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Visión actual del papel del ácido fólico en la nutrición humana (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Tratamiento del déficit

Consiste en la
administración de 5mg/día vía oral o
parenteral y dado la gravedad de las consecuencias es
importante iniciar el tratamiento en cuanto se detecte dicho
déficit.

La prevalencia de deficiencia de folato entre la
población anciana es frecuente en los
países desarrollados. Debido la implicación de
esta vitamina en los múltiples procesos
descritos, parece indicada su suplementación.
Según Rydlewicz et al (57), en el que se
suplementó con distintas dosis de ácido
fólico a personas de entre 65 y 75 años durante
seis semanas, aquellos que tomaron 400 y 600
microgramos/día presentaron valores
significativamente menores de tHcy que los controles. Los
autores concluyen que sería necesaria una
ingestión de 926 microgramos/día para garantizar
que el 95% de la población anciana no tuviera riesgo
cardiovascular debido a deficiencia de folato, algo sólo
alcanzable mediante la suplementación.

El tratamiento preventivo más conocido es el
que se administra durante el embarazo, en
el cual las recomendaciones de folato aumentan hasta 5-10 veces
respecto a las condiciones (tabla 1) normales. No se puede
olvidar que están relacionados con la deficiencia en
folato, además de los defectos en el cierre del tubo
neural, el parto
prematuro, la toxemia del embarazo, y el desprendimiento
prematuro de la placenta. Por tanto, para todas las mujeres que
estén planeando un embarazo, diversos organismos
recomiendan un suplemento de 400 microgramos /día de
ácido fólico al menos desde cuatro semanas antes
de la fecundación. Esto es debido a que el
cierre del tubo neural se produce alrededor del día 28
de gestación, cuando todavía se desconoce el
embarazo. Esta suplementación debe mantenerse a lo largo
de todo el embarazo por lo visto anteriormente.

El alcohol,
tabaco y
café
son determinantes de las concentraciones séricas de
folato, por lo que puede estar indicada una
suplementación en aquellas personas que presentan un
consumo
elevado de los mismos (58,59,60)

Prevención del déficit
subclínico

En 1992 el Servicio de
Salud de
Estados
Unidos publicó la recomendación de que "toda
mujer en
edad de procrear en los Estados Unidos que pueda quedarse
embarazada consuma diariamente 0.4mg de ácido
fólico, con el propósito de reducir el riesgo de
tener un embarazo afectado de espina bífida u otros
DTN"

Las ingestiones recomendadas (DRI) (61) promulgadas
por algunos organismos internacionales representan una nueva
aproximación para aportar estimaciones cuantitativas de
la ingestión óptima de nutrientes. Estas nuevas
recomendaciones incluyen criterios novedosos. Para su
formulación, además de los factores
clásicos como son los fisiológicos (edad,
sexo,
gestación, …) se tienen en cuenta otros, como son
factores medioambientales y de estilo de
vida, así como la descripción de nuevas funciones de
ciertos componentes alimenticios. Entre estas nuevas funciones
cabe destacar el potencial preventivo que tiene cada nutriente.
En el caso del folato, varios estudios indican que el aumento
en la ingestión de folatos puede disminuir el riesgo de
padecer ciertos tipos de cáncer tal y como ya hemos
visto anteriormente. Específicamente para el folato, las
ingestiones recomendadas se han duplicado de 200 a 400
microgramos/día. La ingestión clásicamente
recomendada de 200 microgramos/día se considera que
sólo conseguía evitar la deficiencia
clínica pero no así la subclínica. Una
ingestión óptima de folato se incluye en los
objetivos
nutricionales para la población española
propuestos recientemente. (62)

Enriquecimiento de alimentos

Desde el 1 de enero de 1998, en USA es obligatorio
enriquecer los cereales y derivados con 140 microgramos de
ácido fólico/100g (63) En otros países
como Chile, se inició esta medida dos años
más tarde, otros como Hungría, añaden
además vitamina B12 (0.8 microgramos) y B6 (880
microgramos) por cada 100 g de harina y otros países
están considerando tomar también cierto tipo de
medidas. Los datos
publicados parecen indicar que la medida tomada en EE.UU.
está siendo beneficiosa, sobre todo en relación
con los defectos del tubo neural. Cabe cuestionarse la
oportunidad de añadir B12 debido al enmascaramiento en
la anemia
megaloblástica y a la elevada prevalencia de la
deficiencia de B12 en la población anciana. En la
lactancia la
leche
materna contiene de 50 a 100 microgramos de folato pro 100 ml,
lo que corresponde al requerimiento diario del recién
nacido. Durante el crecimiento aumenta la síntesis
de ADN, lo que
requiere mayor aporte de folato. Estas cantidades se tienen en
cuenta en las leches de fórmula y alimentos
infantiles

