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El Sida (página 2)




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9. Pruebas
diagnósticas

·
Pruebas Serologicas De Deteccion Del Vih.

Se denomina pruebas serológicas a las realizadas
sobre el suero, uno de los componentes de la sangre, para
detectar anticuerpos. De este modo existen análisis serológicos para detectar
distintos tipos de enfermedades: hepatitis B,
sífilis, chagas, toxoplasmosis y VIH. Habitualmente se usa
la expresión "seropositivo" como sinónimo de VIH
positivos, pero ambos términos no significan lo mismo: la
persona VIH
positiva es seropositiva para el VIH.

La primera prueba que suele hacerse para detectar la
presencia del virus es conocida
como ELISA – Enzyme Linked Immuno-sorbent Assay (prueba de
inmunoenzimática)-. Existen otras similares pero esta es
la más frecuente. Esta prueba, como toda prueba
serológica no reconoce el virus, sino los anticuerpos
generados por el organismo para defenderse de él. Es
decir, si hay anticuerpos, hay virus.

Toda prueba diagnóstica posee dos características: la sensibilidad y la
especificidad. La primera se refiere a la capacidad de detectar
la presencia de determinada sustancia; la segunda se refiere a la
capacidad de excluir toda sustancia que no sea la efectivamente
buscada.

ELISA es una prueba muy sensible, ya que ante la
mínima presencia de anticuerpos del virus, e incluso
elementos similares, dará un resultado positivo. Si el
estudio da negativo es porque efectivamente el virus no
está presente. La alta sensibilidad de esta prueba puede
dar como resultado "falsos positivos" ante anticuerpos similares,
lo que obliga a realizar una prueba confirmatoria. A las personas
con resultado positivo, se les realiza una segunda prueba,
más específica y menos sensible, para confirmar la
presencia de anticuerpo de VIH y eliminar del grupo de los
"positivos" a las personas que no están infectadas por el
virus.. La más frecuente es la Western-blot.

Hay un período que se denomina "período
ventana" y se utiliza para dar cuenta del tramo inicial de la
infección durante el cual los anticuerpos generados por el
organismo no son detectados por las pruebas serológicas
habituales. Es necesaria una determinada cantidad de anticuerpos
para que las pruebas puedan detectarlos. Este período se
extiende desde el ingreso del virus al organismo hasta el momento
en que este genera el número de anticuerpos necesario para
ser captados por las pruebas de laboratorio.
Puede durar tres meses, o más. Por esta razón es
aconsejable reiterar las pruebas cada tres meses a lo largo de un
año.

Durante el "período ventana" las personas
infectadas son seronegativas ya que el resultado de los estudios
es negativo. Pero más allá de que no se detecten
los anticuerpos en sangre, el período ventana es un
período de alta contagiosidad durante el cual el virus se
está multiplicando de manera
muy rápida.

10. Tratamientos

El común denominador de los tratamientos aplicados en
la actualidad es la combinación de distintas drogas
antiretrovilares, comúnmente llamada "cóctel".
Estos "cócteles" reemplazaron a las terapias tradicionales
de una sola droga, que
sólo se mantienen en el caso de las embarazadas VIH
positivas. Las diferentes drogas tienden a impedir la
multiplicación del virus y, hacen más lento el
proceso de
deterioro del sistema
inmunitario. El "cóctel" se compone de dos drogas
inhibidoras de la transcriptaza reversa (las drogas: AZT,
DDI, DDC, 3TC y D4T) y un inhibidor de otras enzimas, las
proteasas.

Al inhibir diferentes enzimas, las drogas intervienen en
diferentes momentos del proceso de multiplicación del
virus, impidiendo que dicho proceso llegue a término. La
ventaja de la combinación reside, justamente, en que no se
ataca al virus en un solo lugar, sino que se le dan
"simultáneos y diferentes golpes". Los inhibidores de la
transcriptaza inversa introducen una información genética
"equivocada" o "incompleta" que hace imposible la
multiplicación del virus y determina su muerte. Los
inhibidores de las proteasas actúan en células ya
infectadas impidiendo el "ensamblaje" de las proteínas
necesarias para la formación de nuevas partículas
virales

Los estudios de carga viral miden la cantidad de virus en
sangre (no los anticuerpos) y no constituyen pruebas eficaces
para el diagnóstico de la enfermedad sino que son
útiles, en combinación con el recuento (o dosaje)
de linfocitos CD4, como indicadores de
la evolución de los pacientes. En este momento
existen tres métodos
reconocidos para estudiar la carga viral (NABSA, BDNA, y
PCR).Para comparar los resultados a lo largo del tiempo conviene
utilizar siempre el mismo método.
Los estudios de dosaje de linfocitos CD4 como los de carga viral,
deben realizarse estando el paciente sin ningún proceso
infeccioso en curso, no habiendo recibido una vacuna durante el
último mes, y en un estado
psicológico no alterado, pues estas situaciones alteran
sensiblemente el resultado de los análisis.

A partir del momento en que se detecta la infección, lo
más importante es averiguar cuál es el estado
inmunológico del paciente a través del recuento de
linfocitos CD4 (indicadores de la capacidad de defensas del
organismo) y de la cantidad de virus circulante en la sangre (lo
que se denomina carga viral). La caída de linfocitos CD4
por debajo de un valor
límite – que se ha fijado actualmente en 500/mm – marca un
deterioro inmunológico que hace prever la aparición
de las enfermedades oportunistas.

El análisis viral sirve entonces como un factor
pronóstico que orienta sobre cuál debe ser el
tratamiento específico y cuándo comenzarlo. El
consenso mayoritario es comenzar el tratamiento cuando los
linfocitos CD4 estén por debajo de las 500
células/mm3, y la carga viral entre 5.000 y 10.000
copias/ml, aunque no hayan aparecido aún síntomas
menores (diarreas, fiebre inexplicable, candidiasis, herpes
zoster) o las enfermedades oportunistas.

Las razones por las cuales estas drogas no erradican
totalmente el virus son de distinto tipo. Para multiplicarse el
virus utiliza el sistema reproductivo de las células en
que se introduce. Cabe ahora agregar que no todas las
células tienen la misma velocidad de
reproducción (algunas tardan horas; otras, semanas, y
otras, como las neuronas, no se reproducen).Se establece entonces
la siguiente cadena:

1) las drogas sólo pueden actuar cuando el virus se
está multiplicando;

2) a su vez, el virus sólo puede multiplicarse cuando
la
célula se está reproduciendo y

3) por lo tanto, las drogas podrán actuar en aquellas
células que se estén reproduciendo y les
será imposible entrar en aquellas que estén en
período de latencia.

Existen órganos – como por ejemplo los que componen el
sistema nervioso
central o los testículos
– conocidos como "santuarios" que poseen barreras naturales que
hacen prácticamente imposible el ingreso de las drogas. El
hecho de que en los cócteles se mantenga el AZT obedece a
que es la única que actúa eficazmente en el
sistema
nervioso central adonde no llegan las drogas más
modernas.

Las investigaciones
han detectado varios "sitios blancos" en el ciclo evolutivo del
virus que, en teoría
– e incluso en experimentos "in
vitro" – constituyen lugares clave en los cuales podrían
actuar diferentes tipos de antirretrovirales. Sin embargo,
sólo los inhibidores mencionados anteriormente – que
actúan en dos de esos sitios – se encuentran probados
efectivamente en el tratamiento de pacientes.

En los últimos tres años y a partir del uso de
las terapias múltiples, se redujo significativamente la
mortalidad y la aparición de enfermedades oportunistas en
enfermos de SIDA bajo
tratamiento. No es posible dar una receta única de
combinación de antirretrovirales ya que cada paciente es
un caso particular en función de su historia clínica
individual y de la cepa del virus con el cual se halla infectado.
A medida que transcurre el tiempo, el virus muta y se hace
resistente a determinadas drogas, por lo cual, estas dejan de ser
efectivas para dicho paciente, aunque sean eficaces para
otros.

