De los sistemas de desarrollo del pensamiento en Venezuela
- Simón Rodríguez y
la influencia de Rousseau - Línea
del tiempo de la investigación en materia de
Creatividad - Notas
- Bibliografía
Mucho se ha estudiado e investigado a lo largo del
tiempo acerca
de los sistemas
educativos y de la forma en la que estos como mecanismos
trascendentales de la formación cultural del hombre han
sido objeto de innumerables transformaciones con las cuales se
han intentado adecuar los sistemas educativos a necesidades
socio-culturales e incluso políticas
de cada respectiva zona. Sin embargo, más allá del
hecho político, encontramos como punto esencial de partida
el anhelo por impulsar desde los niveles básicos,
mecanismos de desarrollo
intelectual que permitan al individuo
desde su niñez, la creación de estructuras
mentales de clasificación y análisis capaces de generar sistemas de
procesamiento y retensión de información que permitan, primero disminuir
la dificultad de retensión de información y
procesamiento de
datos a fin de resolver de manera sencilla y con el menor
esfuerzo posible, situaciones cotidianas y problemas
prácticos; y en segundo término, permitir retener
por más tiempo la información obtenida, así
como agilizar los procesos de
resolución de problemas de forma progresiva, a
través de la practica consecuente de tales
procesos.
En Venezuela
hemos contado con dos de los más famosos estudiosos de tal
materia, a
saber: Simón Rodríguez y Luís Alberto
Machado.
Simón Rodríguez y la influencia de
Rousseau:
Simón Rodríguez se interesó
más que todo en el aspecto de forma de la creación
de tales sistemas, esto es: En todas aquellas condiciones que
rodean al individuo y que lo condicionan o según su
consideración deberían condicionarlo con la
finalidad de obtener de este su mayor provecho, no solo para el
individuo, sino para los que no rodean y más allá
para la nación.
Rodríguez como para muchos otros venezolanos de
su época seguía muy de cerca ese movimiento
conocido como "La
Ilustración", que se nutrió de filósofos de la talla de Montesquieu,
Voltaire, y
Juan Jacobo Rousseau entre otros, este último el
más influyente de todos para Rodríguez, quien
obtiene acceso a una de las obras más importantes de
Rousseau en esta materia, debido a la gran importancia y
prolijidad que tuvieron sus obras en esta materia. Rousseau
planteaba una enseñanza libre en el sentido de que nunca
se le forzara al niño más allá de sus
facultades, ni se le implantaran principios que le
incentivaran hacia metas más allá de las mismas.
Puesto que si sus metas eran tales que llegaran a sobrepasar la
capacidad de sus aptitudes, se le estarían implantando
principios que lo conducirían indefectiblemente a la
frustración por no poder alcanzar
aquellas metas propuestas debido a la poca capacidad aptitudinal
desarrollada por el individuo para tal fin.
Indalecio Lievano Aguirre dice al respecto:
"…El hombre,
esencialmente es un compuesto de "deseos" y de "facultades"
para satisfacerlos. Pero en el, a diferencia de los animales, el
equilibrio
entre los primeros y los segundos no se realiza
automáticamente y siempre existe la posibilidad de que
tal acoplamiento entre los unos y las otras no se produzca y se
presenten entonces peligrosos desequilibrios de la
personalidad. La
educación ha sido, en la historia humana, el
procedimiento
escogido para lograr, con más o menos éxito, este equilibrio…" (1988)
(1)
Continuando con los procedimientos
especificaba Rousseau que se podía aplicar el
procedimiento contrario, esto es, procurar el desarrollo
facultativo del hombre con el objeto de procurar que este alcance
un nivel tal que le permita satisfacer sus metas con suma
facilidad. No obstante, siempre persiste el peligro descrito por
Rousseau en su obra "Emilio o de la educación":
"…Si a la par crecieran nuestros deseos
más que nuestras facultades nos tornaríamos
más infelices…" (2)
Basado en estos hechos el filósofo llego a
concluir que era más conveniente procurar el desarrollo de
las facultades del individuo por encima de sus anhelos por lo que
resultaba prudente dejar que el individuo desarrollara las mismas
libremente en la naturaleza y
de esta forma permitirle descubrir por medio de estas sus propias
limitaciones.
Escribió Rousseau finalmente:
"…Mantened al niño en la sola
dependencia de las cosas, y en los progresos de su
educación seguiréis el orden de la naturaleza.
Nunca presentéis a sus livianas voluntariedades
obstáculos que no sean físicos, ni castigos que
no procedan de sus mismas acciones;
sin prohibirle que haga daño,
basta con estorbárselo. En vez de los preceptos de la
ley, no debe
seguir más que las lecciones de la experiencia o de la
impotencia. Nada otorguéis a sus deseos porque lo pida,
sino porque lo necesite; ni sepa, cuando obra él, que
cos a es obediencia, ni cuando por el obran, que cosa es
imperio. Reconozca igualmente su libertad en
sus acciones que en las vuestras. Suplid la fuerza que
le falta, justamente cuando fuere necesario para que sea libre,
no imperioso; y aspire, recibiendo nuestros servicios,
hechos concierto género
de desdén, a que llegue el tiempo que pueda no
necesitarlos y tenga la honra de servirse de si propio…"
(3)
Tal libertad, claro esta era bien concebida a los
jóvenes aprendices puesto que los principios culturales
con los que crecía en su entorno bastaban para limitarla
de conductas libertinas, en la actualidad, la aplicación
de tales preceptos ameritaría de una mayor
reflexión debido a las distancias culturales entre nuestra
época y aquella.
El desarrollo físico, resultaba indispensable,
hablando como Rousseau a Bolívar
decía Rodríguez:
"…Es necesario que para obedecerle al alma sea
vigoroso el cuerpo…" (4)
Claro está que este ha sido uno de muchos
intentos por desarrollar sistemas educativos ideales, solo una de
muchas teorías
con respecto a dicha ciencia con la
cual se ha procurado no más el crecimiento intelectual de
la sociedad.
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