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Adolescentes diabéticos (página 2)




Enviado por D�vila Adriana



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

CAPÍTULO I

EL
PROBLEMA

La diabetes tipo
1, es una condición crónica de deficiencia de
insulina resultante de la destrucción auto inmune de las
células
beta pancreáticas. La influencia de los factores
genéticos en la susceptibilidad y resistencia de
dichos pacientes es importante; entre estos factores se
incluyen polimorfismos, mecanismos epigeneticos regulatorios,
de la expresión de los alelos y mecanismos regulatorios
post-transcripcional Los factores ambientales también
intervienen en la etiología e interaccionan con el
componente de predisposición genética (Castaño, Bilbao y Calvo,
2002).

La Diabetes tipo 1, tiene una prevalencia de alrededor
del 0,2% en menores de 20 años, Rewers, La Porte y King,
(1998), con una tendencia al incremento en la incidencia en el
transcurso de los años. Se ha registrado un incremento
de 2,8% por año, a nivel mundial y de 3,2% en Europa, en
los menores de 15 años durante el período
1990-1999 ((Karvonen, Notkola, Taskinem y Tuomilehto, 2005;
Green, Bingley y Soltész, 2001). Así mismo, en
los países menos desarrollados la tendencia secular de
la Diabetes Mellitus 1, se ha relacionado con cambios en el
estilo de
vida.

La incidencia de la diabetes tipo 1 varía en
los diferentes países y continentes. Las tasas
más altas corresponden a Europa y Norteamérica,
fluctuando entre 5/100.000/casos/año y
40/100.000/casos/año en Europa (la mas alta en
Finlandia) y de 11/100.000/casos/año a
25/100.000/caso/año (la mas alta en Canadá). En
Oceanía la incidencia de Diabetes
Mellitus tipo 1 también es alta o muy alta variando
desde 14/100.000/casos/año a
22/100.000/casos/año. En América de Sur se repiten tasas de
incidencia de la enfermedad entre 1/100.000/casos/año a
10/100.000/casos/año. Las menores tasas de incidencia de
diabetes tipo 1 se registran en China y en
Venezuela
(0.1 casos/ 100.000 niños/ año). En el estado
Mérida, la tasa de incidencia de la enfermedad es
similar a la del resto del país (Karvonen, Viik-Kajander
y Moltchanova, 2000)

Comparada con la diabetes del adulto, la diabetes en
el niño y en el adolescente produce un gran impacto a
nivel individual, familiar y social dependiendo del momento de
diagnóstico de la enfermedad y del
período del crecimiento en el cual se encuentre el
niño. A nivel individual, por ser un período de
la vida, sometido a múltiples cambios físicos
relacionados con el crecimiento y desarrollo
puberal, cambios hormonales con variaciones metabólicas
importantes y cambios psicológicos propios de esta
etapa, aunado a la adaptabilidad a su enfermedad donde el
control
glicémico pasa a formar parte de su vida, y que con
frecuencia se hace difícil, pues el tratamiento de la
diabetes además de la insulina, debe incluir cambios en
los estilos de vida, específicamente en la alimentación y el
ejercicio, con el fin de mantener los niveles glicémicos
lo mas próximo a la normalidad siendo la
educación diabetológica el principal y
autentico eje para el cumplimiento de esta terapéutica,
Oyarzabal, Rodríguez y López (2002). A nivel
familiar, el diagnóstico de la enfermedad puede producir
un desequilibrio en lo que respecta a la aceptación de
la misma depresión, negación,
sobreprotección, reproches entre sus miembros. Si ya
la familia
presentaba desajustes el problema va a ser más grave,
requiriendo atención especializada. Ya de por si la
familia con
un adolescente requiere de un trato y adaptación
especial, mas aun cuando se diagnostica una enfermedad como la
diabetes mellitus tipo1, donde se requiere de todo el apoyo
para un adecuado control glicémico. En el ámbito
social, la escuela es
el principal escenario y el adolescente junto con sus amigos,
son los actores principales, así como los maestros,
entorno muy importante donde el adolescente pasa gran parte de
su tiempo y
donde requiere importante información para si apoyar y vigilar el
cuidado del adolescente diabético.

El objetivo del
tratamiento es lograr y mantener un buen control
metabólico: hemoglobina glicosilada menor del 7 %,
permitir en niños y adolescentes
un desarrollo físico, ponderal y mental normal y evitar
las complicaciones agudas y crónicas de la
enfermedad.

El control de la glicemia esta en manos del propio
adolescente, pero la familia y el entorno social serán
de gran apoyo para el éxito
del tratamiento, que dependerá fundamentalmente de que
el mismo, haya aprendido a convivir y a actuar en
relación con su enfermedad. Al considerar que el grado
de control de la diabetes esta en relación directa con
el nivel educativo de la persona
diabética, las implicaciones para el personal de
salud
involucrado en este proceso son:
el proporcionar la educación diabetológica adecuada,
recomendar esta educación la necesidad de la misma, o de
otra forma, orientar al paciente hacia donde debe acudir a
recibirla.

Es relevante considerar que el proceso educativo a los
demás integrantes de la familia, no solo ayudaría
en la identificación de factores de riesgo
presentes en cada uno de los integrantes del grupo
familiar, además, se establecería una red de apoyo que
mejorara el efecto de la educación en el control
metabólico de estos pacientes.

Este estudio revelará el nivel de conocimiento
que tienen los adolescentes sobre el manejo de su
condición, que son fundamentales para impartir la
educación diabetológica efectiva, donde el
paciente adolescente estará preparado para realizar un
laborioso auto cuidado que va desde el autoanálisis,
cambios en su estilo de vida, ajuste en el tratamiento
dietético y farmacológico, el manejo de técnicas
de auto inyección hasta otros aspectos que involucran la
convivencia familiar. Una red social y familiar
adecuada promueve el bienestar emocional, una autoestima
alta y el sentimiento de ser valorado y cuidado por otros,
aspectos importantes para una adecuada adaptación a la
enfermedad. El nivel socioeconómico del paciente
generalmente ha sido asociado en relación directa con la
adherencia al tratamiento, dado por controles glicémicos
aceptables (Ortiz y Ortiz, 2005)

Los problemas
conductuales del niño y la funcionalidad familiar son
factores importantes a considerar en el manejo de la diabetes.
Son predictores de la adherencia al tratamiento y control
glicémico. La influencia del grado de adaptabilidad
familiar parece depender de la edad del niño; las
familias de niños más jóvenes pueden
permanecer siendo estructuradas y las familias de niños
mayores pueden ser más adaptables. En general, las
familias deben esforzarse para tener mejor cohesión y
protección para sus hijos. Las familias de niños
y adolescentes diabéticos tipo 1 deben permanecer
activamente involucradas en el cuidado del paciente y tratar de
ser flexibles para cambiar la responsabilidad del cuidado de la enfermedad de
los padres al adolescente. Es importante para sus padres estar
involucrados en el cuidado de la diabetes, pero no exagerar en
el control.

Los campamentos vacacionales permiten en un ambiente de
vacaciones y en contacto con la naturaleza,
la convivencia de niños diabéticos entre ellos y
con el equipo sanitario (López-Guzmán, Cuellar,
Piera, Nieto, Aindia y Garcia-Blanco, 1997)

Las ventajas de los campamentos son: que facilitan la
integración y aceptación de la
enfermedad al convivir con otros niños como ellos,
facilitan la autonomía del niño con diabetes en
su autocontrol, favorecen el aprendizaje
de aspectos concretos de su enfermedad o situaciones especiales
y crean un contacto mas próximo y afectivo con los
miembros del equipo sanitario.

Justificación:

La diabetes mellitus tipo 1 y 2, como muchas otras
enfermedades
crónicas degenerativas, han mostrado un incremento
progresivo en su incidencia y prevalencia en todo el mundo.
Sigue siendo un problema de salud pública mundial. Los
altos costos sociales
y económicos requiriendo de medidas trascendentes para
así evitar complicaciones y mejorar la calidad de
vida.

La Diabetes tipo 1, tiene una prevalencia de alrededor
del 0,2% en los sujetos menores de 20 años (Rewers, La
Porte y King, 1998). Siendo más alta en los niños
por debajo de los 15 años de edad. A escala mundial
y a titulo de comparación, la tasa menor se observa en
China y en Venezuela (0.1 casos/ 100.000 niños/
año) y la más alta en Finlandia (40.9
casos/100.000 niños/año) (Karvonen, Viik-Kajander
y Moltchanova, 2000). Los múltiples programas
preventivos que se han implementado parecen no detener los
casos de diabetes. Uno de los pilares básicos en el
tratamiento de los individuos con diabetes mellitus tipo 1 es
la educación diabetológica. Con ella se pretende
que el individuo
adquiera una serie de conocimientos, técnicas y
habilidades encaminadas a conocer mejor su enfermedad, con el
objetivo de conseguir un crecimiento y desarrollo tanto
físico como emocional normal, mantener los niveles de
glicemia en sangre lo mas
próximos a la normalidad, evitando la aparición
de hipoglicemias, el ausentismo escolar, la plena
participación en actividades físicas y sociales,
evitar la manipulación de la diabetes por parte del
niño/a en la comunidad y
conseguir la máxima responsabilidad del niño/a ,
adecuada a su edad e inteligencia
en el control de la enfermedad. Tomando en consideración
la alta incidencia de diabetes entre los adolescentes es
necesaria una educación con el propósito de
prevenir complicaciones y manejar efectivamente la diabetes. Si
se le da una educación sólida que integre la
alimentación y el manejo apropiado para la diabetes; los
pacientes podrán adquirir las destrezas y los
conocimientos necesarios para desenvolverse con efectividad y
para tratarse la diabetes, de esta forma se disminuye el riesgo
de tener complicaciones futuras y se eliminan los riesgos que
puedan causar la muerte
del paciente. La abundancia de conocimientos que pueden
adquirir estos pacientes, la atención directa y el
contacto con una educación diseñada son factores
determinantes en un buen manejo que tenga el paciente de por
vida. Como la raíz del problema muchas veces está
en el comportamiento, es una responsabilidad asumir el
rol del educador para que los pacientes adquieran conciencia
de los beneficios inherentes de una educación de alta
calidad para
lidiar con la condición en forma positiva.

