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Geopolítica de los desastres naturales (página 2)



Partes: 1, 2

  1. Bogotá, D.C., se encuentra ubicada ene.
    Centro del País entre las coordenadas 4,6º
    latitud norte y 74º longitud oeste, sobre una extensa
    sabana (otros dirían valle) en plena cordillera
    oriental aledaña a una gran falla geológica
    ubicada a pocos kilómetros del casco urbano,
    vecindad que implica un alto riesgo en
    caso de ocurrir un sismo de alta intensidad. Ha sido
    política del estado a
    todo nivel, no despertar el interés general de la población respecto del tema para
    evitar el pánico en caso de movimientos
    sísmicos eventuales.

    En esta gran urbe habitan siete millones de
    personas (año 2000) y es centro industrial,
    comercial y estudiantil en razón al gran
    número de escuelas, colegios y universidades
    existentes. Las amenazas y riesgos
    en la capital
    de la República por factores relacionados con
    posibles sismos deben tenerse en cuenta durante la
    planeación urbana con el fin de definir y activar
    verdaderas políticas. Por esa razón fue
    importante investigar la normatividad existente y la
    responsabilidad que atañe a los
    organismos encargados de la planeación en este
    aspecto.

    Además de los organismos de
    planeación, deben conocer y ejercer control
    aquellas entidades cuya misión es el cuidado del medio
    ambiente, la atención y prevención de
    desastres, los servicios
    públicos y afines. Catástrofes como las
    de Armero, Popayán, la Región del Páez
    en el cauca y Armenia, para no citar más que cuatro,
    dejaron serias secuelas que de manera definitiva han
    incidido en el desarrollo socioeconómico regional y
    nacional. Las conclusiones de la evaluación después de estos
    sucesos apuntan a la falta de PLANEACIÓN en materia
    de prevención y atención de
    desastres.

    Estas experiencias nos obligan a reflexionar
    seriamente sobre lo que puede representar para los
    habitantes de Bogotá un sorpresivo sismo y sus
    consecuencias si no se tienen en cuenta las medidas
    apropiadas respecto a la planeación urbana frente al
    riesgo de sismos de mayor intensidad. Frente a ese riesgo
    de sismos, por ejemplo, la vulnerabilidad física se traduce, primero, en la
    localización de la comunidad
    en cercanías a fallas geológicas activas, y
    segundo, en la ausencia de estructura sismo-resistente en las
    edificaciones (WILCHES: 1989).

    De las siete
    maravillas del mundo antiguo, dos de ellas, el Coloso
    de Rodas en el año 225 después de Cristo y el
    faro de Alejandría hacia el año 800, fueron
    destruidas por violentos terremotos (RAMÍREZ:1957). Dos de los sismos
    más fuertes de los que se tiene noticias
    sucedieron en los últimos ochenta años con
    una magnitud de 8.9 el primero en la frontera
    de Colombia
    con Ecuador,
    cerca de Tumaco el 31 de enero de 1906 y el segundo en
    Sanriku, Japón el 2 de marzo de
    1993.

    El por qué y el para qué de esta
    investigación responden a necesidades
    reales, actuales y futuras dentro del área
    socioeconómica. La planeación
    socioeconómica entre sus múltiples
    aplicaciones debe servir para concretar las posibilidades
    de prevenir tragedias que pudieran derivarse de los
    movimientos sísmicos. En virtud de lo anterior, fue
    conveniente el planteamiento de los siguientes
    interrogantes en relación con el problema de
    investigación: ¿qué sucederá en
    Bogotá en caso de presentarse un sismo de grandes
    proporciones?; ¿qué medidas de seguridad se aplican actualmente para
    prevenir una catástrofe en el Distrito Capital?;
    ¿cómo podrían responder ante una
    emergencia mayor las entidades de socorro del distrito
    Capital?; ¿cuáles son los planes en materia
    de prevención y atención de desastres para
    Bogotá?; ¿cuáles son las
    políticas del Distrito Capital sen relación
    con las normas
    de sismo-resistencia para la construcción?; ¿cómo
    pueden prevenirse y atenderse los desastres causados por
    movimientos sísmicos en Bogotá?.

