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Cerebro y Sexo – Nueva Concepción de la Sexualidad Humana (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Periodo estro o entrar en celos

En lo que respecta a los mamíferos ?con la excepción de los
humanos modernos? los cambios fisiológicos asociados con
el cortejo y el apareamiento permiten asegurar que éste
tenga lugar durante un periodo limitado llamado estro, conocido
también como «entrar en celos», al breve
momento del ciclo reproductor de la hembra en que los
óvulos son liberados por los ovarios y ésta es
receptiva al apareamiento. La frecuencia y el momento del estro
varían según la especie.

El estro suele estar programado de manera que el
nacimiento tiene lugar cuando las condiciones del entorno son
más apropiadas para el crecimiento de la cría, por
ejemplo en primavera, cuando las temperaturas son relativamente
suaves y las hierbas, los arbustos y los árboles
echan sus hojas nuevas, proporcionando alimento para el desarrollo de
la cría. Para que los animales no
pierdan esa oportunidad, la selección
natural ha favorecido el desarrollo de señales, tales como fuertes feromonas
acompañado de la hinchazón de los genitales que se
advierte en las hembras de mandriles y otros primates, que
anuncian al macho cuándo una hembra se encuentra en estro
o celo y está preparada para el apareamiento con fines
reproductivos.

Los humanos somos una especie que después de la
adolescencia
estamos siempre en celo, por lo general nos vestimos para agradar
y atraer, adoptamos posturas coquetas, proyectamos ilusiones e
imágenes para conquistar.

El imperativo biológico es la transmisión
de genes a través de la reproducción sexual. El sexo
reproductivo en parejas genera variabilidad genética
entre las descendencias que poseen más probabilidades de
sobrevivir y reproducirse.

Influencia del ciclo menstrual

La manera como una mujer mira al
hombre
está influida por las etapas del ciclo
menstrual. Recientes investigaciones
han permitido concluir que el rostro de una mujer se hace
más simétrico durante la ovulación, que es
el momento más fértil.

Cuando un óvulo no fertilizado baja del ovario
por las trompas de Falopio al útero produce cambios
hormonales en el rostro de la mujer. Un
efecto es la retención de agua en los
tejidos
blandos de la cara que ayudan a suavizar ligeras
asimetrías en el rostro. Por lo general los rostros
simétricos son los que reconocemos como bellos; pues la
simetría según la evolución, es señal de salud y buenos genes; es
decir, que la belleza es un señuelo para hallar
pareja.

En caso de duda las mujeres pueden tomarse dos
fotografías al natural; es decir, sin nada de maquillaje;
una, durante la menstruación y la otra durante la
ovulación. Comparándolas encontrará que
durante la ovulación el rostro se ve más
simétrico; con mejor color de las
mejillas y los labios; los ojos se ven más grandes y
claros por tener pupilas más dilatadas; observe
también las sutiles diferencias de las orejas y de la
nariz.

Un consejo: Las fotos debe
hacérselas tomar con maquillaje; porque con el maquillaje
usted puede lucir más atractiva, más saludable y
lista para procrear todos los días del mes. Bien usado es
de gran ayuda para cubrir imperfecciones del rostro que puedan
delatar señales de enfermedad, infertilidad o vejez. Pero
cuando esté ovulando puede ahorrar maquillaje a la hora de
tomarse las fotos.

Un detalle más, el gusto de las mujeres cambia
también durante el ciclo menstrual. Mientras están
ovulando los prefieren más masculinos, es decir con una
fuerte quijada, frente grande, musculoso, movimientos
ágiles y varoniles; indicadores de
haber recibido una buena dosis de testosterona y de poseer buenos
genes que garanticen hijos sanos; pero pasada la ovulación
desean un hombre con algunos rasgos femeninos, que sugieren que
es más familiar, tierno, cálido y honesto y por
tanto más garantía de que ayude en la crianza de
los hijos.

Los hombres son más atractivos en lo mejor de su
etapa reproductiva, esto es, de los 20 a los 30 años.
Ellos las prefieren con figura de reloj de arena que aparece
cuando desarrollan senos y caderas anchas indicadores de un
equilibrio
hormonal correcto y apto para la procreación. Las mujeres
que tienen problemas
hormonales producen demasiada testosterona e insuficiencia de
estrógeno y por eso tienen cuerpo amachado.

Cuando el hombre
emite una hormona llamada svasti, activa en la mujer una hormona
ubicada en sus glándulas mamarias que producen
simpatía hacia él; pero si emite la hormona
conocida como sauvástica, activa una hormona en los
riñones de la mujer haciendo que se produzca el
rechazo

Cuando una mujer emite feromonas procedente del
lóbulo anterior o adenohipófisis, así sea
joven y bella, inteligente de sobresalientes virtudes no
atraerá al sexo opuesto cuya química no es la
adecuada para sentirse atraído. Con razón dicen los
incompatibles: «No hay química» «esa
mujer no me mueve la aguja»

Las mujeres emiten principalmente feromonas de
atracción; en cambio los
hombres segregan hormonas
reflejas de aceptación o de rechazo. Aunque para ser
sinceros en mayor abundancia las de aceptación.

Actualmente los humanos no dependemos tanto del uso de
las feromonas (aromas) para el apareamiento, porque el uso de los
perfumes ha alterado el olfato primitivo.

La observación de que el sudor humano adquiere
determinado olor sólo a partir de la pubertad,
sugiere que las feromonas incrementan las interacciones sociales
de los hombres con las mujeres a partir de la edad que se puede
ser reproductivo

Una investigación en el año 1971
descubrió que las amigas íntimas que pasan mucho
tiempo juntas
o comparten el mismo cuarto sus ciclos menstruales se sincronizan
o comienzan con una diferencia de un día o dos debido a la
emisión de feromonas. Es sabido también que si se
frota sudor de una mujer en el labio superior de otra, sus ciclos
menstruales se sincronizan con uno o dos días de
diferencia.

Química del amor

Hace apenas una década que se planteó el
estudio del amor como un
proceso
bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa al
sistema
límbico y de allí al sistema endocrino, dando lugar
a respuestas fisiológicas intensas.

El Dr. Jack Nitschke un neurocientífico que
investiga en la universidad de
Wisconsin la química del amor dice: "Estamos tratando
de cambiar la idea del amor, en cuanto a que es una noción
prácticamente celestial, a una que en realidad tiene una
base biológica en la que sea posible determinar
verdaderamente cuáles son los fundamentos
neurológicos de esta emoción
positiva"

Los teólogos contemporáneos de Darwin
decían que Dios había creado las flores de las
plantas, las
plumas de las aves, los
ornamentos de las mariposas para inspirar la admiración y
la devoción de los humanos; pero hoy sabemos a ciencia cierta
que las plantas y los animales utilizan una variedad de
señales visuales, auditivas y químicas durante el
cortejo y el apareamiento. Los pavos reales son un clásico
ejemplo de evolución que funciona a través de la
selección sexual. Sólo los pavos fuertes,
saludables y aptos para la procreación desarrollan la cola
más larga con gran número de vistosas plumas y
muchos ojos

Hoy se sabe que el amor como
cualquier otra emoción posee un componente
biológico detectable mediante análisis de la sangre y
observación del cerebro bajo
escáner. Cuando nos enamoramos estamos
virtualmente locos porque se bajan los niveles de
serotonina.

La dopamina, la feniltilamina y la norepinefrina que son
los químicos responsables del insomnio, el anhelo, la
euforia, la pérdida del apetito, y las fijaciones mentales
son segregadas cuando estamos enamorados.

