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Percepciones epistemológicas y la teoría del valor (página 2)




Enviado por Mario Blacutt Mendoza



Partes: 1, 2, 3

 

He aquí dos percepciones de dos grandes poetas;
la primera, también de Antonio Machado:

Al andar se hace camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,

sino estelas en la mar (2)

Comparemos esta visión con la de Jorge Luis
Borges, extractada de su relato El
Inmortal:

No hay cosa que no esté perdida
en innumerables espejos.

Nada puede ocurrir una sola vez, nada
es preciosamente precario (3)

¿De dónde surge esta gran diferencia de
percepciones de dos individuos que abarcan el infinito con la
misma facilidad con que pueden detectar una motita de
emoción que transfigura el defecto del ser amado en
pequeña virtud? Pues de las percepciones. Nunca son las
mismas entre los seres humanos; a veces, ni siquiera son las
mismas en uno solo de ellos cuando el tiempo-espacio
cambia y, con él, las circunstancias. Para ampliar esta
apreciación, imaginemos un partido de fútbol entre
el Strongest y el Bolívar.
El réferi cobra un penal a favor del primero. Todos los de
la barra bolivarista jurarán que no hubo tal penal. Todos
los de la barra stronguista dirán que a sus ojos el penal
fue tan claro como un día de primavera en la cima de una
montaña. ¿Quién tendrá razón?
Nunca lo sabremos.

Por supuesto que, una vez que cada uno vea la jugada
repetida en cámara lenta en la TV, la mayor parte de los
bolivaristas y de los stronguistas por igual, se darán
cuenta que deformaron la realidad sin tener conciencia de que
la deformaron. Lo habrán hecho así,
inconscientemente, impelidos por la fuerza que les
da el cariño que sienten por sus respectivos equipos, es
decir, lo habrán hecho guiados por sus respectivas
ideologías. Esos serán los seres normales; los que
deforman la realidad sin saberlo, sin quererlo. Sin embargo,
también estarán los que deforman la realidad
conscientemente, en virtud de sus intereses; ese será el
Ser político; el Ser empresario y,
desgraciadamente, el Ser deportista, es decir, los que
basan sus existencias en la competencia, en
la necesidad de eliminar al rival: el primero, de la arena
política;
el segundo, del mercado y el
tercero, de la tabla de posiciones.

Tal como trataré de demostrarlo en La Acción
Recíproca
, el liberalismo,
en su versión neoliberal, trata de convertir al individuo
normal, el que deforma la realidad inconscientemente, en el
homo economicus, es decir, en el que la deforma
conscientemente para maximizar sus beneficios como empresario o
para maximizar su utilidad como
consumidor. En
este intento, el neoliberalismo
transforma al hombre en un
sujeto aislado, receloso de todos los demás, a quienes
considera como enemigos naturales y sociales a la par, debido al
miedo que siente de ser vencido en la competencia cotidiana en
que ha convertido su vida, maratón titánico de
intercompetencia diaria, en la que percibe que el mismo aire que respira,
el de "su propiedad", le
es arrebatado por el prójimo.

¿Cuál de las dos
percepciones, la de Machado o la de Borges, acerca de
la unicidad de la experiencia, es mi favorita? Pues, de acuerdo
con mi filosofía, la que permite complementarlas. La
expreso con un pequeño extracto de mi poema:
"Hay un ritmo
emocional…."

……cuando os siento en

Soy todos vosotros

Os llevo como un sentimiento

Sólo siendo en vosotros soy
yo

pero sé que vosotros no necesitáis de
mí para ser

excepto, para ser en mí

¡No os vayáis, os lo
pido!

Encontrad en mí el disolvente de las
antinomias fatales

Lo que es, existe independientemente de la conciencia
humana. Pero, una vez que empieza el proceso de
conocimiento
de lo que es y qué es siendo lo que es, no puede
sustraerse de la influencia que la conciencia tiene sobre
él y la deformación que sufre en el acto de
conocer. Ningún acto de conocimiento está libre de
la subjetividad del que conoce, por lo tanto, jamás
está libre de la ideología con que se conoce. Por otro lado,
debemos tener en cuenta la declaración de
Protágoras, en el sentido de que "El hombre es
el centro de las cosas"; de donde proviene la principal debilidad
de los "racionales", cuando pretenden separar como entes
independientes, uno del otro, al supuesto "sujeto-que-conoce"
("al centro del univereso") con relación al supuesto
"objeto-que-es-conocido". Ya es hora de entender que el ser es
una parte de la naturaleza,
como lo es un río, una piedra o un cocodrilo; que la parte
no puede ser separada del Todo; que la relación
hombre-naturaleza es una relación de la parte con
relación al todo y a las otras partes,
respectivamente.

ALGUNAS PERCEPCIONES EPISTEMOLÓGICAS
SOBRE

LA NATURALEZA DE LA
ECONOMÍA

En primer término es preciso anotar la diferencia
que hago entre lo que es gnoseología y epistemología: al igual que varios autores,
guaro la primera para el estudio del conocimiento en general; la
segunda, para el estudio del conocimiento
científico; en este caso de la ciencia
económica. Con esta diferenciación y avalado por mi
afirmación de que todos perciben todo de acuerdo con sus
intereses y circunstancias, debo hacer pequeños análisis sobre algunas de las principales
percepciones que sobre la Economía han sido
formuladas en la historia del pensamiento
económico.

La Visión de los
Clásicos

(Base de referencia: Sebastián Marotz,
"Epistemología de la Economía") (4)

El nacimiento de la Economía
Política como una ciencia
social, exige la consideración de las percepciones
epistemológicas para establecer su campo
metodológico. Adam Smith,
recurre a las ciencias
naturales y, sobre todo, a las leyes de
Newton, para aplicarlas a la Economía. Eso es lo que
hace, cuando aplica el interés
personal en la
"Investigación …" y en el principio
de la Empatía en "La teoría
de los Sentimiento Morales", aunque desde una perspectiva
típicamente deductiva, que es el principio que singulariza
la epistemología de los fundadores de la ciencia
económica.

Algunos años después, J. S. Mill sigue con
atención el debate de
Ricardo y Malthus sobre varios temas concernientes a la
Economía Política a los que se suman
aquéllos que se entablan entre los economistas y los
reformadores sociales. Su ensayo "On the
Definition of Political Economy"(5) continúa la
tradición que había impuesto Betham y
Comte, lo que le exige basar sus percepciones en "la realidad
positiva" y desechar el apriorismo kantiano, pues considera de
que el
conocimiento pueda partir de la intuición,
independientemente de la experiencia, es una proposición
falsa. Pero eso no significa que deje de lado algunos de los
fundamentos a priori en sus consideraciones sobre la ciencia
económica; así por ejemplo, considera que el nervio
motor de la
acción humana sería el deseo de la riqueza, la que
estaría limitada por el ocio y los deseos de consumir. Tal
como puede verse, aunque estos principios
partirían de una observación de la experiencia, no pueden
verificarse. Así, el principio abstracto, a priori,
obtenido por introspección puede sólo pueden
observarse en la realidad en algunas ocasiones, por la presencia
simultánea de muchas otras circunstancias. De esta
afirmación deduciría que las leyes
económicas deben y pueden ser verificadas, pero el hecho
de que una circunstancia particular no la verifique no implica
que la ley deba ser
descartada.

Marshall (1948), en sus "Principios" (6) si bien no se
refiere con mucha profundidad a las cuestiones
metodológicas ni a la comprobación de las teorías, sigue una línea
conciliadora con la escuela
histórica, aunque la economía que propone es una en
la cual se parte de algunos principios básicos derivados
de la introspección, que son elaborados
matemáticamente, aunque se exponen prescindiendo de esa
herramienta, y que luego se verifican con ejemplos, y si bien
sostiene el principio de la unidad de la ciencia atribuye a las
leyes económicas el carácter de tendencias, que son mucho
más imprecisas que en la física. Se refiere al
ejemplo de la ley de la gravedad, que dada la existencia de
fricción y de otras fuerzas se transforma en una
tendencia, igual que -sostiene- sucede con las mareas, que tienen
un componente aleatorio.

