que basan la creencia de un castigo eterno en
incorrectas lecturas de los textos bíblicos.

Y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y
él me oyó;

Desde el seno de Seol clamé, Y mi voz
oíste.

Descendí a los cimientos de los
montes;

La tierra echó sus cerrojos sobre mí para
siempre;

Mas Tú sacaste mi vida de la sepultura, OH
Jehová Dios mío.

Jonás 2:2,6

Carlos despertó agitado y asustado no
podía moverse. Se encontraba sentado en una silla o eso
creía pues su cuerpo estaba raro y no lograba identificar
exactamente donde estaba, no sabía si estaba suspendido o
apoyado en algo pero si sabía que estaba absolutamente
detenido posiblemente en el espacio y el tiempo. Se sentía
una música
extraña pero hermosa. Estaba en un salón redondo de
color verde claro
y muchas luces lo iluminaban. Cerró los ojos y
trató de dormir, ya ni lo más extraño o
profundo le importaba solo tenía la idea de dormir y
olvidar.

De repente sintió unos pasos como de tacones
fuertes pues sonaban bastante duro y hacían eco en el
salón. Cuando abrió los ojos vio a Ana karla con el
mismo vestido pero su rostro se veía suave, tranquilo y
limpio; muy limpio. Ella se le acercó tomó su
rostro con ambas manos y dejó caer algunas lágrimas
y le dijo

–Hola Carlos, vine a despedirme y a recordarte que te
amé, te amo y te amaré, ya se quien
eres.

–Quien eres Ana Karla

–Soy tu amiga, tu última amiga.

Carlos sintió que le movían su cuerpo un
poco violento y fue saliendo de aquella escena con Ana Karla y se
vio en una pieza de adobe rojo y al fondo una ventana que daba a
un jardín y a una calle, veía pasar a las personas
una señora con un costal al hombro, un muchacho cabeceando
un balón de fútbol, un señor de unos 40
años peinado para un lado y con gomina lo saludó fumando un
cigarrillo y un hermano suyo que trataba de despertarlo, a este
Carlos lo estaba recordando en ese momento. Aunque se
conocían su hermano no sabía quien era Carlos y no
podía saberlo pues sucedió un error no explicable,
este le llamó así:

–Despiértese Fernando lo va a coger la noche
para ir a trabajar.

Corría el año de 1979 en el barrio
Belén las playas de la ciudad de
Medellín.

11. El
Camino

La mujer corría rápidamente y su rostro
reflejaba desespero. En el camino Luis yacía completamente
ebrio al lado de unos palos de café, sus manos
empuñaban fuertemente hojas, tierra y hierba, su ropa
estaba bastante empantanada y mojada; no solo de
lágrimas.

Alcanzó a sentir el llanto y el choque de
la mujer con
su cuerpo, quien con un pié alcanzo a golpearlo en la cara
voló por encima de él dando tres vueltas por la
tierra quedando en estado inconsciente. Luis por el contrario
reaccionó y como si se le hubiera desaparecido la
embriaguez tomó a la mujer y la sentó:

¡Señorita!, ¡señorita!,
despierte por favor, que le sucede, hábleme por
favor.

Después de insistir varias veces la mujer
empezó a reaccionar, él observo su belleza. Su pelo
rubio brillante, desordenado y húmedo; sus cejas tupidas;
sus pestañas reflejaban la sal tostada que dejan las
lágrimas de tanto salir; su nariz larga y un poco
aguileña y unos hermosos labios de medio grosor que
hacían de su boca una provocación, su frente ancha;
sus pómulos salientes y sus cachetes colorados que dejaban
ver algunas pecas; su cuello era fino; sus senos pequeños;
a lo anterior le seguía un vestido hasta sus rodillas; de
color verde agua con una
flores rojas; sus zapatos color café: unas chanclas que
dejaban ver sus mestizos pies.

Mientras ella recuperaba el conocimiento, emitiendo unos
suaves lamentos, él tomo aire,
quizás para tener mas conciencia del momento ya que el
licor aún hacía de su mundo trizas. Al exhalar
observó que de un pequeño bolso café de la
mujer salían objetos; labiales, una tijera, un cepillo de
dientes, crema dental, una vasija plástica, un reloj de
mano y unas gafas negras; además algunas hojas escritas a
mano. Estiró su brazo y arrastró todo hacia el para
poder guardarlo con las dos manos. Después de guardar los
objetos, su particular curiosidad y amor por
la lectura lo
hizo detener en una de esas hojas; estaban escritas con
lápiz de color rojo y la letra despegada y algo clara.
Empezó a leer como si no existiera en el universo nada
mas que su cuerpo y esa hoja de papel (como
debe leerse):

Esta carta que como
las anteriores nunca llegará y que como las anteriores
lleva mi corazón en sus letras y que como las anteriores
son las lágrimas de mi intelecto ubicado en algún
lugar de mi cerebro; ya que la otra parte es para la lucha, las
escribo pensando en vos la única persona que hace de mi
conciencia melancolía y de mi razón poesía,
y aunque he buscado desprenderme de tu recuerdo utilizando para
ello desde la historia hasta sacar de mí una fuerza para
mover multitudes lo he conseguido en algunos momentos, pero
pienso que al tratar de alejarme de ti te afirmo y mas cuando
hasta para olvidarte eres mi motor.

Este mes no he tenido pesadillas y esto es grato,
descansar de ver el rostro de la bruja Gabriela dentro de mis
ojos: primero un punto luminoso que se va agrandando y tomando la
forma de su rostro a una velocidad
media y se va fijando el centro de la nariz y luego los poros y
los átomos y un átomo y un
electrón y un protón y ….., es horrible. Aunque
se que ya murió, según mi madre esta se
lanzó al río Rondoso. En su paso por el pueblo, se
lanzó gritando y llamando a las personas para que la
vieran y la policía no pudo detenerla, como el río
estaba crecido la encontraron en la Bodega cerca a la
desembocadura en el Cauca. Yo….

La mujer se levantó rápidamente y se
paró al frente de Luis organizándose el cabello
rubio con sus manos, sus ojos miraban el piso húmedo. Ni
Luis ni ella pronunciaron palabra por lo menos durante algunos
minutos, Luis sentía un poco de vergüenza mas lo
primero que se le vino a al memoria pronunciar fue:

¡Gabriela te sientes bien!

Ella levantó alarmada su cabeza y se
encontró con la mirada más pasiva que alguna ves
hubiera visto. Un hombre de tez trigueña clara, de cabello
castaño, una frente ancha y de aspecto duro, unas cejas
negras y tupidas, su nariz larga y aguileña, un bozo
finamente afeitado y una boca mediana y fina, pómulos
suaves y de un color muy rozado; vestía un chaleco de
gabardina fina de color café y unos pantalones de lo
mismo, las zapatillas negras, que, aún bajo el polvo y el
pantano dejaban ver su brillo; en medio de ese estado de desorden
y pantano lucia muy elegante.

–¡Mí nombre es Susana!, no soy de este
pueblo y estoy buscando la salida urgentemente.

Se agachó a organizarse las chanclas y al
levantarse le pidió a Luis su bolso

–Le gusta leer lo ajeno ….?, preguntó con
tranquilidad (libertad).

–Luis contestó, ¡Mucho gusto Susana!.
Disculpe pero tengo una extraña afición a la
lectura y mas
cuando a esta ora en medio de una finca cafetera una hermosa
mujer me atropella y de su bolso salen unos papeles escritos a
mano con lápiz rojo. Usted que haría ?.

