- Reclutamiento civil para la labor y la acción política.
- Capacitación vinculada con la
instrucción cívica de la comunidad y la
formación política de sus miembros. - Generación de dirigentes políticos en
condiciones de constituirse por vía electoral en
líderes o representantes legítimos. - Garantía para la vigencia de la libertad de
información, expresión y del
pluralismo, a través de la representación de las
minorías. - Secularización de la cultura
política a través de procesos de
conversión de valores,
creencias, y actitudes,
que transforman tendencialmente lo simple en
complejo. - Control político y reaseguro de la competencia
política y la alternancia en el poder. - Formulación, implementación y
adjudicación de políticas, asociado a las funciones
legislativa, ejecutiva y judicial del sistema
republicano.
Sin embargo, la realidad, lejos de evidenciar a los
partidos como instituciones
fundamentales abocadas al desempeño de dichas funciones, refleja
pálidas estructuras
carentes de financiamiento
genuino y transparente, y lo que es peor: vacías de
contenido y de participación social. ¿Qué
partidos se presentan hoy en la Argentina? La respuesta no es
sencilla, pero el grado de debilitamiento bien surge como un
síntoma de un mal que corroe las entrañas
partidarias sin excepción, al igual que la ausencia de
propuestas y la baja disciplina de
quienes participan políticamente en ellos.
A modo de clasificación ligera, es posible
encontrar en la actualidad ocho tipos de partidos
políticos, a saber:
- Partidos Movimientistas: refiere a aquellas
expresiones partidarias caracterizadas por fronteras poco
nítidas y reglas orgánicas laxas. La disciplina
partidaria es considerada en forma indirecta, en
relación a sectores diversos subordinados a un sistema
de liderazgo
fuerte y verticalista. El peronismo, a
lo largo de su historia, se
ha caracterizado por un esquema semejante, y el presente
lógicamente no constituye la excepción.
Así el Frente para la Victoria -epicentro de la
coalición oficialista- se nutre con el aporte de
organizaciones políticas
heterogéneas que responden a la autoridad
-no siempre clara- y al carisma del presidente. Así es
posible encontrar en modo satelital una constelación
pretendidamente "transversal" de partidos o fragmentos
partidarios con origen justicialista o radical, junto a
partidos de menor envergadura como la Democracia
Cristiana, el Partido Intransigente y otros, coexistiendo con
organizaciones sociales diversas como la Confederación
General del Trabajo,
organizaciones empresariales, rurales, movimientos sociales
diversos, etc. sin mayores reglas de juego que
las que surgen de un proceso
constante de articulación discrecional entre líder y bases.- Partidos que acatan las decisiones
institucionales: a pesar de su frágil
situación, operan con arreglo a ciertas decisiones
emanadas de sus cuerpos orgánicos o autoridades. Se
supone que en estos partidos el funcionamiento
orgánico constituye la base para la construcción de consensos generales
que posteriormente nutren al partido de programa.
La UCR, el Partido Comunista, o el Partido Socialista
fueron durante décadas los partidos que más
se encuadraron en este formato. En la actualidad las
decisiones partidarias institucionales resultan tan
escasas, como proclives a no ser revalidadas en los hechos
por los actores que desempeñan roles de
conducción o representación. Vale decir: no
hay casos que puedan ser considerados efectivamente
encuadrados en este subtipo, si se toma como marco de
referencia un mediano plazo. - Partidos que NO acatan las decisiones
institucionales: a pesar de contar con un despliegue
más o menos significativo en lo que concierne a sus
estructuras internas de organización, los partidos devenidos
en este subtipo carecen de disciplina interna, lo que mella
su grado de coherencia final. Es el caso actual de la
Unión Cívica Radical, que se encuentra en un
lamentable proceso de relajamiento y atomización
partidaria. Sus estructuras, a pesar de contar con
autoridades constituidas, carecen de poder como para fijar
políticas de partido que luego resulten acatadas por
sus bloques parlamentarios, prevaleciendo intereses de tipo
coyunturales, provinciales, o locales por sobre toda
expresión de carácter nacional y
federal.