El trastorno familiar puede impactar negativamente en
el control glicémico del diabético tipo 1. Esto
puede explicarse por la poca adherencia al tratamiento. La
cohesión familiar y la familia estructurada se asocian
con los niveles más altos de autocuidado y adherencia al
tratamiento. Las familias caóticas se correlacionan con
una adherencia más pobre y control glicémico
más inadecuado. Los niños provenientes de
familias con nivel de comunicación más elevado tienen
controles glicémicos aceptables. El conflicto
familiar, la cohesión y organización son fuertes predictores a
corto plazo de los niveles de adherencia. Las familias con
expresión más abierta de sus emociones
positivas tienen mayor continuidad en los controles
médicos. La literatura
sugiere que los niños provenientes de ambientes
familiares más estructurados y cohesivos son los que
mantienen control metabólico adecuado
(Lewin, Heidgerken, Geffken, Williams, Storch,
Gelfand y Silverstein, 2006)

De forma indirecta, toda la población atendida en el servicio de
Endocrinología del Instituto Autónomo H.UL.A.
podría verse beneficiada si se elevara la perspectiva de
conocimiento del paciente diabético tipo 1 hacia su
enfermedad y sus necesidades básicas, para aplicar
medidas mas efectivas para el abordaje educativo posterior a
estos pacientes, lo que logrará disminuir las
complicaciones agudas y crónicas de la enfermedad, al
tener un mejor control glicémico, reduciendo el
índice de hospitalización, discapacidad y
favoreciendo una vida mas útil y productiva tanto para
el diabético, su familia y para la sociedad.

Igualmente, esta investigación contribuirá
indirectamente, a la formación de nuevo personal en el
área de conocimientos sobre el manejo de la diabetes tipo
1 en virtud de la escasez de
recursos
capacitados en el postgrado de Endocrinología de la
Universidad de
los Andes. Por todo lo anteriormente expuesto, se sugiere la
necesidad primordial de estudiar y recomendar un seguimiento
estrecho a los sujetos diabéticos tipo 1 por la alta
posibilidad de tener asociados factores de riesgo para el coma
diabético al momento de su diagnóstico y más
lesiones de órgano diana que los sujetos sin estos
trastornos metabólicos.

Importancia:

Este estudio surge como inquietud dado el aumento de la
incidencia de la diabetes tipo 1 a nivel global, con el
propósito de evaluar en la población
diabética adolescente la asociación entre control
de la glicemia y el
conocimiento de la diabetes mellitus tipo 1, apoyo social y
funcionalidad familiar. Cuanto más temprano se presenta la
enfermedad, mayor es el riesgo de sufrir problemas emocionales y
desadaptaciones socia les y escolares. Los niños mas
pequeños pueden presentar problemas adaptativos
relacionados fundamentalmente con el colegio, mientras que los
que presentan edades que van de la pubertad a la
adolescencia
se verán mas afectados en cuanto a su vida social. La
familia ante situaciones de desajuste adaptativo puede vivir una
gran angustia e indefensión la presentación de un
nuevo problema.

Es importante desde el punto de vista académico e
institucional, para los estudiantes del postgrado de
endocrinología y de medicina de
familia de la Universidad de los Andes esta investigación
para proponer estrategias
metodológicas e implementar acciones
tendientes a proporcionar una educación sólida que
integre la alimentación y el conocimiento apropiado para
la diabetes; los pacientes podrán adquirir destrezas y los
conocimientos necesarios para desenvolverse con efectividad y
para controlarse la diabetes y así, mejorar su adherencia
al tratamiento. De esta forma se retarda el tiempo de
aparición de las complicaciones que puedan causar la
muerte del
paciente. La abundancia de conocimientos que puedan adquirir
estos pacientes, la atención directa y el contacto con una
educación diseñada son factores determinantes en un
buen manejo que tenga el paciente de por vida. Como la
raíz del problema muchas veces está en el
comportamiento, es una responsabilidad asumir el rol de educador
para que los pacientes adquieran conciencia de los beneficios
inherentes de una educación de alta calidad para lidiar
con la condición en forma positiva.

Además, proporciona al paciente y a su familia la
información y adiestramiento
necesarios para responsabilizarse del control de su enfermedad.
La educación grupal es un método
complementario de la educación individual, que favorece la
socialización del diabético con
otros individuos que comparten sus mismas experiencias sobre su
enfermedad, siendo un estimulo para modificar actitudes.
Igualmente, permite rentabilizar los esfuerzos del equipo
sanitario.

Los resultados de la presente investigación
serán de mucho interés y
gran utilidad, debido
a que por las estimaciones de nuevos casos de diabéticos
tipo 1 a nivel mundial y nacional y a las proyecciones anuales
realizadas, se pretende que a través de la
determinación del conocimiento de su enfermedad de los
adolescentes diabéticos tipo 1, permitirá conocer
mejor al paciente y en próximas investigaciones
abordar nuevas medidas educativas con base en los datos obtenidos a
partir de esta investigación, logrando así que el
enfermo obtenga las herramientas
para adaptarse a los requerimientos sobre el manejo de su
enfermedad para evitar complicaciones y lograr que la evolución de la misma sea muy lenta con el
fin de brindarles una mejor calidad de vida al enfermo y una
mejor comprensión por parte de sus familiares, a
través de la transmisión de información
integral de todos los aspectos que influyen en esta
patología y lograr mas efectividad en el tratamiento en
menor tiempo y con un menor costo para la
nación
al reducir el número de hospitalizaciones.

Hipótesis de la
investigación

Hipótesis General:

.Los adolescentes con diabetes tipo 1 que asisten
a los campamentos de diabéticos tipo 1 con un mejor
conocimiento sobre su enfermedad tendrán mejor nivel de
hemoglobina glicosilada aceptable que los sujetos sin
conocimiento que no asisten al campamento.

.Los adolescentes diabéticos tipo 1 con
una baja autoestima y con una red social nula o escasa
tendrán poca adherencia al tratamiento, dado por un nivel
de hemoglobina glicosilada inaceptable que aquellos con una
autoestima alta y con más apoyo social.

Hipótesis Específicas:

  1. Los adolescentes diabéticos tipo 1 que si
    han participado en el campamento, tendrán menor
    número de hospitalizaciones por complicaciones de la
    enfermedad que aquellos que no han participado.
  2. Los adolescentes diabéticos tipo 1 con un
    nivel de conocimientos bajo sobre su enfermedad que no han
    participado en el campamento tendrán un control
    glicémico inaceptable a diferencia que aquellos que
    acuden al campamento de diabéticos de
    Endocrinología del I.H.U.L.A.
  3. Los adolescentes procedentes de familia de tipo
    nuclear disponen de mejor apoyo de sus progenitores o
    cuidador que los provenientes de familia de tipo extensiva y
    mejor control glicémico.
  4. Los adolescentes diabéticos tipo 1 con una
    alta autoestima tendrán mejor control glicémico
    que aquellos con una baja autoestima.
  5. Los adolescentes diabéticos tipo 1 con mayor
    apoyo tendrán un mejor control glicémico que
    aquellos con menor apoyo.
  6. Los adolescentes diabéticos tipo 1
    provenientes de familias funcionales tendrán mejor
    control glicémico que aquellas de familias
    disfuncionales.

Objetivos General:

Determinar el nivel de conocimiento, la autoestima, el
apoyo social en adolescentes diabéticos tipo 1 del
Servicio de Endocrinología del I.A.H.U.L.A.

Específicos:

  1. Describir las características
    sociodemográficas de los adolescentes diabéticos
    tipo 1 según sexo, edad,
    lugar de residencia, grado de instrucción.
  2. Identificar el tiempo de evolución de su
    enfermedad, asistencia al campamento y el número de
    veces que han participado en el campamento para
    diabéticos tipo 1.
  3. Describir la composición familiar y el
    tamaño de la red de apoyo del adolescente
    diabético tipo 1 ante la enfermedad.
  4. Identificar las fuentes de
    información de los pacientes diabético tipo 1
    que han recibido información sobre la
    enfermedad.
  5. Evaluar el nivel de conocimiento de los adolescentes
    diabéticos tipo 1 que asisten a control en el servicio
    de Endocrinología en el I.A.H.U.L.A. sobre la
    enfermedad.
  6. Determinar la autoestima de los niños y
    adolescentes diabéticos tipo 1.
  7. Evaluar el grado de funcionalidad familiar en su
    dimensión cohesión y adaptabilidad según
    el cuestionario
    FACES III.
  8. Determinar las cifras de glicemia y nivel de
    hemoglobina glicosilada de los adolescentes diabéticos
    tipo 1 que asisten a control en Endocrinología en el
    I.A.H.U.L.A
  9. Determinar la red de apoyo de acuerdo al
    número de los miembros y según cuestionario MOS
    con los que cuentan los adolescentes diabéticos tipo 1
    en estudio.
  10. Relacionar el nivel de hemoglobina glicosilada de los
    adolescentes diabéticos tipo 1 con el nivel de
    conocimiento.
  11. Relacionar el número de veces que ha asistido
    al campamento de diabéticos de los adolescentes en
    estudio con el número de hospitalizaciones.

13. Comparar el nivel de conocimiento de los
adolescentes diabéticos tipo 1 que acuden al campamento y
al servicio de Endocrinología del I.A.H.U.L.A, con
aquellos que no participan en los mismos.

