Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La educación en la República (página 3)




Enviado por danroli70



Partes: 1, 2, 3

LA EDUCACIÓN EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO
XX

El desarrollo de
la actividad educativa en este segundo medio siglo ha sufrido
diversas transformaciones, casi de acuerdo a cada gobierno, dado
que ha habido una evidente desorientación en cuanto a
la
organización de la educación como
sistema y
también porque, en determinado momento (1968), surge la
percepción clara acerca de la importancia
que tiene formación escolar para la orientación de
la sociedad.

Educación bajo el gobierno de
Odría

La situación de la educación durante el
gobierno del general Manuel A.

Odría podría decirse que recibió un
trato especial. En 1 949 la inversión fue Al de S/. 13 825 555 y se
creó el Fondo de Educación Nacional con objeto de
asegurar un financiamiento
constante para las obras escolares. Así, se decidió
la inauguración del sistema de las grandes unidades
escolares, de las cuales se proyectaron, inicialmente, cuatro en
Lima y una en Ica, destinadas albergar dos turnos, uno en el
día y el otro en la noche, dado que las clases diurnas
eran en la mañana y en la tarde. Se prepararon estas
edificaciones para dar acogida, posiblemente, a unos 2 000
estudiantes, pero, a partir del primer gobierno del arquitecto
Belaunde estas construcciones empezaron a sobrecargarse con animo
de dar cabida a todos los escolares, pero sin habilitar nuevos
locales. Las unidades escolares fueron concebidas con amplias
áreas verdes, patios, etc. a fin de dar los ambientes
adecuados para estudio.

También se atendió la instrucción
técnica, mediante la creación de
politécnicos y colegios industriales en Iquitos, Huanuco,
Huaraz, Carhuaz, Cajamarca, Yurimaguas, Cerro de Paseo, Chiclayo
y Sullana, por cuanto se intentaba formar nueves polos de
desarrollo al interior del país y para ello era necesario
contar con personal
preparado. Se erigieron colegios nacionales en Tacna y Talara,
para tratar de contener la influencia de los países
vecinos a través de la educación que se
ofrecía en los pueblos fronterizos. Se abrieron escuelas
de segundo grado en Talara y Cerro de Pazco y se proyectó
la futura construcción de grandes unidades escolares
en Cusco, Trujillo y Huaraz. Paralelamente, se atendió la
instrucción militar al establecer los colegios de Arequipa
y Huancayo.

Todo esto hubiera tenido menores resultados, si el
ministro de Educación, general Juan Mendoza
Rodríguez no hubiera previsto la puesta en marcha de
acciones
complementarias, como fue el establecimiento de un fondo del
texto escolar,
con la finalidad de poder dotar a
los 974 263 alumnos de los libros
necesarios para el estudio. Además, se quiso que estos
textos fueran de "… inspiración en motivos nacionales,
sin descuidar su finalidad humanista y cultural" Hubo, sin
embargo, un defecto grave: se exigió un texto oficial para
Historia del
Perú y para Geografía, lo cual
limitó las posibilidades de conocer ni de una
opinión sobre estos temas y el profesor no
podía alejarse demasiado del texto por la supervisión del Ministerio.

La habilitación de materiales
educativos a los alumnos de los colegios estatales
comprendió también los demás útiles,
como el caso de los cuadernos y se dotó, además los
colegios de gabinetes de Física y laboratorios
de Química.
Para las escuelas del interior, de tipo agropecuario, se les
consiguieron tractores. Incluso, a algunos de los planteles de
las ciudades se les dotó de proyectores de cine.

Hubo preocupación por la educación rural;
así, se dotó de escuelas de primer grado a las
comunidades indígenas, lo cual supuso desde la
provisión de los locales, el mobiliario, los útiles
y, lo que resultó más difícil, hasta de
maestros, pero a nivel de formación de profesores se
observaba que no los había con la preparación
adecuada para el servicio en el
interior; por ejemplo, muy pocos hablaban quechua y menos aun
estaban familiarizados con las faenas agrícolas. A pesar
de todo, en 1969 se inauguraron 108 escuelas con 82 maestros. En
provincias funcionaron colegios industriales para mujeres,
además de los de Juli, Puerto Maldonado y Yurimaguas, los
de Cusco, Arequipa, Ica y el distrito de Magdalena del
Mar.

Para 1951 la acción
educativa siguió creciendo: se establecieron 229 escuelas
primarias y se les dotó de 440 maestros, también 11
escuelas urbanas de segunda para varones y 4 escuelas para
mujeres. Se insistió en la educación rural y se
dispuso la apertura 18 escuelas para varones y una para mujeres.
Esta diferencia es comprensible por la menor importancia que se
le da en el campo a la educación de la mujer, en esta
oportunidad, el gobierno se adapta a esta práctica,
posiblemente, para dedicar el esfuerzo que se perdería por
el ausentismo femenino, a labores más
productivas.

A los núcleos escolares de Cusco y Puno se les
dotó de 7 ómnibus y proyectores de cine y se
proyectaron 6 nuevos núcleos. A esto se agregó la
creación de secciones industriales en colegios nacionales.
Anualmente, también, se repitió la entrega del
material necesario para el funcionamiento completo de los centros
educativos. Así, se quiso que todos tuvieran equipos de
física, química, anatomía, diccionarios,
pianos, proyecciones, instrumentos
musicales, máquinas
de coser y escribir sobre todo para las grandes unidades
escolares. Materiales que años después se
demandarían de las asociaciones de padres de familia, como
colaboración con los colegios.

Se quiso completar el aspecto educativo con el mantenimiento
de buenas condiciones de salud, por lo cual se
dotó de gabinetes dentales a las grandes unidades:
Melitón Carbajal, Tomas Marsano, Emilia Nosiglia, Miguel
Grau, General Prado y San José de Chiclayo y al Colegio
Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.

Las bibliotecas
escolares estuvieron, igualmente, en las miras del gobierno,
así como la ampliación de los Institutos
Industriales que subieron a 8. Se incentivó la música y en especial
el folklore, por
lo cual se abrieron escuelas regionales de Música en Piura
y Cusco.

Otros centros educativos que se construyeron dentro del
modelo de las
grandes Unidades Escolares fueron: Inca Garcilazo de la Vega en
el Cusco, San Luis Gonzaga en lea, Mercedes Cabello de Carbonera
y Ricardo Bentín en Lima, Además se instalaron
talleres industriales en los Institutos Industriales. En Huanuco
se establecieron el Colegio Nacional Leoncio Prado y el Instituto
Industrial Hermilio Valdiz y estuvieron proyectados algunos
más.

Aparte de la obra material para la infraestructura, el
28 de noviembre de 1950 se dio el Reglamento de Educación
Secundaria, con la finalidad de ordenar el funcionamiento de este
nivel.

Para 1953 se constató que los Jardines de la
Infancia (hoy
Centros de A Educación Inicial) habían aumentado a
144, número insuficiente para todos los niños
en la ahora llamada "edad preescolar",
pero comprensible con esos años ya que el paso por los
"Jardines" no era prerrequisito para el ingreso al nivel de
Primaria. Era un avance, pero muy pequeño.

En cuanto a la Instrucción Primaria, se mantuvo
en cinco años, pero se, establecieron planes
experimentales en unas 350 escuelas con 110 000 alumnos, para
determinar "el mínimo de conocimientos que el educando
debe adquirir y la clase de
aptitudes y habilidades que deben desarrollar en cada uno de los
anos de la educación" .Se quería hacer m
funcionales los estudios, aunque esto, a la larga, sólo
significaba dar una instrucción in elemental, la cual
contribuiría a marcar las diferencias con los colegios
particulares.

Las escuelas primarias aumentaron en 216, con 746
profesores. En provincias se presentaron problemas para
poder mantener escuelas de niños y niñas por
separado, debido al poco alumnado, por lo cual se pusieron un
funcionamiento escuelas mixtas, pero sólo hasta segundo
grado. Pues luego se prefirió que siguieran separados. El
volumen total
de escuelas llegó a ser este año de 11 720; el
número de maestros del nivel alcanzó a 26 942 y el
de alumnos subió a 1 200 000.

Se atendió en esta oportunidad a las variaciones
que se producían entre cada región (costa, sierra y
selva) y se les dio las particularidades correspondientes a cada
escuela
según su destino, pero se introdujo además otro
elemento diferenciador en base al número de
alumnos.

El gobierno tuvo cuidado de incentivar a los pueblos a
tener iniciativas para las obras comunales, en este caso para la
Educación, lo cual le permitía reducir sus inversiones de
ayuda en algunos pueblos e invertir ese ahorro en
otras localidades cuyos recursos fueran
menores.

También se hizo referencia a las escuelas
fiscalizadas, que eran las que sostenían los empresarios
en los centros de trabajo, para
tener cerca a su personal. Este tipo de escuelas llegó a
contar con 617 establecimientos que requerían 1 188
maestros. En 1953 se habían creado 12.

La Educación Secundaria bajo Odría se
quiso reformar, y para ello se estableció una
comisión con profesores universitarios, de escuelas
superiores, de secundaria y padres de familia, para estudiar las
propuestas de reformas. Mientras tanto se continuaba abriendo
nuevos colegios, tanto de hombres, como de mujeres, tales como
los de Piura y Chincha para mujeres, la G.U.E, Teresa
Gonzáles de Fanning, Mariano Melgar que se abrió
primero en Lima y luego en Arequipa; Mariscal Oscar R. Benavides
en Iquitos, Miguel Grau en Piura y Santa Isabel en
Huancayo.

