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¿Es posible una universidad satisfactoria?




Enviado por l_penyafort



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Supuestos básicos para el fomento
    universitario


    4. Realidad universitaria y su relación
    con la sociedad y con ella
    misma

    5.
    Conclusión

    6. Bibliografía

    1.
    Introducción

    Comencemos, como es debido, por un examen de nuestra
    conciencia
    universitaria. El resultado ineludible: la actual universidad
    argentina no nos
    gusta. Quien diga otra cosa no es sincero; o lo que es peor, no
    sabe lo que debe ser una Universidad. No nos gusta, en primer
    término a los universitarios; no gusta, por otra parte a
    los pocos argentinos para quienes la Universidad es objeto de
    algún cuidado espiritual. Pero ¿es posible en
    Argentina una universidad verdaderamente satisfactoria? El no
    plantearse la cuestión supone desidia e
    irresponsabilidad.

    Veremos, entonces los supuestos principales de una
    institución universitaria digna de su nombre, donde
    Laín Entrelago enumera, el amor
    intelectual a las realidades creadas, la capacidad de entrega al
    cumplimiento de una obra intelectual y la inmediatez en la
    cooperación como función inherente a la
    universidad. Con esto no se pretende emular a un estatuto
    universitario, donde se especifiquen las atribuciones y
    responsabilidades de cada componente como así
    también las bien conocidas funciones de la
    enseñanza, la investigación, la acción social y la
    extensión universitaria, que desafortunadamente por ahora
    constituyen nombres pomposos; si bien es cierto que estos
    elementos influyen en gran medida a lo deseable en una
    universidad asumiremos que no son una condición necesaria
    de la calidad
    educativa. Es preciso aclarar que abordaremos estos supuestos
    como una realidad vivida, puntualizando el exceso de formalismo,
    de acuerdo con el enfoque realizado por Risieri Frondizi donde
    explica que dicho formalismo nos incita a preocuparnos más
    por el reglamento, que por la vida misma de la institución
    y la chatura de las tareas rutinarias.

    Luego contrapondremos estos supuestos con la realidad de
    la universidad -descripta por Llanos de la Hoz y Perez Lindo-
    analizando particularmente la realidad social y su
    relación con ella misma, para intentar responder a la
    pregunta.

    2. Supuestos básicos
    para el fomento universitario

    El primer supuesto: es el amor
    intelectual a las realidades creadas: la Naturaleza,
    el hombre, las
    acciones y las
    obras humanas. Una sociedad donde no
    exista verdadero interés
    por saber lo que son y han sido las cosas -una roca, un contrato,
    construirá, a lo sumo, simulacros de Universidad, no
    Universidades propiamente dichas. Ciencia y
    docencia son los dos objetos fundamentales de las
    institución universitaria, y los dos parecen imposibles
    sin la existencia de ese amor intelectual a la
    realidad.

    Segundo supuesto: la capacidad de entrega al
    cumplimiento de una obra intelectual. No basta amar
    intelectualmente la realidad; es preciso que ese amor sea eficaz,
    que nos conduzca a empeñarnos con humildad en saber todo
    lo que los demás hombres han hecho cuando por él
    fueron movidos, en hacer algo por cuenta propia, aunque sea poco,
    en servicio suyo.
    Es decir un comunicar puntualmente a los carentes de conocimiento
    el resultado de ese doble empeño.

    Tercer supuesto: La inmediatez en la cooperación
    como función inherente a la universidad. La
    institución universitaria nació tanto del
    afán de saber y aprender como de un espíritu de
    comunidad
    social; no olvidemos que el término Universitas fue
    originariamente empleado para designar, más que el
    establecimiento docente en sí mismo o Studium generale, la
    corporación de los escolares o de los escolares y los
    maestros.

    3. Realidad social y su
    relación con la universidad

    Una vez definido lo deseable, veamos ahora donde
    está la falencia de nuestra universidad, como ya
    enunciamos antes. Los recursos materiales si
    bien son importantes, no han de ser una condición
    necesaria para la calidad de la educación, la
    cuestión pasa por lo que la sociedad privilegia.
    ¿Existe entre nosotros, a modo de hábito social, el
    amor intelectual a la realidad creada? Es evidente que no; o
    cuando menos, no en proporción y en forma
    universitariamente satisfactorias.

    Todavía hay gente que cree que la
    filosofía es tarea de ociosos. Y que se ocupa de un lejano
    mundo supraempírico totalmente desconectado de la
    realidad. Imagino la sorpresa de tales personas si se les
    mostrara que su actitud con el
    prójimo y consigo mismas, sus ideas políticas,
    sus creencias religiosas, sus gustos artísticos y aun su
    manera de razonar y su lenguaje,
    descansan en doctrinas que han surgido como consecuencia de
    cientos de años de preocupación
    filosófica"

    La mayor parte de los argentinos tiende a ver la
    realidad como un mero disfrute ocasional e inmediato. De
    ahí el escaso interés de la sociedad argentina por
    la ciencia y
    por la institución en que se la cultiva y enseña.
    Esto podemos corroborarlo en:

    • La situación del docente. Cerca del 70% de
      los docentes universitarios gana alrededor de 100
      dólares por mes en una economía dolarizada. Sobre los 101.251
      docentes recensados en las universidades nacionales en 1992,
      el 11.4% tenía dedicación exclusiva, el 21,2%
      dedicación semi-exclusiva y el 64,4% dedicación
      simple.

