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Venezuela en la Comunidad Andina de Naciones 1969-2000 (página 3)




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Capítulo 9

RAFAEL CALDERA

2/2/1994 – 2/2/1999

Antecedentes:

Para el momento en que el Dr. Rafael Caldera toma
posesión del Gobierno, puede
decirse que coexisten dos acontecimientos importantes y que son
determinantes para su ascenso al poder.

En primer lugar, como visión general de la
situación de Venezuela para
el momento, se encuentra la grave crisis general
por la que atravesaba el país. La cual estaba afectando a
todos los niveles y esferas de la sociedad. En
cuanto al aspecto económico y financiero, la
reducción de los precios
internacionales del petróleo y
la deuda externa
desde mediados de los ochenta, trajo consigo una
disminución del nivel de vida de los venezolanos, sobre
todo en las clases medias y bajas, además de un
desmejoramiento de los servicios
públicos. Por otra parte, en cuanto al aspecto
político, se presentó un grave descontento acerca
de la gestión
económica del Gobierno, que se
empeoró con la aparición de escándalos por
corrupción
administrativa. Por otro lado, las divisiones al interior de las
Fuerzas Armadas que comienzan a perder su carácter
apolítico y se organizan en movimientos de
insurrección. Esta crisis se
refleja en la pérdida de legitimidad de las instituciones
democráticas y de los partidos
políticos, en especial los centrales, AD y COPEI. Para
finalizar, podemos agregar que la crisis se extendía a
todas las esferas, producto de la
pérdida de capacidad del Gobierno para asumir
financieramente sus obligaciones
sociales. Lo cual se traducía a nivel educativo,
sanitario, laboral,
alimentario, etc.

En segundo lugar, debemos hacer referencia a otro
acontecimiento importante que se manifiesta en dos hechos
concretos: los levantamientos del 27 de febrero de 1989 y el del
4 de febrero de 1992. Ambos son el resultado del grave
descontento generalizado, y de la necesidad de cambio del
pueblo venezolano. Hacemos mención a estos hechos, que,
aunque ocurrieron durante el Gobierno de Carlos Andrés
Pérez, tuvieron una importancia determinante para que
Caldera llegara de nuevo al poder en
1993.

Lo dicho anteriormente se basa en el Discurso que
el ex Presidente pronunció ante el Congreso de la
República el 5 de febrero de 1992, el cual fue transmitido
por los medios de
comunicación a todo el país. En esta
alocución, Caldera manifestó una grave
preocupación por la situación real del país
e hizo un llamado al entonces Presidente, para que asumiera el
curso de los acontecimientos del país y buscara soluciones a
la crisis. Afirmó que la causa de la intentona golpista
(dirigida por nuestro actual Presidente Hugo Chávez), se
fundamentaba en cuatro causas, que a su vez eran las mismas de la
estabilidad democrática que había mostrado Venezuela
hasta entonces.

Estos cuatro elementos pueden resumirse de la siguiente forma:
La obsesión por el consenso y la aversión por el
conflicto que
hasta hace algunos años caracterizó a la dirigencia
venezolana, se había desvirtuado y rutinizado en ansias de
poder y de enriquecimiento ilícito por parte de la
Administración Pública. El mantenimiento
de las instituciones
democráticas ha sido sustituido por intereses
particularistas.

Las Fuerzas Armadas, que hasta ahora habían sido
defensoras apolíticas de la democracia, se
han fraccionado y organizado en intentos por derrocar al
régimen.

El reconocimiento de los derechos de la clase
trabajadora por parte de los empresarios y el espíritu de
cooperación al sistema por parte
de los mismos se ha desvirtuado, y se han dejado llevar por la
búsqueda del enriquecimiento propio.

El abocamiento a la defensa y trabajo en pro de la democracia por
parte del pueblo venezolano, se ha perdido por la grave crisis
que sufre nuestro país.

La intención de Caldera en este discurso, era
reflejar que la causa del intento de golpe de Estado
no era asesinar al Presidente Pérez, sino la grave crisis
de fondo por la que atravesaba el país. Acotó que
no se le puede pedir al pueblo que defienda la democracia, cuando
este sistema no estaba
satisfaciendo sus necesidades más básicas. Por
ello, era a penas lógico que surgiera una revuelta de este
tipo. Finaliza invitando al ex Presidente Pérez a que se
de cuenta de esta situación y que una esfuerzos para
solucionarla.

Este discurso aumentó considerablemente la popularidad
de Caldera y lo colocó como defensor del pueblo. Algunos
opinaron que con este discurso Caldera logró interpretar
el sentimiento nacional para el momento del Golpe de Estado a tal
magnitud, que lo convirtió en el candidato preferido para
las futuras elecciones de 1993.

Política Nacional

Elecciones de 1993:

Con la popularidad que le dio el mencionado discurso
post-golpista, Caldera se lanza a las elecciones. Cabe destacar
aquí las condiciones del sistema de partidos y en
particular la situación partidista de Rafael Caldera.

Surge un conflicto al
interior del partido COPEI, por el cual Caldera se separa de su
partido de origen, para conformar CONVERGENCIA. Las causas de
dicha separación son múltiples, pero principalmente
ocurrió gracias a conflictos con
Eduardo Fernández acerca de quién sería el
candidato a la presidencia oficial del partido COPEI. La
opinión pública pedía a ambos dirigentes
políticos decidirse por aquel que resultase más
apto para la situación del país. Pero al final,
Caldera se lanzó con su propio partido con apoyo del MAS;
y COPEI por su parte, escogió a Oswaldo Álvarez Paz
como candidato definitivo.

Cabe destacar la importancia de esta separación, en
vista de la condición de padre fundador de Caldera en el
partido COPEI. Reflejaba la crisis de representatividad del
sistema de partidos venezolano, además de la evidente
ruptura del bipartidismo que se comenzó a evidenciar en
las pasadas elecciones de 1988. También sugiere la
deslegitimación ideológica de dicho partido y la
lucha de poder al interior del mismo.

Para referirnos al sistema de partidos en su totalidad, lo que
ocurrió en estas elecciones ha sido calificado por
José Molina Vega y Carmen Pérez Baralt en su
artículo "Los Procesos
Electorales y la evolución del Sistema de Partidos en
Venezuela", como un multipartidismo inestable: " Hemos
considerado que se trata de un multipartidismo inestable
básicamente por las siguientes razones: en primer lugar
porque aún no se puede hablar de un nuevo esquema de
lealtades partidistas consolidadas (lo cual se fundamenta en
parte en la fundación de CONVERGENCIA). Estamos en un
período en que habiéndose disuelto en buena medida
las lealtades que solidificaron el bipartidismo, éstas no
han sido sustituidas por otras. No habiendo lealtades
consolidadas es probable que asistamos a un período de
volatilidad electoral que haga fluctuante la correlación
entre los actores actuales y propicie tanto la aparición
de nuevos protagonistas, como la desaparición de otros. En
segundo lugar, también puede hablarse de inestabilidad
debido a la continuidad de la crisis económica, el
aparente fraccionamiento en las Fuerzas Armadas y la presencia de
fuerzas políticas
de cierta significación (La Causa R y el Movimiento
Bolivariano 200) que aunque no han presentado un proyecto
político alternativo vigente, tampoco parecen
comprometidas con su sostenimiento y legitimación." .

De esta forma, con un panorama electoral sumamente
conflictivo, es proclamado Rafael Caldera Presidente de la
República para el período 1994-1999. El apoyo de
electorado se dividió de la siguiente forma: AD: 23,34%;
COPEI: 22,62%; Causa R: 20,68%; Alianza Convergencia-MAS: 24,65%.
De estas cifras se sigue un cambio en el
sistema de partidos, en vista de la preferencia hacia otras
tendencias electorales por parte del electorado. Los partidos
tradicionales tienen que compartir los votos con otros partidos,
y la elección de Caldera como presidente fue por escasa
diferencia de pocos votos.

Situación del país para 1993:

Cuando el Dr. Rafael Caldera asume la Presidencia de las
República, Venezuela se encontraba en una grave crisis en
todos los sentidos,
pero el aspecto que se encontraba en peores condiciones era el
social: nos encontrábamos ante una inestabilidad general
ante el sistema democrático en vista del descontento
generalizado por la insatisfacción de demandas. Los
intentos de desestabilización del sistema suscitados en el
gobierno anterior agravaban ese descontento e inestabilidad. La
tarea de Caldera sería principalmente tratar de apaciguar
los ánimos para lograr mantener el régimen.

Como lo expresó en su discurso de toma de
posesión: "el objetivo
principal que nos anima a todos los venezolanos ahora es lograr
la estabilidad; la estabilidad institucional, la estabilidad
social; la paz laboral, la paz
en todos sus aspectos; trabajar por ello es una obligación
fundamental que tenemos". "… Un consenso que realmente pueda
ofrecerle a todos después una base firme para desarrollar
sus actividades, para defender sus propias posiciones, para ir a
la lucha democrática si el temor de asechanzas que
pudieran perturbarla".

