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Conflicto y herramientas de mediación en la relación de pareja (página 2)



Partes: 1, 2

De un lado se vive un proceso de
vulnerabilidad social en donde el dominado adopta para si el
punto de vista del dominante, instaurándose un
vínculo paradójico o doble vinculación en
donde es necesario ver el mundo a través del agresor para
dominar el peligro. Se trata de  la pareja en desbalance de
poder. Del
otro lado, se da una minimización y
desresponsabilización de los motivos de conflicto, no
asumiendo un cuestionamiento propio.

En ocasiones se realiza un chantaje con la
orientación sexual, con el entorno de relaciones, la
red social y las
dificultades inherentes, balconeando al otro en un proceso de
denigración que constituye un auténtico circulo
vicioso.

De ésta manera el conflicto es positivo cuando no
se está de acuerdo con alguien, argumentar con vehemencia
constituye un modo de reconocer al otro, de tener en cuenta su
realidad.

Sin embargo en la violencia
psicológica se impide que el otro se exprese. No hay
diálogo.
Se le niega en su integridad.

Al respecto Gouston y Goldberg (2002) describen que
la
comunicación puede tener lugar en cuatro niveles del
menor al más productivo

·       
Diatriba: Hablar uno por encima del otro.
Aquí la persona no
existe. Se desembucha insistiendo en que su opinión es
la acertada. La otra parte se siente invisible.

·       
Discusión:
Hablar el uno hacia el otro sin que
en realidad nadie escuche. Ambos tratan de demostrar algo y de
convencer al otro de su postura. Yo tengo razón, tu te
equivocas.

·       
Debate: Hablar uno al otro de modo
sereno y agradable. La atmósfera es placentera y serena. El
contenido de la relación amorosa resulta insatisfactoria
y frustrante. Se trata de un proceso intelectual en donde dos
se comunican mente a mente.

·       
Diálogo: Hablar uno con otro. Es mucho
más satisfactorio. La frustración y el
resentimiento dejan paso a la esperanza y la afabilidad. Ambos
miembros de la pareja sienten cual es la postura del otro y se
interesan por lo que experimenta.

Hacia 1966 Cuber y Harroff, clasifican a las parejas en
cinco tipos:

1)                           
Matrimonio
Habituado al Conflicto.

2)                           
Matrimonio Desvitalizado.

3)                           
Matrimonio que congenia en forma pasiva

4)                           
Relación Vital.

El primero es un matrimonio que mantiene una
relación altamente insatisfactoria, compuesta por
controles rígidos, tensión y conflicto. Se
mantienen unidos por miedo a la soledad y un pseudopoder
mantenido por un constante herirse.

El matrimonio desvitalizado mantiene intereses y
actividades diferentes. Las expresiones de insatisfacción
son aisladas, debido a que mantienen una relación en donde
cada uno hace su vida o una dinámica de estar muertos en vida. La
interacción se caracteriza por la
apatía y frialdad. Aunque abiertamente no parece existir
un conflicto, se ha reemplazado este por la falta de vitalidad o
entusiasmo, ya ni discuten. Frecuentemente depositan los problemas o
los focalizan el un hijo problemático.

La pareja que congenia en forma pasiva basa sus
contactos en el exterior. Aparentemente se da un compartir en el
área de intereses, pero la interacción es distante
y los intereses de ambos son con otras personas. Se piensa que
así son la mayoría de matrimonios y existe cierto
apoyo mutuo en la relación.

La relación vital se definió como aquella
en donde ambos cooperan con entusiasmo en distintas áreas.
Aunque tienen conflictos
ocasionales, básicamente se desarrolla con mucha
satisfacción y fuerza
estabilizadora para el crecimiento del individuo.

Además es necesario decir que configuran un
espacio interaccional que se organiza en tipo de poder, limites e
intimidad, siendo importante no el grado de conflictos o pleitos,
sino la manera de resolverlos lo que caracteriza la salud en la convivencia de
pareja. Las técnicas
de intervención serán diferentes dependiendo de la
tipología del conflicto y su dinámica.

Desde la perspectiva de la mediación, y los
modelos desde
los cuales las parejas se divorcian, Ahrons en 1994 distingue
entre los compañeros perfectos, los colegas cooperativos,
los dúos disueltos, los socios enfadados, y los enemigos
ardientes. Así se diferencia:

Los padres cooperativos: Acuden a
mediación porque le sirve para la elaboración de
acuerdos de distinta índole. Recogen información y establecen acuerdos. El tono
suele ser moderado aunque es necesario estar preparados para los
súbitos estallidos de enojo o de dolor emocional. Suele
ser difícil entender porque sus padres van a divorciarse
si se llevan tan bien.

