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El sol detrás de las nubes de la depresión, una visión logoterapeutica



    Indice

    1. Introducción a la
    Logoterapia


    3. Depresión
    noógena

    4.
    Causas

    5.
    Tratamiento

    6. Depresiones endógenas: El sol
    detrás de las nubes de la
    depresión

    7. Bibliografia

    1. Introducción a
    la Logoterapia

    "Desde el punto de vista moral, las
    psicoterapias privilegiadas son la logoterapia y el counselling.
    Pero todas son admisibles, a condición de que sean
    administradas por psicoterapeutas guiados de un elevado sentido
    ético."

    La Logoterapia es una escuela
    psicológica creada por Viktor E. Frankl (1905-1997),
    catedrático de neurología y psiquiatría de
    la Universidad de
    Viena. Frankl completó su formación
    humanística, después de la II Guerra Mundial
    -en la que fue prisionero de varios campos de
    concentración- con un doctorado en filosofía. Ha
    escrito 28 libros; el
    más conocido es el que relata su experiencia vital que
    tituló "Un psicólogo en el campo de
    concentración" y que en nuestro medio se editó como
    " El hombre en
    busca de sentido".

    La palabra griega logos tiene varias acepciones. El
    significado preciso que le da Frankl a éste término
    es doble: "sentido" y "espíritu". Cuando Frankl asume el
    término logos como sentido y como espíritu se
    refiere a la voluntad de descubrir y satisfacer la necesidad
    profundamente humana de vivir una vida con sentido. Esta vida con
    sentido es la consecuencia de experiencias con
    sentido.

    Su teoría
    psicoterapéutica se basa en una concepción de
    persona
    integral que incluye el ser biológico, psicológico
    y espiritual. Con esta idea antropológica estudia la
    situación del hombre de
    nuestro tiempo y
    encuentra en la búsqueda de sentido, la más
    profunda tarea existencial del mismo.

    Esta perspectiva difiere completamente de las bases en
    que se fundamentan las distintas escuelas psicológicas,
    que generalmente tienen una visión psicosomática y
    social del hombre. La
    ausencia de espiritualidad, cercena lo más distintivo del
    ser humano y éste queda atado a los condicionamientos, ya
    sean biológicos, psicológicos o
    socioeconómicos.

    Para la Logoterapia, ser hombres significa sobre todo la
    facultad de ir más allá de todos los
    condicionamientos, porque lo esencial y más valioso de la
    existencia humana se encuentra en su propia
    autotrascendencia.

    La autotrascendencia es la capacidad de salir de uno
    mismo para volcarse a una tarea concreta que realizar, a una
    persona a
    quien amar o incluso para entregarse a un sufrimiento
    inevitable.

    Podemos concluir de lo expuesto, que el ser humano tiene
    la posibilidad de superar las concepciones que lo presentan como
    una mónada cerrada. La Logoterapia lo inserta en una
    dimensión superior que sin dejar de lado lo
    biológico, lo psicológico ni lo social, lo integra
    en la esfera noética o espiritual. Para la logoterapia, el
    ser humano a pesar de los condicionamientos que lo estén
    limitando, jamás pierde la última de las
    libertades: la actitud a
    tomar frente a esos condicionamientos.

    A modo de síntesis podríamos resumir los
    conceptos principales de la logoterapia:

    1) Libertad de la
    Voluntad

    Implica que el ser humano es único e irrepetible
    y que está llamado a la libertad y a
    la responsabilidad.

    1. La motivación principal del ser humano es
      descubrir el sentido de su vida.

    2. Voluntad de Sentido

      __b) vivenciales (Amor)

      __c) actitudinales (Sufrimiento)

    3. Sentido de Vida: que se logra viviendo valores__ a)
      creativos (Trabajo)
    4. Tríada Trágica: Sufrimiento, Culpa y
      Muert

    Quién puede decir que no ha sufrido, que no se
    ha sentido culpable y que no morirá? Todos los hombres
    debemos enfrentar esta tríada para nuestro crecimiento
    en los valores
    de actitud.

    La dimensión espiritual o noética es el
    "hilo conductor" de la logoterapia, porque contiene todos los
    recursos del
    espíritu humano capaces de ser empleados por el individuo
    para contrarrestar la enfermedad y los traumas que la vida
    acarrea. Estos recursos
    espirituales podemos resumirlos en:

    • Nuestra voluntad de sentido
    • Nuestra creatividad
      e imaginación
    • Nuestro amor
    • Nuestra conciencia y
      nuestra autoconciencia
    • Nuestro sentido del humor
      (autodistanciamiento)
    • Nuestro compromiso, ideales y valores
    • Nuestra responsabilidad y habilidad en la
      respuesta
    • Nuestra compasión y perdón
    • Nuestra conciencia
      de la finitud

    2. Logoterapia y
    Depresión

    Como es sabido podemos encontrar tres tipos de depresión
    agrupados bajo la categoría de trastornos afectivos: 1)
    Depresión reactiva o neurótica; 2)
    Depresión endógena y 3) Depresión
    orgánica.