–¿ Qué hace usted en ese estado
aquí, su presencia es la de alguien rico o por lo menos
muy acomodado. Se me hace extraño. Es el dueño de
la finca ?.

Luis la miraba tiernamente; su machismo positivista de
toda la vida lo ha hecho ser un defensor de los derechos de la
mujer y por ello esa ternura hasta con las desconocidas, pero
en este momento no podía seguir mintiéndose
así mismo y a nadie mas, dejó de mirarla
tiernamente, bajó su cabeza y de nuevo el llanto que no
podía manejar y las lágrimas gruesas caían
sobre su camisa. Con sus manos arañaba la tierra y el
color de su rostro empalidecía.

La noche estaba cayendo, había luna llena. La
tierra ya no estaba tan húmeda y las primeras estrellas
hacían su entrada triunfal a ese claro firmamento de
campo, los sonidos del día estaban marchándose y
los sonidos de la noche llenaban de temor y romanticismo el
ambiente.

Susana se había sentado con la intención
de no dejar a este hombre así, trató primero de
callar y escuchar su llanto, después posó su mano
sobre el tobillo de él apretándolo duro; pero Luis
no reaccionaba y por el contrario lloraba mas, optó,
entonces por hacerle una pregunta tan normal que parecía
que Luis fuese su amigo de hace años:

¿ Cuanto hace que no vas a visitar tu
última amiga ?

Luis levantó su cabeza rápidamente y dijo:
¿ Mí última amiga ?, de donde sacas esa
frase ?.

–Lo pregunté por que esta escena me recuerda una
que leí en un cuento un
diciembre de 1987 en el parque del municipio La Esperanza, a las
doce de la noche, tenía 26 años y estaba llorando
la muerte de mi padre y bajo la silla donde me hallaba sentada
alcancé a notar un sobre de manila, lo recogí y en
su interior hallé algunas hojas; son de éstas que
encontraste en el bolso, y allí estaba parte de ese cuento
ya que algunas páginas faltaban y otras eran
ilegibles.

–¿ Cuál era el nombre de este
?.

–¿ De mi padre o del cuento?.

–De ambos.

–Mi padre se llamaba Gregorio Síla Atenuense y
el cuento Mi última amiga. Mi padre era un agricultor y
domador de caballos. Un día yendo para la finca en su
nuevo caballo este lo tumbo y asustado pasó por encima de
su cuerpo y lo dejó agonizante, a los pocos días
murió en el hospital del pueblo.

El entierro fue al día siguiente, mi madre no
lloró y tal vez no lo hacía por que un mes
después moriría de un infarto fulminante. Dejaron 3
hijos todos adultos, yo soy la menor y la única mujer, el
mayor se fue de la casa a la edad de 15 años y hasta ahora
nada se sabe de el.

Lo que más lamentó mi madre en sus
últimos días era no haberle dicho a mi padre que el
siempre fue estéril, pero la mantuvo amenazada los
primeros años del matrimonio si no
podía tener hijos la dejaba. A mi madre la vida o Dios le
dio la solución, un amigo de toda la vida se
enamoró de ella y ella de él pero aunque ambos eran
casados el amor fue
mayor, las noches eternas en pasión pero cortas de tiempo
por mas de 25 años nadie las conoció ni las
presintió, el resultado 4 seres humanos, nosotros. Ella
antes de morir nos reunió y nos contó esta historia
con nostalgia que se hacía melancolía, no lograba
ocultar el amor por ambos hombres, los dos reunieron respeto, amistad, seguridad,
pasión, amor, fuerza, valor y
paternidad.

Don Nicolás había muerto 2 años
antes de un paro fulminante, vivía en todo el Parque, era
de su propiedad un
granero y un bar, los negocios mas
rentables del pueblo, quedaban bajo su casa. Desde mi infancia
llevo las imágenes
de estos negocios en lo mas profundo de mi ser, desde que mi
cerebro empezó a entender lo que mis ojos le enviaban,
esos fueron los primeros recuerdos, desde que mi madre saludaba
hasta cuando recativa los precios, los
canastos, los bultos de maíz, las mulas afuera espantando
los moscos con sus colas; hasta a mi padre en el bar bebiendo
cerveza al
clima y su
tabaco
infaltable, era el que pagaba mientras no hubiera allí un
Pavón, un Sandoval, Un Rojas, Un González o un
Acosta.

–Interesante—contestó
Luis—Cuéntame la historia del cuento.

–Mi opinión está determinada según
la hora del día en que se me haga la pregunta, así
como lo piensa Torrente Ballester, ese magnífico escritor
español.

–Eso mismo puede aplicarse a las preguntas—dijo
Luis—pero háblame del cuento por favor

–Curiosamente el nombre del personaje central del
cuento se llama Susana, como yo, y en ese día de soledad
fue bastante traumático, pues al leerlo sentía que
parte de sus palabras eran similares a las que mi madre me
decía. Cómo lamento no haberlo leído en
presencia de ella.

Como te dije unas 50 hojas de cuaderno ordinario,
escritas con lápiz de carbón y de color rojo en su
mayoría componían este cuento. Lo llamo cuento por
que es el género literario que más se le parece,
aunque no está el final, tal vez por que no pudo
terminarse de escribir.

La historia está desarrollada en la ciudad de
Medellín en tres sitios específicos al frente de la
Biblioteca de
Comfenalco en al Avenida la Playa, dentro de una pieza en la
calle Niquitao; cerca al paradero del circular Coonatra y en un
parque público del bario Belén las Playas de la
ciudad. La historia la desarrollan cinco personajes con
arquetipos sociales determinados muy diferentes Susana, Magnolia,
Luis, Luis (2) y el General. Hablemos de cada uno de ellos,
según lo que muestra el
escrito.

Susana era una estudiante de artes de la Escuela de bellas
Artes en la Avenida la Playa de Medellín. Con mucha
frecuencia visitaba la biblioteca de Comfenalco cerca a la
escuela. Había tenido una intensa relación con Luis
hacía unos quince meses cuando sorpresivamente el
desapareció de su vida. A raíz de esto dos intentos
de suicidio, uso muy
a menudo de licor y diez quilos de peso menos.

Era adicta a Fernando González, José
María Vargas Vila, León de Greiff, José
Asunción Silva; en síntesis autores colombianos del
siglo XIX y principios del
XX. Le gustaba escribir poesía, sin éxito, asidua
coleccionista de los suplementos dominicales del Colombiano,
fanática del cine; no se
perdía las películas del Libia, cuando estuvo con
Luis casi diario veían una película, la que
más le impacto fue "Todos estamos bien" de Marcelo
Mastroiani, basada en la novela de
Gussepe Tavore.

Vivía en un barrio popular de Medellín,
Sucre Enciso, por las letras del Col tejer,su padre era un
conductor de taxi, quien hacía hasta lo imposible por
costearle sus estudios.

En el cuento aparece como receptora de las cartas de Luis,
quien las envía por medio de Magnolia a ella. Nunca las
recibe, pero en ellas puede verse el gran amor que Luis le tiene.
Solo aparece en las palabras de Luis, es la mención mas
importante en la obra para él, pero Magnolia es la
receptora de una energía mayor a la de Susana y a la
humana expresada en la obra, ya te lo contaré.