Pareto, (7) que no puede definirse estrictamente como un
continuador de la tradición clásica, realiza
tempranamente un análisis del rol de la
comprobación empírica que resulta por demás
interesante. En su Manual de
Economía Política sostiene que hay tres formas de
hacer economía: buscando el bienestar de una persona o de
una empresa,
el de toda la sociedad o
"solamente la búsqueda de uniformidades que presentan los
fenómenos sin tener como fin ninguna utilidad
práctica directa", es decir que se persigue la finalidad
exclusivamente científica de aumentar el conocimiento por
sí. Pareto aboga por esta última posición, y
-afirma- se separa así de Smith y de Stuart Mill, quienes
si bien se refieren en la mayor parte de los casos al tercero de
los enfoques enunciados, también adoptan en varios pasajes
de sus obras al primero y al segundo. Cuando se refiere
más adelante a la comprobación empírica lo
hace de esta manera: "Hay que añadir que las
teorías no son sino medios para
conocer y estudiar los fenómenos. Una teoría puede
ser buena para alcanzar cierto fin. Otra puede serlo para
alcanzar otro. Pero de todas maneras deben estar de acuerdo con
los hechos, porque si no, no tendrían ninguna utilidad. El
estudio cualitativo debe ser sustituido por el estudio
cuantitativo, y buscar en qué medida la teoría se
aparta de la realidad. De dos teorías escogeremos la que
se aparte menos.

La Percepción
Axiomático-Deductiva

(Base de referencia: "Caminos Abiertos"
(8)

"El Método en
la Economía Política" (9) de Gabriel J.
Zanotti)

La percepción axiomático-deductiva se
construye sobre axiomas (proposiciones "evidentes por sí
mismas") teoremas (proposiciones deducidas de los axiomas) y
definiciones y reglas de estructuración interna. La
singularidad de este modo de conocer es que, en
contraposición al método positivista, no requiere,
necesariamente, recurrir a "la realidad" para establecer sus
bases teóricas, ejecutar sus procesos y
llegar a sus resultados, pues confía en que las reglas y
el uso adecuado de a deducción sistemática
hablarán por sí solos.

Nassau William Senior (An Introductory
Lecture of Political Economy)

En eta obra, Senior afirma que la ciencia
económica nos enseña en qué consiste la
riqueza, quienes la distribuyen, cuáles son las instituciones
y costumbres para dar la mayor riqueza a cada individuo. Al
adoptar este procedimiento
establece sus axiomas sobre la riqueza, la maximización
del beneficio, la formación del capital, la
ley de rendimientos decrecientes y sobre los factores limitantes
de la población. Posteriormente, en "Cuatro
ensayos en
Economía Política" determina que el objeto de la
economía no es el estudio de cosas materiales,
sino de interacciones sociales cuyo sentido depende de la
finalidad de los sujetos actuantes. Dice que los términos
técnicos de la Economía política, tales como
demanda,
utilidad, valor
son ideas mentales: mientras que los "objetos" como riqueza,
capital, renta, salarios,
ganancia…" son resultado de "afecciones de la mente". Como
resultado, surge una nueva definición de Economía
Política: la ciencia que expresa las leyes que regulan la
producción y la distribución de la riqueza en la medida en
que dependen de la acción de la mente humana.

Senior estima que los axiomas no son hipotéticos,
sino verdaderos por que tienen conexiones con hechos cuya
evidencia deriva de la observación y de lo que llama
"evidencia mental". Sin embargo, tal como dice Zanotti, el axioma
de la "maximización del beneficio ("las personas
tratarán de conseguir la mayor cantidad posible de
riqueza") es una hipótesis asumida. A pesar de ello, Senior
rechaza las hipótesis no
basadas en la observación, puesto que nadie querría
una ciencia basada en hipótesis fabricadas a priori, en
premisas arbitrarias y deformadas por la posibilidad de los
errores lógicos en su desarrollo.

J.Stuart Mill (On the Definition of
Political Economy) (10)

Conocido como un gran defensor del inductivismo en las
ciencias
naturales, escoge para la Economía un método
hipotético-deductivo, en el sentido de que sus
hipótesis reemplazan a los axiomas de los cuales deduce un
conjunto de leyes económicas.

Mill afirma que la Economía no puede ser un
manual para aumentar la riqueza; más bien sería el
resultado de una ciencia. Es que la ciencia no se
enfocaría al asunto de fines, medios y reglas sino
más bien, se orientaría al conocimiento de los
fenómenos y sus leyes. Coincide con Senior al postular que
las leyes de la producción y distribución se
relacionen con fenómenos físicos, éstos se
relacionan, a su vez, con fenómenos mentales que derivan
de la conducta humana.
De este modo, la definición de Economía
sería: "la ciencia que trata de la producción y
distribución de riqueza en la medida en que dependen de
las leyes de la naturaleza
humana". A partir de un axioma que se podría
considerar como el de la maximización, la Economía
extraería conclusiones haciendo abstracción de
cualquier otra consideración y asumiendo que la
obtención de la riqueza sería el único fin
del hombre, lo que, a su juicio, sería también una
buena aproximación a la realidad.

En este sentido, la Economía se desarrolla a
partir de suposiciones y no de hechos; es decir, sería
apriorística. Se basaría en "verdades abstractas" a
la que las "circunstancias" convertirían en concretas. Por
su parte, el método a posteriori no sirve para
descubrir la verdad sino para verificarla. Zanotti dice que,
sobre el particular, Mill adelanta el método de
falsación, como un proceso que nos indica que estamos
omitiendo alguna causa perturbadora.

En síntesis:
lo que une a Senior con Mill es la concepción
hipotético-deductiva, a priori; lo que los separa es la
consistencia de las proposiciones iniciales; para Senior,
deberán ser "reales", en cambio, para
Mill serán hipotética; pero las premisas
serán hipótesis verificables a posteriori.
En este sentido, los analistas dicen que el apriorismo de Mill
es, en realidad, el deductivismo hipotético, como un
antecedente valioso a la percepción de Popper, quien
aplicará este procedimiento por él perfeccionado, a
todas las ciencias y no sólo a las sociales. Hay pues en
Mill un punto intermedio entre el conocimiento empírico y
el formal y cuya teoría del
conocimiento se funda en la premisa de que puede obtener
conocimientos verdaderos de la realidad, aunque ellos se
encuentren más allá de la verificación o
testeo.

John E. Cairnes (The Character and
Logical Method of Political Economy) (11)

La riqueza, para Cairnes, puede ser considerada desde el
punto de vista físico como mental, no importa que
esté constituida por objetos materiales, lo importante
será que poseen valor; a su vez, el valor será una
cualidad mental. El economista describe hechos positivos, pero en
condiciones de caeteris paribus, lo que no permite
conclusiones con seguridad
absoluta, debido a que el método le obliga a omitir
circunstancias. Sin embargo, percibe el carácter
tendencial de las leyes económicas, aunque no es posible
realizar procesos de inducción. Por otro lado, las causas
institucionales, políticas
y sociales en general, conclusiones de otras ciencias, se
constituyen en la fuente de los procesos que crean y distribuyen
riqueza. Por ello, el economista se enfrenta a causas
últimas y confía más en la solidez de las
premisas que en la de los resultados deductivos.

¿Cuál sería la naturaleza de los
axiomas en los tres pensadores?: una mezcla de realismo y de
un apriorismo racionalista que luego sería perfeccionado
por los teóricos futuros. En mi opinión, los
esfuerzos epistemológicos de los tres autores citados y,
en general, de los clásicos, son un avance muy importante
en la teoría del conocimiento; lo son, por la introducción de la hipótesis
deductiva, en contraposición al induccionismo exagerado
que Francis Bacon había postulado y que había
obnubilado casi por completo la capacidad deductiva de los
hombres de ciencia. Mi percepción de que ningún
hecho o cosa está libre de la influencia de la mente
humana, una vez que es puesta a disposición del proceso de
conocimiento, tiene muchos puntos de similitud con los métodos
resumidos, aunque, claro está, las percepciones sobre "la
verdad" y "lo real" serán diferentes por la acción
de la ideología en cada caso, tal como lo aclaro al
comienzo del presente capítulo.

Carl Menger

(Investigations into the Method of Social Sciences
with Especial Reference to Economics)(12)

Fundador de la Escuela Austriaca, se apoyó en el
Individualismo Metodológico y en la supuesta exactitud de
las leyes deductivas de la Economía. Dice que la
teoría debe exponer el origen último de los
fenómenos, lo que, en las ciencias
sociales, significaría la interacción de los individuos. Afirma
también que las instituciones que sirven al bienestar
humano surgieron en la historia sin una voluntad concertada de
los individuos. Distingue entre las leyes exactas y las
empíricas. Se supone que las primeras no admiten
excepciones y que las segundas derivan de las regularidades
observadas. El intelecto abstrae lo esencial de las cosas;
así, de las observaciones repetidas sobre las cualidades
de los árboles, extrae la "esencia" de
árbol. Pero este conocimiento "abstracto", general, no
puede ser realizado sin el conocimiento de varios árboles.
Cuando se ha logrado la abstracción de algo, es decir,
cuando se ha logrado establecer "su esencia", es posible derivar
propiedades inherentes a esa esencia. Con estos bagajes
analíticos, Menger se dedica a determinar la esencia de
los bienes
económicos para afirmar que las esencias captadas por la
mente no provienen de ningún a priori, pues el
fundamento existe en la cosa real. Su percepción concibe
al mundo económico aprehendido de una manera abstracta o
analítica, que es lo mismo. En este sentido, la ley exacta
se cumple siempre, mientras que la ley empírica describe
las regularidades entre la sucesión de fenómenos
sociales. Dice que es posible establecer leyes exactas en las
ciencias naturales pero no en las sociales, debido al "libre
albedrío" de los individuos. Así, la ley exacta en
Economía, no está basada en suposiciones
empíricas. Menger tuvo variados debates con los
representantes de la escuela alemán histórica,
especialmente con Schmoller y dio gran impulso al método
deductivo de la actual Escuela Austríaca.