    1) Depresión reactiva:

    Este tipo de depresión normalmente parece
    coincidir con un acontecimiento adverso de la vida, tal como
    la muerte de
    un ser querido, las desavenencias conyugales, los problemas
    económicos o de desempleo. No
    tienen un origen sino una razón, especialmente una
    razón para estar triste, como puede ser la pérdida
    de una pareja. La depresión se instala como
    reacción a tal acontecimiento ingrato y bloquea la
    superación psíquica.

    2) Depresión endógena:

    Son las que vienen "de adentro", sin razón, que
    no tienen un origen externo sino solamente un origen interno.
    Este tipo de depresiones son una respuesta a algún
    proceso
    interno desconocido. No son desencadenadas por ningún
    acontecimiento externo; simplemente, se abalanzan sobre la
    persona afectada. Por lo general, presentan ciclos temporales
    regulares.

    3) Depresión orgánica:

    Cuando se hace un diagnóstico de depresión es
    importante descartar las bases

    orgánicas, puesto que el efecto y la conducta
    depresiva están asociadas muchas veces a una lesión
    cerebral o a la acción de ciertos
    fármacos.

    Seguramente en estos días han estudiado estas
    definiciones profundamente.

    Nuestra intención en primer lugar, es presentar
    brevemente a las depresiones noógenas y plantear la
    propuesta logoterapeútica para su superación. En
    segundo lugar, mostrarles nuestro modo de trabajo frente a las
    depresiones endógenas y plantearemos como desde nuestra
    antropología el poder
    "sobrellevar valientemente" esta enfermedad puede ser vivido como
    un logro personal.

    De esta manera nos quedarían las depresiones
    reactivas para profundizar en otro momento.

    3. Depresión
    noógena

    Definición:

    " La carencia de un sentido vital desempeña un
    papel crucial
    en el desarrollo de
    la neurosis. En
    última instancia, hay que entender la neurosis como un
    sufrimiento del alma que no ha descubierto su significado.
    Aproximadamente una tercera parte de mis casos no padecen de
    ninguna neurosis clínicamente definible, sino de la falta
    de sentido y de propósito en sus vidas."

    Hoy en día es bastante común escuchar a la
    gente joven y no tan joven decir que "no tienen futuro" , o ante
    la pregunta acerca del futuro nos encontramos que no tienen
    respuesta, no saben que van a hacer más adelante, no
    tienen planes y si los tienen son más pesimistas que
    optimistas.

    Esta sensación de falta de sentido en el futuro,
    trae consigo inmediatamente una falta de respuesta en el
    presente. Y esto no sólo se da en los jóvenes sino
    que muchas veces esta falta de proyecto aparece
    también en los adultos. Esto es lo que podríamos
    denominar "represión del futuro". Freud nos
    enseñó a vivir en una era represiva, pero hoy en
    día el problema más importante, no son tanto las
    experiencias traumáticas vividas en la infancia y
    reprimidas, sino que también se reprime lo que puede
    pasar, las posibilidades de sentido, se reprime el futuro y de
    esta manera se lo cierra.

    Cuando esta sensación de falta de sentido toma
    por completo la vida de una persona, podríamos estar
    frente a lo que Viktor E. Frankl llamó depresión
    noógena. Este cuadro es difícil de diagnosticar
    pero cada día aparece con mayor frecuencia. Para explicar
    qué es una depresión noógena debemos
    recurrir a las definiciones clásicas de depresión,
    y al concepto del
    hombre que la Logoterapia tiene, es decir a su antropología.

    Hemos visto la antropología de la logoterapia en
    primer lugar, y en segundo lugar las clasificaciones de las
    depresiones. Veamos el cuadro Nº1.

    Tridimensionalidad del ser

    Depresiones

    NOETICO

    Noógenas

    PSICO-SOCIAL

    Reactivas

    BIOS

    Endógenas y Orgánicas

    Según este cuadro entonces, aparecen las
    endógenas y orgánicas relacionadas con la
    dimensión biológica, ya sea porque su origen
    está en el sistema nervioso
    central o en una lesión cerebral. Por otro lado, las
    depresiones reactivas las ubicamos en relación a la
    dimensión psicológica y social. La razón
    para estar triste tendría que ver con el plano
    psicológico (ej: crisis en la
    pareja) o con el plano social (ej: pérdida del
    trabajo).

