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La demanda de la chirimoya (Perú) (página 2)



Partes: 1, 2

VALOR
NUTRICIONAL:

Su contenido de agua es elevado. Destaca su
contenido de hidratos de carbono, entre los que
predominan la glucosa y fructosa. Es pobre
en grasas y proteínas, pero dado su alto
contenido de azúcares, su valor calórico es entre
moderado y alto. Respecto a otros nutrientes, destaca su
contenido de potasio y vitamina C. El potasio, es un mineral
necesario para la transmisión y generación del impulso
nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el
equilibrio de agua dentro y
fuera de la célula. La vitamina C
interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos
rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.
Además, la vitamina C cumple una función antioxidante. Su
aporte de fibra mejora el tránsito intestinal y beneficia a
múltiples alteraciones y enfermedades.

TABLA DE COMPOSICIÓN NUTRICIONAL (por 100 g de
porción comestible)

Energía (Kcal)

Agua (mL)

Hidratos de carbono
(g)

Fibra (g)

Potasio (mg)

Fósforo (mg)

Calcio (mg)

Ácido fólico
(mcg)

Vit. C (mg)

81

73,5

20

1,9

264

20

30

14

18

 

El fruto del chirimoyo es rico en grasas,
proteínas, sales minerales y vitamina A.
Tiene un contenido calórico significativo, dado que la
mayoría de los frutos tienen un Brix superior a
20º.

Valor nutricional de la chirimoya
en 100 g de pulpa

Agua (%)

75.7

Carbohidratos (%)

22.0

Fibras(%)

1.8

Proteínas (%)

1.0

Cenizas (%)

1.0

Grasas (%)

0.1

Fósforo (mg)

47.0

Calcio (mg)

24.0

Hierro (mg)

0.4

Vitamina A (U.I.)

10

Tiamina (mg)

0.06

Riboflavina (mg)

0.14

Niacina (mg)

0.75

Ácido ascórbico (mg)

4.30

Calorías (cal)

81.0

VENTAJAS E
INCONVENIENTES DE SU CONSUMO
:

Por su apariencia, propiedades nutritivas y sabor, su
consumo es muy adecuado para
los niños (teniendo cuidado
con las semillas), los jóvenes, los adultos, los
deportistas, las mujeres embarazadas o madres lactantes y las
personas mayores. Su contenido de fibra le confiere propiedades
laxantes.
Además, por su aporte de azúcares, riqueza en potasio y
bajo aporte de sodio, resultan muy recomendables para aquellas
personas que sufren de hipertensión arterial o
de afecciones de vasos sanguíneos y corazón.
En caso de diabetes u obesidad, conviene escoger
frutas de pequeño tamaño, por su contenido de hidratos
de carbono y valor energético.
Su contenido de potasio, deberán tenerlo en cuenta las
personas que padecen de insuficiencia renal y que
requieren de dietas especiales controladas en este
mineral.

CONSERVACIÓN:

Las chirimoyas tienen el inconveniente de que no se
conservan durante mucho tiempo y que requieren de una
manipulación muy cuidadosa.
Deben encontrarse protegidas, ya que su piel es muy sensible al tacto
y se vuelve negruzca fácilmente. Sin embargo, se pueden
consumir sin ningún problema aunque la piel adquiera dicha
coloración oscura y ceda ligeramente al presionarla.
Conviene consumirlas cuando están completamente maduras, lo
cual se consigue a los 5-6 días de su recolección,
cuando se las mantiene a temperatura ambiente, sobre una superficie
no muy fría, preferiblemente en cesta de cáñamo o
una madera ligera.
Hay que evitar guardarlas en la nevera, pues se interrumpe su
maduración. En caso de mantenerlas en la nevera para
poder tomarlas frías, ha
de ser únicamente durante el tiempo justo

El producto se define como los
frutos del Chirimoyo (Annona Cherimola
mill.
). Las variedades de chirimoyas cultivadas en la zona
proceden exclusivamente de variedades autóctonas, de las
cuales Fino de Jete representa el 95% de la
superficie de cultivo. La otra variedad que sólo representa
un 5 por ciento es la Campas.

La variedad Fino de Jete es una
selección clonal
(multiplicada vía agámica, por injerto) realizada por
los agricultores del Valle del Río Verde
desde principios del siglo XX, a partir
de diversos genotipos obtenidos a partir de semillas, que
abundaban por la zona del cultivo. La selección la
realizaron los agricultores teniendo en cuenta la calidad del producto (sabor
dulce) y la piel lisa, que facilitaba su comercialización.