    A lo largo de esta investigación fue
    posible evaluar las políticas existentes respecto a
    la planeación urbana frente e los riesgos
    sísmicos en el Distrito Capital, así como las
    actividades planeadas para reducir los riesgos ante una
    catástrofe de gran magnitud causada por
    fenómenos naturales de tipo sísmico y
    plantear alternativas y estrategias de solución aplicables en
    nuestro medio.

  2. Los sismos y
    la planeación urbana
  3. La planeación y la Constitución de
    1991

Uno de los aspectos centrales de la Constitución
Nacional de 1991 es la incorporación de la
planeación como instrumento clave para la
consecución de los fines esenciales del Estado, esto es,
servir a la comunidad, promover la prosperidad general y
garantizar la efectividad de los principios,
deberes y derechos consagrados en la
Constitución; facilitar la participación de todos
en las decisiones que los afectan y en la vida económica,
política, administrativa y cultural de la nación;
mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia
pacífica y la vigencia de un orden justo (C.N. de
Colombia).

Esa función de
la planeación se despliega en una doble dimensión:
de un lado como instrumento de racionalización de la
acción
gubernamental y del gasto
público mediante la definición de principios,
objetivos,
estrategias e instrumentos de la gestión
pública en un período determinado; de otro , como
mecanismo para propiciar una nueva relación entre el Estado y la
sociedad
civil, redefinida en términos democráticos , en
la cual el diálogo y
la concertación se conviertan en herramientas
privilegiadas en la búsqueda conjunta del desarrollo y del
bienestar colectivo.

En otras palabras, no interesa solamente obtener un
producto,
el plan; se
busca igualmente, desatar un proceso, el de
planeación
que movilice la opinión ciudadana y
que haga que el país entero en su diversidad
étnica, territorial, ambiental, de género,
organizativa y social, sin exclusiones, juegue un papel
más activo en la construcción de un nuevo ciudadano
y una sociedad de
bienestar.

Los problemas
urbanos, por el principio de la complejidad se expresan en cada
uno de los atributos de la ciudad: la tierra, la
vivienda, el transporte,
los servicios
públicos, el equipamiento y el espacio público. La
economía
es esencial para la democracia,
pues la libertad se
basa en la propiedad,
entendida en sus expresiones privadas y públicas, las
cuales se conjugan en la ciudad. Si en la polis griega
nació la filosofía, la democracia y la
política, las producciones intelectuales
más antiguas y más presentes, y si la polis
significó el conjunto de vida comunitaria,
política, moral,
cultural, e incluso económica, podemos pensar que la
ciudad contemporánea debe significar algo más de lo
que ella actualmente es: al menos algo de lo que fue la Atenas de
Pericles, quien en su oración fúnebre llegó
a mostrar cómo la polis era ante todo un estilo de
vida. Ciudades construidas a la medida del hombre con
espacios en los que se podía promover el
conocimiento mutuo, educando la mente y el carácter de los ciudadanos. Pero
también, algo distinto a lo que hoy muestran las ciudades
frente a la
globalización de la economía. Ciudades con
tamaños y densidades desproporcionadas, por fuera de toda
escala humana,
atravesadas íntegramente por esos inesperados mutantes de
nuestra época: televisores, computadoras y
demás artefactos que nos hacen creer que interactuamos
comunicativamente en el mundo globalizado como si fuera una
aldea. Ciudades, en fin, en las que se empieza a perder el
más maravilloso bien con el que están dotados los
seres humanos: la
comunicación. El problema de la ciudad no es
sólo un problema político, es un problema cultural
y filosófico ya que concierne al sentido de la vida
humana.

