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Medicina Nuclear (página 2)




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7. Radiofármacos

Los radiofármacos a saber, los radionúclidos
primarios y los compuestos marcados, son sustancias que se unen a
sus características químicas
estructurales propias la cualidad de emitir radiaciones y ser
aptos para emplearse en biología animal o
humana con fines de investigación, diagnóstico y tratamiento. Los
radionúclidos primarios son generalmente compuestos
inorgánicos del elemento respectivo en solución,
como, por ejemplo, yoduro de sodio radiactivo (131I
Na). Los compuestos marcados son el resultado de un proceso que
incorpora o une un radionúclido primario y una
molécula, elegidos conforme a la finalidad que persigue
(por ejemplo, DTPA 99mTc
(dietilentetraminapentacético).

Los radionúclidos primarios pueden producirse en
reactores nucleares ( exclusivamente por reacción N
 ) o en aceleradores de partículas,
fundamentalmente el ciclotrón.

La producción de compuestos marcados se
realiza mediante procesos
diversos:

  • El intercambio isotópico, en el cuál un
    átomo
    estable de una molécula es reemplazado por un
    átomo radiactivo de la misma identidad
    (por ejemplo, el ortoyodohipurato de sodio
    131I).
  • Por incorporación del radionúclido en
    una sustancia que lo capta sin que éste se integre a
    su estructura
    original y sin que la altere en sus propiedades
    físicas, químicas y biológicas ( tal
    como la yodoalbumina 131I , que se prepara a
    partir de la albúmina humana);
  • La fijación o coprecipitación del
    radionúclido con el compuesto (por ejemplo,
    hidróxido de estaño coprecipitado con el
    99mTc).

Las aplicaciones de los radiofármacos en cuanto se
refiere a la investigación y al diagnóstico
clínicos, comprenden distintas modalidades:

  • Las investigaciones de procesos
    metabólicos, que incluyen la determinación de
    la composición del cuerpo y su estado
    funcional, como son el total de agua, el
    volúmen del fluído extracelular, el sodio y
    potasio intercambiables, etc.
  • Técnicas centellográficas que permiten
    la visualización de órganos o sistemas
    diversos en sus aspectos morfológicos, estructurales y
    funcionales (los radiofármacos susceptibles d usarse a
    este fin son agentes productores de imágenes)
  • Estudio dinámico de los fluidos: sangre,
    orina, liquido cefalorraquídeo, etc.
  • Procedimientos que conjugan técnicas de
    inmunológicas y bioquímicas con los
    radiofármacos, posibilitando la evaluación de sustancias diversas:
    hormonas,
    vitaminas,
    virus,
    drogas
    existentes en la sangre u otros fluidos en concentraciones
    ínfimamente pequeñas (nanogramo, picogramo),
    primordialmente del radioinmunoensayo.

Las tres primeras aplicaciones se practican en parte o
totalmente "in vivo" y la última totalmente "in vitro",
siempre en función de la radiación gama. Tienen por
fin la evaluación de la radiactividad, como en el caso de
la curva de la captación tiroidea, que es un
parámetro funcional, o la creación de una imagen, como en
el caso de la centellografía o gamagrafía.

Otra serie de aplicaciones médicas tiene una
finalidad terapéutica, en función de las
radiaciones beta. En este sentido, el 131I ocupa un
lugar importante parta el tratamiento de hipertiroidismo y del
cáncer tiroideo, en tanto el fósforo radiactivo,
32P, mantiene vigencia para el tratamiento de la policitemia
vera. Actualmente con menos posibilidades, se emplea
también el oro radiactivo, 198Au.

Las formas físicas de administración de los radiofármacos
son varias, siendo las más empleadas:

  • Al estado de gas; por
    ejemplo, el xenón (133Xe) y el
    criptón (85Kr);
  • Los mismos del punto anterior, pero en
    solución
  • Soluciones de radiofármacos como el yoduro de
    sodio (131I Na), DTPA 131mIn, fitato de
    sodio 99mTc, etc.
  • Soluciones coloidales; por ejemplo, oro coloidal
    (198Au), sulfuro de tecnecio
    (S799mTc2), etc.
  • Suspensiones de partículas de tamaño
    entre 0,5  y 1, denominadas microagregados
    (por ejemplo, microagregados de 113mIn).
  • Suspensiones de partículas de 30 a 80,
    denominadas macroagregados (por ejemplo, macroagregados de
    albumina 99mTc).
  • Microesféras, es decir, agregados de
    conformación esférica suspendidos en
    solución salina de distintos tamaños:
    milimicroesféras y microesféras, (por ser,
    milimicroesféras de albumina 99mTc y
    microesféras de albumina 99mTc).

Obviamente todas las formas de partículas son
portadoras de radionúclido.

Sólo haremos mención de las fuentes
selladas de 226Ra,
60Co,90Y,198Au y 51Cr en forma
de tubos, agujas, semillas, perlas o alambres; macrocoloides, en
forma de aglutinados insolubles, con polivinilpirrolidona (PVP),
y micropartículas coloidales de fósforo
(32P), con fines terapéuticos.

Todo radiofármaco que de un modo u otro se inyecta
en el organismo debe ser estéril y apirógeno,
requisito innecesario cuando se emplea por inhalación o
vía oral.

El comportamiento
en el organismo de los compuestos marcados y de las formas de
partículas no dependen en lo absoluto del
radionúclido marcado, sino que las características
del "carrier". Los compuestos marcados se comportan en
función del metabolismo de
su estructura química y las
partículas lo hacen en función de sus cualidades
físicas, esencialmente del tamaño. En todos los
casos las partículas se detienen en el órgano de
interés, permitiendo la realización
de la imagen buscada; posteriormente la envoltura proteica se
metaboliza y el radionúclido es eliminado.

La administración de los radiofármacos pude
hacerse por vía oral, intravenosa(i.v.), intraarterial,
intramuscular (i.m.), intratecal, inhalatoria, intersticial (para
ganglios linfáticos), intraperitoneal e
intraarticular)

E resumen la administración de los agentes
radiactivos, o radiofármacos, se realiza de dos formas:
como radionúclido simple (ejemplos: yoduro de sodio
(131I Na), fluoruro de sodio (18FNa),
cloruro de hierro
(Cl359Fe))dotado de alto nivel de
localización específica tisular para el
órgano de interés; o bien, como compuestos, sea en
forma de moléculas o en forma de partículas
marcadas como compuestos, sea en forma de moléculas o en
forma de partículas marcadas suceptibles de revelarnos su
trayectoria hasta que alcanzan su destino

Radiofármacos

El yodo-131 es un emisor beta y gama con una energía
promedio de 0,364MeV. Fue uno de los primeros
radionúclidos incorporados a la práctica de la
medicina nuclear,
y el más utilizado de la década del setenta. Esta
difusión se impulsó por las ventajas de sus
características, entonces insuperadas: período de
semidesintegración de duración suficiente (8
días)para der tiempo la
preparación de los compuestos, a la realización de
los controles y a la recepción en el lugar de desrino
(usuario); fásil de manipular; y de bajo costo. Las
radiaciones beta lo hacen útil en terapia y las gama para
estudios de detección externa.