La Educación se estableció que fuera de
cuatro años para los varones y de 3 para las mujeres;
habría secciones post escolares para perfeccionar esta
preparación en las mujeres. Entre las especialidades que
se consideraron para los varones estuvieron: automotores,
carpintería, construcción, mecánica, electricidad,
metalurgia,
minería,
instalaciones sanitarias. Hubo nuevos planteles como el Instituto
Industrial Mariano Melgar, dentro del local de la Gran Unidad
Escolar de ese nombre, lo mismo se hizo para la GUE Emilia R. de
Nosiglia; en la San Luis Gonzaga de lea se fundó el
Instituto Nacional de Comercio, etc.
Es decir, se aprovecharon las nuevas infraestructuras para
ampliar la educación técnica y poder impulsar la
futura industria.

Entre 1942 y 1952 el alumnado promedio anual giraba
alrededor de los 17 846, pero al año siguiente aumento a
20 161 y el número de maestros también subió
de 1662 a 1834.

La Educación rural, habitualmente descuidada, se
inicia con mayor fuerza en
1950, cuando se intenta la integración definitiva del hombre de la
sierra y de la selva a la cultura
occidental. Para esto se crea la Dirección de Educación rural y se
establecen nuevos núcleos escolares campesinos, como la
escuela central con campos de cultivo, granjas y huertos
escolares, talleres de arte e industrias
rurales y alrededor de 10 pequeñas escuelas semejantes.
Este sistema llegó a los adultos y a los adolescentes,
en el hogar y en la comunidad.

Los núcleos rurales que se llega ron a instituir
fueron 37, distribuidos: 20 en Puno, 2 en Apurimac y Ayacucho,
Sen Cusco, 2 en Huancavelica y 1 en Ancash. La infraestructura en
estos casos adquirió características peculiares,
por cuanto era imposible concentrar en un solo lugar a la
población escolar, de esta forma se
consiguieron equipos rodantes y móviles.

En la selva se llegaron a instalar 11 escuelas
experimentales bilingües para aguarunas, amueshas, cashibos,
picos y yaguas. El personal docente lo constituyeron los nativos
alfabetizados y entrenados mediante cursos especiales dado que
resulta casi imposible que otro tipo de maestros pueda
aprenderlas lenguas de la selva. Es preciso sí, destacar
en estos años la discutida labor realizada por el
Instituto Lingüístico de Verano que ha tenido
proyectos
durante largos años en estas localidades y ha logrado
índices de alfabetización que no pueden ser pasados
por alto.

Asimismo, se ha dado importancia a las escuelas
prevocacionales tanto en la ciudad como en la zona rural. Esto ha
requerido la apertura de unas 97 escuelas con 887 maestros en las
poblaciones donde los estudiantes necesitan ser orientados de
acuerdo a sus aptitudes, a fin de que no todos intenten probar
suerte en las universidades y en las carreras ya tradicionales
que suelen estar saturadas.

A nivel rural se abrieron escuelas para la enseñanza agropecuaria a nivel superior de
la Primaria, lo mismo que escuelas de preparación para
actividades industriales, de acuerdo a las inclinaciones
individuales.

Con el gobierno de Odría se iniciaron los
primeros movimientos de atención a los niños excepcionales.
Para esto se organizaron escuelas especiales e instituciones
de experimentación educativa para niños con
debilidad física y mental. Así, llegaron a
funcionar 16 escuelas de Educación
Especial con 181 maestros, incluido el Instituto Nacional del
Ciego y las escuelas de Niños de Barranco y de Arequipa
Hubo, sin embargo, serios problemas para el funcionamiento de
estas escuelas, debido a que no había centros de formación
de maestros para niños especiales y eran los mismos
maestros de Primaria, los que tenían que hacerse cargo de
los centros y de las aulas con niños con estos tipos de
problemas, pero guiándose sólo por la
intuición. Será sólo hacia mediados de los
años de 1960 cuando empiecen a gestarse estos estudios,
pero llegan a tener ya un cierto desarrollo avanzada la
década siguiente, por cuanto se abren post grados o
segundas especialidades en universidades como la Nacional de
Trujillo, la Universidad
Femenina del Sagrado Corazón
(Unife) y la Universidad de San Marcos También la
Universidad Católica abrió estudios para la
enseñanza de sordos, pero no dentro de la Facultad de
Educación sino en un instituto anexo: CEFAL (Centro
Feniano de Audición y Lenguaje).

En este período se proyectó y llevó
a efecto la construcción del Instituto Pedagógico
Nacional de Varones y de Mujeres en el Km. 26 de la Carretera
Central, pero luego se trasladó a Chosica, y tomó
el nombre de Enrique Guzmán y Valle, que luego se
convertiría en universidad y que se conoce como La
Cantuta. La inauguración fue el 6 de julio de 1953 y
comprendió la formación de normalistas urbanos,
profesores de segunda enseñanza y profesores de
educación técnica.

En el gobierno siguiente, segundo mandato de Manuel
Prado se continuaron las obras educativas anteriores, pues fue
política
de Prado no dejo inconclusas las obras iniciadas. Por esta
circunstancia se llevó a cabo la reforma de la segunda
enseñanza y se estableció la separación de
la Educación Secundaria, en los dos últimos
años, en Ciencias y
Letras, a fin de ir orientando vocacionalmente a los estudiantes
hacia las áreas que les resultasen más atractivas o
para las cuales tuvieran mayores habilidades, pero resultó
prematura tal división, pues los escolares llegaban a esta
cumple elección cuando apenas tenían entre 14, 15,
o a lo sumo, 16 años, cuando no tenían la madurez
intelectual necesaria para decid ir su futuro
profesional.

Esta reforma trajo consecuencias mayoritariamente
negativas, pues los alumnos de Secundaria no salían
preparados para el trabajo ni
tampoco para la universidad, pues quienes habían seguido
Ciencias sólo podían presentarse a carreras de
Letras y los de Letras podían tentar sólo el
ingreso a Ciencias y ambos llegaban a retrasarse por la menor
preparación en el área no estudiada en el colegio.
También puede decirse que bajó el nivel de los
estudios porque se simplificó exageradamente el rudimento
de Ciencias o de Letras que, de todas maneras, recibían
los alumnos en los tres primeros años de Secundaria, para
que tuvieran un barniz de las materias que no iban a profundizar.
Creemos que esta separación no incidió, mayormente
en la definición vocacional, antes al contrario, fue
durante los estudios superiores cuando con cierta frecuencia los
jóvenes descubrían su verdadera vocación, la
cual no siempre coincidía con la elegida.

La Educación en el primer gobierno de
Fernando Belaúnde

En este régimen sí hubo un cambio de
rumbo en la Educación. Se partió de un principio
que en sí mismo no sería discutible: nadie debe
quedar sin escuela. Sin embargo, no se tuvo en cuenta que para
dar cumplimiento a este axioma era necesario destinar un mayor
porcentaje del presupuesto, era
necesaria la construcción de locales escolares adecuados y
había que preparar profesorado ad hoc, ya que los maestros
no pueden salir de improvisaciones. Lamentablemente, esto fue lo
que ocurrió. Se exigió que se recibieran más
alumnos de los que realmente podían contener las aulas y
éstas terminan ron con cerca de 60 alumnos. También
se trató de formar docentes
abriendo Escuelas normales en todas las provincias y muchos
distritos, pero no se cayó en la cuenta de que se
requería profesores adecuados al nivel de la formación
de maestros, y al no existir éstos ingresaron a la
docencia
quienes apenas estaban capacitados para la enseñanza
escolar, a veces simples egresados de la Secundaria y en
ocasiones sin haberla siquiera terminado. Fue una carreta
desenfrenada para graduar normalistas que cubriesen las plazas
que se requería, por el afán de cumplir la de que
no debía quedar ningún niño sin
escuela.

Los resultados de esta política pronto se dejaron
sentir: numéricamente resultó impresionante la
manera como aumentó la población escolar y el
magisterio, pero cualitativamente los avances dejaron mucho que
desear. La universidad resultó considerablemente afectada,
pues decayó bastante el nivel del estudiante y se cerraron
las puertas de las universidades a los alumnos menos preparados.
También se reflejó en el nivel cultural de la
población, en los distintos oficios como en el periodismo,
guías de turismo, empleados, etc. El
caso más lamentable fue el de los cursos de
actualización magisterial, donde, en oportunidades,
había que empezar por proporcionar las bases más
elementales de la especialidad del docente, Esta condición
del profesorado explica en parte la politización que
empezó a presentarse en este gremio y que permitió
la organización de los sindicatos,
especialmente el sindicato
clasista: SUTEP.

Población Educativa entre 1963 y
1968

De acuerdo al cuadro anterior la Primaria habría
crecido en un 41%; la Secundaria en un 127%; la Técnica en
99,7%; y la Formación Magisterial en un 179,8% sin
embargo, los efectos de ese crecimiento no mejoraron el nivel
cultural o profesional de la población.

Belaunde, en su Mensaje a la Nación
de 1968, hizo presente la construcción de nuevos edificios
escolares, pero buena parte de lo que se llegó a edificar
no fue tanto graciosa la financiación esta tal, sino al
esfuerzo de las mismas comunidades, en parte alentados por
Cooperación Popular, pero más que nada por la
iniciativa de los pobladores. También hay que
añadir que algunas de las obras que se inauguraron ya
habían sido adelantadas en los gobiernos anteriores. Las
obras chic menciona como puestas al servicio en estos años
son: el Colegio Regional de Chimbote con un costo de S/.
16000000; la G.U.E. Juana Cervantes de
Bolognesi, en Arequipa, cuyo monto superó los S/. 10 000
000; la C.U.E. de mujeres del Callao; la segunda etapa de la
G.U.E. Santa Ana de Chincha; la Escuela Normal San Juan Hosco de
Puno y algunos otros colegios nacionales y aulas de Primaria en
diferentes partes del país.

