Técnicas Argumentativas en el Discurso Político Boliviano (página 2)
CAPÍTULO I: EL PROBLEMA DE
INVESTIGACIÓN
- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El proceso de
producción y recepción de
mensajes no puede entenderse sino inmerso en un contexto
socio-cultural en el cual cada una de las personas que
formamos parte de él, interactuamos y nos relacionamos
continuamente y con diferentes propósitos.Esta interacción en el seno de una
determinada sociedad,
se realizará a través de formas de lenguaje
particulares entre la que se encuentra, como una de las
principales, el discurso:
Un producto
significativo complejo de realización oral y naturaleza
lingüística, utilizado por los
seres humanos para relacionarnos en sociedad.Es en este tipo de formas y a través de ellas que
los hombres y las sociedades
se identifican a sí mismos y al mundo que les rodea en
cada momento de su historia,
desde su inicio hasta el momento de su
desaparición.De esta manera, los discursos
inmersos en una dinámica social, erigirán
significados y plantearán la confección de
visiones del mundo: mantendrán o modificarán,
según las necesidades sociales, las nociones sobre la
realidad que son confeccionadas a través de las ideas
esbozadas por estos conjuntos
significativos coherentes.La producción de diversas visiones del mundo
implica, a su vez, el enfrentamiento de las mismas a manera
de una continua contienda discursiva, donde las visiones del
mundo que reflejen de una manera más apropiada la
realidad de una sociedad en un momento determinado de su
historia, tendrán mayores opciones de imponerse sobre
las demás.Resulta entonces que la eficacia
adquirida por los discursos que reflejan diferentes visiones
del mundo depende, en cierta manera, de la forma en que estos
están adecuadamente constituidos en su
argumentación. De esta manera, los discursos pueden
circular y ser aceptados por los individuos de una sociedad,
modificando eventualmente su accionar, solamente si han
convencido y persuadido a su auditorio sobre las propuestas
de visiones del mundo instituidas mediante su
argumentación.Consecuentemente, el discurso utilizando un conjunto de
estrategias argumentativas que busquen
adhesión de la sociedad a las ideas que proyecta,
repercutirá de manera directa, pero no exclusiva, en
la aceptación o rechazo de las nociones de realidad
planteadas, de manera que éstas puedan constituirse en
la base del razonamiento que eventualmente dirigirá el
rumbo de las acciones
que las sociedades contemporáneas y sus miembros
emprendan.Es precisamente en este punto, donde la política ejerce un rol fundamental en
la historia de las sociedades, en la medida en que ella
interviene en la definición de los destinos de los
pueblos y naciones, a través de esta importante
manifestación simbólica.- FORMULACIÓN
DEL PROBLEMA
Las interrogantes que pueden surgir sobre el uso del lenguaje
en su contexto social, y más específicamente sobre
la argumentación dentro del discurso en el ámbito
político, son variadas y diversas dada la naturaleza del
lenguaje que permeabiliza e impregna cada una de las actividades
humanas.
En este entendido, el presente estudio considera la
enunciación de preguntas de investigación sobre la argumentación
discursiva en un plano que concierne, precisamente, a la
utilización del lenguaje en nuestras sociedades.
Así, considerándola como una guía
orientadora hacia las respuestas e información que se buscan con la
investigación (Hernández, 2003: 46 y 48), se
formula la pregunta de investigación en los siguientes
términos:
- ¿Cuales son las características
fundamentales de las técnicas
argumentativas que destacan los mensajes presidenciales de
marzo de 2005 relacionados con la primera renuncia del entonces
Jefe de Estado?
- Describir las principales características de las
técnicas argumentativas que destacan los mensajes
presidenciales de Marzo de 2005 relacionados con la
presentación de la primera renuncia al cargo de
Presidente de la nación.
- Analizar las principales perspectivas teóricas
relacionadas con el análisis del discurso. - Examinar las aproximaciones conceptuales a la
argumentación discursiva. - Analizar los elementos teóricos que caracterizan
al Discurso Político. - Examinar las características fundamentales de las
técnicas argumentativas en el Discurso. - Esbozar un panorama social y político sobre los
acontecimientos más relevantes suscitados en Bolivia
durante los primeros meses de 2005, en relación con la
presentación de los discursos de la renuncia
presidencial. - Identificar, clasificar y describir el uso de las
técnicas argumentativas que destacan los mensajes
presidenciales de marzo de 2005 relacionados con la primera
renuncia del Jefe de Estado.
- JUSTIFICACIÓN
La importancia académica que la presente
investigación alcanza, se expone con mayor amplitud en
los ámbitos Teórico-Metodológico y
Social-Práctico presentados a continuación.- RELEVANCIA
TEÓRICO-METODOLÓGICA La importancia teórica que reviste la
realización de estudios sobre la
Argumentación Discursiva, radica en el hecho de
que el desarrollo y actualización de estas
investigaciones, propician y dinamizan el
enriquecimiento científico en este campo de
conocimiento tan fructífero en las
ciencias humanas y sociales. Este
desarrollo académico se hace muy necesario en un
campo que, a pesar de su fertilidad, ha tenido tan pocos
resultados en nuestro medio: baste mencionar, como
ejemplo, que una revisión reciente del registro de tesis
en la Facultad de Humanidades de la UMSA presenta tres
investigaciones de tesis de licenciatura que tocan temas
relacionados con el discurso y, solamente una de ellas
(Angola, 2001), está directamente relacionada con
el estudio del discurso persuasivo-argumentativo.El registro de un número reducido de
investigaciones de este tipo (si bien éstas puedan
no ser las únicas realizadas en torno
a la temática consultada) se considera como un
indicador del estado germinal de los estudios sobre el
discurso en el contexto local; entonces, la necesidad
teórica de realizar nuevos tratamientos
académicos para comprender con mayor profundidad
el fenómeno discursivo en la sociedad, se hace
patente.A este tenor, la producción de nuevos
conocimientos en el campo del análisis
argumentativo, permitirá ampliar, perfeccionar y
profundizar los estudios existentes, de manera que este
esfuerzo pueda constituirse en una respuesta
teórica que aporte a la investigación del
discurso y los fenómenos argumentativos en el
contexto inmediato de nuestro quehacer
académico.Igualmente significativa, es la incursión que
el presente estudio hace en las técnicas de
investigación de tipo no-cuantitativo que plantean
las características propias de nuestro objeto de
estudio; esto se realiza desde una perspectiva
metodológica cercana a lo que autores como
Hernández S. et al. (2003), denominan enfoque
cualitativo.De esta manera, la aplicación de la presente
propuesta metodológica a la realidad circundante
—a través de la aplicación,
adecuación y complementación de
técnicas propias del análisis de la
argumentación en el discurso— permite
encarar los estudios lingüísticos y de las
ciencias del lenguaje desde una perspectiva diferente que
plantea dar nuevas respuestas al estudio de los
fenómenos discursivos en nuestro medio.Por lo anteriormente mencionado, la presente
investigación y su tema de estudio pueden
considerarse planteados en función a un criterio de
originalidad, entendiendo la misma como el carácter de novedad de un trabajo. A este respecto, Hernández
(2003) retoma los criterios expresados por Dankhe (1986)
sobre ideas de investigación "novedosas";
así una idea de investigación es novedosa
cuando permite "actualizar o adaptar planteamientos
derivados de investigaciones efectuadas en contextos
diferentes, o a través de nuevos caminos."
