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La depresión (página 2)



Partes: 1, 2, 3

 

    4.- Depresión
    en las etapas del desarrollo.

    1. Depresión infantil.- los niños
      más pequeños expresan tristeza e
      indefensión en relación a las percepciones de
      soledad y vacío.
    2. Depresión en la adolescencia.- existencia de "afecto depresivo
      de base" pero temporal, cambiante y determinado por situaciones
      externas.
    3. Depresión en la tercera edad.- hacia los
      años 60 aproximadamente. Los síntomas consiste no
      sólo en las manifestaciones, evidencias
      observables de estrés
      sino también trastornos de interacción del individuo
      con su medio
      ambiente.

    CAPÍTULO PRIMERO

    GENERALIDADES

    1.1.- ASPECTO HISTÓRICO.

    La historia conceptual de loa
    enfermedad depresiva tiene su formulación primera en
    Hipócrates (460-370 a. C.). En realidad, el punto de vista
    hipocrático sobre la depresión no es
    específico, sino que abarca una concepción
    más amplia –casi nosológica- de enfermedades mentales.
    Hipócrates aísla tres formas fundamentales de
    locura: la melancolía, la frenitis y la manía
    (Sigerist, 1961). La melancolía se caracteriza, en
    versión hipocrática, por aversión a la
    comida, irritabilidad, cansancio y somnolencia. Como puede
    observarse, Hipócrates subraya la sintomatología
    más específicamente somática
    (Martiny, 1964). Sin embargo, el médico de Cos
    sugiere que tanto el miedo como la tristeza, sean o no
    depresivos, cuando se prolongan mucho tiempo pueden
    transformarse en melancolía (Hipócrates,
    1967).

    Galeno de Pérgamo (130-210) apenas habla de la
    melancolía, al menos en el sentido psicopatológico
    que posteriormente llegó a adquirir. Para Galeno a la
    discusión hay que establecerla en torno a si la
    melancolía es apenas un síntoma o más bien
    un estado
    fisiológico.

    Muchas de las afirmaciones que en relación a la
    melancolía se atribuyen a Galeno de Pérgamo son las
    procedentes del escrito seudogalénico On Medical
    Definitions
    (Galeno, 1963).

    En esta obra se describe la melancolía como una
    alteración crónica que no se acompaña de
    fiebre. Los
    pacientes melancólicos se presentan como temerosos,
    suspicaces, misántropos y cansados de la vida. En la
    tipología depresiva, aquí descrita, se pone
    especial énfasis en la denominada "melancolía
    hipocondríaca", un cuadro en el que principalmente se
    destaca la flatulencia y las alteraciones digestivas (Jhanso,
    1969). Se destaca también el componente delusivo de
    algunas depresiones en las que algunos pacientes se experimentan
    como "sujetos hechos de cristal, o sin cabeza o habiendo sido
    envenenados" (Siegel, 1968). Estas aportaciones galénicas
    acentúan más la sintomatología
    hipocondríaca.

    El término "melancolía" (palabra
    derivada del griego melas, "negro", y chole
    "bilis"), se observó para designar a los pacientes
    que con frecuencia vomitaban bilis negra a causa de su
    irritabilidad y ansiedad. Al menos éste es el significado
    que se desprende del análisis del contexto en el que lo
    empleó Cicerón. Inicialmente, su uso no
    designó una relación causal entre la bilis negra
    (causa) y la depresión (efecto), como dice expresamente
    Caelius Aurelianus (siglo V). Siguiendo a este autor, los
    síntomas que preceden a la aparición de la
    melancolía (el vómito de bilis
    negra) tampoco se aproximan a la sicopatología de las
    depresiones, tal y como hoy las conocemos, y mucho menos llegan a
    implicar una somatización de tipo etiológico sobre
    la depresión.

    Estos síntomas consisten en ansiedad, silencio,
    rechazo y hostilidad hacia la propia familia. En
    ocasiones deseos de vivir y en ocasiones deseo de morir;
    suspicacias ante la idea de que se ha decidido un cierto complot
    contra el paciente, llantos y quejas sin sentido, etc. Por otra
    parte, la manía y la melancolía no surgen como dos
    alteraciones clínicamente contrapuestas que pueden estar
    relacionadas entre sí. La melancolía en una forma
    mapas de locura,
    de manía (entendida ésta como insania general).
    Hipócrates y más tarde Areteus fueron los que
    establecieron una cierta conexión psicopatólogica
    entre manía y melancolía, pero la
    formalización de esta conexión no se encuentra en
    la clínica hasta la obra de Bonetus (siglo
    XVII).

    Bonetus se refiere en una de sus primeras obras (1679) a
    la "manía de la melancolía" (melancholiae
    manía)
    ; sólo años más tarde, en
    otra publicación (1686), asentará definitivamente
    la relación y la significación
    etiopatogénica existente entre la melancolía y la
    manía. Bonetus emplea él término
    maniacomelancholicus, término equivalente al usado
    hoy de "maniacodepresivo".

    En el largo periodo medieval, la melancolía se
    conceptualiza como acedia. Sin embargo, a pesar de que el
    uso de este término se extiende alrededor de más de
    diez siglos, su significación no es constante. En este
    largo periodo pueden distinguirse, desde esta perspectiva, dos
    diferentes etapas: una, que se prolonga hasta el siglo XII; y
    otra, desde este siglo en adelante.

    En esta primera etapa, muy vinculada al pensamiento de
    la Alta Edad Media, la
    acedia se va a configurar, siguiendo la tradicional
    denominación, como un vicio capital
    más. Hay que esperar hasta el siglo XII, si exceptuamos
    las aportaciones de san Gregorio Magno (540-604), para asistir a
    la configuración de la acedia como otra cosa, como un
    desorden de la vida emocional que se tematiza en funciones de los
    apetitos dentro del marco
    teórico de las pasiones, introducido por santo
    Tomás. Gracias a la escolástica, la acedia va a
    inscribirse en el ámbito de los desequilibrios humorales,
    a través del cual se establece la conexión con el
    pensamiento médico.

    En síntesis
    puede afirmarse que durante la Alta Edad Media la
    significación de la acedia se restringe al recortado
    ámbito de la teología moral; con
    santo Tomás se psicologiza, y a partir de él
    se medicaliza. En realidad, dicho término se
    usó en este periodo para designar también la
    melancolía, pero un especial tipo de estado
    melancólico en el que la tristeza, la pena y el
    abatimiento no constituían sus principales contenidos,
    sino más bien la pereza y la holgazanería. Al
    comienzo, la acedia estuvo muy vinculada al pecado de pereza.
    Más tarde, su significación designa también
    una especial lasitud, un cierto desaliento y descuido,
    asociándose con la tristeza y apuntando especialmente a
    los estados de desesperanza.

    Durante este periodo inicial, la acedia es tipificada
    como un "estado del alma", cuyo
    padecimiento se restringía únicamente a los
    religiosos que vivían en el aislamiento y la soledad de
    sus respectivas celdas. Casiano describe este sexto combate de la
    lucha ascética al exponerlo a sus monjes. La acedia
    produce desgana, apatía, estar en disgusto en su celda,
    dificultades para respirar, y pereza y flojedad para cometer los
    trabajos propios de la clausura y de la vida recoleta. El monje
    comienza a pensar que jamás se sentirá bien hasta
    que no abandone el monasterio; el descanso se hace imposible,
    mientras que el tiempo pasa lenta y pesadamente. Desaparece la
    paz que tradicionalmente acompañaba, como una de sus
    principales características, a la vida contemplativa.
    Mientras tanto, surgen deseos de abandonar la soledad de la celda
    las diversiones y actividades mundanas.