Es importante asegurar la regularidad de las tomas de
medicación en los tratamientos combinados actuales, pues
la discontinuidad permite que el virus se haga resistente. A la
continuidad suele verse afectada tanto por dificultades en la
provisión de drogas como por el abandono temporal del
tratamiento por parte del paciente: uno de los principales
inconvenientes es que los cócteles implican tomar entre 10
y 15 pastillas diarias, en diferentes horarios y formas de
ingesta.

El único caso que en se mantiene el tratamiento con una
sola droga lo constituyen las embarazadas VIH positivas. En la
Argentina la
normativa vigente con relación al tratamiento de las
mujeres embarazadas VIH positivas, y que además es similar
a la de otros lugares del mundo, establece que las madres
seropositivas deben recibir AZT a partir de la semana 14 del
embarazo hasta
el momento del parto (momento
en que se les suministra por vía endovenosa), pues no
están comprobados los efectos de la combinación de
drogas sobre el bebe en gestación. Luego del parto, la
madre puede retomar la terapia triple, y debe evitar el
amamantamiento (siempre que existan alternativas
alimentarías adecuadas).Por su parte, el recién
nacido recibe AZT por seis semanas consecutivas. Con estas
precauciones, la transmisión del virus de madre a hijo se
reduce del 30% al 8%.

En los últimos tiempos, y como consecuencia de las
terapias antirretrovirales, se difundieron algunos conceptos
erróneos como:

a.- "Negativización" ð para referirse a las personas infectadas a
quienes no se les detecta virus en sangre mediante los estudios
de carga viral. Un proceso de negativización
implicaría la desaparición de los anticuerpos
detectados con las pruebas serológicas, no la
disminución del virus en la sangre que es lo que mide la
carga vial. No es cierto que por tener menor cantidad de virus
desaparezcan los anticuerpos; mucho menos que se haya eliminado
el virus del organismo.

b.- "Eliminación o erradicación del
virus" ð
para referirse a las personas infectadas a quienes no se
les detecta virus en sangre mediante los estudios de carga viral.
La disminución de la cantidad de virus no implica la
desaparición de la infección, sino su control relativo
a partir del tratamiento. Esto quiere decir que se retrasa la
aparición de las enfermedades que implican el SIDA, lo que
efectivamente mejora la calidad y
esperanza de vida de las personas portadores.

c.- "Cronificación de la enfermedad
ð La esperanza
en las investigaciones sobre nuevos tratamientos es la de
transformar la enfermedad en crónica (Como otras,
también incurables, pero que preservan la vida del
paciente a través de terapias permanentes).Sin embargo, no
hay que confundir la esperanza con algo ya conseguido.

· Vacunas En
Estudio ð
Tras el congreso internacional realizado en Vancouver en
1996, con la participación de 15 mil expertos y miembros
de organizaciones no
gubernamentales de todo el mundo, el Dr. Montaner aporta su
opinión en el marco de la polémica: "Dudo en la
efectividad clínica de la vacuna GP120". Se refirió
así al tipo de compuesto proteínico que estimula a
las células defensivas y a la vez crea anticuerpos contra
el virus.

Desde mediados de los '80 se trabajó sobre la
GP120 en los Estados Unidos,
pero en 1994 el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades
Infecciosas, que tenía a su cargo la aprobación del
presupuesto de
investigación, vetó el inicio de la
última fase de ensayos
clínicos en 10.000 voluntarios. Un diario de Chicago
había publicado que cinco personas vacunadas en la primera
fase presentaban el virus en la sangre. Algunos de los nuevos
portadores eran drogadictos y aparentemente se habían
infectado con agujas contaminadas. La negativa norteamericana
tuvo el siguiente fundamento: "Las vacunas deben servir inclusive
para prevenir el contagio en situaciones de 'algo riesgo' ". Al
margen del veto norteamericano, la
Organización Mundial de la Salud abrió el camino
para continuar los estudios de la GP120 en otros países.
Tailandia y Uganda apuestan al ensayo
clínico, con este compuesto producido por las
compañías norteamericanas Genevax y
Chiron

En la actualidad, se lleva a cabo el análisis de
otro tipo de vacunas de las cuales se destacan:

· Basadas en
el ADN: Estos
productos que
se están investigando a nivel de laboratorio, consisten en
"fragmentos virales", que al ser inyectados en el organismo pasan
a formar parte de la maquinaria celular. Una vez incorporados,
los fragmentos producen proteínas típicas del
virus, que no son infectivas, porque no se trata del virus
completo, sino de una parte, pero resultan suficientes como para
activar el batallón inmunitario.

De este modo, un individuo sano genera anticuerpos
control el VIH y en caso de infectarse, su sistema inmunitario
estará preparado de antemano para el ataque. Los
laboratorios norteamericanos Merck y Apollon llevan realizados
estudios en monos "con buenos resultados" – según
informaron – y la Administración de Drogas y Alimentos (FDA)
de los Estados Unidos ya dio luz verde para
iniciar la primera etapa clínica en individuos
sanos.

· De origen
combinado: La compañía francesa
Pasteur-Merieux-Connaught está evaluando la efectividad de
una combinación de GP120 y ALVAC (otro tipo de vacuna de
ADN).Los resultados obtenidos hasta ahora son
auspiciosos.

· Cepas
Resistentes A Drogas ð Tres equipos de investigación han
encontrado pruebas de que cepas del VIH resistentes a las drogas
se están diseminando en la actualidad en los Estados
Unidos y en Europa entre
personas sexualmente activas.

Desde el momento en que los tres grupos de
investigación descubrieron formas de virus altamente
resistentes a las multidrogas que han surgido a la superficie en
los últimos 18 meses, surge el temor de que se trata del
comienzo de una tendencia que puede convertir en inútiles
a los tratamientos para aquellas personas que se
infectarán en el futuro. Esto significa que es necesario
identificar tempranamente aquellos casos resistentes a las
drogas.

El Dr. Martin Markowitz, del Aaron Diamond Research
Center de nueva York condujo un equipo de investigadores de nueva
York y de Los Ángeles quienes analizaron el VIH hallado en
77 hombres y tres mujeres que se habían infectado, en
promedio, en menos de dos meses. Esto significa que los
científicos pudieron recuperar de la sangre de los
pacientes las mismas cepas de virus que ingresaron
originariamente en sus organismos a través del contacto
sexual. El 16% de las personas eran portadores de virus que
poseían mutantes conocidas que confieren resistencia a las
drogas utilizadas en la Terapia Antirretroviral Altamente Activa
(HAART).Inclusive, más pacientes – el 26.8% –
tenían virus capaces de crecer en tubos de ensayo a pesar
del bombardeo de varias drogas anti VIH. Eso equivale a afirmar
que existen más tipos genéticos de resistencia en
el VIH de lo que los científicos creyeron hasta el
momento. Existen evidencias de que los miembros de la población con tratamiento HAART pueden
transmitir el VIH a sus compañeros sexuales, y en algunos
casos pasando formas del virus altamente resistentes a las
drogas. Las implicancias que esta situación tiene en
materia de
salud pública en el tratamiento con drogas pueden ser
mucho menos triunfantes.

·
Nutricion ð Muchos pacientes con VIH se ven afectados
por el síndrome de desgaste cuyos síntomas incluyen
una gran pérdida de peso, diarrea crónica o
debilitamiento, y fiebre constante o intermitente por lo menos
por 30 días. El síndrome es clasificado como una
enfermedad que define el SIDA. Todas las personas con el VIH
deberían seguir las prácticas de seguridad
alimenticia, debido a que sus sistemas inmunes
debilitados las hace especialmente vulnerables a enfermedades
causadas por alimentos. La diarrea causada por estas enfermedades
puede conducir al síndrome de desgaste o
empeorarlo.

Para prevenir enfermedades causadas por alimentos, las
personas con el VIH deben evitar productos lácteos no
pasteurizados, lavarse las manos y lavar los utensilios con
agua caliente
y jabón al preparar comidas, y cocinar bien los alimentos
para matar bacterias
dañinas. No deben comerse huevos crudos ni pescados o
mariscos crudos como ostras, almejas, sushi y sashimi.