Semiseparados alejados pero no del
todo:
Mantienen ambivalencia sobre su voluntad de
separarse o divorciarse. Permiten clarificar sus arreglos y
expresar incertidumbre, inseguridad y
sentimientos contradictorios. Es necesario fijar limites claros y
a veces la intervención se basa  en abordar temas
difíciles que evitarían o eludirían y en
dotar de estructura a
las discusiones y a manejar temas dolorosos.

Gerentes Comerciales: Discuten
vivamente los aspectos prácticos sin abordar muchos
aspectos emocionales. Tendría que ver con la pareja que
congenia en forma pasiva. La relación de los consortes
parece haberse basado más en la conveniencia mutua y la
amistad. Es
necesario estar receptivo a señales
de dolor que están simuladas bajo una fachada
fría.

Pareja en Conflicto Abierto: Son
necesarias técnicas de gestión
del conflicto puesto que se dan manifestaciones de ira, gritos y
lloros apasionados. Incluyendo el reconocimiento y la
reciprocación del enojo. Se canaliza la energía
hacia la resolución de los problemas no prolongando una
destructiva batalla. Tiene que ver con la pareja en peligro de
destrucción o con la pareja habituada al conflicto
dependiendo de el grado de agresión y el manejo de la
energía en el conflicto.

Conflicto Desplazado: Se transfiere un
conflicto subyacente a otro tema como pueden ser los hijos. Puede
surgir cuando alguno de ellos tiene un nuevo compañero/a.
Admiten que luchan a traves de los niños
entre ellos. Percibir como todo esto afecta a sus hijos puede
motivarlos a arreglar los asuntos pendientes entre
ellos.

Los que no se comunican: La comunicación puede cesar totalmente
buscando separadores o distractores que compensen como el trabajo,
ocio, una nueva relación o en diversas áreas a la
vez. El silencio expresa muchas veces enojo, dolor y sentimientos
de rechazo mutuo. Existen reacciones de evitación,
retraimiento, ausencia de comunicación explicita y miedo a
la confrontación. Los problemas emocionales y
prácticos quedan irresueltos y pueden formar nuevas
parejas sin que se hayan desanudado los viejos lazos. Si
consiguen establecer un puente pasaran al estilo de pareja de
semiseparado.

Pegados a cualquier precio: Suele
ocurrir cuando uno de los cónyuges mantiene la
vinculación y el contacto emocional con el otro. Son
necesarias a veces mediadas de contención, puede ser
necesario trabajar el dolor y la cólera
agudas y reconocer y legitimar la ira respecto de los
sueños malogrados, las desilusiones y la
frustración. Es posible negociar algunos acuerdos. A veces
son necesarias estrategias de
desbloqueo.

Adictos a la guerra: Se encierran en
una guerra
permanente y a veces parecen tener una necesidad emocional fuerte
en seguir el pleito. Pueden sabotear cualquier progreso ya que
quieren la guerra mucho mas que el acuerdo. En otras palabras no
se bajan del ring. Esta relacionada con la pareja en peligro de
destrucción, pueden probarse estrategias de desbloqueo.
Parkinson
(2005). Aunque existen técnicas de intervención
efectivas en el tratamiento de estas parejas, dando estructura a
la alta energía empleada en el conflicto.

Fonseca (1998) y Sánchez (2003) han recopilado
las posibles maneras de enfrentar el conflicto en la
pareja:

a)                           
De poder a poder: En donde se da una lucha de poder de uno
contra el otro usando todas las herramientas
que se puedan imaginar como el patrimonio,
el dinero, el
sexo, la
fuerza, el chantaje, los hijos, los conocimientos, etc.?Siendo
unos elementos más visibles y otros más
encubiertos. La pareja se involucra en una lucha desgastante para
lograr lo que quiere a costa de la pérdida de la otra
persona.

b)                           
Por mediación: Acá en el sentido de que se
interpone un tercer elemento para triangular el conflicto a modo
de distractor o separador. Los primeros como los amigos el
trabajo sirven
como atenuadores del conflictos, en ocasiones se evita la
confrontación directa.

