- La invasión de
Kuwait - Siguen las sanciones y las
inspecciones - El eje del mal y la Guerra contra
el terrorismo - Se forma la
coalición - Derecho
Internacional - La
invasión - La
caída de Bagdad - La
posguerra - La Zona
Verde - Saddam
Husein - Efectivos
militares en Iraq - Irak,
Petróleo y la hegemonía mundial de los Estados
Unidos (I)
En 1988, en el contexto de la Guerra
Irán–Iraq, el
ejército iraquí de Hussein utilizó armas
químicas, en concreto
gas mostaza,
sarin, tabun y VX contra la población civil, produciendo una masacre en
el ataque químico a Halabja. La ONU medió
en el conflicto y
ordenó el alto el fuego para luego continuar con las
inspecciones y las presiones a Iraq para que colaborase con las
tareas de las comisiones delegadas de las Naciones Unidas para la
verificación del desarme Iraquí. Los estados unidos de
america habian vendido las armas a Iraq durante ese periodo de
Guerra.
El 2 de agosto de 1990, tropas iraquíes
invadían Kuwait con vehículos armados e
infantería. El 16 de enero de 1991, una coalición
internacional liderada por Estados Unidos y bajo mandato de la
ONU atacó al ejército invasor iniciando lo que se
conoce como la Guerra del Golfo. El ejército iraquí
no aguantó militarmente y el 28 de febrero de ese mismo
año, se rindió. A partir de ese momento, la
Organización de Naciones Unidas,
a través de su Consejo de Seguridad, impuso
una serie de obligaciones a
Iraq, entre ellas la de la aceptación incondicional de la
destrucción de sus armas químicas,
biológicas y misiles balísticos de largo alcance
bajo supervisión internacional [2].
Además, estableció un bloqueo económico para
presionar al país asiático.
El régimen de Saddam Hussein se resistió a
colaborar activamente con los inspectores de la ONU, a pesar de
las consecuencias del embargo para la población, y de los
intermitentes bombardeos a los que el país era sometido
por parte de los ejércitos británico y
estadounidense.
Siguen las
sanciones y las inspecciones
En 1991, concretamente el 15 de agosto, el Consejo de
Seguridad aprueba [3] un sistema de
flexibilización del embargo consistente en la
concesión a Iraq de la posibilidad de exportar petróleo cuyos beneficios estarían
destinados a la compra de alimentos,
medicinas y otras materias esenciales. Este programa,
económicamente administrado por la ONU se
popularizó como el programa "petróleo
por alimentos" y se hizo oficial el 14 de abril de 1995 con una
nueva resolución [4]
En 1998, tras una crisis previa
el año anterior se produce la completa expulsión de
los inspectores internacionales por parte del gobierno del
régimen iraquí el 31 de octubre. Unos días
después, el 17 de noviembre se retracta y solicita el
regreso. Tras el informe de
Richard Butler denunciando la falta de colaboración de
Bagdad, Naciones Unidas ordena la salida de Iraq de los
inspectores.
El 2 de marzo de 2000, Hans Blix asume el cargo de
director ejecutivo de la UNMOVIC, la Comisión de las
Naciones Unidas de Vigilancia, Verificación e
Inspección.
El eje del mal y la
Guerra contra el terrorismo
Tras la Guerra de 2001 en Afganistán, el
presidente de Estados Unidos George W. Bush situó a Iraq
dentro de lo que denominó como eje del mal, un
término reminiscente al eje Eje Roma-Berlín-Tokio ó equiparable a la
cortina de Hierro durante
la Posguerra, justificando el ataque al régimen de Saddam
Hussein su pretexto de tener gran cantidad de armas de
destrucción masiva, cosa que hasta el momento no ha sido
determinado, y de tener vínculos con Al Qaeda, la misma
que EE.UU. ayudó a crear durante la guerra Afgana contra
la Unión Soviética mediante la CIA [5],
vínculos que tampoco han podido confirmarse[6], y de ser
un peligro inminente para la Humanidad.
El 29 de noviembre de 2001 se aprobaba la lista de
artículos que las próximas inspecciones
examinarían y su procedimiento de
análisis, y fijaba en el 30 de mayo de 2002
la fecha en la que se comenzaría a aplicar. Asimismo se
subrayaba la obligación de Iraq de cooperar con la
aplicación de las resoluciones. [7]
La resolución
1441
En la importante resolución 1441
[8], aprobada en la sesión
celebrada el 8 de noviembre de 2002, el Consejo decidió
dar una última oportunidad de Iraq para la
realización de las inspecciones ordenadas referidas a la
existencia de armas de destrucción masiva.
Para ello daba un plazo de 30 días a partir del
día de la publicación de la resolución para
presentar una completa declaración de todos los aspectos
de los programas para el
desarrollo de
armas químicas, biológicas, nucleares, misiles
balísticos, etc., además de decidir que Iraq no
realizaría ningún acto o amenaza contra cualquier
Estado Miembro
que adoptase medidas para hacer cumplir sus
resoluciones.
Producido el informe el Consejo se reuniría
nuevamente para examinarlo y adoptar las decisiones que pudieran
corresponder. La resolución finaliza recordando que ha
advertido reiteradamente al Iraq que, de seguir infringiendo sus
obligaciones, se expondrá a graves
consecuencias.
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