Ontogénesis de la Psiquis y del Sentido ? Debato la idea con cualquiera
- Resumen
- La Inteligencia como
pulsión y estructura - La
desestructuración de la Personalidad - La
Psiquis Social - Bibliografía
Resumen:
Habría un fenómeno de
desestructuración de la
Personalidad que ocurriría por la existencia,
además del Psiquismo Individual Natural, de una Psiquis
Social, producto de la
Cultura que
desequilibra al hombre, con
historias de profundas neurosis. Para
explicar aquélla consecuencia, se requiere de una
ontogénesis de la psiquis, a partir del análisis de la aparición de las
primeras funciones
fisiológicas de los seres vivos, que llevaron a la
necesidad de su organización generando el Instinto. Desde
allí, se sucede un desarrollo por
superación y conservación cualitativa de pulsiones
hasta llegar al rompimiento del horizonte animal, apareciendo la
Inteligencia y
el descubrimiento de la indeterminación, la libertad, la
creatividad y
el desasosiego. Luego, por necesidad evolutiva, la inteligencia
construye el lenguaje y
la estructura
social, dando lugar a la cultura. Se desarrolla una Psiquis
Individual y una Psiquis Social, esta última con los
componentes pulsionales de deseo, lo imaginario, el aparato
cultural y lo ideológico, que inciden sobre
aquéllas y produce en el hombre y en
la sociedad una
sublimación distorsionada que los desestructura. Sin
embargo, la presencia de una dirección en todo el proceso
evolutivo nos habla de un fenómeno que reestablece la
salud mental: la
presencia del Sentido, cuya aparición es necesario
investigar buscando una explicación. En relación a
esto último, vemos que la materia
inerte, que tiende al equilibrio
termodinámico disgregándose en sus componentes
más simples, produce a la vez una entropía negativa que genera la Vida, que
se resiste a la desintegración y evoluciona hacia formas
cada vez más complejas, hasta que aparece la Inteligencia.
Con ésta, la Naturaleza a
través del hombre adquiere conciencia de
sí y de todo el proceso, construyendo estructuras
inteligentes que captan, comprenden y la transforman, creando
materia inerte artificial e inmateriales como la cultura; pero
también configura problemas de
percepciones atípicas como son las experiencias
estéticas, lugar donde se supera la dicotomía entre
la Ley y el Deseo.
También se plantea fines y propósitos, imprimiendo
una dirección a sus acciones que
la trascienden, hasta descubrir que existe todo un Sentido
anterior a ella, que siempre estuvo presente y se expresó
con ella, pero que la supera imponiéndose.
1. La
inteligencia como pulsión y estructura
Consultando a personas dedicadas a la investigación, me he encontrado con que
existe la opinión generalizada, en la comunidad
científica, de que las leyes
físicas –que según el paradigma
científico vigente son la constatación de
regularidades de ciertos fenómenos observados desde la
conjetura de un marco
teórico- son un concepto que
tenemos que reformular, porque las leyes físicas no
existirían en realidad; y lo que llamamos leyes, entonces,
serían comportamientos de la Naturaleza percibidos y
ordenados sólo por nuestra Estructura
Mental.
Esto me recordó a David Hume, en su
análisis sobre la Ley de la Causalidad, que según
él, es una visión subjetiva propia del ordenamiento
discursivo de la mente. Pero nuestra organización mental,
esto es, el modo de percibir y razonar entre otras funciones de
aquélla, es una construcción de la Cultura; por lo que
sería apropiado hablar de una Estructura Mental social, o
de un determinado modo cultural de organizar la mente, lo que
implicaría aceptar -además de la existencia de una
psiquis individual natural- también la existencia de una
Psiquis Social construida por la Cultura, y que incidiría
en la
organización de aquélla teniendo además,
cierta independencia
de los individuos.
No es, entonces, que la Naturaleza no pueda ser
percibida con cierta objetividad, sino que ese concepto de
objetividad es construido por el consenso, la convención,
porque la Naturaleza no tendría un comportamiento
nómico, sino que seríamos nosotros quienes le
asignaríamos una forma, un orden, un esquema de
comportamiento, subsumiendo sus movimientos a nuestros esquemas
mentales. Precisamente, uno de los modos de estructurarla
sería a partir de los esquemas científicos
acordados, que responderían a una época cultural e
histórica dada.
La Naturaleza posee movimiento, y
como todo aquello que deriva de la Naturaleza también lo
tiene, la Inteligencia sería una especie de movimiento,
pero con una singularidad: que trata de armonizarse con
aquélla. ¿Para comprenderla?¿Para
sobrevivir? ¿Por alguna otra razón más
allá del dominio? Es muy
probable.
Bien; entonces estamos ante algo fuera de lo
común en la Naturaleza: el fenómeno de la
Inteligencia. Y digo fenómeno porque a partir de mi propia
observación, aparece como una
pulsión, una energía, una búsqueda, un
deseo, una resistencia; pero
que tiene conciencia de sí, y con la preocupación
primigenia de sobrevivir en primer lugar; adaptándose al
medio en segundo lugar, y generando, también, poder para
seguir viviendo, siempre en función de
conservar y continuar su existencia o de la especie, de lo cual
tiene clara conciencia.
He visto que una cualidad de la Inteligencia es su
capacidad de escapar -y he aquí lo grandioso- a la
Naturaleza misma, a sus formas materiales,
generando sus propias formas y complejidad, su propia estructura,
-generalmente de características puras- inventando y
sustrayendo lo substancial que construye en las cosas. Esto es,
construye toda una estructura inmaterial para comprenderse a
sí misma y comprender al mundo en una complejidad
evolutiva creciente, y esto lo ha estado
haciendo desde hace miles o millones de años. Su gran
capacidad de captación, adaptación, y
transformación del mundo, ha venido no sólo
complejizando sino también adecuando esa estructura para
entenderlo mejor. De allí que deducimos que determinada
organización inteligente capta al mundo también de
un modo determinado; y lo haría a través de una
estructura que en gran parte estaría organizada y limitada
por el pensamiento
cultural u organización mental de una época
histórica dada.
Se supone, antropológicamente, que la
Inteligencia hace su aparición a partir de cierto
desarrollo neuronal –evidenciado en el crecimiento del
neocortex en los homínidos, de cambios morfológicos
antropoideos como la mano-herramienta, postura bípeda,
cavidad laríngea mayor, etc.-, pero de todos modos este
fenómeno"inteligencia" sigue teniendo para los
biólogos, todavía un carácter holístico, global, como una
conjunción de varias funciones fisiológicas, al
punto tal de que si faltara alguna de ellas, la persona no
tendría el comportamiento inteligente esperado por
nuestros congéneres.
Es muy probable también, que el desarrollo de la
Inteligencia haya comenzado cuando el medio ambiente
hizo que los homínidos percibieran al mundo no sólo
ya como estímulo, sino fundamentalmente como problema, de
lo cual también se deduciría el desarrollo de una
previa y amplia red de posibles respuestas
que se encontrarían en su cerebro y que
superarían a las dictadas por el mero instinto, hecho que
abriría el horizonte de acciones frente a la realidad,
teniendo entonces por fuerza que
decidir la respuesta màs adecuada.
Esa gama de posibilidades llevaría a la
cuestión de la elección, y ésta a la
deliberación. Al configurar al mundo como problema, el
hombre lo percibe como tal, saliéndole a su encuentro la
indeterminación, y con ella la libertad, poniendo en
marcha una infinita capacidad creativa y un gran
desasosiego.
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