Para concluir, puede decirse que la misión
fundamental de Caldera era estabilizar los ánimos en el
país, de forma de garantizar el sostenimiento del sistema
democrático y evitar nuevos intentos de derrocarlo.

Balance Económico: Gestión, Fiscal,
Monetaria, Cambiaria y Apertura Petrolera. 1994-1998:

La Agenda Venezuela: fue un acuerdo llevado a cabo entre el
Gobierno de Venezuela, el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial
y el Banco
Interamericano de Desarrollo. Lo
que se pretendía era presentar un plan a estos
organismos multilaterales, para lograr abrir las posibilidades
para la recomposición del servicio de la
deuda y aliviar la carga que esta representa para el
país.

La historia de la
llamada Agenda Venezuela puede fácilmente dividirse en
tres momentos básicos en materia
fiscal: El
período de inicio con la macrodevaluación de abril
de 1996, el auge de ingresos
extraordinarios del segundo semestre de 1996 y 1997, y finalmente
la caída de los precios del
petróleo
que comienza en el último trimestre de 1997 y se prolonga
durante 1998.

La crisis Fiscal también se presenta a consecuencia de
una grave tendencia al deterioro de la recaudación
tributaria interna que revela una gran ineficiencia en el marco
legal e institucional.

La Agenda Venezuela estaba constituida por 10 áreas
prioritarias para el equilibrio de
lo económico, lo político y lo social:

  • Reducción gradual del déficit fiscal.
  • Flexibilización del control de
    cambios.
  • Fortalecimiento del sector financiero.
  • Reforma estructural del sistema de seguridad
    social.
  • Expansión de programas
    sociales.
  • Dinamización del aparato productivo.
  • Ampliación del régimen competitivo de
    precios.
  • Nuevas políticas de tasa de interés.
  • Capacitación para el empleo.
  • Reforma de la Administración pública y
    privatización.

Los cambios en la estrategia
económica de los gobiernos venezolanos en la era
democrática representativa (1959-1999) han estado
frecuentemente, bajo la presión de las contingencias; pero
también han ocurrido modificaciones significativas en las
políticas públicas aplicadas a la gestión
económica, de tal manera que se ha hecho un hábito
de los gobiernos la ruptura de la continuidad administrativa,
salvo la ejecución de algunas obras públicas
importantes que requiere varios períodos constitucionales.
Para algunos voceros del neoliberalismo
y de los intereses que navegan en la economía de mercado se
expresan en el sentido de que los dos primeros años del
Gobierno de Caldera 1994/1995, fueron perdidos para la economía y la
gestión pública, por ser los del relativo control
económico, al que se responsabiliza de los supuestos
resultados negativos de ese subperíodo. De manera
distinta, exaltan esos voceros la orientación y la
gestión que prevalecieron en el resto del período,
por ser propicias a la apertura económica, la libertad de
cambio, la privatización de las empresas del
Estado, la reducción del ámbito administrativo de
la regulación de los precios y las facilidades para la
importación de insumos y productos que
compiten con ventaja con los productos
nacionales.

Este período económico transcurrió en dos
etapas claramente definidas:

La que se extendió desde el inicio del mandato
presidencial del Doctor Caldera, en febrero de 1994, hasta el mes
de abril de 1996, caracterizada haber sufrido un cambio de rumbo,
es decir, de relativo control económico;

Y la que comenzó en mayo de 1996 y concluye al cierre
de 1998, con una evidente inclinación al neoliberalismo, aunque con elementos de
intervención del Estado.

Según Maza Zavala, para poder explicar las motivaciones
y los determinantes de la cambiante gestión pública
del quinquenio, hay que indicar dos órdenes de incidencia:
El de los factores y contingencias de índole
exógena: La actividad petrolera exportadora (que
constituye la matriz de la
actividad petrolera fiscal, cambiaria y monetaria de la
economía). En escenarios más genéricos, pero
que de alguna manera condicionan la evolución económica y la
gestión pública, debe hacerse referencia al
acontecer mundial, bajo el signo de la
globalización, particularmente en el desenvolvimiento
de los mercados
financieros.

El de los hechos y procesos
emergentes de la dinámica interna: debe señalarse
como prioridad la crisis financiera calificada como
sistemática que se hizo manifiesta desde el comienzo del
año 1994 y persistió hasta 1995 con variable
intensidad; esa crisis afectó la actividad
económica real, y, por supuesto, el movimiento
fiscal, al cambiario, al monetario, a la balanza de pagos,
etc.

En el último año del período quinquenal,
la economía y la gestión pública fueron
duramente golpeadas por la pronunciada declinación del
ingreso petrolero, en u coyuntura signada, además, por la
lucha y la incertidumbre políticas en la perspectiva de
los comicios de fin de año para la elección de
representantes al Congreso Nacional, gobernadores y Presidente de
la República.

La crisis financiera de 1994:

Esta crisis se presentó con secuelas persistentes en
1995, y se manifestó en cuatro etapas; en cada una de
ellas un banco importante
o grupo de
bancos y las
instituciones financieras conexas incurrieron en situaciones de
insolvencia, transitoriamente encubiertas por insuficiencia de
liquidez. El primer caso, fue el del Banco Latino, de grandes
dimensiones, pero estructuralmente débil, por haberse
sobregirado en su capacidad de financiamiento
e incurrido en negocios no
propiamente bancarios. Cuando el doctor Caldera tomó
posesión de la presidencia de República la
caída del Banco Latino era un hecho. Pero poco tiempo
después, otros bancos, algunos
vinculados al Latino, mostraron signos de quebrantamiento.

Así mismo, es importante recordar que el primero de
enero de ese año, entró en vigencia la Ley General de
Bancos y otros Institutos de Crédito, con reformas importantes e
innovaciones convenientes; pero la mayoría de las
disposiciones legales no eran de fácil ni de inmediata
aplicación, particularmente porque el órgano
supervisor competente: La superintendencia de Bancos, no estaba
preparados, ni disponía de los medios
efectivos para poner en práctica las providencias legales
nuevas.

Ante la demanda
emergente y masiva de retiro de depósitos bancarios a las
instituciones que perdían confianza del público,
Fogade (cuya función era y es la de garantizar tales
depósitos hasta un determinado límite), no estaba
en capacidad para satisfacer de atender con sus propios recursos los
requerimientos que se hacían para hacer frente a aquella
demanda y por
ello, de acuerdo con la ley,
recurrió al Banco Central en solicitud de anticipos.

Las consecuencias macroeconómicas fueron las
siguientes:

  • Una contracción del PIB de casi
    3%;
  • Contracción de la demanda
    agregada interna de 4,5%;
  • Una salida neta de capital
    cifrada en US$ 3.730 millones;
  • Una tasa de inflación de 71%;
  • En julio de 1994, hubo la necesidad de establecer un
    régimen de restricciones cambiarias, con un tipo de
    cambio nominal fijo de Bs. 170 por un dólar de EUA,
    que se mantuvo hasta diciembre de 1995, cuando el gobierno
    decidió devaluar la moneda en una proporción de
    70%, situándolo en relación con el dólar
    en un nivel de Bs. 290.

Se ha criticado reiteradamente la actuación del BCV
ante la crisis financiera, considerándola débil y
hasta imprevisiva por no decir incompetente. Probablemente
faltó una política de Estado,
una estrategia
coherente de poderes públicos en una coyuntura de
emergencia sin precedentes al país. Ejemplo de esto fue,
que al inicio del mandato del Dr. Caldera, la crisis estaba en
marcha y tenía que procederse sobre la marcha.

Cuando el Ejecutivo estimó conveniente dotar a Fogade
de medios de
capitalización sobre la base de crédito
público para fortalecer su potencial de actuación
en la emergencia. Sin embargo, era indispensable una
coordinación efectiva de las autoridades y los organismos
competentes en el campo monetario, bancario y financiero para la
toma de
decisiones dentro de una estrategia situacional.
Probablemente, la medida más aconsejable en los comienzos
de la crisis era que el estado
asumiera el control directo del sistema
financiero, con carácter temporal, y
garantizará a los depositantes sus haberes sin desembolso
inmediato de efectivo.

Por otro lado, cuando hablamos de la gestión fiscal,
según la experiencia venezolana, ha estado muy
condicionada por la coyuntura petrolera.

En los últimos años, incluido el quinquenio en
estudio, la proporción que representa la
participación fiscal petrolera en el ingreso ordinario del
Fisco ha venido descendiendo hasta situarse en 1998, en un 40%.
Ello significa que el otro 60% procede de fuentes no
petroleras. Sin embargo la capacidad contributiva tributaria
interna ha sido potencialmente superior a la indicada por las
recaudaciones, lo que se explica por la elevada
recaudación fiscal estimada en un 60% de aquella
capacidad.