Al inundarse el cerebro de feniletilamina, éste
responde mediante la secreción de dopamina
(neurotransmisor que nos impulsa a repetir un comportamiento
que nos proporciona placer), norepinefrina y oxitocina que
además de estimular las contracciones uterinas para el
parto y hacer
brotar la leche, es un
mensajero químico del deseo sexual, y de esta forma se dan
todas las mezclas
químicas del enamoramiento.

Los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz
del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, afirman que el
cerebro de una persona enamorada
contiene grandes cantidades de feniletilamina, responsable de las
sensaciones y modificaciones fisiológicas que
experimentamos cuando estamos loquitos de amor.

Si no desea que se aprovechen de su adicción a la
feniletilamina que produce el enamoramiento puede consumir una
buena barra de chocolate; pues, se sabe que eleva los niveles de
este neurotransmisor; otra alternativa aún más
saludable es hacer ejercicios físicos para elevar de
manera natural este neurotransmisor. .

Ser adicto al sexo y a las sensaciones producidas por el
amor es similar a cualquier otra adicción. Amar por el
placer de experimentar los cambios químicos que suceden,
sin importar si el ser amado se merece nuestro amor, es una forma
de adición como cualquier otra, con todas sus
perjudiciales consecuencias.

Cuando hablé de la serotonina dije: Personas
sanas, sin desorden siquiátrico o enfermedad médica
cuando se encuentran muy enamorados comparten con el paciente
siquiátrico una relación común a nivel del
sistema serotónico. Shakespeare fue
profético al decir: "El amor es sólo una locura"
Hoy experimentalmente se sabe que la locura y el enamoramiento
son químicamente similares.

El enamoramiento en la adolescencia es una locura
temporal porque el organismo recupera los niveles normales de las
sustancias que hacen parte de la química del amor. El
mayor índice de separación matrimonial se da en las
parejas que se casan demasiado jóvenes porque la
decisión es más química que
racional.

Si al estar frente a una persona sientes calor, pareces
volar, tus pulsaciones se aceleran, tu estómago se hace
nudo, sudan las manos, tiemblan las rodillas es porque esa
persona logró impresionar a tu amígdala y a otros
núcleos emotivos del cerebro que ha dado la orden a tus
sentidos para que reaccionen a la posibilidad de apareamiento.
Así el hipotálamo te ayude a controlar la
situación bochornosa, la corteza prefrontal informa que
estas enamorado, que inconscientemente deseas
aparearte.

Un individuo bajo
la influencia de la química del amor se siente tan
atraído que desea estar con la otra persona así sea
sólo para conversar, sonríe por todo, siente que
sus palabras son románticas, su sonrisa es tierna y
cautivadora, todo en la otra persona le parece agradable. El
efecto de la química psico-sensorial-emocional-sexual de
las feromonas ha hecho su trabajo. En
muchos casos de nada sirve el consejo de los padres, parientes y
amigos. Bajo el efecto de las feromonas y hormonas nada importa
si es vieja o demasiado joven, ni el estado
civil ni las condiciones sociales de la pareja. Prima la
complacencia emocional y la satisfacción de
placeres.

Los síntomas del enamoramiento son el resultado
de complejas reacciones
químicas muy similares en todos los humanos,
así todos lo creamos único. La cirrosis es una
enfermedad del hígado, el enamoramiento es una enfermedad
transitoria del sistema nervioso
autónomo que involucra el cerebro.

La expresión común entre los enamorados
«hay química entre los dos» es muy
acertada.

Neurofisiología de la
atracción

La atracción comienza con la dilatación de
las pupilas cuando miramos a alguien que nos resulta
atractivo(a). Si se es correspondido el cerebro de ambos segrega
dopamina y el sistema endocrino segrega adrenalina que lleva
más sangre de lo normal al estómago causando esa
sensación de mariposas; y al fluir más sangre por
nuestros cuerpos nos sonrojamos, incrementándose el rojo
de nuestros labios y mejillas.

¿Por qué nos atrae determinada persona?
Antes de que una persona se fije en otra para entablar una
relación amorosa ya ha construido un mapa mental, un molde
completo de circuitos
cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de esa
persona y no de otra. Algunos sexólogos (entre ellos John
Money) afirma que los niños
desarrollan esos mapas entre los 5
y 8 años de edad como resultado de asociaciones con
miembros de su familia, con
amigos, con experiencias y hechos infantiles. En otras palabras,
los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar ya
están en nuestro cerebro antes de entrar a nuestra
romántica adolescencia.

La imagen del padre,
de la madre, de un pariente muy querido o de cualquier otro ser
amado del pasado, gravadas en nuestro cerebro, influye en la
formación del patrón de las personas que nos
resultan atractivas. También sucede que a un nivel
inconsciente el cerebro percibe las feromonas o sustancias
químicas invisibles, transpiradas por todos los
mamíferos en edad productiva y porque identifica si la
persona posee buen sistema inmunológico que garantice una
prole sana. La voz y los gestos revelan el nivel de testosterona
en el hombre o del estrógeno en la mujer que atraen,
según las preferencias sexuales. A los hombres
homosexuales les puede atraer percibir niveles elevados de
testosterona, etc. Las experiencias infantiles ayudan a construir
nuestros tipos ideales del amor. Los gustos de papá y
mamá influyen en los nuestros.

En general las mujeres asocian rostros de quijada y
frente grande; y cuerpos atléticos con fuerza para
defender el hogar y genes sanos para la descendencia
sana.

La atracción es también ansia de
apareamiento caracterizada por entusiasmo y fijación
mental con el recién conocido, incertidumbre y miedo por
lo que pueda pasar en términos de formar
pareja.

Advertencia: la atracción bioquímica
dura de 2 a 3 años porque las neuronas del sistema
límbico terminan por habituarse con la feniletilamina (la
anfetamina natural) segregada durante la atracción y a
partir de dicha fecha disminuye y es cuando las parejas empiezan
a ver los defectos que sólo veían los parientes y
amigos.

El padre de la frenología, el médico y
anatomista alemán Franz Joseph Gall, a finales del siglo
XVIII identificó el área del amor; eso explica
porque los amantes se estimulan esa área mientras hacen el
amor:

Responsabilidad maternal y paternal

El amor es una especie de demencia necesaria para la
conservación de la especie humana, justificable cuando
social y culturalmente no habíamos avanzado tanto. Hoy
año 2007 las cosas deben ser diferentes. Debemos pensar en
el futuro, física y mentalmente,
de los hijos.

Es importante estar conscientes de la química del
amor para saber distinguir entre necesidad de amar y de
experimentar sexo o si en realidad estamos frente a una persona
con quien deseamos tener hijos y permanecer juntos ojalá
hasta que ellos estén adultos. Hay que saber si
sólo estamos teniendo un buen sexo o en realidad sentimos
apego.

