Ensayo sobre el concepto de "Bien y mal": algunas consideraciones en la historia del hombre
Introducción
Se me ha pedido realizar un acercamiento, respecto de un
concepto que
ha sido motivo de de divagaciones, discusiones de alto vuelo y
del cual se ha escrito de manera abundante, durante toda la
historia de
occidente, me refiero al concepto de BIEN y por ende su antinomia
el "mal". Durante muchas semanas le di vuelta al asunto para ver
por donde tomaba tan amplio y profundo tema. Vi que era necesario
realizar un desarrollo del
concepto de Bien y mal en la historia del hombre a
partir de los pensadores griegos. Desde allí
comencé a visualizar algo, que se fue repitiendo en cada
uno de los autores que se revisaron, esta redundancia conceptual
no es otra cosa que el problema para definir el "mal". Finalmente
opté por recoger la postura aristotélico-tomista,
que presenta al mal, solamente como una ausencia de Bien.
Así, quedaba establecido que el mal (latin –malum),
sería nada mas que el "no-ser" frente al "ser" que es el
Bien. Ahora cabe aclarar que el mal como tal, se presenta solo en
el plano interior del hombre, cuando este "sufre" una ausencia de
"Bien", que no es otra cosa que "la no búsqueda" de la
Verdad, la Belleza y la Virtud. Pues cuando hablo de la virtud
debo necesariamente aclarar que me refiero a la prudencia, la
templanza, la justicia, la
fortaleza y finalmente el amor
desinteresado por los hombres y las cosas.
Así, el desarrollo de este trabajo se
circunscribe como decíamos a tratar el Bien desde su
concepción como, Bien metafísico por un lado y Bien
moral por otro
para terminar, con las concepciones más pragmáticas
de Bien, imperantes en los más variados pensadores
contemporáneos.
Finalmente, el lector de este ensayo lo
podrá desmenuzar, con la plena seguridad que,
nada de lo que se ha escrito lo encontrará en medios
electrónicos a menos que vaya a las mismas fuentes
utilizadas por el suscrito, me refiero los originales e-books, de
cada uno de los filósofos expuestos.
DESARROLLO
Bien, palabra de origen griego, que en
latín es Bonum, en general, es todo lo que posee
valor,
precio,
dignidad,
merito, bajo cualquier titulo que lo posea. Bien, en
efecto, es la palabra tradicional para indicar lo que en lenguaje
moderno se denomina valor. Un bien es un libro, un
caballo, un alimento, cualquier cosa que se pueda vender o
comprar, un bien también es la belleza o la
dignidad, la virtud humana o una acción
virtuosa en particular, un comportamiento
aprobable. De acuerdo con esta extrema variedad de significados,
el adjetivo –bueno- tiene igual variedad de aplicaciones.
Podemos hablar de "un buen destornillador" o de "un buen
automóvil", como también de "una buena
acción" o de "una persona buena".
Asimismo, decimos "un buen plato" para indicar alguna cosa que
coincide con nuestro gusto o "un buen cuadro" para indicar un
cuadro logrado.
En esta esfera de significado general, de acuerdo con el
cual la palabra se refiere a todo lo que tiene un valor
cualquiera, es posible recortar la esfera del significado
especifico, de acuerdo con el cual la palabra se refiere
particularmente al dominio de la
moralidad, o
sea, de los mores, de la conducta, de los
comportamientos humanos intersubjetivos, y designa por lo tanto,
el valor especifico de tales comportamientos. Con este segundo
significado o sea como Bien moral, el bien es
objeto de la ética, y
el registro de
sus diferentes significados históricos debe ser hecho,
precisamente, con referencia a la voz Ética
(ethos). En este lugar debemos, por lo tanto, ocuparnos de la
noción de Bien, solo en el primer sentido, es
decir, en su acepción más general. Podemos ahora
distinguir dos punto de vista fundamentales, que se han cruzado
en la historia de la
filosofía, 1)- la teoría
metafísica en la cual el Bien, es la
realidad como tal; 2) la teoría subjetivista, según
la cual el Bien es lo deseado o lo que gusta, y es tal
solo en esta relación.