Lionel Robbins

Continúo con la secuencia propuesta por Gabriel
Zanotti en su obra "Los Caminos Abiertos". A Robbins se debe la
definición más común de la Economía
como la ciencia que estudia la conducta humana
como una relación entre fines y medios, estos
últimos, escasos y con usos alternativos. Dada la
naturaleza de su definición, se deduce la gran importancia
que le asigna a la teoría del valor. Su método se
expresa en el logro de deducciones lógicas partiendo de
"primeros principios" establecidos, precisamente, en la
teoría del valor. Este procedimiento nos muestra el
carácter axiomático-deductivo de Robbins, aunque,
siguiendo a Menger, deriva los axiomas de la experiencia;
específicamente, de las escalas de valoración de
los distintos sujetos económicos, presente en toda
conducta humana. Acude a los supuestos subsidiarios, tales como
el marco jurídico del mercado, la estructura de
la propiedad, las clases de mercado…. para afirmar que las
otras leyes económicas: la de los rendimientos
decrecientes, la demanda de dinero…. pueden demostrarse a partir de los
axiomas de la teoría del valor. Para ello, recurre a los
postulados, "hechos simples e indiscutibles", tales como la
existencia de más de un factor de producción o el
modo cómo los sujetos establecen sus escalas valorativas.
Aunque niega que los postulados fundamentales necesiten tiempo y
espacio, concede que los postulados subsidiarios tienen alguna
relación con la historia, pero rechaza la posición
historicista de Schmoller mediante su modelo
lógico que se puede expresar en la conjunción
(p.q)r, donde "p" es el conjunto de postulados básicos,
"q" el de los subsidiarios y "r", los resultados. Se supone que
los postulados subsidiarios son de naturaleza menos general. Su
percepción es que las principales leyes económicas
son formuladas como previas a su aplicación a la realidad.
Pero su postura es débil ante la acusación de que
sus postulados "evidentes" no son sino una muestra del comportamiento
sicológico de los sujetos. Estas declaraciones son
posteriores inclusive a la publicación de Ludwig von
Mises, quien había declarado ya que esos postulados eran
de orden praxiológico y no sicológico.

Con relación a la verificación de las
proposiciones de la Economía, Robbins dice que no pueden
ser observadas en forma empírica, pero que son evidentes
en forma de introspección interna. Con esta
afirmación, Robbins se enfrenta a la visión del
ultraempirismo, el que exige la verificación, tanto de las
hipótesis como de las consecuencias de ellas. En la
actualidad, especialmente con Popper, sólo sería
necesario testear las consecuencias y no las hipótesis
mismas. Pero Robbins insiste en afirmar que la conducta del
hombre no siempre es "racional" y que la racionalidad de la
conducta no significa que sea siempre exitosa: sólo
significa que está encaminada a un fin y que dispone y
elige los medios en función a
ese detrminadol fin; de allí surgiría la naturaleza
económica de toda conducta. Como se verá
después, estas dos afirmaciones no son de Robbins,
originalmente, sino de von Mises.

En planos semejantes y fiel a su método, postula
que la validez de una teoría depende del hecho de que sea
derivada lógicamente de sus premisas, pero que su
aplicabilidad depende de las circunstancias y de la capacidad de
la teoría para reflejarla. Por ejemplo, el valor del
dinero debe bajar si es que el monto de circulación
monetaria aumenta y los otros factores no varían. Todo
parece indicar que el sistema de
Robbins es una mezcla de lo axiomático y lo
empírico del modo (p.q)r, donde "p" significa "si otros
factores no varían"; "q", "si se aplican tales supuestos
auxiliares" y "r", la ley económica respectiva. Robbins no
cree que sea posible predecir las valoraciones humanas, pero
sí las consecuencias de esas valoraciones. Un dato
curioso y relevante de Robbins es el hecho de haber declarado,
cuarenta años después de la publicación de
su libro, que si
hubiera leído entonces a Popper sus percepciones
habrían sido diferentes.

En este punto de la exposición, me gustaría hacer otra
digresión para referirme a dos conceptos muy importantes
sobre el tema: el individualismo metodológico y la
elección racional. Aunque en esta ocasión
sólo me limitaré a citar sus principales
componentes sin una descripción sistemática de ambos
conceptos.

El Individualismo Metodológico
(13)

Es una doctrina cuyo pivote principal es considerar que
todo lo que hace el ser humano es hecho, en principio el
individuo a través de sus creencias, metas y acciones. J.
Elster dice que es preciso hacer una especie de reduccionismo
para entender lo que es la doctrina, puesto que si pasamos de los
individuos a las sociedades es
como si nos moviéramos de los átomos hacia las
moléculas ("El Individualismo
Metodológico")

Según Elster el individualismo no presupone el
egoísmo ni la racionalidad de las acciones individuales,
pues se trata de una consideración metodológica y
no de una teoría acerca de la naturaleza humana. Hay
ciertas propiedades en los individuos que la descripción
de una de ellas en un individuo lleva necesariamente a otro,
aunque existiría el peligro de explicar los
fenómenos sociales como resultados de motivaciones y
creencias individuales, cuando lo opuesto sería lo
verdadero: el individualismo metodológico
utilizaría las explicaciones intencionales para dar cuenta
de los fenómenos individuales.

Entre las percepciones opuestas se puede citar la
marxista, según la cual los procesos sociales surgen de
relaciones entre individuos de tal manera que cada uno de ellos
sólo refleja las condiciones históricas y
materiales imperantes que sirven de marco a las relaciones.
Algunas veces se identifica la propuesta marxista como holista,
en el sentido de que el todo de las relaciones sociales es
más que la simple suma de los agregados individuales. En
mi opinión, la visión marxista lleva a un fatalismo
extremo, pues cada individuo estaría condenado a reflejar
las condiciones de la clase a la que
pertenece, sin tomar en cuenta las múltiples actividades
que lleva a cabo en la cotidianidad de su existencia ni la
movilidad horizontal y vertical que hay en cada sociedad
establecida. Por el otro lado, el Individualismo
Metodológico me parece una aberración no
sólo de la epistemología y el método, sino
del mismo proceso cognoscitivo. La experiencia del hombre nos
dice que el individuo llega al mundo y encuentra una sociedad ya
hecha a la que puede o no aportar en diferentes escalas de
gradación; pero cuando se va, la sociedad se sigue
desarrollando sin notar el hueco que el ser singular deja en su
familia y en
sus amigos. La sociedad no necesita al individuo, puede vivir sin
él; por supuesto que necesita a la suma de individuos, en
cambio, el individuo no puede vivir fuera de la sociedad,
ligazón que se expresa en cada uno de sus actos: come, se
viste, disfruta… de las creaciones de la sociedad, las
mismas que se producen con su presencia o con la ausencia de cada
individuo. A pesar de ello, como veremos después,
minimizar la acción del individuo dentro del grupo
sería una afirmación muy impregnada de
ideología.