    Durante la etapa tardía de la Edad Media al
    acedia no es ya un fenómeno que incida únicamente
    sobre los clérigos, sino que se extiende también a
    los laicos. En cualquier caso, la tristeza ha desaparecido del
    catálogo de pecados, a la vez que la acedia va
    distanciándose del concepto de
    tristeza. En este punto, asistimos a la reposición del
    tradicional concepto galénico de la melancolía,
    cuyo perfil psicopatológico está caracterizado por
    tristeza, temor, actitudes
    misantrópicas y suspicaces, cansancio de la vida y, a
    menudo, aunque no siempre, por la aparición de ideas
    delirantes. Aunque acedia y melancolía no se superpongan
    ni identifiquen en este contexto histórico, ambos
    conceptos, sin embargo, comienzan a hacerse convergentes. En
    particular, lo que diferencia a la melancolía de la acedia
    es la aparición o no de las ideas delirantes. Sin embargo,
    la pena, el desaliento y la desesperanza, que tradicionalmente
    caracteriza a la acedia, son ahora síntomas que se
    transfieren al concepto de melancolía y en él
    quedan subsumidos. Durante los siglos XV y XVI, la
    melancolía sustituye a la acedia; la sintomatología
    que en el pasado caracterizaba a la acedia se metamorfosea y
    adquiere una nueva titularidad bajo el concepto de
    melancolía. La pobreza, el
    torpor, la indolencia, son ahora de nuevo sustituyen los
    principales signos sobre
    los que se asentará el concepto de
    melancolía.

    En el transcurso de los dos siglos siguientes, el
    concepto de acedia casi se volatiliza; en su lugar adquiere un
    uso progresivamente mayor el término
    melancolía. A lo largo de este proceso
    conceptual la melancolía queda adscrita al fin a la
    clínica sin ninguna connotación o remembranza de su
    antigua vinculación con la acedia y con el contexto
    religioso en que ésta surgió.

    1.2.- REVISIÓN CONCEPTUAL DE LA
    DEPRESIÓN.

    La depresión según el diccionario se
    define como un estado afectivo penoso, calmo y duradero, con un
    dolor que invade la conciencia.
    Definición muy larga en psicología intenta
    definir poniendo énfasis sobre un sentimiento de
    pérdida o de carencia que permite experimentar un estado
    de abatimiento con enlentecimiento del área
    psicomotora.

    Camphell (1995) señala: que "el término
    depresión se emplea para describir el humor, entonces se
    refiere a sentimientos de tristeza, desesperación o
    aflicción, la depresión es experimentada
    universalmente como normal. Cuando el término se usa en el
    diagnóstico, la depresión puede ser
    índice siquiátrico específico o un
    componente de la enfermedad".

    También podemos definir a la depresión
    como:

    A.- Depresión como
    Síntoma:

    Una vez que está claro el trastorno depresivo
    vemos cómo la depresión puede estar asociada con
    muchas otras enfermedades siquiátricas y
    médicas.

    Los síntomas afectivos casi nunca se presentan
    solos; van combinados con trastornos somáticos y
    psicosociales incluso cuando están asociados a otras
    enfermedades (el síntoma es lo que manifiesta el
    paciente, es muy subjetivo).

    B.- Depresión como
    Signo:

    Es lo que se observa, percibe en el sujeto, es la
    parte objetiva como: llanto, malhumor , inestabilidad, ideas
    autoderrotantes o suicidas.

    C.- Depresión como
    Síndrome:

    Es la suma de síntomas o signos, no
    necesariamente cambios afectivos sino que integran a carencia,
    vegetativos y psicomotores, cognitivos
    motivacionales.

    El síndrome clínico puede aparecer como
    problema principal o puede acompañar a otros trastornos,
    como: anorexia,
    cambio de
    peso, estreñimiento, retardo, agitación
    psicomotora, dolor de cabeza, y otros trastornos
    corporales.

    1.3.- MODELOS QUE
    EXPLICAN LA DEPRESIÓN.

    1.3.1.- MODELO
    NEUROFISIOLÓGICO.

    La sinapsis es la unión de dos neuronas. Los
    neurotransmisores son las sustancias químicas que
    harán posible la transmisión, estas son: la
    Noradrenalina (genera dolor); la Serotonina (genera el estado de
    ánimo); y la Dopamina (genera placer). Estas son
    almacenadas en gránulos o vesicular; cuando llega el
    impulso nervioso, estas se rompen y son liberadas en el espacio
    intraneuronal, puede seguir cuatro caminos posibles:

    1. Una parte actúa en los receptores de la
      neurona
      siguiente, "esta es la única acción eficaz". Cuando mas excitan los
      receptores mas estímulos nerviosos
      transmiten.
    2. Otra parte es captada de nuevo por la
      célula que lo libero y se almacenan otra
      vez..
    3. Pueden también inactivados por la
      acción de sustancias llamadas enzimas que lo
      descomponen para que no sigan y cese la transmisión del
      mensaje.
    4. Pueden por último actuar sobre los receptores
      de la neurona que los libero para controlar esta
      liberación y frenarla.

    A mayor liberación de neurotransmisores que
    generan dolor, mayor será el estado de ánimo,
    decaído (Montejo 1986).

    1.3.2.- MODELO
    COMPORTAMENTAL.

    A.- Teoría de
    Seligman(1967):

    Hicieron los experimentos
    mas importantes para explicar la depresión.

    El experimento constaba en dos etapas:

    • En la primera sujetaba a un perro y
      se le sometía a descargas eléctricas que no
      podía evitar.
    • En la segunda etapa se le colocaba al
      perro en una cabina con dos partes comunicadas a una electricidad
      y la otra sin electricidad, al situarlo en la parte
      electrificada el perro no hacia ningún esfuerzo por
      liberarse de la corriente, a ese estado se llamo "la
      desesperanza aprendida". Esto lo explica en su teoría de la depresión la cual
      el sujeto aprende a vivir con el dolor o el malestar y se
      dice que aprende con la desesperanza. La desesperanza se
      origina cuando se bloquea una respuesta de escape a una
      situación adversiva. Sus componentes son:
    1. Falta de control
      objeto-externo.
    2. Representación de la contingencia.

      • En el nivel emocional: ante un evento
        traumático causa miedo.
      • En el nivel motivacional: proviene de las
        expectativas.

      Fuente: Moreno, 1985.

      B.- Teoría de Beck
      (1967):

        1. Pensar constantemente en el problema en si
          mismo negativamente.
        2. Consideración negativa del
          mundo.
        3. Consideración negativa del
          futuro.
      1. Paradigma Cognitivo: es lo que induce al
        paciente a que se deprima con pensamiento negativo
        como:

      Según el autor Beck, 1967, describe
      criterios de respuesta de estímulos, tales
      son:

      1. Inferencia Arbitraria (relativo al respuesta):
        se refiere al proceso de adelantar una determinada
        conclusión cuando no hay evidencia, o es contraria
        la conclusión.
      2. Abstracción selectiva (relativo al
        estímulo): consiste en centrarse en un detalle
        negativo, sin ver las cosas positivas de
        esta.
      3. Generalización Excesiva (relativa a la
        respuesta): queda fijada en errores cometidos, al evaluar
        la significación o magnitud del
        evento.
      4. Personalización (relativo a la
        respuesta): es la tendencia y facilidad para atribuirse
        asimismo fenómenos externos cuando no existe una
        base.
      5. Pensamiento Absolutista: se manifiesta en la
        tendencia para clasificar todas las experiencias
        negativas.
      1. Los esquemas: son las bases para la
        interpretación de tipo particular
        de una situación. Este concepto es usado para
        explicar como un paciente deprimido mantienen sus
        actitudes de causarle dolor y autoderrota a pesar de la
        evidencia del objetivo.