Actualmente sigue siendo irremplazable en terapéutica
para el tratamiento del hipertiroidismo y del cáncer de
tiroides, pero su empleo a fines
diagnóstico se ve reducido.

Lo ideal es que el radionúclido a emplearse (para
diagnósticos) sea un emisor gama puro
monoenergético con una vida media suficientemente larga
para permitir la realización del estudio y adecuadamente
corta para evitar radiación innecesaria el paciente.

En la siguiente tabla se presentan los radiofármacos de
uso más corriente del 131I

RADIOFARMACO

ORGANO DE INTERÉS

Yoduro de sodio 131I

Tiroides

Yodoalbumina 131I (RISA)*

"Pool"sanguíneo, cerebro

Ortoyodohipurato de sodio 131I
(OIH)

Riñones

Rosa de Bengala 131I
Bromosulftaleína 131I
Microagregados de 131I

Hígado

Macroagregados de 131I

Pulmones

* "Radio iodine
serum aldumine" (Suero albumina marcada con yodo)

Generadores

Su concepción nació de la existencia de un
radionúclido madre de período relativamente largo,
susceptible de generar espontáneamente, de modo continuo,
un radionúclido hijo de período corto, apropiado,
particularmente, para ser utilizado como agente productor de
imágenes. Para su obtención se utiliza un
dispositivo consistente en una pequeña columna de vidrio que
contiene un material al cual adhiere el radionúclido madre
(por ejemplo el

molibdeno-99 (99Mo), que tiene un
período de desintegración de 67 horas) y del cual
deriva el radionúclido hijo (en este caso el tecnecio-99m
(99mTc), cuyo período de
semidesintegración es de 6 horas).

El generador más difundido es el de tecnecio-99m;
otro generador es el 113Sn/113In;
además cabe mencionar el generador
68Ge/68Ga (emisor de positrones), y el
generador 87Y/87mSr. En la tabla siguiente
tabla figuran las características más
significativos de los mismos.

Madre

Hijo

Producto De
Decaimiento

Principal
Energía (MeV)

99Mo

2,7d

99mTc 
6h

99Tc

0,140

113Sn C.E.
118d

113In 
1,7h

113In

0,393

68Ge C.E.
280d

68Ga

1,13h

68Zn

0,511

87Y C.E
3,33d

87mSr 
2,8h

87Sr

0,388

8. Radionúclidos De
Vida Media Corta

La incorporación de radionúclidos con un
período de semidesintegración de pocas horas se ha
impuesto
decididamente. El hecho significa un gran progreso notable en
virtud de la menor dosis de radiación que recibe el
paciente. Debido a la relativa inocuidad de estos
radionúclidos, se puede administrar dosis más
altas, hasta 10 ó 20 mCi, con lo cual se obtienen
imágenes de mejor definición.

El tecnecio –99m es actualmente, por mucho, el
radionúclido más empleado. Con sus variadas
aplicaciones en el marco del diagnóstico
radioisotópico, a desplazado en este sentido al
131I de la prevalencia que mantuvo hasta hace pocos
años. Las razones del cambio residen
especialmente en que el 99mTc es un emisor gama
monoenrgético de más baja energía (0,140
MeV), con una vida media física corta (6horas)
suficiente, sin ser excesiva, para el tiempo de
realización de los estudios clínicos, todo lo cual
satisface las características físicas requeridas
para la producción de una imagen definida, con el
mínimo de radiación al paciente, e igual eficiencia en el
centellógrafo lineal y en la cámara de centelleo.
En su forma de pertencetato de sodio se comporta en el organismo
de manera similar al yoduro de sodio. En distintas formas
químicas, se aplica para la centellografía de
cerebro,
riñones, hígado y vesícula biliar, pulmones,
esqueleto, tiroides, bazo, medula ósea, divertículo
de MecKel, "pool" sanguíneo, glándulas
salivales.

Radiofármacos del 99mTc de uso
más frecuente:

RADIOFARMACOS DEL
99mTc

ORGANO DE INTERÉS

Pertecnetato de sodio
(99mTcO4Na)
DTPA (CaNa399mTc)

Cerebro

DTPA (CaNa399mTc)
Gluconato de calcio
Lactobionato
Glucoheptonato de calcio
Manitol
Dextrosa
Lactosa
Penicilamina
2,4-dimercaptosuccínico

Riñones

Sulfuro de tecnecio
Hidróxido de estaño
Fitato de sodio
Fitato de sodio calcio

Hígado

Macroagregados inorgánicos
Macroagregados de albumina
Microesferas(50)

Pulmones

Polifosfatos
Monofluorfosfato
Difosfonato
Pirofosfato
Metilendifosfonato

Huesos

Albumina
Microesferas (0,5-4)

Estudios dinámicos

Bleomicina
Tetraciclina
Citrato

Tumores

Globulos rojos marcados "in vivo" o "in
vitro"

Bazo

Vitamina B6-glutámico
HIDA

Vesícula y vías
biliares

Albumina- tecnicio

"Pool" sanguíneo

El indio-113, emisor gama monoenergético
reúne características casi ideales. Su desventaja
frente al tecnicio-99m reside en la mayor dosis de
radiación al paciente y su menor eficiencia en la
cámara de centelleo

Radiofármacos del 113mIn .