14. Correlacionar el nivel de conocimiento y nivel de
hemoglobina glicosilada de los niños y adolescentes
diabéticos tipo 1 que acuden al campamento y al servicio
de Endocrinología del I.A.H.U.L.A, con aquellos que no
participan en los mismos.

15 Correlacionar el tiempo de diagnóstico de la
enfermedad de los pacientes estudiados con el nivel de
autoestima.

16. Relacionar el tamaño de la red de apoyo de
acuerdo al número de miembros con el control
glicémico de los adolescentes diabéticos tipo 1 en
estudio.

17. Correlacionar el grado de funcionalidad familiar en
su dimensión cohesión con el control
glicémico de los adolescentes diabéticos tipo 1
estudiados.

18. Correlacionar el grado de funcionalidad familiar en
su dimensión adaptabilidad con el control glicémico
de los adolescentes diabéticos tipo 1
estudiados.

CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

Antecedentes

Se dispone de una amplia cantidad de datos referentes
a la diabetes mellitus tipo 1 y hasta donde pudo revisarse,
existen pocos estudios referentes al problema planteado y en el
estado
Mérida son muy escasos los trabajos realizados que
sirvieran de base a la presente investigación. Hay
investigadores de otros países, que han reflejado en sus
publicaciones que los sujetos diabéticos tipo 1 pueden
reducir el riesgo de complicaciones si se educan acerca de su
enfermedad, aprenden y practican las destrezas necesarias para
controlar mejor sus niveles de glucosa en
la sangre y reciben chequeos regulares de su equipo
reproveedores de cuidado de salud. Las investigaciones
mencionadas reflejan que la educación al paciente es
crítica o muy importante. A través
de la educación, los pacientes diabéticos
adquieren el conocimiento y las destrezas necesarias para que
puedan llevar a cabo un manejo efectivo de su tratamiento y a
la misma vez un mejor control de su diabetes. Un control
adecuado conlleva educación del paciente en cuanto al
manejo y conocimiento de su enfermedad. El objetivo primario
para los pacientes con diabetes es mantener una salud
óptima. La meta
principal es mantener el control o regulación de la
glucosa en la sangre para así evitar las complicaciones
de hipoglucemia o hiperglicemia. Por esto el manejo propio es
un concepto
importante que hay que enfatizar. Actualmente hay hospitales
que tienen áreas especializadas en ofrecer tratamiento y
educación a pacientes diabéticos.

Kitzler, Bachar, Skrabal, Kotanko (2007) realizaron un
estudio restropectivo titulado"Evaluation of treatment
adherence in type 1 diabetes: a novel approach" con el objetivo
de relacionar los niveles de hemoglobina glicosilada, la
hipoglicemia y la adhesión del tratamiento en pacientes
diabeticos tipo 1 en treinta pacientes diabeticos tipo 1 (20
femeninos y 10 masculinos), que recibieron como terapia
insulina. Resultados: el control metabólico fue bueno
(la hemoglobina glicosilada <7·7 y/o frecuencia de
hipoglIcemia <3·8 por mes), lo que indica, buena
adherencia al tratamiento. Conclusiones: En los pacientes
diabéticos tipo 1, hubo una relación
significativa entre la adhesión a la terapia prescrita y
el control metabólico.

  1. Aaron, Carroll y Marrero (2006) en un estudio
    cualitativo titulado: "How do prents perceive their
    adolescents diabetes, a quallitative study," investigaron
    como perciben los adolescentes la diabetes. Realizaron un
    estudio basándose en que el desarrollo de la
    adolescencia, combinadas con los cambios físicos,
    pueden interferir con el comportamiento y la
    autogestión. Su objetivo era entender cómo un
    adolescente vive con la diabetes y esto influye en las
    percepciones de padres sobre el bienestar de su
    niño, su relación con su niño, y
    cómo ellos perciben la influencia de pares y
    adiestran en la diabetes a su niño.

    La muestra
    estuvo conformada por veintiocho padres y adolescentes con
    diabetes tipo 1, con edades entre 13–18 años.
    Los resultados revelaron que la diabetes influye
    negativamente en el estilo de vida del adolescente, es
    difícil que los padres entiendan los desafíos
    de desarrollo experimentados por su niño con
    diabetes, las preocupaciones con respecto al potencial para
    desarrollar las complicaciones a largo plazo, percepciones
    en cómo la diabetes impacta en su relación
    con su niño y relaciones con los pares y la
    autogestión de los niños en la
    escuela.

    Adili, Larijani  y Haghighatpanah (2006)
    realizaron un estudio titulado" Diabetic patients:
    Psychological aspects" con el objetivo de considerar el
    aspecto psicológico de la diabetes mellitus tipo 1.
    La revisión se limitó a los informes
    de la literatura en las causas, soluciones, y tratamientos de algunos
    problemas psicológicos comúnes conocidas para
    complicar el manejo de la diabetes. Se seleccionaron
    aproximadamente 88 artículos basado en el criterio
    de la inclusión. El más gran déficit
    se vio en las áreas de salud
    mental, impacto de la autoestima de los padres y la
    cohesión familiar. Había algunos factores
    diferentes que influyen en el aspecto psicológico de
    pacientes diabéticos como la edad, el género, el lugar de vivir, el apoyo
    familiar y social, motivación, energía,
    satisfacción de vida, y estilo de vida. Hay varios
    tipos de soluciones por cubrir con los problemas
    psicológicos en los clientes
    diabéticos. Los resultados de las revisiones aportan
    varias soluciones, antes de comenzar cada
    intervención educativa es importante una
    valoración completa. Los planes del tratamiento
    pueden beneficiar de la terapia de conducta
    cognoscitiva (CBT), la terapia familiar, mejorando la
    comunicación familiar, las habilidades de
    resolución de problemas y manteniendo la
    motivación los pacientes diabéticos. Es
    más, parece que la colaboración íntima
    entre los diabetologos y psicólogos sería
    fructífera.

    Bruttomesso,  Costa,  Dal Pos,
    Crazzolara,  Realdi,  Tiengo,  Baritussio y
     Gagnayre (2006), realizaron un estudio de tipo
    descriptivo, exploratorio y corte transversal, titulado:
    "Educating diabetic patients about insulin use: changes
    over time in certainty and correctness of knowledge", en
    una muestra de 38 pacientes con diabetes tipo 1, donde se
    analizó el efecto de un curso en el uso de insulina
    administrando una encuesta
    (instrumento) antes del curso, después del
    año y los tres años de haber recibido el
    curso. Las respuestas a las preguntas, se asignaron de
    acuerdo a una estimación subjetiva del grado de
    certeza, al conocimiento dominado (la certeza =90%,
    exactitud =90%), el conocimiento arriesgado (la certeza
    =90%, exactitud =50%), el conocimiento incierto (la certeza
    =50%, exactitud = 90%) y el conocimiento residual (total).
    Resultados: El conocimiento dominado aumentó,
    mientras otros tipos de conocimiento disminuyeron. Las
    conclusiones: Los programas que tienden a mejorar el
    conocimiento procesal tienen los efectos más
    duraderos; las respuestas malas necesitan ser consideradas
    en una base individual.

  2. Lewandowski y Drotar (2007) publicaron
    el trabajo
    titulado "
    The Relationship between Parent-Reported
    Social Support and Adherence to Medical Treatment in Families
    of Adolescents with Type 1 Diabetes. Journal of Pediatric
    Psychology "con el objetivo de investigar las relaciones
    familiares, el tamaño de la red social y el conflicto
    entre madre-adolescente relacionado con la diabetes,
    diferencias de la autonomía y adherencia juvenil al
    tratamiento de la diabetes. Método: 51 madres de
    adolescentes diabéticos tipo 1 llenaron un
    cuestionario que mide el apoyo social, conflicto relacionado
    con la diabetes y la autonomía juvenil por el cuidado
    de la diabetes. Los resultados los niveles altos de conflicto
    entre la madre-adolescente eran asociados con la adherencia
    pobre al tratamiento. Los niveles más altos de apoyo
    familiar eran asociados con menos conflicto y la adherencia
    mayor al tratamiento. La prueba de Sobel indicó una
    tendencia estadística para el conflicto como un
    mediador entre el apoyo nupcial y la adhesión del
    tratamiento juvenil (p <.07). No se predijo el conflicto
    madre-adolescente y no surgió como un mediador entre
    el apoyo social y la adherencia al tratamiento juvenil. Las
    conclusiones: Este estudio resalta el papel de apoyo familiar
    para las madres de adolescentes con diabetes mellitus tipo 1.
    Indica que el nivel de apoyo que las madres reciben juega un
    papel importante en las conductas de cuidado de salud de los
    adolescentes.
  3. Lewin, Heidgerken, Geffken, Williams,
    Storch, Gelfand y Silverstein (2006) realizaron un estudio
    descriptivo titulado "
    The Relation Between Family
    Factors and Metabolic Control: The Role of Diabetes
    Adherence. Journal of Pediatric Psychology" con el objetivo
    de determinar los factores familiares como predictores del
    control metabólico en los niños
    diabéticos tipo 1 y si existe relación con la
    adherencia al tratamiento. Se estudiaron 109 niños
    (edad: 8–18 años) y sus padres. Se
    determinó la funcionalidad familiar a través de
    una encuesta y su adherencia al tratamiento. Los niveles de
    hemoglobina glicosilada constituyeron el índice del
    control metabólico.
  4. En este estudio, los niños que informaron las
    relaciones más negativas y críticas con sus
    padres, fueron los que tuvieron el control
    metabólico más inadecuado. Los niños
    provenientes de familias monoparentales tuvieron niveles de
    hemoglobina glicosilada mucho mas altos (m= 9,5%)
    comparados con los niños provenientes de otros tipos
    de familias (m= 8,4%) La hemoglobina glicosilada estuvo
    pobremente correlacionada con la edad de los niños
    (r=23;p < de 0,5) y duración con diabetes(r=19;
    p< 0,5).