        1. Inferencia arbitraria: sacar una
          conclusión cuando no hay evidencia o es
          contraria a la conclusión.
        2. Excesiva generalización (y si me
          muero) y si me sale mal. Es sacar conclusión
          cuando no hay (generalizo todo me va ir
          mal).
        3. Aplicación: exagera a la importancia
          de un hecho particular.
      2. Los Errores Cognitivos: falsos
        procesamientos de información.

      En la teoría de Back, 1967, hay tres cosas
      importantes en su terapia cognitiva.

      La objetividad alterada esta constituida por
      distorsiones cognitivas que han sido originadas a
      través de estructuras inadecuadas del pensamiento. Por
      la vía de las percepciones "una situación
      desencadena emociones
      que pueden ser deprimentes".

      "La emoción no es producto
      de la situación sino el pensamiento es producto de
      mi malestar, entonces, tengo que cambiar mi manera de
      pensar para sentirse mas aliviada".

       

      Clientes

      SITUACIÓN

      PENSAMIENTO

      EMOCIÓN

      Cliente "A".

      Acabo de perder mi empleo.

      Soy un perdedor.

      Estoy deprimido.

      Cliente "B".

      Mi mujer me ha dejado.

      Se acabo mi vida.

      Estoy muy nervioso.

      C.- Teoría de Fester Lazarús
      (1973):

      Explica la depresión como déficit
      severo en el suministro de refuerzo social, atención, estigma, aprecio, esto
      lleva a conductas de alejamiento, retraimiento del sujeto y
      de las otras personas con una actitud
      amarga, existen para con los demás, así como
      una actitud de desvalorización personal, rechazo, desprecio, comportamiento de evitación a
      consecuencias negativas desagradables que conduce al
      déficit en el refuerzo social positivo por tanto va
      a deprimirse.

      D.- Teoría de Lewinson:

      Nos habla sobre la ausencia del refuerzo positivo
      ya sea en el ambiente
      social y familiar con frecuencia castigo y esto conlleva al
      evitamiento de consecuencias castigadoras y la baja taza de
      refuerzo positivo, en consecuencia va a dar la
      depresión (Noriega, 1986).

      E.- teoría de Leintember
      (1984):

      También cree que el depresivo esta
      desesperanzado acerca del logro de sus propósitos y
      acentúa la idea que el paciente se culpa así
      mismo por sus fracasos (Noriega Adelaida, 1986).

      F.- Teoría Schmale y
      Enget:

      Indicaron que la falta de confianza y la
      importancia hacen a una persona
      más sensible a la depresión, señalan
      que la pérdida o amenaza de pérdida
      está relacionada con la ira y el miedo.

      1.3.3.- MODELO
      PSICOANALÍTICO.

      Freud
      distingue con toda nitidez ente el duelo y la
      melancolía: el duelo es, por lo
      general, la reacción a la pérdida de un ser
      amado o de una abstracción equivalente. El
      duelo es un efecto normal a la
      melancolía.

      La melancolía se caracteriza
      psíquicamente por un estado doloroso, una
      cesación por el mundo exterior, la perdida de la
      capacidad de amar, la inhibición de todas las
      funciones y (la disminución del amor
      propio). Esta se traduce a los reproches y las acusaciones
      que se hace el paciente así mismo:

      • El duelo intenso reacciona a la pérdida
        de un ser amado, integra el estado de ánimo
        doloroso, la cesación de interés del mundo
        exterior.
      • Por eso la melancolía es la verdadera
        depresión para Freud y se caracteriza
        en:
        • Extraordinaria disminución del amor
          propio.
        • Egotización, implicación del
          yo en la reacción ante la
          pérdida del objeto.
        • Autocrítica pública de su
          yo sin ningún poder de lo que diferencia el
          remordimiento normal.
        • Pérdida del
          autoestima.
        • El ánimo se retrotrae al yo
          en lugar de desplazar al objeto de allí la
          relación: narcisismo y
          depresión.
      • Melanie Klein (1960), con su teoría
        psicoanalítica de la melancolía dice: "el
        conflicto va establecer el yo y
        ello muy similar a la neurosis, ya que en la depresión,
        el yo (identificado por el objeto bueno) y se
        enfrenta al ello, bien porque esta identificado
        con los objetos malos bien por que supone una gran
        amenaza o pérdida del objeto bueno (Polaino
        1986).

      1.3.4.- MODELO COGNITIVO
      CONDUCTUAL.

      Una teoría cognoscitiva importante ha sido
      propuesta por Beck (1976), de acuerdo con esta la
      depresión es un trastorno primario en el pensamiento
      más que un trastorno básico en el estado de
      ánimo. La manera en que las personas estructuran e
      interpretan sus experiencias determinan sus estados
      afectivos. Si los individuos ven una situación como
      desagradable centran un estado de ánimo de
      desagrado.

      Se dice que los pacientes deprimidos tienen
      esquemas que los preparan para la depresión, (un
      esquema es un patrón de pensamiento o una serie
      cognoscitiva que determina las reacciones y respuestas de
      una persona). En otras palabras, los esquemas tienen a
      modificar, o colorear la interpretación de la
      información que se reciben.

      1.4.- TIPOS DE DEPRESIÓN.

      Para una mejor comprensión de las
      diferentes formas de presentación de la
      depresión se le puede diferenciar en dos apartados
      distintos, según su origen: depresión
      exógena o reactiva, y la depresión
      endógena o biológica.

      1.4.1.- DEPRESIÓN
      EXÓGENA.

      Consiste en una respuesta anormal en intensidad o
      duración, a experiencias vitales del individuo, que
      pueden llevarle a o ver las cosas tal como son, sino, tal
      como le guía su estado de ánimo. Se considera
      que tiene una causa externa, generalmente por conflictos psicológicos, y por este
      motivo recibe también el nombre de depresión
      neurótica. Las manifestaciones depresivas ante
      situaciones de enfermedad, muerte,
      problema laboral,
      desengaño amoroso, etc., que pueden ser superadas
      con ayuda de apoyo afectivo o distracción, no pueden
      ser consideradas como depresiones, sino, como reacciones
      depresivas. Esta forma de reaccionar no ser considera una
      anormalidad, sino al contrario, representa una respuesta
      normal y deseable ante situaciones que lógicamente
      deben entristecer y preocupar.

      1.4.2.- DEPRESIÓN
      ENDÓGENA.

      En la depresión endógena, no se
      encuentra un acontecimiento previo desencadenante, no hay
      agentes exteriores que justifiquen la intensidad de los
      síntomas. Se sabe que está provocada por la
      alteración de ciertos componentes del sistema
      nerviosos central, por un desajuste
      neuroquímico. Se considera más grave
      que la depresión reactiva. Los casos más
      severos de este tipo de depresión reciben el nombre
      de depresión psicótica (particularmente si
      está asociada a periodos de excitación
      maniaca).