(Hernández 2003: 35).Entonces, al momento de pensar en la originalidad o
novedad del presente estudio, se puede considerar la
adecuación, complementación y
aplicación de los métodos del análisis de la
argumentación en el discurso (vale decir, del
análisis argumentativo) que permiten encarar el
estudio de este hecho del lenguaje de una manera
alternativa en nuestro medio, donde el análisis
del discurso tiene un desarrollo que necesita de mayores
aportes teóricos y metodológicos.- RELEVANCIA
SOCIAL-PRÁCTICA
La importancia que implica el estudio de la
Argumentación Discursiva, debe repercutir en la
sociedad y su realidad inmediata, enmarcándose al
menos, en una dimensión práctica y
operativa.Así, el
conocimiento de la realidad y los fenómenos
sociales desarrollados en su seno, conlleva ineludiblemente
la necesidad de cambio y
transformación para una mejora constante y
dinámica de la misma, a través de la
utilización del conocimiento
académico-científico que se plasma y concreta
en innovaciones prácticas de las diferentes
áreas del conocimiento humano.Estas innovaciones surgidas en el ámbito de las
ciencias
sociales y humanísticas, deberán
desarrollarse esencialmente, como recursos e
instrumentos aplicados de manera particular y con prioridad,
en el campo educativo correspondiente.En este punto cabe recordar que, si bien las
investigaciones en ciencias sociales y humanidades se
conciben como actividades científicas cuyos resultados
son conocimientos culturales y apreciaciones que permiten
comprender las expresiones humanas (Manual de
Frascati citado por Lozada 2004: 13), éstas se pueden
relacionar con la investigación educativa con temas
que "mejoren las condiciones de la enseñanza y orienten el proceso
educativo" (Lozada 2004: 30).Las innovaciones propiciadas a partir del estudio de la
Argumentación Discursiva, son susceptibles de tener
importante repercusión en la enseñanza de la
expresión oral en la lengua
franca de la región (el castellano), cuyos ámbitos de
aplicación comprenden dilatados campos, que contemplan
la
comunicación interpersonal, la formación
escolar, la formación académica de pre-grado y
post-grado, e incluyen esferas de aplicación en la
publicidad, la formación
política y el derecho.A manera de ejemplo, puede pensarse en la
instrucción para la expresión oral en
castellano orientada al debate de
ideas en el ámbito universitario; la mencionada
instrucción, que contemplaría la
producción de material educativo para la
asimilación de las características
fundamentales de mecanismos verbales (sean aquellos
planteados en la presente investigación u otros
varios) y su puesta en practica en sesiones de debate,
ayudaría a los estudiantes a expresar sus ideas con la
claridad y fuerza
necesaria para encontrar consensos en los problemas
planteados al interior de su institución o la
sociedad.Finalmente, se debe insistir en que las mencionadas
innovaciones no podrían realizarse si éstas no
contemplaran, en una primera etapa, investigaciones que
apunten a consolidar un sustento teórico
suficientemente fundamentado que pueda ser, en una segunda
etapa, difundido entre la comunidad
académica para que esos conocimientos producidos
puedan utilizarse en diferentes aplicaciones educativas
según las necesidades del contexto social en el cual
se desarrollen.- RELEVANCIA
- HIPÓTESIS
La formulación de una hipótesis, tradicionalmente, se concibe
como la explicación tentativa del fenómeno
investigado (Hernández et al. 2003: 140); esta
proposición, que constituye una respuesta tentativa a las
interrogantes formuladas para el estudio del problema de
investigación, debe enmarcarse en el planteamiento de tipo
descriptivo del presente estudio.
Así, el estudio emprendido en las siguientes
páginas presenta la formulación de una
hipótesis de investigación descriptiva, entendida
como una afirmación general a manera de guía de
investigación (Ibíd.: 149 y 167) .
En este sentido, la hipótesis de investigación
del presente estudio puede formularse en la presente
aserción:
Los mensajes presidenciales del ex-presidente boliviano
Carlos Diego Mesa Gisbert relacionados con la renuncia al cargo
durante el mes de marzo de 2005, destacan técnicas
argumentativas caracterizadas fundamentalmente por el uso del
lenguaje que manifiesta tentativas de persuasión sobre las
ideas expresadas en el discurso.
Por otra parte, si intentamos "didácticamente" concebir
la formulación previa en términos de la
tradición cuantitativa, se la puede plantear como una
proposición tentativa sobre las variables,
entendidas estas últimas como propiedades que tienen
variaciones que pueden observarse (Ibíd.: 142 y 144);
podemos pensar así, en las técnicas argumentativas
como propiedades del discurso que pueden variar en su
aparición y cuya variación es susceptible de
observarse.
Sin embargo, el uso del vocablo "variables" se considera
ligado a los estudios de tipo cuantitativo. Es conveniente
hablar, entonces, de "términos" o "conceptos" de la
hipótesis descriptiva formulada para el estudio del
fenómeno discursivo planteado en la presente
investigación, así como también es necesario
realizar la definición de los mismos (Ibíd.: 169 y
275).
Así, se definirá a las técnicas
argumentativas como procedimientos u
operaciones
verbales utilizadas para favorecer la adhesión de un
auditorio a las ideas formuladas por el orador en su
discurso.
El trabajo sobre estos elementos centrales en la
investigación (observación, registro y análisis) se
realizará considerando los datos, marcas u objetos
verbales/escritos (indicadores)
que revela el discurso. Estas marcas lingüísticas
tangibles en una instancia concreta (marcas que comprenden la
explicitación de categorías gramaticales como los
nombres o pronombres; asimismo, comprenden enunciados que
manifestarán designaciones nominales extensas o
descripciones), son denominados por Amossy (2000: 41)
"índices de alocución". En el estudio emprendido,
estos índices manifiestan las Técnicas
Argumentativas y permiten el estudio de sus
características, de esta forma se puede plantear el
trabajo de análisis argumentativo sobre las mismas. El
capítulo correspondiente al Método
ofrece mayores puntualizaciones sobre los índices de
alocución o unidades de registro utilizadas para conocer
las características argumentativas de las técnicas
empleadas en el discurso.
CAPÍTULO II: MARCO
TEÓRICO
- INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS
ARGUMENTATIVO Y AL ESTUDIO DEL DISCURSO
POLÍTICO Son variados los tratamientos teóricos efectuados
sobre un objeto de interés académico que ha
concitado la atención de los estudiosos del
lenguaje en los últimos años: el discurso.