Sin embargo, no en todas partes se consume en igual
medida estos alimentos enriquecidos, y según la zona y
cultura se
consumen más o menos, incluso dentro del mismo
país, es por ello por lo que se está planteando
la necesidad de aumentar las cantidades
añadidas

Hoy en día el actual consenso sobre las
recomendaciones se puede resumir del siguiente modo:

  • Prevención de la primera
    ocurrencia:
  1. Debido a que el 95% de los casos ocurre en parejas
    sin antecedentes familiares, toda mujer que pueda quedarse
    embarazada debe tomar 0.4mg de ácido fólico
    diarios, además de llevar una dieta equilibrada rica
    en folatos.
  2. Debido a que el cierre del tubo neural tiene lugar
    entre los días 26 y 28 después de la
    concepción, que es antes de que la mayoría de
    las mujeres se den cuenta de que están embarazadas, y
    en vista de que una gran proporción de embarazos no
    son planeados, la prevención de los defectos del tubo
    neural se conseguirá mejor mediante una adecuada toma
    diaria de ácido fólico por toda mujer
    sexualmente activa en edad reproductiva, contemplen o no la
    posibilidad de quedarse embarazadas.
  • Prevención de
    recurrencias
  1. Aquellas mujeres que hayan tenido un embarazo
    previo que hubiera resultado en un feto con
    un defecto del tubo neural, deben tomar 0.4mg diarios si no
    planean quedarse embarazadas, y cuando lo planeen,
    multiplicar esa dosis por diez (4mg de ácido
    fólico diario) 1 mes antes de la concepción y
    durante los tres primeros meses del embarazo.
  2. Estas mujeres deberían ser advertidas para
    que utilicen un suplemento separado de ácido
    fólico para obtener esas dosis. Intentar conseguirlo
    mediante la ingestión de multivitaminas que contengan
    ácido fólico podría dar como resultado
    el consumo de niveles de riesgo de otras vitaminas,
    tales como la A.
  3. Debe hacerse notar que 4mg de ácido
    fólico no previnieron todos los defectos del tubo
    neural en el estudio del MRC (1). Por lo tanto, las mujeres
    con un alto riesgo deberían ser advertidas de que la
    suplementación con ácido fólico no
    excluye la necesidad de asesoramiento o el tomar en
    consideración exámenes prenatales para detectar
    defectos del tubo neural

Concentraciones máximas
tolerables

Los valores
de ingestión máxima tolerables establecidos por
el NIH (61) americano se resumen en la siguiente
tabla.

Edad

0-6 meses

7-12 meses

1-3 años

4-8 años

9-13 años

14-18 años

19-30 años

31-50 años

    Más de70 años

    • Embarazo

    14-18 años

    > 19 años

    • Lactancia

    14-18 años

    > 19 años

    Varones

    Ác fólico
    (microg/día)

    *

    *

    300

    400

    600

    800

    1.000

    1.000

    1.000

    1.000

    Mujeres

    Ác fólico
    (microg/día)

    *

    *

    300

    400

    600

    800

    1.000

    1.000

    1.000

    1.000

    800

    1.000

    800

    1.000

    Las concentraciones máximas tolerables se
    refieren a la ingestión de ácido fólico de
    alimentos enriquecidos o suplementos, siendo para los adultos
    de 1.000 microgramos/día, no estableciéndose
    ingestiones máximas para los folatos naturales de los
    alimentos. Este valor ha
    sido establecido como norma de seguridad
    dado que se han encontrado valores de toxicidad para la
    ingestión de 5mg de ácido fólico al
    día.

