Introducción o como quieran
llamarla:
Exenta de toda cordialidad, empecé derramando
tinta blanca sobre un papel que nada decía. Tal tinta fue
tomando un matiz importante en mi vida y pasando a ser un
color que
diese entender un mensaje impregnado en tal papel que cada vez
parecía menos procedente de un árbol.
Exenta de toda cordialidad, puedo ya justificar el
desorden que los ojos van a ver, pero la cordura pretende ser
superada por la locura, y tal camino va a ser sólo un
escrito que mucho hace, mentes construye, y mucho deshace en el
andar de las horas de lectura.
Exenta de toda culpabilidad
queda mi alma al leer
esto, aunque así quisiese yo ver brotar de aquel
árbol frutos que no tengan mi nombre, pero sí algo
de lo que escribí.
El desorden es lo que motivó tales letras,
sólo ideas que divagan en un espacio en el que el tiempo poco
importa, con tal de que la idea se conserve y pueda ser
impregnada en papel y, que por supuesto, no pretenda ser
pérfida, y mucho menos bendita. Si no sólo pensamiento.
Sólo espero que disfruten lo que yo
disfruté escribiendo.
Sólo espero que lean más del tiempo que yo
me pasé escribiendo.
Tres meses de escritura en
pocas hojas, pero el mensaje pretende ser mucho más
grande.
Y gracias a los que motivaron tales letras ser un
mensaje que quiere salir del papel y convertirse en
utopía. Aquí los nombres sobran.
Diego Mercury.
(1991)
De nuble brumosa, tiempos dinámicos y mentes
abiertas; calles planas y narices húmedas, frentes
ardientes y sonrisas excitadas; nace tal individuo un
24 de diciembre en la ciudad de Santiago.
Desde pequeño motivado por el arte, siempre
dibujando, cosa que hasta hoy hace pero en menos
medida.
Sus primeros escritos fueron difundidos en su adolescencia,
en una página de Internet. Siempre
recibía los halagos, que él decía, siempre
que lo motivaban a seguir escribiendo.
Y fue de ese modo que sacó su primera obra (hasta
ahora) llamada memoria de unos
dedos oxidados. Siempre en honor al quijote y su armadura, y
"memoria" se debía a una recopilación de los
escritos (poemas,
cuentos,
pensamientos, odas, etc) que el difundía en tal espacio de
la red. Dicho
libro se
realizó el día 24 de septiembre, aunque los
escritos ya llevaban un tiempo guardados.
Tal nombre que adoptó como pseudónimo es
en memoria a uno de los más grandes de la historia del rock (cosa que a
Diego mucho le gustaba, llegando a ser parte de 2 bandas
musicales): Freddie Mercury.
Y tal escrito ("memoria de unos dedos oxidados") se lo
dedicó a Freddie, el quijote y todos sus lectores, que
como él decía, eran los verdaderos autores de
todo.
I
Inédito.
Quisiera estar borracho,
para que mis lágrimas en vez de mar
sea el alcohol que me
adentre
en el ensueño de pensar y hacer lo que nunca hice.
Quisiera ser oxígeno, para así ser necesario
pero a la vez efímero,
ser existente pero intangible.
Quisiera ser lluvia de estrellas,
para habitar en tu morada,
ser de contrabando, y
alumbrar tus noches,
noches que te abruman la vista
o noches que te hacen buscar la luz.
Extracto de "El
Farolero".
No tengáis miedo de mí,
soy intangible para ti,
solo sigue mis pasos de luz,
el farolero en tu cruz…
II
"No todos son iguales, la ley del humano es
ser auténtico,
pero siempre esconde algo que pasa a ser parte de su estrategia"…
"Cuando los rózales sean tierra, las
lágrimas sean eternidad en el viento y para el viento,
verás lo que las bocas, con sus voces, escriben en la
intemperie el sueño de todo aquel que duerme en su
fantasía de vida… La deseada libertad"…
"Dulce aroma de melancolía,
árboles
productores de tal ironía,
frutos adoradores del eterno juego
pero que al solo nombrarlo
me recuerda sus pelos de fuego…"
"El ser que uno quiere construir va
más allá de lo tangible, es la imaginación
lo que te lleva a construir ese modelo, esa
forma de ser y actuar".
"Que las guitarras te cautiven, para que
luego con su melodía sean música eterna,
acicale la luna vuestros oídos y con su luz te guíe
hacia la tierra de
oz."
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