Así, la pretensión de aclarar algunos
elementos relacionados con este hecho del lenguaje
multifacético y complejo, se presenta como el
fundamento para la realización del siguiente
desarrollo teórico.En este marco, iniciamos el estudio del objeto de
nuestro interés con un esbozo que caracteriza al
discurso, contemplando sus aspectos
lingüísticos, su entorno situacional y su
significación; esta mirada permite operacionalizar
una definición que, si bien no pretende ser
categórica, al menos plantea el desafío de
una consideración más amplia, en
relación con los aportes teóricos hechos por
pensadores contemporáneos inmersos en el
ámbito del estudio discursivo.Siguiendo esta línea, el tema tratado en la
segunda sección, ofrece un sucinto panorama
contemporáneo sobre las diferentes aproximaciones
que han tomado parte en el estudio del uso del lenguaje y
la manera en que se ha venido forjando el Análisis
del Discurso. Este panorama se presenta a partir de una
recapitulación de los tipos de Análisis del
Discurso que han venido constituyendo la disciplina y cuyas perspectivas
teóricas, brindan enriquecedores aportes para la
comprensión de los fenómenos discursivos en
la sociedad.Por su parte, la tercera sección propone la
descripción de las
características generales del estudio de la
argumentación discursiva, concebido como un tipo
particular de Análisis del Discurso cuyo
planteamiento contempla elementos retóricos,
lógicos y pragmáticos para el estudio de los
mecanismos verbales puestos en marcha para la
ejecución de una labor persuasiva orientada a un
auditorio. Asimismo, se presenta la dimensión
comunicativa de este tipo de análisis, proyectando
una caracterización del sujeto destinatario de los
mensajes; se permite vislumbrar las características
y el papel de un tipo particular de receptor en el
análisis discursivo-argumentativo: el auditorio.Cerrando la primera parte del marco
teórico, y circunscribiéndose en el
terreno de la eficacia de la palabra, se aborda el estudio
del discurso político, poniendo en relieve
las particularidades de esta forma del lenguaje cuya
acción y repercusión entre los
miembros de nuestras sociedades, hace necesaria una
revisión académica sobre el particular.La reflexión desarrollada está orientada a
comprender, de una forma más adecuada, los hechos
del lenguaje presentes en nuestra abigarrada sociedad,
desde una perspectiva de análisis alternativa.- LA NATURALEZA
DEL DISCURSO A pesar del apasionamiento y la casi
congénita desorganización con la cual se
aborda teóricamente el tema del discurso, se
debe rescatar el enérgico interés
presente al momento de tocar esta temática.Es evidente que circulan en nuestra sociedad, ideas
sobre el discurso desde diversas perspectivas y
ajustados propósitos académicos que,
más que permitir el avance progresivo en el
estudio de este hecho del lenguaje, lo entorpecen
apuntando hacia direcciones, muchas veces,
diferentes.Queda entonces, como una labor ineludible para los
investigadores sociales, la búsqueda de una
definición operativa que permita introducirnos
al estudio del discurso y, si bien ésta parece
una tarea ardua, compleja y constante, a su vez, se
hace muy necesaria entre quienes ven en este estudio,
una condición indispensable para la
comprensión de los fenómenos
comunicativos en la sociedad.El presente análisis intenta recuperar
elementos teóricos que permitan elucidar las
principales características del discurso. Los
aportes conceptuales de los pensadores
contemporáneos, componen la base sobre la cual
se especificarán elementos útiles para el
análisis de los fenómenos comunicativos
presentes en la sociedad y la realidad local. El
planteamiento desarrollado a continuación,
describe algunas relaciones del discurso con elementos
lingüísticos, situacionales y
semánticos que propicien una aproximación
a sus características en estos
ámbitos.- RELACION CON EL CÓDIGO
LINGÜÍSTICO La incuestionable relación del discurso
con la lengua, o código
lingüístico, puede remontarse hasta las
ideas matrices planteadas sobre el estudio
contemporáneo del lenguaje.Ferdinand de Saussure, reorganiza el estudio de
los hechos del lenguaje a partir de una
división metodológica, que presenta
la existencia de una lingüística de la
lengua y una lingüística del habla.
Dichas "lingüísticas" no pueden
concebirse sino en relación complementaria,
sin embargo, Saussure opta esencialmente por el
estudio de la primera considerando secundario el
estudio del habla (Saussure, 1987: 59-62). Esta
división, conlleva las consecuencias de
considerar el estudio del sistema lingüístico sin
su correlativa actualización en la comunicación: en
términos saussurianos, la lengua, que
es el objeto de estudio de la
lingüística propiamente dicha, se
definirá como un código
estático y de naturaleza social, mientras
que el habla existirá como la
utilización de este código en la
actividad enunciativa individual (Ducrot y Todorov,
1981).En concordancia con los términos
anteriormente descritos se puede pensar
inicialmente desde la perspectiva del presente
estudio, que el discurso, categoría que no
se inscribe de manera cabal en la concepción
ni los niveles de lengua planteados por los
seguidores de la lingüística
estructural de Saussure, se sitúa fuera de
ella en el nivel del habla como un producto de la
actividad lingüística.Pero, ¿Cómo se puede pensar este
producto lingüístico? Su
producción estará íntimamente
ligada tanto al código
lingüístico, como a las situaciones de
comunicación donde se manifiesta; podemos
pensar en él como una forma que adopta
el
lenguaje a través de la
actualización de la lengua en
situación comunicativa. El discurso
estará compuesto, entonces, necesariamente
por elementos que conforman el código
lingüístico, elementos que se
actualizan en el discurso y serán
susceptibles de considerarse como unidades de
análisis.Al respecto, Otero (en Chomsky 1987: 164, 166 y
173) define al discurso estructuralmente, como una
secuencia de oraciones relacionadas, donde la
oración es caracterizada como la frase
más larga y la frase (en ocasiones
identificada con el término sintagma) se
concibe como una cadena de palabras que forma una
unidad natural. Generalmente, se asigna a estas
unidades un significado de tipo proposicional
independiente de cualquier relación fuera
del código.Esta estructura lingüística
del discurso (oraciones y frases unidas en
secuencia), será explicada por la gramática del texto que se encargará de
estudiar las regularidades sistemáticas que
empíricamente se hayan emitido en el
discurso; así el discurso puede
diferenciarse definiéndose como una unidad
observacional, es decir, una emisión
discursiva; por su parte el texto se
encontrará en un nivel más cercano a
las estructuras abstractas (Van Dijk
1996a: 20 y ss.). Tanto texto como discurso, bajo
la forma que asuman (sean diálogos,
emisiones radiales, textos literarios, discursos
políticos, etc.) serán considerados
como un todo textual coherente y no
simplemente una serie de frases o enunciados (Rosa
1978: 113).Los elementos lingüísticos referidos
(frases u oraciones) al momento de actualizarse en
el discurso, formarán parte de un plano de
realización opuesto a la lengua
identificándose, entonces, con otra
categoría apropiada para un análisis
de constituyentes en el discurso: el
enunciado.Fuentes (2000: 92 y ss.), lo define como la
unidad mínima de comunicación de un
hablante en unas circunstancias enunciativas; dicha
unidad constituye un solo acto del decir que
gramaticalmente no necesariamente coincide con la
oración (ni sus límites) pues el enunciado
está delimitado principalmente por
entonaciones y pausas. Asimismo, el enunciado
constituirá unidades mayores ya que el
párrafo es caracterizado como
un conjunto de enunciados y la secuencia, como un
conjunto de párrafos, ambas unidades
delimitadas también por su contenido
semántico.Esta continuidad verbal de tamaño
variable (el enunciado), al situarse en el plano de
la actualización del código
lingüístico, deberá considerarse
como un producto discursivo: un objeto concreto escrito u oral (Charaudeau
y Maingueneau 2002: 221; Van Dijk 1996b: 79).Por lo anteriormente mencionado, puede
concebirse operativamente al enunciado,
desde la perspectiva de la presente
investigación, como un producto
observacional del código (un objeto escrito
u oral) constitutivo del discurso que actualiza,
principalmente, sintagmas y oraciones
lingüísticas. La variabilidad de
sus límites coincidirá, no
necesariamente con las unidades
lingüísticas, sino con la
expresión de una unidad comunicativa (donde
un emisor transmite a un receptor un sentido o una
idea completa); consecuentemente, el discurso
estará integrado por enunciados y otras
unidades observacionales mayores (párrafos y
secuencias).Esta manera de abordaje conceptual que considera
al código lingüístico como
propiciador de enunciados y, por tanto, del
discurso, debe considerar también otras
relaciones con la situación comunicativa
(tal como se discurre en el apartado siguiente) ya
que el discurso tiende a considerarse,
generalmente, como un texto en contexto (Adam
citado por Charaudeau y Maingueneau 2002: 186).La relación que existe entre el discurso
y la lengua puede considerarse integral,
únicamente si se considera también
conceptos como el de enunciación,
situación de discurso y
significación. La contribución de
Ducrot 1981, es fundamental para entender las dos
primeras concepciones.La enunciación es concebida por el
autor, como el proceso de producción
lingüística donde los elementos del
código de la lengua complementan su sentido
en función a factores que varían
según las diferentes situaciones en las que
se realiza el proceso.Asimismo, cuando el autor nos remite a un
plano de la enunciación lo define
como un acercamiento al fenómeno del
lenguaje, que se interesa por las relaciones entre
los protagonistas del discurso: locutor, receptor y
referente. Este plano también toma en cuenta
aspectos tales como la descripción de la
enunciación, la situación
espacio-temporal y la actitud del locutor hacia el
discurso o hacia el referente.En lo referente a la situación de
discurso, ésta se define como el
conjunto de circunstancias donde se realiza un acto
de enunciación. Su conocimiento se hace
necesario para determinar los referentes, elegir
una interpretación ante la
ambigüedad, determinar sus componentes
pragmáticos finales y la normalidad de la
emisión en determinadas situaciones.Podemos afirmar, bajo las anteriores
consideraciones, que todo discurso adquiere un
carácter socio-cultural que necesita
interpretarse no solamente en función de sus
características lingüísticas,
sino también a partir de las relaciones con
su entorno inmediato de producción.