· Contexto
Social Y Afectivo ð La contención psíquica y el
apoyo afectivo de los familiares y amigos del enfermo
actúan de manera importante en el resultado de los
tratamientos. Del mismo modo, las condiciones
socioeconómicas de los pacientes tienen fuerte incidencia
en el desarrollo de
la enfermedad. Hay algo que queda claro: los virus se refuerzan
cuando hay miseria o angustia. Está demostrado que
pacientes desafectivizados y discriminados muestran niveles bajos
de linfocitos y de CD4, elementos utilizados para medir el nivel
de las defensas del organismo.

· Enfoques
Terapeuticos No Convencionales ð Estos enfoques, conocidos
también como terapias alternativas, se han multiplicado
sorprendentemente en nuestro país, particularmente en
personas con VIH. La Ciudad de Buenos Aires, por
ejemplo, ofrece disciplinas que van desde la homeopatía,
el reiki, o la programación neurolingüística,
hasta el naturismo y la acupuntura.

Carlos Blanco es un terapeuta alternativo argentino y
plantea que estas disciplinas trabajan con los planos
físico, espiritual y emocional, intentando restablecer la
armonía supuestamente rota por la enfermedad. Plantea que
hay factores que determinan una baja de las defensas y que estos
son: el miedo, la desolación, la desesperanza. Estos
enfoques se proponen ayudar a levantar las defensas y mejorar el
equilibrio
emocional del individuo. Estas formas de terapia no se oponen a
las terapias convencionales, sino que son
complementarias.

ð Reiki:
Blanco plantea que el reiki logra actitudes
diversas. "Quien realiza los ejercicios está más
sensible a lo que le toca vivir, ya se trate de su propia
sexualidad, la
discriminación que inevitablemente sufren
quienes viven con el VIH, o las colas interminables para obtener
medicamentos gratuitos en el Ministerio de Salud y Acción
Social" Sostiene que una de las mayores virtudes del reiki es la
harmonización de la energía: libera lo que
está bloqueado, permite expresarse emocionalmente a
través del llanto y la palabra, ayudada a liberar pesadas
cargas de encima.

ð
Homeopatía: Es una disciplina
aceptada por la medicina
tradicional. Surgió a fines del siglo XVIII cuando un
alemán, Samuel Hahnemann, descubrió que un enfermo
con fiebre se curaba con la quinina, mientras que si por error se
suministraba quinina a una persona sana, se enfermaba. Hahnermann
pensó que todas las sustancias que producían
determinados cuadros en personas sanas, tenían un efecto
curativo en la persona enferma con esos mismos síntomas.
Se trataba de la curación por los semejantes. El doctor
Carlos Grosso, homeópata argentino, practica esta
disciplina que ayuda también a las personas que viven con
SIDA. El Dr. Grosso plantea que la homeopatía, en el caso
del SIDA, funciona como cualquier otra enfermedad, él
homeópata toma los síntomas y trata de averiguar
todo lo posible acerca de cada uno de ellos y deduce qué
remedio conviene aplicar. Sostiene que: "… no pueden curar el
efecto del SIDA que es ir derrumbando el sistema
inmunológico, pero sí logran contenerlo, en gran
parte."

ð
Visión Naturista: En Buenos Aires, la doctora
Beatriz Rodríguez atiene personas con VIH, a partir de una
concepción alimentaría que se remonta a la antigua
escuela de
medicina Occidental, la de Hipócrates. Según
Hipócrates, hay una fuerza
curadora de la naturaleza. En
relación con el SIDA el naturismo trabaja esa fuerza vital
curadora que todo individuo posee. Para los naturistas si se
intenta llevar esa fuerza vital a su máxima potencia hay que
respetar los principios
vegetarianos. Por ejemplo, la carne es considerada como un
alimento tóxico que el organismo no puede tolerar y
contribuye a que el sistema inmunológico se
debilite.

Si bien los elementos externos introducidos por medio de
terapias alternativas no tienen un efecto físico directo
sobre el organismo, colaboran para que éste active su
propia capacidad de reparación de daños. Es por
esta razón que la comunidad
científica mira con interés
las terapias alternativas para ayudar a distinguir y fortalecer
aquellos que han contribuido a mejorar la calidad de
vida de personas que viven con el VIH y otras
enfermedades.

11. VIH/SIDA y
Deporte

Durante un lapso de dos semanas, a comienzos de 1996, el
jugador profesional de básquetbol Magic Johnson
volvió a jugar en Los Ángeles Lakers después
de una ausencia de más de cuatro años, debido a un
test positivo de VIH. Asimismo, el boxeador profesional Tommy
Morrison fue diagnosticado VIH positivo antes de competir en un
match programado en Las Vegas. Estos hechos ilustran dos aspectos
contrastantes del impacto de le epidemia de VIH/SIDA en el mundo
del deporte.

El regreso durante tres meses al circuito profesional de
Johnson demostró que los individuos VIH positivos pueden
tener vidas sanas y activas. Johnson enfatizó que su
posterior retiro a mediados de mayo de 1996 no se
relacionó con su salud, sino que quería tener la
oportunidad en sus propios términos, algo que no pudo
hacer en 1992.

En comparación, el test VIH positivo de Morrison
reactivó los temores de que un individuo podía
infectarse durante una competencia
deportiva. Morrison anunció, en primer lugar, que no
volvería a boxear, pero el 3 de noviembre de 1996, en
Tokio, derrotó a Marcus Rhode en una pelea en la
categoría pero pesado. Rohde aseguró,
después de la pelea, que nunca había estado
preocupado por contraer el VIH en el
cuadrilátero.

Mientras estos hechos han llamado la atención
acerca de la creciente necesidad de educar a atletas, tanto
profesionales como amateurs sobre los riesgos de
transmisión del VIH, también aumentó el
temor acerca de la transmisión en el campo de juego. Las
posibilidades de contraer la infección por VIH en el campo
de juego son remotas, salgo en el ring de boxeo, donde los
boxeadores suelen tener heridas cortantes y hemorragias en forma
conjunta. En un estudio publicado en 1995, investigadores de los
Centers for Disease Control and Prevention afirmaron que las
posibilidades de contraer el VIH durante una competencia
deportiva – salvo el box – superan una en un
millón.

No hay evidencias de que exista el riesgo de
transmisión del VIH cuando personas infectadas que
practican un deporte no muestran heridas sangrantes u otras
lesiones de la piel. No
existen casos documentados de infección por VIH adquirida
a través de la participación en deportes.

Los individuos infectados por VIH pueden participar en
deportes. De hecho, el ejercicio suele ser recomendado. Cada caso
de infección por VIH de un atleta debería ser
juzgado individualmente, de acuerdo al estado físico y
mental de cada deportista y a la naturaleza del deporte que
él o ella practiquen.

· Politicas
Hacia Vih/Sida De Asociaciones Deportivas ð Basándose en
la evidencia de que el VIH no suele transmitirse durante las
prácticas o competencias, los
expertos coinciden en afirmar que los deportistas infectados por
VIH no deberían ser rutinariamente excluidos de las
prácticas y de las competencias. Las organizaciones
deportivas, como otras que patrocinan programas
deportivos, deberían desarrollar políticas
para sus equipos, colegios u organizaciones.

La National Collegiate Athletic Association (NCAA), la
National Federation of State High Schools Associations, la
American Academy of Pediatrics y la Organización Mundial de la Salud han
publicado trabajos científicos de peso con referencia a
este tema. Establecer políticas con respecto al status del
VIH, participación, testeo y le manejo de la sangre
permite tomar decisiones objetivas a quienes deben confrontarse
con estos hechos. Todos los miembros de un equipo, como
también sus entrenadores, deben estar informados acerca de
las políticas a seguir, de tal manera que pueden conocer
las normativas.

Este riesgo teórico de transmisión del VIH
a través de la actividad deportiva debe ser tenido en
cuenta. Cualquiera que entre en contacto con sangre a partir de
una herida producida durante una competencia o actividad
deportiva debe seguir lineamientos universales.

