- El
chiste - El placer en
la neurociencia - ¿Por
qué son diferentes quienes sufren de esta entidad
diagnóstica? - El caso de
Petra
Ruggero (o Ruggiero) Leoncavallo inmortalizó con
su ópera Pagliacci ("Payasos"), y en la voz
inmortal del famoso Enrico Caruso, el destino cruel de quien a
otros divierten, haciéndolos reír, mientras que
ellos, internamente lloran.
Enrico Caruso
La risa, ese atributo único de nuestra especie,
que como el bostezo, el soñar y las lágrimas del
llanto — aún nadie ha podido explicar — pero que, sin
embargo, la neurociencia actual trata de hacerlo, como
inmediatamente veremos.
Antes de que la neurociencia lo redescubriese; Freud
exploró en detalle las raíces de ciertas emociones. La
tristeza, la angustia, la felicidad y, en el caso último
de la felicidad, cuando ésta se muta en la risa o en la
carcajada.
En su obra, publicada en el 1920, Beyond the Pleasure
Principle, él postula que el ser humano procura la
exclusión de su vida de todo lo que no le es placentero a
favor de todo lo que lo es — incluyendo aquellos placeres que
puedan ser moralmente conflictivos como el uso de drogas.
Freud mismo, no fue ajeno al uso de las drogas,
habiendo sido adicto a la cocaína
antes de embarcarse en su búsqueda de los misterios de la
mente por medio de la teoría
psicoanalítica — su idea genial.
Entre los años 1884 y 1887, Freud publicó
cuatro artículos acerca de la cocaína, incluyendo
una revisión escolástica — Über Coca
— en 1884. Como científico de su tiempo, no
existían entonces, estigmas asociados al uso propio de
sustancias químicas para experimentar. Este aspecto de su
trabajo le
permitió mencionar su habitual uso de la cocaína
que mantuvo por unos dos años.
Más tarde, Freud trató de curar a un
amigo, adicto a los opioides, con el uso de la coca, obteniendo
resultados espantosos.
Puede ser que esta trágica circunstancia, ya que
su amigo se suicidó, lo indujo a abandonar el uso de la
cocaína. No, sin antes, haber avanzado sustancialmente su
entendimiento desde el punto de vista
científico.
Además de haberlo incluido en algunas de sus
cartas a
allegados y amigos, él hace mención del uso de la
cocaína en su publicación más preciada,
Interpretation of Dreams (1889).
Pro como sabemos, no fue sólo la cocaína
lo que atrajera la perspicacia del genio.
Freud mantuvo un interés
devoto a la observación de los fenómenos de la
niñez, especialmente el significado y la aplicación
de los juegos
infantiles — tendencia que domina mucho de la neurociencia
experimental moderna.
De la niñez tuvo mucho que decir, incluyendo su
análisis clásico del primer
niño: El Caso del "Pequeño Hans". Que el
1909 nos introduce a la teoría importante de la sexualidad
infantil y de la "ansiedad de castración". (Véase:
The Standard Edition of the Psychological Works of
Sigmund Freud).
En sus estudios del juego en el
niño pre-verbal, Freud concibe que, cuando este juega,
perseverantemente, a las escondidas, — que lo que el
niño hace es que trata, de lograr — por medio de la
repetición compulsiva exitosa — dominio relativo,
para controlar las ansiedades asociadas con su sentido de
indefensión.
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