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Función Gonadal




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

    1. Del brinco misterioso, de la
      mente, hacia al cuerpo
    2. Síndrome de
      Klinefelter
    3. Síndrome
      de Reifenstein
    4. Síndrome
      de Ulrich-Noonan
    5. Lecciones
      destructivas
    6. Enfermedades
      sistémicas
    7. Falla
      testicular auto-inmune- Deficiencia de
      5-a-reductasa
    8. Síndrome
      de feminización testicular-

      Anorquia- Hipogonadismo secundario
    9. Tumores
      hipofisiarios
    10. Síndrome
      de Kalimann
    11. Lesiones
      infiltrantes
    12. Función
      gonadal durante el envejecimiento masculino
    13. Monitoreo
      de la terapia androgénica
    14. El
      priapismo
    15. El
      Buzón Universitario. Los beneficios de comer pescado y
      nueces
    16. Temas
      actualizados. Asuntos de salud en
      breve…
    17. Bibliografía

    Lección 45

    Donde se Habla del Brinco Misterioso
    de la Mente al Cuerpo, del Hipogonadismo Masculino, de la
    Función
    Gonadal Durante el Envejecimiento Masculino, del Priapismo y de
    Otras Cosas de Mucha Importancia…

    Entremos al aula de inmediato, ya que esta
    lección es muy interesante.

    Del brinco
    misterioso, de la mente, hacia al cuerpo

    La afamada psicoanalista Helene Deutsch, hace muchos
    años, que escribiera un artículo de índole
    más filosófica que científica. A este
    artículo le dio el mismo nombre pegajoso que damos a este
    ensayo.

    En el trabajo
    referido, Deutsch, condujo un esfuerzo teorético, para
    describir los fenómenos y las transformaciones que
    serían necesarias para que eventos
    psíquicos se convirtieran en síntomas de
    índole somática; por ejemplo, el fenómeno de
    una parálisis sin lesión neurológica, de una
    convulsión sin lesiones anatómicas o de una ceguera
    histérica.

    Para esta, nuestra presentación, hemos adoptado
    el título del artículo de Deutsch, para atentar la
    descripción del desplazamiento y la
    transformación de un instinto normal, en otro instinto de
    naturaleza
    esencialmente diferente. Nos referimos, al brinco del instinto de
    supervivencia que es la actividad de comer, al de la actividad
    sensual-sensorial, de comer por gusto.

    La función de comer, es un acto esencial para la
    preservación de la vida, ni más ni menos. Como
    actividad, debe de ser acción
    espontánea que se desencadena en respuesta a
    estímulos de orden fisiológicos, los que conocemos
    se originan en el área del hipotálamo cerebral. En
    el estado
    natural, la actividad de comer, generalmente, se inicia
    aún en ausencia de la disponibilidad de comida, se ejecuta
    tan pronto como se adquiere el alimento necesario y concluye con
    la saciedad. Animales en el
    estado
    silvestre, comen cuando tienen hambre únicamente. Animales
    que no han sido sujetos a los hábitos de la vida
    domesticada, nunca consumen comida por placer. Nosotros
    los seres humanos, por contraste, casi siempre comemos por
    placer, más que por necesidad.

    En el drama de la historia de nuestro planeta,
    hace su entrada el ser humano. Equipado con el cerebro
    más desarrollado, además de con la inteligencia
    más poderosa de la creación. Dotado con capacidades
    inventivas y con ansiedades recreativas — el ser humano emplea
    su intelecto sin par, para descubrir, sintetizar, fabricar e
    improvisar métodos
    que obtengan el fin de acrecentar los placeres sensuales que
    deriva de la estimulación de todos los sentidos con
    los que está proveído.

    Porque por cada uno de los sentidos que posee, el hombre ha
    desarrollado industrias cuyos
    propósitos son únicamente los de suministrarle
    substancias y agentes que conduzcan al goce acentuado de placeres
    sensuales-sensoriales. En lo que ahora nos ocupa, con la
    provisión de placeres orales; mediados a través de
    los manjares y de los platos que tan indiscreta y excesivamente
    se consumen.

    La ingestión, y el uso, de ciertas drogas deben
    sus tendencias adictivas a la acción de esos agentes, en
    centros de transmisiones endocrinas los cuales, en respuesta a la
    presencia de ellos, inundan la sangre con
    hormonas
    (llamadas endorfinas) que son afines al opio y a la morfina.
    Neurotransmisores éstos, cuyas acciones
    producen sensaciones muy semejantes al clímax de la
    actividad sexual. La actividad sexual; requiere los placeres
    asociados, porque ésta, nunca tendría lugar si
    careciera de los mismos. Veamos, ¿qué mujer en plena
    posesión de sus sentidos, optaría por las relaciones
    sexuales ¾ con sus posibles
    consecuencias desagradables ¾
    si no fuese por la maravilla del espasmo fugaz con que la
    naturaleza ha acoplado ese acto de preservación de las
    especies? Porque la reproducción sexual, la que (como en el
    caso del ser humano) envuelve la copulación de dos seres
    de sexos diferentes ¾ por ser
    muy costosa ¾ solamente ocurre
    en una minoría insignificante de las especies que pueblan
    este planeta.

    La actividad de comer, si se conduce, como otra forma de
    estímulo sensorial; en lugar de provocar la
    liberación de endorfinas en cantidades tenues y reducidas,
    produce una inundación copiosa y abundante de esas mismas
    substancias en cantidades excesivas, resultando en un estado de
    ánimo elevado, de estimulación sensorial, seguido
    de un estado de relajación y letargo comparable al que
    subsigue al coito normal satisfactorio. Así se sienten
    quienes se dan una hartura. (Véase mi ponencia: El
    Precio de una
    Hartura
    ).

    Pero, con la actividad sexual, no existe un
    estómago cuyas paredes se han ensanchado debido a la
    presencia de material comestible en exceso. En el caso de la
    indiscreción gastronómica, la persona paga un
    precio muy alto en otros aspectos de su economía corporal. La
    gordura es uno de ellos y la
    metamorfosis del instinto de comer en una actividad
    sensual-sensorial, semejante al uso de las drogas
    "recreativas" es el otro.

    Para perder de peso, es imprescindible que quienes lo
    intentan reconozcan y entiendan la naturaleza de este
    epifenómeno para poder
    remediarlo.

    Volveremos a dedicar espacio a asuntos de los sexos. Del
    hombre en esta
    lección.

    Partes: 1, 2

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