Entendiéndolo de esta manera, la Escuela Francesa de Análisis
del Discurso, concibe al objeto de su estudio como
la huella de un acto de comunicación
determinado socio-históricamente (Charaudeau
y Maingueneau, 2002).Así, se puede pensar en el ejemplo
concreto del análisis retórico sobre
el llamado discurso político, donde se
enfatiza la eficacia de este discurso a partir de
sus repercusiones en un entorno social y en un
momento de la historia determinado donde deben
tomar decisiones sobre aspectos que hacen a su
relación con el
Estado. En este caso se manifiesta la
cercanía de este producto
lingüístico a uno de los protagonistas
participantes de la enunciación, el
receptor; a quien se debe convencer a través
de los planteamientos que se expresan en este tipo
de discurso.De la misma manera, en lo referente a la tercera
concepción a tratar, y ante la
confrontación de un aspecto especialmente
complejo como la significación,
Prieto (citado por Rosa 1978) atribuye al enunciado
esta propiedad, que implica la
participación del contexto
lingüístico, contexto situacional y los
interlocutores para producir un resultado
semántico basado en esta interacción.
Asimismo, el autor sugiere que los estudios que
conforman una lingüística del discurso
entienden a la significación inevitablemente
conexa al acto del discurso y al habla.Consecuentemente, el discurso producirá
significaciones que derivan de la constante
interacción de elementos
lingüísticos materializados, la
situación discursiva y sus protagonistas. De
esta manera, se evidencia la necesidad de
relacionar los elementos del código
lingüístico presentes en el discurso,
los protagonistas del mismo y la situación
del discurso para acceder a una
complementación mutua del sentido
global (coherente y relativamente
autónomo) que admite esta forma del
lenguaje.- ELEMENTOS SITUACIONALES Y
SIGNIFICACIÓN - LA LINGÜÍSTICA DEL
DISCURSO
- RELACION CON EL CÓDIGO
- LA NATURALEZA
Ante la creciente proliferación del término
discurso, entendida como un síntoma de un cambio en la
manera de concebir el lenguaje, Maingueneau (citado por Amossy,
2000: 15) define la Lingüística del Discurso como un
conjunto de investigaciones que se acercan al lenguaje poniendo
en primer plano la actividad del sujeto hablante, la
dinámica enunciativa y la relación a un contexto
social.
Según Charaudeau y Maingueneau (2002: 187 y ss), el
mencionado cambio resulta de la repercusión de algunas
ideas centrales que ha venido planteando la pragmática.
Dichas ideas que pueden resumirse de la siguiente manera:
- El discurso moviliza estructuras de mayor
extensión y de un orden diferente al de la frase. - El discurso está orientado en función de
una intención del emisor. - El discurso es una forma de acción ya que toda
enunciación es un acto que intenta modificar una
situación particular. - El discurso es interactivo, supone la presencia de un
receptor en función de quien se construye un
discurso. - El discurso está contextualizado pues se asigna
sentido a los enunciados en base a la relación que
establecen con un escenario o contexto. - El discurso está regido por normas ya que
los actos del lenguaje implican reglas sociales
particulares. - El discurso se concibe en una relación
interdiscursiva, que establece ciertos nexos entre los
discursos existentes en un momento histórico
determinado.
Los aportes teóricos que se han realizado sobre el uso
del lenguaje en su contexto social, permiten tener una idea
más clara del objeto de estudio que, esta vez, se plantea
en un espacio que permita pensar la lingüística de
otra manera y permitir su interacción con nuevos
planteamientos en un plano más cercano al uso de los
signos, sin
que esto implique olvidarnos del sistema lingüístico
en el que se fundan.
Al haber planteado, al menos panorámicamente, las
relaciones que establece el discurso con elementos
lingüísticos, situacionales y significativos, la
propuesta de una definición operacional que nos permita
trabajar sobre el mencionado fenómeno, no puede menos que
incorporar estos aspectos en su formulación.
El código lingüístico es el sustento
estructural del discurso, su actualización en una
situación real implicará su ubicación en un
contexto material, social y cultural que brindará
elementos adicionales a este reflejo de la construcción lingüística. La
interrelación con estos elementos producirá
repercusiones en la significación del discurso.
Las reflexiones desarrolladas a lo largo del presente
planteamiento, permiten concebir al discurso, desde la
perspectiva del presente estudio, como aquel todo coherente de
enunciados lingüísticos que, actualizado en la
situación de discurso, adquiere significados basados en
las múltiples relaciones que (intra y
extra-discursivamente) concurren al acto de su enunciación
en el interior de una sociedad.
Esta manera de aproximación al discurso, reviste una
importancia fundamental ya que permite destacar y analizar
aspectos que anteriormente se habían descuidado o
considerado como secundarios e irrelevantes al estudio del
sistema lingüístico.
Así, el estudio contemporáneo del lenguaje exige
que se considere su uso en su contexto social, como una manera
enriquecedora de entender a este fenómeno
multifacético.
- ANTECEDENTES Y TIPOS DE ANÁLISIS DEL
DISCURSO Para los estudiosos del lenguaje, el Análisis del
Discurso (AD) ha venido adquiriendo una importancia
capital
al momento de constituirse en un campo fructífero
para el estudio interdisciplinario de los fenómenos
del discurso. Así, disciplinas como la
lingüística, la sociología y la psicología, entre otras, ha reclamado
para sí este objeto de estudio que ha ocasionado,
muchas veces, una reformulación de temas capitales
al interior de estas disciplinas.Es en este entendido que, autoras como Suaznábar
(citada por Alarcón 1998: 15-22) y Martinez (2001:
11), expresan la necesidad de enfocar el estudio del
discurso desde distintas perspectivas que puedan entenderlo
ya sea como un encadenamiento de oraciones, como un
producto semántico de los hablantes o como otras
formas más específicas circunscritas al
estudio de diferentes disciplinas. Esta aproximación
o tratamiento interdisciplinario, según las autoras,
se evidencia al momento de estudiar el uso del lenguaje que
ejercen los interlocutores en su espacio social: en los
contextos de emisión y recepción
diferenciados.Ciertamente, existe un alto grado de credibilidad en el
criterio anteriormente expresado ya que, al tratarse de un
fenómeno que sobrepasa los límites
tradicionales de estudio de las disciplinas con él
relacionadas, se necesita del apoyo conjunto de las mismas,
pues los fenómenos sociales no pueden concebirse
aislados de la influencia de las múltiples variables
que los constituyen en la realidad cotidiana.De esta manera, revisaremos a continuación
algunas propuestas teóricas que permitirán
entender el amplio campo que abarca el AD dentro de las
ciencias sociales y humanísticas
contemporáneas.- EL ANALISIS
DEL DISCURSO Y LOS ESTUDIOS SOBRE EL DISCURSO El tratamiento que se ha dado al discurso en los
últimos años permite, a autores como
Charaudeau y Maingueneau, definir al AD como una
"discipline relativement récente" (2002:
41) cuyas definiciones son amplias cuando se lo
considera equivalente a los estudios del discurso;
asimismo, estas definiciones pueden ser restrictivas
cuando se distingue al AD desde las disciplinas que
toman el discurso por objeto.El surgimiento de ésta disciplina,
según los autores, resulta de la convergencia de
corrientes recientes y otras antiguas renovadas (e.g.
la retórica) dentro del estudio del lenguaje.