En un programa de
televisión
de Discovery Health la antropóloga Helen Fisher dio la
siguiente opinión: "Yo no uso la palabra amor porque
para muchas personas hay diversos sentimientos y significados del
amor. En cambio divido el amor en tres sistemas
básicos de apareo-emoción. Ellos son: Lujuria, el
ansia de satisfacción sexual; segundo, el Amor
Romántico, la dicha y euforia del primer amor; y el tercer
sistema de emoción?motivo en el cerebro es el Apego, ese
sentido de calma, de paz y seguridad que
depara una pareja permanente. Son sentimientos muy distintos. La
Lujuria no es más que el afán de
satisfacción sexual que puedes sentirla cuando vas
conduciendo tu auto, lees un libro o ves
una película, es un deseo, un impulso de apareamiento que
evolucionó hace millones de años para impulsarte a
buscar lo que hubiera. Pienso que entonces surgió el Amor
Romántico para hacer que concentraras tu energía
sexual en un solo individuo a la vez. Y ese Apego, ese tercer
sistema emoción-motivo, evolucionó para permitir
que toleraras ese individuo como pareja el tiempo suficiente para
criar un hijo determinado"

Para la doctora Fisher las etapas del amor tienen base
tanto en la química y fisiología del cerebro como en la psicología; porque a
las emociones no les
corresponde un único sistema en el cerebro, sino
múltiples sistemas que mezclan entre sí procesos
cerebrales y corporales; con lo que estoy totalmente de
acuerdo.

Todo adolescente, hombre o mujer, antes de hacer el amor
sin protección contra embarazo debe
responderse con absoluta sinceridad: ¿Verdaderamente la
amo o lo amo o estoy respondiendo a una necesidad
biológica? Antes de responderse recuerde que como
adolescente tiene un cerebro cuya corteza prefrontal, la
encargada de tomar sabias decisiones, no está plenamente
desarrollada y perfectamente conectada al cerebro emocional o
sistema límbico. También debe tener presente que el
amor con apego es una fuerza inspiradora y la más profunda
expresión como humanos; y que la simple atracción o
deseo sexual es un impulso primitivo y usted es mucho más
que un primate que no quiere exponerse a contraer el sida o
cualquier otra enfermedad de transmisión sexual y traer
hijos sin las más mínimas garantías de ser
bien criados y educados.

Mi recomendación si no se está con una
pareja estable: sin condón ni pío hasta que sea un
adulto y cuando ya lo sea hasta cuando esté frente a la
persona con un alto cuociente de compatibilidad como para
decidirse a tener sus hijos, antes no, por favor.

Amigo lector adolescente permítame hacer una
recomendación más, basada en mi experiencia
personal. Como
desde muy joven me percaté de que el impulso sexual nubla
la razón, empleé la siguiente técnica para
saber si estaba frente a la mujer con quien debiera tener hijos.
Como es común, en ocasiones disgusté con algunas de
mis novias y puse fin a la relación sentimental. Durante
la separación mi instinto y energía sexual me
acosaba para la reconciliación, pero una pizca de
razón me decía que no valía la pena
regresar, que existían factores de incompatibilidad que
hacían difícil una relación de largo plazo,
que fueran garantía para mantener juntos después
del advenimiento de los hijos. Con algunas fue muy difícil
tomar una decisión racional, porque hubo un buen sexo.
Para evitar volver a la cama con quien no me llenaba plenamente,
razoné de la siguiente manera: estoy consciente de mi
necesidad fisiológica de dar salida al semen, de
satisfacerme sexualmente, entonces me masturbo y eyaculo,
descargo toda mi energía sexual que pueden afectar mi buen
juicio para tomar una decisión más cerebral que
peneal (o clitoral en caso de las mujeres). Les cuento que en
muchas ocasiones me dio resultado y logré alejarme sin ser
esclavo de mis simples deseos carnales. Y así logré
mantenerme soltero sin hijos hasta los 39 años.
Actualmente tengo 4 hijos, sin alejarme un solo día de
ellos y de mi esposa con quien aspiro y deseo estar hasta que
la muerte nos
separe.

Lujuria y apareamiento

Cuando les hablé de los lóbulos cerebrales
les advertí que los adolescentes
(hombres y mujeres) aún no tienen un cerebro completamente
desarrollado. Para decirlo claramente, en la adolescencia la
corteza prefrontal no se halla completamente desarrollada y
conectada, está incompleta, lo que explica el carácter impulsivo en estos años, el
preocuparse por el hoy y el mañana sin importar el futuro,
porque ejerce predominio la amígdala. La buena y completa
conexión entre la amígdala y la corteza prefrontal
nos ayuda a regular nuestras emociones, pero esta conexión
no se completa si no hasta cuando se termina la adolescencia y
comienza la adultez.

En otras palabras, la naturaleza nos
prepara para un apareamiento temprano incrementando la
testosterona en los chicos y el estrógeno en las chicas,
que dan el aspecto masculino y femenino respectivamente, pero con
un cerebro sin desarrollarse y conectarse por
completo.

La testosterona y el estrógeno incrementan el
deseo sexual en los chicos y en las chicas respectivamente, hasta
tal punto que nublan la razón. Se sabe que los hombres
violadores sexuales cometen esta aberrante conducta durante
las edades que experimentan mayores niveles de
Testosterona.

Rita Carter en su maravillosa Obra EL NUEVO MAPA DEL
CEREBRO, dice: "Infinidad de estudios psicológicos han
enseñado que la gente metida en el torbellino de esta
tormenta hormonal se separa de la realidad más de lo
normal, sobre todo cuando se trata de hacer evaluaciones acerca
de la persona a quien aman. Es muy sabido que son ciegos a los
defectos del otro y excesivamente optimistas en cuanto al futuro
de la relación. Visto con frialdad, el amor
romántico es una forma de locura inducida
químicamente y una base desastrosa para la
organización social, como bien demuestra el
índice de divorcios en el mundo occidental"

O como dijo el griego Antífanes quien vivió entre los
años 388 y 311 antes de nuestra era: "Hay dos cosas que
el hombre no puede ocultar: que está borracho y que
está enamorado"

Si después de que pasa el efecto químico
del sexo y del amor, la incompatibilidad no es tan grande puede
sobrevivir la relación gracias al advenimiento de la
segunda fase llamado apego. De lo contrario, al sentirse cada vez
menos enamoramiento se incrementa la insatisfacción, la
frustración, el odio y la inevitable separación o
desapego de la que hablaré después. El logro de un
matrimonio
feliz y de una vida familiar en armonía, sin conflictos ni
tensiones perjudiciales es fuente de salud física, mental
y social.

Apego

Apego es una sensación de calma y seguridad que
se logra cuando la relación amorosa logra su anhelada
estabilidad. En esta fase el cerebro incrementa la producción de endorfinas (la Morfina
Natural), la oxitocina y la vasopresina, que por lo general se
inicia cuando la pareja empiezan a cuidar el primer
hijo.

Si desea saber el grado de apego debe descubrir que tan
alto es el cuociente de compatibilidad con su pareja. Como hombre
he tenido bien claro tres factores para tener una relación
estable con mi esposa. Ellos son: uno, ser económicamente
responsable; dos, emocionalmente estable; tres, sexualmente
complaciente. Estos tres factores se deben cumplir en igualdad de
importancia. Fallar en cualquiera de ellos pone en peligro la
estabilidad de la relación conyugal. Por ejemplo, un
hombre puede ser económicamente responsable,
emocionalmente estable, pero si es un pésimo amante,
sexualmente hablando, la pareja está en peligro de
disolución; un hombre puede ser súper buen amante,
ser económicamente responsable pero si es un mujeriego
infiel, la unión conyugal tambalea hasta que se rompe; un
hombre puede ser fiel, es decir emocionalmente estable y
además es sexualmente complaciente, pero
económicamente es irresponsable, es un mantenido, es un
vago improductivo, tarde o temprano se da la separación.
¿Cómo logro cumplir con los tres factores? La
respuesta es simple: Vivo AMPM. Ya lo entenderá cuando
decida vivir AMPM. Una mujer que convive con un hombre que cumple
los tres factores mencionados está dispuesta a complacerlo
en todo.