El tema del test obligatorio del VIH para atletas ha
desatado discusiones con respecto al deporte y al VIH. Varias
asociaciones profesionales deportivas sugieren, pero no exigen,
el test. La excepción se da en el boxeo. Con anterioridad
al anuncio de Morrison los tests de VIH eran obligatorios para
los boxeadores que competían en Nevada, Oregón,
Washington y Arizona, y en Gran Bretaña. Como consecuencia
directa del anuncio de Morrison, la Comisión de Boxeo de
Nueva York anunció el 14 de febrero de 1996 que todos los
boxeadores debían hacerse un test anual de anticuerpo del
VIH antes de permitírseles competir en Nueva
York.

El 7 de mazo del mismo año, la New Kersey
Athletic Control Board impuso el test obligatorio para boxeadores
de ese Estado.

El 30 de abril, el parlamento de Pennsylvania
aprobó una ley imponiendo la
obligatoriedad del test del VIH para cualquiera que compitiera en
matches de box en ese Estado.

Morrison evitó estos controles en Tokio al
regresar al cuadrilátero, en una competencia aprobada por
la Comisión Japonesa de Boxeo, que carece de reglas con
respecto a los boxeadores VIH positivos. Sin embargo, la
Federación de Box votó en 1993 una norma para que
los boxeadores presenten evidencias de que no están
infectados por VIH antes de competir por el
título.

A partir de la revelación del campeón
olímpico de saltos ornamentales Greg Louganis de que era
VIH positivo, mientras competía en las Olimpíadas
de 1988, directivos olímpicos internacionales manifestaron
que no pensaban cambiar las normativas existentes. Si bien han
adoptado lineamientos estrictos en materia de heridas sangrantes,
no exigen el test del VIH para los atletas.

Para la Organización Mundial de la Salud, un test
de rutina para todos los atletas es innecesario, poco
práctico e inmanejable, como también costoso. Pero
casi dos tercios de los atletas universitarios que participan en
deportes que implican entrar en contacto apoyarían una
reglamentación que restringiera intervenir en competencias
a deportistas infectos por VIH.

Las actitudes discriminatorias surgieron en la National
Basketball
Association (NBA) en 1992, cuando Magic Johnson intentó
por primera vez regresar al circuito profesional con los Lakers.
A pesar de su buena salud, decidió retirarse antes que
enfrentar la discriminación. Sin embargo, la NBA
llevó a cabo en los años venideros un exhaustivo
programa de
educación,
y fueron pocos los jugadores que pusieron objeciones cuando
Johnson regresó a al actividad deportiva el 30 de enero de
1996.

El riesgo primario para los atletas de contraer la
infección por VIH son los mismos que enfrentan aquellos
que no son atletas, es decir, tener sexo sin
protección y compartir agujas. Algunos estudios han
demostrado que los atletas más proclives a un estilo de
vida con conductas más riesgosas que los no atletas. Las
hazañas físicas de numerosos atletas los lleva a
creer que son invencibles y, por lo tanto, no toman las
precauciones necesarias para minimizar los riesgos.

12. El SIDA en la
Argentina

Al 31 de diciembre de 1999, las personas enfermas de
SIDA eran 16.259, si se considera la demora en la
notificación el número estimado es de 18.966.
Según los registros
oficiales, en sólo un año el número de
personas enfermas aumentó un 15 por ciento. En marzo de
1999 había 14.289 pacientes. Además, se estima que
hay 150 mil personas infectadas y sólo 15 mil se atienden.
Otro dato que confirma el crecimiento del contagio heterosexual
es el siguiente: hoy hay una mujer infectada
por cada 2,8 varones cuando al comienzo de la epidemia la
proporción era de una mujer por cada 14 hombres. Esto
explica también que haya más casos de embarazadas
seropositivas.

La epidemia de SIDA entre los hombres es más
antigua que la de las mujeres. Los primeros casos de varones son
de 1982 y los casos femeninos aparecen 5 años
después. Sin embargo estas diferencias iniciales se han
ido modificando hasta alcanzar una relación de 3:1, en el
año 1997. Se observan también diferencias en la
edad, en la distribución geográfica, en las
vías de transmisión y en el nivel de
instrucción.

Edad ð el promedio entre los hombres es de 31
años, y 4 de cada 10 tienen menos de 30 años.
Entre las mujeres la edad media
es de 26 años y 6 de cada 10 casos tiene menos de 30
años.

Distribución geográfica
ð el 51% de
las mujeres vive en la provincia de Buenos Aires (8 de cada 10
residen en el Conurbano).En el caso de los hombres, este
porcentaje es de 42%. Un fenómeno inverso se observa en
la Ciudad de Buenos Aires que concentra el 27% de las enfermas
y el 33% de los enfermos. En Santa Fe los porcentajes son
similares para ambos sexos (hombres 7%, mujeres 6%), en la
provincia de Córdoba, se encuentran el 3% de las mujeres
con SIDA y el 5% de los hombres con SIDA.

Vías de transmisión ð Distribución de
las distintas vías en el total de casos donde se
observan diferencias entre los hombres y las
mujeres:

· Hombres
vía sanguínea: 46%

vía sexual: 47%

· Mujeres
vía sanguínea: 50%

vía sexual: 30%

ð
Tendencia de la epidemia a través de los
años.

·
Transmisión entre hombres que tienen sexo con otros
hombres sin protección

­ 1991: 27%
de los casos

­ 1999: los
casos disminuyeron al 20%

·
Transmisión entre usuarios de drogas que comparte el
material de inyección

­
disminuyó del 42% en 1991 al 34% en 1999

·
Transmisión sexual sin protección

­
aumentó del 8,5% en 1991 al 34% en 1999

·
Transmisión vía madre – hijo

­
se ha mantenido entre el 6% y 7%

· Enfermos
por hemofilia y transfusiones

­
ha disminuido del 3% en 1991 al 0,4% en 1999

ð
Existen diferencias en las vías de
transmisión, de acuerdo a la edad de los pacientes.
Entre los usuarios de drogas inyectables que comparten material
de inyección casi el 60% tiene menos de 30 años,
y sólo un 1,5% tienen más de 44 años.
Entre los hombres que tienen sexo con hombres sin
protección el 75% de los enfermos se concentra en
mayores de 30 años. Las personas que refieren haberse
infectado a través de relaciones sexuales sin
protección, el 42% son menores de 30 años, el 46%
tiene entre 30 y 45 años y el 12% son mayores de 45
años.

Nivel de Instrucción ð entre los usuarios de
drogas intravenosas que comparte el material de
inyección sólo el 18% había concluido el
colegio secundario; un 15% no había terminado de cursar
la escuela primaria. En cambio entre
los hombres que tienen sexo con otros hombres sin
protección, 61% había completado el colegio
secundario y sólo el 4,5% no había finalizado la
escuela primaria al momento del diagnóstico de SIDA. Con
mayor frecuencia los enfermos de SIDA tienen un bajo nivel de
instrucción. La escolaridad de nivel completo ha
aumentado del 1.5% en 1990 al 18% en 1999, mientras que
aquellos que habían finalizado el colegio secundario
alcanzaban al 55% del total de los casos al comienzo de la
década del 90, sólo el 24% habían
alcanzado dicho nivel de instrucción en 1999.

Hay un punto sumamente importante a tener en cuenta. En
la Argentina, las personas acuden al hospital cuando ya
desarrollaron la enfermedad, y el tratamiento es más
complejo. Para el Dr. Héctor Pérez, vicepresidente
de la Sociedad
Argentina de SIDA y miembro del servicio de
Insectología del hospital Fernández, "La clave es
la prevención y aquí todavía no hubo
políticas preventivas coherentes." El mayor logro de los
países que han diseñado políticas sanitarias
fue lograr frenar al SIDA evitando que los pacientes
desarrollaran la enfermedad y mejorando su calidad de vida.
Según el Dr. Pérez Argentina se encuentra
más cerca de África que del Primer Mundo.
Además, hay una coincidencia absoluta de todas las
investigaciones en nuestro país y en diversos lugares del
mundo, y es que el nivel de información no guarda
relación directa con la adopción
de conductas de auto cuidado. Lejos de ser un punto de llega, la
difusión de las características de la enfermedad y
de las formas de prevenirla es un primer paso
fundamental.

13. Embarazo y VIH en
Argentina

Cada vez son más numerosas las mujeres y adolescentes
que llegan a los servicios de
obstetricia de los hospitales porteños para descubrir que
son portadores del VIH.