El presupuesto invertido en Educación
alcanzó el 5,8% de la renta nacional, que según lo
subraya Belaunde fue niós alto que en el resto de América, pero en cambio fue inferior a lo
invertido en gobiernos anteriores, como en el caso del general
Odría. En remuneraciones se
invirtió en 1968 SI. 5 315 000 000; en Primaria los
gastos llegaron a
SI. 3 286 000 000; en Secundaria común se invirtió
5/. 1153 000 000 y en Secundaria Técnica SI. 476 000 000;
en Formación Magisterial el monto fue de S/. 144 000 000 y
para Universidades e instituciones culturales nacionales y
privadas se destinó sólo 5/. 1 682 000 000, que
equivalía al 23% del presupuesto del ramo, pero esto
comprendía Museos, la Casa de la Cultura, las
universidades que bajo su gobierno se incrementaron hasta el
número de 27, el Conservatorio Nacional de Música,
etc.

Se dio importancia sí al problema del analfabetismo
y se Organizo planes de alfabetización de adultos, para lo
cual se hizo una programación con población
indígena en 7 zonas estratégicas del país:
el valle del Mantaro, l3ombón, Puno, Sucuani, Andahuaylas,
Cangallo y Callejón de Huaylas, para lo cual se
consiguió el respaldo de las Naciones Unidas.
Se proyectó un plan de
alfabetización funcional de adultos, ampliado e
intensificado a partir del mes de octubre de 1967. En esta
acción se involucró a los alumnos de los
últimos años de Educación Secundaria, de las
Escuelas Normales y de las Universidades, pero no se hizo una
evaluación de los logros alcanzados;
además, antes del año se produjo el golpe de Estado
del general Velasco, con lo cual cambió toda la
política educativa.

Se proyectó también, aunque no
llegó a tener pleno cumplimiento y sus resultados
serían discutibles, la educación descentralizada,
lo que luego podría considerarse como Educación
informal, consistente en la realización de cursos,
seminarios y otros eventos
organizados por las direcciones regionales con objeto de
complementario, en casos, reemplazarla educación
escolarizada y los cursos regulares para docentes. Otra
iniciativa fue la de colegios regionales, intermedios entre la
secundaria y las universidades, que cabría considerar como
lo que en la Reforma Educativa siguiente fueron las Esep. Los
colegios regionales podrían tener también secciones
de Flumanidades y los primeros debían organizarse en
Chachapoyas y Tumbes.

La Educación durante el Gobierno
Revolucionario

El 2 de octubre de 1968 el presidente Fernando Belaunde
Terry nombra va a su nuevo gabinete, en el cual figuraba como
ministro de Educación el doctor Augusto Tamayo Vargas
cuando en la madrugada del día 3 el general Juan Velasco
Alvarado tomaba el poder y. pasando de inmediato a reemplazar al
Consejo de Ministros por un gabinete netamente castrense donde el
ministerio de Educación le correspondió al general
de brigada Alfredo Arrisueño Cornejo, quien
resultaría absolutamente novato en el ramo, pero la
política del sector la manejarían los asesores
civiles, es decir Augusto Salazar Bondy y Walter Peñaloza
Ramella, quienes plantearon una reforma de la Educación
con miras cambiar a través de ella la concepción de
la sociedad, pues se intentaba un cambio radical de estructuras y
para ello el pensamiento de
las nuevas generaciones debía estar ya preparado para
aceptarlas.

Al ir definiendo el gobierno revolucionario las reformas
que pensaba realizar, más allá del Plan Inca que
pudo ser elaborado durante el proceso del
gobierno revolucionario o concebido antes, era evidente que la
Educación tenía que formar parte fundamental del
movimiento y,
sobre todo, el maestro debía ser concientizado para la
aplicación de la reforma, que iría más a lo
ideológico que al aspecto mismo de los contenidos
científicos de la enseñanza.

Antes de entrar propiamente al aspecto de la reforma
hubo algunas disposiciones que empezaron a inquietar a maestros y
alumnos, pues el 23 de junio de 1969 se dio un decreto-ley por el cual
se reafirmaba la gratuidad de la enseñanza sin
excepción, en los planteles del Estado, pero
en Secundaría común y técnica y en
Formación Magisterial se suspendería ese beneficio
en el caso de ser desaprobados en dos o más asignaturas,
pero se recuperaba la gratuidad al subsanarse el problema y se
aceptaba tener un curso des aprobado. Más adelante, sin
embargo, esa severidad desaparecería. Por su parte los
maestros manifestarían su descontento por las reiteradas
declaraciones del ministro Arrisueño referentes a que los
sueldos se mantendrían congelados por no haber fondos para
aumentos. Así se llegó a setiembre de 1970 y el
día 7 se hizo público un Informe General
sobre la reforma de la Educación, en el cual se analizaba
la situación de la sociedad peruana en este aspecto,
subrayándose la existencia de un aumento del
analfabetismo, el abandono a los niños de menores recursos
económicos, el hecho de estar el sistema
educativo dirigido sólo a una minoría, a cine
la educación no incentivaba la información de una conciencia
nacional y que era sólo intelectualista y academizante,
además de mantener el método
memorista que venía de siglos pasados.

Se señalaba que los fines de la política
educativa del gobierno eran: "… crear una educación para
el trabajo y el desarrollo; una educación para la
transformación estructural de la sociedad; y una
educación que permita una toma de conciencia de la
realidad peruana… "para remediar tal situación la nueva
educación emplearía la crítica, la creación y la
cooperación y debía aplicarse ya, en coordinación con los otras reformas yo
formuladas, y de tal manera que se consiguiera la
participación de toda lo comunidad.

Al conocerse el Informe, hubo diferentes reacciones, por
cuanto ya se insinuaba la intención de restringir la
enseñanza religiosa y dejarlo al libre albedrío de
los padres de familia. Hilos decidirían si sus hijos
tornarían o no el curso.

En noviembre de 1970 la Comisión Episcopal de
Educación de la Iglesia
Católica hizo declaraciones en relación a su
respaldo a la democratización de la Educación,
aunque esto no implicaba la aceptación total del informe
mencionado.

El Gobierno envió el anteproyecto de
la ley de Educación a diversas instituciones como las
universidades, la Iglesia y otros organismos educativos, para que
formularan las observaciones que creyeran pertinentes antes de la
promulgación, pero lo que nunca se supo es si algunas de
las observaciones llegaron a ser tomadas en cuenta. Así,
el 9 de marzo de 1971 so promulgó el decreto-ley 18799 que
daba la aprobación a la Ley orgánica de
Educación, referida a sus organismos y funciones, pero
sólo al cabo de un año se daría la Reforma
Educativa.

En enero de 1972, por lo que se conocía de los
proyectos de la reforma, los periódicos y revistas
adelantaban algunos comentarios, como el que consigna Caretas "Se
ha propuesto… La Reforma de la Educación m radical,
completa y coherente de nuestra historia republicana" La
apreciación es exacta, al margen de aceptarla o no, porque
ahorcó absolutamente todos los niveles y modalidades
educativas y tuvo un fondo filosófico que en las
anteriores reformas no existió o, por lo menos, no fue tan
preciso Se buscaba la transformación completa de la
sociedad y allí se ponían las bases para
hacerlo.

El 24 de marzo de 1972 se dio la Ley General de
Educación, mediante el decreto Ley 19326 que
establecía el sistema de la Educación Peruana que
abarcaba desde Educación Inicial, antes poco considerada,
hasta la Educación Universitaria, pasando por la
Educación Básica Regular que reemplazaba a la
Educación Primaria y parte de la Secundaria; creaba el
nivel de Educación
Superior Profesional (ESEP) y proyecta al futuro la
formación de una instancia superior a la Universidad para
conferir los doctorados. Se incidía, además, en la
Educación Especial, antes bastante descuidada; no obstante
afirmar el reconocimiento a la educación particular sin
fines de lucro y garantizar la libertad de
educar, sin embargo, los colegios particulares tanto laicos como
religiosos y más aún los dependientes de
países como Estados Unidos,
Alemania,
Francia y Gran
Bretaña, entre otros, tuvieron que afrontar situaciones
sumamente graves, desde la exigencia de tener necesariamente como
director a un peruano, hasta la restricción de la
enseñanza de idiomas extranjeros y la prohibición a
todos lo colegios del empleo de
textos escolares extranjeros.

La ley estableció como modalidades educativas la
educación básica laboral; la
calificación profesional extraordinaria, que
consistía en la capacitación permanente de los
trabajadores, para lo cual debía existir en los centros de
trabajo una "unidad de instrucción" que debía
ocuparse permanentemente de organizar cursos o buscar la forma de
que los trabajadores pudieran seguirlos, incluso fuera del centro
de trabajo, para mejorar su capacitación y la empresa
debía concedérselos permisos necesarios para ello;
la educación especial, que comprendía tanto al
niño sobresaliente como al deficiente; y la
extensión educativa que implicaba el poner los servicios
educativos al alcance de toda la comunidad mediante la
organización de actividades culturales y cursos o cursillo
para padres de familia o cualquier sector que pudiera requerir la
atención educativa.

Con esta ley se buscó también romper con
el centralismo que
tanto tiempo se
había ejercido desde la capital en
todo orden de actividades y se dio, por esto, mayores
atribuciones a las regiones educativas; también se crearon
las zonas a nivel local y los núcleos comunales a nivel
Distrital. En estos últimos se establecían los
vínculos entre las escuelas y colegios del distrito y con
las universidades, pero además con la comunidad, de tal
manera que la enseñanza de los niños empezaba por
el
conocimiento de su propia comunidad, de allí que
permanentemente se viera el desfile de los niños, desde el
nivel inicial, fuera de las aulas camino al Municipio, a la
fábrica, al banco etc. para
conocer qué había en su comunidad.