RADIOFÁRMACOS DEL
113mIn

ÓRGANO DE
INTERÉS

Tricloruro de indio
(Cl3113mIn)

Localización de placenta
"Pool" sanguíneo

Macroagracados inorgánicos
Macroagregados de albumina
Microesferas

Pulmones

Coloide(manitol, bicarbonato)

Hígado, bazo, medula

EDTMP*

Esqueleto

DTPA

Riñones, cerebro

*etilendiaminotetrametilenfosfórico

9. Imagen
Radiológica

Formación De La Imagen
Radiológica

El propósito básico de la
radiología diagnóstica es registrar en una
película (o representar en un monitor) un
patrón de densidades (o niveles de luminosidad en un
monitor) que se correspondan con y transmitan información diagnóstica acerca del
tamaño, la forma y la distribución de los tejidos
anatómicos del paciente. Por ejemplo en la figura se
muestra un haz
de rayos X que
penetra en un "paciente simplificado", el cual está
simplemente formado por un bloque cuadrado de tejido rodeado por
un tejido diferente pero uniforme. Cuando los rayos X atraviesan
al paciente, se atenúan, eso es se absorben y dispersan
dentro del mismo. La atenuación dependerá del tipo
de tejidos presentes y de la energía del haz de rayos X.
Finalmente, los rayos X emergen del paciente y llegan al receptor
de la imagen, donde son detectados o registrados.

En la figura se representa un determinado perfil de
intensidad de rayos X. Es importante saber que este perfil es la
suma total de la radiación transmitida por el haz primario
y la radiación dispersa que alcanzan el receptor. De
ésta manera cada punto del perfil final depende de la
atenuación de los rayos X que tuvo lugar a lo largo
década hilera de rayos en el interior del paciente,
así como de la radiación dispersa generada.
También es evidente que la imagen final bidimensional
está compuesta por la suma de todos estos perfiles de
intensidad dentro del paciente en el campo expuesto.

Vamos a estudiar más ampliamente la
recepción de imágenes radiográficas por
medio de perfiles de intensidad, pues ésta es la clave
para entender la tecnología de la
topografía computada (TC.).
Refiriéndonos nuevamente a la figura, veremos que
éste perfil tiene una cierta profundidad (sombra del
sujeto) así como un determinado contorno. Debe quedar
claro que si la estructura anatómica cuadrada en estudio
hubiera sido más parecida en número atómico
y densidad al
tejido circundante, la amplitud de la sombra habría
disminuido y su visualización habría sido peor. La
diferencia relativa de intensidad de rayos X entre el fondo y la
estructura anatómica de interés se define como
contraste del sujeto (Cs ).

10. Exploración
Radiológica

Con las radiografías se pueden evaluar muchas clases
de anomalías. Por ser, con una radiografía de
tórax, se revela el estado del
corazón
(detección de cardiopatías)y de pulmones (en
especial de sus vasos sanguíneos) puesto que pueden
mostrar claramente una neumonía, tumores pulmonares,
colapso de pulmón, liquido en la cavidad pleural, y
enfisema.

Para evaluar los trastornos digestivos a menudo se utilizan
los rayos X. La radiografía abdominal, técnica
estándar de rayos X para el abdomen, no requiere ninguna
preparación del paciente. Los rayos X se utilizan
frecuentemente para poner de manifiesto una obstrucción o
una parálisis del tracto intestinal o patrones anormales
de distribución del aire dentro de la
cavidad abdominal. La radiología simple estándar,
puede también mostrar el agrandamiento de órganos
como el hígado los riñones y el bazo.

Los estudios con papilla de bario (medio de
contraste)a menudo proporcionan más información. Al
ingerir bario, éste puede verse de color blanco en
las radiografías, lo cual sirve para delimitar el tracto
gastrointestinal, mostrando los contornos y el revestimiento del
esófago, estómago e intestino delgado. El medio de
contraste se puede acumular en zonas anormales y poner de
manifiesto úlceras, tumores, erosiones, várices
esofágicas. Las radiografías pueden realizarse en
diferentes intervalos de tiempo para delimitar la
localización del bario. También puede utilizarse
una fluoroscopia para observarse el desplazamiento del bario a
través del tubo digestivo. Este proceso puede ser filmado
para una revisión posterior. Por medio de la observación del transito del bario a lo
largo del tubo digestivo los médicos pueden ver como
funcionan el esófago y el estómago, determinar si
sus contracciones son normales y comprobar si los alimentos quedan
bloqueados en el sistema
digestivo. Este medio de contraste también puede ser
administrado en forma de enema para dibujar la parte baja del
intestino grueso.

De ésta forma los rayos X pueden poner de manifiesto
pólipos, tumores, u otras anormalidades de tipo
estructural. Estas pruebas pueden
causar dolor en forma de retorcijones, provocando incomodidad
ligera o moderada. El bario que se ingiere por la boca o se
administra e forma de enema es finalmente excretado con las
heces, con lo cual éstas adoptan una coloración
blanca calcárea. El bario debe ser eliminado
rápidamente tras la exploración, porque puede
causar un estreñimiento importante. Un laxante ligero
puede acelerar dicha eliminación.

Además del bario en forma líquida, se pueden
dar alimentos recubiertos de bario, de forma que el médico
pueda localizar obstrucciones o ver porciones del esófago
que no se están contrayendo normalmente. La toma de ambas
preparaciones al mismo tiempo puede mostrar anormalidades como
membranas esofágicas (en las cuales el esófago
está parcialmente bloqueado por tejido fibroso), un
divertículo de Zenker (una protrusión del
esófago hacia fuera en forma de bolsa) erosiones y
ulceraciones, varices esofágicas (venas esofágicas
varicosas) y tumores

En las técnicas radiológicas para evaluar las
vías biliares – colangiopancreatografía
endoscópica retrograda, colangiografía
transhepática percutánea, y colangiografía
peroperatoria – se inyecta o deposita mediante un
endoscopio (según el caso) una sustancia de contraste
radiopaca para delimitar el tracto biliares las
radiografías.

11. Tomografía

Tomografía computarizada (TC)

La introducción de la TC en 1972 representó uno
de los logros más importantes en la obtención de
imágenes diagnósticas. McCormack, Oldendorf y
Hounsfield están ligados a este desarrollo
científico histórico. Hounsfield y McCormack
merecieron el Premio Nobel por su contribución. Durante
los primeros años de empleo clínico, la nueva
técnica para obtención de imágenes
requería un medio acuoso que rodeaba la parte corporal
estudiada. Esto limitó el método
para estudios craneales. La TC de cuerpo completo fue introducida
en 1974 por Ledley.

La TC combina los principios de
rayos X y las técnicas avanzadas en computadora.
Una fuente de rayos X se mueve en un arco alrededor de la parte
que se quiere investigar y d manera repetida envía haces
de rayos X. En la medida que los haces pasan a través del
cuerpo, los tejidos absorben pequeñas cantidades de
radiación, desprendiendo sus densidades. Una vez que los
haces han pasado por el cuerpo se convierten en señales
electrónicas por medio de un detector de cristal sensible
a la luz y se
transmiten a la
computadora. La computadora entonces proyecta una imagen
denominada tomografía computada a una pantalla de televisión
denominada consola de médico. La TC puede proporcionar un
cuadro detallado y corte transversal de un área del
cuerpo. Una serie de tomografías permite al médico
examinar sección por sección de los tejidos del
paciente. Las tomografías adicionales tomadas de otros
ángulos se pueden utilizar para detectar con
precisión las pequeñas anormalidades de los
órganos.