Ese es el reto, pensar la construcción de la
ciudad contemporánea como un mecanismo para la
construcción del nuevo ciudadano, del mismo ser que
entiende que la democracia económica es el componente de
la democracia política; en pocas palabras, una ciudad que
busque la finalidad de la polis magistralmente resumida por
Sófocles: la ciudad es la gente.

Los movimientos sísmicos y sus secuelas han
constituido a través del tiempo, hechos
de gravedad que afectan a la población desde el punto de
vista socioeconómico. Aunque por tratarse de
fenómenos naturales, es imposible evitarlos, el conocimiento
de los factores físicos que los producen coadyuvan a
prevenir los riesgos y a su mejor atención, minimizando la
pérdida de vidas y de recursos
económicos. "La vulnerabilidad física se refiere
especialmente a la localización de los asentamientos
humanos en zonas de riesgo y a las diferencias de sus estructuras
para asimilar los efectos de esos riesgos" (WILCHES: 1989:
21).

Esta tesis tiene
relación y directa con otras áreas del conocimiento
y su incidencia se prevé en asuntos pedagógicos,
científicos, teóricos, prácticos,
políticos, sociales y económicos. La experiencia en
casos de sismos en grandes ciudad, indica que la
catástrofe es directamente proporcional al grado de
alistamiento para enfrentarla y que la función de
prevención empieza con el cumplimiento de una serie de
requisitos de orden técnico que pueden y deben mejorarse
al evaluar lo conocido y aprovechar los recursos disponibles para
desarrollar esos conocimientos desde el punto de vista de la
investigación científica.

Conocedores en la materia aseguran con fundad
razón que de producirse un fuerte sismo en la capital de
Colombia, los hechos repercutirían definitivamente en el
desarrollo por socioeconómico, no solamente de la
región afectada son del País entero por tratarse
del centro político y económico nacional. Los
mapas de alto
riesgo y el crecimiento urbano desordenado, especialmente, en
áreas en las que se asientan grupos humanos de
los estratos más bajos, muestran factores de riesgo
elevados con secuelas impredecibles de enorme repercusión
en el campo político y social (LOS TEMBLORES DE
AGOSTO).

  1. El impacto social

El impacto social pasa ahora a ser una de las
preocupaciones de científicos de las áreas
básicas o físicas, así como de los
científicos sociales. Conseguir ese impacto surge como una
ansiada meta en todos los proyectos de
investigación o acción. Debe tenerse en cuenta
que el esfuerzo por alcanzar esta meta puede llevar a las
instituciones
a la adopción
de medidas precipitadas o de soluciones
cosméticas. Urge la concertación de ideas, la a de
estudios integrales y
multidisciplinarios que mediante una visión globalizante,
integrada desde el principio, permitan el desarrollo de estudios,
investigaciones y soluciones apropiadas (LAS
SACUDIDAS SUBTERRÁNEAS: 1897).

Debe evitarse la realización de estudios de
reducción de desastres
naturales que motivados por un ansia de conocimiento sobre
uno de los factores es específicos, se desarrollen
aisladamente y con metodologías que lleven a resultados
fragmentados, cuya aplicación o éxito
pueda tomarse como efectiva o adecuada para una disciplina
pero no para una meta de reducción de desastres. El
impacto social conseguido por los proyectos de
reducción de las secuelas de desastres y el abordaje del
tema que se da en sus metodologías, es uno de los factores
de mayor discusión en la actualidad. Durante un largo
lapso, el punto de vista físico ha sido el determinante
para marcar el sendero de las acciones de
prevención y preparación para desastres, a las
cuales se les ha impreso una característica fuertemente
determinista: se ha creado un ámbito de
investigación y estudio en el que las ciencias
sociales parecieran haber llegado tarde; dice Lavell (1993):
"desde la perspectiva de las ciencias
sociales (economía agrícola, sociología, geografía, antropología, ecología social,
administración, ciencia
política, derecho, etc.) no existe ninguna
institución con programas de
investigación consolidados y continuos, mientras un muy
limitado número de investigadores autóctonos,
individuales, han incursionado en este tema" (DURÁN:
1994).