Luis es el actor principal del cuento pues parece ser
que él mismo escribió la obra. Como ya te
conté fue un enamorado de Susana y aún estaba
enamorado de ella. Vivía en una pieza en Niquitao. La
pieza era de color azul claro en un segundo piso, tenía la
comodidad de poseer un balcón que era la vida de Luis en
ese sitio. Don muebles verdes y rotos, una meza raquítica
de centro con un taburete viejo hacían de comedor y
escritorio, un corazón de Jesús y una pintura de un
paisaje en dos paredes de la habitación y una cama
pequeña de madera
constituían el equipamiento de la habitación. Sobre
la meza unos lápices de color rojo unos y negros los
otros, varios libros como la Biblia, El Hermafrodita dormido,
Ibis, La experiencia de la modernidad, los
Protocolos de los
Sabios de Sión y La Objetividad, y una cantidad adecuada
de hojas de cuaderno junto a algunos suplementos dominicales. Una
gota de agua caía todo el tiempo al piso del baño,
esta y el sonido de la
calle acompañaban el sonido de las ruedas que
producía la silla de ruedas, estas voces eran la
compañía de Luis. Había aprendido a
reconocer ese espacio urbano de la ciudad, pues abajo de la
habitación existía una tienda que permitía
escuchar en conjunto la cultura
popular local. Incluso muriendo en todo sentido; hasta de Dios,
el saber, el conocer lo social era el motor y la vitalidad de su
existencia. Un poco antes de alejarse de Susana el médico
le había pronosticado la feroz enfermedad que lo
tenía postrado en la silla. Ya pesaba solo treinta
kilos.

Cada ocho días lo visitaba un amigo mayor quien
le llevaba algo de comida, y pagaba su pieza, pero hacía
más de un mes no iba, por esto el dueño de la pieza
estaba que lo tiraba a la calle, pero Luis estaba tranquilo
sabía que pronto moriría, solo le impacientaban dos
cosas. Dejar escrito de manera perfecta el amor que sentía
por Susana y que ella lo conociera. Dejar explícito e
implícito a lo largo del texto como un
hombre de estos tiempos y de estos lugares ama más
fuertemente que lo expresado por todos los poetas europeos siglos
atrás.

Y lo segundo era realmente extraño. Cuenta en sus
escritos que de manera "irracional" pero desde su "racionalidad"
estaba siendo utilizado por fuerzas sobrenaturales. Esto
consistía en una posesión de dos musas de la edad
media enamoradas de una mujer de la ciudad, y por condiciones
lógicas no podían tener contacto personal con
ella, así que lo utilizaban a él para hacerle saber
su amor por Magnolia.

–¡ Insólito !–replicó
Luis—continúa

–extraño también la manera como narra la
forma y como sentía la posesión. Esto le
venía ocurriendo hacía cuatro meses. Dos veces
semanales a altas horas de la noche se despertaba sobresaltado y
se sentaba en la silla de ruedas y rodaba hasta el escritorio,
cogía cualquier lápiz. Minutos después su
presión arterial bajaba en suma, sentía un gran
frío y enorme cantidad de sudor salía de su cuerpo,
comenzaba a escribir. Despertaba sobre el escritorio con
verdaderas poesías de amor escritas para Magnolia. Las
metía en bolsas con la dirección y por medio de una cuerda se las
entregaba al tendero quien las enviaba a la dirección de
Magnolia.

Después de cada posesión dormía
todo el día. Cada vez se hacía mas flaco y la
sangre que
salía de su garganta aumentaba. Últimamente en las
posesiones estaba sangrando por los oídos y estas estaban
haciéndosen mas frecuentes.

La mitad de la obra son esas poesías a Magnolia,
para mi están escritas en un lenguaje que no corresponde a
la edad media

–Léeme algunas poesías por
favor—interrumpió Luis

Susana miró a su alrededor y dijo—Luis no
te has dado cuenta que hora es ?

— Es cierto. Vamonos para el pueblo, estoy ansioso de
escuchar esos escritos.

El día ha terminado. Ella se encontraba en medio
de una tempestad en una finca de Jericó Antioquia, estaba
oscuro y no había podido encontrar donde refugiarse.
Corriendo asustada chocó con una piedra y calló
quedando inconsciente. Despertó al frente del computador
intercambiando E-mails con un amigo electrónico quien le
hizo caer en cuenta que estaba siendo arrastrada por las aguas de
un arroyo en Jericó Antioquia. Se levantó agitada y
ya había amanecido, hojas secas mojadas pegadas a su
emparamada ropa fueron la novedad esa mañana de octubre en
la entrada al pueblo de Jericó.

12. En el
camino

–No tienes familia
aquí ?– preguntó Susana.

–Hasta hace algunas horas la tuve, pero un hombre es
solo en la vida si se mira desde la diferencia natural, y mas
cuando las diferencias son de carácter artificial o desde
la moral
humana. Yo creo que la igualdad no
existe, la misma naturaleza lo enseña: sus especies no
igualan sino, por el contrario diferencian unas de otras, los
hombres nos matamos por igualdad y hemos dedicados siglos para
encontrarla, cantidades de libros y de guerras, de
oraciones religiosas y de matrimonios; pero la desigualdad es una
ley natural y física y nosotros no lo hemos podido
entender, llevamos este ideal a nuestra vida cotidiana para
atormentar a nuestros mas cercanos familiares y amigos, nuestra
personalidad se hace traumática cuando al convivir
tratamos de encontrar esa añorada igualdad, el padre
atropella a su hijo para que este sea igual a él y se
atropella a la esposa para que esta sea como nuestra madre y sin
saber desde el principio a quién o a que nos queremos
igualar.

Si, hace algunas horas tenía familia ahora no
quiero que se parezca a mi ni yo a ella.

–Quién es ella ?.

–Oh, si, ella. Era mi novia, llevábamos 11
años de relación, su nombre es Clara Lucía,
nacida un julio para mi ventura y desventura, la mujer que me
acompañó 11 años de su vida y entre otras
cosas me sacó del licor y el sexo sin
límites; ahora estoy ebrio.

Luis miró su reloj nuevamente y dijo:

–Por favor vámonos para el pueblo ya es un poco
tarde y yo no manejo nada de política por
acá además, conozco poca gente en esta
región.

Susana se levantó primero que el y le
extendió sus manos para ayudarlo a parar. Al juntar las
manos la sensación fue para ambos agradable, la temperatura de
Luis era mayor y Susana sintió una gran sensación
de seguridad y paz, y pasión, aunque estúpidamente
tardarían para reconocerlo.

El camino al pueblo era de herradura y se hizo
complicado ya que el piso estaba mojado y su trayectoria
hacía abajo lo complicaba mas, estaba oscuro y se
oían algunas voces en la nada y algunos disparos en una
región de paz; que no permitió continuar el
dialogo de
Luis y Susana, que se dedicaron a llegar bien al pueblo pero con
un contacto de manos que a ambos hacía mucho tiempo les
hacía falta.

En el camino transcurrido; como lo alumbraban las
luciérnagas, no pocas hojas secas se carbonizaron y no
pocas hojas secas volvieron al árbol llenas de verdocidad
y esperanza.

13. En la plaza
mayor

Pasadas las 9 y media de la noche entraron a las
primeras calles campesinas de San Rafael, un pueblo de 3700
personas en su zona urbana y lo mas destacado era la casa de un
héroe de la independencia
de esta nación, tanto su nacimiento como su muerte
había ocurrido en este. Sus descendientes aún eran
reconocidos como tales ya que estos se habían logrado
mantener muy bien económicamente y filialmente con los
mejores matrimonios; incluso importaban hembras o machos de otros
lugares mas modernos, eran los mas ricos y de mejor familia para
la tradición popular.