    Cabe aclarar que estas dimensiones no están
    ubicadas en estratos o en forma de pirámide. El hombre
    integra las tres dimensiones al mismo tiempo. Cuando
    relacionamos en el Cuadro 1 a cada dimensión con su
    depresión estamos diciendo que el conflicto
    predomina en tal dimensión, pero no excluye las
    demás que permanecen en un segundo plano (Tenemos un
    cuerpo espiritual y un espíritu corporal).

    Finalmente, vemos que las depresiones noógenas
    tienen su origen en el ser noético o espiritual del
    hombre. Veamos por qué.

    Debemos detenernos un momento en la palabra
    noógeno para comprender el tema que estamos desarrollando.
    Noógeno quiere decir "génesis en el nous".
    ¿Qué es el NOUS? Nos remontamos ahora a Aristóteles, quien ya hablaba del NOUS. El
    decía que el ser humano tenía algo más que
    el animal, algo que el llamó el NOUS. Aristóteles no definió el NOUS, pero
    si afirmó que era diferente al psiquismo y al cuerpo, que
    era indestructible y que tal ves fuera de origen
    divino.

    Frankl las llamó noógenas precisamente
    porque estas depresiones tienen su origen en una
    insatisfacción de tipo espiritual. Encontrarle sentido a
    la vida no es un tema de carácter psicológico sino
    espiritual. Por eso la vida tiene sentido mas allá de toda
    problemática material. Para un paciente terminal la vida
    tiene sentido en cuanto el ser humano es un ser espiritual, no
    depende solo de la materialidad de la persona, de lo
    psicofísico deteriorado. Es importante aclarar que si bien
    la espiritualidad no enferma, la enfermedad psicofísica
    puede impedir la manifestación de esta tercera
    dimensión, como veremos más adelante.

    "Ay de aquel que ya no veía una meta en su vida
    delante suyo, cuya vida ya no tenia contenido, no
    descubría un fin en ella, se le esfumaba el sentido de
    su existencia…Tales personas que de esta manera ya no
    tenían a que aferrarse, se dejaron caer enseguida. La
    contestación típica con la que enfrentaron a
    todos los argumentos para darles ánimo, era siempre: "Yo
    ya no tengo nada que esperar de la vida"

    4.
    Causas
    :

    Veamos brevemente cuáles pueden ser las "causas"
    de una depresión noógena:

    a) El diálogo. Lo que lleva a muchas personas a
    la consulta terapéutica es la quiebra del
    diálogo. El diálogo se puede quebrar por varias
    razones: un fallecimiento, alguien que se va de casa, una
    amistad que se
    corta, etc. El problema surge cuando el interlocutor que
    tenía la persona, desaparece. Eso conlleva la
    búsqueda de alguien con quien dialogar, y aquí
    aparece la figura del psicoterapeuta y particularmente del
    logoterapeuta. Se iniciaría entonces un nuevo
    diálogo. Esto sería el encuentro existencial.
    Recordemos que lo que cura, es el vínculo.

    b) El sufrimiento físico. Cuando éste es
    muy fuerte, muy importante, el ser humano pierde el sentido. Se
    pregunta "¿Porque me pasa esto a mi?", "¿Porque
    sufro tanto?, ¿Por qué tanto dolor?" (por ejemplo
    en enfermedades,
    accidentes
    graves, etc). El sufrimiento físico es una de las causas
    que muchas veces lleva a la persona a dudar del
    sentido.

    c) La falta de confianza en la existencia humana.
    Está muy vinculada con el nihilismo, con la actitud de no
    creer en nada, actitud escéptica frente a la vida, cuando
    nada tiene valor, todo es
    lo mismo, nada sirve. Es una visión de la vida poco
    comprometida, muy superficial, una forma de vida "light", en la
    cual no se integran los valores, que
    puede incluso llevar al suicidio.

    d) La frustración existencial. Cuando la persona
    persigue en forma rígida y definida una meta que luego no
    consigue, puede aparecer la frustración existencial. Los
    proyectos que
    enriquecen a la persona son proyectos
    flexibles, que se adaptan a lo que la vida nos presenta, a las
    variadas circunstancias que nos va proporcionando.

    e) Los conflictos de
    conciencia. Otro elemento que trae consigo la problemática
    de sentido son los conflictos de
    conciencia: la persona sabe que tiene que hacer algo y no lo hace
    o no lo puede hacer. Comienza a presentar un sentimiento de
    inferioridad, de culpa, con o sin connotación
    patológica. La culpa en logoterapia es un tema importante
    que puede ser un elemento patológico pero en muchos casos
    es motora. La culpa existencial es la que nos hace cambiar
    nuestra conducta; si
    sentimos culpa frente a nuestros actos, intentaremos
    cambiarlos.