Teoría de la Elección
Racional

Los estudiosos, Elster entre ellos, dicen que la
Teoría de la Elección Racional puede ser
aprehendida desde dos puntos de observación: como la
teoría de las normas que nos
dicen lo que debemos hacer para lograr metas del mejor modo
posible, sin establecer cuáles deben ser esas metas; y
como teoría descriptiva que nos ayuda a predecir esas
acciones. La característica principal de una
elección racional es que exige elegir la mejor alternativa
dentro de un conjunto de alternativas factibles

Habrá dos clases principales de elección:
las paramétricas y las estratégicas. Las primeras
se realizan cuando el sujeto enfrenta condiciones y restricciones
que ya están dadas, de este modo, el sujeto hace una
estimación de las restricciones y luego actúa en
consecuencia. Una situación estratégica es
aquélla en que una elección del sujeto influye en
la actividad de los demás, al mismo tiempo que las
decisiones de los demás lo afectan
personalmente

Ludwig von Mises (The Human Action)
(14)

Es el que sistematiza las percepciones de la Escuela
Austríaca y el más conspicuo de todos sus miembros.
Postula que las leyes económicas son teoremas que se
deducen de un conjunto de axiomas. Los axiomas están
incluidos en las categorías de la acción y se las
conoce por reflexión interna. La Acción Racional
significa que el hombre actúa libre y conscientemente por
un fin y que dispone de los medios para lograrlo. "El santo y el
avaro obran racionalmente, pues ambos eligen sus fines y usan sus
medios". La danza del
brujo para convocar la lluvia es tan racional como la tarea
investigativa del científico en su laboratorio,
pero ambos podrían errar en la elección de los
medios. En la Economía, la Acción Humana se
expresa en disponer, del mejor modo posible, de los medios que se
tiene. En realidad, es la acción que lleva a sustituir una
situación menos satisfactoria por otra más
satisfactoria y el análisis de la acción humana
consiste en analizar sus consecuencias lógicas. A partir
de la noción de "Acción Humana" se desprende un
conjunto de teoremas que se constituirían en los puntos de
partida del análisis económico. Así,
conceptos como la "preferencia temporal", "la utilidad marginal",
la incertidumbre, dice Zanotti, conforman lo que Mises llama
Categorías a priori de la Acción o leyes
praxiológicas.

La base gnoseológica de Mises parte de un
Kant un tanto
transformado. Recordemos que las categorías a priori de
Kant, tanto las de la sensibilidad como las del entendimiento,
son vacías de contenido. Las categorías de la
sensibilidad permiten el ordenamiento de los datos sensoriales
a través de la Intuición, las que el hombre recibe
a través de los sentidos, en
primera instancia. Estos datos así transformados son
entregados a la Razón, la que los vuelve a transformar a
través de las categorías conceptuales. Para Kant,
los conceptos sin la intuición sensible son vacíos
y la intuición sin los conceptos es ciega.

Este concepto hace que
Kant sea uno de mis filósofos favoritos, puesto que incluye la
Intuición como instrumento cognoscitivo, junto a la
Razón. Por todo ello, los conceptos kantianos no implican
contenidos racionales a priori de la experiencia sensible, tal
como lo proponen los racionalistas a ultranza, sino formas a
priori vacías de contenido específico, según
los cuales se ordenan los datos de la sensibilidad. Como veremos
más adelante, mi interpretación de la percepción
marxista tiene puntos de coincidencia con las percepciones
kantianas, aunque diferenciadas por algunos rasgos
fundamentales.

Para Mises, las categorías son conocimientos
apriorísticos que tienen una fuerza cognoscitiva muy
superior a las simples hipótesis corroboradas, lo que
explica su rechazo a todo intento de testear estas
categorías en la realidad empírica. La actitud de
Mises podría ser interpretada como una de las versiones de
la derivación de la verdad a través de la
adecuación del entendimiento con la realidad. Al
contrario, Mises afirma que esos principios a priori están
"impresos" en la mente humana, por lo que el hombre no puede
concebir de una manera diferente. Su convicción es tan
fuerte en este sentido, que niega la necesidad de preguntarse si
la realidad pudiera ser distinta a la que se reflejan en esas
categorías. Así, la Economía vendría
a ser aquella parte de la praxiología que aplica las
categorías de la acción al análisis de los
fenómenos de mercado practicados sobre la base del
cálculo
monetario. Algunas veces, especialmente cuando habla de la
"Cataláctica" como la Economía en sentido
restringido, da la sensación de que percibe a la
Praxiología como la Economía en sentido amplio. Los
epistemólogos concuerdan en el hecho de que el sistema de
von Mises puede ser dividido en dos partes. La primera, en la que
desprende las consecuencias lógicas de la acción
como tal, esto es, las leyes praxiológicas. La segunda, en
la que esas leyes son premisas de las que se deducen las
consecuencias de la acción humana en el mercado, es decir,
las leyes económicas propiamente dichas. Todo esto da el
aval suficiente para asegurar que, según Mises, la
economía estudie la acción humana en el mercado y
que la praxiología estudie la conducta humana como tal.
Pero la praxiología no tendría nada que ver con la
Ética, pues, a diferencia de ésta, no se
preocuparía de cuáles son los fines que el hombre
debe perseguir. Tampoco tendría algo que ver con la
sicología, pues no le importa, a la praxiología,
las razones por las que el hombre elige tales fines y
medios.

La percepción intelectual de Mises
se complementa con dos construcciones hipotéticas: el
mercado de libre competencia y los supuestos sobre las
instituciones, tales como la división del trabajo, la
propiedad… Von Mises no excluirá algunas
condiciones reales: la desutilidad del trabajo, por ejemplo, algo
de lo que hablaremos después; sin embargo, von Mises no
cree que la alusión a la realidad modifiquen la naturaleza
apriorística de la praxiología. Los colectivos
humanos, tales como nación
o grupo no existen para él, dado que no son sino conjuntos de
individuos, los que a diferencia de las cosas que solamente
reaccionan, aquéllos accionarían con libre
albedrío.

En general, las ciencias de la acción humana se
dividen en dos: la praxiología y la historia. La primera
utiliza la conceptualización y la deducción
lógica.
La Historia utiliza la "comprensión", es decir el acto por
el que el historiador se introduce en el interior del individuo
para conocer sus valoraciones concretas y del por qué de
su conducta; para esto, usa los tipos ideales a los que considera
como imprescindibles en las ciencias que no pertenecen a la
praxiología.

Su sistema deductivo lo llevó a
afirmar que todos los teoremas praxiológicos se hallan
incluidos en la acción humana; si un teorema
económico no estuviera unido a una cadena lógica,
no sería admisible científicamente. Pero von Mises
plantea otras preguntas muy importantes; v.g: ¿es posible
conocer, por lo menos una parte del mundo real con sólo el
uso de proposiciones analíticas? ¿o sólo
quedan para las ciencias formales, como son las matemáticas y la lógica? Estas y
otras preguntas han convocado el interés de los
epistemólogos, quienes han dado diversas respuestas muy
útiles en el mundo de la aprehensión
humana.

En lo que a mí se refiere, debo decir que
privilegiar las proposiciones analíticas como las
únicas que nos darían una representación
fiel de la realidad es una exageración que lleva al
subjetivismo más extremo, sobre todo, si tenemos en cuenta
la deformación de la razón debido a la
ideología y a los intereses propios del ser que analiza.
Por ello es que, sin desconocer la importancia de las
proposiciones analíticas, es necesario afirmar la
necesidad de que éstas surjan de la realidad concreta que
la historia y las culturas determinan en cada periodo y en cada
espacio. Pero las conclusiones de von Mises serán llevadas
a un punto más extremo aún por su discípulo,
Murray N. Rothbard, quien postula que el axioma fundamental y las
premisas de la economía son verdaderos; que los teoremas y
conclusiones deducidos por las leyes de la lógica, a
partir de esos postulados, son verdaderos; que no hay necesidad
de testeo empírico ni de las premisas ni de las
conclusiones y que los teoremas deducidos no pueden ser
testeables aunque sería muy útil que pudieran
serlo. En cuanto a los axiomas subsidiarios, dice que residen en
la variedad de los recursos, lo que
motiva la división del trabajo; que el ocio es un bien de
consumo y que
se parte del deseo de maximizar los beneficios
monetarios.

Friedrich von Hayek (From Scientism and
the Study of Society) (15)

Hizo grandes aportes a la Escuela Austriaca de
Economía en los campos de la teoría del
conocimiento, economía, epistemología general,
epistemología de la Economía, historia de las ideas
y la filosofía política. En Economía,
percibe la diferencia entre los paradigmas
sobre el equilibrio en
competencia
perfecta y el modelo austriaco de proceso de mercado.
Al igual que Menger se había enfrentado con el
historicismo de Schmoller, von Hayek libra su propia batalla,
aunque esta vez, en tres frentes principales: contra el
colectivismo metodológico, el inductivismo antepopperiano
y el constructivismo.

Su tesis principal se resume en la concepción de
que los "objetos" de las ciencias sociales no pueden definirse
con independencia
de las acciones humanas. Un bien económico, el mercado, la
moneda…no tienen identidad
propia independientemente de los objetivos para
el cual fueron concebidos. Si la moneda sirve para intercambiar
bienes será moneda; si es para adornar un ambiente, no
lo será. Esta concepción es muy interesante y
merece una pequeña digresión.