El Dr. Daniel Gutiérrez, obstetra del Hospital
Rivadavia alerta sobre el aumento progresivo y continuo de
mujeres embarazadas VIH positivas. En la actualidad sé a
conformado un equipo que incluye al obstetra, al
neonatólogo, al pediatra que hace el seguimiento
después del parto, al infectólogo, asistentes
sociales y psicólogos, este equipo colabora en la
asistencia de mujeres embarazadas VIH positivas.

Lo primero que se le pide a la mujer
embarazada es la realización del análisis de VIH.
El mecanismo era que la mujer se lo hacía, el personal del
Hospital Rivadavia retiraba los estudios y el médico le
entregaba en mano el resultado. Posteriormente el laboratorio
decidió dárselo a la paciente como si se tratara de
cualquier análisis, pero en el papel figura
un número como resultado denominado Cut Off, que es un
límite. De ese límite para arriba estaría
contaminado y de ese límite para abajo no estaría
contaminado. De esa forma la mujer puede estar deambulando y
nadie se entera hasta que vaya a la consulta médica del
hospital.

El tratamiento que se aplica a la mujer embarazada VIH
positiva es el AZT, salvo en un período avanzado. El
Hospital se maneja con las recomendaciones elaboradas por las
autoridades sanitarias de los Estados Unidos respecto al uso del
AZT. En el primer trimestre del embarazo, no es conveniente
administrar la droga por los daños que puede causar al
feto. Por lo tanto, se toma desde la semana 14 hasta la
34.

Las edades de las mujeres infectadas oscilan entre los
20 y los 30 años, aunque hay chicas más
jóvenes, adolescentes.

Hay muchas que plantea la mujer embarazada y las mayores
son sobre él bebe. Si el chico va a morir, o si va nacer
con VIH y qué pasará después. Recién
a los 180 días se puede decir si el chico está o no
infectado. Se han registrado abandonos de chicos. Por eso es
importante el trabajo de
la psicóloga con la madre.

El SIDA y la Escuela

En la Argentina, la Secretaría de
Educación ha implementado desde el año 1989
normas de
prevención. El HIV ha irrumpido en el área de la
educación y afecta no sólo a la población
conformada por los alumnos, sino también a los padres y al
personal docente. La Lic. Silvia Portas, licenciada en psicología y
Coordinadora de Promoción de la Salud y Prevención
del SIDA de la Secretaría de Educación del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, manifiesta que en todas las áreas
escolares hay chicos que son portadores. "La oferta
educativa es amplia y toma todas las edades: jardín de
infantes, primaria, secundaria y adultos."

Cuando en una institución educativa se halla una
persona portadora de lo que se trata es de ponerle las cuatro
letras a lo que le sucede. Con los chicos trabajan
psicólogos que deben abordar una verdad que no es
liberadora. El SIDA pediátrico es un tema delicado en todo
el mundo. En el caso de los alumnos, lo predominante es la
transmisión vertical, es decir, de madre a
hijo.

Al principio en las escuelas los docentes y personal
educativo no aceptaba el uso del guante, porque creían que
el niño se pondría mal. Desde la Secretaría
de Educación se hace especial hincapié en el uso de
guantes para la atención de heridas o la limpieza cuando
se ha producido un derramamiento de fluidos corporales. Dice la
Lic. Portas: "Las señales, cuando alguien sangra, las dan
los mismos chicos."

Para la Lic. Portas, si un chico comparte su
condición de portador de VIH, puede llegar a tener efectos
sumamente negativos en aquellos que lo rodean. Pero
también es muy difícil para un niño no
poder contar
lo que le pasa. Puede suceder que sean sus padres los portadores
y tenga que reprimir la angustia no sólo en la escuela,
sino también en el barrio, o en lo de la familia
vecina donde juega.

La intervención que se hace desde la
Secretaría de Educación es acompañar para
que pueda desarrollarse la convivencia, bajar los temores y
lograr que el niño pueda hacer una vida normal. El grupo
que acompaña estas situaciones se conforma por tres
psicólogos, una socióloga, una asistente social y
una licenciada en Ciencias de la
Educación y una bibliotecaria. Se realizan reuniones con
los docentes, con la familia y se
evalúan las necesidades de todo tipo. Una de las
experiencias más terribles es el deterioro y el
fallecimiento de un niño.

Desde el año 1992 se realizan cursos de
capacitación sistemática para los
docentes. En las escuelas se realizan talleres durante una semana
en forma intensiva durante el mes de febrero. "Es importante
enfatizar algunos puntos clave. La convivencia con personas HIV
positivas, lo mismo que con familiares es posible, deseable y sin
riesgo. Las vías de contagio deben ser claramente
entendidas y creemos que el mejor sistema de trabajo es en grupos
pequeños. Es importante recalcar que no hay preguntas
estúpidas. Lo que no sabemos, por desgracia lo rellenamos
con prejuicios, con mitos. Es
importante que en estos talleres intervengan los
padres."

Hasta el momento este programa se aplica en la Capital
Federal. La Lic. Portas recalca la necesidad de formar gente para
poder trasladar este programa a las provincias.

El SIDA en las cárceles

En los servicios penitenciarios de todo el mundo es
crítica la incidencia y la diseminación del SIDA.
Muchos internos han sido diagnosticados como que padecen la
enfermedad y muchos de ellos son portadores del virus
VIH.

El Servicio Penitenciario de la provincia de Buenos
Aires cuenta con una población que supera los 10.000
internos y la movilidad propia anual entre ingresos y
egresos conlleva a prestar una asistencia médica
aproximadamente a 16.000 internos anuales.

Las cárceles se encuentran superpobladas y todas
estas personas se encuentran alojadas en establecimientos viejos
y las condiciones higiénicas y sanitarias deficientes, con
alta incidencia para la infección tuberculosa, enfermedades de
transmisión sexual, drogadicción y SIDA.

La población carcelaria es considerada de algo
riesgo, por la droga dependencia por inyectables, tatuajes,
cortes múltiples con elementos compartidos y con un alto
grado de contaminación. En este ámbito el
SIDA es uno de los flagelos más importantes.

Una de las más antiguas enfermedades y
actualmente en continuo avance es la "tuberculosis"
que, hermanada con el SIDA, son los puntos que deben analizar las
autoridades sanitarias no sólo con el fin de tratarla,
sino para mejorar la actual situación sanitaria de este
tipo de población que no escapa a la problemática
de la sociedad en general.

La alta tasa de drogadictos intravenosos entre los
reclusos que murieron de SIDA, y el tiempo relativamente corto
que permanecieron en prisión antes de desarrollar la
enfermedad, obliga a pensar que fueron infectados antes de su
detención.

Los internos seropositivos difunden el virus del SIDA
del mismo modo que siempre: a través de secreciones
seminales y/o vaginales de acuerdo al sexo y a través de
la sangre. El sexo entre los internos es una realidad de la vida
en prisión, y es del tipo consentido como un favor sexual
negociado por protección a la violación o por otros
beneficios.

La mayoría de los internos seropositivos han
contraído el virus a través del uso de drogas
intravenosas antes de su ingreso a prisión y es muy
posible que los abusadores de las mismas continúen
intercambiando agujas como lo hacían cuando eran
libres.

En las cárceles de muchos países hay
cifras importantes de reclusos con antecedentes de
comportamientos de alto riesgo como, por ejemplo, el consumo de
drogas por vía intravenosa y la prostitución. Además, se produce,
por la falta de relaciones heterosexuales una conducta
homosexual circunstancial.

La Organización Mundial de la Salud recomienda a
las autoridades penitenciarias informar a todos los internos del
riesgo de infección por VIH a través de talleres.
Muchas de estas personas no tienen la posibilidad de recibir este
tipo de información en el seno de la comunidad.