    Naar-King, Idalski, Ellis, Frey, Templin,
    Cunningham, y Cakan.
    Gender (2006) realizaron el
    trabajo
    de intervención, titulado:"Differences in Adherence
    and Metabolic Control in Urban Youth with Poorly Controlled
    Type 1 Diabetes: The Mediating Role of Mental Health
    Symptoms" (2006) con el objetivo de determinar las
    diferencias del género en la adhesión y el
    control metabólico y salud mental en una muestra de
    119 jóvenes predominantemente afroamericano, de bajo
    ingreso con control metabólico inaceptable
    crónico. Resultados: Los jóvenes masculinos
    tenían peor adherencia que las femeninas, pero no
    había ninguna diferencia del género en el
    nivel de hemoglobina glicosilada. Los masculinos
    tenían más síntomas externos y las
    femeninas más ansiedad; no había ninguna
    diferencia del género en la depresión. Los
    síntomas externos eran asociados con la adherencia y
    el control metabólico pobre. No hubo
    correlación significativa entre la ansiedad y el
    control metabólico pobre. Conclusiones: Pueden
    atribuirse diferencias de género en la adherencia,
    en la juventud
    urbana con el control metabólico pobre. Entre las
    intervenciones de estos síntomas pueden ser
    necesarios mejorar la adherencia y los niveles de
    hemoglobina glicosilada en muchachos y
    muchachas.

    Schiel, Voigt, Ross,  Braun,
     Rillig,  Hunger-Dathe, Steing y Muller (2006)
    realizaron un trabajo de corte trasversal titulado:
    "Structured diabetes therapy and education improves the
    outcome of patients with insulin treated diabetes mellitus"
    de tipo prospectivo, con una muestra de 190 pacientes
    durante el periodo 1989/90, 244 pacientes (90%) entre
    1994/95 y 261 pacientes (90%) entre 1999/2000. Se
    evaluó pacientes con diabetes tipo 1 y 2 tratados
    con insulina con edades entre 16 y 60 años, en la
    ciudad de Jana, Turingia y Germania. Se midió el
    nivel de hemoglobina glicosilada de los diabéticos
    tipo 1. Para 1994/95, la hemoglobina glicosilada (HbA1c) de
    pacientes diabetes tipo 1 se incrementó (1994/95:
    8.50 ± 1.80 % versus 1989/90: 7.83 ± 1.60 %,
    p = 0.002).La incidencia de complicaciones agudas
    permaneció constante a largo plazo (9.01 ±
    2.06% contra 9.17 ± 1.60%).

    Gaha Kenhani, Naobouli, Ghedira y Bem Abdelazis
    (2005) publicaron un trabajo "Effectiveness of patient
    education on glycemic control in insulin treated patients
    in general practice", de tipo experimental, con un pre y
    post test en
    el Distrito de Kelibia para evaluar la efectividad de un
    programa
    educativo en el control de la diabetes. La muestra fue de
    87 pacientes diabéticos tratados con insulina. Los
    cuales recibieron educación en seis sesiones
    mensuales. Entre los indicadores del resultado se incluyeron
    hemoglobina glicosilada y nivel de ansiedad. Resultados: La
    hemoglobina glicosilada (HbA1c) disminuyó de 8,8% a
    7,6%(p menor 10 6). El predominio de ansiedad severa
    disminuyó (p < 0,001).

  5. Otras variables
    demográficas no demostraron correlación
    significativa con la funcionalidad familiar o adherencia al
    tratamiento. Resultados: La funcionalidad familiar y la
    adherencia al tratamiento se asocian con el control
    metabólico y la salud de los niños
    diabéticos.
  6. Según Leonard, Jang, Savik y Plumbo
    (2005) en el estudio titulado: "
    Adolescents With
    Type 1 Diabetes: Family Functioning and Metabolic Control"
    las familias juegan un papel fundamental en
    el control de los adolescentes con enfermedades
    crónicas. Este estudio examinó la
    relación entre funcionalidad familiar y control
    metabólico en los adolescentes diabéticos tipo
    1. Para medir la funcionalidad familiar se usó:
    McMaster Family Assessment Device (FAD) y para medir el
    comportamiento del adolescente se usó:Youth
    Self-Report Form (YSR). Los adolescentes de mayor edad
    presentaron una disfunción familiar mayor. Los
    adolescentes que presentaron mayor disfunción familiar
    tuvieron mayor número de problemas conductuales y
    tenían niveles de hemoglobina glicosilada superior a
    9%. La asociación entre los niveles más altos
    de hemoglobina glicosilada con la edad y problemas
    conductuales fue estadísticamente significativa. Estos
    resultados hacen pensar en la importancia de la
    relación entre la percepción del adolescente de la
    funcionalidad familiar y control metabólico en los
    adolescentes diabéticos tipo 1.

Ortiz y Ortiz (2005) realizaron un estudio
experimental titulado "Adherencia al tratamiento en
adolescentes diabéticos tipo 1 chilenos: una
aproximación psicológica" para determinar
factores psico-sociales asociados a la adherencia al
tratamiento entre adolescentes diabéticos tipo 1 en 61
adolescentes diabéticos (edad 14.9±1.9
años, 37 masculinos). El número de las
determinaciones de glucosa en sangre, nivel
socio-económico y práctica de deportes era moderado. Se
aplicaron las pruebas
psicológicas para analizar auto-eficacia, la
motivación del logro, autoestima y
conocimiento de la enfermedad y su tratamiento. Como una medida
de adherencia al tratamiento se determinó el nivel de
hemoglobina glicosilada siendo moderado. Los resultados: Seis
pacientes tenían un control metabólico bueno de
diabetes (hemoglobina glicosilada menor de 7%), 24 con valores de
hemoglobina glicosilada entre 7 y 8.9, y 31 (51%) tenía
valores de 9% o más, consideró como un control
metabólico malo. El esquema de tratamiento de insulina
intensificado, el conocimiento de la enfermedad y su
tratamiento y el sentido de auto eficacia, son los factores
asociados con una adherencia buena con el tratamiento. Los
adolescentes de niveles socio-económicos más
altos tenían una adherencia buena con el tratamiento.
Las conclusiones: Cincuenta por ciento de adolescentes
diabéticos chilenos tuvieron un control
metabólico malo de la enfermedad y el conocimiento
inconstante sobre la enfermedad se le considera como el
predictor bueno de adherencia al tratamiento del
paciente.

Ortiz (2004) realizó un trabajo titulado"
Factores Psicológicos y Sociales Asociados a la
Adherencia al Tratamiento en Adolescentes Diabéticos
Tipo 1" con la finalidad de determinar las tasas de adherencia
al tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 y qué
factores psicológicos y sociales se relacionaban con
ésta. Se diseñó un estudio no experimental
correlacional. Los estudiantes 61 adolescentes entre 12 y 18
años de edad (60.7% mujeres y 39.3%
hombres), socios de la Fundación de Diabetes Juvenil de
Chile. El 50.8% presento pobre adhesión al
tratamiento. Las variables que se asociaron a la adherencia
fueron conocimiento sobre la enfermedad (p = 0.001), la
percepción de autoeficacia (p = 0.027) y el uso
del esquema de tratamiento intensificado (p = 0.03).
Aquellos adolescentes pertenecientes al nivel
socioeconómico alto presentaron mejor adherencia al
tratamiento que los de menor estrato. Estos resultados ponen de
manifiesto la importancia de la educación en el manejo
de la diabetes mellitus tipo 1, así como la relevancia
que puede tener el uso de la terapia insulínica
intensificada.

Sirinivasan, Craig, Beeney, Hayes y Harkin (2004)
realizaron un estudio de tipo prospectivo titulado "An
ambulatory stabilisation program for children with newly
diagnosed type 1 diabetes" a todos los niños
diagnosticados con diabetes tipo 1, desde el primero de marzo
del 2001 a noviembre del 2004 (n = 49) y entre noviembre 2000 a
agosto 2001 (n = 61) en el Hospital de los Niños a
Westmead. Objetivo: Evaluar los beneficios y los efectos
adversos de un programa de Cuidado de Diabetes (DDCP) y
comparar los resultados en las dos cohortes antes y
después del diagnóstico y de llevar a cabo el
DDCP ("el pre-DDCP" y "post-DDCP").

Se determinó el tiempo de estancia, eventos
adversos, requerimientos de insulina y hemoglobina glicosilada
en los archivos,
durante el primer año después del
diagnóstico, se aplicaron cuestionarios para medir el
nivel de conocimientos a los padres, ajuste emocional a la
diabetes y responsabilidad para el conflicto en el manejo de la
diabetes, fueron completados por los padres en seis meses. El
promedio de estancia en el hospital disminuyó de 5,14
días (rango 2-10), a 1.70 días (rango 0-10
días) (p < de 0.001). No hubo diferencias en las dos
cohortes en el requerimiento de insulina en los 12 meses; en
los en los niveles de HbA1c en 12 meses (P = 0.37), ni en
eventos adversos durante el primer año después
del diagnóstico.

Ambos grupos
informaron promedios similares para las encuestas
paternales. Las conclusiones: Los resultados metabólicos
en el niño, los niveles de conocimiento y los aspectos
psicosociales fueron similares para la familia a los programas
de estabilización de pacientes.