    5.
    Tratamiento
    :

    "Nuestra tarea no es la de "curar" a la
    gente…Nuestra tarea es hacer de amigo, guía e
    intérprete de la persona, en su viaje a través de
    los infiernos y purgatorios privados… El terapeuta debe ser
    un amigo humilde, una figura que inspire confianza".

    Ahora bien, ¿qué pasa cuando este tipo de
    neurosis se interpreta en base a una terapéutica de una
    psicología
    cognitiva, o psicoanalítica? Evidentemente si la neurosis
    noógena acontece en el plano espiritual, no sería
    bien tratada en una terapéutica que no integra la
    dimensión espiritual del ser humano. Se cometería
    de esta forma una iatrogenia al no ser tomada la persona en toda
    su integridad. Sería un reduccionismo medir al ser humano
    únicamente con parámetros psicofísicos. La
    logoterapia es la terapia específica para tratar el
    verdaderamente diagnosticado "malestar espiritual". Desde una
    postura antropológica se puede decir que esta persona
    tiene un malestar espiritual que se manifiesta en la falta de
    sentido o en la depresión noógena.

    a) Ensanchar el campo de visión: APELAR al ser
    espiritual

    Cuando nos encontramos con una persona que no cree tener
    más futuro, lo que le falta no es el futuro, sino el
    contenido de sentido en el presente o su propia capacidad para
    encontrarlo. Para ayudarlo a "recuperar su futuro" debemos
    dirigirlo hacia su sentido concreto y
    personal.

    En este sentido la misión del
    logoterapeuta es ensanchar el campo de visión. En la jerga
    logoterapéutica, decimos "levantar la lámpara" para
    que el paciente pueda ver y ampliar su horizonte de sentido y
    así lograr que él mismo reconozca las posibilidades
    con sentido que no percibió antes. Ilustremos esto con el
    siguiente relato:

    " Un escultor trabaja en un taller inmenso, rodeado de
    niños. Todos los niños del barrio son sus amigos.
    Un buen día la alcaldía le encargó un gran
    caballo para una plaza de la ciudad. Un camión trajo al
    taller el bloque gigante de granito. El escultor empezó
    a trabajarlo, subido a una escalera, a golpes de martillo y
    cincel. Los niños lo miraban hacer. Entonces los
    niños partieron, de vacaciones, rumbo a las
    montañas o al mar. Cuando regresaron, el escultor les
    mostró el caballo terminado. Y uno de los niños,
    con los ojos muy abiertos, le preguntó:

    – Pero…¿Cómo sabías que adentro
    de aquella piedra había un caballo?"

    La estatua había existido siempre desde el inicio
    como "posibilidad de sentido", no en el bloque de granito pero
    sí en la intuición del escultor. Sólo por
    haber intuido esta posibilidad emprendió la tarea de
    esculpirla. Podemos realizar una analogía con el tiempo de
    nuestra vida que queda aún por vivir y el bloque de
    granito sin esculpir. Solamente si percibimos la mejor figura (el
    sentido) que se puede esculpir, y nos concentramos en esta tarea,
    estaremos prevenidos ante una depresión
    noógena.

    Esta sería nuestra tarea entonces,
    acompañar al paciente en esculpir su propia figura, nunca
    decirle "haz un caballo", sino ayudarlo a visualizar las
    distintas figuras que él puede realizar. El sentido no se
    receta, se debe des-cubrir, de-velar. Nuestra tarea consiste en
    acompañar al paciente que está en la
    búsqueda de sentido así como al que fatigosamente
    lucha por encontrarlo y no lo logra. El logoterapeuta apela
    (llama) al ser espiritual que late detrás de la
    depresión, apela, y luego espera.

    Resumiendo, podríamos concluir con la siguiente
    fórmula: o uno se hace cargo de una tarea vital concreta o
    renuncia. El logoterapeuta tiene como cometido por un lado,
    impedir la resignación de su paciente; y por otro, tratar
    de hacerle descubrir tareas con sentido.

    b) Cambio de
    actitud:

    En lo que se refiere a impedir la resignación, la
    logoterapia propone un cambio de
    actitud que mantenga viva la esperanza de vislumbrar una chispa
    de sentido. Cuando no se puede hacer nada más,
    todavía se puede hacer algo: se puede cambiar la actitud
    hacia el destino adverso.