Todos los proyectos de estudio deben justificarse sobre
la base de una población vulnerable a la que se ha llamado
"el antecedente social". Se busca d esta manera incorporar los
componentes sociales desde el inicio de los proyectos e
identificar los nodos y conexiones previamente, de manera que no
se llegue tan sólo a engrosar el tamaño de las
bibliotecas.

  1. Los bienes
    públicos

Para efectos de este trabajo y con
el fin de entender mejor la responsabilidad del Estado en materia
de prevención y atención de desastres, a
continuación me referiré a uno de los conceptos
más elementales y apropiados. "Existen algunos bienes que,
o no son suministrados por el mercado o. si lo
son, la cantidad suministrad es insuficiente". Un ejemplo a gran
escala es la defensa nacional y otro a pequeña escala, las
ayudas a la navegación (como las boyas luminosas). Estos
son los llamados bienes públicos puros, que tienen dos
propiedades. En primer lugar, no cuesta nada que otra persona
más disfrute de sus ventajas. Formalmente, el hecho que un
individuo
adicional disfrute del bien, tiene un coste marginal o nulo. No
cuesta más defender a un país de un millón y
una persona que defender a uno de un millón. Los costes de
una boya luminosa no dependen del número de barcos que
pasen por sus cercanías. En segundo lugar, en general es
difícil o imposible que no se disfrute del bien
público. Si colocamos una boya luminosa en una zona rocosa
para que nuestros barcos puedan navegar sin peligro, es
difícil o imposible impedir que otros naveguen por esa
zona. Si las políticas estatales en materia de
prevención de desastres y de planeación urbana
consiguen minimizar los riesgos frente a los movimientos
sísmicos, todos nos beneficiamos; no es posible excluir a
ninguna persona de estos beneficios (CADENA: 1999).

La seguridad del ciudadano y de sus bienes se constituye
en un bien público. Es el Estado el responsable de
proporcionar la seguridad ciudadana mediante la
elaboración y exigencia del cumplimiento por parte de sus
asociados, de las políticas encaminadas a proteger su vida
y sus bienes. Sería interminable enumerar la cantidad de
actividades tangibles e intangibles que en un país se
afectan por ineficacia en la prevención de desastres y en
tal virtud es conveniente reafirmar que, definitivamente, la
seguridad física frente a los riesgos sísmicos, se
constituye en uno de los más preciados y necesarios bienes
públicos.

2-PROCESO DE LA
INVESTIGACIÓN

En el desarrollo metodológico de la
investigación se consideraron dos hipótesis , teniendo en cuenta que el
desarrollo urbano desordenado representa para los habitantes de
Bogotá, graves riesgos ante eventos
sísmicos en especial, aquellos de los estratos más
bajos quienes viven en condiciones de inseguridad
por la mala calidad de sus
construcciones; así mismo, se planteó el supuesto
de que las autoridades de planeación urbana y las
entidades de socorro, pueden anticiparse a las secuelas por
catástrofes de origen sísmico, minimizando o
anulando los factores de riesgo en proporción a su
interés social y al grado de exigencia en la
aplicación de medidas sismo-resistentes.

Es conveniente advertir que esta investigación de
carácter evaluativo presenta características,
atributos, dimensiones y propiedades muy particulares en
razón de la importancia que tiene frente a las
políticas existentes en materia de planeación
socioeconómica. Fue necesario recurrir a fuentes
históricas, científicas y prácticas,
así como a trabajos especializados y a conocimientos
empíricos que del tema tiene el autor. La consulta
permanente con profesionales especializados en sismología,
geología,
geografía, historia, ingeniería y otras especialidades fue
determinante para encontrar los elementos técnicos que se
utilizaron directamente en el desarrollo de la
investigación. Así fue como resultaron las
siguientes variables:

  • Pérdida de vidas humanas
  • Usos del suelos
  • Normas de planeación urbana
  • Crecimiento demográfico
  • Compromiso de la sociedad
    científica
  • Compromiso de la sociedad civil
  • Calidad de las construcciones
    habitacionales
  • Preparación de los organismos de
    socorro
  • Incidencia en el desarrollo socioeconómico
    del Distrito Capita
  • Conocimiento de riesgos por parte de la
    población de Bogotá
  • Costos de la prevención frente a las
    secuelas por imprevisión

Fue necesario recurrir a datos
estadísticos para realizar los análisis cualitativos y cuantitativos
relacionados con el problema de investigación y en tal
virtud, se trabajaron los siguientes indicadores:

  • Pérdida de vidas en alto número y en
    forma sorpresiva
  • Heridos y mutilados con secuelas
    permanentes
  • Destrucción de obras de ingeniería
    civil
  • Destrucción y pérdida de
    viviendas
  • Pobreza absoluta en grandes masas de población
    por pérdida de todos sus bienes
  • Retrazo en los planes de desarrollo
  • Incremento del desempleo por
    cierre de industrias y
    sectores comerciales
  • Incumplimiento en las políticas del Estado por
    atención inmediata de emergencias
  • Compromisos contractuales internacionales no
    planeados
  • Aparición de nuevos cinturones de
    miseria
  • Generación de violencia
    por ineficacia del Estado para atender este tipo de
    emergencias.
  • Incremento de la indigencia

Existen en la actualidad algunos estudios sobre los
riesgos por sismos de mayor intensidad, sin embargo, no existe
clara conciencia en la
sociedad civil acerca de la gravedad en caso de presentarse un
suceso para el que no está preparada. Entre las
principales características de esta investigación
se pueden citar las siguientes:

  • Los sismos son de origen natural
  • No pueden predecirse pero sí minimizar sus
    efectos dañinos
  • Los efectos de un sismo recaen sobre la
    población más pobre en mayor
    proporción.
  • Se conocen claramente los factores de riesgo frente a
    los sismos
  • La capital de Colombia se encuentra en riesgo
    sismológico intermedio
  • Las entidades de socorro son insuficientes para
    atender emergencias de gran magnitud.

El tema investigado se resumió en cinco
capítulos cuyos títulos son los
siguientes:

  1. Los desastres y sus implicaciones
  2. La planeación y la teoría de los desastres
  3. Vulnerabilidad sísmica urbana en
    Bogotá
  4. Medio ambiente y
    cultura de
    la prevención
  5. Conclusiones y recomendaciones

3- RESULTADOS DE LA
INVESTIGACIÓN

Con el fin de dar cumplimiento a los objetivos
propuestos en la presente investigación, a
continuación se relacionan las conclusiones más
relevantes después de un análisis reflexivo y
crítico sobre una situación grave en materia de
planeación socioeconómica que involucra a un alto
número de ciudadanos colombianos, habitantes de una de las
ciudades más importantes en el concierto
continental.

No es sorprendente que mientras el número de
vidas perdidas debido al fenómeno de los sismos ha sido
reducido sustancialmente en el mundo entero, al mismo tiempo se
registra un extraordinario aumento en la cantidad de
pérdidas económicas, incluyendo daños a la
propiedad, pérdida de ingresos,
infraestructura e instalaciones y líneas vitales. De
hecho, Colombia ha iniciado a practicar procedimientos
enfocados a reducir amenazas a la vida humana y daños
personales, por ejemplo, a través de sistemas de
alerta significativamente mejorados, pero no ha alcanzado
beneficios similares en términos de pérdidas
económicas.