      Existen cuadros depresivos mixtos, en los que
      asocian ambos factores. Junto a una depresión de
      carácter endógeno pueden
      presentarse conflictos o situaciones traumáticas que
      de alguna manera justifican los síntomas. En el
      inicio del trastorno, este tipo de enfermos, suelen pensar
      que existe una correlación entre la causa –en
      conflicto- y el efecto –la sensación
      depresiva-, pero pronto se da cuenta que tales ejemplo son
      desproporcionados, y se dicen a sí mismo que no es
      normal lo que sucede.

      Al hacer el diagnóstico de la
      depresión es importante resaltar las bases
      orgánicas, pues la conducta
      depresiva esta asociada ocasionalmente a la demencia
      arteriosclerótica y la senil, lesión
      cerebral, enfermedad de parkinson y de Alzheimer, Corea de Huntington, hepatitis
      infecciosa vírica, acción de fármacos
      como la cortisona, la reseprina, el propoanolol o los
      anticonceptivos orales.

      CAPÍTULO
      SEGUNDO

      CAUSAS Y SÍNTOMAS DE LA
      DEPRESIÓN

      2.1.- CAUSAS DE LA
      DEPRESIÓN.

      El ser humano es considerado como una
      unidad biopsicosocial, debemos considerar una serie de
      factores que pueden determinar: algunos de ellos
      estarán en función al diagnóstico. Cada
      autor de acuerdo a sus perspectivas determinará la
      etiología de la depresión, con cierto
      predominio en algunos agentes predisponentes y
      determinantes.

      La participación de factores ambientales,
      éste estado básico, tenemos que reconocer que
      en la depresión psicótica puede influir
      elementos ambientales de diferente tipo,
      descartándose el criterio clásico de que por
      ser cuadro endógeno no es susceptible de
      modificación por factores exteriores.

      Aun cuando no existen factores etiológicos
      específicos en ningún tipo de
      depresión, con fines didácticos
      consideraré las causas que han sido establecidas por
      el autor: causas genéticas, psicológicas,
      ecológicos y sociales. Así mismo establece
      una división a los depresivos en tres tipos:
      psicóticos, neuróticos, y simples
      (Calderón, 1989).

      2.1.1.- Causas
      genéticas:

      Estas causas son de mayor importancia en las
      depresiones psicóticas, los factores
      constitucionales no pueden ser ignorados en este cuadro. Es
      evidente, con frecuencia se presentan trastornos depresivos
      en varios miembros de la
      familia, es decir, no se habla de herencia
      directa de la depresión, simplemente de posibilidad
      de transmisión, ya que los miembros de una familia
      están sujetos a los mismos factores ambientales que
      pueden determinar la depresión, la convivencia con
      una persona deprimida puede originar el mismo
      cuadro.

      2.1.2.- Causas
      Psicológicas:

      Estas causas pueden intervenir en cualquier tipo
      de depresión, pero son importantes en la
      depresión neurótica, ya que los factores
      emocionales desempeñan un papel importante,
      presentándose desde los primeros años de
      vida, estos determinan los rasgos de personalidad. Estos rasgos, no son
      heredados, sino, se aprenden a través de la estrecha
      interrelación y la dependencia respecto de los
      miembros de la familia. Estas causas psicológicas
      son influenciadas por factores determinantes y
      desencadenantes.

      Cuando se habla del factor determinante, existe la
      creencia de que casi todos los patrones de conducta
      inadaptada se derivan de conflictos y actitudes afectivas
      que aparecen desde la niñez, para entender la
      conducta inadaptada de un sujeto se deben relacionar los
      síntomas del individuo con alguna situación
      problemática que no fue resulta durante la infancia.

      Durante la infancia se presentan algunos
      trastornos, terror nocturno, berrinches, timidez, se
      conceptúan como problemas de conducta, situacionales. Cabria
      la posibilidad de advertir la presencia de sentimientos de
      culpa, conflictos creados por necesidades inconscientes de
      situaciones que en la vida del sujeto ha tenido un gran
      significado.

      También sería conveniente mencionar
      la influencia del objeto perdido, este elemento,
      "pérdida", puede ser reciente y real, o puede
      haberse presentado en el pasado, ser algo intangible, como
      afecto, autoestima; como la juventud
      que se va. Esta pérdida del objeto durante la etapa
      de desarrollo podría relacionarse con la
      psicopatología de la vida adulta.

      Si se habla de las etapas del desarrollo, si un
      niño no tiene una relación satisfactoria con
      su madre, podría volverse reservado y ser incapaz de
      tener relaciones adecuadas en otras etapas de la vida. Pues
      la relación etiológica existente entre la
      carencia afectiva en la primera infancia y determinados
      trastornos de la
      personalidad pueden persistir hasta la
      adultez.

      El individuo deja de ser niño para ser
      adulto; sus esfuerzos por alcanzar la madurez y lograr su
      independencia puede originar un periodo de
      turbulencia emocional al adolescente.

      Esta conducta rara exasperante del adolescente
      emana de sus inexpertos esfuerzos por enfrentar a
      situaciones difíciles, aún le falta madurez
      emocional, éste suele padecer alteraciones
      emocionales y cambios de la personalidad, van ah existir
      factores que influyen en el desarrollo normal del
      adolescente, originándole severas depresiones que
      podrían llevarlo hasta el suicidio, estos factores también van
      ha ocasionar ambivalencia en relación con el logro
      de su independencia, inicio de la actividad
      sexual.

      Una de las metas del adolescente es lograr su
      propia identidad, al querer demostrar ante
      sí mismo y ante la sociedad
      su autonomía, el adolescente provoca reacciones
      antisociales, autodestructivas, entonces entra en conflicto
      con el medio.

      La pérdida del objeto en el adulto es
      más fácil de identificar, puede ser la
      pérdida de un ser querido, situación
      económica, poder o salud.
      Cuando se da está situación de
      pérdida, la magnitud de la respuesta está
      condicionada por la intensidad de los lazos de afecto. Si
      se presenta la depresión, sugiere Calderón
      (1989): "el abordaje terapéutico debe estar
      condicionada por las diferentes características
      específicas del cuadro por tratar, refiere que las
      causas psicológicas de la depresión son
      diversas, y que afectan al ser humano en cualquier etapa de
      la vida
      ".

      2.1.3.- Causas
      Ecológicas:

      El
      hombre desde siempre ha venido cambiando su hábitat, va a la búsqueda
      continua de sus satisfacciones. Durante estos
      últimos siglos la humanidad alcanzó un grado
      de desarrollo científico y tecnológico, esto
      proporciona al hombre
      una gran satisfacción, pero también tuvo
      consecuencia negativa, como: un aumento acelerado de la
      población, explotación
      inmoderada de recursos
      naturales, producción incontrolada de sustancias
      contaminantes, una severa contaminación ambiental y el
      desequilibrio ecológico.

      2.1.4.- Causas Sociales:

      Los estados afectivos de depresión son una
      respuesta a la pérdida de los lazos de unión
      que han sido indispensables para la supervivencia y
      desarrollo de nuestra especie. Durante siglos los tres
      sistemas
      de apoyo social más trascendental ha sido la
      familia, la comunidad
      de vecinos y la iglesia.

      Hoy en día, si hablamos de los lazos
      familiares se han debilitado, los jóvenes tratan de
      independizarse cuando los medios
      económicos le permiten.

      Por otro lado, los lazos religiosos se
      están debilitando cada día, el número
      de personas que hace gala de un materialismo, sin esperar ayuda espiritual o
      divina de ningún tipo.

