- Amor y dolor – dolor y
sexo… - La
automutilación - Otros
aspectos - Tratamiento
- Prevención
- Caso
clínico - Psicoterapia y cambio:
Un concepto en búsqueda de
exégesis - Bibliografía
Los seres humanos somos extraordinarios por no ser
tan humanos, como nos gusta pensar.
Saint Louis, Missouri, 1964.
El artículo aparece en todos los
periódicos locales. Es horripilante. La novia de un
residente en cirugía — médica residente ella
misma — recibe un paquete enviado por mensajero. El paquete
consiste en una caja de zapatos con un mensaje en la tapa: "Esa
fue la mano que te causara el dolor…" El contenido, la
mano amputada del amante.
Amor y dolor –
dolor y sexo…
En el sentido evolucionista se ha demostrado
directamente que, en ciertas especies de animales de
laboratorio,
la inducción del dolor es asimismo una
invitación a la actividad sexual. Este hecho no debe de
sorprendernos, debido a que en la Naturaleza, en
la mayoría de las especies diploides, el macho tiene que
recurrir al combate para obtener acceso a la hembra sexualmente
–– haciendo que esta asociación entre dolor y
estimulación sexual no parezca extraña.
(Véase: Sex and Friendship in Baboons por B.
Smuts).
Recurrir al combate para obtener la hembra — si es
metafórico — para nuestra especie no es nada
extraño para nuestro género.
Las gestas entre las razas primitivas, los duelos en las
épocas románticas, los juegos de
futbol
americanos, las carreras de carros, la ostentación de
símbolos del poder —
todos son alegorías del combate para impresionar a la
hembra.
Además, que hay mucho de "combate" en las
relaciones
sexuales en nuestra especie — el primer coito entre seres
humanos a menudo es doloroso… (Véase mi
artículo: Virgen).
Anticipando el renacimiento
de la neurociencia C. J. Jung no introduce a la noción de
lo que él describiese como "la confluencia de los
instintos". Este fenómeno sucede cuando dos módulos
natos solapan, como a menudo es el caso con la sexualidad y
la agresión. (Para una revisión del tema,
recomendamos: This New Science of Ours: A more or Less
Systematic History of Consciousness and Transcendence
por D. Tresau J. Anal. Psychol. 49-2004).
Freud asimismo describió la agresión como
parte de los sentimientos que motivan la libido masculina.
(Véase: In the belly of the Beast: The Vicissitudes of
Aggression por R. Leider).
Pero, recordemos que el gesto no es el
acto mismo que representa.
EL gesto suicida — el atentado auto impuesto contra
nuestra integridad, sin deseo de morir. Se define como un intento
a infligir auto dolor, sin intención de hacer daño
final. El gesto es un esfuerzo a lograr cohesión del ego
sin causar su muerte,
aunque, a veces se hace para herir a otros. Este acto es por
muchos, conocido como para-suicidio.
Considerándose actividad común en la adolescencia.
(Véase: The Epidemiology of Teen Suicide: An
Examination of Risks Factors por D. Shaffer y mi
artículo El problema con el suicidio juvenil en los
Estados
Unidos: Chanson de Roland).
Muchos investigadores han llamado la atención al hecho de que, en cierto modo,
los trastornos del comer, incluyendo ciertos hábitos
perjudiciales, a largo plazo, como son el tabaquismo, el
uso del alcohol y
las drogas
constituyen formas de infligir auto-daño al ser; y que
pueden considerarse como "auto-mutilaciones" en su forma
más discretas. (Véase: When the Body is the
Target: Pain and Traumatic Attachment por S.
Farber).
De que la bulimia se
relaciona con otras formas de trastornos de regulación
deficiente, incluyendo la experimentación impulsiva con el
sexo desprotegido, el abuso de las drogas, la
cleptomanía y la automutilación — es hecho
confirmando — hoy, existe literatura suficiente para
ratificar su asociación y para que se estudien en
conjunto.
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