La función
del núcleo no quedo solo en ese contacto con la comunidad
iba más allá, al planteamiento de convertir la
infraestructura instalada en los centros educativos particulares,
así como las de los centros estatales, en propiedades
comunales educativas, sólo a cargo del centro educativo
propietario para su usufructo, pero bajo la
administración del Consejo Educativo Comunal, donde
intervenía la representación del sector
educación, los padres de familia del colegio,
representantes del promotor o la administración del centro educativo y
representantes de la comunidad. Esto motivó la protesta de
la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de
Familia de Colegios Particulares Católicos, pues
además se establecía, en el Decreto 006- 73 que
sancionaba el Reglamento de la Ley General, otras consideraciones
que resultaban recortando el derecho de los padres de familia
para escoger el tipo de colegio que creían adecuado para
sus hijos. Fono menos hasta 1975 duró un enfrentamiento
bastante fuerte entre esta Federación y el ministerio de
Educación, pues el Reglamento fue más allá
de la Ley General y más allá todavía fueron
algunos Directores y técnicos del Ministerio, quienes a
través de los Núcleos y del sistema de
supervisiones buscaron constantemente la manera de hostigar a los
colegios particulares.

La aplicación de la Reforma Educativa significaba
un esfuerzo que el gobierno no podía afrontar solo con el
presupuesto ordinario, pues el entrenamiento de
los maestros y la habilitación de las ESEP, entre otro de
los muchos gastos, suponía disponer de varios millones de
soles, por esto se recurrió a un préstamo del
banco Mundial,
el cual aporté $ 24 000, buena parte de los cuales
sirvió para "concientizar políticamente" a los
maestros más que para prepararlos para la
aplicación de los nuevos métodos
pedagógicos que debían introducir en su trabajo
educativo.

La reforma abarcó también los planes y
programas de
enseñanza, lo que se empezó a denominar el
"currículo", donde se debían
establecer los fines del curso, los objetivos,
tanto específicos como generales y luego desagregar los
contenidos de acuerdo a unidades, es decir debía aplicarse
la moderna tecnología
educativa procedente de los países imperialistas
contra los cuales se declaraba el gobierno como Estados Unidos e
Inglaterra. Esta
era una parte del aprendizaje que
debía realizar el maestro, que hasta el momento
había estado al margen de toda esa terminología y
que en muchos casos sólo llegó a memorizar para los
reentrenamientos, pero una vez vuelto al aula mantuvo su sistema
tradicional.

En cuanto a los programas, éstos fueron
radicalmente modificados en casi todas las asignaturas, dado que
se introdujo la educación básica laboral y las
horas de estudio en todos los colegios; tanto particulares como
estatales decidieron dar cabida a un apreciable número de
cursos de educación laboral, como mecanografía, artes manuales, etc. en
perjuicio de asignaturas de ciencias y de humanidades, pues se
intentó preparar para el trabajo. Sin embargo, no fue
fácil cubrir las horas de E. Laboral, ya que no
había muchos profesores formados para esa educación
y en varias oportunidades el profesor de Geografía,
Química o Matemática, cuyas horas habían sido
recortadas, tuvo que completar su tiempo con alguna actividad de
laboral, lo cual no tenía la menor idea de como afrontar.
Esta experiencia tuvo, entonces, importantes actores en
contra.

El contenido de algunos cursos siguió el mismo
camino de transformación y puede decirse que las
asignaturas más perjudicadas fueron Religión, Historia
del Perú, Historia
Universal y Geografía, por cuanto se
distorsionó su contenido. A través de
Religión, en vez de las bases doctrinarias se les dio una
seudo doctrina Social de la Iglesia, pues se introdujo más
una crítica social que otra cosa. Los cursos de Historia
del Perú y Universal se dieron juntamente con
Geografía del Perú y del Mundo y algunas nociones
de Economía
Política y Educación Cívica, pero con
reducción de horas, de tal manera que la
preparación en Historia y Geografía en esos
años fue realmente muy deficiente. Por si fuera poca la
reducción de horas, el profesor tampoco estuvo preparado
para llegar a esa síntesis.
Un problema adicional fue que se quiso empezar por la
crítica, sin tener los elementos básicos que
debían ser objeto del análisis, de allí que esta
asignatura que se dio bajo el rubro de Ciencias Histórico
Sociales diera sólo una versión deformada de las
asignaturas que englobaba. Es más, las declaraciones del
gobierno respecto a que había que formar la "conciencia
nacional", difícilmente podían realizarse cuando se
alejaba al estudiante del conocimiento
de su pasado o se le daba a entender que tenían un pasado
vergonzante.

Donde sí se alcanzaron importantes logros fue en
la Educación Inicial, en la Educación Especial y,
en parte, en la formación de las ESEP. La Educación
Inicial llegó a ser considerada un nivel necesario para
poder ingresar a la Educación Básica Regular,
porque constituía la etapa en la cual se aprestaba al
niño para que al ingresar a la escuela fuera capaz de
adaptarse con mayor facilidad a la relación con los otros
niños, de ser más receptivo en cuanto a los
conocimientos que debía captar, ya tener la madurez
necesaria para emitir juicios críticos elementales. La
Educación Especial también fue atendida y dentro
del ministerio de Educación constituyó una
Dirección que formaba parte de la Dirección de
Educación Inicial y Especial. El ministerio
promovió los estudios de esta especialidad a nivel de las
Universidades, con las cuales se firmaron convenios para que se
impartiera, primero como una segunda especialidad y luego a nivel
de la profesionalización (Ministerio de
Educación-UNIFE: 1978). Se llegaron a establecer numerosos
Centros, tanto en Lima como en provincias, pero no se hicieron
las campañas preventivas para tratar de disminuir el
porcentaje de niños con deficiencias mentales. Las ESEP
constituyeron una experiencia interesante a fin de capacitar para
el trabajo a los jóvenes que seguían la
Educación Básica Regular y terminaban el 9°
grado (o año), de allí debían seguir,
obligatoriamente, dos años de calificación
profesional en algún oficio o actividad profesional, tanto
en ESEI estatales como en ESEP particulares, pero no fue
fácil la instalación de estas escuelas
profesionales que, en parte, reemplazaban a los antiguos
Institutos Técnicos. Para establecer el número
adecuado habría habido que tomar en cuenta el
número de escolares que terminaban la Educación
Básica Regular (EBR) y calcular cuantos podían
derivar a las ESEP y orientados hacia qué especialidades.
Esto supuso, igualmente, la urgencia de contar con el profesorado
que pudiera cubrir todas las plazas y, si bien hay profesionales
con grandes conocimientos teóricos y aun prácticos,
carecían de vocación docente, por lo que cuando se
avinieron al dictado decursos, muchos fracasaron, Otro problema
fue que cuando se trataba de carreras cortas de tipo
técnico, mecánico, etc.; se requería de
maquinarias costosas y en número suficiente para la
práctica continua de todos y por lo general estos centros
educativos sólo dispusieron de una y, a lo más, de
tres (Ej. las plataformas para mecánica de automóviles, etc!). Se
hicieron intensos esfuerzos para que este sistema funcionase e,
incluso, se estableció que quienes egresaran de las ESEP
debían ser empleados de inmediato, disposición que
no pudo cumplirse, pues no había puestos de trabajo
suficientes y muchos debieron emigrar al extranjero, donde fueron
debidamente valorados.

Un grave problema para la aplicación de la
Reforma Educativa fue el elemento docente, pues existieron, por
lo menos dos problemas fundamentales: los bajos sueldos, que
permanecieron "congelados" durante buena parte del régimen
velasquista y que llevó a la formación del
Sindicato Único de Trabajadores de la Educación
Peruana (SUTEP). Y el otro, las diversas formas de
capacitación y profesionalización que se
adoptaron.

Para preparar al maestro, al ver la realidad de
éstos, entre los cuales había niveles sumamente
variados, como doctores en Educación los menos, profesores
de Segunda Enseñanza, profesores de primaria, normalistas
urbanos, normalistas rurales; egresados de los estudios
superiores, pero sin grado académico, ni título, ex
alumnos de Secundaria con estudios terminados, ex alumnos de
secundaria sin haber terminado estudios e, incluso, egresados de
primaria, realmente resultaba casi imposible llegar a una
uniformidad de preparación. El gobierno creó
entonces el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de la
Educación (INIDE) a través del cual se debía
fomentar la investigación y atender a la
capacitación de los profesores. Esta tarea trató de
cumplirla masificando la educación, pues ofreció a
los profesores en ejercicio, cualquiera que fuese su nivel,
cursos de profesionalización durante cuatro veranos, que
lógicamente comprendían sólo parte de las
vacaciones escolares de verano. Así llegaron a obtener el
título profesional muchos profesores. En un tiempo
sumamente escaso y donde buena parte fue de
concientización política. Lógicamente, tuvo
que bajar la calidad de la
Educación.

A esto se agregó la disposición del
ministerio de Educación de eliminar los premios y castigos
a los alumnos, por considerar tales estímulos como una
forma de coacción sobre el estudiante, propios de
"sociedades
capitalistas" que fomentaban la competencia con
miras a un triunfo en el cual otros quedaban lesionados.
También se estableció que nadie podía quedar
reprobado en los cursos, por cuanto al establecer como
orientación de las asignaturas el cumplimiento de
objetivos, esto era lo que interesaba cumplir de manera
particular, aunque no se llegase a completar el avance marcado
para el año. En estas condiciones el profesor tenía
pocos mecanismos que pudiese emplear para conseguir los mejores
resultados, pues a esto se agrega la injerencia que se dio a los
padres de familia en la comunidad educativa y la
obligación de dar cursos de nivelación en verano
para quienes se iban retrasando. En general el núcleo
educativo y la zona contaban con que el nivel de desaprobados
fuera mínimo, y si aumentaba se consideraba más
como responsabilidad del profesor.