Aunque su descendencia ha ido mermando por esterilidad,
enfermedad y accidentes, y
siendo hoy poca quedan por lo menos 10 personas jóvenes y
útiles del gran tronco familiar, todos educados en las
mejores instituciones
educativas de la región.

La raíz de esta familia es de España,
don Francisco de Acevedo y García propietario de un feudo
en España, casado con doña Clara de Fonnegra y
López descendiente de Catalanes ricos, unen fortunas para
comprar unos navíos con el fin de comerciar con América, de esta les llama la
atención La Nueva Granada, donde se hallaban unos
familiares de doña Clara a los cuales les estaba yendo
bien, su único hijo Luis Ignacio de Acevedo y Fonnegra se
había levantado entre navíos, mercancías y
La Nueva Granada.

Aunque joven de 18 años y rico, al morir sus
padres decide dejar los negocios en manos de sus familiares
quienes los dejan quebrar por la falta de buenos contactos y por
el asedio de los piratas, y se interna en al Nueva Granada para
encontrar los familiares de su madre, que según algunas
historias estaban llenos de oro, tierras y esclavos.

En Cartagena fue el primer lugar donde obtuvo
información sobre los Fonnegra, un comerciante que hasta
hace poco comerció desde allí con el interior y se
encontraba en Honda llamado Rafael Fonnegra. Don Luis
pidió una descripción física a un socio de
don Rafael que aún se encontraba allí llamado Juan
Santamaría quien le aconseja esperarlo pues en tres
días sale para Honda con destino La Villa de la Candelaria
de Medellín.

En Honda después de el apasionante y peligroso
viaje don Luis y don Juan se reúnen con don Rafael: un
hombre blanco, de mediana estatura, pelo un poco crespo y
castaño, con barba a medio salir, ojos cafés claros
y su ropa escasa por el gran calor. Al
día siguiente saldrían para La Villa de la
Candelaria de Medellín, un pueblo de buen clima y
estupendo para comerciar además, con mujeres muy ricas
esperando hombres blancos para desposarse, allí don Rafael
y don Juan tenían sus pretendientes y estaban prontos al
matrimonio.

Al día siguiente don Luis no logró
madrugar, estaba alojado en el hospedaje propiedad de don Rafael,
que siglos después se llamaría Hotel Fonnegra, lo
habían dejado con un mensaje en el cual le decía
que lo esperara unos meses, allí sería atendido
debidamente por Filomena, una esclava que dejaban a su mando,
encargada de la cocina y los quehaceres del hospedaje.

Algunos días después estando don Luis
sentado en una silla de madera mirando el amanecer observó
algunas personas entre hombres y mujeres reunidos, a su lado
algunos esclavos e indios con costales y cajones, parecía
ser que salían de viaje. Don Luis concentrado en esas
personas de manera interesada, pensando en el fondo en la
posibilidad de unírseles, observó dentro de ellas
una mujer de pié, su pelo castaño caía por
sus hombros y pechos, de estatura media, brazos largos y blancos,
un vestido claro que llegaba hasta sus tobillos y desde lejos
podían apreciarse que sus facciones eran pulidas y de gran
belleza.

Empezaron a caminar y varias mujeres, entre ellas la que
llamó la atención de don Luis, estaban siendo
llevadas por indios cargueros o silleteros. El se fue tras ellos
y se les unió, eran Colonizadores prehistóricos de
Antioquia. En el trayecto algunos se iban quedando y fundando
pueblos. Don Luis conoció a esa hermosa mujer y se
enamoraron, un día en un buen paraje el le propuso a Ana
González de Toro, la hermosa mujer, que se casaran y tras
la bendición de su madre y el somos de los mismos de su
padre, allí se quedaron, con 36 indios, 12 esclavos y
otras 3 parejas de blancos.

Fundó don Luis un pueblo el cual llamó en
primera instancia Santa Ana. Tubo prosperidad este pueblo pues se
encontró una gran mina y don Luis y su familia fue
acumulando una gran riqueza que hasta hoy persiste, corría
el año de 1743.

Nunca supo mas de España ni de sus familiares,
tampoco de Don Rafael Fonnegra, aunque por el año de 1890
una de sus descendientes se casaría con un descendiente de
don Rafael.

Solo dos hijos nacieron de este matrimonio Eugenio
Acevedo González y María Ignacia quien murió
de 10 años. Don Eugenio se casó con una criolla
rica llamada Juana María Obeso, él, aunque
admirador de su padre, colaboró en la Independencia de
España a los patriotas y se hizo uno de ellos. Un
día pasaban por el pueblo unos realistas con unas
instrucciones para un ejercito al lado del Magdalena, don Eugenio
los invitó a su casa para que descansaran y alimentaran,
quiénes aceptaron, eran 24 soldados realistas que en la
noche fueron sacrificados por los patriotas, al amanecer don
Eugenio declara a el pueblo independiente de el rey, con algunos
indios y mestizos forma un pequeño ejercito que fue
exterminado semanas después al lado de Honda. Esto con la
ayuda de la historia escrita hizo a don Eugenio el orgullo sin
tiempo del pueblo, hasta hoy, junto con Bolívar, son las
únicas estatuas existentes en la Plaza Mayor.

Hoy sus descendientes no dejan morir esa leyenda,
piensan que no solo el apellido y el dinero sino
sus acciones
cívicas en favor del pueblo no permiten que la memoria de
su ancestro muera.

La menor de sus descendientes es Clara Lucia Acevedo
Santillana, mujer de 37 años, bella e inteligente y
querida por todo el pueblo. Antropóloga, Abogada,
Socióloga y especialista en solución de conflictos,
estudiados en Medellín y Estados unidos.
Se dice en el pueblo que se cansó de la ciudad y hecho
todo al carajo, rompió con su prestigioso novio,
quemó diplomas, quemó sus finas prendas,
donó sus autos, y se
vino definitivamente para el pueblo. Hoy se la ve tintiando en la
Plaza, en alpargatas, yendo a misa de 7 AM todos los días
y salir de paseos a caballo a una de las fincas de la
familia.

En la Plaza Mayor de San Rafael, se dice, desde hace
algunos meses para acá, que en las horas de la madrugada
se ve pasar el espirito de un anciano vestido de guerrero
patriota, recogiendo hojas secas de la estatua de
Bolívar.

14. El
Oasis

Luis llevó a Susana a un hotel a 3 cuadras de la
Plaza de San Rafael, de nombre El Oasis, sus paredes amarillas
con zócalos, puertas y ventanas de color caoba. La
recepción quedaba en el segundo piso subiendo por unas
escalas de madera. Una pequeña sala con piso de tablas era
adornada con grandes materas y cuadros de paisajes y un televisor
a color emitiendo un enlatado inglés
con espectadores campesinos entre niños y adultos, que ni
se percataron de los estropeados visitantes.

–Buenas noches—dijo Luis a los televidentes, uno
de ellos, una mujer cuarentona se paró rápidamente
hacia un escritorio pequeño sobre el cual había un
teléfono, un cuaderno y algunos ceniceros – Buenas
noches, buscan pieza ? — les preguntó.

–Buenas noches—repitió
Luis—requerimos dos habitaciones con baño por
favor.

La señora los observaba con extrañeza y
disimulando el reírse les dijo son $9000.

Luis le dio ese dinero
mientras elle escribía sus nombres en un gran cuaderno,
les entrega unas llaves y les advierte que la entrada en semana
es máximo hasta las 12 PM y fines de semana hasta las 2
AM.

Los conduce a las habitaciones, antes de entrar, Luis
pregunta a la señora donde pueden comer a esta ora de la
noche, ella les sugirió que si querían su esposo
les conseguía dos comidas, El le dio $10000 lo que
quería decir que aceptaba, la señora dijo que en
media ora se las llevaba.