    Realidad

    Aunque ya han pasado más de una década
    desde que se dijera que toda mujer en edad reproductiva
    debería consumir 0.4mg diarios de ácido
    fólico, desgraciadamente, sólo un porcentaje
    relativamente pequeño de mujeres son conscientes de la
    existencia del ácido fólico y de sus
    recomendaciones en lo que se refiere a la prevención de
    defectos del tubo neural y otros defectos congénitos. En
    el año 2000, un estudio de la fundación
    Gallup/March of dimes sobre mujeres de edades comprendidas entre
    los 18 y los 45 años, demostró que sólo el
    14% de ellas sabían que el ácido fólico
    puede prevenir defectos congénitos, y que sólo el
    10% sabía que debe ser consumido antes del embarazo. En
    este mismo estudio, de aquellas que sabían lo que era el
    ácido fólico, menos de una de cada cinco lo
    sabía por haber sido informada por un profesional de la
    salud. La mayoría supo del ácido fólico a
    través de la prensa escrita,
    la radio o
    la
    televisión. Es importante hacer notar que las mujeres
    indicaron que de haber sido advertidas de los beneficios del
    ácido fólico probablemente lo hubieran tomado. Otro
    hecho chocante son los datos de un estudio en a Florida (CDC,
    datos inéditos del 2002) en el que se divulgó que
    aproximadamente el 90% de los médicos que respondieron a
    un examen sabía que el ácido fólico puede
    prevenir defectos del tubo neural, pero que una proporción
    más limitada podría identificar la dosis diaria
    recomendada de 400mcg para la población general;
    además, una proporción aún más
    limitada podía indicar la dosis recomendada del 4000 mcg
    para las mujeres con alto riesgo. Resultado sorprendente que, en
    esta época de medicina
    basada en la evidencia, no estemos prestando la atención debida a la abrumadora cantidad de
    evidencias que
    existen respecto del papel del ácido fólico en la
    prevención de defectos del tubo neural. La cirugía
    fetal para la espina bífida ha sido recientemente
    comentada, en la literatura médica y
    en los medios de
    comunicación, como una importante alternativa de
    aquellos padres que se enfrentan a un embarazo afectado por
    ésta. Aunque los resultados son esperanzadores, las
    consecuencias son todavía cuestionables, dada la alta tasa
    de complicaciones fetales y maternas, y aún debe ser
    considerada como un procedimiento
    experimental. Esto resalta el valor de la prevención
    primaria mediante el incremento del consumo del ácido
    fólico.

    En cuanto a la atención por el ácido
    fólico desde el punto de vista de la investigación, vemos que se ha ido
    generalizando. Hay un estudio de Lucock (71) en el cual se
    muestra
    cómo ha evolucionado en los últimos años el
    interés
    por estas moléculas (ver Fig 7) así como su
    relación con diferentes enfermedades (Fig 8). Vemos
    como el interés por los folatos ha aumentado a lo largo de
    los años, y en particular su relación con el cáncer.
    De igual manera las publicaciones sobre la homocisteína
    han superado desde hace unos años al estudio del
    ácido fólico.

    1. Fig. 9 Distribución anual de la
      proporción de madres de recién nacidos
      sanos que ingirieron
      ácido fólico, AF/folinato cálcico en
      el primer trimestre del embarazo. AF/FC sólo o
      con B12; AFM en multivitaminicos; AFH con hierro
      . De Luisa Martínez-Frías et al
      (64)

      , y no se está haciendo, por tanto, de
      forma adecuada ni por el momento en que se empieza a
      tomar (son muy pocas las mujeres que lo toman desde antes
      de la concepción y va ligado a la situación
      sociocultural), ni por la dosis, que tal y como vemos en
      la siguiente figura, en la que se compara el año
      2001 y 2002, (son en muchos casos más altos de la
      recomendación general).

      Fig. 10. Distribución de
      la proporción de madres que ingirieron
      ácido fólico/folinato cálcico desde
      antes del

      embarazo en tres intervalos de dosis (entre
      paréntesis las dosis medias ingeridas por las
      madres de cada intervalo.

      De Luisa Martínez-Frías et al
      (64)

      Un hecho a destacar es que aún sigue
      habiendo médicos que no creen necesario recomendar
      la toma de ácido fólico en mujeres que
      están planificando el embarazo y que cuando se
      prescribe ácido fólico/folinato
      cálcico, en una gran proporción de casos se
      hace en dosis que no son las que se recomiendan
      internacionalmente. Existe un estudio de Wald et al (65)
      el cual ha analizado 13 estudios de suplementación
      con ácido fólico la relación entre
      dosis administrada, concentraciones séricas de
      folatos y resultados obtenidos. La conclusión a
      partir de este amplio estudio de cohorte es que la dosis
      de suplementación debería aumentarse a
      5mg/día de ácido fólico con lo que
      el riesgo de defectos del tubo neural se reduciría
      en un 85% (frente al 36% con 0.4 mg/día) Wald et
      al insisten además en la inocuidad de este
      incremento en la dosis, ya que no se han documentado
      efectos adversos conocidos ni sospechados por la administración de ácido
      fólico a la dosis de 5mg/día Con respecto
      al trabajo de Wald et al que parece
      evidenciar que el tomar más dosis de ácido
      fólico reduciría aún más los
      defectos del tubo neural conviene aclarar que dicho
      trabajo no deja de ser una propuesta basada en un
      modelo
      matemático que no se ha confirmado
      empíricamente