Bryden, Peveler, Stein, Neil, Mayou y Dunger (2001)
realizaron un estudio de cohorte longitudinal titulado
"Clinical and psychological course of diabetes from adolescente
to young adulthood" en la clínica pediátrica
ambulatoria, con el fin de evaluar el curso clínico y
psicológico de la diabetes en la madurez joven y su
relación con el control glicémico. El objetivo
fue determinar el curso clínico y psicológico de
la diabetes a través de la adolescencia y la
relación con el control glicémico en la madurez
joven. La muestra estuvo conformada por 76 individuos (43
pacientes masculinos, 33 pacientes hembras) entre 11 y18
años completaron las valoraciones básicas, y 65
individuos (86%) era los reintervenidos como los adultos
jóvenes (20-28 años de edad). Las valoraciones
longitudinales eran hechas de los controles glicémicos
(hemoglobina glicosilada), ganancia de peso (BMI), y desarrollo
de complicaciones. Los adolescentes completaron las encuestas
para evaluar los problemas emocionales y conductuales
así como la autoestima. Los Resultados: Los niveles de
hemoglobina glicosilada alcanzaron el máximo en la
adolescencia tardía siendo menor en las pacientes
femeninas (el promedio 11.1% a 18-19 años de edad). La
proporción de individuos que tenían sobrepeso
(BMI >25.0 k.g. /m (2)) aumentó durante el
período entre los 8 años y los 21 años,
con el 54% en los pacientes femeninos y de 2 a 28% en los
pacientes masculinos. Los eventos serios relacionados a la
diabetes incluyeron el fallecimiento de un paciente y el
deterioro cognoscitivo en dos pacientes. Los jóvenes en
quienes se presentaron complicaciones diabéticas (25% de
pacientes masculinos y 38% de pacientes hembras) tenían
niveles de hemoglobina glicosilada más alto que
aquéllos, sin complicaciones (la diferencia 1.9%, 95% CI
1.1-2.7, P <0.0001). Se relacionaron problemas conductuales
a hemoglobina glicosilada (1c más alto) durante los 8
años subsecuentes. Conclusiones: El resultado para esta
cohorte era generalmente pobre. Los problemas conductuales en
la adolescencia parecen ser importantes influyendo en el
control glicémico posteriormente.

Martínez, Lastra y Luzuriaga (2001) realizaron
un trabajo de tipo experimental titulado: "Psychosocial
characteristics of children and adolescents with type 1
diabetes mellitus" con el objetivo de conocer los patrones de
ajuste psicosocial de niños y adolescentes con diabetes
tipo 1 comparados con niños sanos a través de
escalas estandarizadas. Material y métodos:
Se estudiaron 81 niños y adolescentes (8-18 años)
procedentes de la consulta externa de endocrinología
pediátrica y un grupo control escogido aleatoriamente (n
= 162) apareado por sexo, edad y nivel de
escolarización. Se obtuvo información acerca de
variables clínicas, socio familiares, de auto imagen/autoestima, estado y cambio de
salud, así como un cribado de trastornos de la conducta
alimentaria. Además, se evaluaron los síntomas
depresivos, ansiosos, conductuales y de adaptación
psicosocial. Resultados: Entre la población
diabética en estudio existe la peor auto
imagen/autoestima, lo que se relaciona con el hecho de sufrir
la enfermedad. No existieron diferencias significativas en
cuanto a la percepción del estado de salud y de su
cambio, así como en la sintomatología ansiosa
entre casos y controles. Las diferencias encontradas en el
nivel de sintomatología depresiva o en escalas de
inadaptación personal, social y escolar no se
relacionaban con el hecho de sufrir la enfermedad. No se
encontraron alteraciones conductuales significativas en el
grupo de casos. Conclusiones: Los niños y adolescentes
con diabetes muestran un ajuste psicosocial adecuado y no
presentan mayores grados de ansiedad o depresión por
sufrir la enfermedad, aunque sí una peor
autoestima.

Brandt y Mgyary (1993) realizaron el estudio
descriptivo, exploratorio y de corte transversal, titulado:"El
impacto de la educación diabetológica en
niños y madres" para investigar el efecto de un programa
de educación de diabetes a 17 niños y a las 17
madres. El programa educativo consistía de once (11)
sesiones aproximadamente de cincuenta (50) minutos. Entre los
temas se encontraban alimenticios, insulina, ejercicios,
regulaciones de insulina durante la enfermedad, hipoglucemia,
monitoreo de azúcar en la sangre y etiología de
la diabetes. Los participantes completaron una prueba el primer
día del programa y otra prueba el último
día del programa. A los tres meses se iban a evaluar de
nuevo. La prueba para medir conocimiento era un cuestionario de
selección múltiple sobre
información general (lo que causaban la diabetes y el
tratamiento) y solución de problemas (situaciones
más problemáticas de los diabéticos y su
solución).      Los resultados
obtenidos de las pruebas de los niños y las madres
acerca de la información de diabetes y la
resolución de problemas aumentaron significativamente
después del programa educacional. Después de tres
meses no hubo cambios significantes en la solución de
problemas.   

Ríos (1988) realizó un estudio de tipo
experimental titulado: Evaluación de la efectividad del
campamento de verano para niños con diabetes. Se
seleccionaron dos grupos para el estudio. En el grupo control
seleccionaron veinticinco (25) niños del campamento de
verano entre las edades de 8 a 18 años para el grupo
control. 25 niños de las Clínicas Externas del
Hospital Pediátrico Universitario del año
fiscal 1985
y del Hospital Municipal del Centro Médico del
año fiscal 1987 para el grupo de comparación.
Estos niños nunca habían asistido a un campamento
de verano para niños diabéticos. Los sujetos se
dividieron por grupo de edades de 8 a 10, de 11 a 13 y de14 a
17. El promedio de edad del grupo fue de 12 años. El
grupo de comparación fue citado tres veces a las
clínicas externas. En la primera y tercera visita se le
administró la prueba de conocimiento y se les
tomó la prueba de glucosa en sangre y el peso. En la
segunda cita se les tomó la prueba de glucosa en sangre.
La prueba para medir conocimiento era un cuestionario que
incluyó veintisiete (27) preguntas sobre la
administración de insulina, duración del
efecto de insulina, cómo hacer pruebas de
determinación de glucosa de orina y de sangre,
complicaciones crónicas y agudas, alimentos y
definición de diabetes.    Los resultados
del estudio reflejaron que en el grupo de comparación el
50 % de los niños obtuvieron un nivel de conocimiento
entre excelente y bueno en la primera prueba de conocimiento y
en la segunda prueba obtuvieron un 45.9 % entre excelente y
bueno.

Bases Teóricas

Concepto

La diabetes mellitus tipo 1 es un desorden
metabólico crónico caracterizado por niveles
persistentemente elevados de glucosa en sangre, como
consecuencia de una alteración en la secreción
y/o acción de la insulina, por la
destrucción de las células beta
pancreáticas, que se traduce en un déficit
absoluto de insulina y dependencia total de insulina
exógena. En la diabetes tipo 1 hay ataque auto inmune
con respuesta inmune a las células beta normales o
alteradas debido a genes ligados al locus HLA
(predisposición genética).

Antecedentes históricos

La Diabetes Mellitus constituye un grupo
heterogéneo de trastornos, caracterizados por una
concentración anormalmente alta de glucosa en la sangre.
Las causas de hiperglucemia son deficiencia en la
secreción de insulina o resistencia de las
células del cuerpo a la acción de esta. A menudo
ocurren, además, alteraciones en el metabolismo
de los carbohidratos, grasas y
proteínas. Este síndrome se conoce
desde hace siglos. La observación inicial de la diabetes no es
solo una enfermedad se acredita a dos médicos indios,
Chakrata y Sursruta (6000 a.C.), quienes distinguieron dos
variedades de esta enfermedad, si bien la mayor parte de las
descripciones en la bibliografía
clásica se refieren probablemente a lo que ahora se
denomina diabetes mellitus tipo 1. durante los siglos XVIII y
XIX se describió otra variedad de este trastorno que
conlleva menos síntomas clínicos, se caracteriza
por glucosuria abundante, a menudo se identifica en etapas
posteriores de la vida y suele acompañarse de sobrepeso
en lugar de consunción; en la actualidad se le conoce
como diabetes mellitus tipo 2. Durante el siglo XX, cuando
comenzaron los programas de detección poblacional de la
diabetes mellitus, se observo que muchos de los individuos que
podían considerarse afectados por el trastorno, en
general se encontraban "asintomáticos". Ahora se sabe
que el término diabetes mellitus abarca un espectro muy
amplio de esta enfermedad, que comprende desde pacientes
enfermos con un comienzo agudo y en ocasiones explosivo, hasta
individuos asintomáticos en quienes la diabetes se
descubre por pruebas de detección. A mediados del
decenio de 1930, Himsworth postuló que existen por lo
menos dos variedades clínicas de diabetes mellitus:
sensible e insensible a la insulina; la causa de la primera es
una deficiencia insulínica. La aceptación de los
términos diabetes mellitus juvenil y diabetes mellitus
del adulto afirmaba el concepto de que existían por lo
menos dos variedades principales de esta enfermedad (Nicolmo y
Chatelain, 2002). Durante la investigación realizada en
los dos últimos decenios del siglo XX se ha observado
que la diabetes mellitus (DM) es un síndrome que
comprende un grupo heterogéneo de enfermedades y que
diversos tipos de diabetes tienen causas distintas, aunque sus
efectos patológicos son similares una vez que comienza
(LeRoith, Taylor y
Olefsky, 2004).

Clasificación de la diabetes

La American Diabetes Asociatión (ADA, 2000), ha
recomendado, recientemente, una clasificación de la
diabetes infantil basada en las características
etiológicas de esta enfermedad.

E sta clasificación adoptada posteriormente por
la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y la
internacional Diabetes Federation (IDF) es la siguiente:
(Nicolmo y , Chatelain, 2002)

Diabetes tipo 1= diabetes con destrucción de
las células B:

-Tipo 1 A: etiología auto
inmunitaria

-Tipo 1B: etiología desconocida.