Hay dos tipos de TC: una corporal que permite el examen de
todo el cuerpo y la otra cefálica que es más chica,
se usa para examinar solo la cabeza. Todo el proceso de la TC
toma solo unos segundos, es indoloro y la dosis de rayos X es
igual o menor a la que se usa en otros procedimientos
diagnósticos. La TC produce imágenes de 10 a 20
veces mayores que los detalles de la tomografía
convencional. El uso de la TC se dirige a la detección de
tumores, neurismas, cálculos en la vesícula biliar,
piedras en los riñones, infecciones, daños en los
tejidos y deformidades.

Durante la TC se puede inyectar un colorante dentro del flujo
sanguíneo o bien administrado por vía oral. Este
contraste ayuda a clarificar ciertas alteraciones.

Tomografía por emisión de positrones (TEP)

Para realizar una TEP los radioisótopos de una vida
media corta como son el 11C, 13N,
150 se producen y se incorporan en una solución
que se puede inyectar al cuerpo. En la medida que circula el
radioisótopo a través del cuerpo, emite
partículas cargadas positivamente, +;
estos se unen con los electrones (que tienen carga negativa) en
los tejidos del cuerpo, lo cual hace que se liberen rayos gama.
Una vez que se liberan los rayos gama se detectan y registran por
medio de receptores de la TEP. Una computadora toma la
información y construye una imagen de color que muestra en
donde se utilizaron los radioisótopos en el cuerpo

Esta técnica brinda información que no se puede
obtener por ninguna otra técnica por medio de la
función sensible. Al utilizar la TEP, los médicos
pueden estudiar los efectos de los fármacos de los
órganos corporales, medir el flujo sanguíneo a
través de los órganos como el corazón y
cerebro, diagnosticar la coronariopatía, identificar la
extensión del daño como resultado de accidentes
vasculares o los ataques cardíacos, y detectar
cáncer, lo mismo que medir los efectos del tratamiento.
Está técnica también es útil para
examinar los cambios químicos que se asocian con esquizofrenia,
crisis
maníaco depresiva, epilepsia, trastornos
obsecivocompulsivos y demencia senil. Así mismo la
técnica puede revelar que parte del cerebro presenta mayor
actividad, como por ejemplo cuando alguien está realizando
cálculos matemáticos. La TEP también se
utiliza para distinguir entre los grandes tipos de tumores
mamarios (aquellos que son receptores de estrógenos y los
que no lo son). Esto permite a los médicos determinar el
tratamiento apropiado en fases tempranas. Esta prueba se utiliza
principalmente para le investigación. Los exámenes
de TEP son muy caros, por lo que no son fácilmente
asequibles.

Tomografía computarizada por emisión de un
fotón único (TCEFU)

La TCEFU se vale de isótopos radiactivos para obtener
información general sobre la circulación
sanguínea y la función metabólica del
cerebro, una vez inhalados o inyectados. Cuando los
isótopos radiactivos alcanzan el cerebro, la intensidad
que desarrollan en distintas regiones cerebrales refleja la
velocidad de
la circulación o la densidad de los receptores de los
neurotransmisores, que son los que atraen los isótopos
radiactivos. Sin embargo esta técnica no es tan precisa ni
específica como la TEP.

12. Exámenes De
Aliento

Hay exámenes de aliento que miden la capacidad del
hígado para metabolizar diversas sustancias. Dichas
sustancias, que se marcan con un trazador radiactivo, pueden ser
administradas por vía oral o por vía intravenosa.
El nivel de radiactividad encontrado en el aliento del paciente
es una medida de la cantidad de sustancia metabolizada por el
hígado.

13.
Radioterapia

Desde 1896, menos de un año después del
descubrimiento de los rayos X por Roentgen, Freund los
utilizó para tratar un tumor benigno. Algunos días
después de la aplicación del tratamiento, la
piel se
volvió eritematosa (enrojecida como después de una
insolación), los pelos cayeron y el lunar se
necrosó. Por primera vez, un tumor era tratado con
éxito sin intervención quirúrgica.

En los años 60´,la radioterapia progresó
mucho con la prueba en práctica de los aceleradores
lineales, potentes, de tamaño reducido y fácil
mantenimiento.
Los e– son acelerados por un campo
electromagnético y chocan contra una "diana" que produce
una radiación de frenado rico en fotones de alta
energía (más de 20.000.000 de electrovoltios),
capaz de penetrar profundamente en los tejidos.

Estas máquinas permiten el tratamiento y
curación de cánceres profundos, como los de
próstata. La dosis a aplicar de radiación depende
naturalmente del tamaño y naturaleza del
tumor. Los linfomas y seminomas (cáncer de testículo)
son particularmente sensibles a la radiación. Otros
tumores son más resistentes, por lo que la dosis debe ser
en estos casos más elevada.

Los tejidos sanos contiguos presentan un problema: no pueden
ser separados del tumor. Algunos de ellos son sensibles a la
radioterapia y reaccionan. Las células
que tienen una adecuada oxigenación son las más
susceptibles a los efectos de la radiación. A las
células cercanas al centro del tumor de gran
tamaño, a veces les llega poca sangre y por tanto poca
cantidad de oxigeno. A
medida que el tumor se hace más pequeño, las
células supervivientes, parecen obtener mayor suministro
de sangre, lo cual las hace más vulnerables a la siguiente
dosis de radiación. Es delicado tratar el cáncer de
recto sin irradiar también el intestino delgado, sensible
a las radiaciones. En el cáncer de pulmón no hay
que lesionar la médula espinal que se encuentra
precisamente detrás del tumor: el riesgo es
necrosis medular y una paraplejía. Las técnicas se
han afinado mucho. Se sabe como hacer que converjan varios haces
de irradiación sobre un tumor sin que lleguen a los
tejidos próximos. Hoy en día los pacientes casi no
corren peligro de ser quemados por las radiaciones. Sin embargo
la radioterapia es un tratamiento local que solamente tiene
efecto si la célula
cancerosa se encuentra en el campo irradiado. Y a menudo, la
dosis que será eficaz no puede aplicarse porque
provocaría demasiados efectos secundarios en los tejidos
cercanos.