    Viktor E Frankl escribe:

    "Como quiera que toda situación vital representa
    un reto para el hombre y le plantea un problema que solo
    él debe resolver, la cuestión del significado de la
    vida puede en realidad invertirse. En última instancia, el
    hombre no debería inquerir cuál es el sentido de la
    vida, sino comprender que es a él a quien se inquiere. En
    una palabra, a cada hombre se le pregunta por la vida y
    únicamente puede responder a la vida respondiendo por su
    propia vida; sólo siendo responsable puede contestar a la
    vida."

    Muchas veces encontramos personas que están
    viviendo en el sinsentido. Perdieron el sentido de su existencia
    y tienen que esperar el surgimiento de nuevas posibilidades de
    sentido. Pero ¿cómo lo acompañamos durante
    esa espera? Si él pierde la esperanza de encontrar un
    nuevo sentido, entonces ya no lo espera y se rinde.

    En relación a esto, veamos el siguiente
    experimento: Se trata de un experimento con ratas que hizo el
    profesor Rudolf Bilz. Se sabe que las ratas pueden nadar en
    el agua hasta
    80 horas, pero si se arroja a una rata a un gran cubo de agua con
    paredes lisas que le impiden treparse, entonces la rata se ahoga
    después de 15 minutos aproximadamente. Podríamos
    interpretar de la rápida muerte de la
    rata, que al perder la esperanza de poder
    salvarse, renuncia enseguida a la lucha por salir. Esta
    interpretación se refuerza con otro experimento. Se arroja
    la rata al cubo de agua y
    después de 10 minutos se le alcanza una maderita por la
    cual escapa, luego se la arroja de nuevo al cubo y la rata nada
    durante las 80 horas de su resistencia hasta
    que se cansa y se ahoga. Puede concluirse que si ella ha
    experimentado una vez que hay una salvación posible en
    forma de maderita caída del cielo, la rata no se resigna
    hasta el fin y se mantiene con vida mientras puede.

    Por lo tanto, si el fenómeno "esperanza" marca tales
    diferencias entre los mamíferos, cuánto más
    puede producir en lo referente al potencial espiritual del
    hombre. Hay épocas en la vida del hombre que solo se
    pueden soportar con la esperanza de que en algún momento
    aparecerá un destello de sentido en el horizonte. Pero sin
    esperanza desaparece también la razón para resistir
    de alguna manera.

    En suma, hay un sentido que late en nuestro futuro
    esperando por nuestra realización, un sentido que nos
    llama y pide ser llevado a cabo en la realidad, pues nosotros
    viviremos una sola vez y nadie puede sustituirnos en esta
    tarea.

    Volvemos a recordar en este punto, que estas depresiones
    son difíciles de diagnosticar pero desde nuestro punto de
    vista es importante estar atentos para poder diagnosticarlas y
    tratarlas en su justa medida.

    Como siempre el logoterapeuta como todo profesional de
    la salud, debe
    primero "descartar lo orgánico", consultar con un
    médico para poder estar seguro de que su
    acompañamiento será adecuado. No nos olvidamos de
    la dimensión biológica y psicológica sino
    que las vemos desde la integración que suma la dimensión
    espiritual.

    6. Depresiones
    endógenas:
    El sol
    detrás de las nubes de la depresión

    La depresión endógena es, desde su origen,
    una enfermedad física y no una
    enfermedad psíquica. Existen pruebas
    inequívocas para el origen físico de esta
    enfermedad:

    1) La herencia de la
    enfermedad.
    2) La irrupción rítmica de las fases de la
    enfermedad.
    3) El brote "sin motivo" de las fases de la enfermedad.
    4) La depresión matutina.
    5) La respuesta positiva a los antidepresivos.

    1) En las historias familiares de enfermos con
    depresión endógena, casi siempre se encuentran
    ancestros que también han sido depresivos. Puede ser que
    la enfermedad no haya tenido un diagnóstico médico; recordar, por
    ejemplo, que la tía abuela se pasaba los días
    inactiva y permanecía todo el día en la
    cama.

    2)En las historias de vida de enfermos con
    depresión endógena se observan "brotes" en forma de
    fases, que generalmente se alternan con períodos normales
    y, a veces, con estados de ánimo más desbordantes.
    Durante la "fase mala", frecuentemente hay problemas
    profesionales y peleas familiares; durante la "fase buena", por
    el contrario, tanto la vida profesional como familiar transcurren
    sin sobresaltos. A pesar de estos sucesos alternantes, en la fase
    "mala", nunca se cree poder retornar a la fase
    "buena".