La creación del Seniat (Administración tributaria integrada.
Sistema de recaudación de impuestos) a
comienzos de 1994-1998 ha contribuido a mejorar el rendimiento de
los tributos
internos. Esto ha elevado la contribución de empresas y los
ciudadanos venezolanos a los ingresos globales
del Estado, que se han acercado por primera vez al
petróleo como fuente de ingresos fiscales. Pero
lamentablemente, el sistema fiscal permanece sin reformas
estructurales eficaces: la multiplicidad de exenciones y
exoneraciones no justificables, la desorganización
administrativa general, cuya evidencia más
dramática es el régimen aduanero, entre otras
deficiencias, determinan u defectuoso funcionamiento del sistema
tributario.

La Estrategia de Gobierno:

Para Maza Zavala, la gestión de gobierno en el
quinquenio se puede dividir en dos etapas: La de
regulación o control económico parcial y relativo,
y la de liberación y apertura económicas con
persistencia de elementos regulatorios. Para entender esta
diferenciación hay que hacer referencia a los lineamientos
y propósitos que expresó el Presidente de la
República en su programa de
gestión con el cual concurrió a la justa electoral
de diciembre de 1993. Ese programa se
fundaba en la apreciación de la emergencia
económica, financiera, social y política que entonces
padecía el país. Se puede recordar que el
Presidente había expresado enfáticamente su
disposición a no recurrir al FMI en solicitud
de asistencia monetaria y que, de modo distinto, su compromiso se
definía en el documento denominado Carta de
intención al Pueblo de Venezuela.

Los aspectos más importantes del programa del
Presidente Caldera se encontraron los siguientes:
Orientación estratégica de una economía
mixta, con intervención y participación del Estado
sin dejar de contemplar la necesidad de estimular y promover el
desarrollo de
la economía privada.

La situación fiscal y del sector externo de la
economía al inicio del período (1994) no era tan
crítica como la que se ha hecho evidente al inicio del
período 1999-2003: el precio
promedio del petróleo se estimaba en US$ 13,50 el barril y
el volumen de
exportación proyectado era de 2,34 millones
de barriles diarios, superior al realizado en 1993. Sin embargo,
había aparecido los primeros signos de la crisis
financiera sistemática que se abatió sobre la
economía en 1994 y no existía, como se hizo
evidente en el curso del fenómeno, ni mecanismos ni
política de defensa del sistema.

De esta manera, podemos interpretar, que en los
propósitos y la voluntad del presidente Caldera esa
dramática crisis hizo modificar en forma y medida notables
los designios iniciales. Por otro lado, la base política
parlamentaria del gobierno era bastante estrecha y el Presidente
pudo lograr, en un esfuerzo de estrategia, la cooperación
de fuerzas opositoras en el Parlamento. Por ello se le otorgaron
poderes extraordinarios para tomas decisiones emergentes en
materia
económica, fiscal y financiera, bajo la forma de Ley
Habilitante, en uso de cuyas facultades se decretó la Ley
de Impuesto al
Consumo
Suntuario y Ventas al
Mayor (en ligar del IVA), se
modificó la Ley de Impuesto sobre la
Renta, se creó con carácter transitorio, un
impuesto de
débito bancario, fue creado el Seniat, se emitieron
bonos del
Tesoro para financiar el servicio de la
deuda pública externa por un monto de 160.000 millones y
otros bonos para
capitalizar a Fogade. Más adelante, se suspendieron las
garantías económicas para permitir la
modificación del régimen cambiario y se
decretó la congelación de varios bienes y
servicios de
primera necesidad.

En el bienio 1995-1996 el gobierno resolvió devaluar la
moneda en proporciones significativas, de tal manera que el
tipo de cambio
nominal, que en noviembre de 1994 estaba fijado en Bs.170, bajo
control, se elevó a Bs. 480 en abril de 1996 con libertad
cambiaria, demarcándose así la segunda u
última etapa de la gestión gubernamental en
estudio, caracterizada por el desmantelamiento de los controles y
las regulaciones de índole económica, la apertura
comercial interna y externa, la privatización de las
empresas del Estado, la modificación estructural de la
industria
petrolera nacional, para incorporar en determinadas áreas
de la actividad intereses privados extranjeros en su gran
mayoría.

La imperfecta e inadecuada administración de la crisis
financiera y la del llamado control de
cambio abrieron camino a la segunda etapa de la
gestión gubernamental a partir de Abril de 1996, cuando,
bajo el nombre de Agenda Venezuela, fue reorientada la estrategia
oficial hacia la liberización económica y
estabilización. Se eliminaron las restricciones al
mercado
cambiario, se liberaron los intereses bancarios por parte del
Banco Central . Este cambio de estrategia a mitad de
período fue recibido por los sectores económicos y
por los medios financieros internacionales como una "saludable
rectificación" en contraste con los supuestos errores
cometidos en la primera mitad del quinquenio.

A partir de abril de 1997 hasta la terminación del
mandato presidencial, con reformas estructurales, no dio los
resultados esperados en ninguna de las instancias proyectadas.
Las medidas contempladas en ese programa, con visto bueno del
FMI, entre
otras, son las siguientes: aumento del impuestos del
impuesto a las ventas al
mayor y al consumo
suntuario, de 12,5% al 16,5%; aumento del precio de la
gasolina; aumento de las tarifas de los servicios
públicos.

Los efectos recesivos e inflacionarios de la Agenda Venezuela
se hicieron sentir con intensidad en 1996, con un descenso de
1,6% del PIB, una tasa
de inflación de 103,2% y una tasa de desempleo de
12,4%. . Este porcentaje de inflación ha sido el
más alto que se ha registrado en la historia económica de
Venezuela y la caída del PIB es la tercera que se registra
consecutivamente.

Al final de todo, la agenda Venezuela, terminó siendo
una réplica de las recetas del FMI, sin el capital humano
necesario para conducir un proceso
autónomo de diseño
y ejecución de un programa global y coherente de política
económica.

La Apertura Petrolera:

La Apertura petrolera, se trata de un cambio
petróleo-sociedad. Es un
cambio de aquel modelo
rentista que una vez nos llevó con mucho éxito.
Gracias a aquel modelo,
tuvimos un gran crecimiento, pero una vez derrumbados los precios
del petróleo el mismo dejó de funcionar. La
apertura es un cambio a ese modelo rentista mediante el cual la
industria le
daba los recursos al Fisco
y éste los distribuía a la sociedad de una manera
muy deficiente, plagada de corrupción, clientelismo, etc. Lo que se
está buscando ahora es que todos los venezolanos
participemos en el negocio central de nuestra
economía.

Una de los aspectos positivos de la crisis económicos
que estamos viviendo, es que en Venezuela se logró un
consenso en el país acerca de la necesidad de iniciar un
proceso de
apertura de la industria petrolera, que si bien era necesario
aún en el caso de que nuestra situación
económica fuera muy buena, es probable que nuestros
sectores políticos no lo hubieran entendido
así.

La apertura petrolera que se realizó en Venezuela, se
inició en 1993. En ese año se suscriben los
primeros contratos de
servicios para la reactivación y explotación de los
yacimientos marginales. Para el momento estaban los contratos
estratégicos de asociación, de los cuales podemos
mencionar: El Proyecto
Cristóbal Colón, entre Lagoven, Shell, Exxon y
Mitsubishi. También están los contratos para la
explotación y mejoramiento de la Faja del Orinoco de los
cuales se ha firmado con Maraven, Total Oil, Ituchu, Marubeni,
Arco, Mobil, etc.

Ahora bien, citando a Toro Hardy "es necesario aclarar que
esta inversión es indispensable pero no
suficiente. Es necesario que además el resto de la
economía también pueda tomar el rumbo del
crecimiento. Y para que esto pueda ocurrir es necesario generar
confianza, y que para generar confianza, es necesario resolver
los problemas
económicos….el país sin duda alguna podría
entrar en el Siglo XXI con un ambiente
distinto de optimismo y crecimiento, porque sólo por la
vía del crecimiento
económico se pueden resolver los problemas
sociales que actualmente aquejan al país."

En síntesis, este período ha sido de graves
dificultades y desequilibrios, con tendencia recesiva en lo
económico y regresiva en lo social. Venezuela está
en una situación crucial, en un terreno muy cargado de
riesgos.
Además, no se ha contribuido a solucionar los problemas
político-institucionales, y el grado de inconformidad
social (elevado y creciente) no ha llegado al punto de
explosión, pero la emergencia es, en términos
médicos, de pronóstico reservado.

Política Exterior:

El panorama internacional nos demuestra la incertidumbre en la
cual estamos sumergidos, y que nadie escapa e ella. Para ello, es
esencial describir, la situación de Venezuela y su
relación con otros países del Hemisferio.

Junto al llamado "efecto tequila" que sucumbieron a toda los
países de la región en una crisis económica,
se le sumaron otros eventos, que
terminaron por conformar el gran panorama al cual hacía
referencia con anterioridad. Las tensiones subregionales a las
cuales nos referimos son fundamentalmente entre Venezuela y
Colombia, por un
lado, y entre Ecuador y
Perú, por el otro; ambas contribuyeron a recalcar el
debilitamiento del Grupo Andino.
Paralelo a esto, el Mercosur se
está fortaleciendo con su particular dinamismo comercial,
y la continuación y profundización del acercamiento
de Brasil a
Venezuela, lo cual aumentaba el otro polo atractivo
integracionista.