Resulta compleja una investigación sobre la
incidencia del SIDA que incluya no sólo la enfermedad del
SIDA en internos sintomáticos, sino también
seropositividad para VIH entre los prisioneros. Esto se debe a
que él testeo de anticuerpos masivos para obtener
información sobre la prevalencia de la infección
por VIH en prisión, solamente se justificaría si
fuera anónimo y voluntario, debido al peligro de que los
seropositivos puedan ser discriminados, segregados o violentados
por el personal o los otros internos. Además, el costo que resulta
de suministrar los test de ELISA y WESTERN BLOT a una gran
población de internos, el hecho de que sólo entre
el 20% y el 50% de los seropositivos desarrollen SIDA o el
complejo relacionado, y el que no exista tratamiento efectivo
para un seropositivo testeado hace prácticamente
prohibitivos los screenings masivos.

En un estudio realizado sobre 40 enfermos que
desarrollaron el SIDA, internados en la Sala de
Infectología del HOGAM Unidad 22 (Olmos), en el
período 2/1/1996 al 4/7/1996, se pudo observar que la edad
promedio en la cual desarrollaron la enfermedad SIDA fue de 28
años, un 62% tiene antecedes de drogadicción
endovenosa y una 40% terminó en óbito.

El SIDA no es un problema de los internos alojados en
áreas penitenciarias, como tampoco lo es en forma
exclusiva de las autoridades sino que muy por el contrario, dadas
sus características, constituye un problema que incumbe a
toda la comunidad de nuestro país y representa, incluso un
mal de jerarquía mundial. Ver esta cuestión de este
modo, implica reconocer la necesidad de un plan de
acción que excede lo sectorial y lo institucional para lo
que deben asignarse los recursos
necesarios.

En una nota publicada en diario Clarín el
día 24 de Marzo de 2000, se plantea que en el
último año la cifra de presos con SIDA
creció un 50%. Este dato pertenece a las prisiones
federales. Esto significa que el 11% de los presos padece la
enfermedad, en distintos grados. Equivale a 775 personas. De
estas 775 personas, de las cuales 83 son mujeres. Las cifras
oficiales revelan que la mayoría de los portadores del
virus del SIDA todavía no desarrollaron la enfermedad. El
resto es sometido a distintos tratamientos dentro de los centros
asistenciales que hay en las cárceles, en los hospitales
públicos o – si su estado es terminal – en sus
casas.

El último balance de gestión
de la Procuración Penitenciaria – oficina que se
encarga de defender los reclamos de los presos – detalla una
encuesta
anónima entre los presos. Si bien no todos los presos
participaron, la mitad de los que sí lo hicieron
creían correr el riesgo de contagiarse; otros tantos
reclamaron más información sobre el
tema.

En los últimos cinco años la cantidad de
presos portadores del VIH se duplicó. Los peores penales
son las superpobladas unidades de Caseros y Devoto que, se
supone, serán desmanteladas hacia fin de año. Tanto
el Servicio Penitenciario Federal, como la Secretaría de
Política
Criminal, la de Regulación Sanitaria – del Ministerio de
Salud – y la Procuración Penitenciaria intentan poner en
marcha un programa elaborado por la OMS. Lo bautizaron
"Cárceles saludables" y pretenden bajar todos estos
índices.

El borrador del plan sostiene que uno de cada cuatro
presos de las cárceles nacionales tiene algún
problema de salud. Por esto mismo, se hace hincapié en la
prevención y en la capacitación de guardias y
médicos. Afirman que debe crearse un entorno saludable que
respete la dignidad y los derechos humanos
de todos los miembros de la comunidad penitenciaria.

En el Ministerio de Justicia se
sostiene que el Servicio Penitenciario Federal no brinda
atención suficiente a los enfermos de SIDA. Los
medicamentos no son suficientes y las ambulancias suelen llegar
tarde.

El SPF manejó en 1999 un presupuesto de unos 137
millones de pesos. El 90% de esa cantidad se fue en gastos de
personal.

14. La posición
de la
Iglesia frente
al SIDA y la discriminación

"La Iglesia debería abrir sus puertas a todos, en
forma incondicional, tal como Cristo abrió la puerta a
todos, sin tener en cuenta quienes eran o lo que habían
hecho. La salvación es dada a todos por gracia, a
través de la fe, y no por causa de hechos o
comportamientos. Al aceptar a todos, Cristo dio acceso a su
perdón y a la nueva vida. Hoy, en su Iglesia, recibimos
esta vida nueva por medio de la Palabra y los sacramentos. Al
excluir a alguno de esta fuente de vida, la Iglesia se hace
culpable de la más grave forma de discriminación
que existe.

La difusión del SIDA depende de realidades
culturales, sociales y económicas. La Iglesia
debería cuestionar seriamente su propio papel en el
desarrollo que facilito la difusión de la enfermedad, y
desafiar a sus propios miembros y a la sociedad para tomar
medidas que eliminen actitudes de discriminación y
acciones
prevalentes en la sociedad.

Discriminación.

La discriminación tiene muchas
facetas:

  • Inadecuado cuidado profesional para las personas
    que son VIH positivos;
  • Estigmatización y aislamiento de la familia,
    del contexto social, de la comunidad y de la
    Iglesia;
  • Perdida del empleo;
  • Violencia física y/o
    psicológica contra personas de orientación
    homosexual, prostituidos y drogadictos;
  • Restricciones de viajes;
  • Presiones familiares y sociales sobre lo que
    brindan ayuda para que no cuiden a las personas infectadas
    con el VIH;
  • Negativa a brindar cuidados sanitarios
    básicos y seguros de
    vida o salud;
  • Registros obligatorios;
  • Rechazo a brindar alojamiento;
  • Actitud negativa para brindar acceso a la
    educación, especialmente a los
    niños;
  • Análisis obligatorios sin consentimiento;
    "chivos expiatorios";
  • Exclusión de personas, tales como refugiados
    y estudiantes procedentes de áreas altamente
    endémicas.

Las estructuras
socioeconómicas en el mundo promueven la pobreza de
ciertas comunidades y grupos, haciendo más vulnerables a
la difusión del SIDA a aquellos que no tienen privilegios.
La lucha contra el SIDA es por lo tanto una lucha contra la
pobreza, el
analfabetismo,
la prostitución, la drogadicción y todas las formas
de desigualdad social. La falta de información tendenciosa
también contribuye a la discriminación.

Efectos de la discriminación.

  1. La discriminación afecta profundamente a las
    personas. Ella conduce a la perdida de autoestima, a sentimientos de culpa y
    vergüenza. A menudo las personas con SIDA se apartan por
    sí mismas de la asistencia que necesitan debido al
    temor a reacciones negativas de los otros. El aislamiento
    aumenta el sentimiento de "ser el único con SIDA".
    Ansiedad, depresión y suicidio
    pueden ser los resultados.

    Las personas afectadas por el SIDA necesitan ser
    aceptadas por la Iglesia y conducidas, junto con todas sus
    emociones, al
    descubrimiento de su dignidad como creadas a la imagen de
    Dios.

    La Iglesia debería sostener y cuidar a
    aquellas que se están ocupando de las personas con
    SIDA, para brindarles fuerzas y coraje para continuar su
    ministerio.

  2. En el nivel individual:
  3. En el nivel comunitario:

La discriminación de ciertos grupos lo obliga a
esconderse. La
comunicación, el contacto y la existencia llegan a ser
difíciles y la transmisión del VIH se facilita. La
discriminación de las personas infectadas por el VIH es un
obstáculo serio en la lucha para combatir la
transmisión de la enfermedad. La Iglesia tiene la especial
responsabilidad de reconocer estos grupos
discriminados y sus necesidades.

La Iglesia debe poner de manifiesto las acciones
discriminatorias y desafiar a sus miembros, a la comunidad y al
gobierno de información y que están altamente
expuestos a la pandemia."

En resumen, se ve claramente cómo la Iglesia
reconoce el problema actual de la "tercera epidemia", lo analiza
e inicia planes de acción para erradicar la
discriminación, ayudando a quienes padecen la enfermedad,
y condenando a aquellos que están involucrados en el acto
discriminatorio.