La preocupación por la orientación del
estudiante llevó a la creación de la Oficina de
Bienestar Estudiantil y se introdujo como asignatura la labor
(anteriormente debía desarrollar en forma
espontánea el maestro, es decir, el aconsejamiento a los
alumnos. Se crearon también los sistemas de
tutorías para cada aula, pero esto no pudo funcionar a
cabalidad, por cuanto en colegios estatales la tutoría
comprendía un mínimo de 50 a 60 alumnos por aula.
La asignatura de Orientación y Bienestar del Educando
(OBE), supuso técnicas
especiales que debía manejar el profesor para poder crear
el ambiente de
confianza necesario para discutir en conjunto los problemas que
afrontaba el aula a nivel particular o de grupo, para
poder orientar debidamente la búsqueda de soluciones,
pero la falta de preparación hizo que esa hora semanal
sirviese para el repaso de otros cursos.

Para poder cubrir las necesidades educativas por el
ingente crecimiento de la población escolar y por
problemas derivados de la escasez de
combustible, posteriormente (enero de 1974) se restringieron los
horarios escolares, de tal manera que en los colegios estatal es
se pudieran tener tres turnos: mañana, tarde y noche, y en
los particulares dos turnos, uno pegante y el otro gratuito, a
fin de dar el máximo aprovechamiento a las capacidades
instaladas. Esto produjo un severo desgaste de las mismas y
redujo el tiempo de estudio de los alumnos, pues las clases se
redujeron a sólo 40 minutos. El tiempo de trabajo a tiempo
completo de los profesores bajo a 24 horas de clases y las 40
horas académicas las cumplieron sólo quienes
tenían además tarea administrativa, lo que le
permitió al profesor trabajar en dos y hasta en tres
timos, al punto de tener que establecerse que nadie podía
trabajar para el Estado en
más de dos turnos y aun así con ciertas
restricciones en la percepción de los sueldos.

Los sueldos bajos, la politización y la mala
preparación de muchos docentes, dieron como resultado la
formación de un ambiente propicio para la formación
de un Sindicato marxista que fue el SUTEP, el cual fue
establecido el lO de diciembre de 1971, como resultado de la 11
Convención Nacional de maestros que se realizó en
Arequipa y entre cuyos acuerdos figuraron: romper con la
Confederación General de Trabajadores del Perú
(CGTP), ratificar a la FENEI (Federación Nacional de
Educadores del Perú) como la federación que
representa al magisterio, constituir el Sindicato Único de
los Trabajadores de la Educación (SUTE) y llamar a un
nuevo congreso al año siguiente.

En setiembre de 1972 el SUTEP decreté un paro para el
día 14; en los considerándose del reclamo
pedía aumento de haberes y el reconocimiento oficial a
este sindicato, pero esto equivalía a desconocer a los
anteriores, al adjudicarse el calificativo de "único", lo
cual motivo la protesta de FENEP, organismo que emitió un
comunicado determinando que el paro no podía ser acatado
por que era"… antisindical, decretado dictatorialmente,
sin consulta de las bases";

"Tiene un evidente carácter político
contrarrevolucionario y es porte de un ¡de
agitación; Agita demagógicamente las
reivindicaciones gremiales sin importarle su
solución".

Empezaba la acción disociadora del SUTEP, en
cuyos estatutos se expusieron los lineamientos marxistas de la
lucha de clases, pero que no fueron difundidos ni siquiera entre
los maestros, muchos de los cuales entraron a ciegas al
movimiento, atraídos sólo por el imperio de la
necesidad económica. El gobierno se opuso al paro, lo
consideró ilegal y el 13 ingresó al local del SUTEP
y apresó a unos 200 maestros, no obstante, el paro se
produjo y si bien no tuvo el éxito
anunciado, consiguió paralizar un sector importante de los
colegios del Estado.

Para el 29 de noviembre este sindicato organizó
otro paro, con amenaza de convertirlo en huelga y
reclamando siempre aumento de haberes. En esta oportunidad el
acatamiento al paro fue masivo e, incluso, con toma de locales en
Chiclayo y Arequipa.

El aumento para los profesores se produjo sólo el
3 de enero de 1973, y se tomó en consideración los
niveles, las categorías y los años de servicio, por
los cuales se establecían hasta cuatro grupos. Los
aumentos oscilaron entre S/. 843,54 y S/. 2 611,40, de tal manera
que el sueldo máximo llegaba a S/. 11 487,43 para un
profesor de secundaria, de la primera categoría y 20 o
más años de servicio y el mínimo
correspondía a profesores de 3ra. Categoría, con 2
años de servicio de primaria o secundaria y era de S/.
5877,00. Este aumento fue considerado por la mayoría de
medios de
expresión y por Fentep como un logro, pero el SUTEP
insistió en sus reclamos, pues pedían como haber
básico S/. 10 200 y en respaldo de su posición
señalaba que las Fuerzas Armadas y Sinamos tenían
haberes muy superiores. Naturalmente, no podían aceptarla
validez del aumento concedido por el gobierno, pues hubiera
perdido, de inmediato, su cartel para la lucha.

El SUTEP protestó también contra el
decreto Ley l9990 referente al sistema único de pensiones,
pues establecía límite de edad para el trabajo los
60 años. No protestaron en cambio por los topes de la
jubilación entre S/. 9 600 y S/. 30000. La actitud
general de este Sindicato fue contestataria al gobierno, pero
mezcló, permanentemente, sus objetivos de un izquierdismo
radical con las aspiraciones de los profesores, a los cuales
constantemente se les coaccionaba para que los respaldaran. El
tipo de huelgas que continuaron desde 1973 hasta 1985,
ininterrumpidamente, por lo menos uno por año, fueron
acompañadas de agresiones a los no sutepistas, con la
finalidad de amedrentarlos y obligarlos a paralizar las
actividades. Estas agresiones implicaron violencia
física (golpes, pintarlos de amarillo, bajar las llantas
de sus autos, etc),
amenazas tanto personales como a las instituciones, especial
mente a los colegios particulares que muy rara vez acataron los
paros y las huelgas del SUTEP. Este no sólo
organizó huelgas por reclamos del gremio, sino que
también tomó actitudes de
solidaridad con
los otros gremios. La respuesta del gobierno durante el
régimen militar fue persecución a los dirigentes,
algunos de los cuales debieron salir al destierro, como fue el
caso de Armacanqui, de quien se hizo correr la voz de que
había sido asesinado, incluso hubo colecta para "la
viuda", cuando, finalmente, se supo que estaba en España.

La incidencia que tuvieron estas huelgas, especialmente
en los colegios estatales fue nefasta, por cuanto los
perjudicados fueron los estudiantes que tuvieron menos
posibilidades de competir a nivel de estudios superiores y de
colocación laboral. Interesó más la "lucha
clasista" que los sujetos que son el fin de la Educación.
También contribuyó a que la imagen social del
profesor quedara fuertemente deteriorada y se le valorase muy
poco, al acusársele de huelguista que lo único que
buscaba era no trabajar. Al interior de los planteles educativos
se produjeron fuertes confrontaciones entre los Sutepistas y los
no Sutepistas y, muchas veces, se involucré a los
estudiantes en la pugna, al punto de amenazarlos con
desaprobarlos si es que acudían al colegio en tiempo de
huelga. Se quebré totalmente el principio de autoridad y
la
moral.

La caída del régimen velasquista trajo
algunos cambios en cuanto a les lineamientos ideológico se
traté de despolitizar la educación, pero el trabajo
realizado en los años anteriores hizo que la tarea fuese
sumamente difícil. La acción del SUTEP
continuó a nivel del profesorado. Los textos escolares
existentes, en su mayoría, estaban impregnados
también de la línea política marxista. Los
programas de las asignaturas debían ser reelaborados, pero
no era posible desactivar de inmediato todo el engranaje que se
había establecido. Los historiadores trataron de rescatar
la autonomía de la Historia del Perú respecto a las
otras ciencias
sociales y, poco a poco, tanto la Historia del Perú,
como la Historia Universal y la Geografía recuperaron su
propia entidad.

La educación durante el segundo gobierno de
Belaúnde

El regreso de Fernando Belaúnde Terry se produjo
luego de doce años de reformas que había que
aceptar y reorientar; no podían borrarse, simplemente, por
una ley o un decreto; talcosa resultaba antihistérica.
Lamentable mente, eso fue lo que se hizo en Educación. Sin
un análisis del panorama educativo se estableció
que no había nada rescatable y se dio marcha atrás
en casi todo. Se le restó importancia a la
Educación Inicial, se reformaron los programas de
estudios, desde los primeros años de secundaria, pues se
dejó de lado la Educación Básica Regular y
se volvió a la división tradicional en primaria y
secundaria. Se desarticularon las ESEP y se volvió a los
Institutos Industriales y Tecnológicos, pero sin la
reestructuración adecuada, por lo que sus instalaciones se
desperdiciaron.

A nivel de los estudios Secundarios hubo promociones que
al cogerlos las reformas a mitad de los estudios no alcanzaron a
completar la visión de las diversas materias, pues les
llegó un programa
más avanzado y otros incluso repitieron temas va vistos.
La reforma era necesaria, pero debió haber sido
gradual.

En materia
educativa hay que mencionar también la
proliferación que se presentó de academias de
preparación para el ingreso a las universidades, y que
respondió a estas circunstancias de descenso en la calidad
de la educación, especialmente en los colegios estatales,
pero también, incluso, en muchos particulares, debido a
las limitaciones de los programas escolares ya la constante
presión
ejercida por el Ministerio de Educación para diferente
nivel de seriedad, pues unas se perfeccionaron de acuerdo a las
universidades para las cuales preparaban y otras, en cambio,
daban una preparación general y a veces sirvieron
también corno foco de adoctrinamiento
político.