Ante esta situación, la política exterior
venezolana, ha tenido que caracterizarse por un tono realista y
ponderado, y dejar de tener un protagonismo inútil. Todo
esto significa, reorientar, reducir, reordenar problemas y
compromisos. Así pues se tiene que:

  • Reorientación: asumir los límites
    domésticos y globales, y de moverse en ellos, estas
    redefiniciones deben ser visibles en las propuestas venezolanas
    a la agenda de la Cumbre de las Américas. La lucha por
    el mantenimiento de la democracia continuó
    siendo repensada en Miami, la lucha contra la corrupción
    y la pobreza, en
    concordancia con el discurso político doméstico.
    El tema petrolero tuvo tanto la aprobación del
    régimen de apertura petrolera como las propuestas de
    cooperación energética hemisférica
    siguieron una línea de relativa continuidad y
    adaptación a las nuevas realidades del mercado
    internacional.
  • Reducción: El foco prioritario de atención se
    ha continuado moviendo hacia la activación de relaciones
    con Brasil y con
    los países miembros del Mercosur a
    partir de un conjunto de acuerdos bilaterales para el
    desarrollo de relaciones comerciales, de cooperación y
    de atención permanente a temas de interés
    común, incluido el apoyo de Venezuela a la
    participación de Brasil como miembro permanente en el
    Consejo de Seguridad de
    la ONU.
  • Reordenación: La expresión presidencial de la
    idea de convertir a Venezuela en "bisagra" en el proceso de
    integración entre el Grupo Andino y el
    Mercosur, a través de la relación inicial con
    Brasil, recoge muy bien la esencia de la reordenación de
    los espacios y de los asuntos en la agenda venezolana. Antes
    era con Colombia, ahora
    lo es con Brasil, ya que no es meramente geográfico,
    sino que existe una profunda revisión de las
    políticas de integración

La defensa y promoción democrática es objeto de
reiterado análisis académico y debate
público, mientras que el Presidente Caldera y diversos
voceros de su gabinete le conceden extensos párrafos en
sus discursos. Sin
embargo, en nuestro país el tema no sólo
está desprovisto de un diseño
estratégico y de cursos de
acción coherentes e integrales,
sino que ni siquiera ha pasado a formar parte prioritaria de la
agenda de política exterior venezolana como sí
ocurría en el pasado.

La actual política gubernamental en materia
internacional se ha centrado más en asuntos bilaterales
comerciales y fronterizos destacándose las relaciones con
Colombia, Brasil, México y
Mercosur, mientras que la tradicional política de promoción de la democracia ha sido limitada
a la llamada lucha anticorrupción. La promoción de
la democracia que en materia de política exterior
emprendieron los gobiernos venezolanos desde 1.958 hasta 1.993,
período en el cual nació, se desarrolló y
declinó el sistema populista venezolano.

Las estrategias de
ese política, eran la Doctrina Betancourt
(legitimación y proyección de la imagen
democrática de Venezuela) y el Pluralismo
Ideológico, es decir, la búsqueda de un consenso
autonomista con todos los países de Latinoamérica,
independientemente de su régimen o ideología. Estas
estrategias
conformaron dos estilos diferentes de promoción
democrática. Nos sirvieron de mucho. Por lo que, el
gobierno venezolano durante el mandato de Caldera, debió
tener como eje, el objetivo de la
promoción y defensa de la democracia.

La política exterior de Caldera debió tomar en
consideración esta promoción, sin embargo, la
realidad fue que se dedicó a la lucha
anticorrupción. Esta propuesta fue llevada a la Cumbre de
Las Américas, a la IV Conferencia
Cumbre Iberoamericana, a diversas reuniones del Grupo de
Río y al seno de la ONU y la OEA; con miras
a que se estableciera una convención internacional en esa
materia. En fin, el objetivo venezolano de la defensa y
promoción de la democracia venezolana ha sido desplazado
por el de la lucha anticorrupción.

Venezuela buscó firmar un acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional. Con respecto a esto, los Estados Unidos
utilizaría su posición en dicho organismo y otros
que sirvan para el desarrollo del plan
económico de Venezuela, como lo son, el BID, el BM.

En el caso del bloqueo estadounidense a Cuba.
Venezuela condenó dicha acción y rechazo la
promulgación de la Ley Helms-Burton en el contexto de las
Naciones Unidas.
Venezuela durante este quinquenio no tuvo una política
exterior sumisa, sino, todo lo contrario, ya que en ocasiones fue
sancionada por su gestión de la lucha antidrogas, debido
al informe redactado
por nuestro país que fue presentado ante el Congreso de
los Estados Unidos,
el cual se caracterizó por un contenido fuerte, lo que
permitió la inclusión a Venezuela en la lista de
países certificados en la lucha contra el narcotráfico. También se ha llevado
a cabo, las firmas de ciertos acuerdos sobre inversiones,
propiedad
intelectual, subsidios y doble, a través de una serie de
conversaciones informales con el gobierno estadounidense.

La agenda de Venezuela es variada y múltiple, sobre
todo, en lo novedoso de los temas a tratar, como lo son, derechos humanos,
propiedad
intelectual, apertura económica, migraciones, entre
tantos. Es por ello, que las relaciones bilaterales se han
tornado más conflictivas que cooperativas,
aunque la intención sea esta, ya que no es cuestión
sólo de coincidir, sino de negociar temas como el narcotráfico, propiedad intelectual y
derechos
humanos. Nuestra relación con Estados Unidos se basa
principalmente en el
petróleo y comercio,
debido a las coincidencias históricas entre ambos
países, y por ser Venezuela uno de los principales
proveedores de
petróleo a EE.UU. junto con Arabia Saudita.

El objetivo de la promoción y defensa de la democracia,
ya no es primordial, y eso se lo debemos básicamente a la
situación política interna de nuestro país,
a raíz de los acontecimientos sucedidos el 27 y 28 de
febrero de 1.989 y 4 de febrero de 1.992. Nuestra democracia se
resquebrajó con estos hechos, que fueron producto de
innumerables momentos de corrupción por parte de los
gobernantes, lo cual conllevó al pueblo a enardecer y
desbordarse por las calles empañando la imagen de la
democracia "modelo" venezolana que hasta hace poco era ejemplo
para todos los países latinoamericanos.

En Resumen:

El gobierno de Caldera significó el punto más
álgido de la ruptura del sistema puntofijista de
conciliación de élites y de reparto de riquezas. El
país se encontraba en una grave crisis institucional que
desvirtuó al sistema político e hizo imperante la
intervención de este mandatario para el mantenimiento del
sistema y para evitar que éste fuera derrocado
definitivamente.

Al igual que los quinquenios anteriores, al inicio de la
administración del Presidente Caldera, Venezuela se
encontraba en un seria crisis económica. Esta se
caracterizaba, por un agudo desequilibrio fiscal, por el
estallido de una crisis financiera que se venía gestando
desde varios años, por la reducción de los precios
internacionales del petróleo, por un repunte inflacionario
de importancia, y por una recesión en las actividades
económicas distintas al petróleo: la fragilidad de
las finanzas
públicas, el acentuado deterioro de la distribución del ingreso y el consecuente
empeoramiento del nivel de vida de amplias capas de la población.

Por otro lado, el deterioro institucional del Seniat, la falta
de control sobre el rendimiento fiscal de la industria petrolera
y la caída de la tributación interna en
términos reales, son signos inequívocos del
desordenado manejo de las finanzas
públicas en estos años. Aspecto que alcanza sus
mayores cuotas en lo referido a la deuda pública.

Bajo tales características resulta difícil
admitir que en Venezuela ha funcionado un programa
económico coherente y confiable, a no ser que para esto
sólo se tome como criterio la evolución del tipo
cambiario. La confianza depende de la credibilidad del
público en lo que promete el gobierno y ésta no ha
sido precisamente una virtud del gobierno en estos años.
Si bien es cierto, que en el sector petrolero se ha producido una
recuperación de la inversión privada nacional y extranjera.
Sin embargo, en el resto de las actividades económicas,
donde se genera la mayor parte del empleo y el
valor agregado
nacional, aún persiste una situación general de
estancamiento o paralización.

Capítulo 10

HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS

2/2/1999-?

Con factores del MBR-200 y grupos
inconformes constituyó a fines de 1997 el Movimiento
Quinta República MVR. Sucesivamente, se le unieron viejas
organizaciones
de izquierda, como el MAS, PCV, y el MEP; y radicales de reciente
formación: PPT. Con estas y otras organizaciones,
Chávez gana los comicios Presidenciales, realizados el 6
de Diciembre de 1998, los cuales mostraron el nuevo escenario
político venezolano. En este proceso participan otros
grupos
políticos en la contienda electoral.