"Declaración de los Derechos Fundamentales de la
persona que viven con el virus del SIDA"

Aspectos legales: Considerando

  • Que el SIDA, desde el punto de vista de la
    medicina, es una enfermedad como las otras;
  • Que el SIDA es una epidemia mundial y que es
    preciso un esfuerzo colectivo mundial para
    detenerla;
  • Que no existe peligro de contagio del SIDA excepto
    a través de relaciones sexuales sin precauciones
    adecuadas, de la transfusión de sangre infectada y de
    la transmisión de la madre infectada al feto o al
    bebé;
  • Que desde el punto de vista planetario es la
    Humanidad la que se encuentra seropositiva, no existiendo una
    "minoría" de enfermos;
  • Que contra el pánico, los preconceptos y la
    discriminación, la práctica de la solidaridad es esencial;

Por todo ello proclamamos:

1. Todas las personas tienen derecho a la
información clara, exacta y científicamente fundada
acerca del SIDA, son ningún tipo de restricción.
Las personas que viven con el virus del SIDA tienen derecho a
informaciones específicas sobre su condición como
tales.

2. Toda persona que vive con el virus del SIDA tiene
derecho a la asistencia y al tratamiento, suministrados ambos sin
ninguna restricción y garantizando su mejor calidad de
vida.

3. Ninguna persona que viva con el virus VIH/SIDA
será sometida a aislamiento, cuarentena o cualquier tipo
de discriminación.

4. Nadie tiene derecho a restringir la libertad o los
derechos de las personas por el único motivo de que estas
personas convivan con el virus VIH/SIDA, cualquiera sea su raza,
nacionalidad, religión,
ideología, sexo u orientación sexual.

5. Toda persona que viva con el virus VIH/SIDA tiene
derecho a la participación en todos los aspectos de la
vida social. Toda acción que tienda a recusar a las
personas que conviven con el VIH/SIDA para un empleo, un
alojamiento, una asistencia o a privarlos de ello, o que tienda a
restringirles la participación en las actividades
colectivas, escolares y/o militares, debe ser considerada
discriminatoria y punida por la ley.

6. Todas las personas tienen derecho a recibir sangre y
hemoderivados, órganos o tejidos que hayan
sido rigurosamente analizados y comprobada en ellos la ausencia
del virus del SIDA.

7. Nadie podrá hacer referencia a la enfermedad
de alguien, pasada o futura, o al resultado de sus
análisis para el SIDA sin el consentimiento de la persona
involucrada. La privacidad de la persona que vive con el virus
VIH/SIDA deberá ser asegurada por todos los servicios
médicos y asistenciales.

8. Nadie será sometido compulsivamente, en
ningún caso, a los análisis para el SIDA. Estos
deberán ser usados exclusivamente para fines
diagnósticos, para el control de personas o poblaciones.
En todos los casos de análisis, los involucrados
deberán ser informados previamente y los resultados
deberán ser comunicados por un profesional
competente.

9. Toda persona que vive con el virus VIH/SIDA tiene
derecho a comunicar sólo a las personas que él
desee hacerlo su estado de salud o el resultado de sus
análisis.

10. Toda persona que viva con el virus tiene derecho a
la continuación de su vida civil, profesional, sexual y
afectiva. Ninguna acción podrá restringir sus
plenos derechos a la ciudadanía.

15. "Formas de comportamiento
ante personas con SIDA"

Es un tema sumamente delicado y complejo, el de
cómo tratar a una persona con el virus del SIDA. La
mayoría de las personas, frente a la situación de
tener un amigo o familiar infectado, reaccionan de manera
errónea; juzgándolos, hostigándolos con
preguntas al principio, y abandonándolos en la soledad
después. Esto ocurre por diferentes causas antes
nombradas, como el prejuicio, el miedo y la falta de
información. Por ende, es muy importante conocer bien la
enfermedad, saber su forma de actuar, su modo de contagio,
qué se puede hacer y qué no. También es muy
importante referirse a las personas con el virus de manera
adecuada, utilizando los términos correctos, que no
contengan ninguna clase de tono despectivo.

Es por eso que a continuación, exponemos tres
textos que cubren la información básica y el
comportamiento correcto y humano que debe tener una persona si
tiene la indeseable oportunidad de poseer un conocido con
SIDA.

Los NO de la infección: comportamientos que no
contagian el SIDA

El virus NO se encuentra en los cabellos. Por ello no
hay riesgo de infección:

  • Al usar el mismo peine, el mismo
    shampoo
  • Al usar el mismo gorro de baño
  • Al acariciar la cabeza de un infectado.

El virus NO se encuentra exteriormente en la piel. Por
lo tanto, no hay riesgo de infección:

  • Al dar la mano
  • Al abrazar
  • Al besar
  • Por usar la misma ropa
  • Por sentarse en el mismo inodoro, la misma
    silla
  • Por usar la misma ducha, jabón,
    toalla
  • Al palpar, percutir, bañar o cambiar de ropa
    a un paciente.

El virus NO se transmite por saliva, si lo hiciese, el
estornudo contagiaría y ya estaríamos casi todos
infectados. Entonces, no hay riesgo de
infección:

  • Al toser
  • Al estornudar
  • Al beber del mismo vaso
  • Al tomar mate de la misma bombilla
  • Al compartir un cáliz en una comunión
    de pan y vino
  • Por el beso de boca a boca.

El virus NO es transmitido por insectos. Por eso no hay
infección:

  • Por picadura de mosquitos, vinchucas,
    etc.

El virus NO afecta animales. Por eso
no hay riesgo de infección:

  • Por jugar o poseer animales
    domésticos
  • Por comer carne mal cocida.

En resumen, la convivencia con una persona con SIDA es
totalmente posible, por lo cual no existe razón alguna
para el abandono o el aislamiento, o la apartación de la
persona infectada.

"Terminología correcta para referirse a enfermos
del SIDA."

Sí, personas con SIDA

No, sidásicos o sidosos

Pues la enfermedad no destruye la condición de
persona y el virus no destruye la identidad.

Sí, sufrimiento humano

No, castigo de Dios

Pues se trata del padecimiento del ser humano y no de
una pena que se impone por delitos o faltas
a leyes divinas o
humanas.

Sí, enfermedad incurable

No, enfermedad mortal

En cuanto es una enfermedad que por hoy no se puede
curar, pero en algunos no es necesariamente mortal.

Sí, diagnostico medico

No, diagnostico moral

Pues el reconocimiento se realiza según
indicadores objetivos y no
según opiniones de conciencia.

Sí, epidemia

No, flagelo

En cuanto esta enfermedad puede afectar a la
población en general, y no es azote o instrumento de
castigo a grupos particulares.

Sí, enfermo

No, víctima

Las personas con SIDA son enfermas porque padecen
perdida de la salud como una realidad de las consecuencias de su
propia vida, y no por transgresiones que deben ser
penalizadas.

16. Apreciación
Personal

No puede combatirse aquello que no se conoce.

Cada minuto, el VIH infecta a seis menores de 25
años. Más de la mitad de las personas que contraen
esta infección cada año en el mundo tiene entre 15
y 24 años, edad en que la mayoría de las personas
inicia su vida sexual.

La búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias,
la sensación de invulnerabilidad frente a los peligros o
la muerte, y
la inmadurez característica de la adolescencia,
exponen especialmente a los jóvenes a la infección
por el VIH.

Los expertos responsabilizan el índice creciente
a la constante exposición al sexo en los medios de
difusión que envían mensajes confusos a la juventud. A
los chicos se les advierte del SIDA y de las enfermedades
sexualmente transmisibles, pero a la vez están expuestos
diariamente a la
televisión y a Internet.

Los adolescentes más jóvenes tienen
contacto sexual mucho antes que en otras épocas. Esto es
peligroso para los adolescentes que aún están en
desarrollo y que no están preparados para las
consecuencias emocionales de la sexualidad.

Pero la falta de educación
sexual y de información sobre el VIH, así como
las dificultades de acceso a programas y medidas de
prevención, contribuyen también de forma decisiva a
la diseminación de la infección por VIH entre los
jóvenes y es sobre estos factores sobre los que se puede y
se debe intervenir.

Durante muchos años, a los jóvenes se les
ha dicho lo que deben y no deben hacer, en lugar de ayudarles a
comprender los "porqué" y no se les ha implicado en la
toma de sus propias decisiones.