Se crearon igualmente muchos Institutos
Tecnológicos, entre los cuales hubo, igualmente, algunos
que alcanzaron prestigio y otros que crearon falsas expectativas
en el alumnado, pues luego de terminar los estudios allí,
resultaba difícil ser aceptados en los puestos de trabajo
por el poco crédito
del Instituto.

Otras organizaciones
educativas que aumentaron considerablemente fue ron las academias
de enseñanza de idiomas, en gran parte porque los colegios
bajaron la calidad de enseñanza por las limitaciones
establecidas durante el Gobierno Revolucionario a los colegios
bilingües. En parte también se desarrolla ese
afán de aprender idiomas para salir a perfeccionarse en el
exterior o para buscar mejores posibilidades de trabajo
fuera.

Las Universidades

Al inicio de este periodo el número de
universidades que funcionaban en el país era solamente de
cinco, cuatro nacionales: Universidad de San Marcos, U. de
San Antonio
Abad del Cusco, U. de La Libertad y Universidad de San
Agustín de Arequipa, y una sola particular: la
Universidad Católica del Perú. Existían las
Escuelas de Ingeniería y de Agricultura,
que tenían excelente reputación. Es cierto, sin
embargo, que ya había presión para la
creación de nuevas universidades, pero las existentes
ofrecían un alto nivel de preparación y esto
aseguraba el ingreso al mundo de la competencia
profesional.

El prestigio de la carrera universitaria pesó
mucho para decidir al gobierno del general Odría a dar el
carácter de universidad a la antigua Escuela de
Ingeniería (19 de julio de 1955) y ésta
podría decirse fue la puerta de ingreso a las posteriores
exigencias, tanto para la reapertura de universidades, como fue
el caso de la U. de San Cristóbal de Huamanga que
había sido clausurada en 1876 y se reabrió el 24 de
abril de 1957, ya bajo la administración de Manuel Prado como para la
creación de otras. Durante este régimen
creció considerablemente la cantidad de centros
universitarios, aunque sin la planificación que hubiera sido de
desear.

Casi al término del mandato del general
Odría se autorizó la creación de una
universidad en provincias: la de San Luis Gonzaga, en Ica. Desde
su fundación tuvo problemas y, no obstante su
creación el 20 de diciembre de 1955, sólo
llegó a funcionar en 1961. Se autorizó el
funcionamiento de las facultades de letras, ciencias,
ingeniería, agronomía y veterinaria.
Es una de las universidades que cuenta con un alto grado de
carreras e incluso la sección de maestría. Desde la
primera promoción hubo conflicto con
los estudiantes, quienes periódicamente efectuaron tomas
de local y huelgas, al punto que en 1967 quienes tomaron los
locales fueron los postulantes al ingreso, que llegaron a formar
una "Federación de postulantes" y exigían la
ampliación de vacantes.

De 1956 a 1962 (Manuel Prado) se autorizó el
funcionamiento de las Universidades: comunal de Centro del
Perú, en 1959 y con el carácter de particular, pero
por ley del 2 de enero de 1962 pasó a ser la Universidad
Nacional del Centro del Perú; la Escuela Nacional de
Agricultura, creada en 1902, se convirtió en la
Universidad Nacional Agraria la Molina por ley del 8 de abril de
1960, como universidad estatal es casi la única que ha
generado recursos propios y ha desarrollado el canto de la
investigación en gran escala. Entre
1961 y l962aparecieron varias universidades, tanto estatales en
provincias, como particulares en Lima. Entre las primeras
estuvieron la U. N. de la Amazonía
Peruana, autorizada en enero de 1961, pero que
funcionó sólo en 1962; la U. N. del Altiplano, que
se fundó el siglo pasado como Universidad Nacional de San
Carlos de Puno (29 de agosto de 1865) pero realmente no
llegó a funcionar, y reapareció con este nuevo
nombre en 1961; la U. N. de Piura, que se autoriza en marzo de
1961 y abrió sus puertas en el mes de agosto; la
Universidad Nacional de Cajamarca que data del 13 de febrero de
1962 y se inauguró pocos meses después; las
particulares de este período fueron: Universidad Peruana
Cayetano Heredia, fundada en 1961, pero dio inicio a sus labores
en 1962 como Universidad Peruana de ciencias Médicas y
Biológicas. El nombre actual data de 1965. En 1961
también se creó la Universidad Católica de
Santa María, a pedido de la Congregación Sociedad
de María (Marianistas), pero funcionó recién
al año siguiente; Del mismo tiempo es la U. del
Pacífico, (1962) organizada por la Unión de
Dirigentes y Empresarios Católicos, que tuvo la
particularidad de ser inicialmente sólo para varones, y
contaba con las facultades de Economía y
Administración. De abril de 1962 fue la Universidad de
Lima, cuyo fundador fue la Asociación Civil Prodies
(Promoción de Desarrollo Industrial a través de la
Educación Superior). Sus primeros cursos se dieron en
1963; Universidad de San Martín de Forres, que se iniciara
sólo como Instituto Peruano de Estudios
Filosóficos-Sociales, dependiente de la orden de los
padres Dominicos. En mayo de 1962 se le concedió
autorización para funcionar como universidad con las
Facultades de Educación y Estudios Generales; una sola
universidad apareció durante la Junta de gobierno del
general Pérez Godoy y fue la Universidad Femenina del
Sagrado Corazón (UNIFE), fundada por iniciativa de las
religiosas del Sagrado Corazón, con la particularidad de
ser sólo para mujeres, con miras a promover el desarrollo
de la mujer. Fue
autorizado su funcionamiento por decreto del 24 de diciembre de
1962, pero las labores las inició en 1963.

Bajo el primer gobierno del arquitecto Belaunde Terry
empezaron a funcionar nuevas universidades: la Universidad
Nacional Federico Villarreal, que se inicia el 30 de octubre de
1963 luego de haber sido filial de la Universidad Nacional del
Centro; la Universidad Nacional Hermilio Valdizán, que
había sido filial de la Universidad del Centro, pero en
Huánuco y que se independiza el 20 de febrero de 1964;
también la Universidad Nacional Agraria de la Selva se
crea en febrero de 1965 y se inauguró el 3 de abril de
1965; la Universidad Nacional del Centro había abierto
filiales en varios departamentos, pero con el tiempo éstas
consiguieron su autonomía; así, la de Cerro de
Paseo pasó a ser la Universidad Nacional Daniel Alcides
Carrión, por ley del 23 de abril de 1965, la Universidad
Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, en
realidad tiene una larga historia, pues sus inicios están
en la Escuela de Preceptores que funda San Martín en 1822
y que pasa por diferentes regímenes, pues en 1927 se
convierte en el Instituto Pedagógico Nacional y asume la
formación de Profesores de Secundaria, para asumir en
1965l a preparación de Profesores para los cursos de
Técnica, que es cuando pasa a la categoría de
Universidad (23 de abril); la Universidad Nacional del Callao,
que inicialmente fuera la Universidad Técnica del Callao,
se crea en setiembre de 1966 y da inicio a sus clases en 1967.
Entre las universidades particulares que aparecen en este
período, algunas resultaron bastante conflictivas como la
Universidad Inca Gracilazo de la Vega, cuyo nombre inicial fue
Universidad Pedagógica Particular Inca Gracilazo de la
Vega y se fundó en diciembre de 1964; Universidad Peruana
de Ciencias y Tecnología que
apareció en 1966, pero que al incumplir con los
ofrecimientos académicos tanto a profesores como
estudiantes, entró en crisis, pues
los alumnos se negaron a seguir pagando las pensiones. Fue el
Gobierno Revolucionario el que dio solución al problema
reubicando a los alumnos en una nueva universidad: la Universidad
Particular Ricardo Palma, creada por decreto, sin dueños y
sin pedido de parte, en julio de 1969. La universidad de Piura,
organizada por la Asociación para el Desarrollo de la
Enseñanza
Universitaria, (Opus Dei) la cual consiguió la
autorización de funcionamiento en junio de
1968.

Caso aparte lo constituye la Universidad Nacional Pedro
Ruiz Gallo, que surgió de la fusión de
dos universidades: la Nacional Agraria del Norte y la de
Lambayeque, cuyas creaciones fueron en 1963 y 1964,
respectivamente, uno de los repetidos casos de apertura de
universidades sin considerar las verdaderas necesidades, los
recursos con los cuales pueden contar, etc. Así, en marzo
de 1970 aparecía esta universidad que asumió las
facultades de Agronomía, Ciencias Básicas
(Física y MatemáticasBiología y
Química), Económicas y Sociales; Derecho;
Educación y Ciencias Humanas, Ingeniería
Civil y Medicina
Veterinaria.
Así se ingresaba al gobierno revolucionario, el cual
también daría pase a numerosas universidades, con
objeto de atender los pedidos de las provincias, pero sin que se
haya visto en todo esto un plan sistemático de
desarrollo.

En agosto de 1971 surge la Universidad Nacional de
Tacna, que abrió sus puertas en 1972, sólo con el
ciclo de Estudios Generales y sólo en 1973 el Consejo
Nacional de la Universidad Peruana autorizó el
funcionamiento de los entonces Programas Académicos de
Metalurgia, Minas y Contabilidad.

