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Desde hace muchos años y hasta nuestros
días, han existido muchas controversias o podríamos
decir vicisitudes con relación al significado de ciencia,
¿qué es ciencia?, esta
ha sido la pregunta durante mucho tiempo. Existen
diversos conceptos o ideas sobre esta palabra
«ciencia», según el diccionario
ciencia es un conjunto coherente de conocimientos relativos a
ciertas categorías de hechos, de objetos o de
fenómenos, aunque muchos la definen como un conocimiento
racionalizado, sistemático y desinteresado. Otros
presentan la ciencia con
las siguientes características:
- Conocimiento racional, sistemático, exacto y
verificable; ya que entre sus características encontramos conocimiento
verficable, podríamos decir que es considerado falible,
es decir, que puede fallar, en algún momento puede ser
falsa o más bien engañosa.
Mario Bunge en su libro,
"La ciencia: su
método y
su filosofía", expresa lo siguiente:
"Mientras los animales
inferiores solo están en el mundo, el hombre
trata de entenderlo y esto da lugar a un cuerpo creciente de
ideas llamado ciencia".
Y pienso que es cierto, creo que lo que dio lugar a la
ciencia fue ese interés
del hombre por
entender lo que estaba sucediendo, el interés
por comprender lo que estaba ocurriendo en todo su alrededor. Si
nos ponemos a pensar, nos daremos cuenta que la noción de
ciencia siempre nos lleva al saber contemplativo o
especulativo.
La ciencia es una relación específica
entre un sujeto que conoce y un objeto que es conocido; el sujeto
que conoce puede considerarse como el saber humano; mientras que
el objeto conocido es lo que está situado fuera de
él, todo su entorno.
El termino revolución
implica un principio nuevo que supera la realidad anterior. Este
hecho no se queda en aspectos secundarios o externos sino que
este nuevo principio transforma la vida social de tal manera que
las estructuras e
instituciones
anteriores pierden su vigencia y son sustituidas por una nuevas.
La historia humana
ha registrado momentos de crisis tan
profundos que han constituido verdaderos síntomas de
radicales transformaciones o revoluciones. No siempre una
revolución
tiene que ser violenta, ya que, las causas pueden obrar de manera
secreta y lenta hasta que llegue el momento de su
manifestación irreversible.
Muchos autores, refiriéndose a la
situación actual del mundo la caracterizan como una
revolución científica. Esto quiere decir que a
pesar de las manifestaciones violentas, la raíz principal
de la actual transformación histórica, se encuentra
en la ciencia y la tecnología
contemporánea.La llamada revolución
científica no se limita al campo del saber y sus
aplicaciones. La ciencia está trasformando toda la
realidad humana, social y cósmica. Nada puede escapar a su
influjo. Hechos históricos recientes están
mostrando que la revolución científica puede y debe
hacerse sin apelar al uso de las poderosas armas recientes.
La misma ciencia en cuanto reflexión exige que el proceso
revolucionario autentico en marcha sea racional, planificado
armónico y además de esto
pacífico.
El desarrollo de
la ciencia moderna se inicia en el siglo XVI con hombres como
Copérnico, Galileo, Newton, etc.
En un principio la actividad científica se ejerce en
campos particulares y tiene aplicaciones también
particulares especialmente en la producción industrial. No obstante llega el
momento en que el desarrollo
cuantitativo acumulado es tal, que el hombre
experimenta por primera vez que puede proyectar la ciencia en un
sentido general. Se ha superado pues el ámbito restringido
y particular y la ciencia adquiere claramente proyecciones
sociales, universales y englobantes.
La revolución científica es presentada de
diversas maneras. Para algunos autores como Vólkov,
aquella está constituida por la automatización. Ya no se trata sólo
de sustituir la energía material por la máquina,
como en la época de la gran industria,
sino de reemplazar la actividad manual y
técnica del hombre.
Otros autores, como Alvin Toffler, establecen como nota
determinante de la revolución científica, el
"prosumo", o sea la nueva relación entre el productor y el
consumidor. En la
época industrial se generalizó el trabajo por
salario, en la
actualidad se va generalizando la tendencia a trabajar y producir
para uno mismo. Este fenómeno parece estar relacionado
también con el anterior, o sea con la automatización que permite, sin poseer una
capacidad técnica especial, producir efectos y
artículos mediante una fácil actividad personal.
Hoy en día se ofrecen diversas maneras de
interpretar la revolución científica actual, las
cuales parecen obedecer a aspectos parciales del fenómeno
global, de acuerdo con la formación y la ideología
de cada autor. Pero lo que sí parece estar claro es que la
revolución científica no se puede caracterizar
solamente por el aspecto objetivo y
cuantitativo. Aunque los avances logrados como la bomba
atómica, los viajes
espaciales, entre otros, representan una acumulación
enorme de conocimientos en relación con la ciencia de
principios del
presente siglo, la revolución científica actual
implica ante todo el aspecto subjetivo.
La revolución científica y cultural va
estrechando los vínculos entre ciencia y valores
humanos. La ciencia con su poder de
dominación, está superando de hecho en la conciencia de
individuos y pueblos, la aceptación gratuita de valores
impenetrables determinantes de las acciones
humanas.
Para finalizar quiero concluir con estas palabras
escritas por Mario Bunge: "Un mundo le es dado al hombre; su
gloria no es soportar o despreciar este mundo, sino
enriquecerlo".
Bunge, Mario. La ciencia: su método y
filosofía. Buenos Aires
Ediciones Siglo Veinte.
Moreno, Fabio. Revolución Científica.
Bogotá
Editorial Nueva América, 1988.
Editorial Larousse. Diccionario
Ilustrado Larousse. México
Ediciones Larousse, S.A., 1994.
Autor:
Alberto Polanco
fco.polanco[arroba]codetel.net.d