La escuela desempeña un importante papel en la
promoción de actitudes responsables y conductas saludables
entre los niños y adolescentes. Por ello debe colaborar
con la familia en el ámbito de la promoción de
valores como
el respeto, la
igualdad entre
sexos y los derechos humanos. La educación sexual
contribuye a aplazar la edad de inicio de las relaciones sexuales
y, en los adolescentes sexualmente activos, ayuda a
disminuir los embarazos no deseados y la infección por VIH
y otras enfermedades de transmisión sexual
(ETS).

Es necesario tener en cuenta que los programas de
prevención fracasarán si sólo tienen en
cuenta una forma de prevención como la abstinencia o la
fidelidad y no tienen en cuenta del contexto de la vida de los
hombres. Fracasarán en las sociedades
donde hay pocas o ninguna oportunidad de hablar de sexo y de la
sexualidad ya sea en un contexto público, en la privacidad
del hogar o del dormitorio. En muchas sociedades, los
niños y los adultos no reciben educación sexual. Se
argumenta frecuentemente que la educación sexual empuja a
los jóvenes a iniciarse en el sexo a una edad temprana.
Sin embargo, las investigaciones sobre educación sexual en
el mundo confirman todo lo contrario.

La falta de oportunidad de hablar sobre el sexo lleva a
propagar la ignorancia y a las falsas percepciones. En algunos
países la posibilidad de los gobiernos de proveer a sus
poblaciones de información y consejos clarificadores han
sido fuertemente limitado por la influencia de organizaciones
como la Iglesia. Podría decirse en este sentido: "SI
PIENSAS QUE HABLAR DE SEXO ES PELIGROSO, MIRA EL COSTO DEL
SILENCIO".

La desinformación en materia de salud, es la
mejor aliada de la enfermedad. Si de SIDA se trata, no estar al
tanto de las vías de transmisión es una de las
ignorancias más frecuentes. Desconocer cómo opera
el virus y cómo puede dársele batalla, es una de
las lagunas culturales más habituales de los
argentinos.

El conocimiento
que el enfermo deberá tener de temas como antivirales,
nutrición,
infecciones oportunistas, recuento celular, transcriptaza
reversa, inhibidor de la proteasa, terapias alternativas – por
nombrar algunos – formará parte de su terapia y de su
bagaje de conocimientos que le permitirán no sólo
entender qué le está pasando, sino también
le dará la posibilidad de elegir. En efecto, el paciente
deberá intervenir activamente, a través de sus
conocimientos, en el diseño
de una terapéutica en la cual pueda creer. Para eso,
necesita información.

Debe recurrir a otras disciplinas para sostener sus
aspectos espirituales, fundamentales para el sistema
inmunológico. Para eso, necesita
información.

Tendrá que saber qué debe comer y
qué debe evitar; cómo prevenir y reaccionar ante
una enfermedad oportunista. Para eso, también necesita
información.

Se requeriría más de 15 litros de saliva o
lágrimas para que quien vive con el virus del SIDA
pudiera eventualmente traspasar el patógeno a alguien
cercano. Por lo tanto, no es justificable el rechazo a abrazar,
besar y acompañar a los enfermos, más
víctimas de la sociedad que de su propia pena. La
discriminación y la segregación actúan como
factores contraproducentes. Por el contrario, el respeto y el
apoyo social, tanto de familiares como de amigos, permiten
recuperar la autoestima y la dignidad, como asimismo luchar
contra la depresión y la angustia permanente de sentirse
estigmatizados.

Está comprobado que la contención
psíquica y el apoyo afectivo de los familiares y amigos
del enfermo actúan de manera importante en el resultado de
los tratamientos. Del mismo modo, las condiciones socio –
económicas de los pacientes tienen fuerte incidencia en el
desarrollo de la enfermedad. El doctor Francisco Maglio,
coordinador de la Comisión de Bioética
de la Sociedad Argentina de SIDA ha manifestado que "existen dos
causas – las necesidades básicas insatisfechas y las
ilusiones frustradas – que forman un buen sustrato para las
enfermedades. Hay algo que es claro: los virus se refuerzan
cuando hay miseria o angustia."

Acciones y reacciones positivas en este sentido,
inspiradas pese a la prevalencia de una sociedad consumista y de
indiferencia humana por los demás, son las que retardan la
aparición de los síntomas y signos del SIDA, como
así también las que disminuyen las
patologías colaterales y las infecciones
oportunistas.

Recién hace poco tiempo que algunos países
desarrollados han abrazado programas educativos de salud
pública para enseñar a la gente cómo el
virus se disemina y cómo hay que evitarlo. Pero estos
países todavía deben enfrentar conductas sexuales
profundamente arraigadas y rígidas tradiciones culturales
que han contribuido a diseminar la enfermedad.

El trabajo eficaz con respecto al SIDA depende, del
entorno social y político, y de que sólo es posible
en lugares donde se acepte la diversidad de comportamientos y
valores, y donde exista la posibilidad de una verdadera
organización comunitaria y de un apoyo gubernamental
frente a la acción de grupos o manejo de
programas.

La transmisión por VIH, al igual que muchos
problemas de
salud son producto de
muchos factores que operan a múltiples niveles. El
comportamiento personal, las relaciones familiares y con amigos,
la cultura de la
comunidad, el acceso a cuidados médicos y las leyes
locales tienen efectos sobre las tasas de infección por
VIH. Para obtener beneficios en la prevención del SIDA es
necesario entonces que los programas traten el factor de riesgo
en todo nivel: individual, familiar, parejas o amigos,
comunitario, médico y legal.

La Campaña Mundial contra el SIDA ha ayudado a
llamar la atención de los líderes políticos
y de las comunidades de todo el mundo frente a los efectos
devastadores del SIDA en las vidas de los jóvenes. Puede
decirse que el rumbo que tome en el futuro la epidemia del SIDA
depende en gran medida de la capacidad de asegurar que se
protejan los derechos de los niños y los jóvenes:
no sólo para que reciban asistencia y apoyo, sino
también que se les dé acceso a la educación
y a la información.

Por último, hay que destacar que el SIDA no es
una enfermedad que se limite a un contexto en particular, una
clase social o grupo etáreo. Por lo tanto, cualquier
intento serio de prevenir esta problemática no
deberá quedarse solamente en los ámbitos internos
de la escuela, ya que si se logra desarrollar una campaña
efectiva y eficaz, dicha estrategia debe
ser difundida y realizada en la comunidad que no sólo
cobija a la institución, sino a la totalidad de sus
miembros: académicos, alumnos, funcionarios, etc. Todo en
el blanco de un virus, el SIDA, que tipificado en cuatro
sencillas letras encierra un significado mortal.

17.
Bibliografía

  • "Actualización informativa sobre VIH-SIDA"
    Elaborado y sintetizado por LUSIDA y el Componente de Comunicación
    Social
  • Informe Final. Estado y tendencias de la pandemia
    mundial del VIH-SIDA. Julio de 1996
  • ONUSIDA y OMS. VIH-SIDA: La epidemia mundial.
    Diciembre de 1997.
  • Revista "Margen" Nº1. Octubre 1992. "Sida,
    discriminación y control", por Lic. Graciela
    Touzé y Lic. Diana Rossi.
  • " Diario "El Popular"
  • Publicación semanal "Mailing"
  • Diario "Clarín" y "Clarín
    Digital"
  • Diario "Página 12"
  • Diario "La Nación Online"
  • "Declaración Consensual sobre el SIDA en las
    Escuelas"
  • "Cuando un amigo tiene SIDA", anónimo
    publicado en Internet.
  • "Declaración de los derechos fundamentales de
    la persona que vive con el virus del SIDA"
  • "Una persona con SIDA lucha por justicia"
  • "El SIDA: Responsabilidad educativa de todos",
    documento publicado por Internet en 1992 por el Ministerio de
    Cultura y Educación de la Nación, programa
    "Educación y problemas
    sociales"

 

 

Autor:

Patricia Soto

Prof. Titular de la materia: "Psicología, Etica y Derechos
Humanos"
Lic. Juan Jorge Michel Fariña
Facultad de Psicología – U.B.A.

Partes: 1, 2
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