LUGAR DE ORIGEN,
DISTRIBUCIÓN Y PRODUCCIÓN ACTUAL

La chirimoya es originaria de una zona que corresponde
en la actualidad al sur del Ecuador y el norte del
Perú. La provincia de Loja y el llamado valle sagrado de
Vilcabamba, en el Ecuador (California Rare Fruit Growers
Association, 1996), son los probables centros de biodiversidad. En el valle de
Vilcabamba todavía subsisten rodales silvestres de
chirimoya. El árbol y a se había extendido hacia el sur
de México, América Central y la
parte septentrional de América del Sur cuando lo conocieron
los conquistadores en el siglo XVI. Sin embargo, no fue hasta el
siglo XVIII cuando las semillas de la chirimoya llegaron a
España y Portugal, desde
donde pasaron a Italia, Egipto y Palestina, y
finalmente al resto del mundo.

El fruto se cultiva principalmente en el
Mediterráneo (Popenoe et al., 1989; Anderson y
Richardson, 1990; Sanewski, 1991). España es el principal
productor mundial de chirimoya, con unas 3 600 ha cultivadas en
el sur del país, que en 1991 produjeron 20 000 toneladas de
fruta (Sanewski, 1991).

La chirimoya está considerada como un cultivo
importante en Chile, donde se cultiva en una superficie de
alrededor de 1000 ha para los mercados internacionales,
principalmente los Estados Unidos, el Japón y diversos
países latinoamericanos (Gardiazabal, 1999). La fruta
también se produce a escala comercial limitada en la
Argentina, Bolivia, el Ecuador,
México y el Perú (Sanewski, 1991), y reciente mente
también se ha empezado a cultivar en Colombia y el Brasil.

En los Estados Unidos, se cultiva en el sur de
California desde 1871; las 120 ha cultivadas de Carpintería
producen 1 000 toneladas anuales para los mercados nacionales y
de exportación (Grossberger,
1999 y comunicación personal). La demanda supera ampliamente a
la oferta en todos los mercados
de los Estados Unidos, pues la mayor parte de la fruta nunca sale
de California, que es el único estado productor. Los
principales costos de mano de obra
corresponden a la poda, la polinización, la lucha contra las
hormigas y termitas, el riego y la recolección. Fuera de
Europa y las Américas, la
chirimoya se cultiva en África central (y de forma
experimental en Sudáfrica), Tailandia, Indonesia, Australia
y, recientemente, en Nueva Zelanda (Rasai, George y Kantharajah,
1995). Por lo general, los precios, tanto al por mayor
como al detalle, son elevados, pero los costos son altos y las
importantes pérdidas debidas a las heladas y la rajadura de
las frutas son un problema habitual. En Sudáfrica hay que
contar además con la amenaza de la mosca de la
fruta.

Pese a estos ejemplos de cultivo comercial, lo cierto es
que la mayor parte de las chirimoyas que se consumen o se venden
proceden de plantas silvestres o cultivadas
en huertos familiares. En particular, es un importante cultivo
doméstico en Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y
Venezuela. Sólo en Chile,
España y los Estados Unidos se pueden encontrar plantaciones
de chirimoyas.

Las chirimoyas se consumen como fruta
fresca. Son muy delicados y es necesario dejarlas madurar. La
forma de saberlo es presionar un poco con un dedo la piel y si
cede es que está madura. La manera de comerla es partirla
por la mitad (quitar el pedúnculo central que amarga) y con
una cucharilla ir comiendo la pulpa, tener cuidado de no comer la
piel de la chirimoya. Son muy nutritivas, poseen proteínas,
calcio y fósforo. También se pueden consumir en helados
y mermelada.

FACTORES
RELATIVOS A LA COMERCIALIZACIÓN

La mayor parte de los problemas que se han enumerado
hasta el momento están relacionados con la producción en
pequeña escala. Si la producción de chirimoya no
permite a las familias obtener unos ingresos de los que puedan
disponer libremente, su introducción en las zonas
de escasos recursos no podrán ser
socialmente sostenibles. Sin embargo, para aumentar los ingresos
agrícolas, es necesario conseguir una mayor producción
y productividad utilizando
procedimientos adecuados de
comercialización. Las deficiencias en materia de comunicaciones, transporte y procesos de
comercialización hacen difícil, cuando no imposible,
que los campesinos puedan aprovechar las oportunidades del
mercado. La mejora de los
mercados y de sus servicios (almacenamiento, transporte, etc.)
es indispensable para fomentar el comercio de productos agrícolas y no
agrícolas. La producción de chirimoyas de América
del Sur podrá destinarse a los mercados americanos, europeos
y japoneses si se cumplen estas condiciones v se adoptan los
sistemas apropiados.