Así, durante los años sesenta, se esbozan
las corrientes que constituirán el actual campo
del AD: la etnografía de la
comunicación, el análisis de la
conversación, la pragmática, la teoría de la enunciación y
la lingüística textual. A estas corrientes
se les suman aquellas reflexiones desarrolladas en
otros dominios de las ciencias sociales y humanas como
aquellas planteadas por Foucault (sobre la
circunscripción socio histórica de los
discursos) y Bajtín (sobre el carácter
dialógico del lenguaje).Sobre este punto, cabe reasaltar lo expresado por
Verón (citado por Marafioti 2002: 92-94) cuando
menciona que el concepto de Discurso apareció en
los años setenta posibilitando, a través
de esta idea, una ruptura conceptual con la
lingüística de la lengua y la teoría
generativa-transformacional. Esto debido al
énfasis dado a la naturaleza social del lenguaje
como práctica discursiva, haciendo que el
concepto de discurso no fuera concebible en el plano
del sistema lingüístico abstracto.De esta manera, los análisis del discurso
como un uso social del lenguaje, esto es, la
actualización del sistema
lingüístico o lengua en una
situación concreta de comunicación, se
encuentran albergados por el amplio paraguas del campo
de estudio interdisciplinario que constituye el AD, que
desde estas distintas corrientes y disciplinas, examina
el discurso puesto en marcha en su contexto social.- LOS POLOS
FORMALISTA Y FUNCIONALISTA EN EL ANÁLISIS DEL
DISCURSO
- EL ANALISIS
Desde una visión más cercana al estudio de la
oralidad, Vinch y Zabala discuten sobre lo que ellos denominan
"los diferentes enfoques" (2004: 45) del AD, cuya base, son los
grandes paradigmas de
la lingüística contemporánea.
Así, los autores indican que uno de los paradigmas
fundamentales es el denominado formalista, que concibe al
lenguaje como un fenómeno mental; es decir, como un
sistema autónomo y homogéneo cuya gramática
interna, en sus diferentes niveles, constituye el objeto de
estudio de la lingüística. Este paradigma
excluye aspectos sociales externos ya que éstos son ajenos
al sistema y no interfieren en su organización interna; su perspectiva
principal es la gramática generativa transformacional de
Chomsky.
El otro paradigma es el denominado funcionalista, que se
caracteriza por la prioridad que muestra sobre el
estudio del habla como fenómeno social; de esta manera,
los estudios bajo este paradigma enfatizan las funciones
sociales que cumple el lenguaje y, si bien estas funciones son
externas, hacen parte de su naturaleza e inciden en el sistema
lingüístico que origina los hechos del lenguaje.
A este respecto, Martínez (2001), también
coincide en señalar que la lingüística tuvo
dos grandes momentos de desarrollo: el primero, ya referido, es
el estructuralismo cuyos inicios se remontan a
inicios del siglo veinte, mientras que el segundo gran momento,
se caracteriza como el giro lingüístico de mediados
del mismo siglo (hacia los años setenta) con la
teoría de los actos de habla y sus condiciones de
producción que estudia la pragmática.
Estos autores diferencian la manera en que se ha concebido el
estudio del lenguaje en los últimos años. Estas
visiones o maneras de encarar el estudio del lenguaje han
desarrollado diversos trabajos sobre la lingüística y
el discurso; esta variedad ha puesto de manifiesto la necesidad
de establecer un criterio de clasificación que permita
ubicarlos según las visiones dentro de las cuales han sido
concebidos.
De esta forma, se retoma el planteamiento de Vinch y Zabala
sobre los paradigmas formalista y funcionalista
considerándolos como dos polos de un continuo que alberga
diferentes tipos de AD que contemplan las siguientes
características (2004: 45 y ss.):
Polo Formalista del | Polo Funcionalista del |
|
|
Así planteado, el AD incluirá distintos
tipos de estudios que se encontrarán más cercanos a
cada uno de los polos, esto sin necesidad de que los trabajos
realizados desde una u otra manera de encarar el discurso,
excluyan la posibilidad de un análisis mixto que incluya
tanto elementos característicos de estudios
próximos al polo formalista, como aquellos cercanos al
polo funcionalista.
- TIPOS DE
ANÁLISIS DEL DISCURSO DE CORTE
FUNCIONALISTA Al acercarnos al polo funcionalista del AD se debe
considerar, al menos brevemente, algunos de los tipos o
variedades de AD; variedades significativas por la manera
en que estas investigaciones se han acercado al estudio del
uso del lenguaje en su contexto social.Entre los tipos de AD, tenemos al Análisis
de la Conversación cuya principal
preocupación gravita sobre la interacción en
el habla, los detalles referenciales y de sentido que
proyecta esta interacción subordinada al contexto de
su emisión (Wood y Kroger 2000). Este
análisis se inscribe en la tradición
anglosajona que concibe al discurso como una actividad
interactiva (Charaudeau y Maingueneau 2002).Por otra parte, tenemos al Análisis
Crítico del Discurso que es una variedad del AD que
pone en relieve el estudio de las relaciones entre lenguaje
y poder.
Según Wood y Kroger, este análisis enfoca
problemas
sociales y la mediación discursiva inherente a
ellos, incorporando una perspectiva histórica y
crítica. Este tipo de análisis
intenta intervenir, a través del uso
lingüístico, en la construcción social
de la realidad para cambiar las relaciones de poder entre
los grupos
dominantes y dominados de la sociedad (Vinch y Zabala,
2004).La pragmática, considerada como un tipo de
AD, estudia los significados producidos por el uso del
lenguaje a través de herramientas metodológicas como los
actos de habla, las implicaturas conversacionales, la
deíxis, los marcadores y los modalizadores (Wood y
Kroger 2000).Otro tipo de AD, entendido como un punto de vista
específico sobre el discurso persuasivo, es la
retórica (Antezana 1977), que llega hasta nuestros
días como el estudio la elocutio o el
discurso figurado. Esta aproximación ha tenido un
afán clasificatorio que ha descuidado otros aspectos
por demás importantes (e.g. el papel del
ethos oratorio en el discurso retórico) que
hacen al estudio emprendido por la retórica
clásica y las teorías contemporáneas de la
argumentación.Finalmente, puede apuntarse una variedad del AD
identificada bajo la denominación de
Psicología Discursiva Social. Wood y Kroger (2000)
atribuyen a esta versión de AD desarrollada en la
psicología social, la
reelaboración de conceptos de psicología
cognitiva como la
memoria, la percepción, etc., a partir de ideas
del AD. Lo importante a destacar con esta
aproximación al estudio de fenómenos
discursivos, es que se la puede considerar como un tipo de
AD surgido desde una disciplina humanística
particular diferente a la lingüística o la
semiología.Dentro de las contribuciones teóricas
realizadas al AD desde otras perspectivas funcionales,
más ligadas a dominios como el de la historia de las
ideas, es imprescindible citar la teoría del
discurso trazada por M. Foucault. Esta es una teoría
que permite al AD adoptar ciertas nociones desarrolladas
por el pensador francés y aplicarlas a los estudios
relacionados con el uso del lenguaje en su contexto
social.En este sentido, Charaudeau y Maingueneau (2002)
nos acercan a las nociones de discurso,
formación discursiva y práctica
discursiva que plantea el filósofo
francés. Dichas nociones son adoptadas y empleadas
por la Escuela Francesa de AD de los años sesenta y
setenta para el estudio de los fenómenos
discursivos.Charaudeau y Maingueneau indican que el pensador
francés entiende al discurso como un conjunto
de enunciados que pertenecen a una misma formación
discursiva. Cabe mencionar sobre esta definición,
que Foucault entiende a los enunciados de una manera
más pragmática que lingüística:
los enunciados se entienden como eventos
enunciativos que irrumpen en la historia.Así el filósofo francés
menciona que lo que es el discurso se vincula estrechamente
con "(…) su realidad material de cosa pronunciada o
escrita (…)" (Foucault 1970: 2); de esta manera, se
percibe la verdadera cercanía de las ideas del
autor, a una manera de encarar el lenguaje desde su uso en
un contexto social particular.Asimismo, la noción de formación
discursiva formulada por Foucault, originalmente es
concebida por el pensador francés como un sistema de
reglas alejado de la puesta en escena de un texto,
entonces, alejado del marco del AD. Posteriormente,
Charaudeau y Maingueneau atribuyen la introducción de la idea al AD a M.