Cada uno entró a su pieza; Susana no
olvidó agradecerle todo y dando buenas noches se
encerró, no sin antes darle un beso en la mejilla, esto
para Luis fue haber recibido un premio, en la medida que se
había hecho estimar y ganado la amistad de alguien
mostrándose como realmente era.

Las piezas ambas contiguas, tenían ventana de
vidrios opacos, baño, una cama de madera con un
colchón de paja y varios tendidos aparentemente muy
limpios, al lado de la cama un pequeño escritorio con una
silla. En el baño, aparte de lo esencial, un
pequeño espejo adornado barrocamente. El color de las
paredes era blanco hueso, estas requerían una nueva
pintura. En las de su pieza, Luis encontró en la pared de
el lado donde la cama se recuesta, unos escritos de diferentes
personas, fechas y colores, en
algunos decía así:

Aquí se amaron Natalia y Andrés por
primera vez, 23/12/1995.

En San Rafael conocí la mujer que mas he amado en
mi vida, 01/03/1994.

Soy una mujer casada y estuve haciendo el amor con el
mejor amigo de mi esposo por que este me pone los cachos cuando
le da la gana y es un hijo de perra con migo.
14/7/1994.

Hoy conocí al hombre de mi vida, Juan Carlos es
un tarraooooo, 23/09/1995.

Y así muchas mas.

Luis se había bañado rápidamente,
con una agua fría pero reconfortante, cuando salió
del baño observó que su ropa estaba hecha un
desastre y tenía su equipaje dentro del carro al frente de
la casa de Clara Lucía en La Plaza mayor.

Sintió que golpearon la puerta de la
habitación –Quien es ?–preguntó

–Susana

Le abrió rápidamente

–Me siento sola, quiero que escuches lo que falta de la
obra

–Perfecto—dijo Luis—cuéntame
todo.

–Antes de leerte los poemas
terminaré de contarte quienes fueron los otros
personajes.

El General, un hombre de gran poder en Colombia, un
día de sinceridad se enamoró de la pequeña
Magnolia y tras una temerosa relación pasional;
pasión que aún lo llevaba hacía ella
constantemente, como resultado un pequeño niño.
Cada mes el general iba con su escolta a un parque del barrio
Belén las Playas de Medellín a las 7 de la
mañana para entregarle el dinero necesario a
Magnolia.

Uno de esos días, 7 de abril para ser exacta, en
el parque se encontraba un hombre de mediana estatura, semi
barbado, muy bien vestido, profesor de la Universidad de
Antioquia en la cátedra de historia política. Ese
día había madrugado bastante a leer un libro de
Cortázar "La Rayuela".

–Esa Magnolia es la misma que inspira las musas de
Luis—preguntó Luis.

–Por supuesto—déjame contarte lo que
sucedió esa mañana que fue lo que liberó a
Luis para que muriera tranquilo y lo que permitió a ese
profesor escribir esta historia y re enamorar a Susana, que se
encontraba perdida en la soledad, el humo de cigarros y el
alcohol,
tratando de componer un poema o cuento que reflejara el sabor,
encanto y naturaleza de la melancolía. En un cuarto de
hotel medio caro de Bogotá, desnuda, masturbándose
varias veces al día, sin bañarse durante una
semana, estaba la borde del suicidio, fue precisamente su
más eterno amigo quien la salvó y
enamoró.

Esa mañana en el parque, Magnolia que
medía aproximadamente 1, 55 mts. lucía un traje de
tela barata y color rojo vivo, un bolso negro y de cuerina ya
desteñido por el uso, unos zapatos de tacón alto de
color negro. Físicamente mostraba haber sido una mujer
hermosa, un pelo rojo largo. Estaba sentada en una banca diagonal a
la donde se encontraba el profesor a unos 50 metros. Como a las 6
y 50 de la mañana dos carros con 5 personas arribaron al
parque y se bajaron. Eran unos soldados , entre ellos un hombre
alto y robusto, muy bien dispuesto con su traje militar, sus
condecoraciones sobresalían. Antes de caminar hasta donde
Magnolia; que ya estaba dispuesta, observó los alrededores
y la hacerlo se encontró con la mirada del profesor a
quien saludó cortésmente.

Caminó hasta donde Magnolia mirándola con
gestos cínicos, ella se paró y dio unos pasos
hacía él que trataba de calmarla ya que Magnolia
parecía reclamarle algo insistentemente. La mirada amable
del general a el profesor se hacía constante,
parecía tener algo de timidez o pudor. Uno de los
escoltas; un soldado, no quitaba la mirada del profesor, quien
había prendido otro cigarrillo, y no podía de dejar
relacionar a Magnolia con la Maga.

Casi de la nada por el sur, el oriente y el occidente
aparecieron tres camionetas llenas de hombres disparando, el
profesor al oír los primeros disparos se dejó caer
de espadas tras la banca y observó toda la escena macabra.
Los primeros que cayeron fueron los soldados, el general
alcanzó a montarse en un carro pero una granada lo
despedazó, Magnolia huyó hacía donde estaba
el profesor pero un hombre de los que disparaba le apuntó
con éxito y le propinó tres impactos mortales en la
cabeza. Al caer arrastrada por el suelo de su bolso
salió un paquete de manila que llegó hasta los pies
de el profesor. Los hombres huyeron de la escena
rápidamente, y el profesor tomó el paquete e hizo
lo mismo, la escena fue tan rápida y tan de mañana
que casi nadie logró ver por lo menos el final.

El Parque de Belén las Playas quedó lleno
de sangre y humo, los cuerpos de los jóvenes soldados
rodeaban el cuerpo de Magnolia, pedazos de general esparcidos
dramatizaban la historia…en una habitación un profesor
sudaba frío de impaciencia por saber que había en
ese sobre de manila, desesperaba pues había encontrado
material para su nueva novela…..era
domingo.

Unos días después Susana recibió en
Bogotá los escritos de esta historia, así se re
enamoró del profesor de quien hoy no se sabe nada. Sin
embargo es más grave la causa del re enamoramiento que la
partida de Luis para Sión; es decir para siempre. Y al
final de uno de sus cuentos
escribió: El cielo no queda en ningún lugar, queda
en el tiempo. ¿ Cual tiempo ? ¿ El futuro, el
presente o el pasado ? en el pasado por supuesto, si se le da el
valor cultural y social a la ingeniería genética,
a la información genética con que nace cada ser
humano, aún sin ser descubierta, inventada, creada o
explicada por el hombre. Cuando se muere no se va a ningún
lugar diferente que al pasado, a algún lugar originario de
esa realidad que debe ser suma de realidades pasadas, cuando se
muere se regresa tal vez al inicio, no humano del hombre, divino,
extraterrestre, mítico….

La pupila de Susana fue poco a poco tragándose la
luz de la habitación, las imágenes como en chorros
se sumergían dentro de ellas, luego su cuerpo fue
autotrágandose en su totalidad, y así llegó
a un lugar con mucho mas sentido, profundidad y dinámica que esta realidad. La sangre
había salido lo suficiente de su cuerpo por las heridas de
la muñeca izquierda que le provocaran la
muerte.

15. Clara
Lucia

Aunque fue durante 11 años su novio solo
había estado en este pueblo 2 veces, lo que no le
había permitido conocerlo bien. El mayor tiempo lo pasaba
con Clara Lucia en una de las fincas, la que mas le gustaba a
ella era la finca Andalucía, que según la
tradición popular fue donde estuvo fundada Santa Ana, en
esta aún hay algunos trabajos en al mina del mismo nombre,
ambas propiedades de su mas lejano ancestro y fundador de San
Rafael.