Una pareja que vive AMPM fácilmente logra
afinidad y similitudes en los demás factores: ideas
religiosas, políticas,
hábitos, gustos: música, fiestas, etc.
el cuociente de compatibilidad se eleva a 10 sobre 10.

Los sentimientos de comodidad y seguridad del apego
deben ser complementados con los de la pasión amorosa y
sexual. El apego es conexión con otro humano que debe
consolidarse con el tiempo. Formar pareja debe ser esencial para
las mujeres y apropiado para los hombres.

En este manual doy muy
buenas sugerencias para ser sexualmente complaciente sin tener
que ser un súper hombre.

El apego es una forma de adicción a las emociones
que nos proporciona la pareja; por eso cuando la otra persona
deja de proporcionarlas el síndrome de la abstinencia nos
provoca desapego.

La monogamia es una solución social para una
exigencia biológica. En cierta época y
región, en la antigüedad, los hombres decidían
con quien casarse y las mujeres no tenían más
opción que aceptar. Esto era una aberración vista
desde la teoría
de la selección natural.

En otras etapas de la evolución, la escogencia de
pareja para los machos fue una competencia y
para las hembras una elección. La hembra al producir pocos
óvulos al año se vuelve exigente a la hora de
escoger pareja, mientras que los hombres por producir millones de
espermatozoides tienen más tendencia a la promiscuidad.
Unos investigadores observaron que ante la invitación de
hacer sexo, los hombres daban un sí inmediatamente; en
cambio, las mujeres siempre dijeron que no y eso teniendo en
cuenta que en el experimento, ambos invitadores eran muy
atractivos.

Desapego y divorcio

Esto fisiológicamente se explica porque los
receptores cerebrales de las endorfinas del apego pierden
sensibilidad después de los tres años y es por ello
que las estadísticas de divorcio
indican que la mayoría de ellos se producen alrededor del
cuarto año de matrimonio y también son más
frecuentes en los cónyuges jóvenes sin hijos o solo
uno. La infertilidad es también un factor de desapego y
hasta de divorcio.

Por el sexo y las emociones se atraen los humanos y
deciden formar parejas. Por el sexo y las emociones de que gozan
las parejas estables se vive feliz. Cuando desaparece el deseo
sexual lo que antes era hermoso, ya después es feo, quien
antes era esposa, esposo, ya después es un traidor y
enemigo. Por el sexo y las emociones se triunfa o se fracasa en
la vida. Por el sexo y las emociones nacen las amistades, y
también se terminan.

Mientras no se logre equilibrio en el manejo del sexo y
del amor se es inconstante en los propósitos. Conocer la
química del sexo y de las emociones nos proporciona
continuidad de propósitos y vivir AMPM es ante todo
plantearse propósitos de mediano y largo plazo.

Cuando un hombre es estimulado sexualmente con las
feromonas de una mujer en la calle, llega a su casa excitado,
pero como su mujer no ha sido la que ha causado dicha
excitación, el marido no encuentra una respuesta sexual en
igual proporción y es entonces cuando él cree que
su compañera es fría e indiferente a sus deseos. Si
el hombre es consciente de este fenómeno sabrá que
necesita estimular un poco más a su mujer.

El hombre que desconoce que es víctima de unas
feromonas altamente excitables es capaz de abandonar a su mujer e
hijos, tirando por la borda todo lo construido durante varios
años.

Mi sugerencia: no permitamos que las feromonas de las
mujeres de la calle se apoderen de nuestros centros pensantes y
destruyan nuestro hogar. Hagamos del sexo fiel un culto a nuestro
Dios interior. ¡Sólo el uno para el otro!

Muchos animales también se emparejan de por vida
y se ven agobiados cuando se los separa de sus parejas y de sus
crías. Para que entienda mi preocupación por la
maternidad y paternidad responsable explicaré el
comportamiento de los ratones de pradera y qué efecto
tiene en la paternidad la inyección de vasopresina y
testosterona en los ratones de montaña que abandonan sus
crías.

Te
amaré como un ratón de Pradera

«Te amaré como un ratón de pradera y
cuando tengamos hijos me inyectaré altas dosis de
oxitocina, vasopresina y de testosterona antes que dejarte y
abandonar nuestros hijos»

Esta debe ser la promesa que todas las parejas humanas
deben hacerse en el momento de contraer matrimonio o asumir una
relación de largo plazo. A estas alturas del partido
evolutivo la comunidad
científica no tiene la menor duda de que somos animales
racionales; y por lo tanto los aspectos neuroquímicos del
sexo entre los humanos no son de nuestra exclusividad y muy por
el contrario las similitudes con el resto de animales son muy
grandes. En este orden de ideas los investigadores han encontrado
que el paralelismo entre los hábitos sexuales y sociales
de los ratones de pradera y los de los humanos es notoriamente
parecido.

Los que estudian por años a los ratones de
pradera han observado que muchas de las características
conyugales de los humanos responsables, buenos padres y esposos,
están presente en este roedor del tamaño de los
ratones domésticos. Por ejemplo, los ratones de pradera
son monógamos y se unen de por vida, los humanos
también tenemos la intención de permanecer unidos
en matrimonio hasta que la muerte nos
separe; así tristemente tengamos que divorciarnos en
años posteriores. Las parejas de ratones de pradera con
crías comparten el mismo nido y participan
proporcionalmente en los cuidados parentales; así
también los humanos compartimos el mismo hogar y nos
preocupamos, por igual, madres y padres (obviamente los
responsables) en el cuidado de nuestros hijos.

En el otro extremo comparativo están los ratones
de montaña que no son monógamos ni se entregan a la
crianza de la prole. La hembra del ratón de montaña
abandona con frecuencia a sus crías entre 8 y 14
días después del parto.

Múltiples pruebas de
laboratorio
muestran que los ratones de pradera y de montaña comparten
un fundamento genético parecido, pero son distintos en sus
personalidades sociales porque difieren de manera notable en la
distribución de los receptores de la
oxitocina y la vasopresina en sus organismos.

Los pocos ratones de montaña que son más
maternales y paternales es porque la pauta del enlace de la
oxitocina se parece a la del ratón de pradera. En otras
palabras, las diferencias en la distribución de los
receptores de la oxitocina y la vasopresina entre los ratones de
pradera y de montaña marcan la diferencia en sus
respectivos comportamientos sociales y conyugales.

Los investigadores han separado los miembros de parejas
de ratones de pradera y después de acercarlos tras semanas
de separación han observado que vuelven a juntarse; no
así los ratones de montaña.

Los criadores han observado que después de que el
ratón de pradera macho ha copulado con una ratona, se
vuelve celosamente agresivo con los demás machos con el
propósito de conservar su pareja; y que muy por el
contrario los ratones de montaña machos no se muestran
celosos después del apareamiento.

La mayoría de los miembros de las parejas humanas
después de tener relaciones
sexuales se manifiestan posesivos y celosos frente a los
intrusos emocionales, muy similar al comportamiento de los
ratones de pradera; y salvo excepciones de promiscuidad de
algunas personas, en su mayoría las parejas humanas
prefieren disfrutar de la intimidad con el compañero o
compañera elegida antes que con un
extraño.

El nivel de vasopresina sube bastante en los ratones de
pradera cuando son padres, volviéndolos protectores y
agresivos ante cualquier amenaza. Cuando se administra la
oxitocina a ratas se vuelven más maternales y cuando se ha
bloqueado la segregación se produce una inhibición
significativa de dicho comportamiento.