      Algunos autores españoles (66,67) han
      demostrado que la suplementación con
      5mg/día de ácido
      levofolínico
      por vía oral produce
      un efecto hipohomocisteinémico rápido e
      importante que ya es evidente a partir del segundo
      día de tratamiento, con aumento de los folatos
      intraeritrocitarios al décimo día. Si este
      hecho se confirma, y toda vez que el cierre del tubo
      neural tiene lugar entre la tercera y cuarta semanas
      postconcepción, la administración de este principio
      vitamínico podría ser de gran
      interés en las mujeres que no han tomado folatos
      de forma preconcepcional pero que acuden al médico
      inmediatamente después de la ausencia de
      menstruación. Como los propios autores reconocen,
      una de las limitaciones de su trabajo es la ausencia de
      un grupo
      placebo (que por motivos éticos, no es posible).
      Es evidente que sin la realización de un
      ensayo clínico controlado no es factible y
      tampoco afirmar con absoluta seguridad que esta acción, atribuida al ácido
      levofolínico, no se da igualmente con la
      suplementación con ácido fólico. Con
      todo si se debe reconocer que se abre un camino que
      merece investigarse en profundidad.

      También en este estudio de
      Martínez –Frías se observa que la
      población de mujeres embarazadas va disminuyendo
      el uso de multivitaminas a favor de sólo aumentar
      el consumo de ácido fólico y es que no hay
      que olvidar el que las mujeres en la gestación
      tienen mayores requerimientos de determinadas vitaminas y
      minerales y no sólo de ácido
      fólico.

      Algunos autores señalan que quizá
      sería más beneficioso el enriquecimiento de
      las harinas con dosis adecuadas de ácido
      fólico (0.24mg/100g de harina) (64 y 69). Esta
      sería la única forma de que esta medida
      preventiva fuera efectiva en los grupos
      de población más marginados, cuyo grado de
      información siempre es muy
      limitado, y en los cuáles los riesgos son más altos. Sin embargo
      Wald et al cuestionan esta medida, apoyándose en
      informes americanos consideran que este
      tipo de suplementación tendría un efecto
      muy modesto. En su opinión, la medida
      constituiría únicamente una red
      de seguridad útil pero incompleta, que
      podría proporcionar una cierta protección a
      las mujeres que tienen embarazos no previstos, pero en
      modo alguno puede sustituir a la administración de
      los comprimidos de ácido fólico.

      El punto clave es hacer llegar a las mujeres en
      edad fértil que el asesoramiento preconcepcional
      es fundamental para mejorar la salud reproductiva. Y no
      sólo para poder
      prescribirles ácido fólico de acuerdo con
      las normas
      establecidas, sino también para corregir errores
      dietéticos, suprimir hábitos insanos,
      evitar fármacos potencialmente teratógenos
      y evaluar si la salud de la
      mujer se halla en el mejor momento para iniciar la
      gestación.

      Nuevos estudios están relacionando otras
      novedosas causas de defectos del tubo neural tales como
      el polimorfismo en el gen del transportador de membrana
      mitocondrial UCP2, el cual es capaz de afectar a la
      energía del metabolismo la regulación del peso
      corporal, y posiblemente la prevención de la
      acumulación de la especie reactiva del oxígeno, todo ello podría
      contribuir a la obesidad maternal y a la diabetes además de al riesgo de
      espina bífida (72)

      No hay que obviar que el número de
      nacimientos con defectos del tubo neural ha disminuido no
      sólo por el uso de suplementos de ácido
      fólico, sino pues la opción legal del
      aborto
      hace que cada día más mujeres no deseen
      tener un hijo en esas condiciones.

    2. Conclusión

    La investigación sobre el ácido
    fólico aumenta cada día, así como su
    relación y actividad de rutas y moléculas muy
    relacionadas directamente con ella, las cuáles
    podrían explicar mucho de la actividad del ácido
    fólico.

    Su relación ya probada con muchas enfermedades,
    tales como el cáncer de colon y recto y su proximidad a
    algunas patologías clínicas imprime gran
    relevancia a su investigación. La suplementación
    en alimentos ha sido clave para notar una disminución
    relevante de defectos del tubo neural en los países
    donde se ha llevado a cabo, no obstante desde un punto de vista
    de su aplicación en el día a día, y
    salvando el hecho antes citado, vemos la falta de
    interés que ha existido sobre éste tema, en
    especial desde el punto de vista de la información que
    hoy por hoy se sigue dando; haría falta una
    campaña más radical en este sentido no
    sólo a las personas en general sino con especial
    relevancia entre los profesionales de la salud que muchas veces
    obvian o no le dan el valor que se debiera al consumir
    ácido fólico, no sólo en la edad
    reproductiva sino a otras edades

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    José Mª Camacho
    Corredera

    Partes: 1, 2, 3
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