- Partidos que acatan las decisiones
- Partidos Pseudo Institucionales: son aquellos
caracterizados por un funcionamiento más o menos
relacionado a prácticas impersonales determinadas por la
vigencia de cuerpos orgánicos con arreglo a cartas
orgánicas, reglamentos o disposiciones internas, y que
cuentan con ciertos mecanismos electorales internos para la
elección de autoridades partidarias y/o cargos de
representación. Al cabo de más de veinte
años de vigencia democrática, el grado de
involución es ostensible. Es que en lugar de tenderse
hacia un esquema institucional, los partidos políticos
se han alejado de este tipo de funcionamiento. Incluso aquellos
que contaban con formas semejantes hoy evidencian
organizaciones subalternas deficientes o vaciadas de
participación y funcionamiento efectivo. El desarrollo
para este tipo de esquemas fluctúa entre: - Partidos Verticales: se corresponden con
aquellos organizados bajo un liderazgo de
características exclusivas. En general, su máximo
líder es también su fundador, el cual articula un
modelo de
organización funcional basado en amplias prerrogativas y
un amplio margen de maniobrabilidad personal en
términos de pragmatismo
político. Pueden contar con estructuras orgánicas
internas, aunque éstas no necesariamente operan con la
autonomía necesaria, sino más bien como
instancias de refrendo de las decisiones de un líder que
adopta el rol de "mascarón de proa". Sus ámbitos
reales de decisión no necesariamente se corresponden con
sus cuerpos orgánicos, sino con la vigencia de "mesas
chicas" de notables que no necesariamente participan
orgánicamente en la vida partidaria. Intentan sustituir
su escasa vida interna a partir de una presencia permanente del
líder en los medios
masivos. Como ejemplo podrían considerarse a la
Coalición Cívica, de Elisa Carrió;
Recrear, de Ricardo López Murphy; Unión por Todos
de Patricia Bullrich, el casi extinguido Acción por la
República, etc. - Partidos Tecnocráticos o de Empresa: se
caracterizan por una organización partidaria interna de
baja intensidad, subordinada a una suerte de mesa directiva
conformada por un esquema de tipo gerencial en el que se
sustituye la figura del cuadro por la de un empleado abocado a
una labor de consultoría, asesoramiento
técnico, o tarea administrativa, de la que puede obtener
remuneración efectiva. El criterio predominante es el
énfasis por el dominio de lo
profesional-tecnocrático a expensas de lo
político-ideológico. No se procura aquí
contar con un despliegue geográfico permanente. En todo
caso, éste surge como consecuencia de acuerdos
coyunturales que procuran nutrir de adhesiones y votos al
partido, a través de acuerdos de adhesión
indirectos con fuerzas o fragmentos de otros partidos;
relaciones de tipo clientelar con líderes de base
territorial; o bien, acuerdos superestructurales con
líderes de variada procedencia considerados
eventualmente cercanos desde lo simbólico o electoral.
Sus propuestas a menudo son el resultado de procesos vinculados
al mundo del management, como las técnicas
no masivas del brain-storming, think-tank, o
focus-groups. Se subvencionan con aportes del mundo
empresario
nacional o internacional, aunque tambiénes frecuente la
utilización de actividades orientadas al
fundrising o captación de fondos. Una
expresión de este modelo lo constituye el partido
Compromiso para el Cambio de
Mauricio Macri. - Partidos Provinciales o Locales: corresponden
a expresiones de características regionales en los que
se enfatiza los intereses de zona por sobre cuestiones de
índole nacional, bajo una lógica que consiste en concentrarse
expresamente en lo particular como el de desvincularse de lo
general. Ocasionalmente pueden establecer alianzas o
coaliciones con expresiones semejantes, o con partidos de
perfil nacional, aunque éstas suelen ser el resultado de
objetivos
estrictamente electorales, más que de naturaleza
programática o gregaria. Dado que el interés
predominante se vincula a la obtención de resultados y a
la canalización de demandas regionales, cuentan con gran
flexibilidad para la articulación de acuerdos de mayor
porte. En todas las provincias argentinas existen partidos de
esta especie, como también en centros urbanos de alta o
media concentración poblacional. Un ejemplo lo
constituye el MOPOF (Movimiento
Popular Fueguino) de Tierra del
Fuego, o el partido vecinalista Acción Comunal de la
localidad bonaerense de Tigre, que a través de su
fundador Ricardo Ubieto, gobernó dicho municipio desde
1987 hasta su muerte, en
2006. El deterioro de la figura de partido nacional,
redundó en un crecimiento de este tipo de partidos
provinciales o municipales. - Partidos Autorreferenciados: son aquellos que
a pesar de contar con una más o menos intensa dinámica interna, no cuentan con una
inserción político-social efectiva. El
parámetro de lo ideológico resulta determinante
para la vida política, lo cual determina su alta rigidez
en materia de
acuerdos de mayor alcance, inestabilidad interna, y alta
predisposición a la fractura y atomización
infinitesimal. Las decisiones son adoptadas con arreglo a
tamices doctrinarios que ocasionalmente operan como
auténticos dogmas, que definen la pureza o la impureza
política. Con frecuencia la realidad puede llegar a ser
considerada como un producto que
debe ajustarse a la clarividencia intelectual interna, o como
reflejo de una filosofía de la historia que, como hilo
conductor, todo lo vincula. Numerosos partidos de izquierda se
ajustan a esta lógica, como el Partido Obrero, el
Movimiento al Socialismo, el
Movimiento Socialista de los Trabajadores, el Partido
Comunista, etc., aunque por cierto no son los únicos.
