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Dislexia, 勉強の改善は y Neurociencia (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

Disgrafia

Trastorno, que ha sido poco estudiado y que se reconoce
en aquellos individuos cuyos síntomas son idénticos
a los de la dislexia, pero
donde la dificultad reside en la escritura… (En mi ponencia: El
Síndrome del autismo infantil
y otras condiciones relacionadas
se describe un caso de esta
condición).

Alexia y
dislexia

Adolph Kussmaul (1822-1902), famoso médico,
erudito, e investigador alemán, descubrió que
ciertas personas; víctimas de una lesión cerebral
específica, perdían la habilidad de leer —
independiente de sus habilidades de percibir visualmente o de
dialogar verbalmente. (Artículo de consultar: A. Kussmaul
Die Störungen der Sprache. Leipzig 1877. Para a
quienes les interese, Kussmaul contribuyó enormemente a la
medicina
clínica).

A esa nueva condición Kussmaul aplicaría
el término de "alexia", que en griego significa "ceguera
para las palabras" — Término, que en 1887, cuando se
aplicara a las dificultades que algunos niños
experimentan aprendiendo a leer se conocería como
"dislexia" o como "paralexia" por Rudolph Berlin, cuyos logros
científicos permanecen sujetos de la mayor controversia.
(Para referencias, a menudo risibles, léase: What is
Dyslexia
? por M. Kerrigan).

Pero, problemas de
aprendizaje,
en lo que respecta a leer y escribir, no siempre existieron para
nuestro género.

La dislexia ni se conoce ni se considera en ninguna
cultura
primitiva — H. sapiens, tampoco sería tan
sapiens en el paleolítico superior.

Si en el principio fuera el verbo, para que todos
leyéramos, en el principio sería
Johannes Gutenberg (o Geinfleisch, 1400-1468), inventor de la
impresora
moderna.

Entonces

Cuando la educación de los
niños, como sistema
generalizado, y su implementación en la escuela, se
propagó, los trastornos de aprendizaje y de conducta
siguieron. (Véase: Centuries of Childhood por P.
Aries).

Igualmente sucedió con las comidas fáciles
y la gordura…

En otras palabras, que la niñez como concepto, y la
educación
formal, como principio, son invenciones recientes.

Un triste paralelo existe entre la gordura y las fast
food
.

Definición

Se llama dislexia a la incapacidad de algunas personas
para leer y escribir correctamente, sin tener por otro lado, una
deficiencia intelectual, motriz, visual o en cualquier otro
ámbito que explique mejor dicho trastorno.

Incidencia

Entre el 2 y el 8% de los niños en
educación primaria tienen algún grado de
inhabilidad para leer, de acuerdo a estadísticas publicadas, por ciertos
gobiernos de naciones de habla castellana. El trastorno del
desarrollo de
la lectura no
es causado por problemas de visión, como ya leímos,
sino que es un defecto del procesamiento cortical superior
(cerebral) de los símbolos. Los niños con este
disturbio pueden tener problemas de rima y de separación
de sonidos en las palabras habladas, capacidades que parecen ser
fundamentales en el proceso de
aprender a leer.

Existen otros trastornos que, comúnmente se
asocian con esta condición. Estos son: la agrafia, la
discalculia (dificultades con la matemática), la estrefosimbolia (problemas
que consisten esencialmente en la transposición de letras
y de las palabras cuando se leen o escriben), la tifolexia
congénita, y el Síndrome de Gertsmann que por mucho
tiempo se
consideró parte del amplio espectro de los trastornos del
aprendizaje, y de los de la dislexia, en particular.
(Véase: Roux, F. Writing, Calculating, and
Finger Recognition in the Region of the Angular Gyrus
: A
Cortical Stimulation Study of Gerstmann Syndrome
. Journal
of Neurosurgery –
99 – November 2003
716–727).

Leer y
escribir

El lenguaje oral
ha existido, para nuestra especie, por decenas de miles de
años. Pero, la habilidad de incorporar sonidos e ideas
usando símbolos inscritos — lo que conocemos como
escribir y leer — sólo ha existido por unos 5,000
años.

Por su aparición reciente, este hecho sugiere que
los mecanismos cerebrales, involucrados en leer y escribir no
fueron desarrollados, exclusivamente, para esos fines.