Se conforma el Polo Patriótico, que no pasó de
ser la sumatoria de minúsculas agrupaciones (MVR, PPT y
LCR) sin una base ideológica común pero con un
claro objetivo; desplazar los partidos tradicionales apoyando al
emergente y controvertido candidato: Hugo Chávez.

El Presidente electo, Hugo Rafael Chávez Frías,
hizo entrada al hemiciclo el 2 de Febrero de 1999, fecha del
día final de ese modelo político con tantas
limitaciones y defectos: El Pacto de Punto Fijo.

Luis Alfonso Dávila, presidente del Parlamento,
mencionó los importantes retos sociales y políticos
que obligan al nuevo Presidente frente a su gestión de
gobierno. Cuestionó la dilapidación de los ingentes
recursos que ha tenido Venezuela, y buscó
explicación en el sistema democrático y en sus
conductores. Su solución fue inmediata: "Son los
conductores y no el sistema la causa de los fracasos".

Aludió a la necesidad de refundar la República,
proyecto político de Chávez, y consideró que
el nuevo Presidente puede llevarlo acabo a cabo a través
de la convocatoria de la Asamblea Constituyente. Con este
instrumento, Dávila afirmó que se firmará
"un nuevo pacto social para insertar a Venezuela en el marco de
la mundialización. Un compromiso que asume ante el mundo
el nuevo gobierno de Venezuela".

Política Nacional:

El Presidente Chávez, asumió la Presidencia de
la República de Venezuela, ante un clima de
inestabilidad económica, pero especialmente caracterizada
por un dramático cambio en los precios del barril
petrolero, ocho dólares aproximadamente. Por otro lado, a
llegar al poder, denuncia la situación encontrada, y de
esta manera realiza un acoso político con el fin de romper
la inercia y el vínculo con el pasado, con los
…"Cuarenta años de Cúpulas Podridas". Así,
frente al protagonismo de los partidos, Chávez se presenta
como el gran iniciador del proceso de reforma constitucional.
Afortunadamente, y gracias a negociaciones con la OPEP, los precios
del crudo han aumentado vertiginosamente, pero el escenario
económico, y social no son los más alentadores de
todos.

Proceso Constituyente:

A dos días de emitido el Decreto Nº 3, convocando
al referendo para
la Asamblea Constituyente, se inició un periplo de
demandas de nulidad ante la Corte suprema de Justicia.

El 10 de Febrero, Gerardo Blyde presento una demanda porque la
resolución violaba el derecho a la participación.
Se declaró inadmisible por cuestionar el decreto
presidencial y no el acto de revisión del CNE.

El 18 de marzo, la CSJ con base a la demanda de Gerardo Blyde,
sentencia la anulación de la segunda pregunta, interpreta
el ámbito de la Constituyente para establecer que no
será originaria, por lo tanto no podrá disolver
ningún poder constituido y ordena al Consejo Nacional
Electoral que reformule las bases emitidas por el Presidente.

En efecto, una vez lograda la decisión de la Corte, la
oposición siente que ganó una batalla, ya que las
bases son modificadas el 24 de marzo por el CNE, en cuanto al
número de miembros que conformará la Asamblea, el
número y la
organización de las circunscripciones y las
condiciones de inelegibilidad de los aspirantes.

Finalmente, los resultados referendarios fueron tomados para
despotricar de la legitimidad de la Asamblea y de la popularidad,
e incluso del propio Presidente. El hecho es que ganó el
SI, el cual generó que, prácticamente, al
día siguiente se comenzaran a escuchar voceros que se
negaron a respaldar la consulta, manifestando deseos o
aspiraciones de participar como asambleístas.

Después de ser electos los asambleístas
constituyentes, en un transcurso de casi tres meses fue redactada
la Nueva Constitución Bolivariana de Venezuela. El
15 de Diciembre, a pesar de la situación de emergencia
Nacional que vivió el país, fueron realizadas las
elecciones para aprobar la Nueva Carta Magna.

Nueva Carta
Magna:

Con la vigencia de la Nueva Constitución Nacional de 1999, el Poder
Público se transformó del tradicional esquema de
tres poderes, heredado de las ideas de Charles Montesquieu y
Juan Jacobo Rousseau, a
una estructura de
cinco poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Ciudadano y
Electoral.

La Asamblea Nacional Constituyente decretó un
Régimen de Transición del Poder Público,
para realizar los cambios pertinente de la pasada
Constitución Nacional a la aprobada en el referendo del
15 del 15 de Diciembre de 1999. De esta manera, nombró una
comisión Legislativa Nacional, integrada por 21 personas,
que se encargará de las funciones de la
Asamblea Nacional, hasta tanto se elija el nuevo cuerpo
legislativo. Asimismo, fueron designado los magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia, el
Fiscal General de la República, el Contralor General de la
República y el Defensor del Pueblo.

Poder Legislativo Nacional:

Será ejercido por la Asamblea Nacional, anteriormente
llamado Congreso Nacional, conformado por diputados elegidos en
cada entidad Federal, según una base poblacional de 1,1%
de la población total del país.
Además, cada entidad podrá elegir a los
representantes a la Asamblea Nacional.

Esta Asamblea estará conformado por una Cámara y
a diferencia de la Constitución de 1961, acepta la
postulación de los venezolanos por naturalización
con quince años de residencia dentro del territorio
venezolano.

El artículo 187 enumera las atribuciones de la Asamblea
Nacional.

Poder Ejecutivo:

Aunque la nueva constitución introduce la novedad del
vicepresidente Ejecutivo, el Presidente de la República
continúa ejerciendo la jefatura del Estado y del Ejecutivo
Nacional. El Vicepresidente Ejecutivo es colaborador inmediato
del Jefe de Estado y de Gobierno y es designado y removido por
éste.

El período presidencial fue modificado de 5 años
a 6 años, además de la posibilidad de la
reelección inmediata y por una sola vez para un nuevo
período. El Presidente de la República podrá
disolver a la Asamblea Nacional cuando ésta destituya en
tres oportunidades en un mismo período al Vicepresidente
Ejecutivo. En este caso deberá convocarse a elecciones
para una nueva legislatura dentro de los 60 días
siguientes a su disolución. La Asamblea Nacional no
podrá ser disuelta el último año de su
período constitucional. El artículo 236 enumera las
atribuciones del Presidente de la República.

Poder Judicial:

El sistema de Justicia está constituido por el Tribunal
Suprema de justicia, los demás tribunales que determine la
ley, el Ministerio Público, la Defensoría
Pública y los órganos de investigación penal.

El Poder Judicial es
independiente y el Tribunal Supremo de Justicia gozará de
autonomía funcional, financiera y administrativa.

El Tribunal Supremo de Justicia (anterior CSJ) se encarga de
la dirección, el gobierno y la
administración del Poder Judicial,
la inspección y vigilancia de los tribunales y de las
defensorías públicas.

Encontramos las atribuciones del Tribunal supremo en el
artículo 266.

Poder Ciudadano:

Se ejerce por el poder Moral
Republicano integrado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal
General de la República. Los Órganos que ejercen el
Poder Ciudadano son la Defensoría del Pueblo, el
Ministerio Público y la Contraloría General de la
República. Estos tienen a su cargo, prevenir, investigar y
sancionar los hechos que atenten contra la ética
pública y la moral
administrativa; velar por la buena gestión y la legalidad
del uso del patrimonio
público, el cumplimiento y la aplicación del
principio de la legalidad en toda la actividad administrativa del
Estado, e igualmente, promover la educación como
proceso creador de la ciudadanía, así como la
solidaridad, la
libertad, la democracia, responsabilidad
social y el trabajo.
(artículo 274)

Poder Electoral:

El Poder Electoral lo ejerce el Consejo Nacional Electoral
(CNE) como ente rector y, como órganos subordinados al
CNE: La Junta Electoral Nacional, La Comisión de Registro Civil y
Electoral y la Comisión de Participación
política y Financiamiento.

Política Económica:

Para tratar de llegar a una solución más
saludable, Chávez ha plateado, el concepto de
Humanismo
Económico o Tercera Vía, lo cual refleja la
franca intención de armonizar la acción del Estado
con las iniciativas de la economía de mercado y el
papel de la
sociedad. La definición del Presidente es la siguiente:
"El Estado debe recuperar su capacidad para regular con
eficacia el
mercado y conseguir la armonía entre las necesidades de la
población y el libre juego de la
oferta y de la
demanda"

Los días han pasado, con nuevos anuncios
económicos (aumento salarial del 20%, recorte del 10% del
gasto Fiscal, Mayor Control en las Aduanas), cambios
de gabinete, aprobaciones de Leyes por parte
del Congreso Nacional: Ley Habilitante, la cual incluye:

Reforma de la administración
pública: Reducir el tamaño del Estado, central
y administración descentralizada; reforma de la Ley de
Carrera Administrativa para flexibilizar el manejo de los
salarios
públicos, lo cual estaría orientando a facilitar el
reconocimiento del mérito.