Para mostrar la diferencia con el pensamiento de
Lenín, me parece oportuno poner como ejemplo el debate que
sobre la utilidad de los sindicatos se
llevó a cabo entre Lenin y Trotsky, allá en las
épocas inmediatamente posteriores a la Revolución
de Octubre. Trotsky opinaba que en el nuevo sistema socialista,
los sindicatos ya no tenían razón de ser, dado que
ya se "había establecido la dictadura del
proletariado" y que las fábricas ya no tenían al
patrón burgués. Lenín, en su
contraargumento, le mostró un vaso de vidrio y le dijo
que ese vaso podía servir como adorno, como
pisa papeles o, incluso, como arma contundente en un momento de
necesidad. Sin embargo, prosiguió, el fabricante de vasos
lo fabrica con un propósito principal: lo hace como
recipiente que sirve para beber. Del mismo modo,
prosiguió, el papel del sindicato, si
bien sirve para lograr reivindicaciones salariales y mejores
condiciones de trabajo en el sistema capitalista, en el
socialista cambia y se convierte en el instrumento más
idóneo para que el trabajador mantenga su conciencia de
clase. En este sentido, lo que establece el uso de algo es la
práctica histórica. De este modo, si hubiera tenido
la oportunidad de intercambiar ideas con Hayek le habría
dicho que la moneda puede servir para muchas cosas, pero que los
que la creaban lo hacían con un propósito
fundamental avalada por la práctica histórica, lo
hacían para que sirviera de medio de cambio, unidad de
cuenta y depósito de valor en la circulación de
bienes y servicios,
especialmente en un sistema capitalista de
producción.

Hayek dice que conceptos como "sociedad",
"economía", "mercado" no son hechos dados, sino
teorías provisionales que explican la conexión
entre fenómenos individuales, que se realiza por medio de
interacciones humanas conocidas a partir de los objetivos de
dichas acciones. En relación al Constructivismo, postula
que el conocimiento de los hechos sociales nunca puede estar
concentrado en una mente, sino que está esencialmente
disperso, de manera incompleta, en muchas mentes. Por otra parte,
no cree que sea posible la verificación en las ciencias
sociales, por eso su método puede ser calificado como
más deductivo que inductivo, aunque no niega la necesidad
de apelar al testeo de la realidad por medio de modelos con
información incompleta. Hayek, al igual que
los otros miembros de la Escuela Austriaca, sostiene que los
precios y los
costos de los
bienes y servicios son una síntesis proveniente de una
información muy grande, la que es necesaria para lograr
una asignación de recursos eficiente, aunque siempre
está muy dispersa en la realidad. Por otra parte, esta
información cambia constantemente, por lo que la
noción de equilibrio pasa a segundo plano para enfatizar
la explicación del proceso de mercado, que es un mecanismo
por el que la asignación de recursos se adapta
gradualmente a los cambios de información que las
fluctuaciones de los precios muestran. Esta visión es
diferente a la que tienen los representantes de las escuelas de
Cambridge y de Lausanne, para quienes el análisis debe
orientarse y centrarse en las situaciones de equilibrio, lo cual
se consigue, en forma especial, con la aplicación de las
matemáticas, en las que las ecuaciones
reflejarían en sus parámetros la información
estática en el que los precios equilibran
los mercados. Para
Hayek, cuyo método es preferentemente deductivo y niega la
posibilidad general de testear los axiomas, la cuestión
que convierte a la Economía en una ciencia empírica
es la tendencia al equilibrio. Hayek afirma que no estamos en
equilibrio en el mercado dado que nadie conoce los datos
necesarios para saber cuál es el equilibrio. Sin embargo,
dice después que aún con la condición de
equilibrio, la Economía no tendría que ser una
ciencia empírica, dado que la tendencia al equilibrio
podría ser desarrollada empíricamente. En cuanto a
su gnoseología, coincide con von Mises en modificar una
tanto a Kant para afirmar que las abstracciones son esquemas o
categorías previas con las que se organizan los datos que
conforman el contenido del conocimiento sensible.

La Percepción empírica de la
Economía

Vimos las percepciones que enfatizaban el aspecto
apriorístico de la Economía; también citamos
a quienes aceptan la posibilidad de que en ciertas condiciones se
puede aplicar el testeo a las principios abstractos.

Ahora veremos dos ejemplos de quienes ponen el acento en
el testeo empírico y niegan los aspectos analíticos
si éstos no responden a ese testeo.

T.W. Hutchison (The Significance and
Basic Postulates of Economic Theory) (16)

Afirma que hay dos formas lógicas para concebir y
expresar una proposición teórica, una de
teoría pura y otra de teoría aplicada. La primera
adquiere la forma de "si p entonces q" mientras que la segunda
adoptaría la forma "dado que p, por lo tanto q". De estas
dos, sólo la segunda puede ser testeada
empíricamente, puesto que es necesario testear si "p" es
una premisa verdadera y "q" sería la aplicación de
la primera, una vez que se ha establecido empíricamente la
verdad de la premisa "p". De este modo las proposiciones con
contenido empírico son falsables y se diferencian de las
proposiciones incondicionalmente necesarias; estas últimas
pertenecerían al mundo de la lógica, de las
matemáticas y de las proposiciones de la teoría
pura. No está demás aclarar que las proposiciones
incondicionalmente necesarias son vacías de contenido
empírico, por lo tanto, la necesidad de las proposiciones
de la teoría pura deriva sólo de relaciones entre
definiciones sin contenido empírico. Al respecto,
recordemos que en Menger las relaciones necesarias entre los
conceptos de la teoría económica eran relaciones
reales, que se daban en el mundo real.

Bajo estas condiciones, Hutchison se identifica con los
neopositivistas pues la distinción que hacen éstos
sobre las proposiciones fácticas y las formales, se basan
en que las primeras nos informarían sobre hechos y
serían empíricamente verificables
probabilísticamente, mientras que las segundas no informan
sobre nada real, pero son lógicamente necesarias.
Hutchison dice que la utilidad de las proposiciones
lógicas nos permiten pasar de una proposición
empírica a otra; cuanto más claros sean los
conceptos, más claras serán las respuestas de las
investigaciones empíricas y porque permiten
la verificación. Todo esto podría ser interpretado
en el sentido de que Hutchison estaría limitando la
aplicación del método deductivo-hipotético
al análisis empírico. Destaca, por otra parte, que
el análisis a priori de los postulados fundamentales no
tiene ningún resultado útil, dado que asuntos tales
como: el tipo de conducta de los empresarios, las expectativas,
en la determinación de los precios, la experiencia que se
logra de errores…. sólo pueden ser aceptadas por la
investigación empírica respectiva, aunque no queda
claro si el testeo que propone Hutchison deben aplicarse a los
supuestos de la teoría o a sus consecuencias. La
relación de Hutchison con Popper no queda muy clara, dado
que éste otorga al falsacionismo la capacidad de
acercarnos a la realidad de los hechos, aunque las
hipótesis corroboradas no nos aseguren la verdad, nos
ayudan a ir en pos de ella. Hutchison, por su parte rechaza
absolutamente cualquier tipo de planteo a priori y exige la
verificación para las premisas y las conclusiones a las
que se arriban. Es el caso extremo del empirismo
metodológico en la ciencia económica.

Milton Friedman (The Methodology of
Positive Economics) (17)

En su opinión, la economía positive es
independiente de todo juicio de valor; no se ocuparía de
lo que debe ser, sino de lo que es. La teoría debe proveer
un sistema de generalizaciones que puedan usarse para hacer
predicciones correctas y no reconoce una diferencia sustancias
entre ciencias sociales y ciencias naturales. La
predicción es un asunto muy importante para
Friedman; la hipótesis será aceptada si la
evidencia empírica no contradice sus predicciones y
rechazada si sucede lo contrario. El criterio de sencillez que
recomienda se refiere a la necesidad de reducir al mínimo
el conocimiento inicial para el acto de pronóstico. La
"fecundidad" sería la mayor precisión en el
pronóstico. Pero la evidencia empírica no
probaría la hipótesis, sólo dejará de
desaprobarla lo que nos muestra una aplicación de la
falsación popperiana y la imposibilidad de experimentos
controlados sería únicamente una diferencia de
grado con las ciencias naturales. Cuanto más significativa
sea la teoría, más irrealistas serán los
supuestos, debido a que una teoría será cierta si
explica mucho a través de poco. Así, se
aceptará una hipótesis falsa en sus supuestos lo
que es una condición para su idoneidad porque se excluye
hechos irrelevantes. De este modo, llega a su conocida
afirmación de que una teoría debe juzgarse en
función a su idoneidad para dar predicciones
suficientemente ajustadas. Los ejemplos de este postulado en las
ciencias naturales serían muchos; v.g, en la ley
física, la caída de los cuerpos presupone un
vacío que en la realidad no existe .También dice
que se podría suponer que las hojas de los árboles
se colocan como si buscaran conscientemente maximizar la luz solar y el
jugador de billar se comporta como si conociera las leyes
matemáticas que rigen los golpes que da a la bola. Del
mismo modo, afirma que las empresas se
comportan como si buscaran maximizar sus beneficios y tuvieran
información perfecta. En síntesis, el valor del
modelo de competencia perfecta no radica en que describa
adecuadamente la realidad, sino en las acertadas predicciones que
permite realizar en una gama amplia de circunstancias. La
validez real de la teoría se aquilata según el
método hipotético-deductivo, testeando las
consecuencias de las hipótesis y no contrastando
directamente las hipótesis mismas.