Diabetes tipo 2= diabetes con resistencia a la
insulina y defecto de la secreción de
insulina

Otros tipos de diabetes:

Defectos generalizados de funcionamiento de las
células B:

Diabetes Mody

Diabetes mitocondrial

Otros.

-Defectos genéticos de la acción de la
insulina

-Diabetes por enfermedad del páncreas
exocrino.

Epidemiología

La Diabetes de tipo 1 tiene una prevalencia de
alrededor del 0,2% en los sujetos menores de 20 años,
Rewers, La Porte y King ( 1998). En Europa, existen grandes
variaciones geográficas en cuanto a la frecuencia de la
diabetes de tipo 1 y este fenómeno sigue sin explicarse
bien. La incidencia de diabetes tipo 1 es más alta en
niños por debajo de los 15 años de edad. En la
mayoría de las poblaciones de Asia la
incidencia es muy baja, así el 70% de los registros
tienen incidencia de Diabetes Mellitus tipo 1 < 1 por
100.000/año, con la excepción de Kuwait que tiene
una incidencia muy alta de 22 por 100.000/año. La tasa
de incidencia de la diabetes habría aumentado
aproximadamente un 20% en los últimos años en
Europa. Un estudio efectuado entre 1989 y 1994 demuestra que
este incremento es mayor en los primeros años de vida:
+6.3% entre 0 y 4 años, +3.1% entre 5 y 9 años y
+2.4% entre 10 y 14 años (Eurodiab Ace Study Group,
2000).Este fenómeno sugiere el papel, aun mal conocido,
de los factores medioambientales, que intervendrían muy
precozmente en la vida.

Las diferencias de incidencia y tendencia de la
diabetes mellitus tipo 1 entre regiones geográficas,
entre sexos y diferentes grupos de edades descritas tanto en
Europa como a nivel mundial, e incluso entre áreas del
mismo país, sugieren la existencia de diversos factores
medioambientales y que la forma de actuación de estos
factores no es igual en todos los casos. En Finlandia, el
país con mayor incidencia de diabetes mellitus tipo1, la
incidencia ha incrementado cuatro a cinco veces desde
12/100.000 en menores de 15 años en 1953, hasta 54 en el
año 2003. Este enorme incremento no puede ser debido
solo a la susceptibilidad genética que tiene la
población sino que refleja unos cambios en el estilo de
vida y en el medio
ambiente.

El incremento de la incidencia de diabetes mellitus
tipo 1 en Cerdeña e Italia
continental, dos poblaciones que se caracterizan por tener
susceptibilidad genética, ha sido muy semejante, 3,7% y
3,6% respectivamente, durante un periodo de 10 años.
Esta observación también sugiere la presencia de
factores medioambientales en el desarrollo de diabetes mellitus
tipo 1 (Carle, Gesuita, Bruno, Coppa, Farloni, Lorini,
Martinucci, 2004)

Un estudio británico reciente, Gillespie, Bain,
Barnett, Bingley, Christie, Gill, Gale (2004), en línea
con los datos anteriores, muestra que el 18% de los
diabéticos diagnosticados entre 1990-2001 son portadores
de genotipo de riesgo HLA de clase II,
frente al 25% de los diagnosticados entre 1939 y 1965. Estos
hallazgos indican que el nivel de susceptibilidad
genética ha descendido a lo largo del tiempo y el medio
ambiente se ha transformado en más permisivo y favorable
para desarrollar diabetes mellitus tipo 1.

La diabetes mellitus tipo 1 presenta
características demográficas
importantes:

  • Incidencia mayor desde los 9 meses de edad hasta los
    12 a 14 años, para luego declinar.
  • Variaciones estacionales.
  • Cambios episódicos en el tiempo.
  • Diferencias entre los países y grupos
    étnicos.
  • La incidencia de acuerdo a la raza varía desde
    cifras muy bajas en Japón
    y Cuba, hasta
    las incidencias mas elevadas en los países
    escandinavos.
  • La tasa de concordancia entre los gemelos monocigotos
    esta entre 25 al 50% únicamente.

Etiología

La diabetes tipo 1, se trata ante todo, de una
enfermedad pancreática que se caracteriza por un
déficit absoluto de insulina. En el niño, esta
forma de diabetes auto inmunitaria es, con diferencia, la mas
frecuente ( más del 95% de los casos) (Castaño,
Bilbao y Calvo, 2002)

Susceptibilidad Genética:

Los sujetos con riesgo de experimentar una diabetes de
tipo 1 presentan diferentes marcadores genéticos. Este
riesgo genético esta muy bien ilustrado en los casos de
gemelos monocigotos, donde la tasa de concordancia alcanza el
35%. En los pacientes de primer grado de un niño
diabético (padres, hermanos, hermanas), el riesgo de
diabetes es globalmente del 6%, contra un 0,2% en la
población general.

Los genes del sistema HLA
(Human Leukocite Antígen), complejo mayor de
histocompatibilidad situado en la región
cromosómica 6p21 (locus IDDM1), tienen un papel
predominante y son responsables de aproximadamente el 35% de la
susceptibilidad genética de la diabetes tipo 1. En el
interior de esta región, los alelos DQ de clase II son
los más fuertemente asociados a la diabetes, en
particular ciertos polimorfismos del gen DQB1. Los genes DQ
codifican proteínas heterodimericas compuestas por dos
cadenas alfa (codificadas por el gen DQ alfa) y beta
(codificadas por el gen DQ beta).Estas moléculas
están situadas en la superficie de los macrófagos
y de los linfocitos T y desempeñan un papel esencial en
la presentación del antígeno. El riesgo de sufrir
una diabetes depende de ciertas variaciones en las secuencias
de estas moléculas HLA, que dan lugar a conformaciones
especiales que predisponen a la diabetes.

Así, la presencia de una alanina en
posición 57 de la cadena DQ beta (alelo DQ beta 1 *0201
y DQB1*0302) se asocia positivamente con la diabetes.
Inversamente, la presencia de un aspartato (alelo DQB1*0302)
prácticamente nunca se asocia a diabetes; en el mismo
orden de ideas, otros alelos, como el DR2, son igualmente
protectores. La predisposición genética a la
destrucción auto inmunitaria de las células beta
es múltiple y otros genes distintos a los del sistema
HLA desempeñan igualmente un papel importante.
Actualmente, se han descrito más de 15 loci de
susceptibilidad en diferentes cromosomas
(IDDM 1- IDDM17). El locus de HLA más a menudo
implicado, el IDDM2, esta situado en la región promotora
del gen de la insulina (11p15). Los loci IDDM4 (11P13) e IDDM15
(región 6p) parecen tener también importancia en
la susceptibilidad a la diabetes de tipo 1.Hay que subrayar que
estos genes son de localización cromosómica, pero
muy pocos de ellos están identificados. Hoy por hoy, la
multiplicidad y la identificación molecular aun mal
definida de estos marcadores hacen imposible una
caracterización genética exacta en
situación de riesgo (Nicolmo y Chatelain,
2002)

Mecanismos celulares y papel de los factores
medioambientales Castaño, Bilbao y Calvo
(2002)

En el niño, la destrucción selectiva de
las células beta secretora de insulina es un
fenómeno mas rápidamente progresivo que en el
adulto, apareciendo probablemente en unos meses, como lo
sugiere la intensidad de la respuesta inmunitaria humoral a los
diferentes antígenos de la
célula beta. La activación de los linfocitos
T autor reactivos tiene un papel fundamental. Los factores
predisponentes ambientales más probables son las
infecciones virales. Entre los principales agentes sospechosos
a partir de diferentes estudios epidemiológicos, se
distinguen principalmente el entero virus y la
albúmina bovina.

La intervención de los virus en la patogenia de
la diabetes explicaría el incremento creciente de la
enfermedad en ciertas regiones geografías y en ciertos
grupos de edad. La respuesta de los linfocitos T a las
proteínas del entero virus esta aumentada en los
niños diabéticos (Juhela, Hyoty y Roivainen,
2000). Las infecciones por coxsackievirus serian
particularmente predictivas de la aparición de diabetes
por la existencia de homología de secuencia entre la
capa externa del coxsackievirus B4 y la GAD. La introducción precoz de la leche de
vaca en la alimentación del lactante podría
constituir igualmente un factor de riesgo de diabetes
(Pozzilli, Brownw, Kolb, 1996). La fracción Beta de la
caseína bovina es un compuesto proteico que parece
causar la activación d los linfocitos T auto reactivos
específicos que se pueden detectar en el momento del
diagnostico en la mayoría de los diabéticos. Al
contrario, ciertos estudios muestran una muestran una
relación inversa entre la lactancia
materna exclusiva durante los primeros meses de vida y la
aparición de la diabetes (Mc Kinney, Parslow y Gurney,
1999).