En las madres humanas la oxitocina se segrega en el
torrente sanguíneo durante el parto y la crianza.
Obviamente la oxitocina es solo un eslabón en una cadena
compleja de reacciones neuroquímicas para el
comportamiento materno humano y que la conducta materna comienza
desde el momento que la mujer se entera que está
embarazada.

Cuando los investigadores inyectaron vasopresina en el
septum lateral de los machos de ratón de pradera,
observaron que pasaban más tiempo con sus crías y
muy por el contrario si inyectaban sustancias antagonistas de la
vasopresina; también observaron que aparece testosterona
para regular la síntesis
de vasopresina y que estas dos sustancias eran responsable del
incremento de la agresividad de los ratones de pradera con los de
afuera y muy amistosos con sus crías y propensos a
cuidarlas.

Como ya sabemos que nuestra capacidad para entregarnos
al sexo, al amor, cuidar de nuestros hijos y permanecer unidos
conyugalmente tiene fundamento biológico; entonces,
propongo que las oficinas de bienestar familiar no sólo
deben obligar a los padres a que respondan económicamente
si no que también les inyecten las dosis necesarias de
oxitocina, vasopresina y testosteronas que los hagan buenos
padres y a las madres desprendidas de sus hijos sean inyectadas
con oxitocina. Cuando éramos cavernícolas ambos
alimentábamos y cuidábamos a nuestros hijos de los
depredadores. Hoy sabemos que la presencia del padre y la madre
en la crianza de los hijos proporciona mejor desarrollo cerebral
para los niños.

Preferencias hetero y homo
sexuales

Dios creó a los humanos de carne, hueso, sangre,
órganos genitourinarios y de desechos orgánicos, y
generosamente nos dotó no de uno sino de cinco sentidos.
No conforme en su infinita generosidad nos dotó de
órganos sexuales reproductores altamente excitables
placenteramente

El humano (hombre o mujer) debe actuar durante el acto
sexual como un organismo total y no como un animal concentrado
única y exclusivamente en sus genitales. Los humanos, a
diferencia de los animales, deben involucrar mente, corazón,
todos los sentidos y
los órganos genitales en el acto sexual, sin inhibiciones
y sin límite de tiempo.

Hablar de satisfacción sexual implica hablar de
orgasmo masculino y femenino, eyaculación masculina y
femenina, punto G masculino y femenino, según recientes
investigaciones científicas que, revisando bien la
historia de la
medicina, no son tan recientes.

No todos los humanos viven satisfechos sexualmente;
existen hombres impotentes y mujeres frígidas. No todos
los humanos tienen las mismas preferencias sexuales; los hay
heterosexuales, bisexuales y homosexuales.

Los supremos placeres de la carne y de los sentidos
encuentran su mayor expresión en la satisfacción
sexual con o sin cópula, con o sin amor,
acompañados o solo mediante masturbación. Pero
obviamente debemos hacerlo con responsabilidad física y mental frente a
nosotros mismos, frente a la sociedad y
frente a nuestro Dios interior.

Sentir placer y dar placer es un derecho tanto de
hombres como de mujeres con sus cónyuges bien sean esposos
o simplemente amantes. Un humano satisfecho sexualmente
está en paz consigo mismo y con el mundo.

Satisfacer los placeres de la carne y de los sentidos
con prudencia y moderación es tan necesario como el
alimento para la supervivencia y el bienestar del cuerpo y las
actividades espirituales para nuestra alma.

En términos generales y en condiciones normales
somos concebidos por placer y para la perpetuación de
nuestra especie nacemos para el placer. El universo
entero es el producto de la
energía creadora sexual. Todos, animales, plantas y
humanos, somos hijos del sexo.

La abstención sexual genera daños en los
órganos sexuales por atrofia a mediano o largo
plazo

Es tan evidente que hombres y mujeres fuimos encarnados
para el placer que todos los sentidos y los órganos
sexuales internos y externos, dirigidos por el cerebro,
participan en el orgasmo humano.

La expresión: «hacer el amor» no me
parece exacta, literalmente hablando, porque el amor no se hace.
Me parece más acertado decir: disfrutar del acto sexual.
Una cuestión muy distinta es disfrutar del acto sexual con
o sin amor. Si el amor verdaderamente se hiciera, muchos
preferirían comprarlo hecho para no sufrir remordimientos,
resultado de una educación represiva,
prohibitiva.

Al acto sexual se le denomina de diferentes maneras:
copular, tirar, culiar, follar, dependiendo de la región o
país. En el acto sexual puede haber o no,
penetración. El acto sexual no necesariamente implica
copular, por ejemplo dos mujeres lesbiana que realizan el acto
sexual llegando inclusive ambas al orgasmo ellas no requieren
copular, ellas no necesitan de penetración. Muchas mujeres
que gustan masturbarse, logran el orgasmo, preferentemente,
estimulando el clítoris. Ojo, mis queridos hermanos del
sexo masculino si dos mujeres pueden proporcionarse placer
masturbándose recíprocamente, sin
penetración, entonces, por qué se preocupan tanto
por el tamaño de sus penes. Sean recursivos:
también tienen manos, boca y lengua. Es
triste saber que hay hombres que sufren de vergonzola, es decir,
vergüenza por el tamaño de la verga o pene, que les
impide disfrutar de una vida sexual plena. En el 99.99% es una
preocupación puramente mental. Otros sufren de
penelolítis, porque todos sus fracasos se lo atribuyen a
Penelo, y se olvidan que también tienen lengua, dedos en
las manos y en los pies, nariz, etc.

¿Por qué reducir el acto sexual a los
pocos minutos que dura la cópula? El instinto
erótico bien administrado nos puede hacer mejores
humanos.

Me es difícil concebir un paraíso terrenal
sin amor, con o sin sexo. Y una vida sexual satisfactoria plena
con o sin amor.

Clímax u orgasmo

Como orgasmo normalmente se conoce a la
culminación del acto sexual mediante la liberación
de la tensión de los órganos genitales y
demás músculos que participan en una experiencia
sexual copulativa o mediante la masturbación.

Copular es la acción
de penetrar el Pene. Seguramente el nombre de pene, en
español,
para el miembro viril del hombre derive de esta acción (la
de pene-trar)

El acto de copular es el más placentero, noble y
hermoso de todos los actos, porque para la mujer significa tener
al hombre que desea dentro de sí y para el hombre es una
forma culminante de aceptación por parte de la mujer que
desea. Dios Padre Espiritual así lo quiso para nuestra
multiplicación. Él dispuso que la mujer lubricara
sus áreas genitales y el Pene se pusiera erecto para hacer
posible la penetración y así permitir el acto
sublime de la cópula. La práctica de la
cópula, con o sin intención de procrear, es un acto
placentero para que nos resulte atractivo realizarlo.

El gran sexólogo Kinsey define clímax:
"descarga explosiva de tensiones neuromusculares en el apogeo de
la actividad sexual"

Neurofisiología del orgasmo femenino y
masculino

El momento de lograr el orgasmo tanto en el hombre como
en la mujer se le conoce en mi tierra natal
como «venirse» seguramente porque el orgasmo
masculino y femenino va acompañado de la
eyaculación o emisión del semen en el caso
de los hombres y de fluido prostático en el caso de
las mujeres.