Esta universidad tomó el nombre de Jorge Basadre
Grohmann. En 1977 se creó, luego de grandes debates, la
Universidad. Nacional Santiago Antúnez
de Mayolo en Huaraz, por decreto de mayo de 1977 y con 130
alumnos empezó a funcionar en 1978. Ofrecía en esta
oportunidad el Ciclo Básico, más las
Ingenierías: Civil, de Minas y Agrícola. La U.
Nacional de San Martín se creó en diciembre de 1979
y se ratificó ya bajo el gobierno siguiente del arquitecto
Belaunde. La U. N. de Ucayali había aparecido,
inicialmente, en diciembre de 1979 como U. N. de Pucallpa, pero
en 1983 cambió de denominación. Las últimas
universidades que se fundan en este período son durante el
segundo gobierno del arquitecto Belaunde y responden más
que a una sentida necesidad, al deseo de conseguir el respaldo de
un sector de la población o halagar a algún grupo
de partidarios, situación ya vivida durante su primer
gobierno. Así, aparece la U. N. de Tumbes, por decreto del
23 de junio de 1984, y ofreció los Programas
Académicos de Agronomía, Ingeniería Pesquera
y Contabilidad. Luego fue la U. N. del Santa, por
disposición de diciembre de 1984 y debía establecer
las carreras de Educa ción Inicial, Educación
Primaria, Acuacultura, Enfermería, Oceanografía, Ingeniería
Industrial y de Energía, pero debía adecuarse a
la nueva fórmula de las facultades.

Entre las universidades particulares creadas bajo
Belaunde estuvieron:
la Universidad Andina Néstor
Cáceres Velásquez, que empezó sus labores en
1981, con un alto número de alumnos: 615, y ofreció
programas de Ingeniería Civil,
Mecánica-Eléctrica y Empresarial (Administración de Empresas); Ciencias de
la
Comunicación Social; Derecho; Historia y Cultura
Andina; sin embargo la autorización para funcionar
llegó recién el 28 de diciembre de 1983 y
sólo comprendió las carreras de Contabilidad,
Ingenie ría Civil, Administración de Empresas,
Derecho, Educación y Obstetricia, es decir, sólo
algunas de las carreras inicialmente propuestas y otras nuevas.
La Universidad Privada Los Andes, que surgió en diciembre
de 1983, en Huancayo, igualmente con carreras como Contabilidad,
Administración de Empresas, Educación
Técnica, Derecho, Ingeniería industrial y
Agrícola. También fue autorizada la Universidad
Unión Incaica de la Iglesia Adventista del Séptimo
Día, ubicada en Ñaña; ofrecía las
profesiones de Contabilidad, Enfermería, Educación,
Industrias Alimentarias, Música y Teología La
Universidad Andina del Cusco, cuya creación sólo
fue en mayo de 1984, pero había empezado a funcionar desde
1980 y se le autorizó a ofrecer Contabilidad,
Economía, Administración, Derecho, Psicología, Servicio
Social y Turismo. La Universidad Víctor Andrés
Belaúnde de Huanuco autorizada en junio de 1984 y
gestionada por la Asociación Civil Promotores de la
Universidad Particular Víctor Andrés Belaunde de
Huanuco, estableció las carreras de Derecho, Obstetricia,
Zootecnia e Ingeniería Forestal. La U. Particular de
Apurimac, también autorizada a funcionar en junio de 1984,
por pedido de la Asociación Civil José María
Arguedas, con permiso para dar las carreras de Contabilidad,
Derecho, Educación, Agronomía y Enfermería.
La Universidad de Tacna, fundada por la Asociación Civil y
autorizada en noviembre de 1984. La Universidad Particular Los
Ángeles de
Chimbote, aprobada en junio de 1985 la propuesta de la
Asociación Civil. Se le autorizo a brindar las carreras de
Educación Secundaria, Contabilidad, Ingenierías:
Civil, Metalúrgica y Siderúrgica; Obstetricia y
Tecnología Médica.

Este era el panorama del crecimiento universitario entre
1948 y 1985. Se llegó a 46 universidades repartidas entre
Lima y provincias, al punto de existir dos en Tacna, dos Piura,
dos en Huanuco etc. Esto ha planteado problemas sumamente graves,
por cuanto el Estado ha tenido que repartir las rentas no entre
cuatro y dos Escuelas Superiores, sino entre aproximada- mente
unas 30, aparte de la ayuda que en reiteradas oportunidades se
brindé a las universidades particulares. Esta
situación en el campo ha sido motivo de constantes paros,
primero de trabajadores, luego de estudiantes y posteriormente de
docentes, pues han llegado a organizarse diferentes asociaciones
como Fentup (Federación de Trabajador Universidad
Peniana), FUTE (Frente Único de Trabajadores y Estudiantes
de la Universidad de San Marcos), etc. Algunas propuestas
subrayan la necesidad de que las Universidades generen sus
propias rentas en base a la venta de los
servicios que puedan ofrecer a la comunidad, dado que es muy
difícil que el Estado pueda cubrir todas las necesidades
de este nivel.

Durante el gobierno del general Odría se
llegó al receso de las universidades Nacionales, debido a
la fuerte presencia aprista y comunista ante los estudiantes y
algunos profesores, como el mismo Luis Alberto Sánchez en
San Marcos. Así el año 1951 se paralizaron las
actividades académicas y solo siguió funcionando la
Universidad Católica. Hubo protestas universitarias por la
intervención de la Fuerza Armada en los campus
universitarios, sacando a relucirla autonomía
universitaria, pero el gobierno no dio marcha atrás. Fue
sólo al regresar el régimen democrático, con
el segundo gobierno de Manuel Prado, cuando se volvió a la
lucha por recuperar los logros de la reforma universitaria y se
reimplanté el cogobierno en las universidades estatales y
se produjo el retiro de un importante grupo de profesores de la
Facultad de Medicina de San Marcos (1 961-1962), pues quisieron
establecer un régimen preferencial para San Fernando sin
la aplicación del cogobierno y al no concedérselo
pasaron a fundar la U. Cayetano Heredia. Entre estos
médicos estuvieron Honorio Delgado, Oscar Trelles, Oswaldo
Hercelles, etc. Bajo este régimen la agitación
universitaria fue bastante fuerte y se llevaron a cabo huelgas
que comprometieron, inclusive, a las universidades
particulares.

Sin embargo, fue durante el Gobierno Revolucionario
cuando la universidad se vio m afectada, pues desde un comienzo
se produjo el enfrenta miento, dado que las universidades
rechazaron el golpe militar y se produjeron movili7aciones entre
octubre y diciembre de 1968. Los tanques y las tanquetas
estuvieron en los ingresos de las
universidades Nacionales e ingresaron al campus cuantas veces
quisieron. En junio de 1 %9 se produjo un incidente en la
Universidad Católica y la puerta del local del Instituto
Riva Agüero fue rota por una tanqueta y resultaron detenidos
alumnos y algunos profesores. El clima de
enfrentamiento entre los universitarios y el nuevo régimen
fue bastante fuerte.

Luego vino la Ley General de Educación (marzo de
1972), donde resultaba incluida la universidad como parte del
sistema educativo, lo cual limitaba la anterior autonomía
de la que había gozado. Si bien hubo la posibilidad de
plantear objeciones al anteproyecto, el gobierno tenía una
idea bastante precisa de donde quería ir y no podía
admitir recomendaciones que los alejaran de tales objetivos. Sin
embargo, se entregó a los miembros de las universidades
las propuestas para el Estatuto General de la universidad
Peruana, para lo cual se eligió una Asamblea Estatutaria
formada por representantes de universidades nacionales y
particulares, tanto de docentes, como de alumnos y trabajadores,
ya que, en esta oportunidad se reconoció a los
trabajadores como uno de los estamentos de la Universidad.
Presidió esta Asamblea José Tamayo Herrera,
representante del Cusco. El resultado de la Asamblea debió
sujetarse, sin embargo, a los lineamientos políticos del
gobierno, pues la universidad era una de las instituciones
consideradas para promover el cambio hacia el "nuevo hombre" que
perseguía el gobierno revolucionario.

De acuerdo a la Reforma de la Educación
debía existir un "sistema de la Universidad Peruana", que
marcara los límites de
libertad que podía tener esta institución y que
cohesionara las acciones particulares, por esto como cabeza de
tal sistema se puso al Consejo Nacional de la Universidad Peruana
(Conup) instancia que debía resolver todos los problemas
que se suscitaran al interior de las universidades, aceptar o
rechazar la organización académica y
administrativas de las mismos, aceptar la creación o el
cierre de facultades o, luego, Programas Académicos,
problemas con los estudiantes, conflictos
entre autoridades y profesores, etc. Esto motivó que en
varias oportunidades se produjese tal intervención, como
fue en la U. Particular Ricardo Palma en 197216.

El primer problema que tuvo que afrontar en estos
años la universidad fue la Ley Universitaria 17437, del 18
de febrero de 1969, la cual sería complementada con la ley
General de Educación de 1972. La primera
disposición cambió totalmente la estructura de
la institución. Es cierto que, desde hacía
algún tiempo, en el seno de los universidades se
venía discutiendo acerca de la posibilidad del
establecimiento de reformas, como la creación de los
Estudios Generales en vez de los años de Pre-especialidad,
pero todavía no se había llegado a profundizar el
estudio, cuando vino el decreto-ley que impuso una nueva
estructura y que abrió las puertas a una mayor
politización de estos ambientes. En primer lugar se
decreté que en todas las universidades se implantase el
régimen de los Estudios Generales para los dos primeros
años de universidad y que consistirían en estudios
homogéneos para todas las carreras y sólo a partir
del tercer año podrían darse los cursos de
especialidad, aunque al aplicar el sistema todas las
universidades incluyeron a partir, por lo menos, del segundo
ciclo, algún curso prepara torio para las carreras. Luego
se establecía el curriculum
flexible, es decir, los cursos que se ofrecían o
través de la carrera debían dar opción a que
el alumno eligiera un porcentaje de cursos opcional, que
debían contribuir a ampliar el panorama de sus
conocimientos. Un tercer punto fue el del cambio de
régimen de cursos anuales a semestrales, lo cual produjo y
sigue produciendo un recorte en la preparación
académica, pues se desperdicio mucho tiempo entre ciclos.
Un cuarto punto fue la introducción del sistema de créditos y la determinación de
cuántos podían llevarse por ciclo, lo cual
impidió que los alumnos pudieran seguir cursos aparte de
los de su carrera. Otro elemento que se reformó fue el
tipo de preparación que podía ofrecer la
universidad, por cuanto a nivel de las ESEP se ofrecía el
bachillerato profesional, de tal forma que se restringió
el alcance de la universidad, ya sólo podía formar
profesionales, pues se introdujo el concepto de las
licenciaturas universitarias, a la vez que perdía el
derecho a conferir los doctorados, así, quienes ingresaron
a la universidad a partir de 1969 ya sólo podían
aspirar a licenciarse en las universidades y si aspiraba a
más debía salir del país.