La acción preventiva es lo más importante
en cualquier desastre porque contempla lo que se debe hacer antes
que los hechos sucedan, sin embargo, ni las autoridades
distritales ni la sociedad civil están conscientes de esta
gran responsabilidad y sólo cuando ocurren
catástrofes naturales o antrópicas se toman
medidas, casi siempre sin planeamiento. En
los últimos desastres naturales ocurridos en Colombia, por
ejemplo, los de Armero, Popayán y el Eje Cafetero para no
mencionar sino tres, se ha podido evidenciar un verdadero caos
respecto a lo que se debió hacer, y se cometieron errores
repetitivos que a pesar de conocerse no se corrigieron. El Estado
fue ineficiente, tanto en el tema de la prevención como en
el de la atención.

Lo más elemental e importante para enfrentar un
desastre después de un sismo es tener una guía de
instrucciones y normas de lo que debe hacerse. No tener una
guía es dar palo de ciegos e improvisar en asuntos tan
graves como la viada y la muerte. La
guía para atender un desastre debe contemplar lo
relacionado con personal,
abastecimientos, apoyos técnicos, apoyos administrativos y
todos los asuntos de gobierno. Para
poder efectuar
los cálculos de necesidades y obtener los mejores
resultados en la atención de un desastre, es conveniente
realizar con anticipación las evaluaciones de riesgos y
las implicaciones socioeconómicas de las secuelas que deja
un sismo. Así se concluye de experiencias nacionales e
internacionales.

Los niños y
las personas de edad avanzada son las más afectadas
generalmente en un desastre, pues son quienes tienen menor
capacidad de defensa. Durante la repartición de
donaciones, raciones, carpas y vituallas en general, se les
dificulta hacer largas filas en razón de sus condiciones
físicas y por lo tanto, es importante hacer llegar los
pertrechos hasta los sitios habilitados como albergues o vivienda
temporal. Después de un desastre, si al las personas
damnificadas no se les ayuda a conseguir un trabajo o a reactivar
sus negocios, se
acostumbran a que se los mantenga, convirtiéndose a largo
plazo en mendigos. La actividad económica de la
región o del sitio afectado debe reactivarse para que
vuelva a su estado normal y se inserten en la economía
nacional.

Los sismos destructores de Bogotá durante los
últimos quinientos años ocurrieron en la Cordillera
Oriental, tomando como límites el
Río Magdalena y el Piedemonte Llanero. Hacia el sur y
hasta distancias de 350 kilómetros, se han producido los
sismos causantes de mayores daños. Bogotá ha sido
parcialmente destruida o averiada no sólo por sismos de
origen lejano sino también por movimientos originados en
las cercanías (ANDRE: 1884).

En relación con las actividades inherentes a la
prevención de desastres y la gestión
ambiental, es inevitable concluir que en Bogotá no han
existido organizaciones
interinstitucionales coherentes para llevar a cabo dichas
actividades. Por el contrario, se presenta una dispersión
de entidades que desde diversos sectores y a diferentes niveles
han venido ejerciendo una o varias funciones de
administración o de control de factores de
riesgo y de deterioro ambiental. El modelo
geológico-geofísico del perímetro urbano de
Bogotá y sus alrededores está conformado por dos
subcuencas: 1) La occidental, ubicada hacia el nor-occidente, 2)
la oriental, ubicada dentro del perímetro urbano y
ramificada en su parte norte por los cerros de Suba, dando lugar
a dos subcuencas secundarias, una el la parte occidental de los
cerros de Suba y otra entre estos y los cerros orientales
(BERMUDEZ: 1942).

Científicamente en Bogotá están
claramente definidas tres fuentes sismogénicas
principales:

1-. Corresponde a la zona de subducción del
Pacífico colombiano, la cual es significativa
únicamente por las características de respuesta de
algunas partes del subsuelo de la ciudad.