Los atenuadores son aquellos que interceden en el
conflicto como amigos o parientes. Si se establece una normativa
rígida en el proceso puede servir como otro separador y si
no son realizables son altamente destructivas.

c)                           
Negación: Se distorsiona el conflicto no
queriéndolo ver, justificándolo o con un gran
pleito que no resuelve nada.

d)                           
Aplazamiento: A modo muy defensivo en donde no se abandona
la lucha pero tampoco se reconoce. La conducta puede
ser muy política, no se habla claro y tampoco se
asume.

e)                           
Reconocimiento: Cuando se reconoce el conflicto, se da un
intento de resolución. Sin embargo a veces es necesario
recorrer toda la dinámica y el ciclo del conflicto, para
llegar a un reconocimiento profundo del mismo.

Conclusiones

La crisis de la
pareja pone de manifiesto nuevas formas de convivencia en donde
suelen plasmarse problemas en el desprendimiento hacia las
familias de origen, cambio en los
roles tradicionales que conllevan la necesidad de mayores
habilidades en la comunicación y en la negociación en la actualidad. En muchas
ocasiones las guerras
polarizadas de poder o la misma infidelidad esconde el conflicto
conyugal real. Las familias reconstituidas abordan problemas y
conflictos insuperables muchas veces por problemas de
estabilización, alianzas, lealtades y como abordar la
relación con los hijos de ambos.

Son necesarias muchas medidas preventivas y
asistenciales, es necesario un enfoque integrador de los
conflictos basado en el diálogo y la participación.
La mayoría de las veces las parejas no encuentran un
espacio donde puedan revisar éste.

Entre ellas la necesidad de trabajos de investigación, medidas de apoyo a los
movimientos asociativos, legitimación de los espacios que promueven
un abordaje del conflicto de manera integral, no adversarial como
es la mediación o la formación de gabinetes de
tratamiento psicosocial, la terapia de pareja o la
derivación , para lo que es imprescindible la
formación de los profesionales.

Facilitar puntos de encuentro familiares y de pareja,
restaura relaciones condenadas al vacío, permite vivir la
crisis de una manera integrada y potencia la
copaternidad.

Bibliografía

Aguilera, M.I. (2007) Comprensión Empática
y Estilos de Negociación en la relación de pareja
herramientas de mediación. Tesis de
Maestría, 2007. COPHAC. México.
Directora: Mtra. Claudia López Becerra. (Fonseca,
Sánchez, Cuber y Harroff).

Barragán, M (1976) Interacción entre el
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individual y el desarrollo familiar. Desarrollo Infantil Normal
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Psiquiatría Infantil. Copias
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Branden, N (2000). La psicología del
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Carter, S, Sokol, J (2000). Del Amor al Compromiso. Para
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Gianella, C (1998). Efectos psicosociales del divorcio en
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Cuarta Reimpresión.

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Parkinson, L (2005) Mediacion Familiar. Gedisa.
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Velasco, Alva (2004) Parejas en Conflicto, Conflicto de
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Psicodinámico Constructivista para su tratamiento. ETM.
México.

Sánchez, M. (2003). La Suegra: Mito o
Realidad. COPHAC. Institución Educación
Superior. Psicología Aplicada al Litigio Familiar,
Psicología de la Pareja y la Familia.
México.  www.cophac.com

María Isabel Aguilera Varela

http://paginasprodigy.com/alaiss

Es psicóloga y realizó sus estudios de
Doctorado en Psicología Clínica y de la
Personalidad en la Universidad de
Psicología del País Vasco UPV-EUH. Ha sido becaria
de colaboración por el Gobierno Vasco en
la asignatura de Teoría
de la Comunicación y Comunicación Clínica,
elaborando un diccionario de
términos y casos clínicos, bajo el asesoramiento
del Dr. Don José Luís De la Mata Impuesto, en el
Departamento de PETRA de la misma Universidad, desde la
perspectiva en clínica constructivista vincular.  Se
formó en conflictos sociales y movimientos sociales, en
victimología y en antropología a lo largo de su
doctorado.

Su maestría en México ( COPHAC) en
Psicología de la Pareja, mención honorífica.
Actualmente imparte diferentes conferencias y talleres sobre
mediación, bullying escolar y psicología de la
pareja en su empresa CENTRO
PSICOTERAPEUTICO MANDRAGORA. Es Maestra egresada de COPHAC,
México en Orientación y Desarrollo de Parejas. Es
colaboradora docente de ésta institución,
contribuyendo en la impartición de Talleres en Desarrollo
Humano y diferentes Diplomados.

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