Era una hacienda cafetera de mas de 10000
hectáreas, con 2000 cabezas de ganado para carne, en esta
habían familias de agregados que desde los años de
la fundación han permanecido allí de
generación en generación (incluso desde antes; o
que dirá la historia).

La casa tenía mas de 25 alcobas, era una casa de
tapias, barro y tejas de dos plantas, pintada
a manera colonial de rojo y blanco, pero había en ella
desde los carros toyotas hasta computadora e
Internet, su jardín adornaba hasta las canchas de
fútbol y tenis y la piscina.

Lo que mas gustaba de todo a Clara en toda la hacienda
era la alcoba principal, donde había permanecido desde su
construcción en el siglo XVIII algunos
objetos, el cuadro del patriota con su esposa, la espada, la
bacinilla, un baúl donde se hallaban los documentos de
cada uno de los patriarcas que en su momento ocuparon estos
espacios; documentos históricos de gran ayuda para
comprender como una familia se va haciendo y siendo una
región, aunque, sin embargo han sido consultados por
historiadores que siguen viendo lo importante de esta historia;
de don Luis Acevedo de Fonnegra, en su condición de
Patriota y no como humano, con sus cotidianidades, formador de
una sociedad local con una herencia
ancestral y una presencia Americana, en la cual tuvo que
encontrar espacio a su felicidad, y al rededor de lo cual se
origina un espacio donde las gentes ante el cambio
encuentran donde identificarse.

En esta alcoba Clara Lucia se quedaba días y
noches enteros leyendo y escribiendo párrafos; cada uno
con su propio desarrollo, moraleja y fin, sobre los cuales Luis
no había podido encontrar un orden estructural de pensamiento,
hasta el punto que planteaba la posibilidad de que Ella en cierta
forma era poseída por espíritus que la
hacían escribir cada uno según su época e
interés; aunque según él, algunos
párrafos si eran realmente escritos por ella.

–Qué clase de espíritus ?– le preguntaba
ella inquietamente.

Sabía en el fondo que lo que la hacía amar
a Luis fue que él era único hombre
académico, objetivo y racionalista que tenía el
valor de no temer hacer el ridículo al tratar de explicar
este mundo desde una ventana oscurantista, ya el mundo lo esta
haciendo, se le están dando posibilidades al oscurantismo
de explicar al hombre, nosotros hegelianos por antonomasia y
retrógrados por ideología nunca nos damos cuenta de
las cosas a tiempo.

Ella sabía que tarde o temprano esa
relación la haría cambiar de pensar sobre la vida
que llevaba, Luis le había enseñado que en la vida
hay que tomar decisiones así sean duras para encontrar
nuestra dignidad y felicidad; nuestro interior, y ella
sabía desde siempre que así lo haría aunque
lo tuviera que sacrificarlo a él.

–Los espíritus; en estos casos, –
contestó Luis– se conocen por la forma como escriben,
algunas palabras por ejemplo se referencia una época,
algunos gustos muestran si fue hombre o mujer; los
espíritus llevan adherido a su esencia lo femenino o
masculino, algunos párrafos dejan ver si es un ancestro;
como es el caso tuyo Clara.

En los anaqueles de la habitación se encontraban
decenas de carpetas con los escritos de Clara, Luis los
había leído todos y como historiador en algunas de
sus investigaciones había citado algunas partes de estos,
especialmente las que referían a estructura
genealógica familiar que el unía a datos
empíricos de archivo y fuente
oral para mostrar una faceta histórica más
fotográfica de la realidad antioqueña.

Clara por fin había regresado, había
obtenido el perdón del tiempo, del pasado. En ella sus
antepasados se empezaron a sentir cerca de casa. Ya por lo menos
estaban invirtiendo su realidad karmica, involucionaron
positivamente de lo urbano a lo rural...en espacio y tiempo a España.

16. La Despedida

En frente de la casa de Clara se encontraba estacionado
su carro y en el todo su equipaje, estaba pensando como llegar a
este sin tener que encontrarse con ella, cuando tocaron la puerta
de la habitación. Al abrir, un señor
cuarentón le entrega 2 platos de icopor debidamente
empacados con plástico transparente que dejaban ver unos
suculentos platos típicos: frijoles, arepa,
chicharrón, aguacate, huevo, arroz, tomate, ensalada y
chorizo. El señor tendió su brazo a Luis para
entregarle $2000 de vueltas, pero Luis se los dejó con
$5000 más dándole las gracias y lo mismo hizo el
hombre pero con mas emotividad.

Al cerrar la puerta cayó en la cuenta y la
abrió de nuevo rápidamente, –

— Señor, Señor—llamó
suavemente

–En que le puedo servir—respondió dando la
vuelta rápidamente.

–Le entrega a la mujer de al lado y regresa aquí
por favor.

— Con mucho gusto.

El señor tocó la puerta de Susana
suavemente, mientras Luis serraba la puerta de la suya.
Entregó a Susana la comida, esta mira para la pieza de
Luis y al no verlo da las gracias al señor y se
encierra.

La puerta de la habitación de Luis estaba a medio
cerrar y el señor la abre despacio, Luis le dice que la
cierre y se siente en la silla y le habla:

–En la Casa de la Plaza, la casa de los Quevedo, al
frente de la entrada hay un carro particular de color rojo vivo
de placas AB 2321 Rondoso, ese carro es de mi propiedad, mire las
llaves, los papales y la cédula para que
compare

El señor miró los papeles con
detenimiento, como si efectivamente los estuviese comparando; en
realidad don Arnulfo Castrillón nunca había
aprendido a leer, era un hombre de poco espíritu y de
buena voluntad. Le devuelve los documentos y las llaves a Luis
con un gesto aprobatorio; el no necesita saber leer para saber
que la mirada de ese hombre dice la verdad.

–Me haría el favor—le pregunta Luis – de
ir hasta ese carro sin que nadie de los Quevedo se entere y sacar
de la maleta del carro una maleta mediana y traérmela
?.

El hombre contestó que si y salió de la
habitación cerrando la puerta.

A los pocos minutos regresó con la maleta,
asegurando que nadie se enteró del suceso, pero que un
papel sobre el parabrisas en un sobre que trató de coger
se lo arrebato la señora Clara Lucía Acevedo, quien
lo regañó fuertemente para entrarse a su casa, pero
sin embargo ella no logró ver la maleta.

— Gracias señor—le dijo Luis—y le
entregó $20000.

–Mi Dios le pague y para servirle.

De la maleta saca uno de los dos trajes elegantes que
había llevado a San Rafael y se viste rápidamente;
no tenía pensado amanecer en el pueblo y estaba decidido a
regresar a la ciudad, ya nada lo ataba a este lugar, aunque
reconocía la belleza y la amabilidad de los habitantes del
pueblo.

Cuando estaba saliendo de la habitación se le
ocurrió que el también debía dejar marcada
en la pared el recuerdo de su presencia; por entre otras cosas,
si algún día Susana convierte su vida tan cotidiana
que venga a amanecer a esta pieza sola o acompañada, y
aún no halla perdido el interés por la verdadera
poesía, la que nace de facto, sin orden, sin premeditar y
lo científico o lo empírico la tiene sin cuidado,
alcance a leer este y los demás escritos en la pared. Luis
con su estilógrafo escribió: En este espacio te
esperé poco tiempo; esperé más lo que no
vendría. Pero a poco tiempo llegó el olvido a lo
que largo tiempo deseé: EL AMOR. Julio 19 de
1997.