Desde el polo opuesto, existen partidos como la Unión de
Centro Democrático que ofrecen una situación
similar. - Partidos Horizontales o movimientos Sociales:
son una suerte de híbrido entre los casos 1, 3, 5, y 6.
Estas expresiones se caracterizan por expresar demandas
estrictamente sectoriales aunque sobre la base de un gran
déficit orgánico, y recurriendo a la
movilización social como mecanismo de funcionamiento
interno sustituto, o de presión
para lo externo. Ocasionalmente cuentan con estructuras
internas de base con eje en el modelo de asamblea, y
líderes emergentes de un esquema de acción
política directa, no intermediada por instancias
intermedias, y supuestamente en diálogo directo con las bases. Su labor
consiste en la presencia permanente de los líderes con
su comunidad o grupo de
referencia, conjugando cotidianamente políticas
asistencialistas y de naturaleza más emparentada con la
labor gremial, de protesta, y de demanda
social. Las diferentes organizaciones piqueteras constituyen el
ejemplo más característico. - Partidos "Sello": aunque son citados
aquí fundamentalmente a modo de clasificación
residual, existen en la Argentina numerosas expresiones
partidarias que, con mayor o menor despliegue político y
electoral en el pasado, carecen en la actualidad de sustento
político y social. Sin embargo, no necesariamente deben
ser vistos como neutros en materia política, dado que
pueden ser utilizados como andamiaje electoral ocasional, y
eventualmente pueden formar parte de un frente, alianza o
coalición de mayor porte a los efectos de obtener cargos
de representación y no perder personería
jurídica. A modo de ejemplo, puede citarse al viejo
partido Unión Popular, oriundo de la época en la
que el Partido Justicialista se hallaba proscripto. Hacia fines
de la década de 1950 este partido contó con la
adhesión masiva del voto peronista para la
elección a gobernador de la Provincia de Buenos Aires en
la que triunfara el líder peronista Andrés
Framini, para luego, con el transcurso de los años, ir
adoptando un comportamiento político errático,
de acompañamiento frentista, y de baja intensidad. En
2007 el Partido Unión Popular oficia de fachada formal
para la postulación a gobernador de la Provincia de
Buenos Aires, del diputado nacional y empresario de origen
peronista, Francisco de Narváez.
A la luz de lo
expresado, ¿qué conclusiones se pueden extraer?
Muchas, aunque todas lamentables. En ello el gobierno
nacional, desde su propia falta de vocación
política de modernización y cambio en materia de
reforma política debe rendir cuenta. La tan
estentórea como nula reforma política -anunciada en
tiempos no muy pretéritos por el ministro del Interior
Aníbal Fernández- quedó en un mero anuncio o
como una táctica de reclutamiento
para la concertación "plural".
Más grave aún es lo referido al
sostenimiento económico. Es que siguen siendo muy oscuros
los "procedimientos"
aplicados, en relación a los recursos del
Estado
destinados a la sustentación, lo que permite sospechar de
discrecionalidad política a la relación Ministerio
del Interior, partidos políticos. ¿Quiénes
reciben los fondos? ¿Cuándo?
¿Cuántos? ¿De qué forma?
¿Cómo dichos fondos redundan en la capacitación de sus dirigentes?
¿Cómo pueden sustentar los partidos
políticos sus campañas electorales? A estos
interrogantes deben sumarse ejercicios contables dudosos o
inexistentes por parte de muchos partidos políticos en lo
que refiere a rendir cuentas de los
fondos públicos y privados percibidos.
El panorama, como se afirmara, es lamentable. Los
partidos, pese a su trascendencia constitucional, son
cáscaras vacías condenadas a la
manipulación, la discrecionalidad y al juego cerrado
ausente de participación. Toda democracia evoluciona a
partir de la evolución de los partidos políticos.
¿Evoluciona la democracia argentina? Existen indicadores
que lo ponen en duda, como la permanente -y nunca penalizada-
deserción civil, pese al carácter obligatorio de
los compromisos electorales; la baja participación ciudadana; la doble
vía del clientelismo político; o la plena vigencia
de decisiones superestructurales de aspectos que hacen a la vida
de todos.
Un auténtico cambio necesariamente requiere un
sincero pacto de elites como puntapié inicial, que luego
procure ser legitimado a través de una creciente
participación cívica y pluralista. No parece ser
éste el camino que se transita en la
actualidad.
Esteban Crevari
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