Descripción Clínica

Clínicamente el diagnóstico de diabetes
mellitus tipo 1, es fácil de realizar, pues los
síntomas de la diabetes descompensada están
claramente definidos (poliuria, polidipsia, astenia,
adelgazamiento inexplicado) y varían muy poco entre los
pacientes. La glucosuria es constante con la presencia de
cetonuria en el 85% de los casos. A menudo, estos signos pasan
desapercibidos o son malinterpretados por los familiares. En
estas condiciones la enfermedad diabética se revela
frecuentemente como un episodio agudo de cetoacidosis por la
ausencia completa de insulina En los casos mas graves de
retraso en el diagnostico, los signos de cetoacidosis
descompensada que aparecían en primer plano como
mitos, dolor
abdominal, trastornos de la consciencia, respiración de Kussmaul, entre otros,
eran a veces falsamente atribuidos a meningitis, apendicitis, o
broncopatías. Estos datos subrayan que la cetoacidosis
sigue siendo, aun con demasiada frecuencia, una forma de
revelación de diabetes de tipo 1 en Francia como
en el resto de Europa, con excepción de los
países escandinavos. En efecto, en estos países,
donde la incidencia de diabetes es más elevada los
médicos y la población están más
sensibilizados y menos del 10% de los niños
diabéticos se presentan inicialmente diagnosticados con
una cetoacidosis grave, frente a un 15-20% en los demás
países de Europa. Estos pacientes tienen también
tendencia a presentar otras enfermedades auto inmunitarias que
pueden asociarse con la diabetes: tiroiditis de Hashimoto,
enfermedad de Addison, enfermedad de Basedow, enfermedad
celíaca, artritis crónica juvenil,
vitíligo y gastritis ( Fernández y Molina,
2002)

Identificación de la fase preclínica de
la diabetes tipo 1 (Castaño, Bilbao y Calvo,
2002)

La elevación patológica de la glucemia
aparece tardíamente en la historia natural de la
diabetes, cuando más del 80% de las células beta
están destruidas. Sin embargo, el proceso
patológico que aparece en los islotes
pancreáticos puede identificarse desde el principio
mediante marcadores inmunológicos. Aunque la
destrucción auto inmunitaria de las células beta
este especialmente mediada por los linfocitos T, la
aparición de la enfermedad viene indicada precozmente
por la presencia de uno o varios auto anticuerpos circulantes,
anticuerpos anti células de los islotes (ICA),
anticuerpos anti insulina (IAA),anticuerpos anti glutamato
descarboxilasa (GAD),o anti cuerpos anti tiroxina fosfatasa
(IA2 e IA2 Beta). La presencia de estos marcadores indica la
existencia de una reacción auto inmunitaria dirigida
contra los antígenos de los islotes de Langerhans o de
las células beta, pero estos anticuerpos no
desempeñan un papel directo en la destrucción de
las células secretoras de insulina. La especificidad de
estos marcadores inmunológicos puede alcanzar el 100% en
caso de positividad múltiple (presencia de al menos tres
de ellos). Estos anticuerpos aparecen mucho antes del estadio
de diabetes patente, durante una fase clínica silente
que puede durar varios años (prediabetes). Su presencia
es más o menos prolongada tras el inicio de la
enfermedad. En la practica, la determinación de los
anticuerpos específicos de la diabetes se utiliza
sobretodo para diagnosticara los sujetos en situación de
muy alto riesgo para el desarrollo de la enfermedad, en
particular en el seno de la familia de un niño
diabético (hermanos, hermanas y parientes).

En caso de positividad, esta determinación
puede permitir demostrar igualmente el carácter auto inmunitario de la
enfermedad cuando el diabético es clínicamente
atípico o confirmar el diagnostico de diabetes tipo 1
con el descubrimiento fortuito de una hiperglucemia o un
glucosuria transitoria en el niño (Castaño,
Bilbao y Calvo, 2002).

En un sujeto en el que se encuentran los anticuerpos
que implican un proceso auto inmunitario activo dirigido contra
las células beta, hay que investigar en un segundo
tiempo, una alteración de la secreción de
insulina. La prueba mas utilizada es la medición del pico inmediato de
secreción de insulina en el curso de una prueba de
hiperglicemia provocada por vía intravenosa. Este test
es muy sensible para identificar una disminución de la
masa funcional de las células beta. Entre uno y cinco
años antes de que aparezca la diabetes de tipo 1A (de
etiología auto inmunitaria) se produce una
secreción reducida de insulina de la primera fase, que
por lo general se define como una cifra por debajo del
percentil 10 o 1 de los testigos sanos. Incluso entre los
familiares que expresan un solo auto anticuerpo, los familiares
con secreción insulínica por debajo del percentil
1 tienen un riesgo mayor del 90% de padecer diabetes en los
siguientes tres años. Entre los familiares que expresan
auto anticuerpos múltiples, la conservación de la
secreción de insulina se correlaciona con un intervalo
mayor sin la enfermedad. Además, de la secreción
insulínica de la primera fase, es posible utilizar la
concentración de auto anticuerpos contra la insulina
para pronosticar el momento en que comenzara la diabetes. La
mayor concentración de auto anticuerpos contra la
insulina se observa en niños que padecen diabetes tipo
1A antes de los cinco años de edad.

En conjunto, estos estudios de detección
inmunológica y metabólica tienen como objetivo
determinar muy precozmente el riesgo de padecer diabetes de un
sujeto y permiten considerar una terapéutica preventiva
en ciertos casos. Varios tratamientos están actualmente
en curso de evaluación activa, pero ninguno ha
demostrado aun ser eficaz e inocuo.

La evolución natural de la diabetes mellitus
tipo 1A se manifiesta en fases: inicialmente previo a la
aparición de la enfermedad como tal, existe la
predisposición genética, después de un
incidente desencadenante hay anomalías inmunitarias
manifiestas y liberación normal de insulina, luego,
perdida progresiva de la liberación de insulina y
glucosa normal, posteriormente diabetes manifiesta y
péptido C presente y por ultimo, no hay péptido
C.

Criterios Diagnósticos de Diabetes Mellitus
tipo 1:

  • Síntomas clásicos de diabetes y una
    prueba aleatoria de glucosa en plasma mayor a
    200mg/dl.
  • Glucemia plasmática en ayuno igual o mayor de
    126 mg/dl.
  • Glucosa en plasma a las dos horas poscarga, mayor de
    200 mg/ dl.(utilizando un máximo de 75 g como carga oral
    disuelta en agua)
    (Alpizar, 2001).

Su aplicación clínica es evidente aunque
hay que tener en cuenta una serie de
características:

  • El nivel de Hemoglobina glicosilada refleja el
    control glicémico de los 2-3 meses precedentes, ya que
    los eritrocitos tienen una vida media aproximada de 100 a 120
    días.
  • La cantidad de Hemoglobina glicosilada no disminuye
    hasta pasadas al menos 5-6 semanas a pesar de mantenerse las
    glucemias normalizadas.
  • Períodos breves de hiperglucemia intensa
    (menor de 24 horas) pueden elevar la Hemoglobina glicosilada
    hasta en un 1 %, por lo que hay que conocer su existencia para
    valoración global.
  • La hemoglobina glicosilada guarda relación con
    la glucemia media, las glucosurias de 24 horas y con el
    conjunto de parámetros de control de los 2-3 meses
    precedentes.
  • Sin embargo, esto no quiere decir que se puede
    equiparar entre ellos con el índice de fiabilidad de la
    hemoglobina. Cuando en una consulta se desea valorar con una
    cierta precisión el grado de control glicémico de
    un paciente, es imprescindible medir su hemoglobina glicosilada
    y según sus resultados, se planteara la estrategia
    terapéutica a seguir; el autocontrol del paciente
    será así mismo validado según su
    relación con la hemoglobina.
  • Los pacientes muy mal controlados pueden
    identificarse fácilmente, así como aquellos que
    tienen registros domiciliarios discrepantes entre las
    determinaciones de sangre u orina y las del laboratorio,
    debido a imprecisión de la técnica o defectos de
    la manipulación.

Aunque existen amplias variaciones en la
medición de la Hemoglobina glicosilada según las
diferente técnicas y laboratorios, de acuerdo con los
conocimientos actuales de la relación entre
complicaciones vasculares de la diabetes y el grado de control
glicémico, la Asociación Estadounidense para la
diabetes recomienda que esta hemoglobina se situé
inferior al 7% y se reevalué en todos aquellos pacientes
cuya media se mantenga persistentemente por encima del 8 %.
Estos valores específicos hacen referencia a
métodos estándar del DCCT (American Diabetes
Association, 2000)

Las recomendaciones del Consenso Europeo, hasta hace
unos años proponían como control
metabólico optimo que la hemoglobina glicosilada se
mantuviera por debajo de 6.5% y 7.5%. En los niños muy
pequeños, sin embargo, valores inferiores al 8% pueden
ya considerarse un buen control (Santiago, 1993). La
determinación de este parámetro debe realizarse
regularmente en todos los niños cada 2-3
meses.

Tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo 1
(Barrios, 2003)

El éxito del control de la diabetes tipo 1 en
el adolescente se basa en el control glicémico a
través de la administración de insulina y
fundamentalmente cambios en los estilos de vida, lo referido a
la alimentación donde la educación
diabetológica garantiza la mejor calidad de vida del
paciente, con una vida lo más normal posible e
inserción a la sociedad.

Tras el diagnóstico de la enfermedad, el
niño y el adolescente diabéticos, junto con su
familia, van a necesitar aprender y asumir una gran cantidad de
conocimientos, tanto teóricos como prácticos,
autoanálisis, administración y ajuste de insulina,
pautas de alimentación, ejercicio físico,
actuaciones ante situaciones concretas, etc., que les permitan
manejarse y ser autónomos en su vida diaria. Esta
necesidad de hacerse dueño de su enfermedad exige
dispensar al niño y a la familia una educación
adecuada que conlleva técnicas de enseñanza, programas y contenido de los
mismos, supervisión y actualización de
conocimientos, modificaciones de actitudes terapéuticas,
etc. Su objetivo último será garantizar una vida
lo mas normal posible y un futuro de la mejor calidad tanto
física
como psicológica. No solo el entorno familiar debe ser
objeto de educación diabetológica, sino todo lo
que rodea al niño, especialmente el ámbito
escolar, los amigos y cuidadores, etc. La implicación de
los factores psicológicos en la educación
diabetológica es tan importante que estos si no se
contemplan, es imposible lograr que cualquier programa
educativo sea eficaz.

El equipo de atención diabetológica debe
enseñar y entrenar a los niños y adolescentes
diabéticos y sus familiares. La educación debe
incluir conocimientos actualizados de etiología,
factores hereditarios, insulina, dieta, síntomas,
tratamiento, autocontrol y complicaciones agudas y
crónicas. Los problemas psicosociales y diarios del
tratamiento deben recibir atención prioritaria. La
educación debe ser adaptada al nivel de desarrollo del
paciente y repetida regularmente (Krens, Porta y Keen,
1992).

El Tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo 1 consiste
en: control glicémico continuo, terapia nutricional,
insulinoterapia, la dieta, ejercicio físico,
además de terapia individual, escolar y familiar,
evaluación de factores psicológicos,
educación sobre autocontrol.

Los objetivos
del tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 son:

  • Lograr y mantener un buen control metabólico
    (Hemoglobina glicosilada menor del 7%)
  • Permitir en niños y adolescentes un desarrollo
    físico, ponderal y mental normal.
  • Evitar complicaciones agudas crónicas de la
    enfermedad.

Insulina para pacientes diabéticos tipo 1
(American Diabetes Association, 2002)

De manera ideal, el régimen insulínico
imita los patrones secretorios fisiológicos de insulina
al máximo grado posible, conteniendo liberación
de insulina basal y estimulada por comida (bolo). La terapia
con bomba de insulina o múltiples inyecciones diarias de
insulina son los dos métodos que simulan mas de cerca la
secreción natural de insulina en respuesta a comidas o a
la liberación hepática de glucosa. El primer paso
al elegir un régimen insulínico es establecer
metas glucemias. Para la mayoría de los pacientes, esto
significa que más de la mitad de los resultados de ARVG
(auto registro
regulares de glucosa) caigan dentro de los rangos
siguientes:

  • Preprandial 70-120 mg/dl
  • Al acostarse 100-140 mg/dl

Todos los pacientes con diabetes tipo 1 deben iniciar
una rutina de al menos tres inyecciones por día. Si
después de establecida esta rutina, los ARVG del
paciente y las pruebas de hemoglobina A1 C glicosilada (A1 C)
revelan un excelente control de la glucosa, tal vez sea posible
reducir el numero de inyecciones por día.

Hipoglicemia (Couper,2002; Hanas y Ludviqsson,
2006)

En la mayoría de los pacientes la hipoglucemia
se define como valores de glucosa en sangre menor de 50-60
mg/dl. Cada individuo debe aprender a reconocer cuando
practicarse ARVG para confirmar una sospecha de niveles bajos.
La hipoglucemia leve se puede tratar con la"regla de 15":
tratar con 10-15 g de CHO libres de grasa, esperar 15 minutos y
luego repetir ARVG. Niveles aun por debajo de la meta de rango
justifican repetir el tratamiento. Cuando no sea inminente la
comida puede ser necesario un bocado. Cuando el paciente tiene
hipoglucemia severa y no se puede dar glucosa por vía
oral, esta indicado el glucagon subcutáneo o
intramuscular.

Tratamiento de la Diabetes Mellitus con Bombas de
Insulina (Benbenek, 2006)

Las bombas de insulina (BICI) ofrecen una serie de
ventajas generales, iguales para niños o adultos, como
que representan el tratamiento de la diabetes que mejor
reproduce el comportamiento del páncreas de las personas
que no padecen esta enfermedad, que permite diferenciar
totalmente la insulina que hace frente a los picos de glucosa
que se producen tras las comidas de la que se requiere para las
llamadas necesidades básales, es decir, las no
relacionadas con la ingesta, o que es el tipo de tratamiento
que confiere una mayor estabilidad al nivel de glucosa en
sangre, con menos fluctuaciones hacia arriba o hacia abajo en
la glucemia. En niños permite realizar ajustes con gran
precisión y a ritmos muy bajos. En cuanto a los bolos
antes de las comidas, también las cantidades que se
administran para compensar los hidratos de carbono son
muy bajas. Una de las principales indicaciones para poner una
BICI es el ser muy sensible a la insulina y necesitar dosis muy
bajas, lo que es habitual en niños. La ventaja de
cambiar los catéteres cada tres días y no tener
que pincharse entre medias puede suponer un alivio importante
desde el punto de vista psicológico para los
niños (Cabezas y Oliver, 2006)

Nutrición en pacientes diabéticos tipo 1
(Barrios, 2003)

El objetivo del plan de
nutrición dietético en la diabetes
mellitus tipo 1: es disminuir los efectos deletéreos de
la enfermedad, manteniendo un estado metabólico normal.
Las medidas nutricionales son un elemento imprescindible en el
tratamiento.

Sin embargo, el cumplimiento del plan de comidas es
poco constante en estos pacientes, por lo que se requiere un
esfuerzo coordinado de todo el equipo diabeto lógico con
un papel especial para el especialista en
dietética.

Recomendaciones Nutricionales para adolescentes con
Diabetes tipo 1:

  • Consumo energético igual al de los
    niños sanos, adecuado para mantener peso y talla
    normal.
  • RN: 120 cal/kilo.
  • Lactantes: 80-100 cal/kilo.
  • Primer año hasta la pubertad: 1000
    (añosx100)
  • Varones durante la pubertad: 2000 a 2500 calorías (incrementadas si se practica
    mucho ejercicio)
  • Mujeres durante la pubertad: 1500-2000
    calorías incrementadas si se practica mucho
    ejercicio)
  • Hidratos de Carbono: 50-55% de la energía
    total, preferiblemente complejos.
  • Grasa: 30% de la energía total:
  • Ácidos Grasos Saturados: menos del
    10%.
  • Ácidos Grasos Poli insaturados; menos del
    10%.
  • Ácidos Grasos mono insaturados: mayor del
    10%.
  • Colesterol Total: Menos de 300 mgrs al
    día.
  • Proteínas: 15% de la Energía
    Total.
  • Fibra: 30-35 gramos al día (Barrios.
    2003)

Ejercicio Físico:

Los ejercicios aeróbicos pueden realizarse
previo ajuste en la dieta e insulina, buen control de la
glicemia capilar.

Ventajas a corto plazo: descenso de la glicemia,
disminución de las necesidades de insulina por aumento
de sensibilidad a ésta.

Ventajas a largo plazo: Mejora perfil lipídico,
tensión arterial y actividad cardiaca

Los pacientes mal controlados pueden presentar hiper
glicemia y cetosis (Barrios, 2003)

Factores de Riesgo:

Los factores de riesgo que pueden ser identificados
son: dieta del infante temprana (consumo de
leche de vaca o de pan), toxinas (derivados de n-nitrosos y en
particular nitrosa mina en el alimento) e infecciones virales
(Muntoni y Muntoni, 1999). Se están investigando la
relación de diversos factores medioambientales y el
riesgo de presentar Diabetes Mellitus tipo 1 con la finalidad
de encontrar una hipotética asociación y poder
establecer así estrategias de prevención
primaria. Entre los factores de riesgo que pueden ser
identificados se describen: distintos nutrientes, la dieta
temprana del infante (consumo de leche de vaca o de pan), las
toxinas (derivados de n-nitrosos y en particular nitrosamina en
el alimento) e infecciones virales. Estudios realizados en
Suecia y Reino Unido, confirman que ciertos factores de riesgo
peri natales tendrían un papel importante (Dahlquist,
Patterson y Soltesz, 1999). Así, la edad maternal
elevada, la preeclampsia, la dificultad respiratoria neonatal,
las infecciones neonatales y las isoinmunizaciones
anti-eritrocitarias durante el embarazo se
relacionan positivamente con la aparición de diabetes
tipo 1. Inversamente, el peso bajo al nacer o el retraso de
crecimiento intrauterino tendrían un efecto protector.
Un crecimiento postnatal rápido, regimenes pobres en
vegetales y las variaciones climáticas son igualmente
factores que podrían asociarse con un aumento de la
incidencia de diabetes tipo 1. Las vacunaciones comunes durante
la infancia no
parecen modificar el riesgo de diabetes (Eurodiab Ace Study
Group, 2000).

Educación
Diabetológica:

La educación para la salud se define como un
conjunto de acciones dirigidas a que los individuos y sus
familias desarrollen conocimientos, habilidades, destrezas, y
actitudes que permitan cumplir en forma habitual la
responsabilidad del cuidado de su salud, incrementar la salud
positiva, disminuir los riesgos, prevenir los daños a la
salud, hacer usos adecuado de los servicios de
atención médica y participar en el manejo de los
daños a su salud. La educación operar la salud no
debe continuar impartiéndose en forma tradicional a
partir del enciclopedismo y memorización unidireccional
(Alpizar, 2001).

La educación diabetológica persigue
lograr un eficaz autocontrol de la enfermedad que garantice la
máxima calidad de vida al paciente con diabetes. Es
fundamental que la educación diabetológica
implique la motivación y la adhesión del
paciente, de la familia y su entorno para lograr sus objetivos.
La educación diabetológica debe desarrollarse
desde su inicio y a lo largo de la evolución de la
enfermedad abarcando tanto al niño como a la familia,
además de su entorno próximo en el que el
ámbito escolar tiene un papel relevante. Como premisa se
debe asegurar que la educación diabetológica debe
garantizarse a todo niño y su entorno, se cual sea su
nivel sociocultural y sus posibilidades económicas e
intelectuales, adaptándose a las
características individuales, familiares y
sociales.

Los objetivos de la educación
diabetológica según Jos (1990), son:

  1. Garantizar el mejor estado de salud posible en la
    vida del diabético, aportándole los conocimientos
    necesarios para evitar las complicaciones agudas y
    especialmente evitar o retrasar las complicaciones
    crónicas.
  2. Permitirle una vida semejante a los niños y
    jóvenes de su edad, con una integración escolar, social, laboral y
    recreativa.
  3. Hacerles lo más autónomos posible
    respecto su enfermedad.
  4. Darles los soportes y medios
    necesarios (incluidos los económicos) para conseguir la
    máxima motivación y cumplimiento del tratamiento,
    lo que les permitirá un buen equilibrio
    psicológico, individual, familiar, social y
    laboral.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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