      El vivir en una época agitada, no existe
      entre los vecinos una relación de afecto y apoyo
      emocional que existía antes.

      2.2.- SÍNTOMAS DE LA
      DEPRESIÓN.

      2.2.1.- Síntomas
      afectivos.

      • Tristeza inmotivada y deseo de llorar:
        la tristeza es el síntoma fundamental, puede
        manifestarse también como abatimiento. El
        individuo deprimido, muchas veces, no relaciona esa
        tristeza con ningún hecho de su vida, es lo que
        algunos especialistas llaman "tristeza inmotivada". Si la
        depresión es leve, este abatimiento variará
        durante el día y a veces el individuo se
        pondrá alegre y reirá. Según va
        agravándose, es menos frecuente que haya momentos
        de alegría, hasta el punto que la tristeza llena
        constantemente la vida. El estado de abatimiento puede
        ser más intenso por la mañana que por la
        tarde; manifestaciones de la "ritmicidad". Los pacientes
        con frecuencia lloran, sin saber por qué. El
        llanto les puede aliviar algo. Si la depresión es
        grave, ya no se puede ni llorar; algunos lo llaman a este
        estado "depresión seca".
      • Ansiedad e irritabilidad constante: la
        ansiedad es un continuo estado de intranquilidad, se
        manifiesta como una aprehensión constante. El
        individuo está en tensión contínua,
        nunca relajado. La ansiedad deriva la irritabilidad.
        Cualquier cosa provoca molestia e irrita enormemente, y
        puede provocar la agresividad. El que le "lleven la
        contraria" o le hagan la mínima observación puede ser suficiente
        para que se ponga de mal humor o "explote" contra cuantos
        lo rodean. Generalmente la familia suele padecer las
        consecuencias de esta irritabilidad, pues con los
        extraños el individuo se reprime mucho más.
        Luego, puede darse cuenta de que ha actuado mal y
        culparse por lo que ha hacho, con lo que empeora su
        estado y se hunde más.

      La ansiedad puede producirse por el
      estrés, la neurosis, la esquizofrenia; siempre con carácter
      muy semejante. Hay numerosos síntomas
      somáticos que son debidos a la ansiedad:
      palpitaciones, dolor de cabeza, malestar,
      sudoración, sensación de no poder respirar,
      "gases"
      y otros trastornos digestivos, mareos, etc., por lo que
      ante estos síntomas podemos pensar que en el fondo
      hay ansiedad o depresión.

      • Pérdida de interés: al
        deprimido cada vez le interesa menos actividades, objetos
        o personas. Va abandonando las amistades y se encierra
        cada vez más en casan. No le interesa hablar con
        los amigos, ni siquiera con los familiares. Quiere que le
        dejen en "paz". Al final acaba encerrándose en su
        dormitorio y viviendo en soledad.

      Todo lo molesta: el ruido,
      las conversaciones, la compañía, etc. Sus
      actividades cada vez le producen menos
      satisfacción y se desinteresa de ellas. No
      sólo sus obligaciones van a afectarse, sino
      también sus aficiones: el deporte,
      el cine,
      la
      lectura, la vida social; todo le aburre y le cansa,
      nada le satisface. Su trabajo le resulta le resulta muy costoso,
      hasta que lo deja. Descuidará sus ropas, su aseo
      personal, su habitación; es casi inútil
      recomendarle que se arregle, oye esto con indiferencia o
      con irritación.

      • Sentimiento de culpabilidad: el
        deprimido tiende a culparse de todo. Cuantos fallos hay a
        su alrededor cree que son provocados directa o
        indiferentemente por él. Cuanto más grave
        es la depresión, más profunda e irracional
        son los sentimientos de culpabilidad.

      Sienten que no son capaces de hacer lo que
      desean, exagera sus defectos, creen que todo lo hacen
      mal. Llegan a sentirse responsables de cuantas desgracias
      ocurren en el mundo. Se habla de los delirios de ruina,
      enfermedad de culpa, como los propios de la
      depresión. Un ama de casa pensará que no ha
      tenido bien a sus hijos, que no los está educando,
      que por su culpa van a padecer enormes desgracias.; un
      hombre de negocios pensará que la
      empresa no va bien por él, que se va a
      arruinar, que se pierden contratos porque él no es eficaz,
      pensará que le van a despedir.

      • Estado de agitación o de
        inhibición
        : la agitación psicomotriz es
        un estado de inquietud y movimiento permanente. Estas personas no
        pueden estar sentadas o descasando, necesitan moverse,
        levantarse o sentarse, caminar, mover la manos, mirar a
        uno y otro lado. Manosean nerviosamente un objeto que
        tiene entre los dedos, se muerde las manos os e tiran de
        los cabellos. No tiene sosiego.

      Algunos autores indican que esta
      agitación es mayor cuando el deprimido es un
      individuo de edad avanzada, pero puede verse en pacientes
      en pacientes de cualquier edad.

      Otros deprimidos presentan inhibición.
      Esta se manifiesta por "retardo psicomotriz", esto es,
      lentitud de movimientos: anda despacio, habla lentamente,
      mueve los brazos con pesadez, parece como si cualquier
      manifestación motriz le fuese difícil.
      Así mismo están enlentecidas las funciones
      del pensamiento, las ideas, la comprensión, las
      reacciones son lentas.

      • Tendencia al suicidio: depresión
        y suicidio siempre han sido unidos. Algunos autores
        hablan de una tasa de suicidios del 15% en la
        población mundial. Se han realizado numerosos
        estudios para encontrar un elemento que sirviera para
        "predecir" el suicidio y, consiguientemente, dedicar
        esfuerzos a evitar que estos individuos con mayor
        riesgo
        se suicidaran. Encontraron que la dimensión
        psicológica que más se relacionaba con el
        futuro suicidio era la "desesperanza". El enfermo
        deprimido vive en desesperanza y por eso tendría
        más a la autoagresión. Al estudiar las
        personalidades depresivas mediante tests proyectivos, se
        descubrió que los elementos que indican un mayor
        riesgo de suicidio son la impulsividad, las tendencias
        agresivas y la depresión. No obstante hay autores
        que, aún admitiendo la relación entre
        depresión y suicidio indican que la
        "explicación del suicidio en base de los
        desajustes del estado de ánimo en base a los
        desajustes del estado de ánimo es bastante
        limitada. Si queremos comprender bien las relaciones
        entre el suicidio y la depresión no nos queda
        más remedio que fijarnos con atención en la
        heterogeneidad de los casos de conducta suicida y en el
        contexto total en que se enmarcaron estos
        comportamientos" (Hankoff, 1982).
      • Trastorno del juicio: el deprimido con
        frecuencia sólo observa la parte negativa de
        cuanto le rodea. Todo le parece "negro" y sin sentido. El
        futuro lo ve de modo pesimista: nada le va a ir bien, le
        sobrevendrán numerosas desgracias. Cualquier
        plan o
        proyecto que le propongan piensa de
        antemano que no va a valer para nada. Esta
        distorsión de la realidad es un obstáculo
        incluso para su posible curación. La desesperanza
        le llena por completo. Puede decirse que cuando un
        enfermo comienza a hacer planes de futuro y a organizarse
        la vida con vistas al mañana, está saliendo
        de su depresión.

      Esta deformación de la realidad externa
      en el sentido de verla sólo en sus negativos,
      ocurre también con la propia imagen
      corporal. El deprimido se ve deforme, más "feo",
      sin atractivo personal. Puede pensar que desagrada a
      cuantos le rodean, sus imperfecciones físicas son
      llevadas a primer plano y lamentadas como algo terrible y
      sin remedio. Una pequeña mancha en la cara que
      antes apenas le llamaba la atención, de repente
      cobra una inusitada importancia y puede ser la causa
      aparente de que no salga a la calle o de que intente una
      cirugía plástica.

      • Humor: el humor suele ser un buen
        distractor de los sentimientos de tristeza del paciente.
        Muchos pacientes conservan el sentido del humor a pesar
        de su falta de alegría; en base a ello, el
        terapeuta ducho en poner de manifiesto el sentido
        gracioso de las situaciones puede distraer la
        atención del paciente, aunque sólo sea
        temporalmente, valiéndose del humor. Cuando un
        paciente depresivo capta el aspecto humorístico de
        una situación, suele ser un signo de que
        está desarrollando o aplicando una importante
        habilidad para hacer frente a los problemas.
      • Llanto incontrolable: los periodos de
        llanto son un síntoma frecuente en la
        depresión. Habitualmente se da más en las
        mujeres. En ocasiones, los pacientes se sienten mejor
        después de haber llorado, pero generalmente lo que
        ocurre que se depriman aún más. Algunos
        pacientes lloran hasta tal punto que la
        comunicación con los demás se ve
        seriamente impedida.
      • Vergüenza: siente vergüenza a
        causa de algún aspecto "socialmente indeseable" de
        su personalidad o de su conducta. A diferencia de los
        sentimientos de culpabilidad, motivados por una supuesta
        infracción de los códigos
        ético o moral por parte del
        paciente, la vergüenza surge de la creencia del
        paciente de que le juzguen como infantil, débil,
        loco, en general, inferior.

      2.2.2.- Síntomas
      Motivacionales.

      • Pérdida de la
        motivación positiva e incremento de la
        tendencia a la evitación
        : es la ausencia de la
        motivación para llevar a cabo las
        tareas más simples, suele ser uno de los
        síntomas principales de la depresión. La
        persona sabe lo que tiene que hacer, pero no tiene el
        estímulo ni el deseo para realizarlo.
      • Dependencia: la dependencia excesiva es
        uno de los síntomas principales de la
        depresión. A persona depresiva suele presentar una
        marcada tendencia a pedir ayuda a los demás para
        realizar sus actividades cotidianas. Este deseo de ayuda,
        que puede tomar la forma de quejas o exigencias,
        generalmente excede la necesidad real de ayuda. Aunque el
        hecho de conseguir la ayuda solicitada puede aportar a la
        persona depresiva un alivio temporal, también
        puede reforzar su dependencia y su falta de seguridad.

      2.2.3.- Síntomas
      Cognitivos.

      • Indecisión y presencia de
        delirios
        : la indecisión va unida tanto a la
        inhibición intelectual como al trastorno del
        juicio. Al enfermo de depresión le cuesta mucho
        tomar decisiones. Las dudas le cubren por completo. El
        componente del trastorno del juicio hace que tema fallar
        y decidir erróneamente; la inhibición
        intelectual le bloquea y paraliza. Como le cuesta empezar
        a hacer las cosas, las retrasa, sólo actúa
        y decide cuando no tiene más remedio. Piensa sobre
        un problema, lo deja, vuelve a pesar, y así tarda
        en resolver la situación, aunque sea algo tan
        simple como salir o no salir de casa.

      Los delirios suceden en las depresiones graves.
      El delirio es definido por los clásicos como una
      "idea falsa originada patológicamente y que
      resiste a toda argumentación". En la
      depresión suelen tratar sobre temas de culpa,
      enfermedad y ruina, como ya hemos dicho.

      • Percibir los problemas como abrumadores:
        la "tríada cognitiva" consiste en una negativa del
        mundo exterior, de sí mismo y del futuro. La
        visión negativa del futuro
        ("desesperanza").
      • Autocrítica: como la
        mayoría de las personas, la persona depresiva,
        también busca la explicación de sus
        problemas. Según su idea de causalidad, el
        depresivo tiende a interpretar cualquier deficiencia suya
        como la causa de sus problemas psicológicos.
        Muchos veces, esta tendencia se ve apoyada por algunas de
        las personas significativas que afirma el paciente
        "podría mejorar si quisiera". Las personas que
        padecen depresión grave llevan la noción de
        causalidad hasta extremos aparentes absurdos.
      • Pensamiento absolutista (todo o
        nada
        ): las alteraciones del pensamiento que se dan en
        la depresión puede analizarse en términos
        de modos primitivos de organizar la realidad versus los
        modos maduros de organizar la realidad. Los individuos
        depresivos tienden a hacer juicios categóricos y
        los significados que atribuyen a sus experiencias suelen
        ser extremos, unidimensionales y absolutista. Un modo
        más duro de pensamiento conceptualiza las
        situaciones según más dimensiones,
        emplea términos más bien cuantitativos que
        cualitativos y aplica pautas relativas y no absolutas.
        Además, los individuos depresivos tienden a
        percibir las consecuencias negativas como
        irreversibles.
      • Problema de memoria y dificultad para
        concentrarse
        : los problemas de memoria y la
        dificultad para concentrarse suelen estar
        interrelacionados. La persona depresiva es incapaz de
        recordar la información porque no se concentra en
        el material que debe aprender. El principal problema de
        concentración que tiene es el de la
        fijación de la atención.

      2.2.4.- Síntomas
      Conductuales.

      • Experiencia, espacio-temporal: es el
        refugio en el pasado, fluidez temporal lenta y penosa;
        obstrucción de futuro por amenazas, temores y
        fobias que lo hacen insoportable; es la
        exageración de las distancias, el espacio le
        ahoga, sometiendo el espacio.
      • Pasividad, evitación e inercia:
        la inactividad y la pasividad del paciente se encuentra
        entre los principales síntomas objetivos. La pasividad e inactividad que
        se observan en la depresión se han interpretado
        históricamente como una forma de inhibición
        neurofisiológica; lentitud psicomotriz. La
        actividad carece de sentido; crece la reducción de
        todos los proyectos personales.
      • Problemas de habilidades sociales: el
        depresivo suele presentar un funcionamiento inferior al
        normal en casi todos los aspectos, incluso el social. Su
        interacción social es inhibida y bloqueada,
        penosa, monotemática; dificultad para rebasar su
        propia intimidad.
      • Otros síntomas conductuales:
        apatía generalizada, extinción de conductas
        instrumentalmente adaptativas, disminución de la
        tasa de conductas de escape, incremento de la tasa de
        conductas de evitación y fracaso de las mismas,
        pérdida de contingencias positivas,
        disminución de los reforzadores sociales, falta de
        habilidad para evitar contingencias sociales aversivas,
        incapacidad para conseguir refuerzos sociales;
        inaccesibilidad de esos refuerzos.

      2.2.5.- Síntomas
      Fisiológicos.

      • Alteraciones del sueño: las
        perturbaciones del sueño son uno de los
        síntomas más acusados de la
        depresión. La mayoría de los depresivos
        presentan algún tipo de alteración del
        sueño. Entre los problemas se influyen la
        dificultad para conciliar el sueño, las
        interrupciones frecuentes del mismo y despertar demasiado
        temprano por la mañana. Estos problemas son muy
        frecuentes, en especial el insomnio; el deprimido
        duerme poco tiempo y mal. Suele decirse que se tiene
        insomnio "tardío", esto es, que despierta muy
        temprano y es incapaz de volverse a dormir. Asimismo, es
        frecuente el insomnio "precoz", el individuo tarda en
        conciliar el sueño, está más unida a
        la ansiedad. A veces los deprimidos presentan
        hipersomnia, es decir, duermen mucho tiempo;
        parecería como si quisiera huir de la vida
        exterior real y se refugiaran en sí mismo
        durmiendo. Estas personas están somnolientas de
        continuo, duermen hasta muy tarde por la mañana,
        se levantan con sueño y, si se quedan inactivos,
        de nuevo les entra el sueño.
      • Pérdida del apetito: es muy
        frecuente. A veces, una depresión comienza con
        este síntoma. En más del 50% de los casos
        de depresión hay disminución o
        pérdida del apetito, de modo que puede ser
        laborioso convencerles para que coman lo
        indispensable.

      Lo primero que notan suele ser la pérdida
      del sabor, no apetecen las comidas, su parte placentera
      desapacere, pero siguen comiendo normalmente. El rechazo
      a la comida es preocupante para los familiares. En
      algunas ocasiones, sobre todo cuando la ansiedad es
      importante, el individuo puede comer más tratando
      de buscar cierto alivio en la comida de un modo
      compulsivo, naturalmente ganarán de
      peso.

      • Disminución del deseo sexual:
        tanto los hombres como las mujeres disminuyen el deseo
        sexual o incluso desaparece por completo. Imágenes o estímulo0s de
        cualquier tipo que antes les excitaban ahora pierden
        significación y les dejan completamente
        insensibles. A veces el hombre quizá conserve algo
        el deseo sexual, pero se vuelve imponente, esto es,
        pierde la capacidad de erección. La mujer suele rechazar
        todo contacto sexual. La recuperación se hace
        lentamente. Esta lentitud hace posible que otros
        mecanismos interfieran en las relaciones
        sexuales, presentándose el peligro de una
        impotencia o frigidez para siempre.
      • Otros síntomas orgánicos:
        las depresiones pueden ocasionar una muy variada
        sintomatología orgánica como: cefaleas,
        dolores múltiples. Los trastornos neurovegetativos
        y equivalentes depresivos se aparecen, como las
        náuseas, vómitos,
        sequedad de la boca, algias gástricas,
        hiperclohidria, estreñimiento, descanso del
        metabolismo basal, bradicardia,
        taquicardia, hipertensión, vértigo,
        acaticia, prurito, trastorno del gusto, sofocos,
        frialdad, hormiguilla.

      2.3.- CRITERIOS CLÍNICOS DE LA
      DEPRESIÓN SEGÚN EL DSM-IV.

      2.3.1.- TRASTORNOS
      DEPRESIVOS.

      Éste término aparece por primera vez
      en un sistema de clasificación oficial con el DSM-IV
      (APA, 1980), y ha tenido una amplia aceptación, se
      ha caracterizado por uno o más episodios depresivos:
      se emplea para describir a una persona que presenta un
      episodio mayor. Estos estudios han indicado un amplio
      intervalo de valores
      para la proporción de la población adulta. El
      riesgo a lo largo de la vida ha variado entre 10 a 25% para
      las mujeres y entre 5 y 12% para los varones. La
      prevalencia de este trastorno ha variado en adultos entre 5
      y 9% para las mujeres y el 2 y el 3% para los varones,
      estas prevalencias no están relacionadas con la
      raza.

      1. Síntomas Anímicos.- la
        tristeza es el síntoma anímico de la
        depresión. Aunque los sentimientos de tristeza,
        abatimiento, pesadumbrado e infelicidad, son los
        más habituales, a veces el estado de ánimo
        predominante es de irritabilidad, sensación de
        vacío o nerviosismo, incluso en casos de
        depresiones graves el paciente puede llegar a negar
        sentimientos de tristeza, alegando con aparente
        inmutabilidad que ahora es incapaz de tener ningún
        sentimiento; en estos grados normal que los pacientes
        digan que ya les es prácticamente imposible
        llorar.
      2. Síntomas motivacionales y
        conductuales
        .- uno de los aspectos subjetivos
        más dolorosos para las personas deprimidas es el
        estado general de inhibición en que se hallan. La
        apatía, la indiferencia y, en definitiva, la
        disminución en la capacidad de disfrute, es junto
        con el estado de ánimo deprimido el síntoma
        principal de un estado depresivo. Lentamente de la cama
        por las mañanas o asearse pueden convertirse en
        tareas casi imposibles y, en muchos casos, se abandonan
        los estudios, el
        trabajo, etc. Tomar decisiones cotidianas puede
        convertirse en una tarea casi insalvable. En forma
        más grave este tipo de inhibición
        conductual se conoce como retardo psicomotor, un
        enlentecimiento generalizado de las respuestas motoras,
        el habla, el gesto y una inhibición motivacional
        casi adulta. En casos extremos, este retardo puede llegar
        al estupor depresivo, un estado característico por
        mutismo y parálisis motoras casi totales, y muy
        similar al catatónico.
      3. Síntomas Cognitivos.- el
        rendimiento cognitivo de una persona deprimida
        está afectada. La
        memoria, la atención y la capacidad de
        concentración puede llegar a resentirse
        drásticamente incapacitado su desempeño en la tarea cotidiana.
        Pero aparte de estos déficits normales, su
        capacidad cognitiva es alterado. La valoración que
        hace una persona deprimida de sí misma, de su
        entorno y de su futuro suele ser negativa, la
        autodepreciación, autoculpación y la
        pérdida de autoestima pueden ser contenidos claves
        en las cogniciones.
      4. Síntomas Físicos.- la
        aparición de cambios físicos es habitual,
        un síntoma típico, que afecta a un 70 o 80%
        de los pacientes depresivos, son el problema de
        sueño. Otros síntomas físicos
        comunes son la fatigada, pérdida de apetito y
        disminución de actividad y el deseo sexual. Aunque
        acerca de 5% de la población sufre un episodio
        depresivo grave durante su vida, sólo pocas
        personas buscan ayuda profesional, los síntomas
        físicos se consideran como una importante
        línea divisoria en la depresión normal y la
        depresión clínica. Uno de los
        síntomas importantes que se considera en las
        relaciones interpersonales de un paciente deprimido que:
        "una importante característica de las personas
        deprimidas es el deterioro en las relaciones con los
        demás
        . De hecho, un 70% dice haber
        disminuido su interés por la gente
        ". (Beck,
        1983). Como puede notar: "estos pacientes normalmente
        sufren el rechazo de las personas aislándose
        más
        " (Klerman y Weissman, 1986). Esta
        área puede ser foco de interés en el
        futuro, pues un funcionamiento interpersonal inadecuado
        ha mostrado llevar al cuadro de
        depresión.

      2.3.1.1.- Trastorno depresivo
      mayor.

      Los trastornos depresivos es el de "Episodio
      depresivo mayor".ñ se define por la presencia
      simultánea de una serie de síntomas durante
      2 semanas.

      Para el diagnóstico de episodio depresivo
      mayor requiere cumplir dos criterios (Belloch, 1995):"
      uno, que los síntomas no sean causados por una
      enfermedad o ingesta de sustancias; y segundo que los
      síntomas no se deban a una reacción de
      duelo normal por la
      muerte de un ser querido
      ".

      Estos episodios difieren de gravedad, se pueden
      valorar con escalas apropiadas o clínicamente de
      un modo global. En el DSM-IV (1995), plantea los
      siguientes niveles:

      • Ligero, existen pocos síntomas y el
        deterioro laboral y social es poco.
      • Moderado.
      • Grave no psicótico, presencia de
        síntomas, más de los mínimos y
        existe un deterioro marcado en relaciones
        interpersonal, social y laboral.
      • Con características psicótica,
        episodios donde existen delirios o
        alucinaciones.
      • Remisión parcial, intermedio ligero o
        total, cuando se habla de remisión total, no ha
        existido signos significativos en los 6
        meses.

      Según el DSM-IV, propone que un episodio
      depresivo puede tener características de
      melancolía, cuando no ocurren los síntomas,
      es decir, que la melancolía no implica mayor
      gravedad. Las etiquetas o categorías asignadas
      dentro de los trastornos depresivos se
      mencionan.

      2.3.1.2.- El trastorno
      distimico.

      Se usan para definir un tipo de depresión
      cuya definición nunca había estado bien
      resuelta. Se trata de estados depresivos muy profundos,
      crónica y otros que se caracterizan por la
      presencia de bastantes síntomas depresivos. El
      término vendría a sustituir a otros, como
      la "neurosis depresiva" y la personalidad depresiva que
      antes se incluía en el apartado de los trastornos
      de personalidad.

      La razón de ésta nueva
      ubicación es la idea de que la distancia es
      más un trastorno afectivo, que un trastorno de
      personalidad. Lo que caracteriza al distimia son
      la presencia durante un periodo mayor de dos años,
      también es necesario la presencia de al menos
      otros tres síntomas que coexistan con esta
      tristeza.

      Lo importante que la distimia no es un estado de
      depresión subsindrómica tras experimentar
      un trastorno depresivo mayor.

      En cuanto al inicio, el DSM-III R y el DSM-IV,
      distinguen dos tipos: distimia de comienzo temprano y
      distimia de comienzo tardío, según haya
      empezado el cuadro antes de 21 años. La idea de
      esta distinción es que, aunque no tenemos aun
      mucho datos.
      No existen datos sobre el curso y tratamiento de la
      distancia.

      2.3.1.3.- El trastorno depresivo no
      específico.

      Se incluye para codificar los trastornos con
      característica que no cumplen los criterios para
      un trastorno depresivo mayor, trastorno distímico,
      trastorno adaptativo con estado de ánimo deprimido
      trastorno adaptativo con estado de ánimo mixto
      ansioso y depresivo (o síntomas depresivos sobre
      los que una información inadecuada o
      contradictoria). La categoría dedicada a las
      depresiones no especificada engloba cuadros muy diversos.
      Por esta razón, apenas, tiene sentido ofrecer
      datos epidemiológicos, de curso clínico o
      de cualquier otro parámetro, puesto que comprende
      entidades muy heterogéneas.

      2.3.2.- TRASTORNOS
      BIPOLARES.

      Síntomas de la Manía. Sus
      manifestaciones más leves (hipomanía), la
      manía es lo contrario de la depresión,
      "aunque hay casos en los que un estado de alegría
      desbordante inunda al paciente, en la mayoría se
      mezclan estados de irascibilidad, a veces explosiva y
      furiosa" (Bellochetal, 1995). En ocasiones, en numerosos
      pacientes, se observan momentos de abatimiento
      entremezclados con el propio episodio de manía.
      Estos pacientes se caracterizan por la expansividad
      anímica y cognitiva.

      Las personas afectadas de ese trastorno
      están imbuidas de una sensación de bienestar
      y omnipotencia. Son más productivas de lo normal y
      más apasionadas. Cuando la persona maníaca se
      enfrenta a la resistencia y objeciones de los demás
      se vuelve irritable, hostil, paranoide, agresiva.
      Así pues, no cabe afirmar simplemente que la
      depresión y la manía son las dos caras de una
      moneda. Los síntomas y signos más frecuentes
      de la manía se puede agrupar de modo semejante a lo
      que apuntábamos en el caso de los trastornos
      depresivos.

      1. La manía, junto con algunos trastornos
        de personalidad, es uno de los pocos cuadros en el que
        el paciente no sufre por los síntomas
        presentes.

      2. Síntoma anímicos.- estos
        pacientes están casi siempre irascibles,
        suspicaces y en un estado de hiperactividad general y de
        intromisión que tienen serias repercusiones en las
        relaciones interpersonales. En ocasiones, la
        excitación anímica llega a ser tan
        extraordinaria que desemboca en la hostilidad manifiesta,
        conductas destructivas.
      3. Síntomas motivacionales y
        conductual
        .- una de las características
        más importantes de la manía es el estado de
        energía aparentemente inagotable. Bajo esta
        apariencia en ocasiones el paciente puede estar sin
        dormir por semanas. Un paciente maníaco suele
        hablar sin parar y tiene la idea que sus pensamientos se
        agolpan a una extraordinaria velocidad y van más de prisa de lo
        que puede expresar. En cuanto a su apariencia, una
        persona en fase maniaca tiende a prestar poca
        atención a su aspecto personal.
      4. Síntomas cognitivos.- se
        caracteriza por una extraordinaria aceleración, el
        habla es rápida, entrecortada, salta de un tema a
        otro y le es prácticamente difícil de
        mantener su atención, en ocasiones el habla puede
        ser incoherente, su autoestima es variable he incluso
        pueden aparecer fantasías e ideas
        delirantes.
      5. Síntoma físico.- la
        hiperactividad se manifiesta en el área
        vegetativa: problema del sueño, aumento de apetito
        y aumento del umbral de la fatiga física.
      6. Relaciones interpersonales.- son muy
        difíciles en los episodios de manía, estos
        pacientes suelen ser muy entrometidos y
        controladores.

      Ocasionalmente, bajo este estado de
      hiperactividad e irritabilidad pueden producirse
      agresiones.

      2.3.2.1.- El trastorno bipolar
      I.

      Se caracteriza por uno o más episodios
      maníacos o mixtos, habitualmente están
      acompañados por episodios depresivos mayores, es
      decir, es una mezcla heterogénea de
      componentes.

      2.3.2.2.- El trastorno bipolar
      II.

      Se trata de personas que habiendo padecido
      episodios depresivos hipomaníacos, nunca han
      padecido un episodio completo de la
      manía.

      La aparición de los episodios
      maníacos puede ser lenta y progresiva. Los
      pacientes bipolares presentan más episodios
      afectivos a lo largo de la vida que los pacientes
      unipolares. El trastorno bipolar II se caracteriza por
      uno o más episodios depresivos mayores.

      Aunque los trastornos bipolares son más
      recurrentes que los unipolares, los episodios tienen una
      duración media menor (uno a cuatro meses). Es
      interesante resaltar que la duración del episodio
      maníaco o depresivo no depende de la gravedad de
      los síntomas presentes. El riesgo vital como
      mínimo de uno porciento en la población
      general, aunque hay bastante disparidad en los estudios
      realizados hasta la fecha. Este riesgo se incrementa
      mucho si existe un familiar del primer grado que
      manifiesta o haya manifestado el trastorno.

      2.3.2.3.- El trastorno
      ciclotímico.

      Se caracteriza por al menos dos años de
      numerosos periodos de síntomas hipomaníacos
      que no cumplan los criterios para un episodio
      maníaco y numerosos períodos de
      síntomas depresivos que no cumplen los criterios
      para un episodio depresivo mayor.

    3. Conducta manifiesta.

    Partes: 1, 2, 3
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