14. El Uso De Los
Radionúclidos En La Terapia Interna

Puede aceptarse como premisa que el tratamiento radiante ideal
procura irradiación uniforme de toda lesión,
equivalente a la que el tratante se propone, y nula el resto del
organismo. Lamentablemente, ésta es una meta aún no
lograda, pero constituye una excelente referencia para evaluar
comparativamente el grado de eficiencia de las distintas
técnicas de irradiación, según la medida en
que cada una de ellas logre acercarse a lo deseado.

Las técnicas de irradiación en uso actualmente
configuran dos tipos básicos: la terapia externa, en la
cual la fuente de irradiación se halla fuera del paciente,
y la terapia interna, en la cual la fuente de irradiación
está dentro del paciente mismo y que comprende
principalmente medios
metabólicos y mecánicos.

La terapia externa (TE) está representada por los
tratamientos que utilizan: (a) equipos de radioterapia
convencional; (b) "bombas" de
cobalto y de cesio; (c) generadores no convencionales de rayos X
y de electrones (betatrones, aceleradores lineales, aceleradores
Van der Graaf, aceleradores en cascada, etc.); y (d) aplicadores
oftálmicos, dermatológicos, etc., de
radiación b o g .

La terapia interna(TI) comprende los tratamientos que se
efectúan con: (a) fuentes selladas intercavitarias o
intersticiales de 226Ra, 60Co,
90Y, 198Au, 51Cr,
etcétera, en forma de tubos, agujas, semillas, perlas o
alambres; (b) soluciones
radiactivas metabolizables, como el radioyodo(131I ),
el fósforo iónico(32P) y los
radiocoloides(32P, 198Au).

La TE en forma de teleterapia, excluyendo la que se realiza
mediante aplicaciones dermatológicas u
oftalmológicas, actúa en función de
radiaciones gamma y de rayos X (terapia convencional). Se
caracteriza por el hecho de que la fuente de radiación
está a cierta distancia del paciente, penetrando en
él según una dirección única p varias
preestablecidas no simultáneas. Generalmente, el haz de
radiación externa encuentra en su trayecto tejidos sanos,
antepuestos, laterales o pospuestos a la lesión, pero es
técnicamente factible evitar la irradiación de los
tejidos laterales adyacentes. La irradiación del tejido
sano eventualmente antepuesto a la lesión es inevitable y,
en determinadas circunstancias, obliga a planificar por lo menos
dos incidencias distintas. De este modo, incide sobre la
lesión la dosis de radiación necesaria y se reduce
al mínimo el daño inconveniente a los tejidos sanos
antepuestos. La telerradioterapia rotatoria y la pendular
persiguen la misma finalidad. No obstante, las técnicas de
TE están lejos de realizar lo deseado porque la
irradiación de tejidos sanos adyacentes es inevitable.

La terapia interna actúa en función de las
radiaciones beta(-), que se comportan como electrones. A
diferencia de la terapia externa, irradia en el lugar las
lesiones profundas, sea mediante un proceso de vía
metabólica, sea mediante un método
mecánico.

Las técnicas que se sirven de la vía
metabólica consisten en la administración oral o
intervascular de cierta cantidad adecuada de un
radionúclido determinado que, por sus
características químicas, se concentra
selectivamente, al cabo de cierto tiempo, en el órgano o
tejido a tratar, al que llamamos volumen de
interés. Mediante esta técnica, el volumen de
interés resulta afectado por el material radiactivo, de
modo que sea posible la irradiación prácticamente
local con las dosis programadas.

Los requisitos principales de este método son:(a) el
empleo de radionúclidos de vida relativamente corta, como
por ejemplo,32P en forma iónica y
131I en solución; (b) afinidad del
radionúclido administrado –- en función de su
naturaleza química –- por el órgano o tejido
a tratarse; (c) ausencia de toxicidad; y (d) el carácter
metabolizable y soluble de la forma química empleada.
Obviamente, la suma de estas condiciones se acerca a lo deseado,
puesto que, con la adecuada elección de la energía
de radiación, la mayor parte de la dosis administrada
puede resultar confinada al "volumen de interés" ; el
carácter selectivo de la captación reduce al
mínimo la dosis que afecta al resto del organismo y la
concentración casi uniforme del "contaminante" en la
lesión permite mayor uniformidad de la dosis de
radiación de la que se puede alcanzar mediante la
técnica radiante externa.

El acceso por vía mecánica consiste en la
incorporación del material radiactivo en el volumen de
interés, prescindiendo del proceso metabólico. El
radionúclido, en la forma física de coloide o de
aglutinado, se inyecta en el interior de la lesión
mediante un tocar, configurando lo que puede asimilarse a una
"implantación de inyección".

Los requisitos fundamentales de este procedimiento
son: (a) que la sustancia empleada sea insoluble para que no
migre fuera del lugar de su aplicación; (b) que la forma
química sea atóxica; y (c) que el
radionúclido sea beta emisor puro, como el fósforo
radiactivo32P, emisor beta puro en forma de fosfato
crómico coloidal; el 198Au tiene respecto de
éste la desventaja de ser, además, emisor gamma, lo
que implica irradiación más allá de los
límites de la lesión. Con este método la
selectividad deja de ser un factor limitante, puesto que se llega
a la lesión con la dosis de radiactividad deseada sin
irradiar tejidos sanos interpuestos; no existe irradiación
en los sitios por donde circularía la sustancia radiactiva
si accediera a la lesión por la vía
metabólica. Por esta misma razón, tampoco hay
irradiación en los emuntorios(riñón y
vejiga), ya que no hay eliminación del preparado porque
este es insoluble. Empleando un emisor beta puro se consigue el
confinamiento de la radiación en el "volumen de
interés", lo que satisface al máximo la premisa de
no irradiar tejido sano. Los radionúclidos usados,
según se dijo, son el 32P, beta emisor puro, y
el 198Au que, además, emite radiaciones
gamma.

Los radiocoloides responden a dos variedades de
presentación, según el tamaño de las
partículas, y sus aplicaciones son distintas: las
micropartículas, submicrónicas (entre 40 y 80
milimicrones, de preferencia el fosfato crómico coloidal),
más pequeñas que cualquier célula; y
las macropartículas, unas mil veces mayores que las
anteriores.

La indicación más precisa para el empleo de las
micropartículas beta submicrónicas es la profilaxis
de la implantación de colgajos celulares
neoplásticos desprendidos por manipulación
quirúrgica durante las maniobras de exéresis de
tumores sólidos. Estas partículas son forzosamente
absorbidas por los detritus –- el coloide se fija
íntimamente a las membranas de las células –-
y la irradiación de contacto resultante impedirá
que éstos aniden y proliferen, previniéndose
así las metástasis a distancia.