    3) El brote de una fase depresiva puede ser estimulado
    por factores psíquicos estresantes. Porque las fases
    depresivas se aproximan en forma "agazapada", esto significa, que
    se hacen conscientes sólo a partir de un determinado grado
    de intensidad. Mientras que la situación va empeorando en
    forma "agazapada", la persona afectada no se encuentra tan bien
    como antes, su capacidad de rendimiento ya está frenada.
    Por lo tanto ocurren errores de cualquier índole o
    reacciona en forma extraña en el área de las
    relaciones
    interpersonales, lo que produce un incidente no grato. Luego,
    va empeorando paulatinamente, la depresión se vuelve
    más consciente. Por eso tiene la tendencia a asignar en
    forma retrospectiva la "culpa" a ese incidente, lo que hablando
    técnicamente no es otra cosa que una
    "racionalización".

    4) Las fases de una depresión endógena se
    caracterizan por una "depresión matutina". Esto significa
    que los enfermos se encuentran especialmente a la mañana,
    luego del despertarse, como paralizados. Se angustian ante el
    día y se sienten incapaces de cumplir con las más
    pequeñas obligaciones.
    Hacia la noche pueden aparecer remisiones espontáneas, lo
    que equivale a estar bastante bien. A pesar de esto, a la
    mañana siguiente el ánimo está nuevamente
    "totalmente abajo"

    5) Al tratarse en la realidad en forma primaria de una
    "patología química", la terapia
    primordial y adecuada es la farmacológica. Los
    antidepresivos que se indican en las depresiones endógenas
    sólo tienen éxito cuando la depresión es
    endógena; si alguien padece de una depresión
    reactiva como por ejemplo vivir el duelo por una persona amada o
    de una depresión noógena, como encontrarse en dudas
    de conciencia, o ante una crisis de
    orientación; en estos casos los antidepresivos
    están contraindicados y son totalmente
    ineficaces.

    El conocimiento
    del origen físico de las depresiones endógenas
    alivia a los enfermos y a sus familiares de toda búsqueda
    innecesaria del origen y adjudicación de la culpa. Nadie
    tiene la culpa de una depresión endógena, ninguna
    infancia
    infeliz, ninguna educación carente de
    amor, ninguna
    pelea con el cónyuge y ningún jefe
    severo.

    Hemos aprendido de los análisis realizados a través de
    mucho tiempo que todas las psicosis, a las
    que pertenecen las depresiones endógenas, siempre se
    encuentran en un mínimo porcentaje en la población, ya sea en tiempos de guerra y de
    paz, en épocas de bienestar y de sufrimiento. No aumentan
    en épocas de sufrimiento, tales como situaciones de
    agotamiento psíquico y tampoco en tiempos de bienestar,
    como todas las neurosis. Las psicosis son
    independientes de factores ambientales. Por consiguiente no vale
    la pena buscar el "de dónde" y el "por qué",
    denuncias o reproches en contra de alguien, son en este contexto
    totalmente injustificadas. A esto se refiere también aquel
    chiste conocido entre los psiquiatras, según el cual los
    pacientes con depresión endógena consultan durante
    su fase "mala" a un médico tras otro, hasta que finalmente
    la fase termina por sí sola. El último
    médico, al que casualmente consultaron al final de su fase
    depresiva, es entonces para ellos el mejor, el médico
    "milagroso" que los ha curado.

    Como nadie tiene la culpa de la enfermedad
    endógena, los enfermos y sus familiares deben considerar a
    la enfermedad como un destino que hay que superar, que
    sobrellevan juntos, y en el que deberían ayudarse y
    consolarse mutuamente. Esta actitud une en lugar de separar, y
    también puede contribuir para la atenuación de los
    autorreproches de los pacientes. El depresivo se siente
    condicionado por la enfermedad, ya de por sí en
    inferioridad de condiciones, como un total fracasado y que
    está de más en el mundo. Si además, de parte
    de la familia se
    le reprocha que es demasiado pasivo y que debe poner más
    esfuerzo, esto es "agua para el molino de sus dudas acerca de
    sí mismo". Por consiguiente, la familia debe
    aprender que el integrante enfermo no puede esforzarse, ni puede
    ver la vida como hermosa, mientras dura la
    depresión.

    El familiar enfermo, a su vez, debe aprender que para
    sus parientes es imposible ubicarse en su lugar y que sólo
    puede esperar de ellos una muy limitada comprensión.
    Más allá de esto, el paciente podría lograr
    sobrellevar su depresión valientemente por amor a sus
    familiares, ya que éstos deben cargar junto con él
    parte del problema.

    Ocupémonos ahora del interrogante de cómo
    podría lograrse "sobrellevar valientemente" y qué
    es lo que podría brindar ayuda. Para esto deseo formular
    tres reglas básicas que he aprendido de mi maestro Viktor
    E. Frankl:

    1. ¡Evitar depresiones agregadas,
    secundarias!