Todos los sistemas de
escritura conocidos, están constituidos por
representaciones que designan fonemas, sílabas y palabras.
La invención de los alfabetos nos permitió
relacionar palabras escritas a sonidos. Pero leer y escribir no
son habilidades naturales programadas como módulos natos
en el nuestro cerebro, como son
el caso con el lenguaje
oral, con la intuición o con el instinto de
supervivencia.

Años de práctica y esfuerzos — como
quienes bien escriben, bien saben — se requieren,
además de educación esmerada, para alcanzar su
dominio.

Toda la evidencia disponible nos indica que escribir y
leer son sistemas separados que se hallan en diferentes
áreas del encéfalo. Ciertos individuos, poseen la
facultad de identificar palabras, se expresan bien y gozan de la
elocuencia y producción del discurso
pero, no importa lo que traten: no pueden aprender
a leer o escribir. (Véase: The Language Instinct
por S. Pinker).

La dislexia desde
el punto de vista de la neurociencia

Los niños que tienen dificultades interpretando
los sonidos del lenguaje, de acuerdo a Pinker, son los
niños quienes pertenecen a la amplia categoría de
los niños disléxicos. (Véase: How the
Mind Works
por S. Pinker).

El término "disléxico" ha sido abusado y
sobre-simplificado, llegando a ser interpretado, de modo
incorrecto, como definiendo personas que tienden a transponer
letras o números adyacentes (estrefosimbolia).

Clínicamente, la dislexia abarca una gama
más amplia de trastornos del lenguaje. Algunos
disléxicos presentan dificultades procesando sonidos,
otros tienen problemas de aplicación de la palabra vista o
impresa. Mientras que otros poseen dificultades
mixtas.

Para unos investigadores en los años sesenta, la
dislexia constituyó un problema de lateralidad y de
dominancia cerebral. Muchos niños sufrirían las
consecuencias de quienes desarrollaran técnicas
insensibles para lograr establecer "dominancia", como, más
adelante veremos.

Poco se ha hecho en la literatura para explicar los
efectos de esa peculiaridad — para nosotros — de los idiomas
que orientan su escritura de derecha a izquierda, como el hebreo.
(Recomendamos: Representing Written Bowels in University
Students
with Dyslexia Compared with Normal Hebrew
Readers
por R. Schiff y D. Ravid en Annals of Dyslexia
June, 2004).

En idiomas no fonéticos, como el inglés,
la lectura, para
muchos, alcanza a convertirse en una ordalía para quienes
no pueden dominarla. (Véase: Words and Rules por S.
Pinker).

En los Estados Unidos,
el problema de la dislexia es de mayor seriedad que en muchos
otros países. Un 23% de la población de edad escolar, puede
diagnosticarse como disléxica, si todas las dificultades
del aprendizaje a aprender, se consideran juntas. (Véase:
The Blank Slate por S. Pinker).

Como resultado, en ese país, teorías
han aparecido, en números enormes, explicando causalidad y
asimismo proponiendo "curas" educacionales.

Como sucede con las dietas para el control del
sobrepeso, el engaño abunda. Muchos sistemas de la
calaña de los que introdujera Doman Delacato, con sus
patrones absurdos de "modelación" — hoy catalogados como
charlatanerías — aparecieron. Mientras que otros, que
vendrían y también pasarían de moda,
apoyarían sus principios en
excluir elementos particulares de la dieta del
niño, ¡para remediar la lectura! —
Estos constituyen ejemplos, dramáticos, de lo que
aquí resalto.

Una de las cuestiones más importantes que los
investigadores de hoy exploran, es si las disfunciones en
el aprendizaje
resultan de un sistema de enseñanza deficiente o si, de veras, son
resultado directo de alteraciones estructurales del
cerebro.

Disléxicos, que han sido diagnosticados
clínicamente, nacen con varias diferencias estructurales
en el encéfalo que hacen, para ellos, leer, gesticular
palabras con la boca, o deletrearlas, tareas muy difíciles
— a pesar de gozar de inteligencias normales o por encima de lo
normal.

Veamos

La corteza cerebral posee seis estratos básicos,
con el estrato 1 carente esencialmente de células
— pero, he ahí donde está el problema, los
disléxicos poseen montones de células en esta misma
región. Extraño decirlo, pero aun no se entiende la
razón.