A medida que comienza a ser más conocida, la
chirimoya es objeto de una mayor atención por parte de los
investigadores, cultivadores y consumidores de un gran
número de países (Grossberger. 1999). Probablemente, la
comercialización de la chirimoya se organizará en
torno a una red de intermediarios mayoristas que
introducirán, desarrollarán y crearán mercados
para la chirimoya como una fruta especial. Otra clave para el
éxito es conseguir una
colaboración estrecha entre productores y vendedores
(Caplan, 1996; Van Damme, 1998). A través de los sistemas de
cultivadores contratados, los productores y/o grupos de productores se
garantizan la venta segura de su
producción y obtienen insumos y asesoramiento de los
comerciantes. Al comienzo, los productores podrían consignar
las chirimoyas al comerciante, que les pagaría a la venta
del producto.

Sea cual fuere el cauce elegido, será necesario
elaborar una estrategia apropiada de envase y
comercialización y para ello los productores individuales y
las cooperativas de
producción deberán aglutinarse en América del Sur
para formar estructuras que permitan
garantizar la producción en el momento preciso y a unos
precios razonables, y establecer vínculos con empresas o asociaciones de
mayoristas en los países del norte. Estas estructuras
deberían garantizar también un precio justo a los productores
e intermediarios, quizá por conducto de organizaciones comerciales
equitativas. Sería deseable que los comerciantes al por
menor también cooperaran y establecieran estrategias comunes de
comercialización en los diferentes países y
continentes.

El desarrollo comercial de la
chirimoya podría verse limitado a corto plazo por la
escasez de producción,
porque su ampliación puede plantear importantes riesgos financieros a los
productores y porque la zona productiva es limitada por efecto de
las variedades y técnicas de cultivo que se
conocen actualmente. La investigación deberá
ampliar el número de zonas productivas potenciales mediante
el desarrollo de nuevas variedades. La localización de las
zonas idóneas para efectuar unas inversiones que resulten
financiera, ecológica y socialmente sostenibles puede ser
considerada como un primer paso crucial para ofrecer incentivos y conseguir que la
producción en pequeña escala sea una parte viable de
una economía rural en
crecimiento. Lo más conveniente sería que el cultivo de
las chirimoyas se hiciera con cantidades reducidas de insumos y
con variedades mejoradas que permitieran conseguir aumentos
importantes de la producción. La investigación
debería centrarse en el desarrollo de técnicas de
propagación in vitro (Castro, Cautón Morales y
Biancani, 1999), la obtención de variedades mejoradas, las
técnicas de producción respetuosas del medio ambiente, incluida la
lucha biológica contra la mosca de la fruta, la
elaboración y la reducción de las pérdidas
poscosecha.

VALOR
AGREGADO

 La disponibilidad de una infraestructura de
elaboración adecuada, con instalaciones y tecnología necesarias para mantener y/o
madurar el fruto, reduciría en parte los problemas de
almacenamiento de la fruta fresca y aseguraría la distribución de un producto
de mayor calidad y más valioso.

Pero una de las principales soluciones que propone
Cautín es incorporar a la chirimoya a la agroindustria, es
decir, darle un valor agregado al fruto en bruto, a través
de la elaboración de subproductos que presten una mejor
utilidad a los usuarios con la
misma calidad de sabor y mayor durabilidad.

En esta materia se maneja la producción de
chirimoyas congeladas como pulpa, que recién se está
comercializando en el mercado local. Es una barra concentrada, de
larga durabilidad, para repostería, postres y tragos. Otros
subproductos en estudio son el jugo de chirimoya e incluso, un
licor, que ya se produce de manera experimental en la Facultad de
Agronomía de la UCV.

Existen 19 regiones para producir chirimoya en el
Perú. En la campaña 2003 se produjeron 13680 t. Las
principales regiones productoras fueron Lima (36,3%), Cajamarca
(25,9%), Piura 8,9%), Junín (4,8%) y Apurímac (4,7%).
En Lima, la zona de mayor producción es Cumbe en la
provincia de Huarochirí. el cual es un pueblo ubicado a hora
y media de Chosica, en la provincia de Huarochirí. Su
principal actividad económica es la producción de
chirimoya. La llamada chirimoya-cumbe es reconocida por la
calidad de su pulpa y por su buen sabor. Una investigación
de Proexpansión señala que de las 13.680 toneladas de
chirimoya producidas en el 2003 apenas el 1% fue para la
exportación. El otro 99% se consumió en el mercado
interno

Los factores que pueden facilitar el desarrollo
comercial de la chirimoya son los siguientes:

 La existencia, en ocasiones, de amplios grupos
de poblaciones étnicas familiarizadas con sus
características, en muchas regiones del mundo
occidental