Las percepciones de Friedman nos llevan a la
conclusión de que la teoría económica no
vale por lo que explica de la realidad, sino por lo que predice;
esto ha causado cierta disconformidad en varios de sus
críticos, quienes consideran que una teoría que no
explica nada es un instrumento utilitario que no está
orientado al conocimiento de la verdad sino sólo a los
resultados de una acción.

La concepción marxista

(La Ideología Alemana, El Capital,
Categorías del Marxismo)
(18)

Para la visión marxista las Categorías son
las formas de concientización de las leyes más
generales y universales de Ser y el Cosmos; por lo tanto, a
diferencia de la concepción Kantiana, las
categorías están plenas de contenido, pues
provienen directamente de la experiencia humana a través
de la práctica histórica. Aunque el marxismo
contabiliza varias categorías, ahora citaremos algunas de
ellas.

Lo Concreto

Refleja lo íntegro, lo entero, lo desarrollado,
el objeto en sí, tal como lo presenta la realidad. Por
ejemplo, una mesa es algo concreto,
puesto que es la interconexión objetiva de todos sus
componentes

Lo Abstracto

Parte de un conjunto, lo unilateral, lo simple, lo no
desarrollado como concreto. Por ejemplo, el tamaño es algo
que no puede ser separado de lo concreto, en este caso de la
mesa, a no ser que participe la actividad de la mente que se
llama Abstracción.

Proceso de conocimiento teórico

El conocimiento teórico-científico es el
movimiento del
pensamiento que parte de la diversidad sensorial de lo concreto y
logra la reproducción del objeto en sus relaciones
multilaterales. Es el proceso que empieza con la
percepción de lo concreto por los sentidos;
continúa con la abstracción y análisis de
sus componentes, separados por la abstracción, y culmina
con el resultado de la investigación para volver al
concreto inicial y compararlo con el concreto logrado por la
mente, por medio de la abstracción

Teoría y Práctica

Son dos categorías filosóficas que
designan la actividad material y espiritual de la actividad
objetiva socio-histórica de los seres humanos, la que se
expresa en el conocimiento y transformación de la
naturaleza y de la sociedad misma. La diferencia con los
empiristas y positivistas es que no toma la experiencia
individual como punto de referencia de la práctica
histórica, más bien recurre a la actividad conjunta
de los hombres en las relaciones de clase que los determinan. Por
otra parte, afirma que la actividad de los hombres es siempre
racional. Por ejemplo, la producción de los bienes de
producción no satisface directamente las necesidades
vitales, pero sirve de base para conseguir los objetivos sociales
finales, para lo que es preciso organizar el trabajo y
administrarlo.

Rechaza a la percepción teórica como la
contemplación pasiva de la verdad desentrañada y
afirma que la conciencia teórica no tiene ninguna
influencia en la construcción de la realidad. Por
último, considera que la teoría y la
práctica se encuentran separadas en el régimen de
producción capitalista, por lo que es necesario unirlas a
través de una constante generalización
teórica de la experiencia práctica de los grupos
sociales, para lograr la consolidación de la
teoría de vanguardia.

La materia

El punto de partida del proceso cognoscitivo marxista es
la afirmación de la existencia objetiva de la materia, la
que no estaría condicionada ni limitada por nada;
sería eterna e inagotable, esto es, absoluta.

La materia sería la realidad objetiva que
existiría fuera e independientemente de la conciencia y
que se refleja en esta última y tiene la capacidad de
autodesarrollarse indefinidamente. La conciencia sería la
forma superior del reflejo de la materia. El carácter
universal absoluto de la materia caracteriza la unidad material
del mundo. La materia, según la versión marxista,
no se reduce a sus formas concretas de manifestación, v.g.
la sustancia o los átomos, dado que existen formas no
sustanciales, como los campos electromagnéticos y
gravitacionales, pero, en cualquier manera de expresión,
la materia siempre está organizada y es inseparable de las
diferentes formas de movimiento

Las formas de la materia son, dice el
marxismo: los sistemas de la
naturaleza inorgánica, v.g., partículas
elementales, moléculas, sistemas cósmicos…
los sistemas biológicos y los sistemas socialmente
organizados. Algo que debe subrayase es que la "Materia" es una
categoría filosófica, la que no debe ser confundida
con las expresiones concretas químicas o físicas,
las que tienen un carácter particular. De esta manera, no
debe confundirse la categoría filosófica Materia
con sus expresiones tales como "masa", "energía",
"espacio"

Materia de Conocimiento

Son las relaciones y propiedades de los objetos fijados
en la experiencia e incorporados al proceso de la actividad
práctica del hombre que se investiga con un fin
determinado en condiciones y tiempo determinados. El materialismo
dialéctico, que es la filosofía del marxismo,
reconoce la influencia del objeto sobre el sujeto que conoce,
pero será la práctica histórica la que se
constituya en el verificador del conocimiento adquirido. La
discriminación del conocimiento como algo
independiente de la materia objetiva es un error tipificado como
"idealista". El desarrollo del objeto de conocimiento se
desarrolla de modo lógico e histórico (otras dos
categorías de la dialéctica
materialista)

El Materialismo

Según los marxistas es la corriente
filosófica opuesta al "Idealismo" y
afirma la prioridad de lo material y el carácter
secundario de lo espiritual, lo que significa que el mundo es
eterno, no fue creado y es infinito en tiempo y espacio. La
Conciencia sería un reflejo de la materia, por lo que se
la estudia como reflejo del mundo exterior para afirmar
así la cognoscibilidad de la naturaleza. Se postula que la
forma superior del Materialismo, esto es, el Materialismo
Científico, fue creado por Marx y Engels y
se acepta que éste tuvo desviaciones que desembocaron en
lo que llaman el "materialismo vulgar", entre ellos, el positivismo.

Materialismo Dialéctico

Es la base filosófica del marxismo y declara ser
un reflejo de la evolución del pensamiento filosófico
en relación al avance científico y la
práctica histórica de la humanidad. El Materialismo
Dialéctico aplicado a la historia da como resultado el
Materialismo
Histórico, algo así como la sociología del marxismo, como
"cosmovisión de la clase proletaria". De acuerdo con el
Materialismo Dialéctico, la filosofía tiene su
objeto de estudio que está constituido por el estudio de
las leyes más generales de la naturaleza, la historia y el
pensamiento, los principios y bases generales del mundo objetivo y de
su reflejo en la conciencia humana y también el
método de explicación, conocimiento y
transformación práctica de la realidad. Rechaza la
existencia de "esencias supranaturales. Su teoría del
Conocimiento y su Lógica provienen, afirma el marxismo, de
la vinculación de la doctrina del Ser, del mundo objetivo
y de la doctrina de su reflejo. Por último, el
Materialismo Dialéctico es la base filosófica del
programa, la
estrategia y la
táctica de la actividad de los partidos comunistas del
mundo.

Materialismo Histórico

Es la ciencia filosófica sobre la sociedad y se
aplica a la historia. Toma como pivote principal el hecho social
común a todas las sociedades, la de "obtener los medios de
vida", al que vincula todas las relaciones de los individuos, lo
que denomina "las relaciones de producción" que, a su vez,
determinan la existencia de una superestructura
jurídico-política y varias formas del pensamiento
social. Cada sistema de relaciones de producción que surge
en determinado grado de desarrollo de las "fuerzas productivas",
se subordina a las leyes del surgimiento, funcionamiento y
tránsito comunes a todas las formaciones
sociales.