    2. ¡Distanciarse en lugar de
    identificarse!

    3. Saber que el sol
    existe…

    1. No es posible evitar incidentes de desenlace o
    algún suceso durante fases depresivas "agazapadas", pero
    sí es posible en cambio evitar las depresiones agregadas
    secundarias a las reacciones negativas del paciente a su
    enfermedad, reacciones que potencializan la misma. Por ejemplo,
    su "desesperación por su estado de
    ánimo desesperado", su "llorar por su propio llanto", o su
    "tristeza por su propia tristeza".

    Las depresiones agregadas secundarias son, depresiones
    condicionadas psíquicamente, que se "injertan" a
    depresión endógena primaria, condicionada
    físicamente, y duplican su peso.

    Sólo en base a estas depresiones agregadas, en
    algunos pacientes se tiene la impresión de que nunca salen
    de la depresión, como si quedaran atrapados en ella. Pero
    las fases de depresión endógena son pasajeras con
    toda seguridad,
    excepto en edad muy avanzada. Nadie permanece atrapado en ellas.
    Por consiguiente, todo el que ha enfermado de una
    depresión endógena, puede partir con confianza del
    hecho de que en su vida obtendrá muchos largos y buenos
    períodos en los cuales su estado de
    ánimo será estable y abierto para recibir
    alegrías, en los que dispondrá de su total
    capacidad de acción, siempre que no se deje caer en una
    innecesaria depresión agregada, que le arruinará
    aquellos buenos períodos. Lo único que le
    ayudará es lo siguiente: aceptar el sufrimiento que debe
    ser aceptado.

    La llave que cierra la puerta a las depresiones
    agregadas, es la disposición de vivir plenamente todo
    instante hermoso de la vida, no renegando por culpa de los
    momentos de sufrimiento.

    2. Todo lo que el ser humano "tiene" puede enfermar:
    cuerpo y alma. El intelecto y el sentimiento pueden ser
    perturbados por la enfermedad. A pesar de esto, nunca puede
    enfermar lo que la persona "es": la persona espiritual. Por
    definición algo espiritual se encuentra más
    allá de salud y enfermedad, y por lo
    tanto más allá de la vida y de la muerte. Por
    supuesto, la persona espiritual que un ser "es" necesita de un
    medio de expresión, que el ser humano "tiene" en forma de
    su organismo psicofísico, similar a como la música necesita del
    violín para ser escuchada. Cuando el violín tenga
    un desperfecto ("está enfermo") nadie dirá que la
    música
    tiene un desperfecto ("está enferma"); y cuando el
    violín se haya roto ("muerto"), de manera que nunca
    más pueda tener sonido, nadie
    dirá que la música se ha roto
    ("muerto").

    La pregunta ¿ dónde se encuentra la
    música en el violín? es tan inadecuada como la
    pregunta ¿ dónde está el espíritu en
    el cuerpo
    humano?; y la idea de que la música se separe del
    violín al romperse este, es tan absurda como la idea de
    que el espíritu se separe del organismo que se está
    muriendo. Pero, como se ha dicho, sería absurda la idea de
    que la música desapareciera junto con el
    violín.

    La analogía nos puede esclarecer que la
    depresión endógena no es una "enfermedad
    espiritual", no es una enfermedad de la "música", sino la
    enfermedad del "violín", que por un determinado tiempo
    está privado de sus sonidos agudos y luminosos, y
    sólo puede ejecutar tonos graves. La música por lo
    tanto suena más oscura, sin encontrarse ella misma
    "dañada" de alguna forma. Algo similar le está
    sucediendo a la persona espiritual del enfermo, a la persona que
    está detrás y por encima de su enfermedad y se
    encuentra limitada por ella para expresarse de acuerdo con su
    ser. La persona está limitada, pero algo todavía
    puede hacer: distanciarse de su depresión o identificarse
    con ella. Es una última elección que es ofrecida al
    espíritu humano. Una persona que se identifica con su
    depresión se entrega a ella. Interpreta todo lo vivenciado
    por la enfermedad como realidad. Se siente defectuosa y culpable,
    despreciable e indigna de vivir. Una persona que se distancia de
    su enfermedad, también la padece, pero rescata su
    núcleo de persona íntegro. Se siente defectuosa, y
    culpable, despreciable e indigna, igual que la otra, pero sabe
    que esto es el cuadro engañoso de la enfermedad y nada
    real que deba inquietarlo en su ser humano.