Las próstatas tanto masculinas como femeninas se
irrigan más de sangre y otras sustancias parauretrales
durante los encuentros sexuales. Así como lo lee, al tener
la mujer uretra también tiene glándulas
parauretrales, llamadas así por rodear la uretra, y en una
porción de ésta reciben el nombre de
próstata por ser el lugar donde se produce un
líquido que reacciona positivamente ante el
antígeno prostático específico. Ya
explicaré este fenómeno fisiológico
común para ambos sexos.

Momentos previos y durante el orgasmo, la respiración se hace más pesada por
el incremento del ritmo del corazón y la tensión
muscular. La vagina se alarga y se ensancha segregando al mismo
tiempo un líquido lubricante que permite al pene entrar y
salir con facilidad y placer. El clítoris sobresale porque
se pone erecto, los labios vulvares se agrandan, los pezones se
endurecen y los senos se agrandan un poco.

El color de los labios vulvares cambia después
del orgasmo, el cuerpo femenino vuelve gradualmente a recuperar
su estado normal,
es decir, que los músculos se relajan, la
respiración vuelve a ser calmada y serena, el
clítoris entra dentro su capucha (similar al prepucio del
pene), la presión
sanguínea baja, el ritmo del corazón desacelera y
vuelve a su estado normal.

El orgasmo de la mujer varía en intensidad de una
mujer a otra y en la misma mujer en diferentes momentos
dependiendo de qué tantas zonas erógenas son
estimuladas por el o la amante y de las circunstancias
anímicas y exteriores. Las sensaciones de las mujeres van
más ligadas a sus sentimientos respecto a la pareja sea
esta un hombre u otra mujer.

En un mayor porcentaje el orgasmo de las mujeres es
clitoral; últimamente muchas han logrado percatarse del
punto G y lo están explorando placenteramente; son pocas
las que su orgasmo es exclusivamente vaginal y quien lo creyera
que algunas están logrando el orgasmo con preferencia
mediante cópula anal.

Toda mujer tiene derecho al orgasmo. La que no lo logra
puede tener su origen en cualquiera de las tres causas o todas
ellas: trastornos sicológicos, alteración
orgánica o circunstancias externas inadecuadas; por
ejemplo, hacerlo en un sitio desagradable, poco confortable que
imposibilite la necesaria concentración y
tranquilidad.

Para la mujer es más fácil lograr el
orgasmo simultáneamente con el hombre. Por funcionamiento
fisiológico y aspectos anatómicos es más
fácil para la mujer continuar con el coito o cópula
después de haber logrado el orgasmo; por lo tanto es
recomendable que el hombre sea caballero y permita que ella lo
logre primero antes de él eyacular.

En el hombre el orgasmo se da en dos etapas: en la
primera, se producen una serie de contracciones de la
próstata que estimula las vesículas seminales para
la producción del semen y en la segunda fase, suceden una
serie de contracciones espasmódicas en la uretra, la
próstata y los músculos de la base del pene que
producen la expulsión o eyaculación del semen.
Durante el orgasmo o eyaculación se eleva la
presión arterial, se acelera el ritmo de la
respiración, se incrementan las palpitaciones, se
tensionan los músculos abdominales y los testículos
se contraen y se elevan.

El semen contiene los espermatozoides necesarios para la
fecundación del óvulo de la mujer,
mientras que lo eyaculado por las mujeres no contiene
espermatozoides pero si contiene antígeno
prostático específico; por eso se sabe que
sí es un fluido diferente a la orina y a cualquier otra
lubricación genital. Ya profundizaré con evidencia
científica.

Es importante advertir a las jovencitas y jovencitos que
la mujer puede quedar embarazada sin que haya logrado el orgasmo;
así que no tiene sentido dejar de disfrutar del sexo como
método
anticonceptivo.

Zonas
erógenas

Las zonas erógenas son las partes del cuerpo que
producen placer y excitación sexual cuando se estimulan.
Indudablemente la principal zona erógena de los humanos es
el cerebro, dependiendo de las conexiones neuronales de
aceptación o de rechazo respecto de cualquier área
del cuerpo será o no una zona erógena. Por ejemplo,
para muchos homosexuales el ano es una importante zona
erógena, mientras que para algunos heterosexuales es zona
prohibida y no permiten que se las estimule ni siquiera por sus
esposas. Teniendo en cuenta los posibles bloqueos cerebrales de
rechazo por determinada zona del cuerpo, es acertado decir que
las zonas erógenas prácticamente son las mismas
tanto en hombres como en mujeres, teniendo en cuenta las pocas
diferencias anatómicas.

En realidad todo el organismo en cuerpo, mente, alma y
corazón deben participar en el acto sexual. La piel del
humano, hombre o mujer, en su totalidad es zona erógena,
porque contiene miles de terminaciones nerviosas sexualmente
excitables.

De hecho cuando practicamos el acto sexual la
presión sanguínea, el ritmo respiratorio, la
secreción genital y salival, los impulsos nerviosos por la
médula espinal, el sistema nervioso
central y periférico, los órganos preceptores
de los sentidos, las ramificaciones sensoriales de los
músculos, las glándulas productoras de hormonas
(testículos en el hombre, ovarios en las mujeres), la
congestión sanguínea genital, anal y uretral, se
alteran y participan en el acto sexual, porque fuimos encarnados
para el placer.

Tanto las mujeres como los hombres pueden obtener
satisfacción sexual de varias maneras. Las mujeres
vía masturbación directa o indirecta del
clítoris, mediante copulación vaginal y anal o a
través de la estimulación del llamado "Punto G" o
próstata femenina, por sólo nombrar algunas formas
de satisfacción sexual que bien pueden obtener solas con
consoladores y vibradores o con parejas del mismo o del otro
sexo. Algo similar ocurre con los hombres teniendo en cuenta las
pocas diferencias anatómicas presentes en los
sexos.

Para el humano es de mucha utilidad a la
hora de realizar el acto sexual, tener un buen conocimiento
de los órganos sexuales y sus funciones que lo
hagan diferente de los animales que copulan instintivamente por
muy poco tiempo.

No hay que perder de vista que el humano es un ser
pensante, por lo tanto en el acto sexual él debe
involucrar no sólo sus sentidos y sus órganos
genitales, sino también sus pensamientos y
sentimientos.

Es tan evidente que fuimos encarnados para el placer que
todos los sentidos y los órganos sexuales cumplen
funciones fisiológicas, pero también proporcionan
placer.

Zonas erógenas similares en ambos
sexos

Es importante advertir que al iniciarse el desarrollo
del feto en el
útero o matriz los
humanos inician anatómica y fisiológicamente siendo
mujeres y por lo tanto algunos órganos o bien se
desarrollan o se estanca su desarrollo.

Los genitales comienzan a desarrollarse en el feto a
partir del segundo mes; pero sólo después del
tercer mes empieza la diferenciación de acuerdo a si va a
ser hombre o mujer el nuevo humano. Es decir que entre la quinta
y 11 semanas los genitales son idénticos en el feto
independientemente de que vaya a ser hembra o macho. El
óvulo posee sólo 23 cromosomas X, en
cambio el espermatozoide puede contener 23 cromosomas X o Y. Si
el óvulo es fecundado por un espermatozoide con 23
cromosomas X el bebe será una niña y si es
fecundado por cromosomas Y, el bebe será un niño.
Es fácil recordar: iguales cromosomas:(X y X)
niñas; diferentes cromosomas (X y Y)
niño.

Si la nueva criatura va ser un niño, a partir de
la doceava semana el clítoris comienza a crecer hasta
formarse el pene; la protuberancia labial inicia su descenso
hasta convertirse en la protuberancia escrotal o
testículo, y el pliegue uretral se prolonga por el
interior del pene.