Lo que más nos interesa sobre el Materialismo
Histórico en este punto, es su afirmación de que
"Las acciones de los individuos en el marco de cada
formación socio-económica, infinitamente diversas,
individualizadas y, al parecer, no sujetas a registro alguno
ni a sistematización, fueron sintetizadas y reducidas a
las acciones de las grandes masas". Por otra parte, critican a
las posiciones no marxistas, acusándolas de fabricar una
sociología que se limita al examen de los motivos
ideológicos de la actividad humana y no investigan las
causas materiales que los engendran. Denuncia a los historiadores
no marxistas, acusándoles de que resaltan sólo el
papel de algunas personalidades sin prestar atención a las
acciones de las masas, "verdaderos artífices de la
historia". Sin embargo, afirman que no desconocen el papel de las
ideas, las instituciones y organizaciones
políticas, poniendo de relieve el
"inmenso papel del factor subjetivo", esto es, las acciones de
los hombres, clases y partidos, como el grado de conciencia y de
organización de las masas. Rechaza el
fatalismo y el voluntarismo. Los hombres hacen su historia pero
no pueden hacerla a su libre albedrío, pues cada nueva
generación actúa en determinadas condiciones
objetivas. Todas esas afirmaciones aparecen en "La
Ideología Alemana", obra en la que Marx y Engels pusieron
por primera vez los fundamentos filosóficos de lo que
ahora conocemos como el Marxismo.

Materialismo y Empiriocriticismo (19)

Hubo una lucha ideológica, casi personal entre
Avenarius y Mach, los fundadores del Empiriocriticismo, por una
parte, y Lenín, por la otra. Avenarius y Mach decidieron
ampliar la base filosófica del materialismo
dialéctico con propuestas que Lenín calificó
de ideas subjetivistas, entre otros adjetivos parecidos. Los
herejes acudieron a Berkeley, uno de los filósofos que los
marxistas más detestan por la negación del mundo
objetivo y, por supuesto, de la materia. Recordemos que Berkeley
basó su percepción filosófica en el
postulado de que la existencia de los objetos materiales consiste
en su perceptibilidad: todo lo que percibimos no es sino
complejos sensoriales. Como se comprenderá, el intento de
Mach y Avenarius de "aportar" al Materialismo Dialéctico
con las percepciones reactualizadas de Berkeley, tenía que
ser rechazada terminantemente por los defensores del Marxismo. En
realidad, ambos proponentes se convirtieron en una especie de
obsesión reiterada, en una pesadilla reiteradaa, en la
vida de Lenín.

Para entender la aplicación de los principios
filosóficos a la práctica, tal como lo ven los
marxistas, no debemos olvidar que sostienen el Partidismo
Filosófico, es decir, la defensa intransigente del
marxismo como una visión integral y no separable del
comportamiento diario de sus militantes.

Algunos aportes
epistemológicos

La Dialéctica de Complementos que postulo,
percibe el mundo real que los sentidos nos describen y el mundo
ideal que la mente forja sobre la base de los primeros. Por ello,
mi propuesta epistemólogica es una síntesis
complementaria de ambos. Parte de la gnoseología de Kant,
de la visión marxista y de la epistemología
analizada en los capítulos anteriores. No está
demás aclarar que en esta oportunidad sólo
daré un breve resumen de mi propuesta, la que
estará debidamente desarrollada en mi libro La
Acción Recíproca
.

Las categorías

Tomaré dos concepciones sobre las mismas: la de
Kant y la de los marxistas

Enmanuel Kant Crítica
de la Razón Pura (20)

De acuerdo con lo que dice Kant, el entendimiento no es
una facultad pasiva, que se limita a recoger los datos que vienen
de los objetos reales; al contrario, sería una
configuradora de la realidad. A diferencia de los racionalistas y
los empiristas "puros" quienes asumían una como fuente de
conocimiento la razón y la experiencia, Kant afirma que el
conocimiento es el resultado de la interacción de ambos,
pues, por la sensibilidad recibiríamos los objetos reales
y por el entendimiento, los pensaríamos.

La sensibilidad es para Kant la capacidad de recibir
representaciones del mundo real, por lo que, la sensibilidad es
meramente receptiva. Pero, la manera cómo algo es conocido
directamente es, dice Kant, la Intuición y el efecto que
produce lo real sobre nuestra representación es la
sensación. Las sensaciones no podrían ser ordenadas
por la sensación misma. Lo que ordena las sensaciones
será a priori y no puede proceder de la experiencia. La
forma pura de la sensibilidad se da en el caso de que despojemos
al proceso de conocimiento de todo elemento procedente del
entendimiento. El entendimiento sería la facultad de
pensar, de formar conceptos, es decir, de crear formas bajo las
cuales se pueden ordenar las representaciones. Cuando decimos,
por ejemplo, "árbol", el entendimiento ha unificado todas
las características principales que une a todos los
árboles y esa unificación de los elementos
sensibles y conceptuales los que producen el conocimiento de
árbol.

Los conceptos empíricos son resultados de la
generalización tomados de la experiencia, mientras que los
conceptos puros son las categorías a las que nos referimos
en el acápite respectivo del presente capítulo. No
habrá posibilidad de conocer objeto alguno si no es
sometido a la acción de las categorías, por lo que
no será posible conocer la "cosa en sí", sino
solamente tal como se presentan al hombre a través de la
sensibilidad y del entendimiento; es decir, como
fenómenos. Así, se entenderá como
fenómeno el objeto tal como es percibido por el hombre,
una vez que los contenidos de la sensación han sido
sometidos a las formas trascendentales del espacio y del tiempo,
en lo que respecta a la sensibilidad. En lo que se refiere al
entendimiento, ese conocimiento sensible es sometido a las
categorías. Estas categorías del entendimiento
únicamente pueden ser aplicadas a contenidos procedentes
de la intuición sensible, pues no hay posibilidad de una
intuición intelectual. Los conceptos de la razón
pura son vacíos; contienen solamente la función
unificadora pero están privados de ofrecer algún
conocimiento. Les sucede a estos conceptos puros lo mismo que a
las categorías: prescinden de toda experiencia y no tienen
valor cognoscitivo sino unificador.

Las categorías marxistas

Las categorías marxistas son formas de
concientización en los conceptos de los modos universales
de la relación del hombre con el mundo, que reflejan las
propiedades y leyes más generales y esenciales de la
naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Desde la
percepción marxista, las categorías se forman en el
proceso de desarrollo histórico del conocimiento y de la
práctica social. Su base no es la actividad del
espíritu, sino el desarrollo de los métodos de
actividad material del hombre y de los modos de
Producción.

Las principales categorías del materialismo
dialéctico son: materia y movimiento; tiempo y espacio;
calidad y
cantidad; medida; singular, particular, y universal;
contradicción, esencia y fenómeno; contenido y
forma; necesidad y casualidad, posibilidad y realidad;
lógico e histórico; concreto y abstracto; idea y
materia y muchas otras, que sobrepasan las diez categorías
kantianas y aristotélicas.

Una interpretación de la percepción
marxista del proceso de conocimiento

Sobre la base de lo dicho, voy a mostrar mi
interpretación personal de la percepción marxista
del proceso de conocimiento, para luego compararlo con Kant y
lasa percepciones citadas en los capítulos respectivos.
Para hacerlo, voy a transcribir parte de un ensayo
literario de mi libro "Relatos, Filosofía y Borges"
publicado en 1989. (Recordemos que yo le asigno al arte en general,
a la literatura y
al poema en particular, una capacidad cognoscitiva basada en la
Intuición como conocimiento directo de la realidad, a
través de encuentros del poeta con los Estados Puros del
Ser) El relato se llama "Las Categorías Filosóficas
de lo Concreto y lo Abstracto y un cuento de
Mario Benedetti" del cual transcribo la primera parte.

En el prólogo a la primera edición del primer volumen de "El
Capital", Marx dice: "en el análisis de las formas
económicas de nada sirve el microscopio ni
los reactivos químicos: el único medio de que
disponemos es la capacidad de abstracción

La autoridad
filosófica marxista define la Abstracción como
uno de los aspectos o formas del conocimiento que consiste en
prescindir de una serie de propiedades de los objetos. El
conocimiento está necesariamente ligado a los procesos
de abstracción, sin los cuales no se podría
conocer la esencia del objeto. Debe advertirse que sólo
la práctica es el criterio de la cientificidad de cada
abstracción. Este ensayo es un intento de interpretar lo
que significan los anteriores párrafos, aún
corriendo el riesgo de que
algunos dialécticos diplomados en la gran escuela del
dogmatismo encuentren herejías metodológicas en
la gran osadía

Empezaré con la pregunta fundamental:
¿cómo se prescinde mentalmente de una o de varias
propiedades de los objetos reales? Tal como se dijo en el
acápite relativo al conocimiento teórico, el modo
de reproducción teórica de un objeto como un todo
en la conciencia está constituido por el movimiento
concreto-abstracto-concreto. En otras palabras, hay el concreto
objetivo, que es el punto de partida de la investigación
y el concreto mental, que es el resultado de la misma y que
incluye el conocimiento de las partes fundamentales del objeto,
su interacción mutua y la ley que rige esa
conexión interna en el concreto objetivo. El proceso
mental que lleva de un concreto a otro es la
Abstracción. Este proceso es común al
conocimiento de la realidad objetiva, la historia y el
pensamiento