Lo que sabemos es que existen diferencias
morfológicas del cerebro, entre quienes leen sin
dificultades y quienes no…

El trastorno parece originarse durante el segundo
trimestre de la gestación, cuando un grupo
pequeño de células anómalas, conocidas como
ectopias, se desarrollan en las regiones del lenguaje de la
Región Silviana.

Los disléxicos también, ha sido
determinado, que carecen de un grupo de núcleos en la
región del tálamo que se relacionan con la percepción
visual y de sonido.

Actualmente, la mayoría de investigadores creen
que la propensión al desarrollo de esas anomalías
es de origen genético, a pesar de que todos los
genes involucrados aún no se hayan
identificado.

La dislexia, como entidad, ha sido determinada, que
posee una relación con los cromosomas 6 y
15. (Véase: Dyslexia: Risk Gene Identified por M.
Noethen en Science Daily).

La importancia clínica y terapéutica de
este hallazgo aun permanece oscura.

La organización defectiva cerebral, producto del
defecto genético, ocasiona dificultades en el
procesamiento de impulsos provenientes de objetos que se mueven
rápidamente, que los ojos visualizan — y cambios
rápidos en sonidos, que los oídos
perciben.

Un reciente estudio en Italia
demostró que niños de la edad de diez años,
con dificultades para leer, ejecutaban tareas de proceso visual
rápido de manera ineficiente — si se comparaban con
otros niños sin esos problemas.

Estos últimos hallazgos poseen implicaciones
enormes para investigaciones,
acerca de causas para el trastorno, y para el tratamiento de
estos jóvenes.

Para un idioma fonético, como el inglés,
la velocidad de
asignar sonidos a las letras es vital — mientras que para un
lenguaje pictórico, como el japonés, no lo
es.

Nuestro lenguaje cae dentro de la zona intermedia de los
últimos mencionados.

El hecho de que la dislexia es más común
en varones que en hembras, puede que sea debido al hecho de las
hembras están dotadas de un cuerpo calloso más
eficiente que el de los varones, lo que les facilita el proceso
de compensar por este problema — si es que del todo, las
afecta.

Desde el punto de vista de las neurociencias y de la
psicolingüística, la dislexia — o mejor aún:
las dislexias, comienzan ahora, a ser descifradas y
entendidas.

Como hoy, finalmente, las contribuciones de Freud se
reconocen.

Las dinámicas
del proceso

Las destrezas esenciales para la lectura están
basadas en el reconocimiento de la palabra escrita como
símbolo abstracto, lo cual implica ser capaz de separar
los morfemas, como sonidos, en palabras; y asociarlas con letras
y grupos de letras
— dentro del cerebro. Las habilidades más desarrolladas
de lectura requieren asimismo el enlace, u ordenamiento de las
letras en una expresión coherente para su
comprensión (véase la susodicha frase de Chomsky).
Dado que los niños con esta condición tienen
dificultades para conectar los dispositivos del lenguaje a las
letras de las palabras, como consecuencia tienen dificultad para
entender lo que tratan de leer.

Los niños con este trastorno tienen inteligencia
normal y muchos tienen un coeficiente superior a lo normal. El
trastorno es un problema de procesamiento neural de información específica que no
está conectado con la capacidad para pensar o comprender
ideas complejas.

La dislexia o trastorno del desarrollo de la lectura
puede aparecer en combinación con otros problemas de
desarrollo de la escritura y dificultades del progreso
aritmético, como explicáramos en párrafos
anteriores.

Todos estos mecanismos involucran el procesamiento
preciso, espontáneo, y funcional de representaciones
simbólicas, para asimilar información de orden
abstracto.

En el caso de la dislexia se deben descartar otras
causas para la discapacidad de
aprender, y en particular, la discapacidad para leer, antes de
poder
diagnosticarla. (Para un análisis sustantivo de este tópico:
Biological Basis of Dyslexia: A Maturing
Perspective
en Current Science Vol. 90 No. 2
January 2006).

Las deficiencias culturales y educativas, los problemas
emocionales, el retardo mental y
las enfermedades que
afectan el cerebro (como el
SIDA) pueden todas causar incapacidades
del aprendizaje — como puede asimismo causarla la depresión
o el abuso del niño. (Para una fuente de
información abundante: Clinical Studies in
Neuro-Psychoanalysis: Introduction to a
Depth
Neuropsychology
por K. Kaplan-Solms).