Todos los anatomistas están de acuerdo al afirmar
que durante el proceso embrionario de los humanos en el vientre
de la madre, durante las primeras semanas de formación, el
conducto uretral, vaginal y anal son uno solo y son abundantes en
nervios sexualmente excitables y que sólo se divide,
semanas después, en protuberancia labial y escrotal, en
uretra femenina y masculina, en clítoris y pene y el ano
continua su formación sin ninguna diferenciación
entre los sexos. Por lo tanto es obvio deducir que
anatómicamente el ano y la uretra es zona erógena
para ambos sexos, pero dependerá de las conexiones
cerebrales que se hagan en la niñez, adolescencia y
adultez y; en las características cerebrales que
predispone para las preferencias sexuales. Ya veremos las pocas
diferencias cerebrales que predisponen a determinada preferencia
sexual.

La única diferencia notoria entre el hombre y la
mujer es el útero o matriz por lo demás las
similitudes son muy grandes. Por ejemplo, los hombres tienen
tetillas y las mujeres tetas; ellos tienen pene y ellas
clítoris, el punto G en ambos es la próstata con la
diferencia que en la mujer se estimula vía vaginal y en el
hombre vía anal. Conclusión, todos partimos de la
misma materia prima,
haga cuenta que usted coge dos bolas de barro y moldea
inicialmente dos cuerpos humanos y luego le da
características masculinas y femeninas.

Muy en las profundidades del inconsciente, todos somos
bisexuales, aunque nuestro objeto de satisfacción sexual
sea heterosexual para algunos. El clítoris y el pene, la
vagina y el ano, la próstata femenina y masculina sirven
para lo mismo: el placer sexual.

A las mujeres les fascina la estimulación oral
(bucal) del clítoris y a los hombres del pene. Tanto el
clítoris como el pene logran erección durante la excitación
sexual y recuperan su flacidez terminado el encuentro sexual;
algo similar sucede con las glándulas parauretrales o
próstata de ambos. Millones de hombres homosexuales y
bisexuales disfrutan de copula anal tanto como millones de
mujeres que han explorado y aceptado esta zona
erógena.

En otro lugar de este manual también explico las
sutiles diferencias en la constitución hormonal que le permite
concluir que ambos sexos son andróginos, tenemos de ambas
hormonas, pero no todos somos homosexuales ni travestís o
hermafroditas. En gran parte lo que determina la preferencia
sexual es la proporción de las hormonas femeninas y
masculinas; pero en general todos los humanos, hombre o mujer,
estamos hechos de la misma materia prima.
En conclusión no existe hombre ciento por ciento hombre ni
mujer ciento por ciento mujer.

Veamos un poco de anatomía uretral para
confirmar que en ambos sexos el orgasmo es también
prostático.

Uretra masculina y femenina

La uretra es el conducto por el que fluye la
orina desde la vejiga urinaria hasta el exterior del cuerpo
durante la micción (orinar). La función de
la uretra es excretora en ambos sexos y también cumple una
función reproductiva en el hombre al permitir el paso del
semen desde las vesículas seminales de la próstata
hasta el exterior.

La uretra en el hombre mide unos 20 cm de largo, y se
extiende desde la vejiga hasta el extremo final del pene; en el
estado de erección aumenta su longitud.

Debido a esta longitud el sondaje urinario masculino es
más difícil que el femenino. En este largo
recorrido, la uretra masculina tiene distintas porciones que
son:

Uretra prostática o próstata es una
estructura
glandular que rodea la uretra del hombre en la zona situada
enfrente y por debajo del cuello de la vejiga. Su función
consiste en producir un líquido que se mezcla con los
espermatozoides producidos en los testículos y con
líquido procedente de las vesículas seminales, para
formar el semen. Con frecuencia, la próstata se inflama de
forma aguda o crónica, produciendo malestar y descarga
uretral. La alteración más frecuente en la
próstata es el aumento crónico de tamaño, o
hipertrofia. Aparece en los últimos años de vida y
es la causa más habitual de la dificultad para orinar y de
la retención de orina. En los casos más graves es
necesario extirparla mediante cirugía; esta
operación se denomina prostatectomía. El cáncer de
próstata es una forma frecuente de cáncer en
los ancianos, y está aumentando su incidencia en
jóvenes.

Uretra membranosa: Es una corta porción de
uno o dos centímetros a través de la musculatura
del suelo de la
pelvis que contiene el esfínter uretral externo, un
músculo esquelético que controla voluntariamente la
micción. La uretra membranosa es la porción
más estrecha ubicada entre la próstata y la
siguiente porción; y en ella desembocan los orificios de
las glándulas de Littre.

Uretra esponjosa: Se llama así porque se
encuentra en el interior del cuerpo esponjoso del pene, un
conducto eréctible que recorre toda la cara ventral del
pene. Tiene una longitud promedio de unos 14 a 18
centímetros dependiendo del largo del pene que finaliza en
el meato urinario u orificio por donde sale el semen o la orina
al exterior.

La uretra de la mujer es un conducto de unos 4 o 5 cm de
longitud que parte de la vejiga, próximo a la pared
anterior de la vagina, y termina en el vestíbulo
detrás del clítoris. El meato urinario u orificio
por donde sale la orina o el fluido que eyacula en el momento del
orgasmo queda entre el clítoris y la entrada de la
vagina.

Algunos urólogos creen que esta corta longitud de
la uretra femenina explica la mayor susceptibilidad de
infecciones urinarias en las mujeres.

El término de próstata femenina ha sido
incluido recientemente en los manuales de
medicina de la
histología que es el estudio de los tejidos
y de las células;
para llamar al conjunto glandular integrado por glándulas
uretrales, parauretrales y conductos de Skene; que muchos
urólogos simplemente denominan glándulas
parauretrales por encontrarse alrededor de la uretra.

En los manuales de anatomía e histología
impresos en años anteriores dan cuenta de glandes de Skene
considerado sin mayor importancia por ser muy pequeño si
se le compara con la próstata masculina. La
próstata femenina tiene un peso de 5 gramos y un volumen de la
quinta parte o un cuarto del volumen de la próstata
masculina. Tiene la misma histología (glandes, canales y
músculos lisos), el mismo antígeno
prostático específico; la misma patología
(inflamación prostática), que la del
hombre. En la mayoría de las mujeres la próstata
está situada a lo largo de la corta uretra y termina en el
meato urinario por donde sale la orina y el líquido
orgásmico durante la eyaculación
femenina.

Eyaculación femenina

Eyacular, es un verbo aplicable a todo líquido
expelido a presión; pero por lo general es asociado casi
exclusivamente con la emisión del semen en los hombres.
Por eso, la expulsión enérgica de un líquido
en la mujer en el momento de obtener el orgasmo puede recibir la
denominación de eyaculación femenina. Así
como lo lee, las mujeres también eyaculan. El
líquido de la eyaculación femenina es bastante
menos espeso que el semen, aunque más viscoso que el agua o la
orina; con una consistencia mucosa y de coloración
ligeramente blanquecina. Muchas mujeres creen haberse orinado
porque desconocen este fenómeno fisiológico
bastante evidente en un alto porcentaje de las mujeres que logran
merecidos orgasmos.

Un alto porcentaje de mujeres afirman tener
emisión de líquido en el momento de tener un
orgasmo. Los sexólogos y urólogos sostienen que ese
fluido emitido puede ser debido a incontinencia urinaria o
simplemente "eyaculación femenina orgásmica". De
una mujer a otra existe gran variación de la cantidad de
líquido emitido (entre unas pocas gotas hasta 30 ml) y en
la dirección de la emisión hacia el
exterior por el meato urinario o retrógradamente hacia la
vejiga.