 La movilidad cada vez mayor de los posibles
consumidores, pues el turismo en lugares exóticos contribuye
a familiarizarles con productos que antes eran
desconocidos;

 La posibilidad de que la chirimoya pueda
resultar atractiva para la población en general como
un producto especializado étnico o exótico:

 La existencia de productores emprendedores y
comerciantes al por mayor y al por menor en las posibles zonas de
cultivo y en los lugares donde se encuentren los consumidores o
cerca de ellos

 Los esfuerzos que puedan hacerse para
seleccionar variedades mejoradas

 La investigación básica y aplicada en
diferentes niveles (privado y público) y
países

 El bajo costo de los factores de
producción (tierra, insumos y fuerza de trabajo) que confiere a
América Latina una
ventaja comparativa con respecto a otros lugares.

Una gran dificultad para conseguir un cultivo
especializado deriva del hecho de que incluso si tiene una buena
aceptación entre los consumidores, podrían transcurrir
varios años hasta que las ventas cubrieran el costo
inicial de desarrollo del producto. El sector privado duda sobre
la conveniencia de invertir en la investigación y desarrollo
de nuevos cultivos, lo cual es necesario a largo plazo y comporta
un riesgo elevado, y los adaptadores
y usuarios esperan hasta que el beneficio y los márgenes
potenciales sean más evidentes y menos arriesgados antes de
invertir en nuevos cultivos (Jolliff, 1996). Por ello, nuevos
cultivos que podrían ser viables, como la chirimoya, no se
han desarrollado hasta alcanzar el nivel de rentabilidad para el sector
privado. Por lo tanto, los gobiernos deberían financiar los
programas de mejora de los
cultivos, en lo que respecta a la selección y
fitomejoramiento, y estimular a las universidades y a los
científicos a cooperar con el sector privado.

Teniendo en cuenta, especialmente, que los costos de
oportunidad de la tierra y la mano de obra
son reducidos, que existe material fitogenético diverso para
mejorar y desarrollar nuevas variedades, y que se dispone de los
conocimientos científicos y la tecnología apropiados,
sería posible, pese a todo, conseguir que la chirimoya se
convirtiera en un sólido producto generador de ingresos.
Según Jollif (1996), la pérdida de oportunidades de
ingresos que ocasiona la falta de desarrollo de nuevos cultivos
no sólo tiene graves consecuencias socioeconómicas para
los agricultores y las zonas rurales, sino que resulta
extremadamente gravosa para los contribuyentes, especialmente
cuando se dan todas las condiciones básicas necesarias para
poder desarrollar el cultivo. Por lo tanto, el sector público, los
organismos donantes internacionales y las organizaciones no
gubernamentales deberían aunar sus esfuerzos e invertir
fondos para fomentar el cultivo de la chirimoya.

CONCLUSIONES

  • La chirimoya es aparentemente un antiguo cultivo
    domesticado. Sus semillas han sido encontradas en ruinas
    arqueológicas del Perú, a cientos de kilómetros
    de su habitat primitivo, e incluso ha sido representado en la
    cerámica pre- incaica.
    Los árboles silvestres se
    encuentran en el área de Loja, al sur de Ecuador, donde se
    encuentran matas extensas en zonas poco habitadas.
  • Un gran número de cultivares han sido
    desarrollados. Cada valle en Ecuador tiene por lo menos un
    área donde se cultiva el fruto.
  • Con una producción de 12 mil toneladas
    métricas por año la chirimoya se constituye como uno
    de los productos con un excelente potencial de
    exportación. En el Perú; la localidad de Cumbe,
    distrito de San Mateo de Otao, provincia de Huarochirí.,
    es considerada como la capital de la
    chirimoya.
  • La chirimoya del tipo "Cumbe", es la que tiene mayor
    demanda en el mercado interno por su calidad y sabor agradable,
    además de ser considerada como una fruta exótica con
    grandes oportunidades de exportación.
  • En el Perú existe cerca del 1,600 hectáreas
    de plantaciones de chirimoyo, cuya denominación
    científica es Annona Cherimola Mill y se cultiva
    principalmente en las zonas subtropicales siendo las regiones
    de Lima, Ancash, Cajamarca, Lambayeque y Junín, las que
    concentran la mayor producción.

BIBLIOGRAFÍA


http://www.infoagro.com/frutas/frutas_tropicales/chirimoyo.htm

http://www.fao.org/docrep/x2450s/x2450s09.htm

 

Giuliana Bettina Zavalaga Tejad

Centro de Estudios: Universidad San Martín de
Porres

Facultad: Ciencias Administrativas y Relaciones
Industriales

Escuela:
Negocios Internacionales

Ciclo: Tercero

Lima, Perú 18-09-2007

Partes: 1, 2
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