2. Corresponde a la fuente frontal de la Cordillera
Oriental, la cual resulta dominante en el caso de la
ciudad.

3. Corresponde a las fuentes locales

Aún cuando la amenaza sísmica para
Bogotá no corresponde a valores
extremos en el País, el riesgo sí lo es en
razón del alto grado de vulnerabilidad de sus
edificaciones, las cuales hasta hace pocos años fueron
construidas sin tener en cuenta los criterios de
sismo-resistencia. Las edificaciones diseñadas y
construidas antes de 1984 son altamente vulnerables; así
ha quedado demostrado durante la ocurrencia de sismos de baja
intensidad registrados en otras regiones del País (BALTA:
1926). La razón principal es que con anterioridad a la
puesta en práctica del Código
Colombiano de Sismo-resistencia, no existían
requerimientos claros sobre técnicas,
diseño
y materiales
sismo-resistentes.

La incorporación de los conceptos de desarrollo y
planificación socioeconómica y
física, así como la participación activa de
las comunidades, todavía es débil en la
mayoría de los organismos distritales encargados de la
prevención de desastres. En información pública se puede
concluir que el objetivo
principal de llegar con mensajes preventivos a grupos amplios de
la población utilizando diferentes medios de
comunicación impresos y audiovisuales, ni se ha
propuesto ni se ha cumplido por parte de las autoridades del
Distrito Capital.

En Bogotá los habitantes de los estratos
socioeconómicos más bajos constituyen el grupo
más expuesto a los riesgos sísmicos por cuanto sus
viviendas no reúnen las condiciones de seguridad
convenientes y porque además, se encuentran ubicadas en
sectores no recomendables para el desarrollo urbano. Adquiere
validez la primera hipótesis plantead en esta tesis. La
exigencia de las autoridades encargadas de ejercer el control en
la aplicación de las normas de sismo-resistencia, el
interés social que el gobierno distrital adopte en sus
planes de desarrollo urbano y el fortalecimiento de las entidades
de socorro, son factores que pueden y deben minimizar los riesgos
sísmicos. Adquiere valor la
segunda hipótesis planteada en esta tesis.

Las entidades de socorro De Bogotá son
insuficientes en número de efectivos y no poseen los
recursos económicos ni tecnológicos para atender un
desastre causado por movimientos sísmicos de mayor
intensidad.

4- ESTRATEGIAS PROPUESTAS

En consideración a los resultados cualitativos y
cuantitativos de la investigación realizada, el autor
plantea estrategias elementales, lógicas y posibles de
realizar con el fin de minimizar los riesgos de las secuelas que
puede dejar un sismo de alta intensidad en la capital de
Colombia.

Para efectos de conocer claramente el comportamiento
global de los suelos en
Bogotá es necesario contar con instrumentos en
profundidad, en especial para conocer la señal de las
rocas bases y
así obtener simultáneamente los registros en
superficie; este aspecto requiere de especialistas en
microzonificación sísmica y de la asignación
de recursos por parte de las autoridades distritales.

Mediante un acto administrativo del gobierno distrital
se deben adoptar políticas relacionadas con la
reglamentación urbana y la normatividad sismo-resistente a
aplicarse en cada una de las zonas definidas en
consideración al grado de riesgo, comprometiendo tanto a
los diseñadores, como a los constructores de las
edificaciones.

Es conveniente que se formulen medidas de
mitigación del riesgo sísmico en la ciudad,
particularmente interviniendo la vulnerabilidad de las
edificaciones esenciales, como hospitales, universidades, centros
administrativos, escenarios deportivos, cuarteles, centros
comerciales, centrales telefónicas y otras similares, y
las redes vitales,
para lo cual será necesario realizar estudios
específicos de vulnerabilidad sísmica y
rehabilitación que mejoren el comportamiento de los
sistemas de líneas vitales, así como las
estructuras de las principales edificaciones de la ciudad en caso
de in sismo moderado o intenso.

Preocupación permanente del Gobierno Distrital
debe ser la realización de un programa de
información pública y educativa a través de
organismos escolares y universitarios y de los medios de
comunicación, mediante la capacitación a nivel comunitario. Que, sin
alarmar, socialice la información y las formas de actuar
en caso de terremoto. Este programa debe ser continuo y
sostenible para garantizar su efectividad.