Indicaciones tempranas

  • Antecedentes familiares de trastornos de
    aprendizaje
  • Dificultad para el niño de aprender a
    reconocer las palabras escritas
  • Dificultad con la fonética
  • Dificultad para determinar el significado (idea o
    contenido) de una oración simple
  • Concomitancia con problemas de escritura o de
    aprendizaje aritmético — lo que es
    infrecuente
  • Presentándose como síntoma de resistencia,
    negativismo o trastorno de conducta.

Evaluación como
método

El primer paso consiste en elaborar una historia clínica que
abarque los aspectos médicos, sociales, del desarrollo, de
la familia y
del desempeño escolar del niño.
Asimismo, son necesarios exámenes físicos y
neurológicos, seguidos de pruebas
psicoeducativas y una evaluación
psicológica. — los que generalmente son inconcluyentes
para muchos de los casos.

Tratamiento   

Los servicios de
educación
especial pueden incluir ayuda de especialistas,
tutorías individualizadas o clases diarias especiales.
Cada individuo
tiene diferentes requerimientos y se debe crear un Plan de
Educación Individualizada para cada niño. De igual
manera, es importante el refuerzo positivo, ya que muchos
estudiantes con dificultades de aprendizaje tienen una baja
autoestima.
Asimismo, el asesoramiento psiquiátrico puede ser
útil en algunos casos.

Pronóstico

Se puede lograr una marcada mejoría en la lectura
y la comprensión con la educación especial. Sin
embargo, las dificultades con la lectura pueden persistir durante
toda la vida adulta — pero, no siempre.

Complicaciones   

  • Problemas en la escuela, incluyendo
    problemas de comportamiento — un
    resultado indirecto, como reacción a la burla de otros
    niños — y pérdida de autoestima.
  • Dificultades con la lectura en la vida adulta que
    pueden ocasionar conflictos
    ocupacionales.

Prevención   

Los trastornos del aprendizaje tienden a aparecer en
familias y la dislexia es un tipo de estos trastornos. Las
familias a riesgo deben
hacer todos los esfuerzos posibles para reconocer los problemas
existentes — mejor aún es si pueden hacerlo
anticipadamente.

Cuando estos trastornos se presentan en familias sin
antecedentes genéticos, la intervención puede
comenzar en el preescolar o
el jardín infantil si los maestros detectan los primeros
signos, ya que
la intervención precoz asegura los mejores resultados
posibles.

En
resumen

En esta ponencia hemos intentado presentar la dislexia
como un fenómeno muy amplio que abarca un territorio muy
extenso en el área de la neurociencia y del
neuro-psicoanális.

Para nosotros no se limita a los entendimientos de la
psiquiatría, de la psicología, de la
lingüística ni de la pedagogía; sino que también posee
ramificaciones que la conectan con la ciencia
evolucionista, la antropología y aun la sociología.

La dislexia, como la neurociencia que la estudia, es
polimorfa en sus alcances dentro de su esfera de
influencia.

Finalmente

La dislexia no es ni enfermedad ni condición
clínica legítimamente establecida. En un
número de los casos no es más que una vaga entidad
que se utiliza para catalogar a los niños que no se
ajustan al molde que establecen las autoridades
pedagógicas y los maestros.

Históricamente, hoy se reconocen genios numerosos
cuyas vidas no fueron disminuidas por ser
disléxicos.

La dislexia y el autismo poseen un aspecto común.
Ambos rótulos — en muchos casos — son maniobras
semánticas que algunas familias de "posición"
utilizan para justificar las limitaciones que muchos de sus
miembros limitados manifiestan. (Véase mi
artículo: El autismo y condiciones
asociadas
).

Repitiendo, en clausura, que en lenguas no
fonéticas en las que se hace uso del pictograma, como en
algunos idiomas orientales, las dislexias no se reconocen del
modo para nosotros acostumbrado — a menos que el niño
aprenda simultáneamente la gramática de un lenguaje fonético
— como las investigaciones nos enseñan. (Véase:
The Tangled Wing: Biological Constraints of the Human
Spirit
por M. Konner).

Bibliografía

Suministrada por solicitud.

Dr. Félix E. F. Larocca

Partes: 1, 2
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