La dueña del Oasis esta constantemente yendo a la
inspección de la policía a denunciar que desde que
dos turistas extraños, entre ellos el prestigioso novio de
la señora Clara Lucia Acevedo, se marcharon del hotel se
oyen unas risas tenebrosas después de media noche que solo
han oído los adultos.

Algunas noches sin embargo se oyen los lamentos de una
mujer, y de esa pieza después de la noche hay que barrer
algunas hojas secas; parecen de Ceiba y ni el padre con sus rezos
a podido acabar con el misterio.

¡ Los ancestros siempre celebran los buenos
recuerdos !.

Los malos, los lamentan.

17. La Noche

Pasadas las 4 y 30 de la madrugada salieron del pueblo
Luis y Susana en el auto, Luis no había sentido temor de
encontrarse con Clara y llegó hasta este con Susana,
miró el parabrisas buscando el sobre y allí estaba,
lo tomó y se montó al carro con Susana saliendo
velozmente mientras una ventana de la bella y colonial casa se
abría fuertemente pero no logró hacer detener a
Luis.

La carretera que comunica San Rafael con la capital esta
pavimentada y en buen estado. Esa
noche había poco transito automotor pero de manera curiosa
muchas personas se veían constantemente caminando en
diferentes sentidos a las orillas, Susana le había
preguntado a Luis si esas personas realmente existían,
él en tono burlesco le había contestado que si,
pero que pronto dejarían de hacerlo.

–Tienes familia en la
cuidad—preguntó Luis.

–Mi familia no es de esta región y no la conoce,
pero yo con el tiempo he logrado
hacer unos amigos que son como mi familia.

— Tienes amigos en este pueblo ?.

— No, pero por uno de ellos; no, mas bien un conocido,
vine hasta este pueblo—quieres oír la historia completa
?.

— Claro, cuéntala. Pero no olvides que me debes
aún parte de la historia las musas de la edad media en
Niquitao.

Susana meditó un momento, suspiraba y se frotaba
los muslos de sus piernas con las manos. Mientras tanto Luis
colocaba música
folklórica Colombiana, después sacó una
pequeña grabadora de periodista y la alistó con la
intención de grabar la que diría Susana, a lo que
ella no se opuso y ni siquiera objetó.

Hace algunos años conocí un hombre que
compartía conmigo el estudio de la misma disciplina y
en al misma universidad. En
un principio era cotidiano verlo y saludarlo como a todos, solo
un día de tantos tuve la oportunidad de conversar un poco
con el y me pareció un moralista pero interesante hombre,
pasaron dos años para que volviéramos a sentarnos a
conversar, ya que nos movíamos en espacios diferentes, el
en su espacio, haciendo cultura desde
la nada, teorizando una realidad; mil veces explicada, a su
manera, y yo en grupos de
actividad social e involucrada con política hasta los
dientes. Era un solitario extrovertido, la persona
más amable que halla conocido, orgulloso y
tradicionalista, pero lo que mas le admiré fue la forma de
decir la verdad y su nobleza; que lo hacía un
espécimen burgués especial por que en el fondo
poseía una conciencia de
clase y un conocimiento
de ésta que demoré hasta hace poco; después
de 9 años, para entenderlo. Lo que logró comprobar
con su modo de vivir y pensar a todos sus compañeros. En
el tiempo que duró en la Universidad su vida era una
constante lucha contra paradigmas
extranjeros; como los llamaba en su práctica de vida,
definitivamente fue un hombre libre, singular; desde su forma de
vestir hasta la de comer lo hacia alguien diferente; incluso en
la forma de escribir, fuera del sistema
capitalista, aunque dependía de el manejaba un cuento de como
este tenía la falla o podía derrumbarse inventando
una teoría
desde abajo, que la teoría científica no sea capaz
ni de presentirla por medio del método
científico o una investigación social; pues la propuesta
trasciende el capitalismo y
es, como hacer algo tan obvio que no parezca importante y por
tanto tampoco peligroso.

— Ya esta muerto—preguntó Luis—que
hablas de el en pretérito ?.

— No—contestó asustada Susana.

— Continúa por favor.

Que me embriague este mundo para poder marchar
tranquilo.

Que cuando valla a morir este consciente
del acto y de la historia,

si es asesino el que tenga en frente o
atrás en el acto

que lo tenga bien ubicado en la historia
que lo parió,

y mi cuerpo sea tirado como fuego sobre
hojas secas.

Que disfrute del mar el
marinero

que disfrute de la muerte el
condenado

si los asesinos lo hacen por impotencia y
envidia

por que ese condenado si ha amado a sus
ancestros.

18. Susana y Otro
Luis

Una mañana como todas Susana sale de su casa
cerca a la universidad, a unas casas de allí la espera
Victoria Villa, una mujer poco
atractiva pero muy activa, metida en todo como Susana.
Requería urgentemente tener amigas y amigos y en los
últimos dos años había conseguido lo que
durante toda su juventud no
logró, hoy su espejo y paradigma es
Susana y esta si que lo hacía bien; dos soledades
complementarias.

Victoria Villa antes de entrar a la universidad
había trabajado en una empresa de
repuestos automotores, allí conoció al padre de la
hija que no fue capaz de mantener cuando su esposo fue asesinado
y aún no se sabe por que. Sus padres la han criado y le
han hecho creer que Victoria es su hermana mayor.

Todos los días posibles se iban caminando para la
universidad, un día a Victoria le dio un mareo y tuvieron
que internarla. La leucemia en dos meses acabó con ella.
Esa mañana ambas llegaron a la U., Susana estaba en
finales y debía internarse en la biblioteca todo
el día, Victoria iría a una reunión a
remplazarla.

En la biblioteca había mucha gente y solo
encontró una mesa para sentarse al lado de un
compañero con el cual no tenía mucha amistad, el se
llamaba Luis Escobar, un hombre muy estudioso y querido por casi
todos los compañeros. Había llegado este año
con unas ideas muy voladas como decían sus
compañeros, Susana aunque escuchaba pensaba para sus
adentros que Luis era un desentonado. Era un hombre de estatura
media, trigueño claro y poco gustador de las mujeres,
bestia de manera elegante, se destacaba por su amabilidad, pero
era un hombre orgulloso, cascarrabias y de lengua suelta;
signo sagitario. De pocos amigos pero muy conocido, en las clases
siempre era de los que mas preguntaba casi siempre con preguntas
al estilo típico de GABO, puro realismo
mágico; aunque no tanto.

–Puedo sentarme aquí ?–preguntó
Susana.

— Hola Susana, claro que si,
siéntate.

— Gracias Luis, como estas ?–preguntó por
educación.

— Bien, bien. Gracias—respondió Luis,
quien había entendido; como siempre lo hacía, quien
hablaba por hablar.

Pasaron algunos minutos y ambos estaban dedicados a
la lectura,
Susana estaba verdaderamente concentrada, tanto que hasta la
respiración se le había acelerado y
no se había dado cuenta. Luis, quien tenía la
capacidad que pocas personas tienen estaba comprendiendo la
lectura y no
podía dejar de mirarla.

–Quieres tomar un tinto ?—preguntó
Luis.

–Si—respondió Susana y ambos salieron de
la biblioteca.