En razón a las estimaciones de daños,
pérdidas y en general de las consecuencias de un sismo
moderado o fuerte en la ciudad, es urgente la elaboración
de planes de emergencia y contingencia específicos para la
atención de la población. Así mismo debe
preverse la atención a los requerimientos de los servicios
públicos interrumpidos y especialmente, la forma de
rehabilitarlos y recuperarlos.

La autoridades y organismos responsables de la
prevención y atención de desastres en
Bogotá, deben elaborar y difundir planes
específicos de rutas de escape, refugios temporales,
centros de atención médica de emergencia, organización de campamentos para
damnificados, centros de recolección y distribución de ayudas, cementerios
improvisados, centros de información pública y
todos los asuntos que se consideran importantes para atender un
desastre originado por movimientos de la tierra.

El Gobierno Distrital por intermedio de la
Secretaría de Educación y de los
organismos de socorro, deben propender porque las normas de
prevención de desastres se inserten en los programas
académicos en las diferentes escuelas, colegios y
universidades del distrito capital.

En el área de educación no formal, las
acciones deben orientarse a promover la realización de
eventos de integración e intercambio entre grupos de
interés sobre los riesgos sísmicos en
Bogotá. Es importante la realización de seminarios
y talleres a nivel de comunas y barrios, dirigidos sobre todo a
la comunidad que, previa evaluación, se considere
más expuesta, así como a periodistas y estudiantes
de carreras afines.

Incluir programas y acciones específicas para
mitigación de riesgos en los planes de desarrollo debe ser
una meta de las autoridades distritales, con el apoyo de las
autoridades locales (comunas y barrios) y con el concurso de la
ciudadanía como un todo, en la
búsqueda del desarrollo
humano sostenible.

Loa planes de emergencia y de contingencia que se
elaboren por parte de cualquier organismo oficial o privado deben
como el más importante aspecto, la realización de
simulacros. La práctica repetitiva de lo que se debe hacer
para enfrentar un desastre se convierte en el fundamento de la
cultura preventiva y de atención a la que debemos
acostumbrarnos los habitantes de Bogotá por las
características expuestas en esta tesis.

Los organismos de socorro de Bogotá deben contar
con los apoyos necesarios por parte del gobierno local,
independientes de los apoyos del nivel nacional, con el fin de
mantenerse al día en cuanto a recursos humanos,
económicos y tecnológicos.

Se considera de vital importancia el desarrollo de la
Ley 99/93 y en
especial de su artículo 102 con el fin de suplir la
necesidad de especialistas de la Defensa Civil
Colombiana, capacitados para prevención y atención
de desastres. De darse este paso, el Distrito Capital, y por
ende, el País entero, podrá contar con el
número suficiente de personas preparadas para proteger sus
recursos
naturales y para actuar apropiadamente en caso de
catástrofe.

Se considera de vital importancia que por primea vez en
su larga vida, Bogotá, la ciudad entera participe de un
simulacro general bajo la dirección de sus autoridades y de los
organismos de socorro. Esta actividad implica desarrollar con
anterioridad programas de educación formal y no formal,
evaluaciones de riesgos, inventarios de
necesidades y sobre todo, crear conciencia de la cultura
ciudadana para la protección de su vida y de sus bienes,
minimizando los riesgos sísmicos.

A nivel de la academia es conveniente incrementar la
investigación en asuntos afines a la actividad
sísmica y muy especialmente a la mitigación de los
riesgos en toda la estructura
social, teniendo en cuenta la importancia del tema y su
influencia socioeconómica de cara al desarrollo.
Bogotá es una de las ciudades más importantes del
mundo y sin embargo se encuentra claramente rezagada desde el
punto de vista tecnológico en prevención y
atención de desastres, especialmente de origen
sísmico.

BIBLIOGRAFÍA

ANDRE, Eduardo. Viaje a la América
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José Luis Cadena Montenegro Ph.D

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