Con estos instrumentos conceptuales nos es posible
hacer preguntas e intentar respuestas de compleja contextura
esencial

En primer término, imaginemos un concreto
inicial, supongamos una piedra. Las partes constitutivas de la
piedra so muchas: peso, tamaño, forma, color…..
Estas propiedades no existen independientemente de un concreto
objetivo, real, en este caso, no existen independientemente de
la piedra. Al mismo tiempo, sabemos que otros conceptos
objetivos también tienen peso, tamaño,
color…, digamos un mono. Ahora bien, si deseamos saber
en qué se diferencian ambos será muy fácil
decir, v.g, que el mono come bananas y la piedra no. Lo mismo
nos sucederá si deseamos saber en qué se parecen;
entonces, haciendo un esfuerzo mental de gran envergadura
diremos que se parecen en que ambos tienen peso, color…
auque estas características no son iguales en ambos. Eso
formaría parte de un intento infantil de analiza, pero
es un comienzo, pues el objetivo fundamental que buscamos en
comparar las diferencias y semejanzas es lograr la diferencia y
la semejanza específicas que deseamos conocer, de
acuerdo con lo que pretendemos analizar,
estudiar.

Por ejemplo, si se trata de adiestrar a uno de
ellos para hacer pruebas
circenses, notaremos que el mono se diferenciará de la
piedra porque el primero puede ser gracioso y la segunda no se
da por aludida. Si se trata de usar a cualquiera de ellos como
contrapeso de un tercer objeto, descubriremos que ambos pueden
servir al efecto y entonces diremos que los dos se parecen
entre sí por su capacidad de tener peso. Como
éstos, podemos encontrar muchos ejemplos de semejanzas y
diferencias en la vida cotidiana. Pero, si deseamos tener un
conocimiento científico de cada uno de ellos nos veremos
obligados a ser más precisos; para ello recurriremos a
la abstracción de las propiedades de muchos monos y de
muchas piedras hasta llegar a la diferencia específica,
esto es a la conclusión de que la piedra tiene tres
clases de movimiento: químico, físico y
mecánico, en tanto que el mono tiene cuatro: las tres
anteriores y el movimiento biológico; es decir, el mono
tiene vida y la piedra no. Ésa sería la
diferencia específica

Luego de un ejercicio tan fructífero,
debemos averiguar cuáles son las relaciones de
constancia que los unen, esto es, en que se parecen
específicamente

Usaremos el mismo proceso de abstracción
para concluir afirmando que ambos existen independientemente de
nuestra conciencia; que sus respectivas masas pueden ser
transformadas en energía; que ambos tienen movimiento;
en otras palabras, se parecen en que ambos son materia;
expresiones diferentes de materia, de acuerdo con una
definición previa que se tendrá de lo que es
materia. Este proceso de llegar a la esencia se realiza a
través del análisis y de la síntesis que
incluyen, a su vez, la existencia de un concreto inicial, un
proceso de abstracción y un resultado: un concreto
mental

Una vez identificados el proceso y la razón
de ser de la abstracción, bien podemos hacernos varias
preguntas; por ejemplo: ¿es posible hacer una
abstracción de otra abstracción? ¿Es
posible separar algunas propiedades del color azul? Claro que
sí. Aunque sabemos que el color azul no existe
independientemente de una sustancia (definiendo sustancia como
principio activo que se genera a sí mismo) podemos
acudir a la ciencia y saber que el color es la sensación
producida por los rayos luminosos al impresionar los
órganos visuales en función de la

longitud
de onda. Luego nos enteraremos que el color
azul, específicamente, responde a una frecuencia de onda
que lo singulariza de los demás colores. Una
vez conocido el concepto, lo separamos mentalmente y analizamos
sus propiedades: intensidad, luminosidad… lo mismo
podemos hacer con abstracciones tales como la categoría
"valor". Para ello acudimos a nuestra propia definición:
el Valor es la capacidad que tiene un bien de ser intercambiado
en el mercado, porque siendo útil y escaso, contiene
trabajo objetivado, presente y pasado. Pero el valor no es un
concreto, es un abstracto que no existe independientemente de
la mercancía y sin embargo, puede ser definido al igual
que un concreto. De este modo, usando la Dialéctica de
Complementos que propongo, es posible definir tanto lo concreto
como lo abstracto en sus partes constitutivas a través
de los procesos mentales; el requisito indispensable para que
sea una abstracción científica es que se muestre
la conexión interna de los elementos que componen la
cosa que se ha logrado conocer. Si es que no hay esa
conexión interna, la abstracción de abstracciones
se convierte en especulación metafísica o, en el mejor de los casos,
en imaginación artística.

Supongamos que del concreto sensible A abstraemos
mentalmente las propiedades principales que lo singularizan,
tales como a1, a2,
a3….an. Hagamos lo mismo con las
propiedades esenciales del concreto B, esto es, con las que lo
singularizan como concreto B; al hacerlo, obtendremos
b1, b2, b3,…
bn. Sigamos el mismo procedimiento hasta el concreto
Z para obtener z1, z2,
z3,…zn. Ahora bien, una vez que
dichas propiedades están reflejadas en nuestra mente,
tratemos de mezclarlas en diferentes combinaciones: por
ejemplo: a1, b3, x8,
m6 …..

Hecho estos, nos preguntamos:
¿podrían estas combinaciones de propiedades
abstractas conformar un concreto real? sobre todo, si
recordamos que para ser real, un concreto no sólo debe
contenerlas, sino que debe existir la ley que expresa la
interacción interna entre ellas. Si acudimos al mundo de
las probabilidades, podríamos decir que no podemos
afirmar que exista, pero tampoco podríamos afirmar que
no exista. En este caso, estaremos en la dimensión de
las célebres antinomias kantianas: como no es posible
afirmar ni negar esa existencia, entonces podemos afirmar y
negarla al mismo tiempo. Pero, para las cuestiones del
conocimiento, debo postular que ningún cerebro tiene
la capacidad de dar movimiento a esta clase de mezcla de
propiedades que no estén interconectadas y no
interactúen entre sí por la vigencia de la ley
respectiva. No podemos inventar esa ley. En otras palabras, la
mente no puede crear concretos sensibles; sólo puede
reflejarlos o, en el mejor de los casos, modificarlos a
través de la acción concretada.

De lo expuesto podemos decir que, si ninguna mente puede
crear un concreto sensible por sí sola, también es
necesario afirmar que ninguna mente puede "recomponer" un
concreto real, aún teniendo en la mente el reflejo del
fenómeno; veamos por qué. Supongamos que nuestros
sentidos perciben un concreto real, un árbol; luego
percibimos muchos árboles para establecer la diferencia y
la semejanza específica que los vincula con otros
concretos. De acuerdo con lo que dice el marxismo, del concreto
inicial, en bruto, que nuestros sentidos han percibido, hemos
llegado a modelar el concreto ideal refinado y lo hemos hecho por
la abstracción. Ahora actuaremos sobre este concreto
ideal, del cual conocemos sus propiedades, sus conexiones
internas y la ley que las rige. Sin embargo, en este punto debo
acudir otra vez a Kant y reafirmar que, a pesar de que el proceso
de conocimiento auspiciado por la dialéctica materialista
en su versión de lógica-dialéctica, ha
puesto al concreto inicial a disposición del
análisis mental, nunca podrá reproducir el
árbol, cualquiera que éste sea, pues si bien la
palabra "árbol" es un símbolo para expresar algo
que existe y que tiene ciertas características que lo
singularizan de los demás, el mismo árbol,
cualquier árbol concreto, es un símbolo de
sí mismo. Lo es, debido a que si podemos llegar a conocer
sus rasgos más esenciales, nunca podremos conocerlo en
toda su integridad; v.g, no podremos conocerlo en su estructura
molecular, en el movimiento de sus átomos, en la
circulación de la savia, en la disposición de sus
hojas…. y sobre todo, por el hecho que Heráclito ya lo ha planteado hace dos mil
quinientos años, es decir, porque el árbol de este
momento ya no es el árbol que analizamos hace un segundo.
"La cosa en sí" nunca aparece ni a los sentidos ni a la
mente. Es aquí donde encuentro en Kant la base fundamental
para postular con él, que sólo podemos conocer el
fenómeno, transformado, a su vez, por las
categorías de la intuición y del entendimiento. Si
esto es así con el árbol, imaginemos lo que
habrá de ser el intento de conocer al
individuo.

 

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