    Estos datos nos
    revelan la enorme dificultad y aún la imposibilidad de
    consagrarse exclusivamente a la docencia y a la investigación científica. La
    retribución del oficio de profesor es mezquina en el
    caso del profesor titular, e irrisoria en el caso del profesor
    adjunto, si es que tiene alguna retribución.

    4. Realidad universitaria y su
    relación con la sociedad y con ella
    misma

    Creo que las razones expuestas, demuestran de sobra que
    la sociedad peca en el primero de los mencionados supuestos.
    Excedería los propósitos de esta monografía
    seguir desarrollando la cuestión de la idiosincrasia.
    Contra los demás supuestos restantes peca buena parte de
    los hombres vinculados a la Universidad; esto es sobre los
    profesores y alumnos.

    Risieri Frondizi ha definido tres actitudes que
    puede adoptar la universidad, frente a la sociedad en la que
    vive. La primera es la del aislamiento, la famosa torre de
    marfil. La vocación intelectual y la vocación
    artística imponen a quienes de veras las poseen cierta
    insolidaridad social; el tópico que hace al sabio
    «distraído» y al artista «bohemio»
    tiene en ello su fundamento. Por no querer contaminarse con el
    ambiente en el
    que vive, o por razones de supuesta aristocracia intelectual.
    Esta actitud no solo impide el cumplimiento de la misión
    social sino que debilita el organismo universitario. Esta es la
    actitud de la universidad argentina que se ha desentendido de las
    necesidades del medio social. Al aislamiento se opone la
    militancia plena, se mueve influida por fuerzas ajenas. Es la
    universidad de Hitler, que
    intentó imponer Perón. Una
    universidad al servicio de la propaganda,
    carente de moral. Frente
    a estas falsas actitudes hay que defender la universidad
    autónoma pero con responsabilidad
    social. Debe proporcionar medios para la
    igualdad de
    oportunidades, un elevar la sociedad, pero sin intermediarios. Es
    decir no ha de abandonar su misión rectora.

    5.
    Conclusión

    Volvamos ahora a nuestra interrogación inicial.
    Si en la sociedad argentina es tan escaso el amor intelectual a
    la realidad; si entre nosotros, los universitarios, flaquea en
    virtud de tales o cuales razones, la entrega al quehacer docente
    y científico; si tantas veces prevalece en las
    Universidades el interés por el grupo sobre el
    interés por la Facultad, ¿será posible en
    Argentina una Universidad medianamente satisfactoria?
    Permítaseme conservar en la respuesta lo condicional de la
    pregunta.

    Creo que es posible, pero el cambio tanto
    en la actitud de la sociedad, como en la universidad ha de ser
    impulsado desde esta misma, pues ella es la generadora de
    conciencia, es decir de futuros docentes, sin dejar de lado las
    enseñanzas fecundas que la historia nos ofrece es decir
    descartando aquella pretensión ingenua de creer que el
    problema podría solucionarse solo desde el punto de vista
    administrativo-legal.

    No importa la capacidad, el interés, la
    formación y los deseos heterogéneos de los
    estudiantes: para ser "doctor" hay que pasar por unos tubos
    prefijados. El gordo tendrá que achicarse y el flaco se
    dará contra las paredes; como el título codiciado
    está al final del tubo habrá de pasar por él
    tal cual lo indica la ordenanza.

    Entonces concluimos que el problema de la universidad
    reside en el interior de la vida universitaria misma; falta de
    claridad en los hábitos de trabajo, en las ideas.
    Ningún estatuto o reglamento podrá solucionarlos.
    Se trata de propiciar aquellos valores
    universitarios perdidos, esclarecer las ideas, haciendo notar los
    equívocos, despertando el interés y la creatividad en
    la comunidad, solo así podremos hablar de la Universidad
    real no del nombre pomposo.

    6.
    Bibliografía

    1. Frondizi, Risieri. La universidad y sus misiones.
      Santa Fé,
      Universidad Nacional del Litoral, Instituto Social,
      Extensión Universitaria, 1958, n. 88, 43 p.
    2. Laín Entrelago, Pedro. La Universidad como
      empresa.
      En: Alcalá. Madrid, Revista
      Universitaria Española, n 7, 1952
      p. 18/20.
    3. Llanos De La Hoz, Silvia. Cambios necesarios en la
      cultura de
      las universidades del siglo XXI. En: Universitas 2000.
      Caracas,
      Revista del FEDES, v. 23, n 3-4, 1999, p 149/172.
    4. Mondolfo, Rodolfo. La historia de la más
      antigua universidad
      europea: la de Bolonia. En su: Problemas
      cultura y educación.
      Buenos
      Aires, Hachette, 1957. (El Mirador) p. 159/177.
    5. Perez Lindo, Augusto. Ayer y hoy de la
      universidad.
      En: La Educación Superior. Especialización en
      docencia universitaria. Mendoza, EDIUNC, 1996, p.
      15/63.

     

     

    Autor:

    Lucas Martín Peñafort

    Mendoza, 21 de Junio de 2000
    Universidad Nacional de Cuyo
    Facultad de Filosofía y Letras
    Carrera de Filosofía

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