En algunas mujeres es tan poquito el fluido que llegan a
pensar que ellas no eyaculan; otras sencillamente el
líquido eyaculado se dirige retrógradamente hacia
la vejiga muy similar a lo que le sucede a algunos hombres cuando
eyaculan semen.

La presencia de habituales marcadores del líquido
seminal masculino como el antígeno prostático
especifico (PSA), el ácido cítrico y la fructosa
encontrados en la orina de algunos hombres han permitido
diagnosticar que su eyaculación se dirige
retrógradamente hacia la vejiga.

Recientes investigaciones permiten afirmar que las
glándulas uretrales, parauretrales y conductos de Skene
que integran el conjunto glandular llamado recientemente
"próstata femenina" también segregan líquido
seminal con la diferencia que éste no contiene
espermatozoides, pero sí antígeno prostático
especifico. Hay quienes creen que el líquido emitido por
las mujeres en el momento del orgasmo por no contener
espermatozoides y desconocerse su utilidad para la
procreación no debe considerarse como eyaculación
femenina. Criterio que no comparto.

Por el efecto gravitacional hay posiciones sexuales que
favorecen la eyección de fluido en el orgasmo hacia el
exterior o hacia la vejiga. Así por ejemplo, mujeres tanto
heterosexuales como lesbianas afirman que cuando logran el
orgasmo cabalgando sobre su pareja experimentan mayor humedad
hacia el exterior por ser una postura que favorece la
acción de la gravedad. En la posición de la mujer
boca arriba, es posible que el esfínter vesical se relaje
con las contracciones orgásmica y con la fuerza de la
gravedad empuje la secreción hacia la vejiga.

Para saber si las mujeres efectivamente eyaculan y no es
que se orinen en el momento de lograr el orgasmo basta con
analizar en un laboratorio el líquido eyaculado para ver
si contiene antígeno prostático específico
de la próstata femenina.

Al analizar la orina antes y después del orgasmo
de las mujeres que afirman no eyacular, los investigadores han
encontrado que efectivamente la orina postorgásmica
contiene antígeno protático especifico, similar al
líquido seminal masculino elaborados por las
glándulas uretrales de ellos.

Después de realizar un
enzimoinmunoanálisis (AxSYM System) para la
detección de PSA, se ha observado que el 75% de las
muestras de orina de la mujeres que afirman eyacular presentan
niveles de PSA (sigla en inglés
del antígeno prostático específico) en la
orina postorgásmica, no detectables en la orina
preorgásmica.

Son muchas las mujeres que por no percibir la
eyaculación propiamente dicha suelen creer que al lograr
el orgasmo experimentan una mayor sensación de humedad
genital, pero pruebas de laboratorio demuestran que este
excedente de humedad contiene PSA no contenido en la
lubricación producida por la excitación durante el
acto sexual antes de lograr culminarlo con el clímax u
orgasmo.

Dentro del ámbito de la sexología
científica las opiniones al respecto no están
unificadas; pero vale la pena leer a renombrados
científicos por la Internet escribiendo en
Google: uretra
femenina, próstata femenina o eyaculación femenina
y allí podrá leer abundantes informes
científicos que le permitirán sacar sus propias
conclusiones. Recomiendo leer "Aportaciones al estudio de la
eyaculación femenina"
escrito por el médico,
psicólogo y sexólogo Cabello, F

Algunas investigaciones, señalan que la
mayoría de las mujeres (60%) expulsan un líquido
durante el orgasmo, aunque no lo hagan a presión (es
decir, sin eyaculación), como un rezumado más
intenso del habitual. Es decir, que con el orgasmo añaden
humedad a la que ya existía por la excitación. Son
menos las mujeres que eyaculan verdaderamente; es decir, que
expulsan el líquido a presión: tan sólo un
6% lo hace de un modo más o menos regular, más otro
13% que afirma haber eyaculado alguna vez en su vida. Son
cantidades dignas de tenerse en cuenta pues demuestran que casi
un 80% de las mujeres encuestadas emiten un líquido
durante el orgasmo, lo que coincide bastante bien con la vieja
idea popular sobre el tema.
En cuanto a los niveles del ácido cítrico presentes
en el líquido seminal masculino es mayor en el hombre por
ser la próstata de mayor tamaño que la de las
mujeres y depende en gran medida de la dieta ingerida por la
persona. Con respecto a la fructosa, algunos científicos
informan no haberla encontrado en el eyaculado femenino ni en la
orina pre y postorgásmica; pero todos coinciden en haber
encontrado antígeno prostático
específico.

Algunas mujeres cuentan que cuando alcanzan un orgasmo
después de bastante tiempo de abstinencia sexual (lo mismo
que el hombre), la cantidad de eyaculado es enorme, y que en
orgasmos sucesivos va disminuyendo hasta llegar a desaparecer, lo
que podría corresponderse con el vaciamiento sucesivo de
la estructura diverticular.

Hay algo de lo que no se está seguro es si el
incremento de PSA acontece como consecuencia de la
excitación o si es imprescindible alcanzar el orgasmo para
la producción del mismo. Zaviacic y Whipple (1990),
afirman que de las diez mujeres de su muestra que
eyaculan cantidad detectable, 1/3 emite líquido durante
una rápida estimulación, otro tercio sin alcanzar
el orgasmo, y el tercio restante en el momento del orgasmo, tras
unos 15 minutos de estimulación. Este fenómeno
fisiológico es parecido al líquido seminal
expulsado por el hombre mucho antes de eyacular el
semen.

Otros estudios señalan que al menos dos mujeres
de cada cinco (40%) cuentan expulsar un líquido cuando
alcanzan el orgasmo durante la masturbación por
estímulo del clítoris. Y entre aquellas mujeres que
afirman haberse encontrado el punto G en el interior de su
vagina, la gran mayoría (82%) dice que eyacula un fluido
durante el orgasmo producido mediante la masturbación. Que
la existencia de esa secreción se evidencie mejor durante
la masturbación podría obedecer a dos razones. Una,
que es más fácil que pase inadvertida en el coito
al camuflarse entre el resto de las secreciones locales
producidas por la excitación durante el contacto sexual.
Otra, que los orgasmos son más intensos en la
masturbación, lo que facilitaría que el
líquido eyaculado se expulsara al exterior con mayor
fuerza, y que al no existir la interferencia del pene, la
eyaculación se vería mejor.

Esto de la eyaculación femenina no es algo nuevo;
pues, ya Aristóteles y posteriormente
Hipócrates hablaba de semen femenino, años
más tarde el médico Galeno defendió la
existencia de un líquido seminal femenino. De Graaf
(1672), postulaba la existencia de la "próstatae" femenina
o "corpus glandulosum" que, según él, segregaba un
jugo que hacía a la mujer más libidinosa. En 1950
el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg,
"padre", del famoso punto G del cual hablaré a
continuación afirmaba que la eyaculación femenina
salía por el meato urinario, procedente de
glándulas "de Littré", situadas en la cara interna
de la uretra femenina; o de las glándulas parauretrales,
que rodean al meato urinario y que algunos urólogos para
darse a comprender mejor llaman la "próstata"
femenina.

El trabajo de Ladas, Whipple y Perry sobre el punto G en
1982, fue el que más contribuyó a la
difusión social del tema, generándose una nueva
etapa en la investigación de la respuesta sexual
femenina.

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