Pecheux. Este autor, desde una visión marxista,
indica que toda formación social (resultado de la
relación entre clases
sociales) implica la existencia de formaciones
ideológicas que incluyen posiciones que mantienen
entre ellas relaciones de antagonismo o alianza.
Así, estas formaciones ideológicas
incluirán a su vez, una o más formaciones
discursivas que determinan lo que puede y debe ser dicho
desde una posición en una coyuntura
específica.De esta manera, la noción de
formación discursiva para La Escuela Francesa de AD,
designa a todo conjunto de enunciados
socio-históricamente circunscritos que se pueden
relacionar a una entidad enunciativa, e.g. el discurso
comunista, el discurso de un gobierno, de una ciencia,
etc.En tercer lugar, Charaudeau y Maingueneau
describen otro elemento utilizado por la Escuela Francesa
del AD a partir del aporte de Foucault, es la denominada
práctica discursiva. El término
discurso esta muy cercano al de práctica
discursiva ya que ambos hacen referencia al lenguaje en
uso, sin embargo, ésta última permite la toma
de una posición teórica al considerar al
discurso como una forma de acción sobre el mundo,
particularmente, sobre las relaciones de fuerza en la
sociedad.Foucault, destaca al respecto:
"(…) el discurso no es simplemente aquello que
traduce las luchas y los sistemas
de dominación, sino aquello por lo que, y por medio
de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno
adueñarse (…)" (Foucault 1970: 2).Así, la principal contribución de la
teoría de M. Foucault al AD, se traduce en el
entendimiento del discurso como un hecho histórico,
situado socialmente en una formación discursiva cuya
acción sobre la realidad se da, únicamente, a
través de la praxis
del lenguaje.- EL APORTE DE
FOUCAULT AL ANÁLISIS DEL DISCURSO - CONSIDERACIONES
EN TORNO AL TEMA
Ante la concepción del AD como un campo de
estudio interdisciplinario conformado por investigaciones que
tienen como objeto de estudio al uso social del lenguaje, se
deduce que una manera adecuada de clasificación de los
mismos, se realizará en función a los paradigmas
lingüísticos funcional y formal. El establecimiento
de los estudios del discurso en algún lugar del continuo
que forman los polos funcionalista y formalista anteriormente
referidos, permiten situar, de manera esquemática y
operativa, a los diversos tipos de AD que se desarrollan en la
actualidad.
Asimismo, no se debe pasar por alto el aspecto
relacionado con el origen y desarrollo de otros tipos de AD a
partir de las diferentes disciplinas sociales y
humanísticas que tienen como objeto de estudio al
discurso; así, podemos hablar de un análisis del
discurso desde la sociología, la psicología, la
lingüística, etc. cuyos valiosos aportes, permiten el
fortalecimiento del AD.
Los enfoques funcionalista y formalista nos permiten
pensar en el desarrollo de Escuelas que serán las
corrientes o tendencias en cuyo seno se desarrollan
teorías y tipos de AD. Estas variedades de AD deben
propender a un tratamiento interdisciplinario (o al menos
multidisciplinario), de los fenómenos discursivos
susceptibles de análisis; sólo de esta manera puede
pretenderse un entendimiento medianamente acertado sobre su
enorme complejidad y definir sistemáticamente sus
características en un contexto comunicativo
particular.
Se puede plantear a manera de resumen, el siguiente
esquema que sitúa el estudio emprendido en el campo del
Análisis del Discurso:
- EL ANÁLISIS ARGUMENTATIVO:
APROXIMACIONES TEÓRICAS Y
DEMARCACIÓN El conocimiento de las principales aproximaciones
contemporáneas al estudio de la argumentación
en el discurso, permiten acercarnos a una
comprensión más adecuada de sus campos de
acción, sus objetos de estudio y sus métodos
de análisis. En este entendido, se hace necesaria
una revisión, al menos general, de los acercamientos
retóricos, lógicos y pragmáticos que
se ocupan del tema en cuestión. Este breve repaso,
permitirá reflexionar sobre las bases que
constituyen el análisis de la argumentación e
iniciarnos en el estudio de la eficacia del discurso en
nuestra sociedad.- APROXIMACIONES
RETÓRICAS Los estudios que desde la retórica se
realizan sobre el fenómeno de la
argumentación, deben considerarse en sus dos
vertientes más importantes que son la
retórica de Aristóteles y los aportes
realizados desde la teoría de la
argumentación planteada por Ch.
Perelman.Aristóteles (citado por Amossy 2000)
considera que el
hombre ejerce influencia mediante el uso del
discurso y, en su obra, la retórica analiza la
facultad de considerar, para cada tema, lo que puede
ser conveniente a persuadir.La retórica clásica está
marcada por un profundo carácter social y
cultural que se desenvuelve en el espacio
político e institucional de la polis
griega, donde el arte
de persuadir se ejecuta ante el libre juicio de sus
miembros, de manera que se permita el orden de la
justicia y el funcionamiento de la
democracia.En la concepción Aristotélica,
el discurso retórico se concibe como destinado a
un auditorio al que intenta influenciar,
sometiéndolo a posiciones susceptibles de
aparecer ante él razonables. La retórica
se practicaba en todos los dominios donde se debe
adoptar una opinión fundada en lo que parece
creíble, ya que lo que importa en los asuntos
humanos raramente es el orden de la verdad demostrable
o demostrada: lo probable y lo opinable constituyen el
horizonte y la fuerza de la retórica.En este entendido, el discurso retórico
se definirá como aquel que, inserto en un
proceso de comunicación, intenta actuar sobre
las mentes y las acciones de su auditorio a
través de estrategias verbales.Según la concepción
aristotélica, este discurso exige del auditorio
la capacidad de razonar (el término griego
logos designa al pensamiento y la palabra) a
través de dos operaciones principales: la
primera, el entimema que es un silogismo incompleto
resultado de un proceso de deducción y, la segunda que es el
ejemplo, entendido como, una analogía procedente
de una inducción.Asimismo, se asigna similar importancia a otro
de los elementos substanciales de la persuasión
retórica: el ethos. Este refiere a la
imagen del orador que, proyectada en el
discurso, contribuye a su efectividad a través
de las características de autoridad o credibilidad
reflejadas.Finalmente, el tercer gran elemento a
considerar dentro del planteamiento
aristotélico, es el pathos, que se
entiende como la emoción y pasiones que se
intentan suscitar en el auditorio, de manera que
mediante la sensibilización, éste pueda
adherirse a los planteamientos formulados.Cabe mencionar que tanto el logos, como
el ethos y el pathos, se conciben en la
visión aristotélica como un conjunto
indisoluble que hace del discurso persuasivo, el
motor de la acción
social.Por otra parte, en lo referente al enfoque que
brinda Perelman (citado por Marafioti 2002:190-191),
éste intenta construir una teoría de la
argumentación que analice los medios de prueba en las ciencias humanas
a partir de una visión que parte desde el
esquema jurídico.El modelo que propone Perelman, se
relaciona con las condiciones de probabilidad y provisionalidad de la
dialéctica aristotélica, definida como el
arte de razonar a partir de las opiniones aceptadas;
esto es, considerar lo opinable como verosímil:
se puede deliberar y argumentar con razones admisibles
para conseguir la adhesión del auditorio. Se
entiende como "justo" no solamente lo legal y
equitativo, sino lo "justificado" o
fundamentado.La situación de conflicto, se establece como punto
inicial de la argumentación; dicha
situación debe ser resuelta por una
decisión originada en el discurso que opera
sobre el auditorio, y ésta decisión
estará acompañada de motivaciones
orientadas a persuadir.La función de la argumentación
es, entonces, la regulación de conflictos generados por el encuentro de
sistemas de valores e ideas diferentes; al no
poderse demostrar completamente los sistemas de
valores, estos se consideran razonables; el fin de la
argumentación es, consecuentemente, el de
proponer modelos de lógica práctica que
permitan la toma de
decisiones.Desde esta perspectiva, la
argumentación se opone a la demostración
filosófica porque esta última es un
cálculo en función a
reglas del pensamiento que llevan a una
conclusión a partir de premisas indiscutibles
(axiomas). La argumentación es, más bien,
un encuentro de pensamientos donde el orador desea
persuadir y el auditorio está dispuesto a
escuchar. Asimismo, su realización modifica el
estado de las cosas: las sociedades
contemporáneas poseen instituciones destinadas al debate y
otras que ejecutan acciones que modifican la realidad
en base a los resultados de este debate.La diferencia fundamental entre el
planteamiento perelmaniano y las aproximaciones
lógicas, es que el primero trabaja con un
auditorio y resalta su importancia en la
argumentación mientras que el segundo considera
al auditorio como un elemento ajeno al
fenómeno.Perelman define al auditorio como el conjunto
de aquellos en quienes el orador quiere influir con su
argumentación y, siendo el discurso portador de
razón, ésta debe ser compartida con un
auditorio; de ésta manera, lo compartido
adquiere un valor de racionalidad necesario para
cualquier argumentación. El orador busca,
entonces, la coincidencia de su discurso con las ideas
del auditorio y es esto precisamente lo que lo
diferencia de otro tipo de discurso.En este entendido y pensando en lo que se
puede denominar, desde la perspectiva del presente
trabajo, una "veracidad convencional", la
argumentación no tiene presente la noción
de verdad absoluta pues no busca aproximarse a ella,
sino busca influenciar en un auditorio y, a partir de
la toma de conciencia de este tipo de receptor,
orientar las actividades lingüísticas y
modelar la estructura de los argumentos en la
situación retórica. La fuerza de los
argumentos, entonces, proviene de la situación
comunicativa más que de su noción de
verdad: un argumento es fuerte si provoca
adhesión, su valor está determinado por
el auditorio.Finalmente, el enfoque perelmaniano diferencia
tres clases de auditorios: el universal (referente a
todos los hombres capaces de razonar), el interlocutor
(particular en el dialogo), el propio sujeto (en la
deliberación interna). Para el primer caso, se
advierte que los hombres dotados de la misma capacidad
adoptarán las mismas conclusiones, mientras que
en el segundo caso, se concibe al auditorio como una
muestra (un representante) de una clase de oyentes; en el tercer caso, se
advierte una polifonía interna.Las teorías contemporáneas de la
argumentación se inscriben en la
filosofía como una alternativa a la
lógica formal que no se muestra adecuada para el
estudio del lenguaje natural (Amossy, 2000).Las aproximaciones al fenómeno,
plantean el estudio de una lógica propia de la
argumentación, que incluye operaciones
cognitivas y una organización concreta en una
situación comunicativa.La disciplina denominada lógica
informal se centra en la construcción del
razonamiento válido en la vida diaria, fuera de
los marcos de la lógica formal; se pregunta por
la naturaleza, estructura y validez de los argumentos.
Su interés por los argumentos engañosos,
o paralogismos (en inglés, fallacies), la
llevó a tener una orientación normativa
hacia un razonamiento válido y una
argumentación honrada.Por otra parte, J.B. Grize (1990; citado por
Amossy, 2000), plantea una lógica natural donde
intenta establecer un modelo de argumentación
que considera funcionamientos lógico-discursivos
en una escena de comunicación. Así,
mediante la argumentación se intentará
hacer compartir una visión a nuestro
interlocutor, a través de la modificación
de las representaciones que se le exhiben.Estas representaciones, para Grize, son las
imágenes pre-concebidas del
objeto y de los participantes del intercambio verbal
que tienen el orador y el destinatario antes de la
ejecución del discurso. Estas representaciones
se asientan en el discurso como esquematizaciones, que
son sus formas simplificadas; estas esquematizaciones,
a su vez, construyen imágenes que son el
producto del proceso de
interlocución.El aporte fundamental del presente enfoque es
el de concebir a la argumentación como un
discurso que, desarrollado en una situación de
comunicación, modela las maneras de pensar de
los participantes a través de la
modificación de las imágenes y
preconceptos que expresan los actores de la
interlocución.- APROXIMACIONES
LÓGICASLos aportes de Anscombre y Ducrot (citados por
Escandell 1993) se inscriben en la teoría de la
argumentación francesa, que centra su
atención en ciertos tipos de adecuación
de los enunciados al contexto
lingüístico.Los autores describen los principios que rigen los encadenamientos
argumentativos y que dependen de la estructura
lingüística de los enunciados. Se muestran
los elementos, reglas y principios que determinan
la
organización externa y la
interpretación de las
argumentaciones.Bajo este enfoque, argumentar se entiende como
dar razones a favor de una conclusión: un
enunciado, o un conjunto de ellos (argumentos), hacen
admitir otro enunciado (conclusión). La
argumentación como relación discursiva,
liga argumentos a una conclusión y los presenta
como si fueran buenas razones para apoyarla.Este tipo de acto ilocutivo (la
argumentación) es realizado a través de
la forma lingüística de los enunciados,
para hacer admitir una conclusión a un
interlocutor. La teoría de la
argumentación se ocupa de los medios que
proporciona la lengua para orientar argumentativamente
sus enunciados.Las diferencias que se establecen entre la
argumentación lógica y la discursiva,
radican principalmente en que la primera, tiene un
número de argumentos determinados previamente y
la conclusión es automática, mientras que
en la segunda, puede haber un número mayor de
argumentos (implícitos o explícitos,
fuertes o débiles) que lleven a conclusiones
diferentes.Asimismo, los medios lingüísticos
externalizan y orientan argumentativamente los
enunciados a través de marcadores argumentativos
que afectan a un enunciado (operadores) y enlazan dos o
más enunciados (conectores). Los operadores
generalmente restringen los encadenamientos posibles de
un argumento, mientras que los conectores convierten en
una unidad argumentativa a un conjunto de enunciados.
La clasificación de los conectores se realiza en
base a su función, valencia y
orientación; el siguiente esquema presentado por
Escandell (1993) resume sus propiedades:En último lugar, el planteamiento de
Anscombre y Ducrot, considera elementos de tipo
conceptual que intervienen en la relación
argumentativa: las escalas argumentativas y los
topoï o lugares comunes. En el primer caso,
se establece la ordenación de un conjunto de
argumentos en virtud de su fuerza argumentativa; el
segundo caso, concibe a los topoï como
reglas de razonamiento admitidas por una sociedad, que
establecen una correspondencia entre enunciados, de
esta manera se puede pensar en una lógica propia
de la argumentación. - APROXIMACIONES
PRAGMÁTICASA partir del análisis de los estudios
realizados en los ámbitos en que se inscribe la
argumentación, Amossy 2000, esboza los
principios y el objeto de estudio de la teoría
de Análisis Argumentativo (AA) que a
continuación se plantea.Es así que al referirse a los
principios del AA, se diseña una
aproximación a la argumentación basada
en: a) un acercamiento fundado en el uso del lenguaje
en un b) contexto comunicativo que contemple un c)
intercambio activo entre orador y auditorio para
establecer las bases del acuerdo; asimismo, se
consideran los d) recursos estilísticos
presentes en el discurso argumentativo que se e)
concibe como un todo coherente de
enunciados.En lo referente al objeto de estudio del AA,
Amossy distingue entre los conceptos de
dimensión e intención
argumentativa. Los discursos inscritos en una
dimensión argumentativa implican
únicamente la transmisión de un punto de
vista sobre las cosas, donde no se busca expresamente
la modificación de las posiciones del
interlocutor. Esta dimensión no se debe
confundir con los discursos cuyas intenciones son
argumentativas e implican un trabajo de
persuasión, sostenido por una intención
consciente que ofrece estrategias programadas a ese
efecto.De esta manera el AA, retomando elementos de
los análisis retórico, pragmático
y lógico, se propone estudiar los recursos
verbales que se ponen en marcha en el discurso, para
intentar persuadir a un auditorio en una
situación comunicativa concreta. El tratamiento
realizado a la argumentación mediante este
modelo, contempla problemas centrales como el
dispositivo de enunciación, es decir, los
interlocutores y la situación del discurso;
asimismo, se examina la dinámica interactiva que
destacan las estrategias del intercambio argumentativo,
estudiada en un vasto campo de eventos de
discurso. - PRINCIPIOS
Y OBJETOS DEL ANÁLISIS ARGUMENTATIVOLos estudios realizados desde la perspectiva
de la lingüística del discurso, tal es el
caso del análisis de la argumentación
discursiva —entendido como el estudio de los
recursos verbales mediante los cuales un orador intenta
actuar sobre un público para orientar sus formas
de pensar—, se enmarcan de forma incuestionable
en una orientación comunicativa en
función a la naturaleza eminentemente social de
la producción, ejecución y
recepción de mensajes.En este contexto, los seres humanos nos
comunicamos continuamente interactuando en sociedad y
participando de este proceso no solamente a
través de la emisión de unidades menores
de significado, sino también a partir de
componentes significativos complejos que articulan las
ideas y sentimientos de los miembros de nuestras
sociedades en un momento particular de su desarrollo
histórico.Es así que el estudio de los
fenómenos discursivo-comunicativos en su
contexto social, adquiere la particular importancia de
establecer los fundamentos para un análisis
interdisciplinario que permita comprender las
particularidades del tejido socio-cultural local y
nacional.De esta manera, en un contexto comunicativo
dinámico, los sujetos participantes de este
proceso aportan características particulares a
la confección de los tipos de discursos. Entre
estos sujetos se encuentra el auditorio, concebido como
el receptor-destinatario de la información
argumentativa en un contexto social-comunicativo, que
reflejará las características propias de
su actividad y afectará a la construcción
del tipo de discurso argumentativo a través de
modalidades específicas.En este entendido, el desarrollo que sigue
analiza las características generales de la
comunicación humana, la dinámica del
auditorio en este proceso y la reflexión sobre
su naturaleza en el proceso de construcción del
discurso de tipo argumentativo, de manera que se pueda
esbozar una conceptualización del auditorio en
el análisis del discurso argumentativo
contemplando sus características
comunicativas.- APROXIMACIONES
COMUNICACIONALES Si bien la mayoría de los autores
tiende a elaborar modelos de comunicación
que describen los elementos que participan en ella
—emisor, receptor, referente, mensaje, canal,
etc. —, ellos también coinciden en
definir a la comunicación como un
proceso que se entiende como un acto
dinámico, donde sus diferentes fases de
realización interrelacionan de manera
particular los elementos descritos en dichos
modelos.Un ejemplo de modelo ecléctico de
comunicación es presentado por Torrico de
manera gráfica en el siguiente
esquema:Ilust. 1. Modelo
ecléctico de comunicación (Torrico
1993: 15)Las aproximaciones más habituales
al fenómeno comunicativo, en el afán
de sintetizar su naturaleza, la caracterizan como
un proceso de transmisión de
información de un sujeto a otro (Muraro,
1977; Rosa 1978); sin embargo, la innovación constante en su
concepción permite otras definiciones del
fenómeno advertido como:"un proceso de intercambio de mensajes
significativos entre dos sistemas interactivos que,
partiendo de algo en común y a través
de los medios adecuados, alcanza el objetivo de afectar
dinámicamente sus respectivos estados"
(Coello, 1991)La importancia asignada a esta
definición, se manifiesta no solamente en la
medida que considera a la comunicación como
un proceso dinámico donde los elementos
participantes en ella entran en relación
constante y cumplen sus funciones
específicas dentro del sistema comunicativo,
sino también revela que esta interactividad
no repercute de manera pasiva en los
interlocutores, sino tiene un objetivo manifiesto,
en mayor o menor grado, de afectar sus estados,
vale decir, que modifica su realidad social a
partir de la ejecución del proceso
mismo.La manifiesta relación entre emisor
y receptor no ocurre en una situación
comunicativa donde simplemente sucede un
intercambio aplacado de información, sino
que esta interrelación transcurre, en muchos
casos y en grados diferentes, en una suerte de
disputa por imponer puntos de vista o influir en el
interlocutor. Una manera de realización de
este proceso es, entonces, la producción de
mensajes discursivo-argumentativos que, como un
conjunto ordenado de enunciados significativos
conducentes a ciertas conclusiones, tendrán
el objetivo de modificar el estado social-cultural
del otro participante de la comunicación y
eventualmente repercutir en su conducta y su accionar en el medio
social.Una aproximación comunicacional al
estudio de la argumentación discursiva,
permite, consecuentemente, analizar las
características y relaciones establecidas
entre los elementos y sujetos participantes del
intercambio comunicativo en la producción de
discursos con intenciones y objetivos argumentativos
manifiestos.- EL
AUDITORIO ACTIVO
- APROXIMACIONES
- EL AUDITORIO
EN EL ANÁLISIS ARGUMENTATIVO: CONSIDERACIONES
COMUNICACIONALES SOBRE EL FENÓMENO
- APROXIMACIONES
Inicialmente, casi de manera intuitiva, percibimos la
naturaleza activa del receptor de la comunicación,
basándonos en el razonamiento que indica que todo emisor
dinámico es también un receptor potencial, cuyo
rasgo de actividad se mantiene, aunque de manera distinta, cuando
cumple otra función dentro del sistema
comunicativo.
En referencia a este particular, los rudimentos de los
estudios comunicacionales, probablemente basados en la amplia
difusión y el incremento de posibilidades
tecnológicas en los medios de
comunicación de masas, sugirieron la idea de una
audiencia-receptora considerablemente manipulable por los
mensajes producidos y distribuidos por estas
instituciones.
Posteriormente, con la aparición de estudios de
corte funcionalista en los años cuarenta, se vislumbra el
limitado papel que cumplirían los medios de
comunicación masivos en el supuesto que estos no
consideren la actividad de sus propias audiencias. Se invierte,
entonces, la pregunta ¿Qué hacen los medios con la
gente? a ¿Qué hace la gente con los medios?
(Lozano, 1995: 183).
Este revelador interés académico por el
quehacer de la audiencia-receptora, se plasma en el enfoque
denominado Usos y Gratificaciones, cuyos supuestos
principales son establecidos por Katz et al. (Ibíd.) y se
pueden resumir en los siguientes puntos:
- El público es activo.
- El público selecciona mensajes
buscando satisfacer necesidades que le brinden
gratificaciones. - Las necesidades satisfechas por los medios son
sólo un segmento de variadas necesidades
humanas. - El público tiene conciencia de sus
necesidades y éstas pueden revelarse mediante la
indagación sistemática. - El uso que el público haga de los
mensajes, manifestará la calidad y relevancia
de los mismos.
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