    La depresión hace al enfermo ciego para los valores.
    El violín que sólo dispone de sonidos oscuros hace
    creer que los sonidos claros ya no existen… El que se
    identifica con su enfermedad cree que ya no existen valores y
    ningún Dios.

    En cambio, el que se distancia de su enfermedad, tampoco
    escucha sonidos claros, pero a pesar de esto, por su "no
    escuchar" y su "no-ver-valores" y por su imaginaria
    "irreligiosidad", nunca desesperará totalmente, porque
    él lo identifica como síntoma su enfermedad, porque
    él no es su enfermedad, sino mucho más. El ser
    humano es realmente infinitamente más que su
    enfermedad.

    3. La ayuda para sobrellevar valientemente las fases de
    depresiones endógenas apunta a que el enfermo deje de
    pronunciar sentencias de valores, que sólo pueden estar
    equivocadas. Desde la distancia interior ante la depresión
    se redunda a ello. La renuncia revela una nueva posibilidad, casi
    podría llamársela: "dejarse cobijar ciegamente".
    Encontrarse resguardado sin ver lo que lo protege. El poder
    esperar bajo espesas nubes de lluvia, y simultáneamente
    saber que encima de ellas, totalmente invisible, resplandece el
    sol, utilizando una famosa metáfora de Viktor E. Frankl.
    Nada hace pensar en el sol por encima de las nubes, ni el
    más pequeño rayo de luz,
    ningún destello que por lo menos se refleje en un charco,
    quizá ni siquiera el recuerdo de un astro luminoso. Pero
    el sol está allí -por encima de las nubes- de la
    misma manera que el amplio horizonte de sentido que está
    presente por encima de toda afección del enfermo, y brilla
    a través de su vida.

    No es visible ni perceptible, no es palpable en el
    profundo dolor, pero tenerlo presente por medio de sus "antenas
    espirituales", es un arte.
    Probablemente sea el logro máximo que un hombre pueda
    realizar. Un logro de más valor que
    cualquier logro profesional o familiar que le es vedado
    temporariamente al depresivo. Este logro es su triunfo personal,
    su reconciliación con el destino.

    Con respecto a esto Viktor E. Frankl escribe:

    "De este modo, lo capacitaremos al paciente- para que
    deje pasar su depresión endógena como una nube que,
    si bien puede oscurecer el sol, no por eso ha de hacerle olvidar
    que el sol continúa existiendo: así también
    el paciente endógeno-depresivo tendrá que aferrarse
    a que su enfermedad afectiva es capaz ciertamente de oscurecer el
    sentido y los valores de la existencia, de modo que no encuentre
    nada en el mundo ni en sí mismo que pueda hacer su vida
    aún digna de vivirse, pero también a que esta
    ceguera para los valores pasará y también
    llegará él mismo a experimentar en sí un
    destello de lo que Richard Dehmel expresó alguna vez con
    aquellas hermosas palabras: 'Mira, con el dolor del tiempo,juega
    la felicidad eterna"'

    7.
    Bibliografia

    • Frankl, V. El hombre en busca de sentido. Barcelona,
      Ed. Herder, 1994
    • Frankl, V. Teoría y Terapia de las neurosis,
      Barcelona, Ed. Herder, 1992.
    • Frankl, V. Psicoanálisis y existencialismo. FCE, México, 1997.
    • Lukas, E. Una vida fascinante. Bs As, San Pablo,
      1994.
    • Lukas, E. Psicoterapia en dignidad. Bs. As, San
      Pablo, 1994.
    • Yalom, I. Psicoterapia Existencial Ed Herder,
      Barcelona, 1984.
    • Guttman,D. Logoterapia para profesionales Ed
      DDB,
    • Almada,R. Apuntes de logoterapia.

    Viktor E. Frankl
    Egresado de la Unversidad Católica en el año
    1994
    Miembro fundador y docente del Instituto de Logoterapia del
    Uruguay
    "Viktor E Frankl"
    Ha sido formado en Logoterapia en la Fundación Argentina de
    Logoterapia
    Ha conocido personalmente al Prof. Viktor E. Frankl en 1996 en
    Viena, Austria.
    Ha dictado conferencias sobre Logoterapia en universidades de
    Argentina y
    Paraguay.
    Prof. Ayudante de la cátedra Análisis Existencial en la Universidad
    Católica.
    Psicólogo del Colegio San Fco. de Sales (Maturana).
    Primaria.

    Palabras Clave
    Logoterapia
    Depresion
    Vacio Existencial
    Sentido de Vida
    Frustración existencial

     

     

    Autor:

    Alejandro De Barbieri
    Psicólogo Clínico – Logoterapeuta
    094.303697
    Montevideo – Uruguay

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