- El modelo de
todas las teorías metafísicas es la
teoría de Platón, según la cual el Bien es
lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, el poder de
conocerlos al hombre, luz y belleza a
las cosas, etc. En una palabra, es la fuente de todo ser en
el hombre y
fuera de el (Rep. VI, 508e-509b). El Bien es comparado por
Platón
con el Sol, que da a los objetos no solo la posibilidad de ser
vistos, sino también la de generarse, crecer , nutrirse;
y lo mismo que el Sol que, a
pesar de ser la causa de estas cosas, no es ninguna de ellas,
así el Bien es fuente de la verdad, de lo bello, de la
cognoscibilidad etc., y en general, del ser, no es ninguna de
estas cosas y se halla fuera de ellas ( Id. 509b). En forma
análoga, Plotino ve en el Bien la primera
Hipóstasis, o sea, el origen de la realidad, Dios mismo,
y lo considera como causa del ser y de la ciencia a
la vez y en general, de todo lo que es o vale con un
titulo cualquiera. Estas nociones fueron corrientes en la
filosofía medieval, que identifico, según el
ejemplo neoplatónico, al Bien con Dios mismo, de manera
que puede denominarse "bueno" solo aquello que de algún
modo es semejante a Dios (Sto. Tomas ST.). El teorema
característico de esta concepción del Bien, es el
que afirma la identidad de
lo bueno y de lo que existe. "Bonum y ens son la misma
cosa en realidad- dice Sto. Tomas- , ya que uno y otro pueden
distinguirse racionalmente. El Bien en efecto, es el ente en
cuanto a objeto de deseo, lo que no es el ente" (S. Th., I,q.5,
a.1). Por lo tanto, "todo ente, en cuanto a ente, es bueno" (I,
q.5,a.3). En efecto, todo ente en cuanto a tal es en
acto, y en cuanto es en acto es perfecto, pero lo
perfecto es también apetecible y bueno. Este teorema
revela la naturaleza
de la concepción metafísica del Bien, cuyo
principio es que el Bien es apetecible solo en cuanto a
realidad perfecta o perfección real. Se puede, por lo
tanto, reconocer una teoría metafísica del Bien
precisamente en este fragmento, que subordina la apetencia a la
realidad y considera por ultimo como realidad suprema el Bien
mismo. Así lo que hace Hegel, por
ejemplo cuando afirma que "la realidad efectiva coincide en
sí con el Bien (Philosophische Propädeutik
–propedéutica filosófica-III:.83); o que el
Bien es "la libertad
realizada, la absoluta mira final del mundo"(Fil. Del
Dº:.129). Todas las formas de idealismo y
de espiritualismo constituyen otras tantas doctrinas
metafísicas del Bien, ya que todas identifican el Bien
con la realidad y, en el limite, con la realidad suprema;
así lo hace , por ejemplo Rosmini al identificar el
Ser y el Bien ( Principi della scienza morale, ed.
Nacional, p.78), lo mismo que Gentile al identificar el Bien
con el espíritu en acto : "El Bien o valor moral
no es otra cosa que la realidad espiritual en su idealidad,
como producción de sí misma o libertad"
(Lógica, I,p.110). Algunas
filosofías contemporáneas que prefieren hablar
más del valor que del Bien, considerando al valor como
realidad absoluta y última, se inscriben en la misma
concepción tradicional del bien. - Por otro lado la teoría subjetivista del Bien
es lo inverso simétrico de la teoría
metafísica. Para ella el Bien no es deseado por que sea
perfección y realidad, sino que es perfección y
realidad por que es deseado. El ser deseado, o apetecido,
define al Bien. Así lo definió siempre Aristóteles (et.nic.,I1, 1094 a
3). Pero la doctrina no se muestra con
él sin conexiones o mezclas con
la doctrina opuesta. En efecto, cuando debe determinar los
criterios de preferencia entre varios bienes,
recurre a la noción metafísica de
perfección, o sea, a la noción que es el
fundamento de la teoría del Bien opuesta. Así,
por ejemplo, dice que lo que es Bien absolutamente es mas
deseable que lo que es un Bien para algunos, por ejemplo, el
curar es preferible a sufrir una operación
quirúrgica ; que lo que es un Bien por naturaleza, por
ejemplo, la justicia es preferible a lo que es un bien por
adquisición, por ejemplo el hombre justo. Y
además, "es mas deseable lo que pertenece a un objeto
mejor y mas preciado; así lo que pertenece a la
divinidad es preferible a lo que pertenece al hombre y lo que
corresponde al alma a lo
que corresponde al cuerpo" (Top., III, 1,116 b 17). De tal
manera Aristóteles delinea un sistema de
preferencias que parece orientarse por el carácter de perfección que
objetivamente poseen los bienes y que , por lo tanto, se
concilia mal con la definición del Bien como objeto de
deseo.
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