Luis tenía una cafetería preferida para
tintiar y no la que tal vez por inconsciencia sus
compañeros buscaban. Susana era la primera vez que iba a
esa cafetería y sin una aparente razón este sitio y
Luis la habían dejado indefensa, su seguridad
había desaparecido en un ambiente y
ante un hombre aun caballero que la trataba como una verdadera
dama y no con la brusquedad de los hombres actuales, criados con
tantos caprichos que ya no diferencian entre las características de una mujer y un hombre y
se está llegando a la tendencia de que la mujer debe ser
bella para el sexo; ese es
su escala de
valor.

Se sentaron en una meza blanca para cuatro personas y
entre el murmullo de las demás personas y el sabor y olor
del café de universidad; ese que hace hoy suspirar a
tantos seres humanos que han pasado por esta y algunas lagrimas
de melancolía, de que mas, salen de ojos cargados de
poesía.

Los seres humanos vivimos según la realidad, esta
se nos enseña desde el hogar, el estudio y lo
lúdico, religioso etc. Son pocas las personas que se ponen
a reflexionar acerca de que es el mundo y el hombre en
él. Susana tenía la capacidad de hacerlo pero nunca
lo había intentado o no había tenido la
oportunidad, Luis era diferente, este tenía por encima de
lo económico la esencia humana; por lo menos a diferencia
de sus compañeros, casi todos, lo económico; para
poder estudiar y pensar no era un problema en él, estaba
convencido que el hombre era un mediocre inconsciente del
verdadero conocimiento o realidad y de la capacidad de su
pensamiento.
Esta tendencia la había canalizado con un tipo de escritura
surrealista o algo así.

Este día fue para ambos muy especial, Susana
despertaría una habilidad en su vida que la
liberaría de mediocridad y complejos, una habilidad que
era imaginación y poesía. Luis encontraría
por fin quien le comprendiera un poco al menos por amor. El caso
es que de esto no iban a salir bien librados y sus vidas
cambiarían y se liberarían de las ataduras a que
nos tiene sometidos el
conocimiento occidental, a la mediocridad, a la
vergüenza de la imaginación y de Dios.

Don Víctor a quien le habían llegado unos
libros
originales de manuscritos coloniales y que los había
leído con impaciencia y con un gran sentido objetivo y
crítico, su mejor amiga María, le había
advertido que en realidad esas hojas de los manuscritos no eran
de papel, eran
hojas secas que los indios Catíos habían acumulado
como presagio de lo que a sus descendientes les ocurriría
en el modernismo,
era algo así como su venganza contra el decaimiento de la
dignidad humana por el valor de lo inmaterial que da valor a las
creaciones humanas, entonces le aconsejo que el sentido critico y
objetivo no eran suficientes para entender los manuscritos, que
era necesario que los leyera como si en realidad estos fueran
hojas secas.

19. El encuentro y el
adiós

–Recuerdo la vez que estuvimos conversando sobre
el amor de la
mujer y su relación con los signos
zodiacales—comentó Luis—de eso hará 2
años, usted sigue siendo igual físicamente. A ese
momento, después lo descubrí, debo unos cuantos
poemas a su
sonrisa, no la estoy cortejando si así fuese se lo
diría sin temor, solo estoy contándole una verdad
de mi vida. Uno de esos poemas salió para mi honor; aunque
como anónimo en una revista de una
universidad en Bilbao España.

–El honor es siempre mío, o que mas puede sentir
una mujer común y corriente el que le escriban poemas, que
uno de ellos sea publicado y que se los dedique una persona que
jamás se le pasó por la mente que pudiera hacer
eso, y además por mi sonrisa…En qué siglo estamos
Luis ?.

–En todos como diría uno de nuestros profesores;
Josué, es mas hasta podría decirse; según
sus textos que estamos en el siglo de la sonrisa.

–Lo que plantea el profesor ya no es subjetivo es algo
mas, yo creo que es eso hecho realidad, ideología y ahora
religión.

–Josué trae a esta época la unidad como
elemento indispensable para toda explicación, pero con la
suerte distinta a Jordano Bruno, hoy no hay inquisición de
ese tipo. Lo peligroso está en acomodar ese termino y
teoría explicativa a la política o realidad social
actual, con el fin de encontrar posibles soluciones a
las injusticias humanas y contra la ecología, nos
daríamos cuenta de nuevo que la inquisición
aún persiste.

–Cual es el siglo de la sonrisa ?–preguntó
Susana.

–No lo se pero si quieres lo imaginamos y lo
construimos y hasta lo podemos vivir, hacer real y convertir esta
mediocre realidad en una nueva que coexista dentro de esta pero
que den a nuestras conciencias cualidades que los demás
dentro de esta cultura no podrían lograr.

–Cómo que elementos ?

–Aunque marcatizados en lo burgués de esta
cultura, tomémoslo así por el momento, yo
diría que la verdadera dignidad, una cierta libertad que
salga de nuestro interior, un gran amor para decir la verdad
desde la trivial hasta la científica (si esta atrae la
inquisición se hace como hicieron los templarios, se crea
desde un lenguaje hasta
un método hasta una teoría, que parezca tan trivial
que no pueda ser descubierta), y un sentido de amistad que
contenga caridad; para no parecer sospechoso, humanitarismo;
desde lo psicólogo hasta lo económico, y
fraternidad e igualdad pero
en tiempo de futuro y no presente como no lo han enseñado
siempre y por ello la mediocridad; entre otras cosas. Algo
así como para empezar. Qué te parece ?.

Susana meditó un momento, su pensamiento giraba
en torno a una
teoría ya constituida y no solo creía en ella sino
que luchaba por que esta triunfara y esta idea de Luis era loca
pero dejaba entrever un juego con la
historia y la imaginación que por dignidad no
podría dejarse pasar como si nada. Además ya era
ora de ser mas que racional y objetivo.

–La verdad es que en el fondo del discurso capto
algo, pero no podría decir nada al respecto por el
momento. Lo que si puedo decir es el gran valor que tiene una
persona que en pleno fin de siglo o del ser humano útil a
la sociedad, haya un
hombre que este preocupado por la dignidad humana y la amistad.
Me parece muy interesante que se trate de dar significados nuevos
a palabras como dignidad, verdad, fraternidad e
igualdad.

–Hacer una propuesta de esta índole en este
momento, espacio y sin prepararla me es imposible.

–Cuando te casaste ?–preguntó
Susana.

–Hace algunos años. Quieres saber esa historia
?

–Sí, contestó ella.

–Cuando niño mis padres me llevaban cada
diciembre a un municipio cafetero de este departamento,
Jericó, a pasar las vacaciones escolares. No
estábamos hospedados en el pueblo sino en una finca
hermosa, con grandes potreros sembrados de guayabos, un
cristalino arroyo que en esas vacaciones ni el mas hermoso mar
podría igualar en mi cerebro y una
hermosa casa de tapias y tejas de barro que hasta hoy son el
ideal de mi estética.

Era un niño de 7 años, tímido e
introvertido y con una gran dependencia a mi madre;
mamítis, aunque mi padre siempre estuvo a nuestro lado con
gran afecto y responsabilidad, a el le debo entre infinitas
gracias, la capacidad de soñar, imaginar y la tenue
habilidad de escribir.

En las tardes mi madre me llevaba para un pequeño
morro a recibir el sol que
según ella era bueno para mi anemia. Allí
convergían dos caminos en ángulo de 90 grados, uno
conducía al pueblo el otro a una vereda, allí
también empezaba un potrero ajeno a la finca, desde
allí se podía ver como el alambrado se
perdía entre los cafetales. A una media distancia al lado
del camino, el alambrado y el potrero ajeno, había una
casa grande de una familia muy conocida y respetada.

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