Es cierto que el gobierno revolucionario encontró
una universidad llena de problemas, con un crecimiento
desarticulado y, hasta cierto punto, anárquico, pues el
exceso de universidades no respondía efectivamente a
necesidades del país. Entre las carreras que todas las
universidades ofrecían estaban: Contabilidad y
Administración de Empresas. Pero el problema mayor lo
constituía el hecho de que también los institutos
superiores ofrecían, en menos tiempo, tal especialidad;
otro tanto ocurría con Derecho y el mercado
ocupacional, que corno hasta la actualidad estaba realmente
saturado por estos profesionales; otro tanto ocurría con
Educación, aunque fue muy difícil reformar la
enseñanza de las Facultades de Educación para
moldear al "nuevo hombre" e introducirse en el concepto de
Educación Básica Regular. Los ministros de
Educación prohibieron, por esta circunstancia, que en las
nuevas Universidades se ofrecieran programas de Educación
y se pidió que los ya existentes se orientasen hacia las
nuevas opciones Fue por esto que se fueron cerrando las normales
de provincias y distritos, pero se abrieron las puertas a
través de los cursos de verano de INIDE y de La Cantuta
para subsanar la defectuosa preparación de profesores, y
corno una forma de legitimar a quienes tenían la
experiencia, pero no los estudios correspondientes.

Con la Ley y el Estatuto Universitario se introdujo
también el sistema de elección de autoridades y la
forma como debía componerse el cuerpo de autoridades. Se
empezaba por el Rector y los vicerrectores, según los
casos; luego venían los directores universitarios, que
como mínimo debían serlo de Economía, de
Evaluación, de Planificación y de
Investigación; también el Secretario General. Se
introdujo el concepto de Programas Académicos en lugar de
Facultades y se estableció una clara división entre
la entidad que acogía a los profesores, que eran los
Departamentos Académicos, y la que se encarga de los
alumnos, del currículo, etc. que era el Programa
Académico. Los primeros estaban al frente de un jefe y los
segundos de un director. Existía un Consejo Ejecutivo, que
lo integraban el rector, el o los vicerrectores, el secretario
general, aunque sin voto, y los directores de Programas
Académicos. Este Consejo era la principal autoridad en la
Universidad y por encima sólo estaba la Asamblea
Universitaria, que la integraban las autoridades, una
representación de profesores equivalente al número
de autoridades, y la tercera parte restante correspondía a
los alumnos; sin embargo, no se reconocía existencia de
las federaciones de estudiantes. La Asamblea era la instancia que
elegía al rector, a los vicerrectores y a los Directores
Universitarios.

La introducción del sistema electoral para la
designación de autoridades universitarias fue motivo para
acciones políticas,
pues los partidos que veían recortadas sus posibilidades
de intervención en los destinos del país,
encontraron en estas elecciones la oportunidad de ir formando
cuadros a través del ejercicio de funciones de gobierno en
la universidad.

En 1977 se dio una nueva Ley Universitaria, pero no se
reformé el Estatuto de la ley anterior, con lo cual se
produjo una situación sumamente difícil, pues no
había una concordancia entre el Estatuto y la Ley, la cual
estableció la convocatoria a elecciones y sin posibilidad
de reelección de las anteriores autoridades.
También desapareció el antiguo CONUP y nació
el CONAI, cuyas funciones eran en mucho semejantes a la instancia
anterior, aunque sus posibilidades de intervención en las
universidades se limitaron.

La universidad llegó a conseguir que se
permitiese la apertura de estudios de Segunda Especialidad y de
Maestría, pero no se recuperé el nivel de
doctorados. Esto resultó frustrante para muchos
universitarios, puesto que incluso se llegó casi a
prohibir la salida del país de los egresados para evitar
la "fuga de talentos". Algo más que se estableció
en estos años fue la obligación de los futuros
licenciados a efectuar un año de servicio a la comunidad,
antes de poder obtener las licenciaturas. Este Servicio
recibió el nombre de SECIGRA y se aplicó en todas
las carreras, a fin de que los egresados realizaran en el
interior del país este servicio a manera de
práctica. Un obstáculo que se presentó en
este caso fue la ubicación de los secigristas y la
financiación del año deservicio a la comunidad,
aunque en muchos casos fue un incentivo para motivar a lo futuros
profesionales en la solución de los problemas del
país.

El regreso a la democracia
trajo cambios para la universidad, aunque no tan inmediatos.
Estos se produjeron entre 1983 y 1984, por cuanto se
anunció casi desde el primer momento la necesidad de
promulgar una nueva ley universitaria, pero de inmediato
empezaron los cuestionamientos de cuál debería ser
el sentido de la misma, hasta que finalmente se dio y vino a
poner final desacuerdo entre la ley de la "segunda fase" y el
Estatuto de la primera fase. Se mantuvo en esta nueva norma el
sistema de créditos, se dio libertad para mantener el
régimen semestral o regresar al anual, acogido por varias
universidades, entre ellas la U. de San Marcos; desaparecieron
las direcciones universitarias y se volvió al si de
Facultades, pero se mantuvieron los departamentos
académicos en una situación ambigua pues no
tuvieron la independencia
anterior, pero tampoco quedaron totalmente sujetos a las
facultades; en el fondo esto lo ha resuelto cada universidad a su
manera. Siguió vigente la Asamblea Universitaria como
máximo organismo de gobierno, aunque sus facultades, en
verdad, san bastante limitadas, en cambio se reemplazó el
Consejo Ejecutivo por el Consejo Universitario. Se abrió
la posibilidad de restablecer los doctorados. Pero no ha sido
fácil recuperar ese nivel.

Se autorizó la apertura de nuevas universidades,
sin contemplar los casos de saturación de muchas carreras
tradicionales; con lo cual no sólo so contribuye a la
frustración de muchos de los egresados, sino que se agrava
el problema de la falta de docentes adecuados al nivel de
exigencia de la profesionalización.

Con las reformas introducidas tanto en la
educación escolar como universitarias se ha dado creciente
importancia a actividades como los deportes, por considerar que
además de ser una pr3ctica que contribuye al mejoramiento
de la salud y al fortalecimiento de los jóvenes, es
tambi6n un medio efectivo para alejara niños y
jóvenes del consumo de
drogas nocivas
corno el cigarro, el alcohol y los
estupefacientes, sobre todo al tener en cuenta que los
últimos han tenido una difusión extraordinaria a
partir de la década de 1960.

Deportes

A nivel escolar se han organizado campeonatos
interescolares como los que programa ADECORE, para los colegios
religiosos, pero también instituciones han incentivado el
cultivo del fútbol, fulbito, voleibol,
b5sket, tennis, etc. Lo mismo se ha establecido en las
universidades y, en general las instituciones educativas que han
formado equipos representativos para las olimpiadas
interescolares o interuniversitarias, según los
casos.

La preocupación por los deportes ha ganado
terreno en el campo de las aficiones de los adolescentes y
jóvenes y se puede apreciar que de 1948 a 1985 los
deportes en los cuales el Perú ha tenido una mayor
participación han sido: el fútbol, en primer lugar,
con el cual se consiguieron importantes triunfos en los Juegos
bolivarianos de 1948 y 1 961; también se ganó el
campeonato Sudamericano de 1975 y se participó en los
campeonatos mundiales de 1970, 1978 y 1982. Además, en i9
el diario c (estableció un trofeo con su nombre para
campeonato de jugadores Amateurs.

El segundo deporte en afición es el
voleibol, practicado principalmente por elemento femenino.
Empezó a descollar desde la contratación de en
tronadores orientales, siendo el primero Akira Kato, quien
llegó hacia 1964 y en 1965 empezaron a ganar los juegos
Bolivarianos. Consiguieron los triunfos en 1970, 1973, 1977, l981
y 1985; en las competencias
sudamericanas han conseguido adjudicarse las de 1961, 1971, 1
1975 1977, 1 979, 1983.

ANEXOS

COLEGIO RICARDO BENTIN

COLEGIO TOMAS MARSANO

COLEGIO SAN LUIS GONZAGA

 

COLEGIO LEONCIO PRADO

COLEGIO SAN JOSÉ

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL
CUSCO

BIBLIOGRAFÍA

  • GUERRA MARTINIERE, Margarita, Historia General del
    Perú, Tomo IX, Editorial S.A, Impreso en el
    Perú
  • GUERRA MARTINIERE, Margarita, Historia General del
    Perú, Tomo VII, Editorial S.A, Impreso en el
    Perú
  • VILLANUEVA MAYOR, Julio, Perú en los Tiempos
    Modernos, Edición Epensa – Ojo, Impreso en
    el Perú.

 

Por:

Dante Enrique Rojas Linares

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter