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La depresión (página 3)



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CAPÍTULO
TERCERO

DEPRESIÓN EN LAS ETAPAS DEL
DESARROLLO

3.1.- DEPRESIÓN INFANTIL.

3.1.1.- CONCEPTO.

La noción de la depresión en la infancia
no es aún muy precisa, difícil de concretar e
incluso discutida, a pesar del interés, que éste tema ha
despertado, es a partir del siglo XVII cuando se empieza a
hablar del concepto melancolía ligado principalmente
en adultos. En 1621 el clérigo Roberto Burton escribe
la obra: "Anatomía de la melancolía",
donde, en forma extensa, su propia experiencia haciendo
alguna alusión de su infancia (citado en
Polaino-Lorente, 1988).

Pasan los siglos antes de prestarle atención a la sicopatología
infantil, siendo en el siglo XIX cuando los primeros textos
de psiquiatría infantil aparecen con lasos
referenciales sobre melancolía del
niño.

Polaino Lorente (1988) manifiesta que "descuret,
francés y doctor en medicina,
descubrió por primera vez un caso diagnosticado de
nostalgia en un niño de dos años que
había sido separado de su nodriza. Los síntomas
que se identificaron en éste caso fueron:
desesperanza, tristeza, debilidad afectiva, cogniciones
depresivas, pérdida del apetito y de peso,
síntomas vegetativos, ideas delirantes e insomnio.
Éste autor se adelanta a lo que años
después describe Spitz, como producto
de la separación materna, a la teorías psicoanalítica de
pérdida del objeto y la modelo de
pérdida del reforzamiento de Lewinsohn.

Las referencias sobre la depresión o
melancolía infantil comenzaron a progresar y a sus
numerosas a partir del siglo XX. Paralelamente, el
término "depresión" predominó y
sustituyó el término
"melancolía".

Klein (1934), es la primera que introdujo el
término depresión refiriendo a la infancia.
Poliano Lorente cita a Stern, quien hizo una descripción acerca del niño
deprimido "niños deprimidos, no puede reír,
y un niño que no pudo reír, ni alborotarse y
enfadarse con el niño. Los muchachos deprimidos son
huraños, huyen de la compañía de los
demás.

Después de apurarse la depresión
analíticas del bebe descritas por Spitz y Bowlby
(1945) donde ya se habla de un cuadro clínico producto
de la separación de la madre. En los años
setenta surgen los conceptos, de depresión enmarcada y
equivalentes depresivos, los cuales refugian que la
sintomatología de la depresión en el
niño tenía poco o nada que ver con la
depresión típica. A partir de los años
70, fue que se dio la aceptación del síndrome
deprimido específico de la infancia y se va haciendo
casi unánime, marcando el comienzo de la fase actual,
un estado de
la depresión infantil. Así un poco más
de 20 años se ha logrado un gran avance gracias a
numerosas investigaciones.

Hace pocos lustros no se la considera como tal, en
la actualidad hay plena conciencia
de la existencia de cuadros depresivos en la infancia. El
niño que se queja de tristeza, llora
fácilmente, está raro, silencioso, habla poco
con los demás, incluso huye de las situaciones
sociales y se le ve andando solo o sentado en un
rincón; está de mal humor irritable, con ideas
autodestructivas, sentimientos de inferioridad y culpabilidad. Presenta problemas
escolares o incluso rechaza la escuela;
de rendimiento escolar malo, dificultad de atención y
concentración, pérdida de interés a
cualquier actividad, se aburre con facilidad, apático
e indiferente. Esta conducta
antisocial, las fugas de casa, actos sexuales impulsivos. A
nivel físico se observaron trastornos del
sueño, pesadillas, pérdida del apetito;
agitación elentecimiento y otros.

Esto alguno de los síntomas que se puede
presentar en un cuadro de depresión infantil. Una de
las mayores dificultades para su diagnóstico es que el niño es
incapaz de expresar su estado afectivo.

Los signos de
depresión pueden surgir tras el nacimiento de un nuevo
hermano, un cambio de
casa o de colegio, enfermedad, muerte de
un familiar o un amigo; puede ser debido a los rasgos de
personalidad neuróticos que le hacen
responder deprimiéndose ante cualquier dificultad,
como la frustración. El tratamiento de las depresiones
infantiles no es distinto del resto de
depresiones.

3.1.2.- CLASIFICACIÓN DE LAS DEPRESIONES
INFANTILES.

La necesidad de clasificar las depresiones
infantiles se debe a su función de simplificar adecuadamente
los síntomas según similitudes y diferencias
para poder
establecer grupos
homogéneos de niños y cuyos grupos
sintomatológicos sean susceptibles a determinados
tratamientos y se puede predecir su curso. Asignar a un
niño es posible entre el grupo y el
niño respecto a los síntomas, la
etiología y el tratamiento.

Además, las clasificaciones permiten un
acuerdo entre investigadores para lograr avances
científicos que mejoren la intervención y
prevención. Polaino y Lorente (1988) señalan
que el primer esbozo nosológico de la depresión
infantil se remonta a 1857, cuando Descuret, clasifica las
nostalgias infantiles en tres tipos:

  1. Nostalgia por afectividad, caracterizada
    por inquietud, apatía, aislamiento social,
    desesperanza, tristeza, pérdida del apetito,
    cansancio, palpitaciones, pérdida de peso,
    insomnio e ideas delirantes de contenido depresivo.
    Correspondería a los que actualmente se denomina
    depresión endógena.
  2. Nostalgia por habituación, la
    cual aparecería en los que están iniciado
    la adolescencia y desean independizarse y
    vivir lejos de su familia, pero al ser negado el permiso de
    sus padres, cae en profunda tristeza con pérdida
    del apetito. Según Polaíno Lorente (1988)
    corresponden a lo que ahora se denomina depresión
    reactiva o neurótica.
  3. Nostalgia por habituactividad, lo cual
    se debe a un repentino cambio o factor estresante donde
    se presenta un deseo melancólico de volver al
    lugar o situación anterior. Según Polaina
    Lorente (1988) correspondería a la
    depresión de los niños después de
    una separación de un ser significativo o un cambio
    de casa o colegio.

En la etapa de desarrollo
más actual, la escuela francesa ha tratado de
clasificar las depresiones infantiles:

  1. Depresiones somatógenas: referidas
    al padecimiento de enfermedades crónicas como tumores
    cerebrales, traumatismos, enfermedades hereditarias,
    etc.
  2. Depresiones exógenas o
    psicógenas
    : vinculadas a conflictos neuróticos, problemas de
    desajuste, dificultades escolares, conductas desadaptativas
    y toda fuente de estrés que provenga del ambiente.
  3. Depresiones endógenas: se incluyen
    trastornos con sintomatología psicótica o
    maniaca.

Cytrin y Mc Knew (1972) distinguen tres formas
clínicas de depresión en la infancia en
función de sus manifestaciones clínicas,
antecedentes familiares, duración de la enfermedad,
historia
premorbida y factores precipitantes que son los
siguientes:

  1. Depresión Enmascarada.- la
    más frecuente en los niños y se caracteriza
    por desorganización y sicopatología familiar,
    pero no específicamente depresión en los
    padres. Es una alteración duradera de la
    personalidad infantil caracterizada por conductas
    obsesivas, histéricas, agresivas y desadaptativas,
    ansiedad y fantasía de violencia y muerte.
  2. Depresión Aguda.- es una
    reacción a un factor estresante o acontecimiento
    vital cuya intensidad es proporcional a tal evento. Entre
    los antecedentes se encuentra un buen ajuste permorbido,
    antecedentes familiares neuróticos en lugar de
    alteraciones psicopatológicas o depresión y
    una fuerte cohesión familiar. El sujeto es incapaz
    de utilizar la autoprotección que utilizaba antes
    del acontecimiento estresante. Manifestando negativismo y
    una personalidad pasivo-agresivo.
  3. Depresión Crónica.- se
    caracteriza por la presencia de sentimientos y conductas
    depresivas con ideas suicidas desde edades muy tempranas.
    No existe un evento precipitante inmediato pero si una
    historia repetida de abandonos y depresión
    crónica de los padres. La alteración de la
    personalidad es duradera, siendo ésta pasiva,
    dependiente y desvalida; no se presenta ansiedad
    aguda.

Ollendick Y Hersen (1988) dicen que otras
clasificaciones han apelado a un criterio etiológico y
evolutivo por ejemplo Malmquist (1975) ha propuesto las
siguientes categorías y
subcategorías:

1.- Depresión Asociada a Enfermedades
orgánicas
:

  1. Como parte del proceso patológico.
  2. Secundaria (reactiva) a un proceso
    físico.

2.- Depresión por Privación:
reacción a un ambiente no
gratificante
.

  1. Depresiones anaclíticas.
  2. Tipos caracterológicos relacionados con
    la carencia de afecto.

3.- Depresión por Trastorno de la
Individualización.

  1. Problemas de
    separación-individualización.
  2. Fobias escolares con componentes
    depresivos.
  3. Precursores evolutivos del masoquismo moral.

4.- Depresión de Latencia o Infancia
Media
:

  1. Asociada con pérdida de
    objeto.
  2. Fracaso en alcanzar metas
    utópicas.
  3. Equivalentes depresivos (sin efecto
    depresivo).
  4. Estados maniaco-depresivos.
  5. Tipos caracterológicos relacionados con
    la carencia de afecto.

5.- Depresión en la
Adolescencia
:

  1. Lactantes anaclíticos.
  2. Lactantes con los padres
    deprimidos.
  3. Niños con padres
    divorciados.
  4. Inhibición de la actividad.
  5. Niños de la actividad
    intelectual.
  6. Anorexia nerviosa y
    depresión

Vemos que estas clasificaciones cuyos criterios son
solamente etiológicos, no presentaría mucha
utilidad ya
que podrían haber tantas depresiones como supuestos
etiológicos. Además, dejan al margen la
multicidad de factores que caracterizan a la depresión
ya que nunca se puede afirmar la existencias de una
relación causas única entre un factor y la
depresión.

Ollendick y Hersen (1988) refieren que Nissen en
1978 divide las depresiones en
psicógenas-sociógenas, según estados
evolutivos; considerando causas multifactoriales. Este tipo
de depresiones están relacionados con la socialización e influencias familiares
y ambientales como el rechazo y no aceptación,
separaciones familiares, actitudes
patógenas de los padres, actividades cambiantes de los
adultos hacia los niños, comunicación de un estado de
ánimo depresivo de la madre, expectativas escolares
excesivas, etc. Así, Nissen distingue: la
depresión anaclítica (primera infancia), las
depresiones de separación e inducidas (segunda
infancia, pre-escolaridad), la depresión escolar (por
demandas excesivas) y las depresiones neuróticas
(pre-pubertad e
inicio de la adolescencia).

En el CIE 10 (OMS, 1995) se puede distinguir que hay
una clasificación, podría decirse que es porque
son ellos los que proponen el enfoque del continuismo con la
depresión adulta, se observa también que
inician clasificando lo que concierne a la depresión
como trastorno del humor (afectivos). Es decir en este
manual se
clasifican las depresiones de la siguiente manera:

  • Trastorno bipolar.
  • Episodios depresivos.
  • Trastornos depresivos recurrentes.

En esta parte se clasifican a la depresión,
existen otros tipos de trastorno del humor pero cuyo
síntoma principal no es la depresión.El DSM IV
(APA, 1995) describe los siguientes trastornos del estado de
ánimo:

  • trastorno bipolares, donde se encuentran las
    psicosis maniaco-depresiva.
  • Trastornos depresivos, los cuales a su vez se
    dividen en:
    1. Depresión mayor, cuya gravedad se
      asocia a síntomas psicóticos como
      ideas de tipo melancólico.
    2. Trastorno distinguido o depresión
      neurótica.
  • Trastorno adaptativo con estado de ánimo
    depresivo.

Poliano Lorente (1988) concluye que varios estudios
basados en el DSM, evidencian el hecho significativo de que
la depresión mayor y el trastorno
distímico aparecen como unidades
sindrómicas en la infancia y la adolescencia y su
expresión fenomenológica es la
misma.

El mismo autor refiere, que sin embargo, el problema
se origina al plantear la existencia de las depresiones
psicóticas en los niños. Los aportes del
estudio de Chambers etal., (1982) fueron valiosos al estudiar
en 58 niños pre-púberes (8 a 12 años);
con ideas delirantes y alucinaciones; asociadas a la
enfermedad depresiva, según criterios RDC. Se
concluyó que la depresión psicótica o
endógena en la infancia tiene un perfil bastante
semejante a la del adulto, predominando las ideas delirantes
más que las alucinaciones y siendo más
frecuente el contenido congruente al estado de ánimo,
que el contenido no congruente.

Como vemos, aún no existe una
clasificación bien fundamentada de las depresiones
infantiles, por lo tanto, las categorías existentes
actuales para la clasificación de la depresión
del adulto (CIE 10 y DSM IV) parecerían ser
válidas también para los
niños.

3.1.3.- SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN
INFANTIL.

Según Ajuriaguerra y Marcelli (1982) realizan
una clasificación de la sintomatología
infantil, la cual engloba los distintos enfoques al
considerar cuatro grupos de síntomas:

1.- Síntomas directamente vinculados a la
depresión
:

  • Postración e inhibición
    psicomotriz.
  • Llanto y tristeza.
  • Indiferencia y permanente fatiga.
  • Desvalorización y sentimiento de ser
    poco querido.

2.- Sentimientos asociados a sufrimientos
depresivos
:

  • Retraimiento y aislamiento.
  • Pasividad y comportamiento sumiso en la interacción social.
  • Fracaso escolar, desinterés y descenso
    brusco del rendimiento escolar.
  • Actitud de dejadez permanente, siendo incapaz
    de valorar positivamente la apariencia personal.
  • Sentimiento de culpa o necesidad de
    castigo.
  • Conductas directamente
    autoagresivas.

3.- Sentimientos que aparecen como defensa contra
la posición depresiva
:

  • Comportamiento de oposición, protesta,
    cólera o rabia.
  • Manifestaciones de agresividad violencia contra
    niños.
  • Trastorno del comportamiento: robos, fugas y
    conductas delictivas.

4.- Equivalentes depresivos
específicos
:

  • Eneuresis.
  • Eccema.
  • Asma.
  • Obesidad o anorexia aislada.

El enfoque de la sicopatología, refiere que
la depresión surge a raíz de la sugerencia de
destacados autores de considerar criterios de desarrollo en
la sicopatología infantil, así como el estado
caótico al que se había llegado como concepto
de depresión enmascarada, que virtualmente
permitía considerar cualquier conducta desviada como
un síntoma de depresión.

Desde la perspectiva del desarrollo, la
depresión puede surgir en cualquier momento del
desarrollo infantil, pero la sintomatología se
dispersa en función del estadío evolutivo del
niño. Se parte de que si los síntomas
clínicos de la depresión son
estadísticamente normales en la infancia y remiten con
la edad, no deberían considerarse ni tratarse como un
síndrome clínico.

Ollendick y Hersen (1988) citan a Murria (1970)
quién señala que hay ocho síntomas
principales que indican la presencia del síndrome
depresivo en el niño: depresión, trastorno del
sueño, temor a la muerte,
retraimiento social, ausentismo escolar, queja
somática, agresión y ansiedad general.
También afirma Murria, que en los niños de 6 a
10 años la ansiedad forma parte importante de
trastorno, mientras que en los púberes de 11 a 15
años es más habitual la conducta
agresiva.

Mc. Convilley (1973) también señalaron
la importancia del nivel de desarrollo. Afirman que los
niños más pequeños expresan tristeza e
indefensión en relación a las percepciones de
soledad y vacío ya que dependen más de los
estados emocionales que del pensamiento organizado. Para los niños
pequeños son importantes los factores de crianza y de
separación; en el periodo escolar o de latencia,
predominan los "pensamientos-sentimientos" ya que el
niño desarrolla ideas negativas fijas de baja autoestima
que afianza la depresión, después de haber
experimentado pérdida y separaciones de personas
queridas; en la pubertad cuando el niño ya debiera
manejar el pensamiento abstracto se presenta la culpabilidad.
En síntesis plantea tres subtítulos
de depresión según la edad
cronológica.

  1. Subtipo afectivo: de 6 a 8
    años.
  2. Subtipo autoestima negativa: de 8 a 12
    años.
  3. Subtipo culpabilidad: a partir de los 11
    años.

Polaino Lorente (1988) refiere que Nissen, en 1971
plantea la correspondencia entre determinados síntomas
depresivos y las etapas evolutivas:

  1. Edad pre-escolar: síntomas
    psíquicos rechazo del juego,
    agitación y timidez. Síntomas
    psicosomáticos:_ crisis
    de llanto, grito, encorpresis, insomnio, hiperactividad y
    dificultades para alimentarse.
  2. Edad escolar. Síntomas
    psíquicos
    : irritabilidad, inseguridad, resistencia al juego, dificultades en
    el
    aprendizaje y timidez. Síntomas
    psicosomáticos: eneuresis, encopresis, onicofagia,
    crisis de llanto y grito.
  3. Pre-adolescencia o adolescencia:
    síntomas psíquicos: rumiación e
    impulsos, abatimiento, sentimientos de inferioridad y
    opresión. Síntomas psicosomáticos:
    cefaleas.

La depresión de la etapa escolar que
más investigación ha suscitado, la
mayoría de estudios sobre la depresión infantil
son realizados con niños a partir de los 6 y 8
años de edad. Pero quizás algunos autores
cuestionan la existencia de la depresión en infantes o
pre-escolares, pero la depresión en la niñez
intermedia ya esta instaurada como entidad clínica
independiente en la sicopatología infantil.

Uno de los síntomas asociados más
importantes y significativos de la depresión en esta
etapa de desarrollo es la disminución del rendimiento
escolar, considerando por muchos de los defensores de la
depresión enmascarada como uno de las principales
manifestaciones que encubren la depresión.

3.2.- DEPRESIÓN EN LA
ADOLESCENCIA.

Se hace evidente la necesidad de una rigurosa
definición del marco referencial cuando se aborda el
problema de la depresión en la adolescencia. En
efecto, las evaluaciones epidemiológicas de adolescentes deprimidos varían desde el
39.8 % si se incluye el conjunto de adolescentes con un
síntoma depresivo y / o una semiología
depresiva, hasta del DSM-II-R incluyendo las dos entidades de
episodios depresivos mayor y distinta, y alcanzan el 9.7% si
solos se considera la entidad de episodios depresivos
mayor.

La normal observación del estado anímico
de los adolescentes puede dar la impresión de que los
desórdenes depresivos son una epidemia desde la
pubertad en adelante. El problema radica en diferenciar entre
los jóvenes realmente depresivos y aquellos que en el
contexto de su cambiante estado de ánimo a modo de
exagerada reacción ante frustraciones más o
menos triviales.

La adolescencia, como etapa de desarrollo de todo
individuo,
es descrita a menudo en términos que se
aplicarían también a la descripción de
una depresión o de una lucha contra la
depresión. En el adolescente existe sin duda la
tristeza, la agitación, la cólera, el
sentimiento de inutilidad, el pesimismo, los sentimientos de
culpabilidad o de humillación, de decepción, el
aislamiento, etc.

La presencia de estos aspectos en el curso de los
procesos
normales del desarrollo de la adolescencia hace pensar en que
no hay adolescente sin depresión. Evidentemente, se
observan en el proceso normal de evolución del adolescente la existencia
de diversos procesos de carácter depresivo.

1.- Separación, ruptura de lazos,
pérdida
.- ocurren separaciones del medio
familiar, tanto físicos como psíquicos,
existen cambios y pérdidas de la propia imagen
corporal, existen pérdidas y nuevas adquisiciones de
procesos de identidad, hay pérdidas en la
autoestima.

2.- Agresividad y sentimientos de culpa.-
posiblemente la rabia producida por tales pérdidas
se exponen como agresividad, dirigida bien hacia sí
mismo (siendo entonces la causa de enfermedades de
expresión somática) o bien sobre lo externo
(crisis de violencia).

3.- El efecto depresivo de base.- son
frecuentes en el adolescente el aislamiento, el encerrarse,
los accesos de pesimismo, el enlentecimiento asociado a
actividades reducidas al mínimo, el aburrimiento, la
morosidad, el tedio,
la taciturnidad, etc que vienen a construir un todo
afectivo mercadamente "depresivo". Pero es precisamente su
carácter pasajero, cambiante y influenciable por el
medio externo, lo que le da identidad de proceso evolutivo
más que de un proceso depresivo establecido
propiamente dicho.

3.2.1.- PECULIARIDAD DE LAS DEPRESIONES
ADOLESCENTES.

Para establecer el diagnóstico de Trastorno
Depresivo Mayor en el adolescente sirven perfectamente las
Criterios del DSM-IV:

F32.x (296.2x) Episodio depresivo mayor, episodio
único
: Presencia de cinco (o más) de los
siguientes síntomas durante un periodo de dos semanas,
representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de
los síntomas debe ser estado de ánimo depresivo
o pérdida de interés o de la capacidad para el
placer.

No incluir los síntomas que son claramente
debidos a enfermedad médica o las ideas delirantes o
alucinaciones no congruentes con el estado de
ánimo.

  • Estado de ánimo depresivo la mayor parte
    del día, casi cada día según lo
    indica el propio sujeto (Por ejemplo: se siente triste o
    vacío) o la observación realizadas por
    otros (llanto). En los niños y adolescentes el
    estado de ánimo puede ser irritable.
  • Disminución acusada del interés o
    de capacidad para el placer en todas o casi todas las
    actividades, la mayor parte del día, casi cada
    día (según refiere el propio sujeto u
    observan los demás).
  • Pérdida importante de peso sin hacer
    régimen o aumento de peso, o pérdida o
    aumento del apetito casi todos los
    días.
  • Insomnio o hipersomnia casi cada
    día.
  • Agitación o elentecimiento psicomotores
    casi cada día (observable por los demás, no
    meras sensaciones de inquietud o de estar
    enlentecido).
  • Fatiga o pérdida de energía casi
    cada día.
  • Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos
    o inapropiados casi cada día.
  • Pensamientos recurrentes de muerte (no
    sólo temor a la muerte), ideación suicida
    recurrente sin un plan
    específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para
    suicidarse.

Los síntomas no cumplen los criterios para un
episodio mixto. Los síntomas provocan malestar
clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o
de otras áreas importantes de la actividad del
individuo. Los síntomas no son debidos a los efectos
fisiológicos directos de una sustancia (droga, o
medicamentos) o una enfermedad médica
(hipotiroidismo). Los síntomas no se explican mejor
por la presencia de un duelo, los síntomas persisten
durante más de dos meses o se caracterizan por una
acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas
de inutilidad, ideación suicida, síntomas
psicóticos o enlentecimiento psicomotor.

Pero no obstante, debemos tener presente qué
síntomas son los más frecuentes de este
trastorno en la adolescencia, por orden de
prevalencia:

  • Estado de ánimo triste: que rara
    vez se reconoce abiertamente, pero viene expresado por la
    falta de interés, de entusiasmo o de
    placer.
  • Conducta de retraimiento y aislamiento:
    probablemente del ánimo alterado, no
    comunicación, parece no interesarle nada; no
    obstante puede romper su cerrazón con explosivas
    manifestaciones de impulsividad, rabia y de
    hiperactividad.
  • Dificultades para dormir: dificultad para
    conciliar el sueño, despertares nocturnas,
    somnolencia matutina, etc.
  • Crisis de llanto: inmotivadas,
    desencadenadas por un estado de ánimo.
  • Dificultades escolares: consecuencia del
    desinterés, falta de ilusión, de
    concentración y atención, la pérdida
    de competitividad.
  • Ideas de muerte: desde pensamientos de
    inutilidad de la vida hasta las ideas de
    muerte.
  • Tentativas de suicidio :
  • Trastorno de conductas
    alimentarías
    : abandono de hábitos
    alimenticios habituales, pérdida del apetito y del
    interés por la comida.
  • Elentecimiento psicomotor.
  • Dificultades de atención:
    calificadas a menudo como "pereza".
  • Sensación de fatiga: fatiga,
    cansancio, pérdida de energía,
    etc.
  • Agitación, irritabilidad, crisis de
    nerviosismo
    : inquietud, malhumor, conflictividad,
    explosiones de cólera, expresiones de ansiedad y
    angustia generada.
  • Ansiedad, angustia: el trastorno depresivo
    mayor el conjunto de estos síntomas es persistente y
    fijo; aquí no ocurren los cambios bruscos ni existe
    influenciabilidad externa.

Otra peculiaridad del trastorno depresivo en la
adolescencia consiste en los llamados "equivalentes
depresivos"; muchos autores sostienen que precisamente son
estos síntomas los característicos y
diferenciales de las depresiones de esta etapa:

  • Trastorno del comportamiento (desobediencia,
    inasistencia escolar, cólera, fugas), aburrimiento,
    nerviosismo, autodestrucción 8tendencias
    masoquistas).
  • Fatiga, aburrimiento, nerviosismo,
    hipocondría, concentración defectuosa,
    búsqueda de atención, paso al acto,
    toxicomanía, conducta sexual anárquica,
    formación de identidad negativa.
  • trastorno de comportamientos, delincuencia, fobia escolar, tendencias
    neuróticas, quejas psicomotoras.
  • Anorexia nerviosa, obesidad, hipocondría,
    hiperactividad, paso al acto.
  • Agresividad, problemas escolares,
    inestabilidad.

3.2.2.- DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE
DIVERSAS ALTERACIONES DEPRESIVAS EN LA
DOLESCENCIA.

A.- Depresión de la edad
evolutiva.

Existencia de "afecto depresivo de base" pero
temporal, cambiante y determinado por situaciones
externas.

B.- Trastornos depresivos de la
personalidad.

Peculiaridad depresiva de la personalidad, pero de
tinte más cognitivo que afectivo, y presente durante
toda la vida, tendencias de rigidez, la perfeccionismo, a la
auto y heteroexigencia, la control y
a la obesidad. Posibles patrones familiares.

C.- Trastorno adaptativo con estado de
ánimo depresivo.

Criterios del DSM-IV de trastornos de
adaptación, con Reacción depresiva breve,
prolongada o mixta.

D.- Distimia.

Estado de ánimo crónicamente depresivo
la mayor parte del día, manifestado por el sujeto u
observado por los demás. Presencia, mientras
está deprimido de dos o más de los siguientes
síntomas.

  • Pérdida o aumento de
    apetito.
  • Insomnio o hipersomnia.
  • Falta de energía o fatiga.
  • Baja autoestima.
  • Dificultades para concentrase.
  • Sentimientos de desesperanza.

E.- En la adolescencia.

Cronicidad (síntomas presentes al menos
durante dos años). Tendencia cicloide, fluctuante.
Mayor abundancia de actitudes reactivas, menor retraimiento,
humor triste, que alterna con irritabilidad y ansiedad.
Patrón estacional. Posibles antecedentes familiares de
distimia o trastorno depresivo.

3.3.- DEPRESIÓN EN LA TERCERA
EDAD.

3.3.1.- CONCEPTO.

Hacia los 60 años aproximadamente, es el
momento por el cual puede producirse el primer enlace
depresivo o el retorno de una depresión ocurrida al
comienzo de la vida adulta o siguientemente ocurrida el
momento de la frecuencia o de la profundidad.

Los síntomas o signos de la depresión
en la tercera edad consisten no sólo en las
manifestaciones, evidencias
observables de estrés, sino también trastornos
de interacción individuo con su medio
ambiente.

Pero el diagnóstico se requiere la presencia
de estado de ánimo deprimido, por lo menos durante dos
semanas consecutivas, además de por lo menos 4 o 8
signo "vegetativos", como falta de interés,
sentimientos de culpa, disminución de la
energía, etc.

Respecto a su incidencia es ésta época
de la vida, Wolman en, Wolman, 1987, afirma que la vejez las
personas están sujetas continuamente a la
depresión.

3.3.2.- CARACTERÍSTICAS.

Entre los principales aspectos
característicos de la depresión en la edad
avanzada se ha dado un relativo comienzo en señalar la
presencia de:

  1. Episodios más largo y más
    resistente al tratamiento farmacológico.
  2. La frecuencia, existencia de delirios y
    alucinaciones psicóticas en la depresión
    mayor.
  3. Mayor riesgo de
    suicidios, especialmente en varones y partilarmente
    importante cuando vienen solos.
  4. Frecuente agitación psicomotriz,
    normalmente acompañada de intensa ansiedad o bien
    inhibición psicomotriz intensa y
    atípica.
  5. especialmente relevancia de trastorno del
    sueño.
  6. Frecuentes somatizaciones ansiosas.

3.3.3.- CAUSAS.

El ser humano es considerado como una unidad
biopsico-social debemos considerar una serie de factores que
pueden determinar.

Aunque funcionan interrelacionadas, vamos a dividir
las causas de la depresión en externas e
internas.

A.- Causas Externas.

Las causas externas son solamente desencadenantes
que incidiendo sobre la previamente creada desarmonía
anterior despliegan el estado depresivo.

Como ejemplos frecuentes están las
desilusiones afectivas, los conflictos interpersonales, la
marginación o aislamiento por parte de otras personas,
la jubilación no aceptada, los problemas
económicos, la muerte de alguien querido,
etc.

Si se presenta la depresión sugiere
Calderón (1989). "El abordaje terapéutico debe
estar condicionado por las diferentes características
específicas del cuadro por tratar, refiere que las
causas psicológicas de la depresión son
diversas, y afectan al ser humano en cualquier etapa de al
vida.

B.- Causas Internas.

Las causas internas, las cuales llevan, durante un
periodo de tiempo
más o menos largo, a un desajuste o desarmonía
psicológica que, a su vez, se constituye en campo
abonado para que, antes o después, surja la
depresión. Ejemplo estas hipertensiones, los miedos
prolongados, las preocupaciones, las frustraciones, el
pesimismo, la tristeza y la tensión nerviosa; la
incomunicación, la soledad, la dependencia,
etc.

3.3.4.- SINTOMATOLOGÍA.

Sentirse deprimido o no es un síntoma
suficiente para diagnosticar una depresión. Es
importante hacer la distinción de los síntomas
depresivos. Estos están presentes e n la mayor parte
de los cuadros psicopatológicos. Dentro de la
depresión clínica ha de concebirse como un
síndrome, es decir, un patrón más o
menos ordenado de síntomas; no resulta fácil
diferenciar la depresión clínica de los estados
depresivos emergentes de situaciones discriminativas
transitorias y cotidianas. En cualquier caso, la
depresión es uno de los cuadros clínicos mas
complejos y heterogéneos sintomatológicamente,
y la manifestación de un fenómeno depresivo,
puede variar mucho de persona a
persona. En algunos casos la depresión, se
acompaña de un estado de agitación e insomnio,
mientras que en otros casos aparecen profundos estados de
inhibición psicomotora, en el estado de ánimo
de un sujeto deprimido suele aparecer al menos 4 o 5
síntomas asociadas.

En definitivo el conjunto de sintomático de
las depresiones se menciona en cuatro grupos:

  1. La pérdida de interés por el medio
    social es característico en los trastornos
    depresivos seniles. La irritabilidad, la
    preocupación y las ganas de llorar son
    síntomas relatados con frecuencia por los
    pacientes deprimidos de edad avanzada.

    El sentimiento de vacío se observa con
    frecuencia en ancianos, estos sentimientos se asocian
    frecuentemente con impulsos suicidas. De hecho, la
    sensación de vacío puede ser uno de los
    sentimientos más intolerables que experimentan los
    ancianos.

    En los ancianos desmoralizados y desanimados, se
    observa una sensación de impotencia y desesperanza
    respecto al futuro; las enfermedades y la penuria
    económica puede restar autonomía al
    individuo y justificar su desánimo respecto al
    futuro. El anciano deprimido probablemente se retraiga de
    las actividades sociales, lo que le conduce al tedio y a
    la soledad.

  2. Síntomas Emocionales.- los
    síntomas emocionales de depresión son
    aquellos cambios en los sentimientos de la persona que
    acompañan a la depresión. La tristeza es un
    síntoma de depresión, esta tristeza se
    manifiesta por sentimientos de abatimiento, pesadumbre,
    infelicidad, e incluso irritabilidad.

    La repetición de los problemas presentes
    y pasados es características de los ancianos con
    depresión. Estos suelen repetir su evaluación y sus sentimientos sobre
    un hecho particular en sucesivas sesiones
    diagnósticas y terapéuticas.

  3. Síntomas Cognoscitivos.- el proceso
    de pensamiento en el anciano con depresión puede
    verse afectado por distorsiones o conceptualizaciones
    irreales, que se desvíen de los conceptos
    lógicos sobre si mismo y el medio social. Una
    visión de pesimismo injustificado respecto al
    futuro. El anciano deprimido suele pronunciar frases
    como: "no me queda nada que esperar", o "es inútil
    que haga cualquier cosa, ya dentro de unos meses
    estaré muerto".

    Una de las principales características es
    el deterioro en las relaciones
    interpersonales, estos pacientes sufren de rechazo de
    las personas.

  4. Síntomas Físicos.- la
    presencia de cambios físicos es habitual y suele ser
    uno de los motivos principales, como la pérdida de
    sueño, fatiga, la pérdida de apetito,
    disminución del deseo sexual, así mismo estos
    sujetos se quejan con frecuencia de molestias corporales
    difusas (dolores de cabeza, espalda nauseas,
    mitos,
    etc.).
  5. Síntomas Motivacionales.- las
    personas pierden el deseo de asearse, en algunos casos
    abandonan el
    trabajo y otras actividades cotidianas. En su forma
    extrema este tipo de síntomas puede constituir
    lentitud generalizada de las respuestas motoras, el habla,
    el gesto y una inhibición motivacional absoluta. En
    ocasiones graves puede presentar mutismo total o un estado
    catotónico.

Cuando se evalúa a una persona de edad
avanzada con depresión grave, los signos observables
de enfermedad depresiva proporcionan muchos indicios que no
es posible obtener mediante la revisión de los
síntomas. La expresión de tristeza, la lentitud
de movimientos o la agitación, el llanto frecuente, la
reiteración y otras expresiones de desesperanza son
características de la depresión. La
pérdida de peso se da con mayor frecuencia entre los
ancianos deprimidos que en los pacientes de edad inferior a
los 60 años.

La preocupación, los sentimientos de
inutilidad, tristeza, pesimismo, fatiga, el insomnio y las
alteraciones motivacionales son síntomas relativamente
frecuentes en los ancianos.

CONCLUSIONES

  • La depresión es una alteración en
    el estado de ánimo, alteración que se traduce
    por un abatimiento.
  • La depresión puede comenzar con un hecho
    que nos afecta mucho, pero que el individuo no relaciona
    con su abatimiento.
  • El individuo presenta ansiedad, está
    intranquilo y tenso continuamente. Todo le aburre y le
    cansa, nada le satisface.
  • El deprimido tiende a culparse de todo, puede
    presentar agitación psicomotriz (movimiento permanente) o retardo psicomotriz
    (lentitud de movimiento).
  • El enfermo deprimido vive en desesperanza y por
    eso tendería más a la autoagresión e
    incluso al suicidio.
  • Cualquier plan o proyecto
    que le propongan piensa de antemano que no va a valer para
    nada. Le cuesta mucho tomar decisiones.
  • Es muy frecuente el insomnio. El deprimido duerme
    poco tiempo y mal; presenta cefaleas y dolores
    múltiples.
  • Así la disminución o pérdida
    del apetito, disminución del deseo sexual, en
    el
    hombre se vuelve importante, la mujer
    suele rechazar todo contacto sexual.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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    depresión
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    Psicología Universidad Nacional Federico Villarreal.
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    aplicada a la conducta suicida
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    España.
  • Polaino, L. (1998): "La depresión".
    Ed. Martínez Roca. Barcelona. 164 pp.
  • Polaino, L. (1988): "Las depresiones
    infantiles
    ". Ed. Morata. Madrid.

 

 

 

Autor:

Héctor Aguilar Valdez

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Partes: 1, 2, 3
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