Reforma Financiera: a través de la revisión de
los mecanismos de asignación de presupuesto
público para actualizarlos tecnológicamente,
hacerlos más sistemáticos u ágiles; regular
los aportes del Estado a fundaciones privadas y reforma de la Ley
de Aduanas.

Reforma Tributaria: derogación del ICSVM e
implantación del IVA, reforma
de la Ley de Impuesto sobre la
Renta y del Código Orgánico Tributario para
acentuar los castigos contra evasión.

Área de desarrollo socioeconómico: La
creación de un sistema nacional de garantías
recíprocas, medidas de salvaguarda comerciales que eviten
el dumping, medidas
de protección y promoción de inversiones
que Chávez tanto mencionó durante sus viajes al
exterior, reforma de la Ley de Concesiones para hacerlas
más atractivas a la inversión privada.

Gestión Fiscal del Gobierno central en
1999:

En el manejo de la política
fiscal durante 1999 fue determinante el comportamiento
registrado en los precios de la canasta petrolera, cuyo notable
crecimiento observado a partir de abril y su consecuente impacto
positivo en los ingresos de origen petrolero permitió una
mayor holgura en las cuentas fiscales,
revirtiendo así las estimaciones de los primeros meses del
año en torno al
déficit fiscal de la gestión financiera de 7,4% del
PIB para cerrar en 3,1% en diciembre de 1999.

Adicionalmente, en este menor desbalance presupuestario fue
determinante la obtención de recursos provenientes de la
aplicación del Impuesto al Débito Bancario y de la
colocación de títulos públicos en el mercado
interno, contabilizados como ingresos extraordinarios, los cuales
aportaron aproximadamente ingresos netos por el orden de Bs.
1.451 millardos.

Por su parte la recaudación petrolera mostró un
crecimiento de 23% en relación a 1998 para ubicarse en Bs.
3.991 millardos. En cuanto a la recaudación no petrolera
registró un aumento de 18,6% para cerrar en Bs. 6.336
millardos, incremento menor a 1998, lo que se explica por la
menor base impositiva como resultado de la caída
experimentada en el PIB, la cual alcanzó 7,2%.

Producto Interno Bruto y desempleo en
1999:

El comportamiento
de la economía durante 1999 continuó con la senda
de contracción iniciada a mediados de 1998, a raíz
del shock negativo en los precios internacionales del
petróleo. En este sentido, la ratificación de los
recortes de producción petrolera, acordados por los
países miembros de la OPEP en marzo del
presente año, han permitido el sostenimiento de altos
precios del petróleo con su respectivo efecto positivo
sobre el saldo de la balanza de pagos
y la disminución del déficit fiscal.

Sin embargo, para Venezuela en materia de crecimiento
económico ha significado un costo,
materializado en la caída del PIB petrolero, lo cual
ejerció un efecto negativo sobre la demanda de insumos de
otras actividades económicas. Esto, junto a la
incertidumbre asociada al proceso constituyente y la
aprobación de la nueva Carta magna, la reducción
del gasto público e inversión de la
apreciación cambiaria condujo a una contracción en
la mayoría de las actividades económicas del
país.

Según el BCV, la caída del PIB total para este
año se estima en 7,2% significativamente superior a la de
1998 cuando alcanzó 0,1%. Donde el sector petrolero se
contrajo en 6,8% contrastando con el crecimiento de 1,7%
registrado en 1998, mientras que en el sector no petrolero la
caída se profundizó pasando de 1,2 en 1998 a 6,9%.
La contracción del aparato productivo se ha visto
acompañada por un incremento en la tasa de desempleo y de
la informalidad, para ubicarse a finales del tercer trimestre en
15,6%, cifra récord de la historia de
Venezuela.

La caída del PIB no petrolero es el resultado de la
contracción en las actividades productivas más
importantes de la economía. Es así como el PIB
Manufactura,
Comercio y
construcción, que representan conjuntamente
casi 27% del PIB total, presentaron caídas por el orden de
10%, 16,5% y 20,4%. Sólo las actividades de electricidad y
agua y de las
comunicaciones
experimentaron crecimientos de 1,2% y 19,3%, respectivamente,
representado sólo 5% de la economía.

Inflación de 1999:

La tasa de inflación anual como variación
puntual del Índice de Precios al Consumidor del
Área Metropolitana de Caracas (IPC) alcanzó una
cifra récord no observada desde hace trece, al registrar
una variación acumulada de 20,1% lo que representa una
disminución de 9,8 puntos porcentuales en relación
a 1998 cuando alcanzó 29,9%.

Esto es el resultado más que de un logro de política
económica, es el resultado del descenso experimentado
en la demanda agregada
interna 8,7%, dado el comportamiento observado básicamente
en el consumo privado y la inversión pública que
registraron caídas de 4,7 y 26,1% respectivamente.

Por su parte, en cuanto a componentes, el mayor ajuste de
precios se observó en el componente nacional alcanzando un
acumulado de 13,8%, mientras el componente importado
mostró una menor velocidad de
crecimiento alcanzando 6%.

Política Exterior:

La cancillería venezolana se propuso redimensionar la
política exterior de Venezuela , acorde con los cambios
políticos, jurídicos y de poder que se suscitan en
el país y frente a los que dicta una dinámica mundial globalizada. Para atender
a estos desafíos, requieren de una política externa
más audaz, que no se ocupe sólo de lineamientos
políticos y protocolares, sino que esté adscrita a
un esquema más realista, de esta manera le
permitiría a Venezuela responder con propiedad a sus
intereses políticos y económicos y asirse de un
espacio más digno en el actual contexto internacional.

La nueva estrategia diplomática tiene su eje en cuatro
áreas básicas que se denominan fachadas: la
atlántica, la caribeña, la andina y la
amazónica y que tiene sus puntos neurálgicos en
Guyana, Brasil, Colombia y el Caribe, vecinos y socios
naturales.

En ese contexto y con el fin de ampliar el radio de
acción internacional, el presidente Chávez, una vez
electo Jefe de Estado y previo a su asunción al poder,
abonó el terreno con una avanzada de contactos
internacionales que lo llevó hacia Brasil, Argentina,
Colombia, México,
España,
Francia,
Alemania,
Italia,
Canadá, Cuba, Estados
Unidos, República Dominicana y un extenso recorrido por el
continente Asiático.

La llamada "Diplomacia Comercial, Económica y
financiera", emprendida por la Cancillería, responde a la
política de un estado promotor de inversiones y de
importaciones,
dispuesto a concretar acuerdos de cooperación
internacional, enmarcados en la idea de que los asuntos
económicos están sólidamente unidos al
trabajo diplomático.

En el marco de la apertura económica y comercial, la
Cancillería recoge las opiniones y proyectos de
desarrollo e inversión de todos aquellos que invierten
para incentivar el aparato productivo nacional, de manera de ir
configurando un banco de datos. La
información recopilada se envía a
las misiones de Venezuela en el exterior, encargadas de buscar
interlocutores y a las representaciones diplomáticas
acreditadas ante el Gobierno Nacional.

En cuanto a la Integración Regional, se propone que se
agilicen los procesos de integración en
Latinoamérica y el Caribe, con miras a la
constitución de un solo bloque regional que consolide la
Unión Latinoamericana. Demostración de esto, fue la
reunión del Grupo de los 15, siendo el Presidente
Chávez el único jefe de Estado latinoamericano que
fue a la cita. Chávez abogó por una mayor
integración regional y sostuvo que los países en
desarrollo deben trabajar para salir de las crisis que
afrontan.

Por otro lado, la unidad con el Mercosur es una de las
prioridades venezolanas en materia de integración
regional. La intención es integrarse al Mercosur con la
Comunidad
Andina.

Entre los acuerdos pendientes encontramos:

  • Proyecto de Convenio entre Venezuela y Colombia relativos a
    la detención, recuperación y devolución de
    vehículos.
  • Proyecto de Acuerdo sobre Asuntos Marítimos entre
    Venezuela y Sudáfrica.
  • Proyecto de Convenio Educativo entre Venezuela y Argentina.
  • Proyecto entre los miembros de la Asociación de
    Estados del Caribe para la Cooperación Regional en
    materia de Desastres
    naturales.

En el inicio del proceso constituyente que se estaba
desarrollando en el país, la más contundente
acción opositora, en materia de política exterior,
la encabezó el partido Acción Democrática,
al enviar una carta al Secretario General del la OEA,
César Gaviria, a principios de
abril, advirtiéndole de supuestas amenazas a los poderes
constituidos en Venezuela. El secretario de asuntos exteriores de
AD, Timoteo Zambrano, recordó en esa misiva que dentro de
las normativas de la OEA existe la resolución 1.080, que
al igual que el Protocolo de
Washington, obliga a activar mecanismos diplomáticos por
la mera inestabilidad del sistema democrático o amenaza
sobre algún poder constituido, mediante la
intervención del secretario general del organismo. El
Presidente de la República contestó días
después que le daba "pena ajena" esa carta y que los
adecos "andan en un lloriqueo".

La Nueva Constitución fue aprobada en diciembre de
1999, luego de casi tres meses de discusiones dentro de la
Asamblea Nacional, a partir del cual las relaciones
internacionales de la República Bolivariana de
Venezuela responden a los fines del Estado en función del
ejercicio de la soberanía y de los intereses del pueblo.
Asimismo la República promoverá y favorecerá
la integración latinoamericana y caribeña, en aras
de avanzar hacia la creación de una comunidad de
naciones, defendiendo los intereses económicos, sociales,
culturales, políticos y ambientales de la
región.

Por otro lado, las políticas de integración y
unión con Latinoamérica y el Caribe, Venezuela
dará privilegio a las relaciones con Iberoamérica,
procurando que sea una política común de toda
nuestra América
Latina.

Capítulo 11

VENEZUELA EN LA DÉCADA DEL RESURGIMIENTO

El fin de la Guerra
Fría generó en los países andinos, y
América
Latina en general, la aguda preocupación por revertir su
creciente marginación del sistema internacional. La
adopción
de políticas de libre mercado, la apertura comercial, la
reducción de la intervención estatal y la
integración económica fueron los medios para
incrementar la eficiencia a fin
de revitalizar el comercio, la producción y la inversión y superar
el atraso tecnológico.

En la década de los noventa el Grupo Andino comienza
con grandes transformaciones que reactivarán el proceso
que integración. En efecto, los Jefes de Estado reunidos
en el Consejo Presidencial en la Paz, Bolivia, en
noviembre de 1990, adoptaron el Acta de la Paz en las que deciden
tomar las riendas del proceso para impulsar los cambios
necesarios que reactiven la integración andina. Este
proceso de consolidación se va perfeccionando
progresivamente bajo la conducción de los jefes de Estado
como fue el caso de las reuniones del Consejo Presidencial andino
efectuadas en Caracas en mayo de 1991 y en Cartagena, Colombia en
diciembre de 1991; Las Actas de Caracas y Barahona complementan
el conjunto de reformas que permiten la consolidación de
la zona de libre comercio
andina y establecen las bases para la formulación del
arancel externo común y con él la unión
aduanera andina.

Con la eliminación de los obstáculos y las
restricciones en el comercio se despejó el camino para la
integración económica, lo que permitió que
los primeros años de la década de los noventa
fueran de construcción, crecimiento y
expansión. En esta etapa empieza a desarrollarse de manera
incipiente un proceso de concientización de las
potencialidades de la integración y se van creando bases
para la confrontación de un lenguaje
cooperativo donde las partes van asumiendo a la
integración como una opción racional y
beneficiosa.

En febrero de 1989, el Gobierno de Venezuela puso en marcha un
programa de ajustes con el fin de corregir desequilibrios
macroeconómicos, el cual incluyó una importante
reforma del régimen de importaciones,
mediante la eliminación de las medidas no arancelarias y
el establecimiento de un arancel de aduanas con un tope
máximo de 20%

Después de asumir el poder por segunda vez en febrero
de 1989, Carlos Andrés Pérez cambió, por
otro lado, al poco tiempo la
estrategia de desarrollo hacia adentro por un modelo de
orientación hacia fuera en el que las exportaciones no
tradicionales, la empresa
privada y las fuerzas del mercado de bienes
intermedios y de capital, las
exportaciones y
un papel menor
del Estado y de la inversión pública. Sin embargo,
la inestabilidad política desde 1992 impidió que se
aplicaran las medidas. El nuevo Gobierno de Rafael Caldera,
impuso restricciones cambiarias y otras medidas contra el libre
mercado y ha tratado de aplicar, sin éxito, nueve programas
económicos.

Las exportaciones de Venezuela al Grupo Andino crecieron en
todos los años de esta fase excepto en 1991, en que
disminuyeron en 3%. Estos resultados determinan un apoyo al
programa de liberación, que se reforzó por la
apertura de su mercado a partir de 1989.

A mediados de 1989 el gobierno venezolano anunció la
liberación de sus importaciones. La estructura
tarifaria en 1992, cuando ocurrieron los cambios, tenía
cuatro tasas (5, 10, 15 y 20%) y todas las restricciones no
arancelarias se habían eliminado. El sector de
automotores, por acuerdo con Colombia y Ecuador, tuvo un
arancel máximo de 35%. El promedio arancelario se redujo
de 31% en 1988 a menos de 12% en 1992. Los objetivos de
la reforma arancelaria venezolana eran muy similares a la
propuesta de la Junta sobre el Arancel Externo Común
(AEC): cuatro tasas básicas, tratamiento especial a los
automotores y ciertas excepciones. El apoyo de Venezuela al AEC
estaba garantizado.

Julio Chan Sánchez, en su artículo de la
revista Nueva
Sociedad, "Aspectos Políticos de la Integración del
Grupo Andino, 1989-1996", plantea que los países del Grupo
Andino no querían desmantelar sus sistemas de
promoción de exportaciones, como lo había hecho
Perú, ni tampoco uniformar sus políticas
económicas. En definitiva, los países andinos
decidieron abandonar la armonización de políticas a
partir de 1992 y, por tanto, renunciar a un área de
libre
comercio, debido a que la interdependencia andina, mediada
por la magnitud del comercio, apenas superaba 10% de las
exportaciones totales.

Algunos Catedráticos de Integración, como es el
caso del Decano de la Facultad de Economía de la Universidad
Javeriana de Colombia, Luis García, dijo que la Comunidad
Andina es un completo fracaso. Desde que se fundó en
los años 60, nunca ha podido cumplir con sus
compromisos.

Plantea además, que toda iniciativa de
integración es en sí misma un proyecto
político, y la CAN en sus 30 años no ha logrado
articular un proyecto político.

Por otro lado, considera que la Comunidad Andina
ha trancado los flujos comerciales con negociaciones
"milimétricas" entre los países miembros, que al
final no han llevado a nada. Esto tiene una razón, y es
que en momentos de globalización es mucho más
difícil echar adelante un esquema de integración,
porque los aranceles son
muy bajos, la competencia
internacional es muy grande y la discriminación de terceros a favor se sus
vecinos andinos, no constituye un buen negocio.

Desde su perspectiva, considera que Venezuela y Colombia miran
hacia el norte y Centro América; tiene negocios muy
importantes, pero no son de la CAN, sino porque son vecinos y
tienen muchas cosas en común. Venezuela y Colombia tiene
más interés de integrarse hacia el Norte, con
Centroamérica y México.

La Comunidad Andina está unida más que todo por
el sueño de Simón Bolívar, y muy poco por
una reales condiciones económicas que sean para los
países un buen negocio aliarse frente a otros bloques.
Pese a que es un sueño el ideal Bolivariano, hoy en
día se ha convertido en una situación de
rebeldía la actitud
venezolana para con el proceso de Integración Andino.

En 1996 en Tribunal Andino de Justicia inició una serie
de procesos jurídicos por incumplimiento de normas andinas
que antes hubiesen parecido innecesarios, pero es que la
integración económica también trae consigo
diferencias que parten de lo esencial: la manera de implementar
las nuevas normas y los
cambios en cada país.

Hasta cierto punto es lógico que cada país
pretenda implementar las normas andinas en la medida de sus
realidades, y es que cada uno de los integrantes del bloque tiene
sus particularidades. Para nadie es un secreto que los niveles
inflacionarios de Venezuela y Ecuador están bastante por
encima de los países del resto de la región, ni que
las exportaciones bolivianas no llegan a representar 3% del total
andino exportado hacia el mundo. Tales diferencias, ponen de
manifiesto que con el año que acabó también
culminó la década dorada de la CAN.

Todos estos factores se relacionan íntimamente en
momentos cuando los países andinos están más
concentrados en salir de sus crisis económicas internas
que alcanzar una integración más efectiva.

El viraje que ha tenido la política venezolana en el
marco de la integración andina pone en estado de alarma al
resto de los países de la CAN. Recién instalado el
Gobierno de Chávez se estrenó ante los socios
andinos amenazando con retirarse de la CAN si no se adelantaban
los acuerdos de integración con el MERCOSUR. Este ha sido
el inicio de las divergencias.

A lo largo del año pasado, Venezuela se destacó
en el bloque andino por ser un gran infractor de las normas del
Acuerdo de Cartagena, documento que funge como base
jurídica de la integración. El Tribunal Andino de
Justicia, en algunos casos demandas y en otros, sancionó a
nuestro país por incumplimiento de la normativa andina
vigente.

El caso más sonado fue el de la aplicación del
trasbordo de mercancías en la frontera colombo-venezolana,
situación que logró resquebrajar las relaciones
comerciales entre ambos países, cuyo comercio los ha
colocado como el motor de la
integración andina.

El aumento del 5% del arancel a los principales rubros
venezolanos de exportación, fue una sanción
acordada por el Tribunal Andino de Justicia debido a las
restricciones impuestas por Venezuela a las importaciones de ajos
procedentes de Perú desde 1995.

Otra sanción que ha recibido nuestro país fue
por las restricciones a las importaciones de cebollas procedentes
de Perú, las importaciones a las restricciones de
café tostado procedente de Colombia, y la no
aplicación de la valoración aduanera contemplada en
las decisiones 378 y 379 del Acuerdo de Cartagena.

Para el Presidente del Foro de Integración y
Comercio
Internacional, Jorge Castro, Venezuela ha sido el país
que más se ha beneficiado con la integración
andina, pero también, es el que más trabas ha
colocado en los últimos meses al proceso. Por su parte,
considera que si nuestro país insiste en mantener el tipo
de políticas comerciales que ha desarrollado en los
últimos meses, acabará por destruir un proceso de
integración que está próximo a cumplir 31
años.

Por otro lado, se debe tomar en cuenta la recesión
económica que ha afectado a todos los países
miembros de la CAN, lo que ha traído como consecuencia que
cada socio andino concentre sus esfuerzos en salir de sus crisis
internas.

Otro signo nada alentador que dejó la CAN en 1999 fue
un comercio binacional entre Colombia y Venezuela que
registró una caída de 34,6%. Estos dos
países considerados como el motor de la
integración andina, razón por la cual resultan un
espejo del decrecimiento en las relaciones comerciales del
bloque.

Juan González Velasco, Presidente de la Cámara
de Integración Económica Colombo-Venezolana, cree
que la única manera de lograr que las negociaciones
andinas no se enfríen es con crecimiento económico.
Venezuela ha sido el único país que no ha
desarrollado políticas de expansión
económicas que incluyen tasas de interés
competitivas y sinceración en el tipo de cambio.

Por otro lado considera que, nuestro país debe
desarrollar una política de expansión para que cese
la presión de sectores económicos sobre el
Gobierno, quienes solicitan la aplicación de más
medidas proteccionistas. Asimismo, si no se implementan medidas
de este tipo, se podrá apreciar en un futuro un proceso de
desintegración de la CAN.

Ya ha transcurrido el primer mes del año 2000, y
Venezuela no ha dejado de llamar la atención para los
miembros de la Comunidad Andina.

Después de haber pasado por un proceso Constituyente, y
aprobada la Nueva Carta Magna, Venezuela vive actualmente un
proceso de preparación para relegitimar a cada una de las
autoridades. Es por ello, que la Asamblea Nacional Constituyente
disolvió el Congreso, con el fin de que los venezolanos
voten por las connacionales que ejercerán la
representación del país ante el Parlandino.

La Asamblea Nacional Constituyente aprobó un decreto
que ordena el cese de funciones de los
representantes venezolanos en el Parlamento Andino.

La Directiva del Parlamento Latinoamericano, plantea que con
esa medida violatoria de tratados,
estatutos y convenios Internacionales, Venezuela quedaría
aislada, fuera del contexto de naciones, provocando una imagen
totalmente opuesta a la pregonado por el Presidente
Chávez, quien considera el tema de la integración
de países como área prioritaria dentro de sus
proyectos
políticos.

Según el Parlatino, la ANC viola el ordenamiento
jurídico, los estatutos internos y el tratado de
institucionalización del organismo internacional.

Dentro de la situación, la CAN fue clara al recordarle
a los países "hermanos" que deben respetar las decisiones
soberanas y legítimas que se adopten en Venezuela. Pero el
Presidente de la República, le restó importancia al
impasse con la CAN, y además se mostró convencido
de que el mundo entenderá el proceso venezolano, y que
además, este problema no va a entorpecer el proceso de
integración latinoamericana, la cual, a su juicio,
está en revisión , porque no se puede luchar por
los modelos de
integración latinoamericana, del siglo XX que
fracasaron.

Sin duda alguna, durante este año nuestro país
continuará acaparando la atención de propios y
ajenos, cuando se apliquen las sanciones. No obstante, cada
día se asoman nuevas razones para creer que éstas
no serán las únicas rebeldías de
Venezuela.

Conclusiones

"Mis últimos votos son para la felicidad
de la Patria.

Si mi muerte
contribuye para que cesen los partidos,

y se consolide la Unión.

Yo bajaré tranquilo al sepulcro "

Simón Bolívar,
17/XII/1830

Simón Bolívar moría el 17 de diciembre de
1830. Sus últimas esperanzas se concentraban en impedir la
desintegración latinoamericana promovida por determinados
intereses partidistas. Su muerte no
bastó en ese momento para que se consolidase la
unión. Habría que esperar hasta las vísperas
del siglo XXI para que las antiguas naciones hermanas vieran las
ventajas de la unión.

En definitiva, la Comunidad Andina no puede desvincularse de
los procesos nacionales. Más aún en cierta medida
están íntimamente ligados; no es posible esperar
una proyección exterior sino se ha consolidado una
unificación interna. Las dificultades de cada país
andino van más allá de lo institucional para
armonizar posiciones en ese ámbito, y peor aún ni
siquiera han asegurado algunos aspectos a nivel nacional. Por
consiguiente si no se tiene resuelto el problema interno, querer
establecer políticas comunes es excesivamente ambicioso.
Cómo se puede estar pensando en ello, si no somos capaces
de respetar el Arancel Externo Común, por ejemplo.

En la actualidad todo parece indicar que se está
trabajando sobre la búsqueda de convergencias para
establecer un mercado común. La pregunta es cómo
lograr una libre circulación de bienes, servicios,
capitales y personas, cuando aun existen obstáculo en
temas como la Zona de Libre Comercio, la Unión Aduanera y
las armonizaciones macroeconómicas. Antes de dar cada paso
es necesario tener certeza sobre el suelo que se
está pisando.

En términos generales la integración andina
presenta, 30 años después, un mercado ampliado con
un indiscutible crecimiento de las relaciones comerciales
intra-andinas. Sin embargo estas relaciones son en un 80% de
productos manufacturados, los mismos que tienen dificultades para
penetrar en mercados de mayor
competitividad. Habría que evitar que el
mercado ampliado se convierta en una especie de
‘acampadero’, ya que nuestros productos necesitan
adaptarse a los tiempos de la
globalización.

En cuanto a las innovaciones, la institucionalidad, si bien
aumenta el peso burocrático, asegura una cierta
estabilidad en tiempos de crisis, la política exterior
común se presenta como un mecanismo prematuro, y el
esfuerzo social ha sido mal dirigido. La integración
andina tiene defectos. No se trata de negar un esfuerzo que hoy
en día es irreversible, sino más bien de mejorar
los parámetros en la medida de lo posible. Si se quiere
consolidar el proceso, es necesario crear mecanismos que
estimulen reales intereses internos en el proceso de
integración.

Aquí juega un papel fundamental todo lo que está
dirigido hacia la concientización, el fomento, la educación y la
divulgación de la integración hacia el eje de la
sociedad: el individuo. No se puede seguir pensando en una
integración exclusivamente económica ya que poco a
poco surgen limitaciones que hacen cada vez más evidente
la necesidad de afianzar aspectos como el político, y
sobre todo, el social.

Es importante acotar que nuestra nueva Constitución, en
el Título IV, Del Poder Público, Capítulo I,
Sección Quinta: de las Relaciones
Internacionales; el art. 153 expresa que "La República
promoverá y favorecerá la integración
latinoamericana (…), en aras de avanzar hacia la
creación de una comunidad de naciones (…)." Esto crea
una gran contradicción, porque en este último
año, el presidente de la Nación,
prácticamente se ha encargado de deslegitimar el proceso
de Integración de la Comunidad Andina; mientras que los
pasados presidentes salvo Jaime Lusinchi y Ramón J.
Velásquez, en medio de todos los problemas internos han
tratado de promover el Acuerdo. Las excepciones de los
presidentes nombrados se debe a que durante esos períodos
de gobierno, los problemas internos tenían mayor
preponderancia, lo que ocasionó que la Política
Exterior fuera llevada de manera coyuntural.

Concluyendo, creemos que para que la Comunidad Andina de
Naciones pueda consolidarse como un espacio de
integración, los gobiernos nacionales deben tomar
más en cuenta aspectos políticos; por otra parte
Venezuela, es el país que debería llevar la batuta
del proceso, ya que es el que tiene más potencialidades,
más ventajas comparativas que los otros 4 países;
eso es algo que no se puede desperdiciar así no
más. Nuestros gobernantes deben poner más
atención en ese proceso, en vez de estar soñando
con asuntos irrealizables, como una unión con el Mercosur;
y tratar de rescatar lo rescatable del proceso, para así
comenzar a tener un mejor papel en nuestra área de
influencia a nivel latinoamericano.

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países exportadores de petróleo. El interés
nacional, por consiguiente, reclama una activa gestión, al
máximo nivel, destinada fundamentalmente a fortalecer
nuestras relaciones bilaterales con los otros países
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concertación de posiciones en los organismos
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Autor:

Oswaldo Ramírez Colina

Partes: 1, 2, 3
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