De igual modo, fuera del terreno quirúrgico. Tras la
irradiación en el interior de la lesión primaria,
lo mismo ocurrirá con las células que eventualmente
hayan migrado por las vías linfáticas eferentes, ya
que el coloide se difunde por ellas; de este modo, pueden
atacarse las micrometástasis y metástasis latentes
que escaparían aún al más radical de los
métodos
quirúrgicos o al a radioterapia convencional.

Otras indicaciones, además de la intraoperatoria
mencionadas, son: (a) muy particularmente, para el tratamiento de
los tumores primitivos o secundarios de cavidades serosas(pleura,
peritoneo), en cuyos casos la inyección intracavitaria del
radiocoloide cumple las premisas de la irradiación ideal:
dosis máxima a la lesión y dosis mínima a
los tejidos sanos; asimismo, (b) prevenir la implantación
intratecal de células neoplásticas, subsiguiente a
la exéresis de tumores primitivos del sistema nervioso
central; el radiocoloide inyectado por la vía
intratecal se ha demostrado particularmente eficaz en los
neuroblastomas del cerebelo de la infancia; (c)
cabría mencionar aún el tratamiento de las lesiones
no neoplásticas confinadas a una cavidad, como la artrosis
de rodillas, que algunos autores consideran posibles de
beneficiar de la terapia radiante. En todos estos casos, la dosis
y la reiteración de la inyección del radiocoloide
están condicionadas a la evolución clínica.

En cuanto a los macrocoloides en forma aglutinado insoluble,
difieren de los microcoloides por cuanto con ellos se obtiene la
irradiación exclusiva de la zona de aplicación, sin
migración del material por las vías
linfáticas. En la práctica, la impregnación
del lecho de extirpación del tumor Wilms con
32P aglutinado con polivinilpirrolidona, por ejemplo,
configura una indicación particularmente beneficiosa.

Para las lesiones malignas subyacentes a estructuras
óseas, como la bóveda craneana y el raquis, cuando
se opta por el tratamiento radiante, la teleterapia encuentra en
el tejido duro del esqueleto una barrera de atenuación a
la penetración de las radiaciones gamma que impone un
aumento de la dosis de radiación, a fin de que llegue la
energía útil requerida al "volumen de
interés". Otro factor negativo de la TE es la
imposibilidad de limitar el campo; se afectan, como consecuencia,
áreas adyacentes, por lo cual esta técnica no
resulta inocua. En tales casos se practica la terapia interna,
realizando en el esqueleto un orificio que permita llevar a la
profundidad la fuente de radioemisiones beta, con las ventajas
que le son inherentes. Además, agregamos que, en tales
condiciones, un simple trocar permite reemplazar el costoso
equipo que requiere la TE, lo cual, desde el punto de vista
costo- eficacia, es
importante. Estas consideraciones, por extensión, se
aplican también a cualquier lesión yacente en la
profundidad, aunque no haya interposición de estructura
ósea.

Todavía cabe recalcar, como argumento adicional, que la
terapia interna se impone como procedimiento de elección
en pediatría porque, en el supuesto de una curación
definitiva de la lesión, ella permite tener en cuenta
también el largo futuro del paciente y asegurar que no
surjan de la terapia daños irreversibles por compromiso de
estructuras normales .

En síntesis, de lo expuesto, resulta que la TI es un
método más racional que la TE para el tratamiento
de las lesiones neoplásticas pues causa menor daño
al individuo como un todo y a la zona adyacente al "volumen de
interés" en razón del alcance limitado de las
partículas beta. Dentro de este tipo de terapia, hasta
hoy, el empleo de fuentes radiactivas no metabolizables es el que
ofrece las mejores posibilidades para la localización y el
tratamiento correctos, con agresión mínima al
organismo en la medida en que las fuentes no solubles lleguen a
la lesión prescindiendo de mecanismos metabólicos y
no migren del lugar de aplicación. No obstante, puede
conseguirse, con ciertos radionúclidos, una
migración local y controlada, que puede ser deseable en el
caso de la eventual dispersión de células
neoplásticas por las vías linfáticas
eferentes de la lesión. El empleo de fuentes radiactivas
metabolizables sólo ha sido exitoso hasta ahora en el
tratamiento con131I de las tiroideopatías y,
aunque el proceso sea de índole distinta, cabe mencionar
también el uso del fósforo
radiactivo(32P) para el tratamiento de la policitemia
vera. La terapia externa está indicada en los casos en que
la terapia interna no es practicable.

Los radionúclidos comúnmente más
utilizados se muestran en la siguiente tabla:

ISÓTOPO

VIDA MEDIA

ISÓTOPO

VIDA MEDIA

32P

14,3 días

137Cs

30 años

60Co

5,26 años

192Ir

74,2 días

90Sr

28,8 años

198Au

2,7 días

125I

60,25 días

222Rn

3,82 días

131I

8,06 días

226Rn

1,622 años

Debido a que la radiación gamma es tan penetrante
es casi imposible evitar daños a células sanas. La
mayoría de los pacientes de cáncer que reciben
estos tratamientos sufren efectos colaterales desagradables y
peligrosos como fatiga, náusea, caída del pelo,
debilitamiento del sistema
inmunológico y aún la muerte. Por
ello, en muchos casos la terapia por radiación solamente
se utiliza si otros tratamientos del cáncer, tales como la
quimioterapia(tratamiento del cáncer con poderosos
fármacos) no tiene éxito.

A pesar de ello, la terapia por radiación es una
de las principales armas que hay en
la lucha contra el cáncer.

15.
Radioligandos

16.
Introducción

La introducción del radioinmunoanálisis
configura un descubrimiento trascendental que ha superado a la
metodología en boga anteriormente al
permitir identificar y cuantificar, en un rango que va del mil
millonésimo (10-9 g, nanogramo, ng) al
billonésimo de gramo (10-12 g, picogramo, pg),
sustancias existentes en sistemas biológicos tan complejos
como el plasma, el suero, el LCR y la orina. Obviamente, este
alcance de las posibilidades para determinación de
sustancias como hormonas, enzimas,
vitaminas, virus, alcaloides, fármacos y otras
moléculas era inimaginable hasta tanto las técnicas
de análisis consistían en
métodos biológicos.

Dos hechos importantes han permitido el desarrollo de
esta metodología: la obtención de hormonas
proteicas humanas altamente purificadas y la conjunción de
métodos inmunológicos y bioquímicos con las
técnicas radioisotópicas. Sobre esta base fue
posible desarrollar los procedimientos de determinación de
diferentes compuestos mediante radioligandos. En ellos se
aprovecha la unión entre sustancias marcadas con
radionúclidos y: (1) proteínas
transportadoras específicas: análisis por
competición proteica; (2) anticuerpos específicos:
radioinmunoanálisis (RIA); y (3) receptores hormonales
específicos: ensayo de
radiorreceptores. Las proteínas usadas en cada uno de
estos ensayos se
resumen en la tabla que viene a continuación.

Entre los métodos de análisis por
radioligandos, el radioinmunoanálisis(RIA) es el de mayor
trascendencia. Fue ideado por Solomon Berson y Rosalin
Yalow(premio Nobel de medicina de 1977), quienes demostraron que
la insulina, por su "especificidad de especie" (valga la
redundancia), presenta propiedades antigénicas y produce
anticuerpos; esto formó la base del método. La
existencia de propiedades antigénicas en hormonas de alto
peso molecular permitió ampliar el espectro de la
aplicación de esta técnica, que se aplica
actualmente a la cuantificación de más de 200
compuestos de interés biológico, como los antes
mencionados. A esos compuestos se agregaron otros carentes de
poder natural
(haptenes) pero que, modificados mediante técnicas
inmunoquímicas, adquieren la capacidad de estimular la
formación de anticuerpos.

  1. Proteínas transportadoras sanguíneas
    (ensayo con cortisol, tiroxina, progesterona)
  2. Anticuerpos:
  1. Producidos por inmunización de animales con
    antígenos naturales sin conjugar (análisis de
    THS, LH, FSH, GH, prolactina, insulina, hormona paratiroidea,
    ACTH, etc.);
  2. Producidos por inmunización de animales con
    antígenos de bajo peso molecular previamente
    conjugados (análisis para estradiol, progesterona,
    testosterona, aldosterona, triyodotironina, tiroxina,
    gastrina, digitálicos, etc.).
  1. Receptores proteicos:
  1. Receptores de membrana celular (ensayo para
    ACTH);
  2. Receptores nucleares o citosol (ensayo para
    estradiol y testosterona).

Fundamentos del radioinmunoanálisis

El modelo
desarrollado por Berson y Yalow se basa en la competición
de un antígeno marcado o radiactivo (Ag*), y un
antígeno no marcado o frío (Ag). Ambos compiten por
los sitios de unión de su anticuerpo específico
(Ac) para formar un complejo
antígeno-anticuerpo:

Ag + Ag* + Ac (Ag – Ac – Ag*)

El antígeno marcado con 131I,
125I, 3H, 14C u otro
radionúclido debe ser estructural e
inmunológicamente similar al antígeno nativo, de
manera que ambos, (Ag) y (Ag*), formen una mezcla de homogeneidad
tal que no puedan ser discriminados por el anticuerpo.
Además, la concentración del anticuerpo presente en
la reacción debe ser tal que, tras de ser ocupados todos
los sitios de unión (es decir, cuando el anticuerpo se
encuentre saturado), reste una fracción de
antígenos (Ag- Ag*) sin ligar, o libre. Por tanto, en
condiciones de equilibrio,
tendremos por una parte la mezcla homogénea de los
antígenos marcados y los no marcados ligada al anticuerpo
(Ag-Ac-Ag*) y, por otra parte, la mezcla de antígenos en
forma libre, es decir, no ligada al anticuerpo (Ag-Ag*), en
proporción igual o mayor que la ligada.

En ausencia de antígeno frío, todo el
anticuerpo se encuentra ligado con el antígeno marcado
(Ag*-Ac). Pero si cantidades progresivas de antígeno
frío se agregan a cantidades constantes de anticuerpo y
antígeno marcado, el agregado de antígeno
frío determina proporcionalmente, en función de
masa, la fracción de antígeno marcado que se liga
al anticuerpo y, como resultado, la que queda libre:

(Ag*) + (Ac) (Ag*-Ac)

De las 2 ecuaciones
mencionadas anteriormente, surge que la relación
(Ag*-Ac)/(Ag) será tanto menor cuanto mayor sea la
cantidad de antígeno frío que se agrega al medio de
incubación.

Para realizar una determinación con esta
técnica, es necesario elaborar una curva estándar,
o patrón, en la que la ordenada represente la
radiactividad del complejo (Ag*-Ac) y la abscisa represente la
cantidad del antígeno no marcado agregado al medio de
incubación, en cantidades crecientes. Cuando el
antígeno no marcado (Ag) es reemplazado por suero o por un
medio biológico que contenga la sustancia cuyo nivel se
investiga (hormonas, drogas), es suficiente interpolar en la
curva patrón la radiactividad del complejo medido en la
muestra problema para obtener la correspondiente
concentración.

En las determinaciones por RIA se utilizan actualmente
dos

técnicas: la clásica, a la que nos hemos
referido, y otra desarrollada más recientemente, en la que
se marca el
anticuerpo en vez del antígeno. El principio tras esta
técnica consiste en agregar el anticuerpo marcado (Ac*),
en una concentración constante, a un medio que contenga
cantidades progresivamente crecientes de antígeno no
marcado. La formación del complejo marcado (Ag-Ac*)
estará en función de la concentración de
antígeno presente en el medio,

(Ag) + (Ac*) (Ag-Ac*).

Validez de radioinmunoanálisis. El RIA debe
cumplir las condiciones siguientes, a fin de que los valores
obtenidos sean verdaderos:

  1. El medio biológico no debe interferir con la
    reacción inmunológica básica ni en el
    proceso de separación entre el antígeno libre y
    el complejo antígeno-anticuerpo. Un ejemplo de esto
    proporciona el diferente comportamiento de un compuesto como
    la digoxina, según se valore en suero, plasma o
    líquido cefalorraquídeo, ya que las curvas
    obtenidas en estos tres medios biológicos no son
    superponibles, contrariamente a lo que podría
    suponerse en una primera instancia. De esto resulta que, para
    obtener datos
    verdaderos, ha de elaborarse la curva patrón
    utilizando el mismo medio biológico en que se
    investiga la sustancia problema.
  2. El comportamiento inmunológico de la
    preparación utilizada como patrón de referencia
    o estándar debe ser idéntico a la del compuesto
    que se investiga. La dificultad de obtener estándares
    humanos, especialmente si se trata de hormonas hipofisarias,
    se debe a la necesidad de procesar gran cantidad de tejido.
    Esto hace que, en la práctica, se utilicen patrones de
    referencia de la misma especie, es decir, homólogos,
    pero provenientes de tejidos diferentes; o bien, patrones
    obtenidos de otras especies, es decir, heterólogos.
    Para que estos sean válidos, el anticuerpo debe tener
    idéntica afinidad por el estándar y por la
    hormona a ser investigada. Por ejemplo, en la
    cuantificación de la hormona luteinizante
    hipofisaria(LH) se utiliza como hormona patrón LH de
    origen coriónico y el anticuerpo se obtiene
    inmunizando conejos con gonadotropina coriónica
    humana. O bien, para dosificar la insulina humana se utiliza
    comúnmente insulina porcina como hormona de referencia
    (Ag) y como hormona inmunogénica (Ac). Esto es
    válido cuando las dos hormonas presentan el mismo
    grado de afinidad; es decir, cuando la constante de afinidad
    del anticuerpo es similar para ambas insulinas.
  3. Tratándose de la investigación de
    fármacos, es importante que la droga
    utilizada como referencia tenga un comportamiento
    inmunológico semejante a la droga que se quiere
    valorar. La industria
    farmacéutica produce compuestos estructuralmente
    análogos, pero algunos tienen pequeñas
    variantes en la molécula que, de ser reconocidas por
    el anticuerpo, hacen que ésta reaccione con diferente
    afinidad y, por tanto, los valores
    resultantes no corresponden con los niveles circulantes del
    fármaco en estudio. Además, el mismo anticuerpo
    puede reaccionar con los productos
    de degradación metabólica del antígeno,
    el cual, aunque haya perdido su actividad
    farmacológica, conserva todavía su actividad
    inmunológica; esto resulta en una información
    que sobrevalora los niveles de las drogas
    biológicamente activas.

A continuación, pasamos a considerar algunas de
las distintas hormonas y otras entidades fisiológicas
susceptibles de ser estudiadas por métodos
radioinmunológicos.

  • Hormonas Del Eje
    Hipotalamico-Hipoisario-Tiroideo

La posibilidad de cuantificar la tiroxina (T4), la
triyodotironina (T3), la tirotrofina(TSH) y la hormona liberadora
de la tirotrofina (TRH) ha permitido construir un complejo
armónico de informaciones mediante las cuales es posible
explorar el estado del eje
hipotalámico-hipofisario-tiroideo, reconocer alteraciones
de su funcionamiento y establecer las normas de
tratamiento.

  • Hormona de crecimiento
  • Gonadotropinas: hormona foliculo-estimulante y
    hormona luteinizante

El RIA de gonadotropinas se realiza, comúnmente,
utilizando la molécula íntegra de FSH y LH como
trazador y como patrón de referencia; además, los
anticuerpos se obtienen mediante inmunización con estas
hormonas glucoproteicas. El aislamiento de la cadena b
permitió realizar también un RIA específico
para cada una de estas hormonas. Mediante esta técnica,
las gonadotropinas pueden se evaluadas con una sensibilidad 500 a
1000 veces mayor que con los métodos
biológicos.

  • Testosterona Y Dihidrotestosterona

El interés clínico de estos valores visa
en primer término al diagnóstico de hipogonadismo,
en tanto la diferenciación entre el hipogonadismo primario
y el secundario resulta de las expresiones del mecanismo de
retroalimentación

  • Glucocorticoides

Los glucocorticoides pueden determinarse mediante RIA o
mediante competición proteica. Sus niveles
plasmáticos varían dentro de un rango amplio,
según la metodología utilizada.

  • Hormona Paratiroidea

El RIA informa sobre la medida de la
concentración global de la hormona suérica
inmunorreactiva, pero como no todas las fracciones
peptídicas integrantes de esta heterogénea familia son
biológicamente activas, surgen dificultades en la
interpretación de los resultados.

  • Renina Y Angiotensina

La angiotensinas, de bajo molecular, carecen de
antigenicidad natural, de suerte que para posibilitar su
determinación por técnicas
radioinmunoanalíticas se las conjuga a una
proteína, con lo cual adquieren propiedades
antigénicas.

  • Gastrina
  • Inmunoglobulina r(ig. E)e ig. E especifica
    (reagina)

Para su cuantificación se desarrolló el
RIA específico de la Ig. E, llamado RIST
("Radioinmunosorbent test")

  • Hormonas ectopicas
  • Antigeno carcinoembrionario (cea)

17. Radioinmunoanalisis Para
La Hepatitis

Existen métodos radioinmunológicos que
permiten la identificación de varios agentes
antigénicos microbianos y virales, así como la de
sus respectivos anticuerpos. Entre éstos, los virus de la
hepatitis
ocupan una posición destacada por las proyecciones de su
aplicación a la clínica.

Para la detección del antígeno australiano
se utilizan métodos radioinmunoanalíticos
clásicos: acoplamiento de anticuerpos; o "sandwich"
mediante antígeno I-125 o anticuerpo I-125. La
técnica sandwich en fase sólida se basa en la
marcación del anticuerpo de origen humano, que posee un
grado de reproductibilidad y de sensibilidad que satisface las
necesidades clínicas de información. Mediante un
método similar es posible detectar el anticuerpo presente
en suero o plasma, utilizando en este caso el antígeno
australiano marcado (43).

Los datos que se obtienen con los métodos
mencionados no son cuantitativos, pero la realización de
determinaciones con suero o plasma de diluciones distintas
permite una valoración semicuantitativa de la antigenemia
circulante.

Las determinaciones seriadas permiten seguir el curso
evolutivo de la enfermedad: la disminución de la
antigenemia se acompaña de mejoría clínica;
su negativización y la aparición de títulos
altos de anticuerpos al antígeno australiano confirman la
curación. También se ha desarrollado un
método para detectar la presencia del virus de la
hepatitis A.

La simplicidad y la rapidez de ejecución de las
técnicas mencionadas las hace accesibles a los centros de
hemoterapia (transfusiones) y para el control en la
elaboración de hemoderivados, paso imprescindible con
vistas a la medicina preventiva.

18.
Bibliografia

-Principios De Anatomía Y Fisiología. Gerard J. Tortora, Nicholas P.
Anagnostacos.

-Química: La Ciencia
Central. Brown, Lemay, Bursten.

Manual
Merck.

-Mundo Ciencia
(revista).

-Medicina Nuclear: Aplicaciones Clínicas.
Gotta.

 

 

Autor:

Daniela Arredondo

17 años, 6° Medicina

Partes: 1, 2
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